CORAZÓN
Si hubiera sabido que el desaparecería de mis ojos, ese día lo hubiese detenido y obligado a permanecer a mi lado…porque el, es la persona que más amo en este mundo.
No éramos necesariamente grandes amigos, al contrario puedo decir que nosotros solo éramos compañeros de equipo, si lo miro bien desde otro lado, puedo decir claramente que Kuroko Tetsuya era más cercano a Aomine y Kise que a mi.
El juego de Kuroko era mediocre, ni siquiera podía encestar el balón, puedo decir que lo mejor que el podía hacer era renunciar al básquet, pero Akashi vio en el algo que nosotros no pudimos, algo que no me di cuenta.
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Sin darme cuenta la pequeña presencia de Kuroko comenzaba a crecer en mi…sin darme cuenta yo lo estaba siempre siguiendo con la mirada…sin darme cuenta comenzaba a salir más con su grupo…sin darme cuenta comencé a pensar solo en el…sin darme cuenta me vi sorprendido ante una ola de sentimientos que no conocía.
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Dos años ya habían pasado en los que tuve que cargar todos estos sentimientos, puedo decir que la presencia de Kuroko se hacía cada vez más evidente para mi, pero aún no sé qué es lo que siento por él, quiero que sea más que mi amigo, más que mi compañero de equipo, quiero…no sé qué es lo que quiero de él.
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Un golpe, Kuroko había recibido un golpe en la cabeza por un jugador de un equipo y ahora estaba en las bancas recuperándose de su lesión, Akashi se había enojado, pero no era el único que estaba furioso, quería golpearlos al igual que Aomine, pero tenía que pensar bien antes de hacerlo.
Ese día, sentí como algo dentro de mi nacía, es verdad que quería ganarles a esos sujeto y demostrarles el juego que nosotros jugábamos, demostrarles que la persona que dañaron era muy importante para nosotros y que nos vengaríamos, ese día…creo que todos nosotros nos volvimos en monstruos.
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‘‘cáncer, hoy perderás algo muy importante para ti, espero que te des cuenta antes de que ocurra. Tu objeto de la suerte es…’’
Oha asa nunca se equivoca, si ella había dicho que yo perdería algo, entonces debo de cuidar lo que tengo, hoy jugaríamos con un equipo por el campeonato, este sería el último de nuestro tercer año, así que no debo olvidar mi objeto de la suerte, aunque sea innecesario para ganar, porque yo sé que de igual manera ganaremos.
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Al ver a nuestro nuevos rivales, mejor dicho a personas que solo perdían el tiempo, Kuroko dijo algo como que un amigo suyo estaba jugando, una persona que el conocía, una persona que había pasado más tiempo con él, que conmigo, quería destruirlo, no sé qué es este sentimiento, pero quiero destruir a todos los que se acercan a Kuroko.
Jugamos, pero a esto no se le podía decir juego, recuerdo que ganamos por una gran diferencia de puntos, recuerdo que nuestros rivales estaban llorando en el piso, aunque eso no era novedad, los equipos que jugaban con nosotros siempre terminaban de la misma manera, todos eran derrotados.
Al finalizar el partido, busque a Kuroko, pero no estaba, estaba seguro que el nos animaría, siempre lo ha hechos pero ¿Por qué no fue hoy?
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Tres semanas…él no había aparecido en tres semanas en el club, no había venido ni a los entrenamientos, de casualidad fui hasta su salón a preguntarles a sus compañero sobre el, pero no me pudieron ayudar, Kuroko tampoco había asistido a clases y hoy que se acababa la tercera semana de su desaparición.
Cuando abrí la puerta del club vi que Akashi tenía un papel en sus manos y en su rostro una mirada triste.
-¿Qué es eso Akashi?
-es de Tetsuya…
-¿Kuroko? Que despreocupado nanodayo, faltar así a los entrenamientos.
-esta es su respuesta…
Las letras en ese papel fueron una horrible pesadilla para mí. ‘‘RENUNCIA’’, Kuroko había dejado todo atrás y eso incluía a nuestro equipo, simplemente desapareció al frente de nuestros ojos.
AMOR…
…por fin me di cuenta de lo que sentía por el…me había enamorado de Kuroko y cuando me di cuenta, él había desaparecido…nunca pude decirle lo que sentía, preferí quedarme callado y solo observarlo, este había sido mi primer amor.
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Un día antes del día de graduación, todos los de la Kiseki nos veíamos indiferentes ante todo, cada uno iría a otra escuela y no nos volveríamos a ver a menos que sea en un partido.
-Kuroko…-aquella tarde de viento sin querer su nombre se había escapado de mis labios, al final el nunca regreso.
La actitud de todos nosotros había cambiado de cierta forma, yo no era el único que se había enamorado de Kuroko, pero yo lo amaba más que ellos, quiero verlo…quiero verlo.
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Shotoku, mi nueva escuela tenía un gran equipo, cada uno de ellos era fuerte a su manera.
Aquel día había escuchado por labios de Kise que había encontrado a Kuroko y que iría a recuperarlos, el quería llevárselo a su escuela, que egoísta.
Cuando fui al partido de práctica entre la escuela de Kise y la nueva escuela de Kuroko, lamentablemente había llegado tarde, pero pude verlo, él había cambiado…no, mejor dicho, el había regresado a ser la persona que antes era.
En su rostro había una sonrisa, habían personas que lo animaban, sus compañeros se reían junto a el…todo había cambiado, de repente mis ojos se dirigieron hasta cierta cabellera roja que habló con Kuroko…él era su nueva luz, una luz que destrozaría.
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Días, semanas, meses, años…el tiempo pasa, los humanos no podemos detener el tiempo, como tampoco podemos detener los sentimientos que tenemos, lo poco que se es que después que Seirin ganaran a rakuzan, Kuroko había sido transferido de escuela…el otra vez había desaparecido en frente de nuestros ojos.
Cuando intentamos comunicarnos con su móvil, este simplemente había desaparecido, Akashi lo busco con todo su poder y…no lo encontró, Kuroko una vez más nos había dejado atrás.
Ahora que ya pasaron más de 10 años, puedo recordar cada momento que pase con Kuroko con anhelo, fueron breves pero hermosos. En estos años, mis amigos ya habían formado una familia, tenían hijos, especialmente Akashi, que ya iba por ser padre por tercera vez. Policías, abogados, bomberos, pilotos, cocineros, empresarios…cada uno escogió un camino diferente, en cuanto a mi…me había vuelto doctor especializado en oncología desde la muerte de mi madre, trabajo en un hospital grande de la ciudad, pero hoy estoy en un pequeño pueblo en las afueras de Hokaido por una campaña médica.
-doctor Midorima, es un gusto verlo.
-buenas tardes doctor Himejima.
-es un verdadero honor tenerlo aquí.
-no lo diga así, sabe que es un deber hacer estas campañas nanodayo.
-si, pero es bueno que venga a este pueblo ya olvidado por dios.
-¿Cuántas personas tengo que ver?
-son pocas, pero me gustaría que pasara primero por un paciente, el es especial.
-¿especial? Nanodayo.
-si…se llama Yamada Kosuke-comenzamos a caminar por los pasillos de aquel viejo hospital, el doctor Himejima me comenzaba a contar el historial de aquel paciente-…vera, a pesar que se ha hecho varias pruebas en la ciudad, su cáncer aun es desconocido para nosotros.
-¿Cómo que desconocido?
-se supone que un cáncer desconocido y sin tratamiento puede acabar con la vida del paciente rápidamente, pero el…ha vivido con este mal por más de diez años, dejo los tratamientos de la ciudad y vino a este pueblo, por ahora nosotros solo le estamos dando placebos.
-¿no se muestran avances?
-me temo que no…y su vida se comienza a acabar poco a poco.
La vida puede acabar hoy o mañana, incluso en 20 años o en tan solo 10 segundos, había visto morir a varias personas en lo largo de mi carrera, pero a la única persona que espero no ver morir es a mi primer amor.
-ya legamos, esta es su habitación.
El viento entro por una ventana agitando las cortinas, en la pequeña cama pude ver la pequeña figura de una persona a que se me hizo conocida.
-Kosuke, este es el doctor Midorima y viene de la ciudad a ver el cáncer que tienes.
Su cabello celeste bastante largo, un cuerpo delgado y gastado, los tubos que salían por sus manos y una mirada apagada, lo había encontrado después de más de diez años.
-kuroko.
-buenos días Midorima kun.
Si hubiera sabido que el desaparecería de mis ojos, ese día lo hubiese detenido y obligado a permanecer a mi lado…porque el, es la persona que más amo en este mundo.