Suguru miró de nuevo el paquete que tenía entre las manos, su madre había dejado claras órdenes de que se lo entregarán el día de su décimo séptimo cumpleaños. La carta que le acompañaba era corta. “Siempre estaremos a tu lado”. Tomha había sido el encargado de dárselo. Habría preferido dárselo en casa, pero con la gira a la vuelta de esquina esto había sido imposible; así que hay estaban en mitad de su oficina en la N.G. records.
-Suggy, ¿no lo vas a abrir?.- Suguru miró a su primo sorprendido, por un segundo se había olvidado de que estaba alli.- Si quieres te dejo a solas.-Aunque la curiosidad le mataba sabía que no era bueno insistirle.
-¿Qué?.-Suguru volvió a mirar el paquete y acto seguido comenzó a desenvolverlo. Dentro de la pequeña cajita rectangular, se encontraba un pañuelo de seda roja que a su vez envolvía un colgante. Era una cruz que sus cuatro brazos acababan con filo de espadas. En el centro había una piedra de tono violeta. Cuando tiró del colgante, el pañuelo cayo al suelo y con él un pergamino escrito a mano. Tomha se agachó para recoger el papel.
-Instrucciones de uso.- Ante la mirada de su primo continuo leyendo.- Siempre que lo lleves puesto nunca estarás solo.- Tomha miro a su primo y le quitó el colgante de las manos, para atarlo en su cuello.- Bueno si eso es cierto será mejor que lo lleves puesto.- Ambos comenzaron a reír.
-Es precioso, gracias Tomha.- El rubio negó con la cabeza.
-No fui yo quien lo compro, tu madre siempre lo llevaba puesto. Lo recuerdo porque una foto de su colgante- se dirigió a la estantería y cogió un cd.-Fue la primera portada que tuvo Nittle Grasper.- Suguru tomo el cd en sus manos y sonrío.- Anda vete ya o llegaras tarde.- Tomha se sentó en la mesa de su despacho sonriendo.
Un lloroso Suguru corría para llegar a la hora al ensayo en el pasillo chocando con un chico de pelo rosa; cayendo los dos al suelo.
-Perdón.-Dijo Shuichi desde el suelo.- ¿Suguru?, ¿que haces tu corriendo?.- Shuichi estiró la mano para ayudar a levantarse a su compañero.
-Lo siento Suichi, es que llegaba tarde.- Acepto la mano del pequeño pelirrosado y le dedicó una preciosa sonrisa.
-No te preocupes Sugu, si Shuichi corriera cada vez que llega tarde, se pasaría la vida haciéndolo.- Todos comenzaron a reír ante el comentario de Hiro que salía del box.-Entren de una vez, K esta cargando el arma.
Entraron en el estudio y comenzaron a ensayar. A mitad de la mañana K les dio un descanso para que comieran algo. Hiro y Shuichi convencieron a Suguru para que fuera con ellos a la cafetería del edificio. Hiró pidió una cerveza sin alcohol, Shuichi un refresco de cola y Suguru un capuchino de caramelo.
-Hey Sugu, que es eso que llevas al cuello.- Hiro se acerco para verlo mejor. Y Shiuichi también por lo que antes de llegar a su objetivo se dieron un fuerte cabezazo.- Mira que eres baka. – Suguru dejo escapar una suave risita.
-Vaya, si sabes reir.- Ante el comentario de Shuichi la carcajada no se hizo esperar.- Deberías hacerlo más a menudo así no estarías tan amargado.
-Yo no estoy amargado.-Ante la mirada de sus compañeros añadió.- ¿Oh si?.- Hiro seguía sin despegarle la vista del colgante, al darse cuenta lo apretó fuerte entre sus manos.- Es un recuerdo de mis padres.- Shuichi se dio cuenta de lo mal que lo estaba pasando Hiro después de la contestación de Suguru.
-Esta noche pensábamos ir de fiesta, ¿te vienes?.-Una sonrisa sincera de Shuichi fue contestada por otra de Suguru, quien no sabía por que se sentía tan feliz.- No tienes muchos amigos en la ciudad, ¿verdad?.
-¡Shuichi! – Hiro lanzó a su amigo una mirada de reproche.
-Tranquilo Hiro, eso es algo que no se puede negar.-Una triste sonrisa quedó en su cara.- Supongo que mi actitud tampoco ayuda mucho.-Suspiró. Unos brazos le tomaron por la espalda y alguien le susurró al oído.
-Pero tienes a los mejores amigos que alguien pueda desear.- Las manos comenzaron a bajar y estaban a punto de tocar la entrepierna del muchacho cuando otras las sujetaron.
-Tatsuha, si vuelves a acercarte a mi primo te cortaré esa parte de tu cuerpo de la que tan orgulloso estas.- El presidente de la N. G. records aún sujetaba las manos de su cuñado, sin que la sonrisa se borrará de su cara.
-Tranquilo ex-cuñado solo estaba saludando a la familia.- Intento volverse a acercar al pequeño, pero una Mágnum en su sien le hizo detenerse.
- Not move. Lo siento pero soy responsable de la seguridad de esos jovencitos y tu la pones en peligro.- K se sentó en a la derecha de Suguru y Tomha a su izquierda.
-Es el hermano de tu ex-mujer, es el hermano de tu ex-mujer.- Se repetía Tomha por lo bajito mientras se le hinchaba una vena.- Tatsuha se sentó al lado de Shuichi, el cual salió literalmente corriendo hasta ponerse entre Hiro y K.
Noriko llegó con Ruychi. Ella se sentó en el sitio que había al lado del “querido” ex-cuñado de Tomha y Ruy lo hacía entre ella y Tomha.
-Noriko, Kumagoro tiene sed no da.- Ruy tomo a Kumagoro y lo puso sobre la mesa.
-Claro cielo, Tomha ¿lo de siempre?, K, ¿ quieres algo?, Tasuha …
-No gracias Noriko pero yo no quiero nada.
-Oh no te confundes Tatsuhy cielo si tu quieres algo levantas tu culo y lo pides y ahora ¡¡ QUITA TUS SUCIAS MANOS DE MI PIERNA!!.- Ante el grito de la joven el camarero había ido corriendo a servirles lo que habitualmente tomaban.- Oh Jabu cielo eres un encanto.- Un whisky para K, un café con Hielo para Tomha, un chocolate con nata montada para Ruychi y un té para Noriko. El eficiente camarero también trajo unas esposas para sujetar a la silla a Tatsuha.
-Me encanta ese servicio del bar- río Shuichi, todos rieron.
-Tomha, ¿ que va hacer Kumagoro esta noche?.
-Kumagoro no lo se pero Nori y yo nos pensamos ir a la “Hell & Heaven”
-Guau, esa es la nueva discoteca que han abierto en las afueras.-Hiro aún estaba sorprendido.
-Esa que es solo para lo más chic de la ciudad.-Shuichi también estaba sorprendido.
-Solo la élite estará allí esta noche, isn’t it?.
-Así es y por supuesto Nittle Grasper estará allí.
-¿Has oído Kumagoro?. Esta noche tienes que ser valiente y quedarte a proteger la casa.
- Decidme Bad Luck.- El presidente les miró a todos.- ¿Os gustaría venir?
-Sí.- La respuesta fue unánime.
-Yo también quiero ir cuñadito.
-Ya lo se Tatsuha, pero a ti no te he invitado. Ni lo pienso hacer. Shuichi dile a Yuki que puede venir si quiere. Bueno nos vamos aún tenemos que cambiarnos y dormir a Kumagoro. A las diez en la puerta de la disco.
-Oh es genial estaremos entre la cream de la cream.- Hiro estaba muy emocionado.
-Ya- Suguru no parecía muy confiado- chicos que se tiene que poner uno para ir allí.
-Tu nada ojos café.- Los muchachos miraron despreciablemente a Tatsuha.- Será mejor acabar esta conversación en otro lado.- Los muchachos se largaron seguidos de K, dejando a un atado Tatsuha suplicando por ser liberado.
-De verdad no tienes nada que ponerte.
-No suelo tener esta clase de compromisos sociales.
-Hiro Sugu, dejad de dadle vueltas cogeremos ropa del vestuario y así iremos perfectos.
Tras unas horas de pruebas, de peluquería y maquillaje, los chicos estaban listos. Hiro llevaba unos pantalones de cuero negros, con la chupa a juego y una camiseta de leopardo pegada. Shuichi se había decantado por unos mini sorths de cuero con un top del mismo material por encima del ombligo y unas botas a juego hasta la altura del muslo. Todo en tono granate y con cadenas de plata de decoración. Suguru por su parte había decidido ponerse una camisa de chorreras atada por un único botón y unos pantalones de cuero con unos “zarpazos” que dejaban a la vista parte de sus muslos. Y una gabardina de cuero también negra que la daba un aspecto vampírico. K por su parte había decidido no cambiarse y obligar a los chicos a estar a la hora en la discoteca. Shuichi había llamado a su Yuki el cual simplemente le ignoró y colgó. Por una vez en la historia Bad Luck estaba en el sitio a la hora. Shuichi salió corriendo para dirigirse hacía cierto rubio que había venido, solo por dar una vuelta.
-¡¡YUKI!!. ¿Qué bien que has venido!.- El rubio no hacía más que quejarse de lo molesto que era tener a su baka todo el día encima, pero la verdad es que no lo había soltado.- Pero que guapo estás.
-Se llama estilo baka.-Unos pantalones de vestir oscuros y una camisa plateda semi cerrada componía el atuendo de Eiri.
Los tres miembros de Nittle Graspe también estaban allí, espectaculares como siempre. Noriko llevaba un vestido ceñido muy corto, con un escote vertiginoso unido por lazos a la altura del pecho y un poco antes del ombligo; puesto que la tela se volví a unir debajo de él. Ruychi llevaba unos vaqueros rotos y un chaleco abierto sin camiseta por debajo, además de un pañuelo en la frente. Tomha llevaba unos pantalones de serpiente ajustados y un shirt sin mangas marrón, aunque esta vez sin su característico sombrero; ya que Kumagoro había insistido en dormir en él.
-Entramos.- Thoma pasó su brazo sobre los hombros de su primo.- Por que no dejas la gabardina en el coche.- Sugirió rozando con sus labios el oído de su primo y causándole un escalofrío. Este hizó lo que se le “sugirió”.
El portero era un hombre de más de dos metros que con tan su sola presencia imponía. Shuichi tembló y Yuki le abrazó más fuerte poniendo su brazo en la cadera de su amante. Tomha simplemente se puso delante de él y sonrío, en pocos segundos estaban dentro del local. Eligieron una mesa donde sentarse a tomar unas copas antes de bailar. Ruychi estaba sorprendentemente maduro. Las cervezas comenzaron a llenar la mesa.
-Vaya Tomha hacía años que no te veía beber.-Dijo una sorprendente Noriko.
-Pues si en mi se te hace raro, mira a Ruy que va a por la segunda.- En efecto el cantante se había levantada a por otra y volvió con otra y una ronda de tequilas con la sal y el limón incluido.
-No puedo creer que tenga esa voz con las porquerías que toma.- Susurró Suguru a Hiro que se había sentado a su lado. Cada uno cogió su chupito y brindó, después de todo no se podía quedar mal delante de los amigos.
Un par de horas después todos estaban bailando en la pista central incluso Yuki que un poco más animado por el alcohol estaba bailando, pero con Noriko. No estaba lo suficientemente borracho como para subirse en el podium a bailar con su kobito. Allí se encontraban Ruychi, Hiro, Shuichi y Suguru al que habían engañado. Cantaban y bailaban riéndose sin parar. Tomha también se había animado y pocos minutos después estaba bailando junto a Ruychi de una forma descaradamente excitante.
-¿Dónde aprendió a bailar así?.-Yuki estaba sorprendido con la actitud del siempre formal Tomha. Noriko sonrió.
-Siendo uno de sus protegidos deberías saber que ese es el Tomha de Nittle Grasper, sin obligaciones, solo diversión. Además le encanta provocar.
Tomha bailaba de una forma muy sensual y cuando Ruychi le abandono para bailar con Shuichi y Hiro tomo a su primo por detrás haciendo que imitara sus pasos.
-Vamos chiquitín que se note quien te enseño a bailar- dijo mientras comenzaba a bajar hasta dejar su cara a la altura de la abultada hombría de su “pequeñín”. Suguru hizo lo propio y demostró que había aprendido muy bien de su maestro. La pareja de baile que habían formado hizo que más de uno mirara para allá y sintiera deseos de estar en medio. Los roces se sucedieron, sin llegar a nada, pero llegando a todo. Terriblemente sensuales esos besos que quedaban en el aire, esos mordiscos que se quedaban a escasos milímetros de su piel, unas cachetadas en el trasero del pequeño, el sudor de su piel haciendo que su ropa se pegara aún más a ellos, esos hermosos cuerpos. Tras unas cuantas canciones Suguru bajo para poder pedir algo con lo que refrescarse, Tomha le pidió que trajera unas jarras de agua. Este no entendió muy bien para que pero lo hizo, tras tomarse un machacado volvió con dos jarras de agua. Tomha le ayudo a subirse y tomó una de las jarras y con un gesto muy erótico se la hecho por encima, provocando que más de uno se “vaciara” sin ni siquiera tocarse. “Te toca Suggy”, fue lo único que sus oídos oyeron entre el revuelo que se había formado. Envalentonado por la bebida, lo hizo, se tiro la jarra por encima mientras sus manos seguían el curso del agua dándole aún más erotismo que lo hecho por el anterior.
-Vaya.-Río Ruychi_-mira en lo que te ha superado el niño.- Tomha muy hinchado de orgullo solo podía contestar de una forma.
-Tiene a quien parecerse.- Después todos comenzaron a reír. Pero un grito los paro. Alguien había tirado de Suguro y un par de tíos se intentaban propasar con él. Eran bastante más grandes que él y aprovechaban su fuerza superior para intentar reducirle, aunque el niño peleaba más duro de lo que habrían creído. Thoma Ruychi Y Hiro no lo pensaron dos veces se lanzaron sobre ellos, mientras Shu fue a buscar a su kobito. Los atacantes que creyeron que iba a ser fácil se sorprendieron de la gente que vino a ayudarle. Hiro se lanzo sobre uno que llevaba una botella de cerveza, haciéndole caer. Ruychi por su parte le dio una patada en la entrepierna a uno que llevaba la bragueta medio bajada. Seguchi se dirigió al que aún sujetaba a su primo, quien había aflojado la fuerza con la que le sujetaba, al creer que le había tocado la parte fácil. Muy a su pesar el menor le piso librándose por completo de él, para después darle un codazo en la nariz. Mientras Ruy había caído después de que le golpearan por la espalda con una silla, mientras que a Hiro le habían golpeado con un botellín de cerveza. Noriko no dudo en ir el ayuda de su compañero y darle a su atacante una patada, que habría dejado temblando al mismísimo Bruce Lee, no por nada era una experta en Kickboxing. Shuichi por su parte prefirió ayudar a su amigo, al cual querían rajarle la cara. Aunque sabía que era demasiado débil para ayudarle quería hacer todo lo que fuera posible. Pero Yuki se lo impidió y fue el quien sujeto al otro hombre y le rompió la nariz. K se sentía inútil ya que había tenido que dejar su pistola en el guardarropa. Busco con la mirada a Fujisaki temiendo que necesitaría ayuda y allí encontró a Thoma empapando con una bebida al atacante de su primito y acercándole un mechero. El agresor, ahora víctima no pudo controlar su miedo y se orino encima.
-¿Tienes miedo?- Pregunto sarcásticamente Seguchi.- Largate. Largate y no vuelvas, por que si te vuelves a acercar a él- le susurró al oído.-te mató.- Tomha se levanto y se giró para marcharse. Pero el hombre del suelo no se iba a dar por vencido tan fácilmente con un rápido movimiento sacó una navaja del bolsillo y se puso en pie para clavársela por la espalda a Tomha quien no se había dado cuenta.
-¡Tomha!- Suguru gritó desesperado sin poder hacer nada. Su primo iba a morir delante de él sin poder ayudarlo. De pronto un móvil salió volando hasta la cabeza del atacante.
-Ves Suggy deberías tener más fe, siempre hay quien vela por ti.- Dijo Tomha sin girar la cara y sacando de la discoteca a su niño.- Arigato Ruychi.
-Un placer.- El cantante recogió los pedazos de su móvil y les siguió.- ¿Que nos vamos?.
Fuera todos felicitaban a Ruy por su buena puntería.
-Es normal -reía Noriko- después de estar lanzando a Kumagoro todo el día era normal que tuviera buena puntería.
Tomha y Suguru estaban en la barra del bar donde habían ido a desayunar.
-¿Estas bien?.-El rubio tenía miedo de que la pelea podría haber alterado a su pequeño de manera terrible.
-Sorprendido. Todos vinieron a ayudarme, ¿por qué?.- Escondía sus ojos cafés entre los brazos haciéndose el cansado. Tomha no sabía que contestarle. Hiro se sentó al otro lado del peliverde.
-Entonces eres más tonto de lo que parecías. Te ayudamos por que te queremos, porque eres nuestro amigo. Y ahora ven a ponerte algo de hielo en ese labio.- Magullados los muchachos charlaban animadamente y reían sobre el suceso. Shuichi se quedo dormido sobre el hombro de Yuki, que al sentir la presión Yuki acomodo a su baka sobre el para que descansara mejor.
-Será mejor que nos vayamos, este baka ya no puede más.- Tomha sonrío a su amigo, se le notaba el amor que se procesaban. Se despidieron y cada uno siguió el camino a casa. Hiro fue escoltado por K, ya que el botellazo le había dejado mareado. Noriko y Ruychi se fueron juntos, charlando animadamente. Y Tomha se llevo a casa a su primo.
-¿Te quedas a dormir?.- Pregunto Suguru a su primo que no se atrevía a entrar.
-Hai. Al final el colgante te trajo suerte.-Suguru lo toco de nuevo mientras comenzaba a desnudarse, pensaba darse una ducha antes de acostarse.
- Tomha ya sabes donde están los pijamas, y la nevera así que si quieres algo lo coges, que voy a darme una ducha.- El ruido del agua comenzó a oírse, y Tomha se metió dentro del cuarto de baño de su primito.
-Suguru tantos años juntos y aún no te enteras de que yo solo duermo con mi colonia.
-Pues eso no es lo que me ha dicho Mika, dice que desde que le pediste el divorcio usas pijama.
-Si anadéele el que Tatsuha este también en casa.- Los muchachos rieron de buena gana y tras unas cuantas frases se dirigieron al cuarto de Suguru; ya que en palabras de Tomha era una tontería usar dos camas.-Eres condenadamente excitante cuando bailas Y lo peor es que lo sabes.- Por puro recato los jóvenes decidieron dormir en boxers. Ambos eran muy parecidos ya que cuando Tomha fue a sacarle un pijama descubrió que aún los tenía envueltos.
Poco a poco imágenes eróticas vinieron a su mente, el artífice de esas fantasías era su primo que al sentir un cuerpo junto al suyo no hacía más que acercarse y exigir atenciones, abrazos, besos. Tomha acabo besándole suavemente y se sorprendió al descubrir que Suguru le miraba sugerentemente.
-¿Me deseas?.- ¿Cómo contestar a semejante pregunta sin mentir, como decir sí. Sin embargo sus labios se movieron para afirmar. Lentamente Suguru se incorporo para después sentarse sobre las caderas del rubio.
-¡Tomame!- Una orden que no podía ser ignorada, que no quería ser ignorada. Los brazos de Tomha tomaron a su pequeño, abrazándolo muy fuerte. Acerco su boca para poder besarla, pero Suguru se giró en el último instante besándole la nariz. Hábilmente, sujeto las manos del mayor y las ató a la cama con un pañuelo de seda, que había escondido debajo de la funda de la cama.
-¿Es que lo tenías preparado?
-Si, ¿te molesta?. Ah no, lo que te molesta es haber perdido el control.
-Sueltame. ¡Ahora!.- Esa fría mirada suya y un grito siempre le había sacado de todos sus apuros.
-No.- Esa no era la respuesta que se tenía que haber oído.- Ahora eres mío; así que… disfruta.- Como un autentico maestro el muchacho de ojos café comenzó a besar a su primo, recorrió su cuello con la lengua y descendió por su pecho mordiendo sus pezones, hasta el ombligo. Retiro la sabana que cubría ese hermoso cuerpo y continúo besando los muslos las rodillas y subió de nuevo a las ingles. Lo cual le volvió loco al muchacho de ojos esmeralda. Poco a poco el deseo se volvió casi irrefrenable, para su sorpresa Tomha se encontraba suplicando atención. Suguru no se hizo esperar y sentó sobre el miembro de su primo haciéndose penetrar de una sola estocada. Cabalgo durante horas arrancando gemidos que cada vez se hacían más sonoros. Sus manos, su lengua trabajaban como las de un auténtico profesional. Al final el rubio no pudo resistir más la presión y se vació dentro del menor dejando en el una mezcla viscosa, llena de placer. Suguru desató lentamente las ataduras de su amante y se tumbó a su lado. Segundos después se encontró siendo abrazado por ese hombre al que amaba desde hacía años.
-Te quiero, siempre lo he hecho. Pero te prometo que a partir de ahora te lo demostraré más. Mi niño.- Tomha beso la frente de su “kobito”.
-Thoma, ya no soy un niño.- Suguru se quedó dormido a su lado. Soñando con una vida juntos y rezando por que su sueño se cumpliese