Me entregaré a ti.
Capítulo único.
Me pregunto, ¿Cómo comenzó esto?. En qué momento dejaste de ser mi amigo para convertirte en mi amante, en la persona más importante en mi vida, ¿En qué momento el mirarte me provoco acelerar los latidos de mi corazón?.
El mirar aquellos labios carnosos, el tener tu aliento mezclado con el mío, tu calor cobijando mi corazón, sentir tus caricias viajando por todo mi cuerpo... no importa la razón, en este momento éramos solo tú y yo embargados en aquel silencio disfrutando de nuestras caricias brindándonos calor mutuamente.
Tus brazos rodean mi cintura pegándome más a tu cuerpo, nuestras lenguas luchando por llevar el control, mis brazos rodean tu cuello haciendo más profundo aquel beso apasionado subiendo así la temperatura de nuestros cuerpos. Sin cortar el beso caminamos hacia la cama tropezando en el trayecto al llegar a esta me depositas lentamente en ella tu mirada conecta con la mía y me sonríes, te dedico una sonrisa tímida dándote a entender que todo está bien.
Te acercas a mi subiéndote lentamente en mi cuerpo depositas tiernos besos en mi frente bajando a mi nariz perdiéndose en mis labios, mis brazos nuevamente se posicionan detrás de tu cuello jugando con tus cabellos haciendo así más profundo aquel beso. Una de tus manos baja lentamente a mi camisa empezando a desabotonarla, siento tus fríos dedos rosar mi piel me remuevo bajo tu cuerpo acomodándome mejor para darte más espacio, cortas nuestro beso para depositar tiernos y mojados besos en mi clavícula bajando a mi cuello quedándote en el, lentamente tus manos tocan mis hombros pidiendo permiso para quitarme mi camisa, levanto un poco mi cuerpo para despojarme de ella.
Mis manos tocan tu pecho mientras mis labios buscan los suyos, al encontrarlos me acerco lentamente depositando un beso mariposa separándome con una sonrisa encontrando tu mirada, nos quedamos unos segundos así escuchando solo los latidos de nuestro corazón, mis lentes ya se habían perdido en una parte de nuestros besos, lentamente me acerque a ti y una vez a milímetros de tus labios levanto mi mano acariciando tu mejilla disfrutando de aquello preguntándome si esto es real.
Mis labios reclaman su calor, me acerco más un poco más, puedo sentir su aliento chocar con el mío para él terminar con aquella distancia uniendo nuevamente nuestros labios. Esta vez fue diferente, este beso tiene el toque de ternura de amor, es lento, sin prisa, tus labios besan delicadamente los míos como si se trataran de un cristal poco a poco los vas alejando hasta terminar con el, estaba por reclamar tus labios nuevamente pero tú lo esquivaste. ¿Qué hice mal? me pregunte, iba a preguntar pero entonces sentí tu aliento en mi oído y tiernamente me susurraste.
–Déjame hacerte el amor Rei.
Aquellas palabras hicieron sentir electricidad a mi cuerpo, depositaste un beso en mi oído y lentamente te fuiste separando acomodándome bien en la cama dejándome recostado bajo de ti. Tus manos empezaron su recorrido en mi pecho rosando mis pezones, mi mirada estaba en tus carisias mientras mis manos bajaban lentamente acariciando tus brazos hasta terminar en tu pecho igualando tus movimientos desabotonando tu camisa rosando tu pecho con mis fríos dedos, una de tus manos detuvo mis movimientos, me tomaste ambas manos para posicionarlas detrás de mi cabeza, bajas por mi cuello brindando un beso sin dejar espacio, recorriendo cada centímetro de mi pecho con tu lengua mojada y besos húmedos. Tus labios llegan a mis pezones, los miras un segundo para después perder tus labios en ellos succionando primero uno y luego otro hasta dejarlos rojizos, mi mirada sigue cada uno de tus movimientos una de mis manos cobra vida acercándose a tu cabello enredándola en el.
Bajas lentamente a mi abdomen deteniéndote en mi ombligo lamiéndolo con tu lengua provocándome un leve estremecimiento. Tus manos siguen su recorrido por mi pecho, me remuevo un poco buscando tu mirada hasta que captas mi indirecta subiendo nuevamente a mi rostro y juntas tu frente con la mía, cierro mis ojos dejándome llevar por tu aroma, besas la punta de mi nariz mientras siento tu mano llegar a mi entrepierna apretándola ligeramente, doy un respingo por esto al parecer por fin notas mi temor.
–Abre los ojos Rei, no te haré daño lo prometo amor.
Aquella palabra hizo acelerar mi corazón, ¿Acaso me dijo “amor” o es tanto mi deseo que ya alucino?. Siento su mano bajar el cierre y el botón de mi pantalón rozando en el camino mi bóxer, siento mi cara arder, llevo un brazo a esta tapándome así evitando que él vea aquel sonrojo, siento como levanta mis caderas bajando lentamente mi pantalón.
Una vez solo en bóxer abre mis piernas posicionándose entre ellas, con su mano aleja mi brazo de mi cara lo miro a los ojos mientras veo como uno de sus dedos se acerca a mi rostro, aquel dedo baja a mi nariz y terminando en mis labios.
–Tan hermoso.
Te escucho decir, aquel dedo sigue bajando lentamente a mi cuello, mi pecho, mi ombligo, hasta tocar el borde de mi Bóxer.
–Rei abre los ojos.
Al abrirlos lo primero que veo es tu rostro cerca del mío, brindándome una sonrisa toma mi mano acercándola a su pecho dándome a entender que continúe con lo que deje hace rato pues era cierto el aún tenía toda su ropa puesta, poco a poco aquella camisa va cayendo por sus brazos admirando cada centímetro de él, una vez desnudo aquel musculoso torso mis manos viajan en el tocando y saboreando cada parte.
Mis manos continúan con el recorrido hasta llegar al pantalón de Makoto delineando el borde de este bajando lentamente el cierre buscando su mirada, una vez encontrado aquel botón estorboso lo quita acercándose a él y brindándole un beso, al separarse Makoto se levanta de la cama para terminar quitándose el mismo su pantalón y con el los bóxer quedando al desnudo frente a mis ojos, poco a poco gatea hasta quedar encima nuevamente recostándolo con suavidad para comenzar a besar mis labios, me dejo perder sintiendo el cuerpo de Makoto, sintiendo aquella electricidad correr por mi cuerpo, soltando el primer suspiro al sentir aquel miembro rosarse con el mío. Mi cuerpo se estremece, comprendiendo lo que sucedería, me entregaría a él, le daría mi primera vez a Makoto, mi mejor amigo.
.
.