Hifefilia: El placer sexual se obtiene al tocar, sentir o rozar contra la piel los objetos ajenos como ropa, cabellos, piel, etc. Habitualmente, se trata de objetos utilizados en las principales zonas eróticas del cuerpo de la pareja como ropa íntima. (MidoTaka)
Excitado, su piel tenía una temperatura alta y sus manos se movían sobre su cuerpo mientras dejaba salir algunos gemidos con lujuria. ¿Cómo llego a esto? Su respuesta era simple... Shin-chan tenía TODA la culpa.
Todo empezó por que el escolta “olvido” en los vestidores del gimnasio aquella prenda, por obviedad, usada. El color negro de los boxes del peliverde pararon en las manos del pelinegro, quien apenas llegó a la privacidad de su recamara se encerró en esta y le dio rienda suelta a su imaginación.
Pervertido, no lo negaba...es más, se autoproclama un pervertido. Si bien no veía que fuese algo incorrecto, sabía que para la sociedad era mal vista su forma de amar. El hecho de amar a otro hombre ya era mal visto, y no le interesaba saber qué palabra usaría si supieran que fantasea con él.
Midorima Shintaro, a que muchacho con una fe realmente extraordinaria en lo que dijese Oha Asa, el chico que lo seducía con esa actitud tsundere y esa pestañitas que le coqueteaban cada vez que pestañaba. Ok, es posible que no fuese de todo cierto, pero él así lo veía y nadie podría convencerlo de lo contrario.
Su mano derecha se paseaba por el largo de su miembro, dando leves carisias a este, y con la izquierda tocaba la ropa interior del mayor. Una idea la pasó la mente, coloco aquella prenda cerca de su nariz y comenzó a aspirar su aroma, olía exactamente a Shin-chan, o eso le parecía a Takao.
Froto su nariz por el lugar en el que iría aquel miembro, beso la prenda y la bajo a la altura de su propio miembro. Con ambas manos estimulo su pene, que comenzaba a gotear un poco.
¿Culpa?... tal vez un poco, ya que le mentía a su amado cada vez que desaparecía alguna de sus prendas. Pero nunca se arrepentiría de sentir aquel placer, del éxtasis que le hacía pensar que aquella prenda la había llevado puesta el chico de pelo verde.
Con lo que salió de pre-seme lubrico los dedos de su mano, bajo un poco más, rozo sus testículos para seguidamente toquetear su ano, dejándolo un poco húmedo. Con cuidado comenzó a meter uno de sus dígitos, el chico sentía que algo recorrió su espalda, imaginar que esa mano es la que tanto cuida Midorima lo hacía aumentar su deseo.
Midorima Shintaro ignoraba lo que su compañero y “amigo” fantaseaba, mucho menos que el pelinegro era el culpable de que desaparecieran algunas de sus prendas al salir de las duchas y que después regresaran limpias al día siguiente. El adjudicaba a que era a que posiblemente no guardaba bien las cosas y que estas terminaban en algún lugar de los vestidores, que cuando uno de los encargados del mantenimiento llegaba y veía su ropa, simplemente se la llevaba y después la lavaba para regresarla el lunes temprano. Aunque ahora que su ropa interior desapareció… pensaba seriamente en revisar 2 veces su maleta antes de salir del vestidor.