Camus Jouvet era un joven con un gran poder económico. A pesar de ello era un muchacho serio y humilde, siempre trataba de dar lo mejor de si. Era bastante estudioso e inteligente. Era de apariencia femenina, de cabello aguamarina hasta la cadera, de ojos azules, su tono de piel no era ni muy blanca y ni muy oscura, era hermoso. Su mejor amigo era Milo Vryzas, un joven que no dudaba en sacar cara por la gente que le importaba y sobre todo por Camus, algo que le atraía mucho.
Ambos estudiaban en Francia, nacionalidad de Camus, Milo dejo Grecia por Camus, porque deseaba estar con él.
Se conocieron en la pre escuela donde en un principio Milo insitaba a Camus a participar en sus travesuras. Ninguno entendía como se habían hecho mejores amigos, pero algo si sabían, que se entendían entre ellos. Al casi terminar la secundaria Camus se dió cuenta de sus sentimientos por Milo. En realidad le amaba, le gustaba mucho, le encantaba cuando lo defendía le gustaba todo de Milo y a Milo le pasaba lo mismo.
Era la hora, justo ahora era el momento, era la ceremonia de fin de año, la graduación. Acababa ya la ceremonia y salieron por orden de apellido cada estudiante. Camus le había dicho que lo esperaría a la salida, que le tenía una sorpresa. Eso hizo que Milo casi saliera empujando a todos, entre la multitud buscaba a su amado francés con la mirada, cuando puedo ver unos cabellos aguamarinas moverse entre la multitud se aproximó a llamarlo.
- ¡Camus!. - El galo volteó a ver al griego para sonreírle.
- Milo, me alegra encontrarte, vamos por allá. - Lo tomó del brazo guiándolo a una banca en un lugar apartado de toda la gente, ambos se sentaron donde Camus guardó silencio unos instantes.
- Al fin acabamos... ¿Qué querías decirme?. - Preguntó curioso el griego, Camus solo de limitó a sonrojarse y ver al griego. Milo era perfecto, tenía un cuerpo bien esculpido, era de tez morena, de cabello azul y de ojos celestes como el cielo. Verlo ahí con traje de gala a su ladl mirando disumaladamente como se iba desabrochando la camisa por el calor hacía que su corazón palpite muy rápido y sin pensarlo soltó sus palabras de amor.
- Mi-Milo.... Me... ¡Me gustas mucho! Yo... ¡Je...Je' t aime Milo!. - Milo se quedó sorprendido al escuchar a Camus, fue ahí cuando vió una cajita de chocolates en forma de corazón. Camus se había levantado inclinandose para dejar la cajita frente a Milo. Este sonrió y lo tomó delicadamente de las manos dejando en Camus cierta sorpresa y duda. Milo lo tomó de los brazos para jalarlo hacia si para abrazarlo con ternura dejando a Camus con mayor sorpresa.
- S'agapo Camus.
- Mi.....Hmmm... - Camus quería responder pero fue callado al sentir los labios de Milo sobre los suyos. Así sellando su eterno amor.
La familia de Camus y Milo se enteraron de su relación y ninguna tuvo problema ya que en esta época ya había más libertad en cuanto a sexualidad. Con sus años de estudio y trabajos de medio tiempo se hicierón construir una mansión muy hermosa, los padres de Camus aportaron un poco dandoles una mansion vieja pero con el trabajo de ellos la remodelaron. Se habían forrado de dinero, las oportunidades les aparecían y no desaprovechaban, juntos de hicierón la fortuna estando jóvenes y con apoyo de sus padres. Pero Camus ya estaba cansado, quería una familia, tener hijos. Aún en esta época moderna no podía un hombre procrear, por lo que se ponía muy triste pero Milo lo animaba y le pedía que sea paciente. Pues tras el fallecimiento de cáncer de piel del padre de Camus, Camus se quedo con todo el dinero y ya no le hacía falta trabajar. Se quedaba en casa sin hacer nada, solo leía y leía. Se casó con Milo antes de perder a su padre, con tan solo 20 años.
Poco tiempo después Camus acepto la idea de adoptar ya que se cansaba de que los sirvientes hagan todo pensó que podría ser mejor si adoptaban un bebé.
Ese día era un martes, hacía frío pues empezaba invierno, segunda semana de Noviembre. Fueron al orfanato "Galar". Vierón a muchos niños pero una niña les llamó la atención, una niña de cabello negro y ojos cafés, era tranquila no lloraba ni hacía escandalo y al verlos la pequeña les sonrió levantando sus manitos. Un sentimiento paternal nació en ellos al ver a esa bebita, tal vez no se les parecía pero tenían la sesación de que era la niña que siempre quisieron tener.
Los papeles de la adopción fueron rápidos sin embargo había algo curioso. Milo preguntó porque la pequeña estaba ahí y como fue su llegada. La respuesta de la directora fue:
- Verån llegó la pequeña de una manera poco común. Antes les dejaban en una canasta pero aveces nosotros los encontrabamos en las calles en cajas o cunas pero ahora los traen en persona y los dejan pero ella fue diferente. Cuando tocaron la encontramos en brazos de una muñeca de porcelana. La bebé no lloraba, la muñeca estaba en el suelo abrazando a la pequeña que traía una carta y un collar con su nombre escrito. Dejenme mostrarles. - La directora, una mujer de cabello lila y ojos del mismo color, de tez blanca se acercó a una caja de donde sacó la muñeca que la dejo sentada en un sillón, sacó la carta junto al collar. Milo miró aquella muñeca, parecía viva, era tan humana. La muñeca era de cabello negro con dos coletas, ojos cafés, llevaba puesto un vestido muy bien decorado de color rosa con detalles. En su cabello unas moñas con cintas que en las puntas habían dos cerezas, el vestdo era hasta más abajo de la rodilla, medias hasta arriba de la rodilla de color rosa con puntitos rosa más oscuros. Su zapatos eran gruesos al estilo infantil de color rosa oscuro. En sus sus manos llevaba un anillo con la forma de un pastel, tenía uñas largas pintadas con figuras de dulces.
- Milo...- Lo llamó Camus y volvió su vista a la directora, Pandora, que le alcanzó la carta la cual decía:
" Lamentamos no poder cuidar a nuestra hija pero no tenemos los recursos para ella, somos buscados por un hombre loco, seguro nos asesinara, por favor cuiden de Camie, sabemos que estara en buenas manos. Su cumpleaños es hoy, 20 - 06
Apenas la di a luz pero la quiero y quiero que sea feliz con una familia normal. "
Camus y Milo se quedaron perplejos y Pandora les mostró una noticia del periódico donde 10 personas fallecierón a causa de un hombre y este asesino murio junto a ellos en un vehículo que se estrello. En las fotografías aperecía una pareja que se parecía a Camie. Milo y Camus guardaron un momento de silencio.
- Cuidaremos a la niña, no tiene la culpa de nada, y cumpliremos el deseo de sus padres.
- Entonces la niña Camie ahora es su hija.
Los tres salieron de la oficina sin embargo Camus pidió llevar la muñeca ya que pensó que sería bueno que al menos quedara un recuerdo de los verdaderos padres de Camie.
Milo conducía el auto mientras Camus llevaba a la pequeña en sus brazos, parecía cómoda.
Al llegar a casa ya tenían todo listo, los sirvientes se encargaron de armar la cuna de la bebé y de organizar sus juguetes. La muñeca fue acomodada en el salón, fue difícil buscar donde ponerla ya que medía al rededor de 1.53 metros.
Los días pasaban muy bien Camus y Milo por fin estaban felíces de poder criar a una niña. Ya habían pasado tres años y Camie era toda una habladora, aprendió a caminar muy bien, también a correr, pero cada vez siempre iba donde su querida muñeca de porcelana con la que siempre la veían hablando. Para nadie era un comportamiento raro, ya que era pequeña. Milo comenzaba a sentirse atraido por la muñeca, le parecía hermosa y deseaba que estuviera viva. Comenzó a obsecionarse tanto que aveces bailaba con ella pero no bailaba con música bonita, si no con una música de cajita musical pero un poco transtornada, Milo parecía felíz. Camus al ver su comportamiento llamó a un psicologo el cuál poco a poco ayudó a que dejara su obseción por la muñeca.
Para la fiesta de cumpleaños de Milo, este notó que en las fotos en las que salía la muñeca esta cambiaba de expresión, de una adorable a una triste y de triste a una psicopata. Extrañado por eso recortó el rostro de la muñeca pero lo que le llamó la atención fue que al volver a verlas la muñeca seguía con la misma expresión, adofable. Más confundido buscó coincidencias en internet. Salieron fotos de una adolescente llamada Camie, encontró un dato curioso.
" Joven desaparecida"
Sin querer Milo ocultó la dirección de su IP y entró a la Deepweb donde buscó el nombre de Camie, ahí le salió las mismas fotos pero bajando más abajo encontró un video el cual reprodució.
La joven pelinegra caminaba por la calle muy triste en eso la perasona que le grababa se acercó.
- Veo unos bonitos ojos.
- ¿eh?
- ¿No te gustaría ser hermosa?.
- Disculpe no lo conozco... - Se disponía a irse pero el hombre la detuvo.
- Quiero mostrarte algo.
Arrastró a la joven a su tienda donde ella quedo asombrada al ver fotografias de muchas chicas lindas.
- Yo puedo hacerte hermosa, solo necesito que duermas.
Le clavó una aguja con tranquilizante, la joven soltó un grito de dolor y cayó al suelo quedando dormida. Cuando despertó estaba atada en una mesa donde había sangre, un cuarto machado de sangre donde colgaban cuerpos de muñecas y de personas. La joven aterrada gritaba.
- Te haré hermosa. Primero te quitaré el peso.
Con una cierra perforó el estómago de la joven arracandole los órganos y sacandole los huesos. Cubría su cuerpo con porcelana y ligas, modificó su rostro, agrandó sus ojos, le colocó pestañas postizas, la maquillo, acomodó su expresión y la vistió.
- Otra muñeca humana para venderse.
El video concluyó ahí, Milo quedó horrorizado y apagó el ordenador. Fue al baño a vomitar puesto a que fue asquerosa aquella escena. No quiso creerlo por lo que distrajo su mente con otras cosas.
La muñeca caminaba cada noche cuidando a la pequeña pues después de haber sido asesinada despertó como muñeca pero en la noche no controlaba sus movimientos pero recordaba todo. Fue vendida a un viejo que le gustaban esas muñecas y eran usadas sexualmente. Esto le repugnaba, al aprender a usar su nuevo cuerpo una noche fue detrás del hombre que la mató y en busca de venganza rompió el freno del auto de aquel hombre. Antes de eso se dio cuenta de que había secuestrado gente el hombre pero no pensó que irían en ese auto. Ese hombre había hecho un trato con los padres de la bebé Camie dandoles fortuna a cambio de que le dieran a su hija. La muñeca sentía culpa y por eso se encargo de irse junto a la pequeña.
Camie no se separaba de la muñeca, Milo trataba de no recosrdar lo visto y lo ignoraba al igual que Camus. Sin embargo en las noches empezarón a escucharla reír y a oir una voz. Camus comenzaba a asustarse al escuchar la voz de alguien más. Una noche como otra Camus acunó a Camie y se fue a acostar, al rededor de las 12:00 PM escucho a la pequeña reir junto a una voz suave un poco aniñada que le llamaba por su nombre. Camus se asustó y despertó a Milo.
- Milo despierta, Milo...
- ¿Qué pasa Camus?
- Camie... Camie esta hablando con alguien...
- Debe ser algún sirviente.
- No, amor es otra voz, suena diferente, vamos a verla.
Milo se levanto casi obligado y vieron que Camie no estaba en la cuna, no era posible que ella sola haya salido, la buscaron hasta encontrarla en la sala con la muñeca, ambas sentadas en el sillón, Camie en las piernas de la muñeca. Milo y Camus se quedarón paralizados al ver aquello, Camie bajo sonriente y fue corriendo donde sus papás.
- Mami papi mi muñequita dice que esta sucia, ¿me la pueden limpiar?
Ni Camus ni Milo sabían que responder. Simplemente Camus tomó a Camie en sus barazos y salieron de ahí cerrando las puertas con llave. La muñeca no se había movido desde que Camus y Milo entraron. A la mañana siguiente Camus ordenó tirar esa muñeca y trató de engañar a Camie.
El sirviente obedeció pero la tiró a la basura con pena ya que era una muñeca muy bonita y parecía ser costosa. Camie buscaba a su muñeca y al no encontrarla se puso a llorar amargamente. Camus intentaba calmarla pero nada lograba, por la noche logró hacerla dormir pero esta se levantó, Camus la vigilaba con Milo y vierón como la pequeña salía, la puerta se abría de la nada, ambos asustados iban tras ella pero se perdía en la oscuridad. En eso vierón las puertas rascadas y rojas. Camus aterrado se aferró a Milo y caminando encontraron a uno de los sirvientes, estaba con las manos mal heridas y sangrando, estaba espantado, no hablaba, solo temblaba.
La pareja salió de ahí más preocupados buscando a su pequeña, paso a paso escuchaban una música de cajita, tratarón de abrir la puerta y llegaron a la sala donde vieron a la muñeca sosteniendo a Camie quien sonreía. De repente otras muñecas comenzarón a aparecer pero estas estaban ensangrentadas y llevaba cuchillos o algún arma blanca. No solo eso tenían el maquillaje corrido, estaban sucias y daban miedo pero se escuchaba un llanto. La pareja salió huyendo pero al hacerlo una muñeca los atacaba. Corrian y corrian encontrando cuerpos humanos, sangre, huesos y muñecas. Milo creyó que aquel video que vio era cierto. Se lo contó a Camus y ambos se aterraron más. Una muñeca los atacó y los separó. Milo fue arrastrado por varias muñecas y Camus se quedó solo en una habitación escapando de la muñeca. Milo fue llevado donde las dos Camie, quedó frente a la muñeca ya que la bebé estaba en la cuna. La muñeca se acercó a Milo acariciandole el rostro, estaba tratando de hipnotizarlo, de seducirlo. Milo caía en su trampa, la muñeca se abalanzo sobre Milo poco a poco comenzando un ritual sexual, Milo sentía que la porcelana parecía piel humana y estando bajo la trampa de la muñeca la tenía bajo su mercet. Camus se armó de valentía y tomó un martillo golpeandole la cabeza con este a la muñeca que quedo despedazada, sintió un dolor en el pecho y se dirigió a la sala donde vió a Milo prácticamente violando a la muñeca, pues esta mantenía sus genitales así su cuerpo tomaba fuerza pero Milo se debilitaba, Camus casi pierde la cabeza y fue a atacar a la muñeca que fue protegida por Milo.
- ¡Suéltame! ¡Milo!
Este tenía los ojos perdidos, fue ahí donde se dio cuenta que manipulaba a Milo. La muñeca se separó de Milo y tomó un cuchillo para atacar a Camus, le perforó en el hombro, Camus cayó del dolor y Milo al hacer contacto con la sangre de Camus reacciono y tomó el martillo golpeando así a la muñeca que cayó al suelo con la cabeza agrietada. Camus fue auxiliado por Milo y para su suerte el cuchillazo no fue profundo. Ahí escucharon un llanto, cuando la muñeca se levantó de sus ojos salían lágrimas negras. Levantó su cuchillo y lo elevó llorando.
- ¿Por qué?... ¿Por qué?...
La muñeca comenzaba a verse espeluznante y fue a atacarlos, Milo resultó herido en el brazo tras proteger a Camus, lo levantó y comenzarón a correr, parecía una danza de muerte pues las demás muñecas lanzaban cuchillos la bebé tras el ruido le lanzó una vasija y la dejo a la muñeca tirada llorando y poco a poco de ella salía sangre. Camus se sintió a penado y se acercó a la muñeca tomandola entre sus brazos. Milo también se acercó.
- Nunca....nadie.... me.... quizó.... Mis padres...mis abuelos..... mis hermanas ..... nadie....quizo....que...existiera . . .
-.....
- Solo... quería.... que alguien.....me quiera.....
La muñeca no movia sus labios pero se le escuchaba una voz interna. Camie, la bebé se acercó y abrazó a la muñeca.
- Mami te quiere, papi te quiere yo te quiero. Yo soy tu.
La muñeca volvió a romper el llantó y una luz la comenzaba a cubrir. El cuerpo de la muñeca comenzaba a podrirse y a desaparecer. Frente a ellos aparecio la joven que solia ser antes.
- Gracias.
Se despidio tristemente, era su alma, por fin podría descansar en paz solo le faltaba un poquito de amor.
Ya había amanecido y su hogar había regresado a ser el mismo. Encontraron los restos de la muñeca y de su cuerpo los cuales mandaron a velar y enterraron. Milo y Camus comenzaron una nueva vida e hicieron hacer otra muñeca igual. Esta cada noche se levantaba para velar los sueños de los demás, el alma de aquella muñeca nacio en esta nueva pero ahora no para despertar sus instintos salvajes, si no para proteger aquella familia que le dio un poco de amor. Esta vez no dejaría que la descubran. Solo estuvo dentro de esa muñeca dos días y renació en la pequeña bebé Camie que por azares del destino se llamaban igual, tenían la misma apariencia y nacierón el mismo día.
Cinco años más tarde Camus pudo procrear dos gemelos llamados Ian y Adan. Sentían que era un milagro pero vivieron felices.