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CONFESIONES por nurikosan

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Shun llama a la puerta de su hermano Ikki y sin esperar respuesta asoma la cabeza buscándole con la mirada.

- Ikki, ¿puedo pasar? Necesito hablar contigo.

- Claro hermano, pasa y ponte cómodo.

Shun entra cerrando la puerta tras de si y se sienta en la cama con las piernas cruzadas sobre la misma retorciéndose los dedos nerviosamente.

- Shun ¿qué te pasa? Te noto tenso y nervioso.

- Es que ya no puedo soportarlo más Ikki, necesito decírselo a alguien o explotare. Además necesito que me aconsejes sobre ello.

- Muy bien hermanito, dime de una vez que es eso que te preocupa tanto.

Ikki se sienta a su lado y le coge las manos entre las suyas para darle confianza y animarle a hablar con sus caricias.

- Veras es que yo... yo estoy enamorado.

- ¿Enamorado? ¡Pero eso es fantástico hermanito! ¿Quién es la afortunada?

- Ese es el problema Ikki. No es una chica, es un chico.

- ¿Un chico? ¿Me estas diciendo que estas enamorado de otro hombre?

- Eso es hermano, y no de un hombre cualquiera. Se trata de alguien muy especial y tengo miedo de perder su amistad si se lo digo.

El chico mayor le mira en silencio durante un rato pensando en que ha hecho mal al educarle y asimilando la noticia que le ha caído como un cubo de agua helada. Aunque pensándolo bien ¿por qué se sorprende si él mismo anda enredado con Yhoga? Se encoge de hombros y se echa en la cama para mirar a su hermano desde su nueva perspectiva.

- ¿Y quien es el afortunado? ¿Le conozco yo?

- Si, vive aquí en casa.

- ¿No será ese loco de Seiya? Porque si es así ya estas olvidándote de él, no quiero a semejante desastre como cuñado...

- No se trata de él sino de... de  - Shun desvía la mirada enrojeciendo hasta la raíz de su verde cabello- Se trata de Shiryu.

- ¿El dragón? Hmmmm, no esta mal, me gusta. Es un hombre serio, con la cabeza sentada, tiene un buen trabajo como profesor de filosofía oriental, es fuerte y muy consecuente con sus actos. Estoy contento, has hecho una gran elección.

- Me alegro de que te guste, pero el problema es que él no lo sabe y nunca me ha demostrado nada más que una gran amistad y yo no se como acercarme a él, como hacerle ver al hombre que hay en mí...

- Te ayudaré – dice sentándose nuevamente a su lado- Lo primero que tenemos que hacer es averiguar si sus inclinaciones sexuales son las mismas que las nuestras y...

- ¿Nuestras hermano? – pregunta Shun asombrado- ¿A quien amas tú?

- ¿He dicho nuestras? Ha debido ser un desliz, quise decir tuyas.

- Ikki... dime de quien estas enamorado.

- ¿Yooo? Sabes que una vez amé a Esmeralda profundamente y que ahora no soy capaz de querer a nadie de ese modo.

- Hermano... dime su nombre o te haré cosquillas hasta que lo hagas.

- ¡No te atreverás! – le dice protegiéndose el abdomen con la almohada y retrocediendo hasta la pared.

- ¡Claro que lo haré!

Shun se lanza sobre su hermano mayor y comienza a hacerle cosquillas por la cintura y el abdomen con sus rápidos dedos mientras el moreno estalla en carcajadas y manotazos para tratar que quitarse las manos de encima sin conseguirlo.

- De acuerdo, de acuerdo – dice agotado entre risas- Tú ganas hermanito te diré mi secreto. Pero para ya, no puedo más. Se trata del pato, estoy loco perdido por Yhoga, y me atrevería a decir que pronto será oficial.

- ¡Yhoga! Me alegro mucho hermano, es la pareja perfecta para ti, os complementáis a la perfección.

- Gracias, me alegra oír eso. Y ahora volvamos a tu problema más inmediato. Esta noche hablare con él, tratare de averiguar si tiene alguna pareja que nosotros no sepamos y si le gustan los hombres o las mujeres. ¿Te parece bien?

- Pero prométeme que en cuanto lo averigües vendrás a decírmelo rápidamente.

- Te lo prometo

Shun sale de la habitación de su hermano y se va a la suya para continuar con sus estudios de magisterio sin poder contenerse al pensar constantemente en lo que pueda decirle a la noche su hermano mayor.

Esa noche después de la cena que transcurre como siempre Ikki coge una botella de shake e invita a una copa a Shiryu en la terraza. Este asiente y salen juntos para sentarse en un columpio para dos. Ikki sirve dos copas y le tiende una al dragón para a continuación alzar la suya en un mudo brindis que es correspondido por este.

- Una gran noche – comenta el fénix mirando el negro cielo estrellado.

- Si que lo es, me recuerda a las noches que pasaba al raso en Rozan. A veces las hecho de menos.

- ¿Echas de menos las estrellas o alguien que te diera calor?

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Bueno, en las pocas veces que hemos ido a visitarte allí parecía que había una gran complicidad entre Shunrey y tú.

- Pues para tu información no es nada de eso. Ella es como mi hermana pequeña, la quiero mucho pero solo como eso, una hermana. Además no me atraen las mujeres en ese sentido.

- Vaya, vaya que calladito lo tenías. Así que te gustan los hombres, eso esta bien, pero que muy bien.

- ¿Qué quieres decir con eso? No hay ningún motivo para que vaya pregonando a los cuatro vientos que me gustan los hombres y tampoco entiendo porque dices que esta muy bien.

- Bueno, es que verás a mí también me gustan los hombres, y más concretamente uno de nosotros cinco: Yhoga. Es más que probable que en unas semanas anunciemos nuestro compromiso.

- Me alegro por ti, espero que seáis muy felices.

- Gracias, tomemos otra copa y esta vez brindemos por mi felicidad con el pato.

Shiryu le tiende la copa para que se la llene volviéndose a quedar callado durante unos minutos para al cabo de los mismos aspirar profundamente aire varias veces y girar el rostro nuevamente hacia Ikki.

- Y tu hermano Shun ¿lo sabe? ¿Qué piensa de ello?

- Se lo dije esta mañana y esta encantado, dice que nos complementamos a la perfección.

“- Entonces no le repugnan las relaciones entre hombres” – piensa para si mismo girando distraídamente el vaso entre los dedos.

- ¿Qué piensas Shiryu? De pronto te has quedado muy callado.

- Ikki, ¿tú hermano tiene algún pretendiente de cualquier sexo? ¿Sabes si su corazón ya tiene dueño?

- Pues efectivamente esta locamente enamorado – le dice con una traviesa sonrisa bailando en sus labios- Me lo dijo esta mañana y curiosamente también se trata de un hombre, supongo que debe ser cosa de familia.

- Me alegro por él – dice en un susurro con el corazón traspasado por el más profundo dolor que no se da cuenta de que presiona fuertemente la copa hasta romperla y cortarse ligeramente con los cristales.

- ¡Shiryu! – exclama Ikki dejando la suya en el suelo y sacando un pañuelo comienza a limpiarle la mano para terminar anudándolo alrededor de la misma.

- Lo lamento, ¿puedo hacerte una pregunta antes de retirarme?

- Claro que si, dime de que se trata.

- ¿Sabes el nombre de su amor? ¿Puedes decírmelo?

- Si que lo se, pero no se si debo hacerlo, eso puede acarrearle problemas a mi hermano, quizás ellos no quieran hacerlo público aún.

- Entiendo. Seguro que es muy feliz con ese hombre, pero si en algún momento le hace daño, de la forma que sea, se las tendrá que ver conmigo.

- Detecto celos, ¿es posible que sientas algo por mi hermano?

- Algo no – contesta escondiendo el rostro entre su cabello- Le amo, pero nunca me he atrevido a confesárselo. Tengo miedo de que me rechace asqueado por mi amor hacia él y perder su preciosa amistad.

- ¿Aceptarías un consejo mío?

- Claro que si – contesta volviéndose hacia él con una luz de esperanza en su mirada.

- En ese caso, sube a su habitación y declárate sin perder tiempo.

- Pero si hago eso se enfadara o me dirá que no me corresponde...

- Haz lo que te digo, te llevaras una gran sorpresa.

El dragón le mira sin saber que pensar pero sigue su consejo. Sube lentamente las escaleras y se detiene en la puerta de Shun. Llama tímidamente a la misma y espera impaciente a que le den permiso para pasar.

- Hola Shun, espero no haberte despertado – le dice una vez dentro de la habitación y la puerta cerrada tras él.

- Tranquilo, no estaba dormido. Pasa y siéntate a mi lado. Dime ¿en que puedo ayudarte?

- Veras hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo y nunca me he atrevido...

Shun le mira ansiosamente caminar de un lado a otro de la habitación con el corazón latiéndole cada vez más deprisa.

- ¿De que se trata? – le pregunta en un tembloroso murmullo.

- Yo estoy... estoy enamorado de ti – le suelta de golpe mirándole a los ojos.

- ¿Es eso cierto? – pregunta el peliverde levantándose y acercándose a él lentamente sin apartar la mirada de sus hermosos ojos.

- Lo es Shun, yo te amo locamente pero entenderé perfectamente que tú no me correspondas. Ikki me ha dicho que tu corazón ya tiene dueño. Quiero pedirte que me dejes seguir siendo tu amigo y que si ese hombre te hace daño solo tienes que decírmelo y se lo haré pagar.

El muchacho no dice nada solamente le mira sin poder creérselo del todo. Cuando llega a su lado se alza en puntas y rodeando su talle y su cuello con sus brazos acerca sus labios a los del dragón.

- Bésame – murmura junto a su boca- bésame... Shiryu yo te amo. Te amo desde hace tanto tiempo que me parece una eternidad.

- Pero tu hermano me dijo que tú...

- Shhhh, no digas nada. Yo le pedí a mi hermano que averiguara a quien habías entregado tu corazón y si tendría alguna oportunidad contigo.

- Shun, mi pequeño Shun cuanto tiempo hemos perdido por nuestros miedos infantiles.

Sin decir nada más une sus labios a los del muchacho en un largo y apasionado beso hasta que han de separarse en busca de aire para volver a juntarlos. Shiryu le coge en brazos y le deja en la cama muy dulcemente.

- Shun, ardo en deseos de amarte, de hacerte mío para siempre pero si consideras que debemos esperar un tiempo para ello no habrá ningún problema por mi parte.

Antes de que Shun pueda contestarle escuchan unos golpes en la puerta seguidos de una risa divertida.

- Nada de esperar. No perdáis el tiempo, no hay nada más maravilloso que hacer el amor con la persona elegida.

- Lo siento – dice Shun avergonzado por la actitud de su hermano mayor.

- No te preocupes, nada de lo que él haga me sorprende. Además no es tan malo ni tan antipático como se esfuerza en aparentar. Y ahora mi amado niño ¿qué quieres que haga? ¿Me voy o me quedo?

- Quédate, quédate junto a mí para siempre.

- Nada ni nadie podrá separarme de ti Shun. Desde este momento juntos para siempre.

Shiryu se desnuda muy lentamente frente a Shun que no puede apartar sus ojos del cuerpo del dragón, devorando con la vista cada centímetro de piel que queda al descubierto. Cuando termina se sienta en el borde de la cama y después de mirarle unos segundos a sus verdes ojos comienza a desabrocharle la camisa, muy despacio, acariciando y besando cada tramo de su delicado cuerpo que va descubriendo. A continuación le pasa una mano por la nuca para levantarle y quitarle la camisa para después deslizar sus manos por su cuerpo, delineando con la yema de los dedos sus pectorales y abdominales perfectamente esculpidos. Se inclina sobre él y le besa en los labios para descender por su cuello y hacer lo mismo en sus rosados pezones, lamiéndolos delicadamente con la lengua, lo que arranca suspiros de placer de Shun.

- ¿Te gusta? – le pregunta alzando el rostro con una gran sonrisa.

- Si... me gusta... nunca había sentido algo así... quiero más... Shiryu quiero mucho más...

- Lo tendrás precioso mío, lo tendrás...

El dragón lleva sus manos al pantalón del peliverde para desabrocharle y bajárselo muy lentamente por sus piernas. Sube las manos por las mismas, disfrutando de su suavidad y su perfección hasta alcanzar el pequeño slip que usa. Pasa la palma de la mano por encima del mismo acariciando su sexo circularmente, sintiendo como responde a sus estímulos.

- ¿Qué me pasa? – pregunta Shun en un murmullo- ¿Por qué siento tanto calor? Mi cuerpo arde por dentro... pero me gusta...

- No te preocupes – le responde en un susurro entre besos a su hermoso rostro- Es normal, solo es el principio.

Ahora le quita el slip lanzándolo sobre el resto de la ropa al suelo y contempla en silencio el excitado miembro del muchacho relamiéndose los labios al hacerlo.

- No me mires... me da vergüenza...  – solloza Shun cubriéndose su enrojecido rostro con las manos.

- Eres muy hermoso Shun – le dice apartándole las manos con delicadeza- Mucho más de lo que he imaginado en mis largas y solitarias noches... mucho más... no te avergüences de ello, al contrario... debes estar orgulloso de tu belleza... una belleza que es pareja a la de tu corazón...

El muchacho le mira totalmente ruborizado y con labios temblorosos busca los del moreno para besarle con torpeza, mordiéndolo ligeramente.

- Lo siento – se disculpa- nunca he estado con nadie, no se si lo hago bien.

- Lo haces muy bien precioso. Y no te preocupes por eso, yo seré tu maestro, te enseñare todo lo que necesitas saber...

Se inclina sobre él besándole mientras separa sus piernas y se coloca entre ellas, de forma que los sexos de ambos se rozan. Comienza a moverse estimulándole frotándose contra él, pellizcando sus pezones delicadamente y besando su cuello para terminar subiendo a sus labios nuevamente.

Shun desliza sus manos por la escultural espalda del dragón muy lentamente hasta llegar a sus nalgas donde las deja reposar unos minutos antes de atreverse a presionarlas ligeramente arrancando un gemido de placer del moreno.

- ¿No te ha gustado? – pregunta tímidamente hundiendo el rostro en el cuello del dragón.

- Me ha encantado, sigue acariciándome de ese modo y presiona todo lo que quieras Shun, mi cuerpo te pertenece al igual que el tuyo a mí.

Ante esa respuesta sonríe en silencio y continua con sus asustadas caricias y presiones, tomando confianza en si mismo y haciéndolas cada vez más atrevidas hasta el punto de llevar sus dedos a la entrada de Shiryu para apartarlos rápidamente.

- ¿No quieres averiguar que hay dentro? – le pregunta con una picara sonrisa.

- Has dicho que me ibas a enseñar... prefiero esperar a saber todo lo necesario para hacerte gozar...

Shiryu se desliza por su cuerpo saboreando la piel del muchacho hasta llegar a su miembro. Le coge por la base y comienza a lamerlo muy despacio: primero un lado, luego el otro. La mano libre la utiliza para masajear los genitales mientras sus labios besan cada centímetro del endurecido pene.

Shun tiene los ojos cerrados, las mejillas rojas y sus labios entre abiertos jadeando a causa del cúmulo de sensaciones nuevas y muy placenteras que recorren su cuerpo. Sus manos están aferradas a las sábanas y sus temblorosas piernas totalmente separadas.

Después de torturarlo con besos, lamidas y caricias Shiryu decide que es hora de devorarlo y saborear su blanco néctar. Deposita un dulce beso en el glande y le pasa la lengua en toda su extensión para metérselo en la boca y comenzar a succionar lentamente al principio. Su lengua no se esta quieta en ningún momento, sino que se desliza por él, presionando o golpeando en distintos lugares pero prestando una especial atención al glande.

Shun gira el rostro de un lado al otro gimiendo, sus caderas se elevan instintivamente y sus manos se sueltan de las sábanas para hundirse en la negra cabellera de su amante que se esparce a su alrededor acariciadoramente. Presiona levemente en la cabeza del dragón pidiendo de ese modo más y más mientras sus gemidos van en aumento al igual que el movimiento de su cuerpo. Un cuerpo que ya no puede ni quiere controlar.

Shiryu acelera sus succiones y caricias obedeciendo a los deseos de su niño deleitándose con los gemidos y suspiros que le arranca. Cuando consigue su deseo lo recoge todo en su boca, sin derramar una sola gota y se incorpora para besarle y darle a probar su propio sabor.

Shun abre los ojos completamente al sentir su semen en el interior de su boca, al principio siente una arcada pero logra reprimirla y tragar paladeando la espesa sustancia por primera vez.

- ¿No te ha gustado? – le pregunta el dragón que ha estado muy atento a todas sus reacciones- No volveré a darte. No quiero que hagas cosas que te disgustan...

- No me ha disgustado, es solo que me ha pillado por sorpresa y bueno... – se sonroja y esconde el rostro en el pecho del moreno susurrando sus siguientes palabras- me ha gustado, al final me ha gustado mucho.

- ¿En serio te ha gustado? – le pregunta levantándole el rostro y obligándole a mirarle.

- Eres malo, te gusta avergonzarme... me ha gustado mucho.

- No te enojes mi niño, es que estas espléndido cuando te ruborizas de ese modo. Y ahora, moja mis dedos, inúndalos con tu saliva... así, muy bien amor.

Cuando considera que los tiene suficientemente mojados los retira de su boca para introducir uno de ellos con mucho cuidado en su interior y girarlo lentamente.

- Me duele... me duele mucho... – gime el pequeño Shun aferrándose a los brazos de Shiryu y tratando de ocultar las lágrimas de dolor que brotan espontáneamente de sus ojos.

- Lo se, pero solo es el principio, te prometo que pronto empezaras a disfrutar. Trata de relajarte, te será menos doloroso... así muy bien, mucho mejor mi amor...

A los pocos minutos introduce un segundo dedo para acompañar al primero en su recorrido circular. Cubre de besos el rostro de Shun, restañando con sus labios las diminutas perlas que se deslizan por sus mejilla desde sus verdes ojos. Susurra hermosas palabras de amor sobre sus labios para besarlos y ahogar sus dolorosos gemidos. Al poco tiempo los saca y guiando su propio miembro hasta la dilatada entrada comienza a empujar muy lentamente, parando en cada centímetro que introduce, besando y acariciando a un tembloroso Shun que esta fuertemente aferrado a él, clavando sus dedos en la espalda del dragón hasta el punto de hacerle pequeños cortes con las uñas. Cuando llega al final se detiene unos minutos para que se acostumbre a su invasión.

- ¿Mejor? ¿Más tranquilo mi amor? – le pregunta acariciando dulcemente su cabellera.

- Si, pero ve con cuidado, es doloroso... nunca imagine que el amor pudiera doler así.

- Veras como en seguida comienzas a disfrutar... tú solo relájate todo lo que puedas y déjate llevar libremente por tus instintos.

- Lo intentare... pero si hago algo que no deba quiero que me lo digas...

- Lo haré, pero eso no ocurrirá, ten confianza en ti mismo.

Comienza a moverse con un ritmo lento atento al más mínimo gesto de dolor por parte del muchacho para detenerse inmediatamente. Aumenta el ritmo progresivamente, sintiendo como Shun relaja los dedos en su espalda, como sus caderas comienzan a adoptar el ritmo de las suyas hasta fundirse con ellas, como sus manos comienzan a recorrer su cuerpo arrancándole gemidos de placer y como sus labios buscan los suyos para besarlos por iniciativa propia una y otra vez al tiempo que sus piernas se cierran alrededor de sus caderas temblorosamente.

- Me gusta... tenías razón, me gusta mucho... más deprisa... Shiryu... más deprisa... por favor... más

El dragón con una gran sonrisa de placer obedece a su niño incrementando su velocidad al máximo, cabalgando sobre él sin control, acariciando su cuerpo, mordiendo su cuello, sus pezones, sus labios, bebiendo de su boca hasta saciarse por completo, lamiendo su piel cubierta de sudor hasta que explota en su interior con un grito de placer satisfecho.

Shun grita al sentir el ardiente calor quemando sus entrañas al tiempo que presiona con sus piernas y su abrazo se hace más firme para relajarse cuando siente a Shiryu caer agotado y respirando trabajosamente sobre él.

- ¿Estas bien? ¿Te ha gustado? – le pregunta el moreno alzando el rostro y apoyando la barbilla en su pecho mirándole amorosamente y acariciando sus brazos.

- Me ha gustado mucho – susurra suspirando profundamente- tanto que quiero que lo repitas cuando te recobres.

- Hmmmm, espero no haber creado un adicto al sexo.

- Un adicto no se, pero si se que quiero hacerlo todas las noches varias veces... – se calla al ver la expresión de pavor en el rostro del dragón para proseguir apresuradamente al cabo de unos segundos- Yo te cuidare, no te dejare hacer trabajos extras, me ocupare de que no te falte nada...

- Tranquilo mi amor, solo era una broma. Te aseguro que nada me causará más placer que cabalgar sobre ti todas las noches, aunque espero que tú también lo hagas sobre mí cuando consideres que estas preparado.

- Lo haré, pero de momento quiero que seas tú quien lo haga...

- Será todo un placer para mi.

Después de un largo beso se acomoda en sus brazos, abrazándole para caer rápidamente ambos en un profundo y reparador sueño.

Al día siguiente y a media mañana la puerta de la habitación es abierta de par en par para dar paso a un Ikki y a un Yhoga que llevan una bandeja cada uno repletas de apetitosas frutas, leche, cereales, bollos, café y todo lo necesario para un nutritivo y reparador desayuno.

- ¡Hermano! – grita Shun sentándose de golpe en la cama y cubriéndose con las sábanas- ¿Qué significa esto?

- Yhoga y yo hemos pensado que tendríais hambre después de la noche tan ajetreada que habéis pasado. Os hemos oído desde nuestra habitación – se sienta al lado del chico y revuelve su verde cabello- Ya eres todo un hombre Shun.

- Ikki, te agradezco el desayuno... pero no quiero que lo tomes como costumbre. Tu hermano y yo nos levantaremos cuando creamos conveniente a partir de ahora, y agradeceríamos que no invadierais nuestra intimidad aunque sea por un desayuno tan copioso como este.

- Vamos, Shiryu no te enfades – replica Yhoga dejando su bandeja sobre las rodillas del moreno- solo será por esta vez. Para celebrar vuestra unión de hecho y ayudaros a recuperar las fuerzas, realmente habéis gritado mucho.

-¿Gritado? – dice una cabeza asomando por la puerta- Han aullado, no me habéis dejado dormir en toda la noche. ¿Os parece bonito? Ikki y Yhoga pueden calmarse juntos pero ¿y yo? ¿A mí quien me calma? ¡Me habéis puesto a cien con vuestros gemidos y he tenido que desahogarme en el baño yo solo, no es justo...

- Seiya, lo siento, no fuimos conscientes de gritar tanto... os prometo a todos  que insonorizaremos la habitación, así no habrá más problemas en el futuro. ¿Os parece bien?

- Me parece una idea excelente, aunque sinceramente no hará falta ahora que estoy yo aquí.

Todos se vuelven a ver quien ha sido el que ha pronunciado semejantes palabras para ver a Jabu con los brazos abiertos y una gran sonrisa en su rostro mirando a Seiya. Este al verle se lanza hacia él de un salto gritando su nombre con tanto ímpetu que ambos terminan cayendo rodando por las escaleras entre risas y gritos para darse un largo beso una vez que están en el piso de abajo.

- Bueno – dice Shiryu con un gran suspiro de satisfacción- parece que al final todos estamos emparejados. Me parece que Sahorí va a tener mucho trabajo organizando tres bodas simultaneas.

Todos le miran sorprendidos asimilando sus palabras para terminar asintiendo casi al mismo tiempo.

Ikki sale de la habitación con Yhoga de la mano hablando de los trajes para la boda mientras Seiya y Jabu en la planta de abajo continúan desenredándose uno del otro por la caída y comenzando a discutir los platos que elegirán para el menú.

- ¿Estas seguro de que quieres casarte conmigo Shiryu?

- Totalmente precioso, nada me va a hacer cambiar de idea, y quiero que te sientas orgulloso de ello.

- Ya lo estoy, amor mío, ya lo estoy.

Ambos chicos se abrazan en un largo beso para comenzar a examinar las bandejas al separarse y comentar lo que quieren pedirle a Shaori para su boda.


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