Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Veinticinco besos por Necroholic

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Uff.

Siento que pasó un siglo desde la última vez que publiqué algo (y como tres que no escribo nada), así que perdón por estos abortos hechos fanfics que les voy a dejar por acá. Tenía muchas ganas de escribir de estos dos, y es que pese al tiempo y todos los cambios que pueda haber en mi vida siempre me hago un lugarcito para ellos. Después de ver este post no me pude resistir.

Dedicado a todxs lxs seguidorxs del KakaIru que anden por AY :’D. 

Notas del capitulo:

Título: El primer beso.
Fandom:
Naruto.
Pareja:
Kakashi/Iruka.
Género: Romance.
Raiting:
¿G?
Reto:
25 Day of kisses.
Info: Sólo un ANBU dándole a un chūnin su primer beso, nada más.  
Disclaimer: "
Naruto" pertenece a Masashi Kishimoto, y "25 Days od Kisses" a su autor. 


Día #1.
El primer beso.

Lo único que Iruka deseaba en ese momento era saber un jutsu que fuera capaz de enterrarlo de pies a cabeza en el suelo. Felizmente sucumbiría ante las toneladas de tierra que le exprimirían los huesos hasta dejarlo sin aire con tal de no estar ahí. Cualquier muerte parecía perfecta si lograba sacarle de enfrente la estúpida y burlona mirada de Inu.

No sabía cómo habían terminado hablando de eso en primer lugar. Quizás había estado demasiado concentrado cambiándole el vendaje de su recientemente adquirida herida al joven ANBU como para prestar atención a sus tontas preguntas, y había respondido sin realmente pensarlo. Gran error.

—Veinte años —escuchó decirle en un tono que solo podía catalogar como insoportable—, y todavía no te han dado tu primer beso.

Gigantesco error.

Una venda ajustada más de lo necesario logró callarlo lo suficiente para devolver su -ya casi vacío- botiquín a su lugar y darle a su afiebrado rostro un respiro, pero a su regreso parecía que Inu se había recuperado y que estaba dispuesto a seguir divirtiéndose a costilla suya. Debía admitir que sus risas eran lindas (si era que podía decirles así debido a que eran apenas audibles y no podía verlas por la máscara), pero pese a eso, Iruka comenzaba a sentir que la vena en su frente estallaría en cualquier momento.

—Y si aún no has besado a nadie, eso quiere decir que tampoco has…

—Si sólo has venido a reírte de mí y a hacer uso de mis pobres dotes de ninja médico, te aconsejo que te retires Inu-san.

Iruka no podía precisar cuándo había empezado aquella extraña relación con el ANBU de la máscara de perro, pero estaba seguro que había evolucionado a algo más que un ninja ayudando a un camarada en apuros. Iruka había perdido la cuenta de la cantidad de veces que el shinobi se había desplomado en su puerta, herido y cansado tras una larga misión, con la triste excusa de que su casa estaba más cerca que el hospital y que el chūnin era más guapo que todas las enfermeras de dicho establecimiento juntas.

Eventualmente se volvió una costumbre e Iruka se vio esperando ansioso los regresos del otro hombre. Más aún las placenteras conversaciones que mantenían, y las pequeñas porciones de pálida piel que podía tocar cuando curaba algún rasguño que Iruka juraba no necesitaba atención médica alguna pero que el ANBU siempre insistía en que debían ser tratadas. Sólo por Iruka.  

Pese a no saber qué nombre ponerle a esa peculiar amistad que mantenía con el ANBU, si Iruka estaba seguro de algo era del fuerte afecto que había crecido en él por Inu, por lo que sus burlas a su falta de actividad romántica no le hacían ninguna gracia. Estaba por decirle que se fuera a descansar a su departamento (por no mandarlo a la mismísima torre de los Hokage), cuando el ANBU formuló una pregunta que Iruka podría haber sacado del más puberto de sus sueños.

— ¿Puedo ser tu primer beso?

No tenía palabras para describir el calor que se había apoderado de su cuerpo. Sentía rostizado del cuello para arriba, y la mirada de Inu lo penetraba a través de los oscuros huecos de la blanca máscara con una inquietud que lo dejó completamente mudo. Por un momento pensó que aquello podía ser una broma; una tomada de pelo por su reciente revelación, pero asintió antes de que pudiera sucumbir ante malos pensamientos y la posible desilusión que podría acarrear aquello. Habían pasado meses de que había descubierto su atracción por el mayor y no desaprovecharía esa oportunidad.

—Perfecto.

Escuchó murmurarle antes de que todo se volviera negro. La áspera tela de los guantes ANBU cubrió sus ojos de una manera que ni la luz logró filtrarla. A punto de reprochar, sintió la inconfundible calidez de unos labios sobre los suyos.

Firme pero suavemente Inu se apoderó de su boca, primero con besos cortos y fugases para luego restregarse de una manera que le arrancó el aliento. Era tan nuevo y tan increíblemente placentero y extraño que no pudo más que imitar los movimientos del otro hombre, apremiado ocasionalmente por sonidos roncos de aprobación. Sus manos encontraron refugio en una desordenado cabellera color plata, mientras que la del otro shinobi se apropió de su mejilla, dirigiéndolo. Avergonzado, Iruka disfrutó de las afiladas uñas clavándosele en su piel.

El beso fue todo lo que le habían dicho que sería: húmedo, cálido, desordenado y, sobretodo, adictivo. Pero tuvo que terminar, y lo hizo con Inu dándole un mordisco a su labio inferior, el cual Iruka no pudo resistirse repasar con su lengua. La mano del ANBU liberó sus ojos al separarse, encandilándose. Al reajustarse, la sorpresa pintó su rostro al encontrarse con, bueno, otra máscara, ¡pero ahora al menos veía un ojo! Un bonito ojo color gris, cabe destacar.

—Inu…

—Kakashi.

Si no hubieran estado tan cerca, no habría podido escuchar la corrección. El nombre era extraño, pero extraordinariamente apropiado. Sintió su pecho inflarse de satisfacción ante la demostración de confianza que el hombre acababa de hacer. No sólo había revelado su nombre, sino parte de su rostro. No era lo que Iruka había imaginado, pero lo respetaba porque Inu, no, Kakashi estaba entregándole algo más que su amistad, e Iruka era más que feliz de recibirla.

—Debo irme —anunció el ANBU, y las palabras parecieron caerle pesadas a ambos. Iruka estaba al tanto de lo importante que era entregar un informe al tiempo, por lo que no podía objetarlo. No se había dado cuenta de que ya era casi de noche.

—Apúrate, o te encontrarás a Sarutobi en pijama—le aconsejó a modo de broma, acompañándolo hasta la puerta. Por alguna razón una sonrisa estúpida se había instalado en su rostro y, a pesar de la máscara que cubría el rostro de Kakashi, se arriesgaba a pensar que el ANBU debía estar en las mismas condiciones.

Kakashi se había colocado la máscara de perro en su lugar antes de salir del departamento. Iruka lo vio levantar una mano en señal de despedida mientras se volteaba para marcharse.

—La próxima vez que venga no sólo seré tu primer beso, Iruka-kun —le dijo burlonamente antes de desaparecer en una nube de humo, dejando atrás a un confundido y ruborizado chūnin.

Quizás el haber hablado de más no había sido un error después de todo. Sin importarle demasiado ya, Iruka decidió que era momento de ir a la farmacia, aunque no para reabastecer su botiquín precisamente. 

Fin.

Notas finales:

Como verán debería haber publicado esto el primero de diciembre, pero no sería yo si entregara las cosas a tiempo. Con suerte el número veinticinco lo publique para el Halloween del 2019, ¿quién sabe?

Si les gusta la pareja, no se olviden de meterse a este grupo dedicado a ellos en fb :3. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).