Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Torre de Marfil por niky-cham

[Reviews - 738]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hola, hola. Espero que no esten muy molesto por mi desaparicion.

Esta terminando el año, y para mi no ha sido solo el fin de año, sino tambien el fin del año escolar (conste que tengo vacaciones el 15 de enero) Entonces he estado estresadisima. 

De verdad lamento mucho mi larga ausencia. Nuevamente les agradezco a todos su apoyo, con esta segunda parte del proyecto :3

Les quiero mucho, espero que les encante el capi <3

Capítulo 2: Contigo, con ustedes.

Los regalos quedaron olvidados en una esquina del salón. Castiel se paseaba de un lugar a otro, siendo mimado por todos sus seres queridos.

-Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz –Castiel tenía una grata conversación con Antonia, la esposa de Arthur, cuando se apagaron las luces y todo quedo siendo iluminado únicamente por las velas colocadas sobre el precioso pastel, veintidós en total.

Giulian llevaba el pastel entre sus manos, Christopher a su lado avanzaba llevando a un dormido Theo entre las suyas. Todos se sumaron a la clásica canción, mientras Castiel revoloteaba su vista entre todos sus acompañantes, sonriendo emocionado.

-Debes pedir tres deseos –Apunto Clarissa, justo antes de que el doncel apagase las velas.

Castiel retuvo el aire en sus pulmones, mentalmente repaso sus preciados tres deseos, y luego soplo con tanta fuerza como pudo, hasta dejar todo rápidamente en tinieblas. Los aplausos no se hicieron esperar y todos comenzaron a felicitar al doncel por sus recién cumplidos veintidós años.

Fue cerca de la media noche cuando todos se marcharon. Theo había tomado su última comida hacia una hora, y en esos momentos domina plácidamente en su habitación, Giulian también había comenzado a decaer temprano, pues el tierno muchachito no acostumbraba a dormir tarde, Mateo por el contrario había estado animado hasta el final de la fiesta, cuando Clarissa con tono maternal  le dijo que debían marcharse para dejar a sus tíos descansar, de la misma forma Arthur y su bella esposa se habían marchado. Dejándolos solo a ellos dos, sentados en el sofá, bebiendo una copa de champaña cada uno.

-Feliz cumpleaños –Repitió Christopher después de beber un largo trago.

-Esta es la quinta vez que lo repites –Menciono Castiel con una risa encantadora. El empresario pasó su brazo tras la espalda del doncel, y desde allí cogió la copa quitándosela de las manos.

-No deberías beber más que esto, tu aun estas amamantando –Recalco observándole con sus hermosos ojos verdes.

-Lo sé, lo sé. Esta es la primera y la última –Concordó recuperando su bebida, apenas consiguió darle un pequeño trago, cuando las manos de Christopher volvieron a arrebatarle su copa, una gota de dulce champaña resbalo por la comisura de sus labios, y estuvo a punto de reclamar cuando su boca fue sellada por la contraria.

Un beso cálido que poco a poco se fue intensificando, las copas de dulce licor quedaron olvidadas, cuando una bebida más adictiva recorrió sus bocas. Castiel estiro las manos pasando sus brazos por detrás del cuello de su amante, mientras que Christopher asió a Castiel por la cintura, apegándole a su propio cuerpo con dominancia.

Poco a poco sus manos comenzaron a recorrer al otro. Mientras Chris colaba sus heladas palmas bajo la camiseta del doncel, Castiel enroscaba los dedos en los cortos cabellos negros.

-Deja de hacer eso –Reprocho Christopher interrumpiendo el beso –Me excita –Confeso mínimamente apenado.

-¿Y eso es malo? –Pregunto el menor con toque travieso.

-Castiel –Soltó Christopher un poco más serio, puso sus manos en los hombros del doncel, alejándole para observarle directamente.

-Está bien Chris, no pasara nada malo –Sonrió con ternura y se acercó lentamente a los labios del mayor, quien en un principio respondió reacio al contacto, sin embargo fue el mismo quien intensifico aquel profundo beso.

-Vamos… vamos a la habitación –Exhalo entre labios. Castiel asintió de la misma manera, y pronto se vieron envueltos en un tortuoso camino por las escaleras.

Cerraron la puerta de su habitación, y pronto el menor se vio acorralado entre los brazos de su amante y el armario. La mirada color oliva se posó sobre sus brillantes zafiros, sus respiraciones rebotaron y ambos esperaron ansiosos el próximo contacto. Entonces Cristopher le estrecho entre sus brazos apretando el pequeño y frágil cuerpo.

-Te amo –Susurro en el oído del menor. Castiel sonrió sintiendo sus ojos llenos de lágrimas.

-Yo también –Respondió con la voz partida.

-No llores cariño –Christopher con sus pulgares comenzó a retirar algunas lágrimas contenidas en los preciosos ojos color cielo.

-Claro que no, no estoy llorando –Repuso quitándose también las lágrimas, sonriendo de nueva cuenta.

-Castiel –Musito con nerviosismo el mayor –Yo sé que lo nuestro no comenzó como es debido, lamento mucho haber sido un completo idiota, te hice pasar por muchas cosas y… –Un dedos e poso sobre sus labios deteniendo su monologo, Castiel le observo sonriente y negó con la cabeza.

-No debes seguir con esto –Le dijo suavemente.

-Debo hacerlo –Recalco el mayor quitándose las manos de Castiel de encima –Quiero hacerlo, necesito que me perdones. –

-Ya lo he hecho – Aclaro.

-Necesito que te quedes a mi lado –

-¿Dónde si no? –

Christopher sonrió e inspiro profundamente.

-Aun no te he dado tu regalo –Menciono rebuscando en sus bolsillos, luego hizo algo que Castiel no pudo haber imaginado ni en sus más locas fantasías.

 

Arrodillado y con una pequeña caja de terciopelo gris entre sus manos, observándole penetrante al tiempo que con lentitud abría la tapa y dejaba ver un pequeño pero brillante anillo de carísimas proporciones.

-Sé que es imposible pedirte matrimonio –Soltó con voz decidida –La ley nos lo impide –Aclaro tranquilo –Sin embargo yo quiero formar una familia contigo, y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti. Contigo y con Theo, y todos los hijos que vengan, con mis hermanos y Giulian. No importa si no somos un matrimonio, solo quiero que te quedes a nuestro lado –Observo como Castiel retrocedía un paso, chocando su espalda con la puerta del armario, cubría su boca con ambas manos, las cuales temblaban de emoción pura.

-Christopher, esto es… –

-¿Aceptas? –Interrumpió el mayor ansioso.

-Yo… si ¡Claro que sí! –Exclamo agachándose a la altura de su amado, envolviéndole en sus delicados y delgados brazos, estrechando a Christopher con toda la fuerza que tenía –Contigo, con ustedes –Susurro apenas –Siempre. –

-Siempre –Le repitió el mayor. Tomo con delicadeza la mano izquierda de su doncel, colocando en el dedo anular un precioso anillo, delgado y cubierto en toda su extensión por brillantes incrustaciones de zafiros y diamantes.

Poco a poco sus labios se unieron en un roce suave y amoroso, nuevamente Christopher acorralo a Castiel entre su cuerpo y la puerta del armario, esta vez quedando ambos sentados en el piso.

Apenas siendo conscientes de lo que sucedía, la camisa de Castiel se deslizo por sus hombros, Christopher con experticia quitaba las molestas ropas de su camino, hasta dejar a su doncel completamente desnudo.

Aún era hermoso, apenas se notaba que habían tenido un bebé hace poco, la cintura estrecha, el vientre apenas curvo por la, aun presente, inflamación uterina, sus caderas firmes y parejas, mucho más anchas que su pequeña cintura. Le encantaba recorrer con la yema de sus dedos, la piel tersa y lechosa del menor, gozaba al oír los suaves jadeos que soltaba el doncel al sentir sus caricias.

-Vamos a la cama amor –Planto un beso fugaz en la punta de la nariz contraria, Castiel se dejó levantar por los fuertes brazos del varón, y en cosa de segundos sintió su espalda sobre la cómoda base de su amplia cama.

-Quítate la ropa también –Exigió el doncel, haciendo esfuerzos por sacar al menos una prenda de su amante.

-Claro –Cristopher volvió a darle un beso rápido, y pronto comenzó a desvestirse, dejándole a Castiel la labor de retirar su ropa interior.

-¿Puedo hacerlo? –El rostro inocente de su doncel, se veía extrañamente irónico, pues entre sus delicadas manos tomaba eñ erecto miembro, pidiendo permiso para realizar el sexo oral.

-Ese tipo de cosas no se preguntan –Respondió tapándose el rostro, sintiéndolo completamente enrojecido.

Aun no alcanzaba a quitar sus manos de la cara, cuando sintió ese húmedo y placentero contacto. Quito los dedos de su rostro rápidamente, encontrándose con Castiel, el menor recorría su miembro con maestría, y una serie de oleadas placenteras le recorría la espina dorsal. Era una locura, no podía evitarlo, a veces sentía todos los músculos de su cuerpo contraídos, en un único esfuerzo por no soltar de pronto una eyaculación.

-Pa… para –Exhalo tomando los cabellos de Castiel, alejándolo de su propio sexo –No aguantare –El menor se alejó lentamente y esta vez fue turno de Cristopher para torturarle un poco.

Con un de sus manos comenzó a pellizcar el pezón izquierdo de Castiel, su boca  de encargaba del derecho, mientras que la mano libre recorría gustosa el pequeño y empalmado miembro de su amante.

-¿Qué? –Un líquido suave y blanquecino comenzó salir desde el pezón llegando a su boca. No tenía sabor alguno, pero su textura era maravillosa.

-Le estas quitando la comida a tu hijo –Reprocho el doncel. Cristopher solo soltó una sonrisa traviesa y se pegó aún más al pezón, realizando tres largas succiones. Castiel sentía que moriría de vergüenza.

-Eres delicioso en todo sentido –Comento el pelinegro, limpiando con su lengua una gota rebelde que escapaba por la comisura de sus labios.

-¡Christopher! –Exclamo el menor, mientras su rostro se teñía de un intenso carmín.

El mayor hizo caso omiso a los reproches de su doncel, el lugar de eso estiro su brazo en busca de lubricante. Embadurno sus dedos en el resbaloso aceite, luego beso a Castiel con intensidad.

-Tranquilo –Susurro en el oído del doncel.

Castiel contuvo la reparación, pero no puedo evitar dar un brinco al sentir que el dedo se insertaba en su canal.

-Ahí no –Alcanzo a soltar aterrado.

-Regálame tu virginidad –Rogo Christopher observándole con intensidad.

-Yo no… Theo nació por –

-No, no, mi cielo –Interrumpió Christopher –Déjame ser la primera persona aquí –Un segundo dedo se insertó en el lugar. Castiel dio un respingo y soltó el aire retenido en sus pulmones.

-Duele, Chris –Externo lloroso.

-Lo sé, iré más lento cariño –Con paciencia comenzó a prepararle. Sabía que no sería tan sencillo, y es por eso que no se impresión al demorar casi veinte minutos en ese proceso, pero valió la pena, Castiel gemía gusto ante el contacto, y esa era su máxima satisfacción.

-¿Puedo entrar? –Consulto, esperando una positiva de parte de su amado, cosa que no tardó en llegar. Se puso el preservativo.

Tierno y calmo posiciono su glande en el borde de la entrada, un primer impulso provoco que Castiel se sobrecogiera y le agarrara por los hombros, otro más y su miembro estuvo por completo envuelto en esas estrechas y húmedas paredes, se detuvo esperando las reacciones del contrario, después de un par de minutos Castiel comenzó a mover inconscientemente sus caderas, Cristopher al instante dio una estocada, sacando un fuerte gemido de los labios contrarios.

Dos, tres, cuatro, el vaivén se hizo continuo, y los sonidos guturales hicieron eco en las paredes de la habitación.

Intento ser delicado, pero el contacto con Castiel le estaba enloqueciendo y el menor tampoco hacia esfuerzos por calmar sus bajos instintos, al contrario, Castiel besaba el borde de sus barbilla con lujuria, a ratos daba mordisquitos en ella y pasaba su lengua sobre la piel enrojecida.

Las estocadas se volvieron poderosas y continuas, una tras otra cada vez más veloces. Castiel gemía fuerte, el gruñía como un animal cualquiera. Dentro de poco toda esa pasión se vería terminaba por el clímax de ambos.

Los brazos del doncel se enroscaron en el cuello contrario, Christopher dio un empujón llegando a ese punto enloquecedor para ambos.

-¡AH! –Sus dedos se enterraron en la espalda del varón. Christopher por su parte irguió la espalda y soltó un gruñido.

-Solo un poco más –Exhalo el mayor con la voz contenida.

La espalda de Castiel se arqueo, Christopher detuvo todo movimientos, un par de temblores les recorrieron de pies a cabeza, y ambos dejaron salir un líquido espeso y blanquecino.

En esa posición, recostados cómodamente uno sobre el otro, se quedaron un par de segundos. Castiel jugueteaba con los cabellos azabaches de su amante, Christopher besaba las mejillas contrarias.

Con cuidado comenzó a sacar su miembro semi-lacio del interior de Castiel. El preservativo algo rojizo le hizo sentir culpable.

-Te hice sangrar –Confeso arrepentido.

-Supongo que aún estoy algo sensible, no te alarmes Chris, después de todo se sintió bien –Castiel le acaricio las mejillas calmando su culpa.

Entre besitos suaves y abrazados bajo las cobijas, el sueño comenzó a invadirles. Poco notaron cuando ambos estuvieron dormidos, y de no ser por su hijo no hubiesen despertado.

El inicio de un brillante domingo, les saludo con el llanto fuerte del pequeño Theo.

-Tráelo aquí –Dijo Castiel estirando sus manos para recibir al lloroso bebé. Christopher le entrego al niño, pues el había sido el primero en levantarse. –Tienes hambre mi vida, y necesitas un cambio de pañal.

Aun con las protestas del bebé, que gimoteaba y daba pataditas, Castiel cambio sus mudas y una vez limpiecito lo acerco a la fuente de alimento más cercana que tenia. El bebé comenzó a succionar con energía.

-Suertudo –Murmuro una voz a su costado. Castiel observo al dueño del comentario. Christopher tenía la mirada clavada en su hijo, quien bebía ávido del pezón de su madre.

-¡Chris, que estás diciendo! –Exclamo el doncel enrojecido.

-Que los amo mucho –Repuso el varón besando los labios del contrario.

Notas finales:

Lo se, no fue la gran cosa, pero esta hecho con amor, y he escrito en mis dias libres de fiestas.

A todo esto, espero que hayan pasado una navidad excelente.

Para todos ustedes les deseo un maravilloso año nuevo. Que este 2016 les traiga muchas bendiciones~

Nos leemos pronto :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).