Soñando Contigo… (Midorima Shintaro x Takao Kazunari)
-Takao... eso, ¿es enserio? - estaba completamente impactado por lo que le acababa de decir el más bajo. No se lo podía creer. Hace unos minutos ni siquiera sabía dónde se encontraba, ni cómo había despertado allí pero ahora… no podía sentirse más feliz.
-¡Por supuesto que si Shin-chan! Yo no jugaría con algo como eso...- nunca se imaginó ni en sus más locos sueños que algo así llegaría a pasarle con Takao.
Amaba a Kazunari ¿para qué negarlo? Desde que llegó a su vida todo se vio iluminado por una cálida (y a veces molesta) luz, si estaba con el azabache ningún día podía ser aburrido. Adoraba pasar todos sus momentos con él, quería despertar y dormir a su lado, quería que todas las mañanas lo primero que vieran sus ojos al despertar fuera el lindo rostro adormilado de su novio. Quería estar junto a él por siempre y para siempre...
- Estoy tan feliz, Takao - se lanzó al menor y lo rodeo con sus brazos protectora y amorosamente. Todo lo que anhelaba, todo lo que veía como un sueño inalcanzable, se iba a hacer realidad gracias a la noticia que le acababa de dar su pareja... ¡Iban a ser padres! ¡Iba a tener un hijo con su Bakao! - ¿Cuánto? -el pelinegro se separó un poco para entregarle un sobre amarillo con un par de hojas dentro de él.
-Tengo 5 semanas de embarazo - comento con lágrimas de felicidad amenazando con salir de sus ojos -Hace 2 semanas comencé a sentirme un poco mal y decidí ir con el doctor. No esperaba algo así - dijo soltando una risita.
-¿Desde cuándo lo sabes? -preguntó el peliverde, interesado por su bebé en camino.
-Una semana...-contestó esto en voz baja, casi como un susurro. Si no fuera porque estaban completamente juntos (por el abrazo) el mayor no lo hubiera escuchado por tan bajo tono de voz.
-¿Y por qué no me lo habías dicho?- lo tomo por los hombros un tanto sorprendido para de esa forma poder verlo a los ojos.
-Tenía miedo... No sabía cuál sería tu reacción al saberlo... -declaró dejando que unas lágrimas se resbalaran por sus mejillas.
-Jamás me enojaría por algo como esto... Es la mejor noticia que me han dado en la vida… -
Llevaban más de 4 años saliendo. Desde que se conocieron en la preparatoria habían sido inseparables, primero solo como compañeros luego como amigos, no tardaron mucho en darse cuenta de los sentimientos que tenían hacia el otro, y de esa forma se convirtieron en algo más…
Shintaro nunca se imaginó formando una familia, siempre se visualizó como un perro solitario en una gran casa, sin nadie que lo acompañara -nadie más que sus lucky ítems, obvio - Pero, cuando se enamoró de Takao, descartó todos esos pensamientos que alguna vez tuvo, quería estar a su lado por la eternidad...
Quería estar al lado de ese chico amable, cariñoso y comprensivo que lo enamoró.
-Shin-chan, tendremos una familia...- apretaban más el abrazo con cada segundo que pasaba, en esos momentos no se querían separar el uno del otro.
-Lo sé - más que decírselo al otro, se lo dijo al aire en un murmuro. De un momento a otro el ojiverde coló su mano por debajo de la camiseta del contrario, para así poder acariciar suavemente el vientre, aun plano, de su pareja con una sonrisa en el rostro - Te amo...
-Y yo a ti- y de esta forma, acortaron la distancia que había entre ambos para juntar sus labios en un casto y dulce beso...
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Despertó con un agudo dolor en la cabeza, el cráneo le palpitaba y no sabía la razón. Miró a su alrededor encontrándose recostado en el sofá de la sala del departamento que compartía con su novio. Estaba muy confundido. Eso significaba que, todo lo que había ‘vivido’ hace unos momentos… No, no podía ser todo un sueño. No quería creer que todo eso había sido solo un sueño. Pero tenía que decir que, fue el sueño más hermoso que cualquiera pudiera imaginar.
- Shin-chan, ya despertaste? Me tenías muy preocupado, te diste un gran golpe - dijo un pelinegro asomándose por el umbral de la sala mientras se acercaba al sillón donde estaba el ojiverde para tomar asiento a su lado.
-¿Qué me paso?- estaba de verdad confundido, lo único que recordaba era el sueño que acababa de tener.
-Te desmayaste - mencionó un preocupado ojiazul.
-¿En serio?- eso, de alguna forma, no se lo esperaba.
-¡Sí! Pensé que tardarías más en despertar.-
-Me duele...-se comenzó a sobar la cabeza. Eso explicaba el porqué de su molesta jaqueca.
-Por supuesto que si Shin-chan! Te golpeaste la cabeza muy fuerte - dijo el pelinegro un poco exaltado.
-Pero hubo algo bueno de ese golpe- Midorima se incorporó para poder estar a la altura del azabache.
-¿Qué cosa? -
-Tuve un sueño…-
-¿Ah sí? ¿Qué soñaste? – el menor se acercó aún más, recargando su cabeza en el hombro de Midorima.
-Soñé contigo... y con un bebé que venía en camino - Kazunari borro la sonrisa de su rostro. Y reparó su cabeza de la de Shin - ¿Que sucede Bakao? ¿Por qué me miras así?- no entendía la mirada de su pareja.
-Shin chan, eso… al parecer no fue un sueño... -
-¿A qué te refieres? -
-Estoy embarazado... – abrió los ojos sorprendido - Después de que te dije lo del bebe te desmayaste…
-¿Qué?- no es que no lo hubiera escuchado, lo escuchó perfectamente, solo que no se lo podía creer ¿era verdad? ¿no estaba soñando de nuevo?
-Lo que oíste. Pero...- hizo una breve pausa - Si no quieres al bebé yo te comprenderé... Sé que no te gustan mucho los niños, yo me puedo hacer cargo de él...
-¿¡Cómo puedes decir eso!? Por qué crees que no lo querría? Es mi hijo también -
-Shin... -
-Te amo y amo todo lo que venga de ti... Y te amo mucho más ahora que sé que tienes a este pequeño en tu vientre – acarició las suaves mejillas del ojiazul, las lágrimas de Takao no se hicieron esperar.
Todo era tal y como en su sueño.
Beso con ternura la cabeza de su pareja, juntándolo más a su cuerpo para recargar su rostro en la oscura cabellera. Midorima con delicadeza levantó el mentón de Kazunari, se vieron a los ojos unos momentos, sin despegar la mirada del otro. Takao soltó una leve risilla que venía acompañada de una bella sonrisa. Sin poder evitarlo, se besaron. Un beso puro y tierno, sin ninguna otra intención de por medio más que demostrarse el gran amor que se tenían.
-Gracias por todo Kazunari... Te amo...
-Yo también te amo Shin...- esbozando una leve sonrisa, lo tomó por la cintura para cargarlo dejándolo por encima de su cabeza, de esa forma podía apreciar mejor las mejillas sonrosadas y la hermosa risa de su novio…
-De verdad te amo, te amo demasiado…
¿Quién pensaría que los sueños en verdad, si se hacen realidad? (literalmente)