Soy algo así como un sirviente dentro de la realeza, una piedra entre el oro y todas las analogías que puedan encontrar sobre estar rodeado de “personas con más dinero del que puedan contar”.
En resumidas cuentas solo soy un estudiante becado en una de las escuelas más caras de todo el puto país, para que se vayan haciendo a la idea, la escuela recauda tanto dinero como para acabar con toda la jodida hambre en África. En medio estoy yo, el tipo “pobre”, o sea cualquiera es “pobre” con esta gente al lado, por lo que ya me costumbre a escuchar “dicen que duerme debajo de un puente”, a veces pienso como pueden nacer personas tan estúpidas en este mundo.
Pero como si lo anterior no fuera poco, me llamo Blue si, si tal cual como “Las pistas de Blue”, no saben cuánto he escucho aquello, en fin ¿Quién infiernos puede ponerle a su hijo Blue? pues mis padres dos locos casi desquiciados que no he visto en años. Los dos se la pasan viajando por trabajo por lo que solo vivo con Nina, mi hermana mayor.
Pero dentro de todo el mundo extraño que me rodea existe alguien a quien realmente detesto ya que todo lo de ÉL grita “SUPERFICIAL”, lindo, colorido no sé, rosado, arcoíris, peluches, amigos, popularidad, hombres y mujeres, muchos hombres y muchas mujeres, y nada mas ¿se hacen la idea? Una persona que no tiene el menor remordimiento por nada, vive la vida que quiere sin detenerse en las estúpidas consecuencias, daña a todo el puto mundo sin que le valga. A veces pienso que lo único a su favor esa belleza casi sobrenatural que tiene, imagínense alto, un tipo bien formado, esbelto, un largo, sedoso pelo negro, grandes y hermosos ojos azules, tan blanco como la maldita porcelana ¿entienden? El sujeto no es indiferente a nadie y cuando hablo de nadie me refiero absolutamente a NADIE, bueno tal vez, podría no estar yo en aquella ecuación extraña que me surge en la cabeza:
EL+EL=”todos me aman”
¿Me logro explicar?, todo su ser es el motivo de perdición de las personas, y OJO que digo personas porque son todas las personas que pisan este planeta. Me pregunto si Dios de verdad quiso darnos a este ser humano para demostrar, de manera gráfica, los pecados de la vanidad y la lujuria. Déjame decirte Dios que no era necesario.
Por cierto, no exagero.
Pero no es muy probable que ÉL pueda cambiar el curso de la vida de un ser tan normal y simple como yo, o eso es lo que pensaba.
Realmente lo pensaba.
O sea, era el único que lo ignoraba porque todos eran, son y serán sus perritos falderos.
No quería tener nada que ver con su mundo de colores. De verdad no quería perderme en su vida. En serio no lo quería.
Hasta que.
-Blue, ven entremos a este café-
Iba con mi hermana pequeña, Nina, la había acompañado en su interminable desfile de moda. Si tengo una hermana modelo, pero antes que empiecen con sus alucinaciones de “todas las modelos son estúpidas” déjenme decirles que BORREN ESA IDIOTEZ DE SU MENTE. Nina realmente es hermosa e inteligente, la mejor hermana que un simple tipo pueda tener.
-¿No puedes tomar un estúpido café, en casa?-
-Vamos sabes que me lo merezco, era la más bella en esa pasarela-
Frente a eso no podía discutir, por lo que solo entramos en aquel local. Dentro había muchas chicas, supongo que es gracias a los meseros que habían contratado.
-Oh, mira es como una harem de chicos guapos-
Nos sentamos en una de las mesas que daba a la ventana, mientras Nina pedía que nos atendieran para luego irse al baño con sus “cosas de mujeres que un hombre como yo nunca entendería”. Mientras eso pasaba me dediqué a mirar el lugar y debo decir que para ser aquel tipo de local, como dijo Nina un harem de chicos guapos, estaba perfectamente diseñado, supongo que lo único que podría criticar era la pintura rosa pastel que se explayaba por las paredes.
-Volví, ¿aún no viene a atendernos?
Moví mi cabeza en negación, mientras Nina levantaba su mano. Paso un tiempo, luego otro y mientras Nina me estaba entreteniendo hablando sobre cualquier cosa, escucho una voz conocida muy cerca mío.
Pero realmente cerca.
-Siento la espera, ¿podría tomar sus órdenes?
Alguien con el típico uniforme negro nos preguntaba, instantemente levante mi mirada. Mala idea.
-Oh! si un Mocacino para mí y ¿tu Blue?
Nina me miró esperando una respuesta y no, no la tenía o sea, tenía cosas más importantes que analizar como por ejemplo ¿Qué hace un tipo que tiene el suficiente dinero como para mandar un satélite al espacio, trabajando en una simple cafetería?
-¡Blue!, vamos chico estamos esperando tu orden
-Lo que sea.
-Está bien, al señor ogro tráele un Capuchino muy dulce a ver si con eso se suaviza- los dos me miraron buscando aprobación, solo asentí, Nina siguió conversando con aquel chico- por cierto querido eres realmente hermoso, ¿no quieres ser modelo?, nuestra agencia necesita a personas como tú-
El tipo me miró directamente y yo moví la mirada hacia cualquier parte. Para luego pararme y salir arrancando hacia algún lugar.
-Blue ¿Dónde vas?-
-¿Baño?-
Me fui casi corriendo de aquel sitio, no resisto estar en el mismo espacio que aquel sujeto. Al rato volví pensé que ya se habría esfumado y que lo que habíamos pedido ya estaría sobre la mesa y por segunda vez, mala idea.
ÉL aún hablaba con mi hermana, solo alcancé a escuchar:
-Llámame tienes mi número, las postulaciones son al término de esta semana pero creo que tú no las necesitas-
Me senté tranquilamente mientras el sujeto sostenía un papel en su mano y sonreía.
-Está bien Nina, te llamaré. Ahora iré por tu orden-
Se alejó, pero no por mucho.
-Blue, ¿Por qué no me dijiste que tenías un compañero como ese?
La miré un momento ¿Cuánto habían hablado estos dos?
-Nina, sabes que los de mi escuela no son personas “normales” más bien son extraterrestres que solo quieren comerte el cerebro.
-¿Con que cerebros?
De repente una taza de algo humeante se ponía delante de mí.
-Créeme que nunca comería cerebros. Por cierto hola Blue.
Lo miré directamente, digo ya no podía hacerme el invisible era un ataque frontal.
-Alexander para ti, Hola Dominique.
Por cierto había tratado de esconder lo de Blue, diciendo siempre mi segundo nombre hasta que uno de los profesores había dejado el libro de clases y bueno un estúpido lo había revisado llevándose con él todos mis intentos por desaparecer el azul de mi vida.
-Vamos, Dom no le hagas caso es un amargado. ¿En cuánto termina tu turno?
Nina pregunto interesada.
-De hecho, ahora.
Respondió sonriente sin despegarme la mirada mientras yo tomaba un sorbo de aquel líquido caliente.
-Excelente siéntate con nosotros, luego te invitaremos a nuestra casa y hablaremos más ¿quieres?
-Nina, lo vienes conociendo ahora relájate, además nuestra casa no es lugar para un tipo como él.
Intervenía, si no lo hacía tendría que soportar al príncipe de por vida.
-¡Oh! ¿Y qué lugares son para un tipo como yo?, BLUE.
-No lo sé ¿algún lugar más pomposo? Por cierto es ALEXANDER
-Vamos chicos, no van a empezar a discutir ahora.
Nina maldita todo es tu culpa.
-Sabes que, encantado acepto la invitación.
-Excelente y tu Blue te comportaras o te dejare sin comer una semana y como ya estás de delgado morirás siendo un esqueleto.
Terminamos de tomar lo que habíamos ordenado y nos fuimos.
Cuando llegamos rápidamente me encerré en mi habitación.
***
Era viernes por lo que había salido con unos amigos totalmente “normales” a pasar el rato y como un buen joven volvía un sábado por la tarde.
-Nina ábreme olvidé mis llaves.
Esperé un momento, la puerta se abrió y yo rápidamente pasé.
-No encontramos con James y el estúpido siguió insistiendo para que volviera con él, como si encontrarlo en la cama con esa chica no fuera nada, maldito
Por cierto me van tanto las niñas como los niños, o sea digo qué importancia tiene el género cuando nos gusta alguien y si además ese alguien resulta ser una verdadera belleza ¿me tengo que detener a pensar “rayos y centellas ¡es un hombre!? ¡Pfff! Pues no.
-Así que azulito resulto, más bien ¿arcoíris?
Me di lentamente la vuelta y ahí parado con una mirada de superioridad estaba Dominique, le había contado parte de mi casi secreto al mayor bastardo del mundo y por voluntad propia soy un completo IDIOTA.
-¿qué mierda haces aquí?
-Pues vine a ver a tu hermana y me encuentro con la sorpresa que a Blue le gustan los niños.
Mis ojos se abrieron al doble.
-De verdad que eres un maldito.
Se acercó hacia donde estaba, quedamos cara a cara.
-¿Un maldito?.
-Con quien me acueste es precisamente mi problema no el tuyo, maldito.
Enfatice aquella última palabra y sonreí con satisfacción pero claro era solo el exterior, en el interior el nerviosismo me hacía querer correr a mi cuarto y encerrarme por toda la eternidad o hasta que esté sujeto muriera.
-No es mi problema.
Tomó mi cintura, tan hábilmente que cuando iba a protestar ya nos estábamos besando. De la sorpresa abrí voluntariamente la boca y el aprovecho a entrar rápidamente, su caliente y suave lengua recorría cada centímetro de mí, ¡por todo el jodido y caliente infierno el tipo sabia besar! y la verdad era que me estaba empezando a gustar tanto como para sentir miedo.
-Al parecer si me importa- dijo más para sí mismo que para que lo escuchara -no hagas esto con nadie más y es una amenaza.
Se dio la vuelta y subió las escaleras hacia el cuarto de Nina.