Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Just like angels [Eunhae] por ForeverHunan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No saben cuanto me esforzaré por terminar este fanfic, hace muchísimo tiempo tenía planeado escribir algo así y por fin encontré una manera de hacerlo y que suene algo coherente. Cualquier duda, sugerencia, o lo que sea, pueden dejarme un RW, los leo y los reviso todos. 

Espero que lo disfruten y les guste tanto como me ha gustado escribirlo a mí.

Notas del capitulo:

No me explayaré mucho, sólo diré que este fic será subido tanto aquí, como en mi cuenta de Wattpad, al final les dejaré el link de donde se está subiendo en wattpad, ahora disfruten.

«Justo como los ángeles»

— ¿Realmente cambiarás tu inmortalidad y tu vida en el cielo por ese tonto humano? — Escupió amargamente Eunhyuk al ver que Xiah comenzaba a armarse de valor para hablar con el todopoderoso señor, para así confesarle que se había enamorado de un humano.

— Sí, lo cambiaré todo. — «Patético» Pronunció con enfado en su mente el ángel de cabellos rojos para cruzarse de brazos frente a su mejor amigo.

— ¿Qué es lo que esperas conseguir con esto? Está enamorado de ese estúpido ángel rojo, no te tomará en cuenta. — Dijo con firmeza, no quería que Xiah se volviera un mortal cualquiera y aún más odiaba la idea de que no lo vería más, porque cuando alguien baja del cielo por un imperfecto mortal, jamás regresa al cielo. Su amigo lo miró con tristeza, lo sabía, Xiah lo sabía, sin embargo aún prefería ir tras él.

— ¿Crees que así me convencerás de quedarme? Sé perfectamente lo que hago Hyuk, tengo claro que deberé luchar por el corazón dolido de ese muchacho, que sufriré como un mortal, que perderé mi vida eterna por una persona que incluso podría no enamorarse de mí, pero ¿sabes algo? No me interesa, para nada, desde aquí no puedo ayudarle, allá abajo por lo menos tendrá mis brazos para llorar si así lo quiere. — Respondió amargamente el menor para luego ver como su amigo derramaba un par de lágrimas.

— Eres un idiota, ¿lo sabías? y te extrañaré, ¿sabías eso? — Xiah rio levemente y abrazó a su mejor amigo para luego darle unas palmadas en la espalda.

— Lo sé, pero nos veremos pronto, estoy bastante seguro de ello — Antes de que el mayor pudiera responder, el otro desapareció dejando a Eunhyuk muy desconcertado.

Pasaron varios días y el cielo parecía lo más tedioso y aburrido que podría haber en la vida, sin Xiah con sus bromas, sus risas contagiosas e incluso su forma de burlarse de Eunhyuk algunas veces, hacían mucha falta.  Eunhyuk se dedicaba a observar la vida que llevaba su amigo en la tierra, a pesar de que aún no podía ganar la confianza de su amado, estaba contento, tenía un empleo, un departamento bastante acogedor, se había hecho de algunas amistades, había adoptado una mascota y se le veía más sonriente y bromista que nunca, Eunhyuk sonrió, «Quizás ser mortal no es tan malo».

Eunhyuk al ya no tener a su amigo, comenzó a observar la tierra más de lo que debía, vigilando que su amigo estuviera a salvo y a veces dándole uno que otro empujón con su amado, el pelirrojo se sentía como cupido pero claro, sin el pañal ni el arco con flechas rojas. En la vida de Xiah llegó un chico, de cabellos castaños, sonrisa adorable y ojos brillantes, encantado y emocionado de la vida, le sonreía a todo el mundo, era bastante torpe y bueno en la escuela, además de ser un muchacho de lo más lindo, algo tenía que desde que Eunhyuk lo vio, no ha dejado de tener su mirada en él durante todo el día, ni si quiera sabía lo que había sido de Xiah. Observó a este chico hasta que llegó a casa, pero una vez que abrió la puerta de su cuarto, ese chico que tenía tan ilusionado al ángel pelirrojo, desapareció, sus ojos se llenaron de lágrimas y se encerró, «¿Qué sucedió?» Se preguntó alterado el ángel mirando al chico recostarse en su cama y perderse entre sus lágrimas, oyó los susurros de aquél chico.

— ¿De verdad lo merezco? ¿De verdad es esto lo que merezco? — Preguntó al aire el castaño, secando poco a poco las lágrimas que caían de sus ojos. — ¿Es realmente lo que merezco? ¿Tanto daño le he hecho? — Miró a la pared, esperando a que esta mágicamente le diera una respuesta, o simplemente le dijera algo, quería un amigo real, alguien que lo escuchara, que estuviera ahí para él, que lo abrazara cuando sentía que el mundo se derrumbaba. — Quizás es simplemente a lo que estoy destinado — Y así era como terminaban todas sus noches de llanto, convenciéndose de que él era el culpable de todo, de que nada jamás tendría solución. El frío y soberbio corazón del ángel se derritió ante la imagen del chico, ¿quién era él?, ¿por qué le dolía tanto verle sufrir?

Pasaron varios meses y Eunhyuk seguía viendo al chico desde el paraíso, ni se podrían imaginar cuantas veces el pelirrojo quiso bajar de su nube hasta rodear los brazos en aquél muchacho e intentar reconfortarlo como pudiera, pasaron muchas parejas, demasiadas parejas en la vida del castaño, que ahora Hyuk conocía como “Donghae”, un chico que se había ido a vivir a Seúl con su madre, ya que hace unos años atrás había perdido a su padre. El castaño era también conocido como “el pececito de Mokpo”, Eunhyuk había descubierto bastante de la vida del castaño en tan solo unos meses, era bastante extraña la sensación que tenía cada vez que pasaba un nuevo mes, sentía que lo conocía de toda la vida, que no le importaba que fuera un humano, que quería correr a él, sentir su olor, incluso, las veces que le veía despertar, con ojos y labios hinchados, pelo alborotado y algo de baba en la comisura de sus labios, le daban ganas de estar cerca de él para besarlo. Varias veces se tuvo que dar bofetadas mentales para evitar pensar en el chico, se había vuelto parte de su vida verlo cada día, de hecho debía decir que sus días se habían vuelto más divertidos con el simple hecho de observar al chico desde lo alto, saber qué hacía, a qué se dedicaba, qué era lo que le gustaba, todas esas cosas se habían vuelto sumamente importantes para Eunhyuk.

— Eres un tonto Hyukjae. — Escuchó a sus espaldas una voz femenina, su amiga, Amber. — ¿Cómo es posible que aún no lo notes? — Rio suavemente la rubia.

— ¿A qué te refieres Amber? — Preguntó distraído, «Cruza con cuidado Donghae, no sería la primera vez que casi te atropellan» dijo su mente al ver que el castaño caminaba distraído por la calle hasta la escuela.

— Estás enamorado Hyukjae — Rio la chica. El pelirrojo la miró desconcertado, ¿lo decía en serio?  — Sí, lo digo en serio —Hyuk le dio un ligero golpe en el hombro y bufó. — No es tan malo como crees, observa. — Frente a ellos, se descubría Xiah junto a su amado comiendo felices en una cafetería, el chico aún no se encontraba enamorado de Xiah, ni si quiera sabían si el chico gustaba ex ángel, pero la felicidad que estaba sintiendo el mejor amigo del pelirrojo ángel era palpable en el aire. — Es feliz, enamorado, está siendo feliz y tú también podrías serlo. — Dijo la rubia mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su amigo. — No seas como yo, te lo pido — Comentó en voz baja, Eunhyuk conocía la historia de su amiga, todos en realidad lo sabían, pero nadie se atrevía a tocar la herida. El pelirrojo acarició el brazo de la rubia con suavidad y le dio un beso en la coronilla, intentando demostrarle que estaba todo bien. — Sigue a tu corazón HyukJae — Comentó antes de esfumarse en el aire.

«No la escuches, no puedes perder tu vida en el cielo» Replicó su mente Pero quizás seré más feliz allá, ya no sufriré por no poder abrazarle y estar sin Xiah — Se respondió a sí mismo el ángel. «Tu padre te castigará, al igual como lo hizo con Xiah»  Volvió a replicar su mente, haciendo recordar al ángel como las alas de su amigo fueron arrancadas sin piedad alguna y luego fue lanzado hasta la tierra, por su propio padre. — Pero no viviría solo, estaría mi amigo, no viviría con esta soledad en mi corazón — Volvió a responderse, había estado media hora dando vueltas sobre la nube, en una batalla consigo mismo, ambos lados tenían razón y solo debía decidir a cual escuchar, corazón o cabeza, él decidía.

~ - ~

El pelirrojo gritaba y soltaba lágrimas por el dolor punzante que sentía en su espalda alta, mejor dicho en donde ahora se encontraban sus omoplatos, sus alas habían sido arrancadas con odio y sin delicadeza alguna, las heridas provocadas no fueron cerradas, por lo que probablemente al tocar el sucio suelo se han visto infectadas, sentía como la sangre recorría su espalda, genial, era su primer día como mortal y de seguro iba a morir. Pronto todo comenzó a volverse borroso en la vista del ángel, ¿de verdad moriría así?

— ¡Hyukkie-ah! — Fue lo último que escuchó, antes de perder la consciencia. En sus sueños podía ver al chico castaño, mirándolo con preocupación pero a la vez con curiosidad, el ángel no pudo evitar una sonrisa que creyó que solo se había formado en el sueño, más también estaba sonriendo en la vida real.

— Xiah, ¡está sonriendo! — Comentó emocionado el castaño y se acercó aún más al chico en la camilla — Vamos, despierta, has estado muchas horas desmayado — Le susurró mientras veía los ojos negros abrirse por completo, sus ojos se conectaron por varios segundos, el corazón del pelirrojo latía tan rápido que lo podía sentir en su propia garganta. El castaño quedó boquiabierto con la hermosura de aquél muchacho, su piel era blanca como la nieve y sus ojos eran de un café tan oscuro que parecía negro, su cabello pelirrojo cubría parte de estos de forma mínima. — D-despertó — Dijo el castaño para luego romper el contacto visual y salir de la habitación rápidamente.

— Te dije que nos veríamos de nuevo — Se burló su amigo. Xiah se sentó en la camilla junto a su amigo y tomó su mano — Siento que hayas tenido que pasar ese dolor, pero es un precio justo por la felicidad que vendrá a continuación, créeme, todo esto valdrá el dolor — Lo tranquilizó mientras acariciaba la mano del pelirrojo. — ¿Me extrañaste Hyukkie? — Preguntó burlón, mientras soltaba una risa leve, para intentar animar a su amigo. Eunhyuk sonrió, en verdad extrañaba las bromas pesadas y el humor extraño de su amigo.

— Claro que sí, ni te imaginas cuanto te he extrañado, te había estado vigilando. —

— ¿Ah sí? ¿Crees que no noté todas esas  veces donde escuchaba voces gritándome que no fuera idiota o todos esos empujones que venían de la nada? — Preguntó riendo, lo sabía, sabía que su amigo le había estado ayudando.

— Ah sí, lo siento, pero me exasperabas, a veces eras muy idiota. —

— Claro, es más fácil verlo de allá arriba, cuando si lo quieres, hasta puedes saber lo que está pensando el otro — Bufó y rodó los ojos para luego sonreír — Me alegra mucho que estés aquí, vivirás conmigo por un tiempo, hasta que tus heridas sanen y puedas moverte de mejor manera. —

— Gracias viejo amigo, te debo una —

— Me debes muchas Hyuk-ah, ahora cuéntame, ¿quién te trajo aquí? —

«Justo como los ángeles»

— ¿Realmente cambiarás tu inmortalidad y tu vida en el cielo por ese tonto humano? — Escupió amargamente Eunhyuk al ver que Xiah comenzaba a armarse de valor para hablar con el todopoderoso señor, para así confesarle que se había enamorado de un humano.

— Sí, lo cambiaré todo. — «Patético» Pronunció con enfado en su mente el ángel de cabellos rojos para cruzarse de brazos frente a su mejor amigo.

— ¿Qué es lo que esperas conseguir con esto? Está enamorado de ese estúpido ángel rojo, no te tomará en cuenta. — Dijo con firmeza, no quería que Xiah se volviera un mortal cualquiera y aún más odiaba la idea de que no lo vería más, porque cuando alguien baja del cielo por un imperfecto mortal, jamás regresa al cielo. Su amigo lo miró con tristeza, lo sabía, Xiah lo sabía, sin embargo aún prefería ir tras él.

— ¿Crees que así me convencerás de quedarme? Sé perfectamente lo que hago Hyuk, tengo claro que deberé luchar por el corazón dolido de ese muchacho, que sufriré como un mortal, que perderé mi vida eterna por una persona que incluso podría no enamorarse de mí, pero ¿sabes algo? No me interesa, para nada, desde aquí no puedo ayudarle, allá abajo por lo menos tendrá mis brazos para llorar si así lo quiere. — Respondió amargamente el menor para luego ver como su amigo derramaba un par de lágrimas.

— Eres un idiota, ¿lo sabías? y te extrañaré, ¿sabías eso? — Xiah rio levemente y abrazó a su mejor amigo para luego darle unas palmadas en la espalda.

— Lo sé, pero nos veremos pronto, estoy bastante seguro de ello — Antes de que el mayor pudiera responder, el otro desapareció dejando a Eunhyuk muy desconcertado.

Pasaron varios días y el cielo parecía lo más tedioso y aburrido que podría haber en la vida, sin Xiah con sus bromas, sus risas contagiosas e incluso su forma de burlarse de Eunhyuk algunas veces, hacían mucha falta.  Eunhyuk se dedicaba a observar la vida que llevaba su amigo en la tierra, a pesar de que aún no podía ganar la confianza de su amado, estaba contento, tenía un empleo, un departamento bastante acogedor, se había hecho de algunas amistades, había adoptado una mascota y se le veía más sonriente y bromista que nunca, Eunhyuk sonrió, «Quizás ser mortal no es tan malo».

Eunhyuk al ya no tener a su amigo, comenzó a observar la tierra más de lo que debía, vigilando que su amigo estuviera a salvo y a veces dándole uno que otro empujón con su amado, el pelirrojo se sentía como cupido pero claro, sin el pañal ni el arco con flechas rojas. En la vida de Xiah llegó un chico, de cabellos castaños, sonrisa adorable y ojos brillantes, encantado y emocionado de la vida, le sonreía a todo el mundo, era bastante torpe y bueno en la escuela, además de ser un muchacho de lo más lindo, algo tenía que desde que Eunhyuk lo vio, no ha dejado de tener su mirada en él durante todo el día, ni si quiera sabía lo que había sido de Xiah. Observó a este chico hasta que llegó a casa, pero una vez que abrió la puerta de su cuarto, ese chico que tenía tan ilusionado al ángel pelirrojo, desapareció, sus ojos se llenaron de lágrimas y se encerró, «¿Qué sucedió?» Se preguntó alterado el ángel mirando al chico recostarse en su cama y perderse entre sus lágrimas, oyó los susurros de aquél chico.

— ¿De verdad lo merezco? ¿De verdad es esto lo que merezco? — Preguntó al aire el castaño, secando poco a poco las lágrimas que caían de sus ojos. — ¿Es realmente lo que merezco? ¿Tanto daño le he hecho? — Miró a la pared, esperando a que esta mágicamente le diera una respuesta, o simplemente le dijera algo, quería un amigo real, alguien que lo escuchara, que estuviera ahí para él, que lo abrazara cuando sentía que el mundo se derrumbaba. — Quizás es simplemente a lo que estoy destinado — Y así era como terminaban todas sus noches de llanto, convenciéndose de que él era el culpable de todo, de que nada jamás tendría solución. El frío y soberbio corazón del ángel se derritió ante la imagen del chico, ¿quién era él?, ¿por qué le dolía tanto verle sufrir?

Pasaron varios meses y Eunhyuk seguía viendo al chico desde el paraíso, ni se podrían imaginar cuantas veces el pelirrojo quiso bajar de su nube hasta rodear los brazos en aquél muchacho e intentar reconfortarlo como pudiera, pasaron muchas parejas, demasiadas parejas en la vida del castaño, que ahora Hyuk conocía como “Donghae”, un chico que se había ido a vivir a Seúl con su madre, ya que hace unos años atrás había perdido a su padre. El castaño era también conocido como “el pececito de Mokpo”, Eunhyuk había descubierto bastante de la vida del castaño en tan solo unos meses, era bastante extraña la sensación que tenía cada vez que pasaba un nuevo mes, sentía que lo conocía de toda la vida, que no le importaba que fuera un humano, que quería correr a él, sentir su olor, incluso, las veces que le veía despertar, con ojos y labios hinchados, pelo alborotado y algo de baba en la comisura de sus labios, le daban ganas de estar cerca de él para besarlo. Varias veces se tuvo que dar bofetadas mentales para evitar pensar en el chico, se había vuelto parte de su vida verlo cada día, de hecho debía decir que sus días se habían vuelto más divertidos con el simple hecho de observar al chico desde lo alto, saber qué hacía, a qué se dedicaba, qué era lo que le gustaba, todas esas cosas se habían vuelto sumamente importantes para Eunhyuk.

— Eres un tonto Hyukjae. — Escuchó a sus espaldas una voz femenina, su amiga, Amber. — ¿Cómo es posible que aún no lo notes? — Rio suavemente la rubia.

— ¿A qué te refieres Amber? — Preguntó distraído, «Cruza con cuidado Donghae, no sería la primera vez que casi te atropellan» dijo su mente al ver que el castaño caminaba distraído por la calle hasta la escuela.

— Estás enamorado Hyukjae — Rio la chica. El pelirrojo la miró desconcertado, ¿lo decía en serio?  — Sí, lo digo en serio —Hyuk le dio un ligero golpe en el hombro y bufó. — No es tan malo como crees, observa. — Frente a ellos, se descubría Xiah junto a su amado comiendo felices en una cafetería, el chico aún no se encontraba enamorado de Xiah, ni si quiera sabían si el chico gustaba ex ángel, pero la felicidad que estaba sintiendo el mejor amigo del pelirrojo ángel era palpable en el aire. — Es feliz, enamorado, está siendo feliz y tú también podrías serlo. — Dijo la rubia mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su amigo. — No seas como yo, te lo pido — Comentó en voz baja, Eunhyuk conocía la historia de su amiga, todos en realidad lo sabían, pero nadie se atrevía a tocar la herida. El pelirrojo acarició el brazo de la rubia con suavidad y le dio un beso en la coronilla, intentando demostrarle que estaba todo bien. — Sigue a tu corazón HyukJae — Comentó antes de esfumarse en el aire.

«No la escuches, no puedes perder tu vida en el cielo» Replicó su mente Pero quizás seré más feliz allá, ya no sufriré por no poder abrazarle y estar sin Xiah — Se respondió a sí mismo el ángel. «Tu padre te castigará, al igual como lo hizo con Xiah»  Volvió a replicar su mente, haciendo recordar al ángel como las alas de su amigo fueron arrancadas sin piedad alguna y luego fue lanzado hasta la tierra, por su propio padre. — Pero no viviría solo, estaría mi amigo, no viviría con esta soledad en mi corazón — Volvió a responderse, había estado media hora dando vueltas sobre la nube, en una batalla consigo mismo, ambos lados tenían razón y solo debía decidir a cual escuchar, corazón o cabeza, él decidía.

~ - ~

El pelirrojo gritaba y soltaba lágrimas por el dolor punzante que sentía en su espalda alta, mejor dicho en donde ahora se encontraban sus omoplatos, sus alas habían sido arrancadas con odio y sin delicadeza alguna, las heridas provocadas no fueron cerradas, por lo que probablemente al tocar el sucio suelo se han visto infectadas, sentía como la sangre recorría su espalda, genial, era su primer día como mortal y de seguro iba a morir. Pronto todo comenzó a volverse borroso en la vista del ángel, ¿de verdad moriría así?

— ¡Hyukkie-ah! — Fue lo último que escuchó, antes de perder la consciencia. En sus sueños podía ver al chico castaño, mirándolo con preocupación pero a la vez con curiosidad, el ángel no pudo evitar una sonrisa que creyó que solo se había formado en el sueño, más también estaba sonriendo en la vida real.

— Xiah, ¡está sonriendo! — Comentó emocionado el castaño y se acercó aún más al chico en la camilla — Vamos, despierta, has estado muchas horas desmayado — Le susurró mientras veía los ojos negros abrirse por completo, sus ojos se conectaron por varios segundos, el corazón del pelirrojo latía tan rápido que lo podía sentir en su propia garganta. El castaño quedó boquiabierto con la hermosura de aquél muchacho, su piel era blanca como la nieve y sus ojos eran de un café tan oscuro que parecía negro, su cabello pelirrojo cubría parte de estos de forma mínima. — D-despertó — Dijo el castaño para luego romper el contacto visual y salir de la habitación rápidamente.

— Te dije que nos veríamos de nuevo — Se burló su amigo. Xiah se sentó en la camilla junto a su amigo y tomó su mano — Siento que hayas tenido que pasar ese dolor, pero es un precio justo por la felicidad que vendrá a continuación, créeme, todo esto valdrá el dolor — Lo tranquilizó mientras acariciaba la mano del pelirrojo. — ¿Me extrañaste Hyukkie? — Preguntó burlón, mientras soltaba una risa leve, para intentar animar a su amigo. Eunhyuk sonrió, en verdad extrañaba las bromas pesadas y el humor extraño de su amigo.

— Claro que sí, ni te imaginas cuanto te he extrañado, te había estado vigilando. —

— ¿Ah sí? ¿Crees que no noté todas esas  veces donde escuchaba voces gritándome que no fuera idiota o todos esos empujones que venían de la nada? — Preguntó riendo, lo sabía, sabía que su amigo le había estado ayudando.

— Ah sí, lo siento, pero me exasperabas, a veces eras muy idiota. —

— Claro, es más fácil verlo de allá arriba, cuando si lo quieres, hasta puedes saber lo que está pensando el otro — Bufó y rodó los ojos para luego sonreír — Me alegra mucho que estés aquí, vivirás conmigo por un tiempo, hasta que tus heridas sanen y puedas moverte de mejor manera. —

— Gracias viejo amigo, te debo una —

— Me debes muchas Hyuk-ah, ahora cuéntame, ¿quién te trajo aquí? —

Notas finales:

Click aquí para el fanfic en Wattpad

Espero lo hayan disfrutado, si no les funciona el hipervinculo pos, lo siento. 

Prometo seguir lo más pronto posible y TERMINARLO, que nunca termino los fics porque soy muy dispersa.

Cualquier tipo de critica o comentario será bien recibida, gracias por leer, nos leemos pronto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).