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¿Por que a mi? por Ghost princess Perona

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Notas del fanfic:

Este oneshot se me ocurrió mientras estaba aburrida después de estudiar para un examen, espero que les resulte gracioso. Me cansé del Virgo siempre serio y en control, me provocaba verlo un poco más como adolescente, no como adulto en el cuerpo de un joven.

Asmita y Shion tenían una misión juntos, lo que no le hacía gracia a ninguno de los dos. Ambos dorados tuvieron una fuerte discusión después de un acontecimiento que pasó con el santo de cáncer, aunque en defensa del hindú toda la culpa fue del imbécil de Manigoldo, que no le caía nada bien y menso después de la pelea con su condiscípulo, en la que Hakurei tuvo que intervenir antes de que terminaran enzarzados en una guerra de mil días…

-Flashback-

“Hola, rubia” dijo Manigoldo entrando en el Templo de la Virgen, pavoneándose como siempre. Ser prácticamente hijo del Patriarca le daba algunos privilegios, como poder pasearse por todos los templo exhibiéndose como un pavo real. “¿Qué estás haciendo?”

“Tratando de meditar” le respondió Asmita, tratando de quitarse de encima a ese pesado de una vez por todas. ¿Es que no entendía que no todos en el Santuario se arrojaban a sus pies? Además ya tenía a Shion, ¿Por qué buscarse otro con el que pasar el rato? Que cerdo podía ser, Sage debió de ser más duro al educarlo.

“Oh, interesante, yo podría ayudarte” dijo con un toque lujurioso que le provocó asco al rubio.

“Puedes hacerlo yéndote” en todo momento Virgo trató de mantener la cortesía, aunque le apetecía dejar a ese cangrejo sin sentidos. Este no pareció captar el mensaje y se acercó, tomando su mentón entre sus manos. “Aléjate”

“¿Por qué lo haría, hermosura?”

“Te lo advierto”

“No niegues que te gusta” el canceriano intentó besarlo y Asmita estaba listo para enviarlo al infierno, dijera lo que dijera el patriarca, cuando en eso…

“¡Ah, no!” les llegó la voz de Shion de Aries, que entró como un bólido y se arrojó contra el otro rubio para alejarlo de su novio. “¡Mantén tus manos para ti, puta!”

“¡¿Qué?!” gritó Asmita. Al parecer el borrego había malentendido la situación y creía que se estaba besando con el imbécil por su voluntad. En ese momento sintió que la sangre le ardía por la acusación. ¿Cómo podía alguien que lo conocía tan bien como Shion creer que se interesaría en alguien como Manigoldo, sobre todo si tenía pareja? ¿Es que era idiota? Además a él le gustaba alguien más… aunque esta persona no se diera cuenta.

“¡Lo que has oído, ramera!” en ese momento el otro rubio respondió y ambos comenzaron a rodar por el suelo en una auténtica pelea de gatas, con todos y jalones de pelo, palabras hirientes y arañazos a la cara. El cangrejo se recostó contra un pilar para observar divertido.

“¿No tendrían que estar en bikini para eso?” comentó pervertidamente, gozando del espectáculo. Nunca había pensado esto de Shion.

“¡Cállate!” le gritaron los dos y continuaron. El canceriano se rió y siguió mirando… sin notar que su maestro y el gemelo de este subían las escaleras. Hakurei acababa de llegar de Jamir y Sage salió a recibirlo personalmente. Ambos lemurianos se quedaron parados, muy asombrados de lo que veían, hasta que reaccionaron e hicieron levitar a sus discípulos.

“¡Shion! ¡Asmita!” los regañó el mayor cuando trataron de seguir aún estando en el aire. “¿Qué significa esto?”

“¡Él empezó!” dijeron infantilmente los dos, señalando a Manigoldo. Este palideció cuando el patriarca le miró seriamente. Estaba en problemas.

“Manigoldo, vamos a hablar seriamente” y se fueron.

“¿Qué ha pasado aquí?”

“¡Esa puta se metió con MI novio!” gritó Aries y, después de algunos improperios por parte de los dos dorados, por fin logró Hakurei tener un idea de lo que había pasado. Todo culpa del peliazul, por supuesto, pero eso no dejaba de lado que sus discípulos se hubieran portado de manera vulgar. Después de regañarlos se llevó a Shion no sin antes decir: “Estoy decepcionado de ustedes, niños”

 -Fin del Flashback-

“¿Y ahora a dónde? ¿o es que estás tan concentrado en buscar a otro hombre con pareja que follarte que ni siquiera puedes guiarte?” habló Shion, sacándolo de sus pensamientos. Nuevamente maldijo a ese cangrejo y se puso a andar en silencio. Este borrego… estaba siendo tan hiriente como el imbécil de Tauro. Soltó un par de frasecitas más de ese tipo antes de que la paciencia de Asmita, que era mucha, se agotara. “No puedo creer que tú entre todas las personas quisiera con mi novio…”

“¡Quédate con tu maldito novio!” finalmente estalló el hindú.

“¡¿Qué dijiste?!”

“¡Lo que escuchaste!”

“¡Bien

“¡Bien!” siguieron caminando en silencio, esperando llegar al lugar pronto. En medio de esa caminata Shion tuvo ocasión de calmarse y pensar mejor las cosas. Conocía a Asmita, habían entrenado juntos bajo el cuidado de Hakurei. Con su personalidad dudaba que le fuera  gustar Manigoldo. Pero esa escena en la casa de Virgo…

“Oye, en serio, ¿te gusta Manigoldo?”

“¡Claro que no!” respondió el dorado de la Virgen, sintiendo todavía rabia. Esto no era algo a lo que estuviera acostumbrado, siempre estaba calmado. “Me da asco, ¿Cómo puedes estar con él?”

“Bueno, no negaré que tiene sus… ejem… cosas, pero… bueno, el asunto es que no te he visto nunca con nadie y a mi parecer lo estabas disfrutando y…”

“Disfrutaría más besar una mofeta” respondió Asmita con sinceridad. “Además si te tuviera envidia sería por algo más… deberías estar agradecido…”

“¿Agradecido de qué?” ahora era Aries el que estaba confuso.

“¡De que el chico que te gusta te haga caso!” finalmente dejó ir el otro rubio. Tanto tiempo envidiando a otros a los que el hombre de sus sueños sí les hacía caso y ahora… ¿Por qué solo los patanes se sentían atraídos por él? “¡¿No ves todo lo que hace para ganar tu atención?! ¡A mi el chico que me gusta… dudo que sepa que lo amo!”

“Espera… ¿a ti te gusta un chico?”

“Si”

“¿Y no sabe que te gusta?”

“Si”

“¿Se lo has dicho?”

“S… No”

“Entonces, ¿Cómo esperas que sepa?” se cruzó de brazos Shion. Una vez zanjado el asunto de Manigoldo no tenía problemas en ayudar a su condiscípulo a solucionar sus problemas amorosos.

“He tirado muchas indirectas… y directas” confesó Asmita. “Suele visitarme mucho en mi templo, aunque no lo creas y he intentado toda clase de cosas para conquistarlo y poder decirle… incluso una vez me vestí con una túnica transparente”

“¡Asmita! ¡Eso ya es desesperación y a ningún hombre le gusta!”

“¿Qué más puedo hacer?”

“Bueno, puedes…” ambos se dieron cuenta de que habían llegado a su destino, una misteriosa pequeña aldea en la cual habían desaparecido muchos viajeros. “Sabes qué, ¿Por qué cuando regresemos no te quedas en mi templo a dormir? Puedo ayudarte”

“No imagino como”

“Creeme, te ayudaré. Y podremos pasárnosla en grande como cuando éramos pequeños” guiñó el ojo Shion. “Será como una piyamada”

“Ya no somos niños”

“Vamos”

“Me lo pensaré”

-Time skip-

Habían pasado semanas desde la misión y el ciego se preparaba para salir del baño con una toalla alrededor del cuerpo. Había escuchado tenues pasos llegar a su casa, ocultos entre las sombras, y ahora se disponía a actuar. Sujetando bien el implemento de baño, salió a recibir a su visitante. Deuteros estaba ahí como siempre, observando atentamente todo lo que lo rodeaba. Asmita podía contarlo entre sus pocos amigos ahí en el santuario y también como la persona que le había gustado desde hace mucho tiempo.

“Hola” lo saludó Asmita.

“Hola” el gemelo menor lo miró. “¿Vengo en un mal momento?”

“Para nada, solo termino de vestirme y podemos conversar” en ese momento soltó lo que lo tapaba y la toalla calló al suelo, dejándolo desnudo delante del otro. “Upps”

“No importa, aquí tienes” dijo Deuteros sin inmutarse. Asmita estaba que no se lo podía creer, ¿Cómo este hombre podía soportar todas sus provocaciones sin mostrar reacción? Tenía que ser una broma.

“Gracias” respondió y siguieron hablando como si nada una vez Virgo estuvo vestido. Mientras esbozaba esa falsa sonrisa para que su amigo no se sintiera mal, pensó para sus adentros que debía hacer algo para conquistar a ese ser de las sombras que al parecer no se dejaba deslumbrar por nada.

“Y Aspros… luego Aspros… mi hermano… Aspros” cada vez que se mencionaba esa palabrita sentía su sangre hervir como lava. Sabía que entre los gemelos no había nada más que un amor fraternal muy profundo, pero ver cómo Aspros le robaba la atención del dueño de su corazón lo hacía querer matar al santo de Géminis. “¿Crees que pueda venir a cenar hoy? Se va a ir al pueblo con unos amigos y…”

“Claro, pero tendrá que ser rápido, he quedado con Shion más tarde”

“Gracias…”

-En la casa de Aries-

Esa noche Asmita se apareció diciéndole que si aún estaba en pie la fiesta de piyamas y un sorprendido Shion le dijo que sí. Una vez estuvieron ambos listos para irse a dormir comenzaron a hablar sobre chicos mientras el lemuriano cepillaba el cabello de su amigo. Como el tema del que Shion usualmente hablaba era Manigoldo decidió pasarlo y escuchar los problemas del rubio menor con respecto al amor. Estuvo a punto de gritar de horror y diversión al oír lo que pasó con la toalla.

“Vaya, has alcanzado un nuevo nivel de desesperación hoy” comentó el borrego, afianzando su mano en el cepillo.

“Y que lo digas… pensé que esta vez funcionaría” se quejó Virgo.

“Es un hueso duro de roer, cualquier otro te habría saltado encima… hum, imagino que o no le interesan los hombres o no tiene muchas luces con respecto a esos temas.”

“Más bien lo segundo… urgh, y lo peor es que se pasa todo el tiempo hablando de ese maldito de Aspros de Géminis como si fuera una especie de dios… ¡aquí yo soy el que tiene un título de divinidad! ¿Qué tiene ese idiota que no tenga yo para robarme su atención?”

“¿Le gusta Aspros?” preguntó Shion, pensando las cosas.

“No, es más que nada admiración ciega”

“¿Admiración ciega? Deberías poder con eso” refunfuñó el lemuriano, pensando en su propia desdicha amorosa. “Al menos no tienes que tratar con una persona que te es infiel con cada chico bonito que se le pasa por delante”

“De verdad, ¿por qué sales con ese cangrejo idiota?”

“Porque… bueno, al principio era muy bueno conmigo y sabía cómo hacerme sentir especial y…” Shion siguió monologando. Mientras lo hacía algo captó la atención de Asmita. Acostumbrado como estaba a detectar cosas ocultas en las sombras, Virgo supo que alguien los estaba espiando y que no era Deuteros, él sabía esconderse mejor. Lanzó un pequeño golpe de cosmos que impactó al espía, revelando a Manigoldo de Cáncer.

“¿Qué haces aquí?” preguntó el rubio amenazante y el canceriano corrió, no queriendo más problemas con su maestro. “Sigo pensando lo mismo, mereces a alguien mejor”

“Si… creo que voy a cortar con él” confesó Shion.

“¿Y por que te pusiste como una fiera cuando se me acercó en mi templo?”

“Porque hasta que haya terminado con él sigue siendo mío” contestó petulante el lemuriano, “Ahora, volviendo a tu chico… creo que me sería más fácil ayudarte si me dijeras su nombre y lo que le gusta… aparte de Aspros”

“No puedo decirte su nombre y lo que le gusta… entrenar, tal vez el dibujo” el rubio era una de las pocas personas que sabía que al gemelo menor le encantaba dibujar y que se le daba muy bien… a diferencia de Aspros, cuyos dibujos parecían una combinación entre arte abstracto y muñecos de palitos. Recordó con cariño cómo le había regalado a Deuteros de niños su primer bloc de dibujo y cómo le encantó. “Definitivamente dibujar”

“Ahí está, ¿por qué no le pides que te dibuje?”

“Es… no es tan mala idea, lo probaré”

-Time skip-

Asmita había seguido intentando, hasta que la rebelión de Aspros se había metido entre sus planes de amor. Una vez que el cuerpo del traidor estuvo tendido en el piso de la casa del Patriarca, estuvo muy dividido entre gritar de alegría porque el estorbo se había ido o ir a consolar a su interés amoroso. Se decidió por lo segundo y corrió a abrazarlo. Los demás dorados entraron corriendo y Sage les contó lo que había pasado. Todos fijaron sus miradas entristecidas en Deuteros.

“Shhhhhh, ya pasó, ya está…” trataba de calmar Asmita al pobre gemelo. Shion, que conocía bien al otro, supo inmediatamente que ese era el chico que le gustaba. No habría hecho algo así por nadie más.

“Creo que… deberían descansar, los dos” aconsejó el lemuriano y ambos se retiraron. A la mañana siguiente Deuteros se había ido a Kanon con su culpa por lo de su hermano. Asmita, que no se lo podía creer, hizo algo sumamente impropio de él: bajar al pueblo a beber en la taberna como si no hubiera un mañana.

“Aspros, Aspros, siempre Aspros, incluso después de muerto Aspros…” se quejaba el rubio entre el décimo primero o quinto vaso que dejaba seco, acompañado de un asustado Shion. Ni siquiera Tauro tomaba tanto de una sola vez.

“Creo que deberías controlarte” intentó arrebatarle el vaso, pero el otro fue más rápido y se lo terminó antes de que lo alcanzara.

“¡¿Qué tiene él que no tenga yo?!” gritó en su borrachera.

“Eh… ya has tenido suficiente, vamos” Shion se las arregló para llevarse a su amigo de ese sitio antes de que le hiciera más daño a su reputación. Mientras caminaba con Asmita aún maldiciendo al traidor, se toparon con Manigoldo y un par de santos dorados más, que los miraron confundidos. “No pregunten”

“Ugh… no me siento bien” comentó Asmita cuando finalmente llegó a su habitación sano y salvo. Aries estaba a punto de irse cuando el otro se levantó. “Espera, ¿has conseguido olvidarte de ese cangrejo idiota y reconstruir tu vida?”

“Absolutamente” respondió el borrego con sinceridad. “De hecho, mañana tengo una cita con Dohko…”

“¡¿POR QUÉ SOLO YO?!”  fue el grito de Asmita que se escuchó en todo el Santuario.

Notas finales:

¿Que tal estuvo? Me pareció que Shion y Asmita peleándose era suficientemente gracioso como para merecer estar aqui. ¿Les gustó los dorados con sus problemas de adolescentes? Espero qe si. Review, plis!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


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