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Predicciones por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

.3. Tenía esta idea en mi cabeza y no pude continuar con nada hasta haberla sacado.

Notas del capitulo:

Fue más dificil de lo que pensé ._. Así que espero que lo disfruten. 

Minho mordió el hombro de Taemin, escuchándolo gemir. Por más veces que hicieran el amor, no se cansaba de escucharle, sobretodo cuando llegaba al orgasmo. Se giró, dejando al menor sentado sobre su pelvis.

 

-Agh, Tae...- Le tomó por la cadera, indicándole el ritmo deseado. Taemin siempre acataba órdenes, y aun así lograba salirse con la suya. -No hay persona en el mundo que lo haga mejor que tú.

 

Le escuchó reírse. Taemin tenía la habilidad de ser sensual y a la vez tierno, como si pudiera desdoblar su personalidad en varias. Casi siempre era alguien tranquilo, quizá muy infantil, así que conocerle en la cama era contradictorio a lo que demostraba a simple vista, sin embargo, que fuera sensual en la cama no le quitaba esa pizca de inocencia que le acompañaba a todos lados.

 

-Es porque te gusto ahora.- Lo dijo casi como si fuera una advertencia. En los últimos días, Taemin había estado usando ese tono de voz sensual con ánimos de saberlo todo, principalmente con Minho.

 

-Aun cuando ya no me gustes...- Rio, presentía que ese tono de voz en Taemin eran ligeros celos, así que le desmeritaba rápidamente. -Nadie sabe hacer el amor como tú.

 

-Eso dices ahora...- Suspiró, juntando su frente con la de Minho. -Te conozco demasiado bien, Choi Minho...- Jadeó, aferrándose a los hombros del mayor. -Sé que me dejarás, encontrarás a alguien más y te olvidarás de mí.

 

Minho le volvió a girar, atrapándolo bajo su cuerpo. Le mordió el labio inferior, hundiéndose con fuerza en ese cuerpo que rogaba por una mezcla extraña entre dulzura y rudeza.

 

-¿Y esperarás por mí?- Le sonrió, mientras volvía a atacar esa boca ligeramente rosada.

 

-Tal vez...- Le escuchó jadear, esta vez diferente, más desanimado. Algo así le partía el corazón a aquel hombre que siempre obtenía lo que quería. –Pero, tú serás quien me va a extrañar. Y yo, yo ya no voy a estar.

 

-Hasta entonces amor, disfrutemos.- Minho le sostuvo por el cuello, mordiendo cada trozo de esa boca que seguía gimiendo. Fácilmente podían perderse el uno en el otro, ya que estaban tan bien acoplados desde hace tiempo.

 

Tenían tres años de conocerse, probablemente la relación más larga y duradera de Minho. Había encontrado en ese chico, dos años menor, algo diferente, con sabor a nuevo. Precisamente, porque el chico contaba con ese toque de inocencia, podía hacerle de las suyas todo el tiempo, sin darse cuenta que aquel chico cada día era alguien más maduro y sumamente inteligente. Así, las cosas se fueron dando en esa relación que poco a poco empezó a ceder ante las palabras premonitoras del chico.

 

~*~

 

Taemin entró corriendo al departamento del mayor, su sonrisa obviamente demostraba que no cabía de felicidad. Abrazó a Minho, porque realmente este momento valía la pena en toda su vida. Le acababan de aceptar en una de las mayores empresas que había en Corea. Su corazón latía locamente. Pero no tanto como para cegarle, y no dejarle ver lo que estaba pasando justo enfrente de su nariz.

 

-¿Minho?- Se separó ligeramente de él. -¿Pasa algo?

 

-Debemos de hablar…- Esas simples tres palabras fueron más que suficiente para hacerle entender de lo que Minho quería hablar.

 

Dio dos pasos atrás. Sabía que este día llegaría, pero no pensó que fuera a ser tan pronto. Muy en el fondo se había enamorado tan perdidamente de él, que deseo imaginar que Minho no fuera así de fácil como para cambiar de pareja en pareja todo el tiempo. Se resignó rápidamente, porque sabía que no valía la pena pelear contra aquel hombre cuyo instinto carnal era mayor que el querer sentar cabeza y tener una pareja estable.

 

-Anda, dilo.- Su voz fue más dura de lo que imaginó tener. Lo sabía, Minho era tan predecible. Casi pudo predecir las palabras exactas que Minho usaría.

 

-Yo…He conocido a alguien…- No, Minho ni siquiera se dignaba a dirigirle la mirada.

 

-Lo sé.- El frío que sintió dentro de sí mismo fue lo suficiente para no derramar ni una lágrima por ese amor que tanto sentía y que ahora se estaba yendo a la basura. –Te ves con alguien más, y te gusta…¿Ya tienen una relación?- La mueca que esbozó fue más que suficiente para darle un aire de superioridad frívola. No se iba a rendir ante los pies de aquel hombre.

 

-Sí…Él es algo…

 

“Diferente” Taemin pudo saborear esas palabras. Las había oído antes, eran las mismas que le había dicho a él, cuando iniciaron su relación. La única diferencia, en ese entonces Minho era un hombre libre.

 

-Está bien…- Se cruzó de brazos, arrugando el papel entre sus manos. –Yo-yo…siempre lo supe.- Alzó la vista. –Sólo, una cosa, ¿él lo sabe? ¿De mi existencia?

 

El silencio que el mayor guardó fue más que suficiente para confirmarle a Taemin que, aquel chico no tenía ni idea de lo que su presencia estaba causando. No pudo odiarle, ¿cómo culparle? El único maldito aquí era Minho, que jugó con él, y pronto metería al juego al nuevo chico en turno.

 

-Minho…te pediré una última cosa.- Sus labios formaban una línea fina, tan marcada como todos los sentimientos que tenía por Minho. –Nunca le hables de esto, ni de mí. Hoy en día nadie quiere ser la otra cama…

 

Suspiró, mientras con pasos firmes salía por aquella puerta, a la que juraba nunca volver a entrar. Caminó en automático, apenas lo que su cuerpo tentó como suficiente, tres cuadras antes de colapsar sobre sus rodillas y ponerse a llorar. Amaba a ese hombre, pero siempre lo supo, desde que le conoció, Minho nunca lograría ser feliz con alguien, y no le correspondía a él estar a su lado. Le olvidaría, como sabía que Minho le olvidaría, excepto por ese pequeño detalle, también sabía que Minho llegaría a un punto donde le extrañaría. No pensaba corresponder esos sentimientos, dejaría a Minho como un trago agridulce en su vida, le superaría limpiamente.

 

~*~

 

Aún no entraba el otoño, pero Minho ya notaba algo extraño en el ambiente. No eran los árboles, que lentamente se teñirían de anaranjado, ni  el sol a medias que demostraba una comida tarde. Suspiró, simplemente era una melancolía. Mal momento para sentirla, probablemente Kibum se entristecería si le miraba así de mal. No podía hacerle esto, era su cumpleaños, por eso se encontraban en ese restaurante…Se apoyó sobre la palma de su mano, esperaba a que su magníficamente diva pareja regresara del baño. Bostezó, girando la cabeza, por la ventana pudo ver justo enfrente de la acera esa cafetería a la que un par de años atrás solía frecuentar. Sonrió, esa era la cafetería favorita de Taemin…

 

Se quedó helado, ¿por qué le recordó? Había pasado dos años desde la última vez que hubo pensado en él, pero ahora casi como un susurro, el recuerdo de aquel chico tierno se había colado a su memoria. Fue mayor su sorpresa al ver que en las mesas exteriores de la cafetería, un chico de cabello rosa, exactamente idéntico a Taemin, abrazaba por la espalda a alguien que esperaba en la mesa. El chico llevaba dos cafés, uno en cada mano. Le regaló un beso en la mejilla y después se sentó a su lado, ofreciéndolo uno de los vasos. No supo por qué, pero sintió un gran estruendo dentro de su cuerpo. El chico era idéntico a Taemin…¿Sería él? ¿Por qué aparecía en su vida ahora? Y sobretodo…¿Estaba saliendo con alguien más?

 

No, no podía culparlo, hacía dos años que lo suyo había terminado, y más por como terminó. Pero…Entonces, ¿qué significaba ese mal sabor que tenía en la boca ahora? Ciertamente, no llegó a imaginarse que aquel chico fuera a cambiarle, pero ya había pasado tanto tiempo…Dos años pasaron por su mente, ¡hacía dos años desde que decidió cambiar todo en su vida! Entonces las palabras que mucho tiempo más atrás le dijo resonaron de nuevo en su cabeza. Taemin lo había predicho, le cambió, y por encima de todo, él no se quedó a esperarle.

 

-He vuelto.- Key se sentó enfrente de Minho, sonriéndole. -¿Pasa algo, Minho ah?

 

-¿Eh?...No…Me puse a pensar, en cosas que pasaron hace mucho rato.- Dijo, aún con la mirada perdida en el aire.

 

-No te ves muy bien, ¿quieres que volvamos?- Se preocupó, Minho no solía ponerse así de serio cuando estaba a su lado, ¿le pasaba algo?

 

-No, para nada. No quiero arruinarte el cumpleaños, será mejor que celebremos.- Le sonrió, sin estar realmente convencido de su propia respuesta.

 

 

 

 

 

 

Cada noche, desde entonces, esa extraña melancolía mezclada con esa sensación extraña de un recuerdo, le atormentaron. Definitivamente, se sentía extraño, como si algo le faltase. Vivía en una abstracción que le empezaba a separar del resto del mundo.

 

-Minho...- Escuchar esa voz, esos besos, simplemente estar con Key ya no sabía igual.

 

Ni las caricias ni sus insinuaciones. Cuando le conoció fue algo interesante, Key era quizás sexual...Sin embargo Taemin era sensual. Sacudió su cabeza de esos recuerdos, debía de dejar de pensar en ese chico...Pero, lo que una vez le dijo era cierto, nadie sabía hacer el amor como Taemin, con esa inocencia de hacerlo por amor y no por placer. ¿Cómo pudo cambiar eso?

 

Ya no quiso saber más de si mismo, o de Key. Se acababa de dar cuenta, se arrepentía de su decisión, extrañaba terriblemente a Taemin.

 

~*~

 

Taemin entró sin cuidado a la oficina de Onew, tenía un plan ya tramado en mente. Con una sonrisa dulce había convencido a la secretaria de Jinki que no le avisara que iba a entrar, después de todo, siempre terminaba haciendo lo que quería.

 

-Hey, hyung, ¿quiere venir a comer conmigo?- Sonrió con esa mueca seductora.

 

Onew dejó de lado sus papeles, poniéndose de pie para tomar al chico por los hombros y detener esa enorme vibra que conmocionaba todo.

 

-¿Comer?- Sonrió, abrazándole por la cintura mientras se recargaba sobre el escritorio con el chico entre sus manos. -¿Ya has pedido permiso?

 

-¿Yo?- Se hizo el desentendido. -¿El diseñador en jefe? No necesito pedir permiso, más que a mí mismo.- Rio tontamente. –A menos que te refieras a mi jefe superior.

 

-Sí, no estaría mal saber su opinión de éstas salidas a hurtadillas.- Con un ligero toque en la nariz le indicó lo que debía de hacer.

 

Taemin rio, con un beso en los labios susurró.

 

-Jinki seonsaeng, ¿me daría permiso de salir con mi novio a comer?- Jugueteó un poco con la corbata del mayor, mirándole suspicazmente.

 

-¿Con tu novio?- Alzó una ceja. -No sé si me agrade, ese hombre te distrae mucho de tu trabajo.

 

-Seonsaeng, no puede interferir mi vida privada con el trabajo sólo por celos.- Le besó de nuevo.

 

-¿Por qué estás tan travieso hoy, Minnie ah?- Acarició la mejilla del chico que rápidamente ganó color. -¿Acaso...te has acordado?

 

-Hice un gran esfuerzo, y cada mes me recordé lo importante de esta fecha con notas pegadas en todos lados.- Murmulló. Le besó, sensual, travieso, con ideas en mente. -Feliz aniversario, amor.

 

-Feliz aniversario, Minnie ah.- Jinki rio, abrazándole más fuerte contra su cuerpo.

 

Un año juntos, Taemin se dejó envolver en esa felicidad de poder haber compartido ese año entero con Jinki. Se habían conocido en el elevador, cuando Taemin estuvo a punto de morir sepultado bajo todas las cosas que llevaba cargando. Onew, como le gustaba llamarle cariñosamente, le rescató, incluso le ayudó a transportar sus cosas a su nueva oficina. Justamente se habían conocido el primer día de trabajo del menor en esa gran empresa. Nunca llegó a imaginar que su superhéroe también iba a terminar siendo el jefe. ¿Conocer al presidente de una gran empresa? Eso era algo que no pudo imaginarse ni en sueños. Pero así había sucedido, y poco a poco Taemin fue tomando control sobre el corazón del mayor, hasta que ambas vidas tuvieron que colisionar.

 

 

 

 

 

 

Taemin apenas y alcanzó a cerrar la puerta, para cuando Jinki ya le había pegado a la pared. Con desesperación mordía y besaba su cuello, provocando que el de menor edad soltara gemidos, que el mismo procuraba no fuera a volumen tan alto. Le gustaba intimar con Jinki, si tan solo no fuera tan desesperado. Había veces, la mayor parte de las veces, que Onew sólo le mostraba un lado de la moneda. Le gustaba rudo, pero también le gustaba que después de todo hubiese mimos y ciertos cariños.

 

-Onew, al menos hay que…llegar a…la cama…- Suplicó por esos breves instantes en lo que lograría cambiar la táctica y buscar ese lado tierno del mayor que usualmente no tenía en la cama.

 

-Como desees.- Le pegó un beso casi insano, para después dirigirle hacia la cama.

 

Onew podía ser todo un caballero, en muchos sentidos, pero en la cama era totalmente diferente.

 

~*~

 

Minho se mordió los labios, ciertamente estaba algo ansioso. Quería volver a tener contacto con Taemin, pero ir a visitarle a su casa no era prudente, tal vez ni le abriría la puerta. Podría llamarle...¡Por supuesto! Como si aún fuera a tener el mismo número de hace dos años. Le conocía, Taemin no era capaz de mantener el mismo número telefónico por más de seis meses, simplemente los perdía o estropeaba.

 

Jadeó, se sentía un maniático al estar así de nervioso, y sólo por pensar en volverle a hablar. ¿Estaría haciendo lo correcto? Taemin se lo había dicho, que le extrañaría, ¿por qué no creyó en esas palabras? Quizás fue porque en ese momento ni siquiera pensó en el futuro.

 

Lo admitía, ese era su más grande error, nunca pensar en el futuro. Estar en el presente es importante, pero tampoco había que dejar de lado el futuro. Hizo una mueca, siguiendo con su pelea interna, tal vez debía intentar un acercamiento suave...

 

Escuchó el típico ruido que hacía Kibum al entrar a casa. Se quedó helado, lo había olvidado, por completo. Le parecía absurdo lo poco que realmente Key significaba en su vida, pues un simple recuerdo fue más que suficiente para desplazarle. Ahora se preguntaba cómo no lo había notado antes. Todo este tiempo no había sido más que un gran capricho en su vida.

 

-¿Pasa algo?- Ésta vez Key preguntó sincero, esperando por una respuesta. No pensaba irse sin saber qué era lo que pasaba con Minho.

 

-Yo...- ¿Qué iba a hacer ahora? No podía decirle todo, Taemin se lo había pedido años atrás. Recordar eso le provocó querer contrariar las predicciones de Taemin, no hacer lo que el chico había dicho como augurios. -Te diré la verdad.- Empezó a explicar. -Cuando nos conocimos...¿Recuerdas que al principio estaba algo renuente a que fuéramos pareja?

 

Key alzó una ceja, había tomado esa pose exacta de estar escuchado para después ponerse a regañar. Asintió levemente, al principio Minho parecía bastante reservado, pero después de que su relación inició todas las cosas se acomodaron en su lugar.

 

-Yo ya salía con alguien en ese entonces.- Minho le miró directamente, sabiendo que debía atenerse a las consecuencias. -Le engañé contigo.- Admitió.

 

Una bofetada. Por supuesto que se sentía ofendido. Minho le acababa de confesar que él había sido el otro, ¡Minho le había mentido! Y vaya que lo hizo por tanto tiempo.  Se sentía ultrajado, había interferido en una relación sin saberlo, y para eso no había excusa alguna.

 

-¿Por qué me dices esto ahora?- Trató de serenarse.

 

Para que termines por odiarme, fue en lo único que Minho pudo pensar.

 

-Yo...Le he vuelto a ver.- Esperó a una reacción explosiva, quizás agresiva en el otro.

 

-¿Hablaste con él?- El tono en que lo dijo fue una exacta mezcla de estar a la defensiva y decepción. -Te convenciste que engañarle fue lo peor que has hecho.- Gruñó.

 

-No.- Dijo rápido. -Le vi, pero no me acerqué a él...Le vi con su nuevo novio, supongo...

 

-Y te partió el corazón verle así, feliz.- Escupió ácidamente. -¿Por qué me estás contando esto? ¿Por qué ahora?

 

-Él…él me dijo que jamás te lo dijera, o te enfadarías…- Increiblemente, Taemin había podido predecir eso.

 

-Ese chico es inteligente.- Kibum se cruzó de brazos. -¿Y?

 

-Yo…No sé…- Estaba confundido, molesto, Taemin le pudo leer tan bien, pudo decir cómo serían las cosas, y ahora estaba pagando el no haber hecho caso a esas advertencias. Extrañaba eso, incluso el ignorar las cosas serias que decía, bajo la excusa de que eran sólo temores que tenía.

 

Ahora se daba cuenta, Taemin había significado algo grande en su vida, su relación más larga. Él había sido la única persona que le había llegado a conocer tan bien. Ahora sentía que toda su vida había dependido tanto de esas manos que ya no estaban cerca.

 

~*~

 

Key suspiró, ¿qué estaba haciendo? No tenía ni idea, todo lo que había hecho fue en un impulso, molesto. Había buscado a Changmin, él debía saber quién era ese chico que estaba rondando en la mente de Minho. Entonces supo su nombre, y quién era, un chico menor, que al parecer estaba en gracia de todos. Se sorprendía  de no haber escuchado de él antes, y que incluso Changmin hablara con cariño de ese chico. No sabía por qué quería conocerlo, pero llegaba a entender que era para saber cuál era su posición en esta situación. ¿Sería el malo, el bueno, o sólo un personaje secundario y usado?

 

-Disculpe, tengo cita con Lee Jinki.- Habló directamente con la secretaria.

 

-Le está esperando.- Con una amable sonrisa la secretaria indicó que podía pasar.

 

Key entró algo desconfiado, de sí mismo, de su absurdo plan, pero con la cabeza en alto. No sabía qué ganaría, o si tan solo ganaría algo, inclusive podría salir perdiendo más de lo que ya no tenía.

 

-¿Usted es Kim Kibum?- Observó a aquel hombre también recibirle con una sonrisa.

 

-Gusto en conocerlo…- Hizo una reverencia.

 

-El gusto es mío, soy Lee Jinki, pero eso ya debes saberlo.- Le indicó que se sentara. Después se dispuso a llamar por el intercomunicador del teléfono. –Luna, ¿me harías el favor de pedirle a Taemin que venga? Ah, y esta vez no chilles de emoción.- Inquirió con una risilla.

 

Kibum miró algo confundido la escena, la secretaria había soltado un triste ah, como si le hubiera ofuscado sus planes. Pero eso quedó en segundo plano, ya habían mandado a llamar al chico. Temía verle, no sabía a qué se iba a enfrentar, excepto por algo, debía de definirse, le odiaría por ser lo que era en la vida de Minho. Tenía que hacerlo.

 

-Entonces, Kim Kibum…

 

-Sólo Key, por favor.- Interrumpió, tenía ese pequeño complejo con su nombre, le gustaba más ese apodo que su madre le había dado tan afectuosamente.

 

-Está bien, Key.- Prosiguió. –Admito que me sorprendió tu solicitud, en principio, y más porque también solicitaste hablar conmigo, pero después logre verlo desde otro punto. Sería bueno aliarnos.

 

-Sería más bien como un apadrinamiento.- Trató de corregir. –Sí, mi empresa nunca ha sido de alto perfil, pero admito que tengo clientes fieles. Ahora, que pienso cambiar todo, no solo en las sucursales, sino también la visión de la empresa, decidí recurrir a ustedes, y algo me dijo que estaría bien intentar eso.

 

-Suena audaz, y si estás tan de acuerdo, entonces hagamos oficial este apadrinamiento.- Indicó.

 

-Onew, ¿por qué Luna se muerde la lengua y trata de no respirar?-Se escuchó desde la puerta.

 

Ahí estaba, el chico. Con un cabello sutilmente pintado de rosa, ojos castaños, no tenía el aspecto de alguien a quien dejas fácilmente. Parecía contrariado por la secretaria, pero honestamente Key también se encontraba confundido con todo eso. ¿Ese era Taemin? El exnovio de Minho. Un escalofrío surcó su espalda, era hermoso, y por como lo había descrito Changmin, era inteligente. Se sintió insignificante.

 

-Ah, ya sabes cómo es, no puede evitar gritar de emoción cada vez que te mando a llamar. Le pedí que no lo hiciera.- Explicó, siendo una broma interna que simplemente Key no logró descifrar.

 

-Me preocupa que un día de estos tengamos una pelea, ella será la más afectada.- Comentó con gracia. -¿Para qué me llamaste?- Tomó asiento en la otra silla libre.

 

-Taemin, te presento a Kim Kibum. Es de quien te estaba comentado hace días. Serás el encargado del nuevo diseño de sus sucursales.- La mirada de confianza plena que Jinki le dio a Taemin lo decía todo, era más obvio que había algo entre esos dos.

 

-Perfecto.- Lo dijo casi como un cumplido, como si tener esos deberes fuera la pasión de su trabajo. –Gusto en conocerlo,  Kibum-ssi.- Hizo una delicada reverencia. –Será mejor que vayamos a mi oficina. Compermiso.- También le hizo una reverencia a Jinki.

 

Key le siguió observando con meticulosidad cada detalle en el chico que alegremente caminaba hacia el elevador. Quería odiarle, gritárselo a la cara, pero hasta ahora no había tenido más interacción con él que escucharle hablar. ¿Por qué tenían que ser así las cosas?

 

-Pase, por favor Kibum-ssi.- Taemin le invitó a entrar a lo que era una oficina mucho más sobria que lo que alguien que le mirara podía llegar a imaginar. ¿No se supone que era menor? Todo parecía tan maduro, no correspondiente a su edad.

 

-Taemin-goon, si deseas puedes llamarme sólo Key.- Explicó mientras tomaba asiento. –¿Eres arquitecto?

 

-No.- Murmulló con risita entre los labios. –Soy director artístico.- Subió la mirada, una seria y profesional que chispeaba en emoción. –La gente no suele relacionar la dirección artística con la arquitectura, pero yo siempre he encontrado esa hermosura en los edificios y esculturas.- Explicó. –Siempre quise embellecerlos a su máximo esplendor. Entonces, heme aquí. Trabajo de la mano de los arquitectos, porque hay pequeñas imposibilidades que la gravedad no me deja construir.

 

Oficialmente ya no tenía palabras para describirle, Taemin era un excelente partido en cuanto a sus pasiones y lo físico. No comprendía nada. Esa pequeña espina dentro de su mente le seguía diciendo que le odiara.

 

-¿Le puedo confesar algo?- Ese pequeño brinco que dio en su silla, la sonrisa sincera, incluso su tono de voz eran tan contradictorias a su oficina. Era simplemente un ser que desbordaba ternura. Key asintió. –Desde que Onew me contó de este proyecto, desee poder llevar este trabajo.- Junto varias veces las puntas de sus dedos. –Sé de su trabajo como diseñador de interiores, conozco su firma, tengo una amiga que trabaja para usted. Esto es un sueño haciéndose realidad.

 

Y todo se rompió, ¿cómo podía odiarle? Obviamente ese chico era un pastel de calabaza, simplemente no podía aborrecerlo. No, odiaba al mundo por ser del tamaño de un pañuelo, el chico conocía de su trabajo…Entonces comprendió que no podía odiar al mundo tampoco, todo era culpa del estúpido de Minho, tenía tan marcado sus gustos, claramente podían existir estas grandes coincidencias.

 

-Me halagas, Taemin goon…- Apenas y pudo despegar sus labios para hablar. –No sabía que conocías de mi trabajo, ¿quién es tu amiga, si puedo saber?

 

-Jung Krystal.- Sonrió. –Me hace feliz saber que usted ha decidido que es buena idea mantener juntas esta compañía con su firma.- Parecía más emocionado que un niño en navidad. –Una empresa constructora, oficinas de arquitectura mejor dicho, a la que se acaba de afiliar una firma de diseño de interiores.- Sólo le faltaba balancear sus pies hacia atrás y adelante para terminar de verse como un niño pequeño. –Esto es fantástico. 

 

~*~

 

Key gimió desganado mientras abría la puerta. Se sentía mentalmente cansado desde después de haber hablado con Taemin. Por supuesto que no le había comentado nada de sobre quién era. Menos haber mencionado a Minho. Por ahora iba a mantener todas las cosas dentro de lo laboral, ciertamente también quería mantener esa alianza.

 

No pudo mantener mucho tiempo la cabeza en el trabajo, así que ahora después de ese largo día, sólo podía rematarlo de una sola forma. Hablaría con Minho. Entró, sabiendo que él ya estaba ahí. Tomó un lugar en el sofá, esperando que Minho le diera atención. ¿En qué momento todo se derrumbó? Había sido tan rápido el declive de su relación.  Ni siquiera había tenido tiempo para sufrirlo.

 

-Hablé con Taemin.- Lo dijo, sabiendo que sería un golpe bajo para Minho. Le vio congelarse ante esas palabras, y no se pudo hallar más deleitado.

 

-¿Buscaste a T-Taemin?- Le miró cautelosamente, puesto que Key podía ser muy rencoroso.

 

-Sí.-Cruzó una pierna sobre la otra. – Es muy tierno. Adora su trabajo, en exceso; no creo que pueda amar más a otra cosa en esta vida. Por cierto, él sabe quién soy yo.- Ante esto, Minho no pudo verse más preocupado. -Pero aún no sabe que estoy relacionado contigo.- Admitió. El rostro de Minho era una mezcla entre alivio y decepción, tanto que el mismo Kibum no pudo soportar. -¿Cómo pudiste engañarle?- Reclamó, eso había sido lo más vil que conociese de Minho, y lo peor es que era parte de ello.

 

-No lo sé.- Se notaba afligido. –Puedo asegurar que el mismo Taemin sabría responder eso, pero yo…no…

 

Así como la relación terminó de la noche a la mañana, cualquier sentimiento que Key pudo tener por Minho había sido degradado a tal punto con esas revelaciones. Ahora le sería indiferente.

 

-Esto es el fin, ¿no?- Le quedaba más que en claro que Minho saldría corriendo a buscar al chico. No podía dejar así las cosas. –Tenías razón, él tiene una pareja. Y, se ven sumamente enamorados.- Sentenció, tratando de condenar a Minho.

 

~*~

 

Taemin saludó a las secretarias, para después pasar a su oficina. Dentro de poco llegaría Key y pensaba llevarle a la sala donde estaba en construcción la maqueta con las ideas que tenían hasta ahora. Ya habían pasado algunos días ideando cosas, y debía admitirlo, cada día se emocionaba más.

 

-Taemin ah…- Le llamó Kibum desde la puerta. Le sonrió, Key realmente le agradaba, no era lo que cualquier persona esperaría al decir “diseñador de interiores”.

 

-¡Vamos!- Con mucho entusiasmo le indicó al mayor hacia dónde ir. –Por supuesto que está incompleto, todavía no logro darle ese toque de esplendor que emana de usted…- Empezó a hablar mientras entraban a la sala y mostraba la maqueta que por ahora se hallaba en colores blancos y grises.

 

-Gracias, Taemin ah…- Parecía que estaba algo decaído.

 

-¿Le sucede algo malo, Key-ssi?- Preguntó cortésmente.

 

-No realmente…- Suspiró. -¿Sabes? Hace días terminé con mi novio, todavía no he ido a recoger mis cosas de su lugar.

 

-Cuanto lo siento.- No esperaba escuchar esto. –Si vivían juntos, debió haber sido una relación significativa.

 

No es como si él no hubiese tenido alguna así, más bien no quería recordar alguna así. Dentro de lo que le concernía, no se había mudado con ninguna de sus parejas, y sabía que no lo haría hasta estar cien por ciento seguro que querría pasar el resto de su vida así, en pareja. Aunque…Agitó la cabeza, no era momento de recordar.

 

-No lo sientas, él se las ingenió para ganarse mi indiferencia.- Hizo una mueca. –No vivíamos juntos, pero dos años de relación fueron suficientes para mezclar mis cosas con las suyas.

 

Taemin arrugó la nariz, en un gesto gracioso. Él era tan desordenado, pero a la vez no le agradaba que nadie más tocara sus cosas, nunca permitiría que sus pertenencias se vieran mezcladas con las de alguien más.

 

-Entonces usted no está triste…- Quiso pregunta, pero no quería terminar viéndose como un entrometido.

 

-En lo absoluto, ya no puedo sentir nada hacia él.- Se encogió de hombros. –Eso me hace pensar que lo nuestro no fue tan real como parecía…En cambio, tú Taemin ah, te ves tan feliz.

 

No pudo evitar sonreír. Le encantaba que la gente presumiera de la relación que tenía con Onew; debía admitir que le gustaba un poco ser el centro de atención.

 

-Onew simplemente es perfecto.- Se encogió de hombros. –Mi superhéroe personal, arquitecto, jefe…- Sonrió. –Nunca le esperé, supongo que todo el camino valió la pena para llegar a él.

 

-¿Todo el camino?- Key parecía interesado por escuchar su historia.

 

-Antes de Onew, yo…Conocí a un hombre me hizo creer que quería vivir mi a su lado.-  Suspiró. No quería acordarse, se suponía que ya no debería dolerle al recordar. No, pensar en Onew era mejor, era esa sanación que tanto requería. –Pasamos tres años juntos, así me di cuenta que él no era para mí. Pero yo estaba tan enamorado, que no pude odiarle, a él, ni al chico con quien me engañó.- Se calló, había esa sensación aún en su garganta cuando llegaba a esa parte de la historia…Además Kibum parecía sorprendido. Suspiró, pasándose las manos por el rostro para serenarse. –Por eso que Onew hubiese llegado a mí, fue lo mejor que me ha pasado. Él me hizo crecer, me ayudó a no ser tan dependiente de mis sentimientos…A pesar de que nos llevamos cuatro años, no me trata como un niño. Tal vez piense que lo soy, pero lo disimula por completo.- Se mordió el labio inferior, tan solo de pensar… -Puedo tener conversaciones largas y profundas con él…

 

-Por eso le amas…- Key agregó.

 

Taemin le miró, ¿cómo él podía simplemente pasar de una relación fallida? Asintió, todo lo que Onew había hecho por él, debía pagárselo de algún modo, amarlo siempre fue lo más viable. Inspiró, tratando de respirar hondo, súbitamente necesitaba aire fresco.

 

-¿Te molesta si acabamos por ahora?- Necesitaba salir de ahí. Al ver que Key se negaba, le agradeció, retirándose de inmediato.

 

~*~

 

Minho esperaba en la cafetería, para ser exactos, esperaba en el área que sabía era la predilección de Taemin. Esa sería la única forma de volver a tener contacto con él, sin que fuera tan obvio que había sido premeditado. ¡Lo admitía! Estaba nervioso, pero quería verle de nuevo, volver a escuchar su voz, aunque fuera solo de lejos. Suspiró, ¿qué estaba haciendo? Él se lo había buscado, estar separado de Taemin, que el menor hubiese encontrado a alguien más. ¿Por qué descubrir hasta ahora lo mucho que le necesitaba?

 

Ahí estaba, yendo hacia la mesa que siempre tomaría si siempre estuviese disponible. Esa mesa se encontraba justo enfrenta de la que él había tomado. No sabía qué hacer ahora, cómo llamar su atención. Le vio por largos minutos, mientras recordaba tantas cosas. Taemin aún se mordía las uñas cuando estaba ansioso, y jugaba con el aza de su taza para fingir que no debía volver al trabajo. En cuanto le vio ponerse de pie tuvo que hacer algo, no podía dejarle ir así de fácil.

 

Se puso de pie, casi corriendo a su lado, provocando que tropezaran. Mentiría si dijera que no lo hizo a propósito. Necesitaba interactuar con él.

 

-Discúlpame…- Se disculpó antes de que el chico notara quién era.

 

-No, fue mi cul…- Taemin perdió el color del rostro, obviamente no era a la persona a quien más deseaba ver. –M-minho…

 

-Taemin ah…- Sonrió, quería tocarle, acariciarle, y confesarle cuánto le extrañaba. Ahora se daba cuenta que estar a su lado simplemente era más fácil todo. -¿Aún vienes a este café?

 

-Ah…yo…sí…- Se notaba perplejo. -¿Y t-tú qué haces a-aquí?

 

-Tuve ganas de un café de este lugar.- Desde su punto de vista, las cosas estaban yendo mejor de lo que se las había imaginado. –Has cambiado mucho, Taemin ah.- Lo había hecho, ahora era tan llamativa su presencian, podía jurar que antes jamás hubiese tocado una caja de tinte para el cabello, menos hablar de la ropa que estaba usando en este momento. Se veía más grande, como si sus rasgos fueran los de un adulto experto en tantas cosas.

 

-Yo…Me tengo que ir, Choi Min Ho.- Con esa simple excusa, logró irse, como el agua entre los dedos.

 

No, sabía que ya no podría vivir sin él, necesitaba tenerle de vuelta.

 

~*~

 

Key miró a Taemin, se veía algo enfermo, parecía que no había dormido en días. No iba a preguntarlo, lo sabía, podía imaginarlo, debía ser debido a Minho. Había escuchado la historia de Taemin, nunca pintó a Minho como el malo del cuento, sólo como un error que él mismo cometió. Hasta había dicho que jamás le había odiado –claro que Taemin no sabía que se traba de él a quien debía odiar. Ese niño tenía un corazón más grande que lo que se podía alguna vez imaginar.

 

-Taemin, ¿puedo preguntarte por qué tu cabello es rosa?- La duda le carcomía.

 

-Oh, claro…- Sonrió hasta hacer que sus ojos se achicaran en medias lunas. –Perdí una apuesta con Onew, y supongo que era alguna clase de fantasía que tenía, o no sé.- Se encogió de hombros. –Usualmente no me gusta resaltar tanto entre las masas…

 

Mientras Taemin explicaba, pudo ver que alguien entraba por la puerta que se encontraba exactamente atrás de Taemin. Ese hombre le había pedido que guardara silencio con un simple gesto que hizo con su mano. ¿Quién era él y qué iba a hacer? No pudo evitar abrir los ojos cuando vio que ese chico cargó descaradamente a Taemin, sin siquiera haberle advertido. Sólo le tomó por la cintura, desde atrás, y le alzó al aire.

 

-¡Yah!- Taemin se quejó, golpeando repetidamente a los brazos que aún le mantenían alzado en el aire. -¿Por qué siempre me haces esto?- Chilló.

 

-Lo siento, que seas tan delgado me tienta a molestarte.-Se burló.

 

-Tú eres enano, no por eso te molestan…Oh, espera, yo lo hago.- Taemin agregó con cierto tono de acidez. –Suéltame, hyung…- Después murmuró algo que de seguro fue alguna maldición o nombre despectivo.

 

-Yah, deberías respetarme.- Le bajó, de nuevo al suelo donde Taemin de hecho se sentía seguro.

 

-¡Nunca!- Se cruzó de brazos. –Ni siquiera sé por qué te dejan pasar aquí.

 

-El jefe es mi mejor amigo, y que tú seas su novio me da un pase directo.- Le picó la nariz.

 

-Aish…- Rodó los ojos. –Discúlpame por la escena, Key-ssi. Él…-Le señaló con un dedo. -…Es mi primo, Jonghyun. Hyunggie, te presento a Kim Kibum…

 

-Key.- Esta vez no quiso hacerlo, corrigió por impulso.

 

-Oh, lo siento, Key-ssi.- Taemin sonrió. –Yo llevo su proyecto.- Taemin parecía niño pequeño cada vez que mencionaba eso, si por él fuera, todo el mundo sabría qué él era el encargado de ese proyecto.

 

-¡Bien hecho, Tae! Ya eres un niño grande.- Le sacudió el cabello. –Gusto en conocerlo, joven Key.- En cambio, cuando se giró para presentarse, fue tan cortes y maduro. Hizo una reverencia perfecta que dejó mudo a Kibum.

 

-El gusto es mío…- Se aleló antes de poder corresponder la reverencia. ¿Así que ser infantil y no serlo a la vez era un rasgo de la familia? Juró que podía ver cosas parecidas en ellos dos. –Sólo, Key…- Dijo algo apenado.

 

-Encantado, sólo Key.- Sonrió. Jamás en su vida había visto una sonrisa así. Key tuvo que sonreírle de regreso, era lo correcto, se sentía como eso. 

 

~*~

 

Taemin se cubrió los ojos, juraba que había visto de nuevo a Minho en la cafetería. Por ese motivo no había entrado. ¡No! ¡No! ¡No! y ¡No! No quería volver a verlo nunca más en su vida, no quería ni saber que seguía con vida. ¿Por qué? Agh, quería gritar cada vez que por algún extraño motivo pensaba en él. Pero no lo odiaba, era algo diferente…

 

Diferente, sonrió amargamente. Minho le había hecho odiar esa palabra. Se despabiló, mejor iría a casa y bebería algo fuerte, lo que fuera. Dio media vuelta, logrando que los listones de su gabardina dieran ligeros latigazos en sus piernas, enredándose por fracción de segundos. Sí, ir a casa era mejor opción.

 

Logró dar algunos pasos antes de que su celular sonara. Se detuvo a contestar.

 

-¿Bueno?- Miró de reojo hacia atrás, a la defensiva.

 

-Taemin ah…

 

-¿Cómo conseguiste mi teléfono?- Dijo desesperadamente, no quería verlo, mucho menos oírlo.

 

-Taemin, que sigas siendo amigo de mis amigos no es buena idea.- Admitió apenado la fuente de donde había sacado el teléfono.

 

-¡No! No quiero hablar contigo, no quiero verte…No…- Se disponía a colgar, no entendía por qué se tardaba tanto.

 

-Taemin ah, espera.- Minho le rogó. –Yo necesito hablar contigo, por favor…

 

Se heló, nunca le había escuchado hablar así. ¿Qué era eso en su tono de voz? Súbitamente se enojó, más le valía que no fuera arrepentimiento. Porque se lo había advertido, no iba a estar para cuando él le extrañara. Colgó la llamada. Debía ser fuerte, debía ignorar a Minho.

 

~*~

 

Key miró a Taemin, se veía tan estresado, y sabía que no era por trabajo. Taemin amaba su trabajo. Jadeó, ¿debía preguntar a pesar de ya saber su respuesta? 

 

-Taemin, ¿te ocurre algo?- Trató de ser delicado, el chico parecía romperse a llorar en cualquier momento.

 

-Sí…- Su voz se quebró. –Oh, Key-ssi, me estoy volviendo loco.- Realmente estaba al borde de las lágrimas. –No lo soporto más, me pone los nervios de punta y ya no quiero que me siga buscando.

 

-Taemin…

 

-No sé ni siquiera qué le hizo volver…Yo pensé que no lo haría, no quiero que vuelva…

 

-Taemin, debo confesarte algo.- Le tomó por las manos, sólo para que el chico no pudiera usarlas en su contra. –Yo...Se trata de mi exnovio…La razón por la que terminamos, fue porque se dio cuenta que sigue enamorado del chico antes de mí…- Taemin parecía desconcertado por estar escuchando su historia, en vez de dejarle hablar. –Taemin, yo salía con Choi Minho.

 

Lo sabía, pudo verlo en su cara. Taemin estaba enojado. Jonghyun ya le había hecho enojar muchas veces en lo que cabía del mes, como para haberse aprendido el rostro de Taemin cuando se enojaba a más no poder. Apretó fuerte las manos del muchacho, en realidad no quería que las usara en su contra.

 

-¡Tú lo hiciste! ¿Tú lo enviaste de regreso?- Parecía recriminarle que Minho estuviera de regreso, no algún otra cosa. -¿Por qué?

 

-Tae, Tae, escúchame, por favor.- Trató de calmarle. –No, jamás le dije que volviera a ti…Le dije que ya salías con alguien.- Admitió. –Yo no sabía quién eras, así que vine a buscarte, por eso inicie esto…Pero te conocí, y eras demasiado lindo como para odiarte…Minho no te merece en absoluto.

 

El  de menor edad ya no pudo, se echó a llorar, producto de la ansiedad, frustración y enfado que sentía. Se dejó caer en los brazos de Key, que le abrazaba, tratando de consolarle. Key entendía que lo único que Taemin quería hacer ahora era descansar. Se preguntaba qué era específicamente lo que Taemin sentía por Minho. Parecía odiarle, pero, que se echara a llorar de este modo sólo era contradictorio.

 

Trató de calmarle, hasta escuchar esos pequeños hipidos que vienen después del llanto. Taemin estaba más tranquilo ahora.

 

-¿Me odiaba?- Preguntó con esa vocecita de niño pequeño que a veces se le salía. -¿Por qué?

 

-…- Suspiró. –Porque, el hecho de que hubieses sido parte de la vida de Minho, me convertía a mí en el otro que sólo llegó para romper una relación.- Explicó. –Por eso quería saber qué tipo de persona eras, y ver qué tipo de persona era yo…Ahora sé que el único que está mal aquí es Minho…Nunca debió dejarte…

 

-Pero usted es una gran persona…- Sollozó, casi regresando al llanto.

 

-No, Tae, no lo soy…- Le acarició la mejilla. –Te debí haber dicho esto mucho antes de que me agradaras tanto como ahora, debí haberte advertido que Minho quiere volver contigo.

 

-Me había prometido no volver a llorar por su culpa…- Masculló entre dientes. –Odio a Choi Minho, lo odio…

 

-Tae…

 

No pudo continuar, el menor se puso de pie, serenándose lo más rápido que podía. Esos cambios de pensar acerca de Minho le hacían dudar mucho sobre lo que Taemin aún sentía por él. Por otro lado, sabía lo mucho que Taemin quería a Onew, así que trataba de convencerse que lo de Taemin sólo eran los últimos rasgos de un sentimiento inmaduro hacia Minho. Taemin estaba enamorado de Onew, ¿o no?

 

Escuchó entonces al menor responder su teléfono.

 

-No hyung, no estoy de ánimos…- Suspiró. –Sí, saldré a comer…Ahorita estoy con Key-ssi…Está bien, yo le digo…Adiós.

 

Le miró, preocupado. Taemin era maduro, pero a la vez era como un niño pequeño. Tenía esa sensación de cuidarlo, y le ponía mal verle de esta manera, evadiendo lo que sentía.

 

-Key-sii, Jonghyun hyung me ha dicho que nos invita a comer, ¿le gustaría ir?- Su voz a medias, y sus ojos llenos de lágrimas que ya no saldrían le hacían verse tan mal y pequeño.

 

-Me encantaría…- Sonrió a medias, siendo complaciente.

 

 

 

 

 

 

Taemin y Key había llegado justo a tiempo, Jonghyun les esperaba ya con una mesa apartada en el restaurante. Ambos se veían tan silenciosos, cuando Jonghyun sabía que esos dos podían hablar por horas. Sabía que se acaban de conocer, pero que no los había detenido de volverse amigos rápidamente. Se preguntó qué había ido mal; además su primo se veía demacrado, y muy cansado. Por eso había insistido tanto en sacarlo de la oficina.

 

-Me alegro que ya hayan llegado.- Les saludó gratamente. -¿Cómo les ha ido?

 

-Bien, dentro de poco podrá ponerse en construcción.- Key fue el que habló. Jonghyun miró a su pequeño primo, sólo una vez le había visto así.

 

-Gracias, hyung, por invitarnos a comer.- Taemin sonrió a medias, ya más tranquilo. Ahora era más capaz de controlar sus emociones, antes jamás hubiese logrado volver a sonreír en un día en el que ya había llorado.

 

-No es nada, Tae.- Le sonrió de regreso.

 

Comieron y conversaron un poco, cada vez Taemin lograba recomponerse más. Llegaron a un punto donde la plática fue amena. Taemin reía un poco, con las bromas de Jonghyun, y fingía que no notaba esas ligeras miradas entre Jonghyun y Key.

 

-Me tengo que ir…- Suspiró.

 

-¿Es necesario, Tae?- Key parecía no querer dejarle ir. Jonghyun entendía perfectamente por qué.

 

-Sí, sólo terminaré los detalles para mandarlos a producción.- Sonrió. –Estaré bien, después de esto me iré a casa.

 

-Llámame más al rato, ¿sí?- Jonghyun se aseguró de que el de menor edad realmente estuviera bien.

 

Ahora, estando solos, realmente se sentía extraño que Taemin no estuviera cerca. Jonghyun le hizo una reverencia al joven, para que le indicara por dónde ir.

 

-Me haría un honor si me dejara acompañarle.- Sólo era cortes, pero sabía que siendo así siempre lograba hacer reír por vergüenza a Kibum.

 

-En realidad me halagas.- Admitió. –No deberías hablarme así, eres mayor que yo.- Se encogió de hombros.

 

-Uno debe ser respetuoso con todos.- Jonghyun insistió. –Ahora, me encantaría saber más sobre usted…

 

Estuvieron paseando por largas horas, sin darse cuenta. Se pasaba tan bien el tiempo juntos, Jonghyun terminó por acompañarle a casa, sólo para asegurarse que llegara a salvo. Se notaba a leguas que algo en ellos había conectado tan bien.

 

~*~

 

Taemin terminó los archivos y los envió. Recogió sólo algunas de sus cosas, no pensaba llevar nada más que su existencia a casa. Tomar el elevador y cruzar el vestíbulo fue lo más fácil. Pero, ¿por qué en puerta se encontraba Minho? Justo ahora que la secretaria que solía estar ahí no se encontraba.

 

-Taemin…- Le escuchó rogar.

 

-¡Aléjate de mí!- Realmente le estresaba la existencia de Minho. -¿Por qué has vuelto?

 

-Te necesito, Tae…

 

-No digas…- Se quedó helado, Minho le había sostenido por los brazos, halándolo a su cuerpo, para así poderle estampar un beso. Minho le besaba. Jamás imaginó volver a tocar los labios de aquel hombre. Luchó para poder liberarse, no quería eso. -…No…- A penas alcanzó a decir algo antes de que Minho volviese a besarlo. ¿Esto era una guerra? Se alejó, ahora propinándole una bofetada. –Me das asco.- Se limpió la boca con el dorso de la mano. –Tengo novio, ¿no puedes ni siquiera respetar eso?

 

-No pienses eso de mí, cariño…

 

-Já, no estás escuchando tus palabras, Choi.- Se burló. –Aléjate de mí, o juro que gritaré tan fuerte que los guardias de seguridad llegarán corriendo antes de que te puedas ir. Vete ahora, no quiero que eso suceda.

 

Le corrió, con la mirada más fría. No soportaba seguir viéndolo.

 

 

 

 

 

 

Después de eso, Taemin corrió a la oficina de Jinki, necesitaba escucharle. Llegó a tiempo para verle salir. Sonrió, echándose en sus brazos. Necesitaba un cálido abrazo.

 

-Acompáñame a casa.- Rogó.

 

-No puedo, Minnie, debo de ir a una junta.- Le soltó, sonriéndole.

 

-No me importa. Cancélala, acompáñame a casa.

 

-Sabes que no puedo.- Onew frunció el ceño al ver que Taemin no se convencía con esa respuesta. -¿Por qué estás siendo tan infantil, Taemin?

 

Era cierto, no debía volver a ser infantil. Taemin se apartó, tenía que tranquilizarse, no ser tan dependiente. Asintió, aceptando que Onew debía seguir trabajando.

 

-Minnie, acortaré la junta, prometo ir a verte cuando acabe.- Le regaló un beso, para después acompañarle al elevador, en donde le envió al primer piso.

 

~*~

 

Perseverante, así quería clasificarse. Había dejado tranquilo a Taemin por algunos días, pero no soportaba no verle por más tiempo. Esta vez fue totalmente directo, llegó a su casa. Como hacía años que no lo hacía, tocó el timbre. Era extraño volver a repetir esa muy antigua costumbre.

 

Taemin abrió la puerta, frunciendo el ceño de inmediato, por supuesto que no quería ver a Minho.

 

-Deja de asediarme.- Esta vez no gritó, pero se veía hastiado del constante acercamiento por parte de Minho.

 

-No lo haré, no hasta que me dejes decirte por una vez, de manera seguida, lo mucho que te extraño, y que me arrepiento de todo.

 

-¿Tú? ¿Te arrepientes?- Sonrió burlesco, como aquella vez cuando terminaron. –Minho, esa no la crea.

 

-Tú lo dijiste, ¡yo iba a volver!- Ahora era él el que empezaba a conmocionarse. -¿No lo recuerdas ya? Lo previste, has previsto toda mi vida. Mi vida está en tus manos.

 

Taemin rio amargamente.

 

-Por supuesto que lo recuerdo.- ¿Cómo no recordar algo? El amor que sintió por Minho fue lo más hermoso y lo más horrible que ha vivido en su vida. –Recuerdo también haberte dicho que yo ya no iba a estar para ti.

 

-Admítelo, aún me quieres.- No, no podía dejarle ir así de simple, como él lo hizo años atrás.

 

-¿Amarte?- Se burló. –No.

 

-No mientas.- Le agarró abruptamente como días atrás, besándole fuertemente en los labios. –Me amas.

 

-No te amo.- Logró defenderse, sólo para volver a ser atacado por esa boca. Taemin nunca gritó por ayuda, o para alejarlo, era más su insistencia en correrlo para no tener que verlo.

 

-Me amas…- Le soltó sólo para darle un pequeño segundo de aire. Le volvió a tomar, esta vez por la cadera, besando con más suavidad que antes. Conocía a Taemin, al chico le gustaba la vida difícil, ruda, pero que al final hubiese ese algo especial, dulce, amable, que hiciera que todo valiese la pena. Por eso los besos tan rudos que le había dado, ahora con uno suave había logrado sentir que Taemin regresaba el beso, abrazándole por los hombros. –…Me amas.

 

-Te amo, pero no estoy hecho para amarte, ni tú lo estás para amarme…- Tomó aire. –Estoy con alguien mucho mejor ahora, alguien que me ama, y a quien puedo amar.

 

-Déjalo, déjame volver a ti.- Rogó. Taemin le quería, ¿por qué no podía tenerle de vuelta?

 

-No…No debo…

 

Se exasperó. Había cometido un gran error en su vida, pero dejarle ir sería el mayor error de su vida, y ese no quería cometerlo.

 

-Te jactabas de conocerme muy bien. Eres el único que me ha conocido tan a profundidad, pero olvidas que yo también llegué a conocerte.- Le tomó por la cintura, acercándose retadoramente. –Te niegas a volver a mí, y sé que lo haces por hacerme sufrir. Desde un inicio estaba planeado para que lo hicieras, pero también estás negando que tu futuro es a mi lado.- Predijo, justo como Taemin predijo años atrás. –Naciste para mí, y aunque digas que no estás hecho para amarme, sabes bien que es mentira, porque me amas, y no dejarás de hacerlo nunca.- Advirtió.

 

Taemin le miró sin palabras, ahora ambos estaban condenados a vivir ese infierno, antes de poder ser felices.

 

~*~

 

Taemin terminó refugiándose en la casa de Onew. Necesitaba hablar con él. ¿Por qué él no había sido el amor de su vida?

 

-Taemin, ¿te sientes mal?- Onew había sentido a Taemin temblar toda la tarde, pero el menor se había negado a soltarlo.

 

-Tengo que confesarle algo…- Susurró contra su cuello. -¿Recuerda cuando nos conocimos?

 

-Por supuesto, eras muy reservado y tímido…Además, tenías el corazón roto.- Eso último lo agregó al ver la mirada del chico.

 

-Jinki…Él me ha buscado, porque me extraña.- Fue sincero. –Le he dicho que tengo novio, pero sigue insistiendo.- No llegaba a entender por qué no le había contado esta situación a Onew desde un principio.

 

-¿Te ha hecho algo?- Parecía preocupado, pero no le había abrazado sobreprotectoramente como Taemin hubiese esperado.

 

-No…- No supo si mintió o no. Sólo quería que le dijera qué debía hacer. –Sólo que no sé qué hacer.

 

-¿Cómo que no sabes qué hacer?- Parecía molesto por eso. –Taemin, él te engañó. No tiene derecho a regresar ahora; eres mi novio.

 

¿En realidad le amaba? Había veces en que sentía que sólo le amaba porque estaba agradecido con él por haberle ayudado a salir del hoyo en el que se había metido, y porque le daba prioridad como persona, pero…

 

-Jinki, yo…

 

-Taemin, debes de tomar una decisión.- Fue directo.

 

¿Debía tomar una decisión? Onew era todo un caballero, pero nunca le daba esa suavidad a las cosas, como parecía ser, de hecho sus decisiones eran frías y tajantes…En cambio, Minho, todo estaba predispuesto con él, no importaba si el camino fuera rudo, sabía que siempre habría algo al final, con sabor agridulce, o quizás dulce …

 

Debía de tomar una decisión…

 

 

 

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Era víspera de navidad, Key y Jonghyun esperaban a que Taemin llegara y les hiciera compañía. Sería su primera navidad como pareja, apenas unos meses de hecho  de haberse conocido. Pero ninguno podía negar que algo había hecho click entre ellos desde que se conocieron, y Taemin nunca se negó.

 

Por supuesto que habían invitado a más gente a la fiesta, pero estaban más que nada al pendiente de Taemin. Jinki ya les había dicho que no iría, desde que había terminado su relación con Taemin era muy consecuente de darle su espacio al menor, para evitar problemas, sobretodo en las oficinas. No es que se hubiesen dejado de querer. Jinki quería a Taemin, pero no le iba a forzar a estar a su lado. Y Taemin, él realmente nunca le amó.

 

-¿Por qué no ha llegado?- Key repiqueteó los dedos sobre la mesa. Se encontraba en la cocina, ignorando al resto de los invitados.

 

-Tranquilo, sabes que a veces llega tarde.- Jonghyun por suerte llegó a calmarle. –O se quedó dormido. Taemin así es.

 

-Tengo miedo.- Admitió. –De que él esté de nuevo…

 

-Las cosas pasan, porque tienen que pasar.- Le besó en la frente. –Será todo su decisión, no puedes sobreprotegerle, él ya sabe a qué se atiene.- Porque Jonghyun lo sabía todo, y siempre tomó con mucha madures ese asunto.

 

-¿De verdad lo crees?- Cuestionó mirando por la ventana. –Tal vez está atorado en el tráfico, llegará en cualquier momento con una bandeja de galletas recién horneadas, porque quería darnos la sorpresa.- Sonrió forzadamente. –Él realmente no se merece a Taemin.- Jadeó.

 

-No, pero Taemin querrá a nadie más.

 

-Eso es cierto…-Suspiró. –Vamos con los demás.- Le dio un beso en la mejilla, tratando de calmarse.

 

~*~

 

Taemin se encontraba atareado en la cocina, efectivamente se había puesto a hacer galletas, pero a muy tarde hora. Acababan de salir. Las sostuvo por un momento, ese delicado momento donde un trozo de la piel de su mano quedó expuesto, tocando la bandeja, y quemándose. No supo cómo fue capaz de poner la bandeja sobre la mesa sin tirarla, pero después de eso corrió a meter la mano bajo un chorro de agua fría.

 

Sonó el timbre. Por favor no, pensó. Tomó hielo del congelador y lo puso sobre su herida, mientras iba a atender a la puerta.

 

-Minho, no, hoy no.- Rodó los ojos. Perseverante era una cualidad que Minho se había ganado, el mismo Taemin lo admitía. Pero no necesitaba más estrés, hoy no. Las visitas de Minho no le sabían mal, de hecho no le sabían a nada, estaba tan acostumbrado, que verle era algo de su día a día. De cualquier modo no había cedido ante sus augurios.

 

-¿Estás bien?- Le tomó por la mano, observando la quemadura. Entró con el menor, como si se tratase de su casa. Se había acostumbrado a de hecho entrar a ese lugar, buscando ganarse de nuevo el cariño del chico que le amaba. Era muy contradictorio saber que el amor de su vida no le tenía cariño. -¿Tienes un botiquín?

 

Taemin puso los ojos en blanco, Minho siempre tratándole como un niño.

 

-Por supuesto que tienes uno.- Rio, Taemin era adorable enfadado. –Deberé vendarte.- Le explicó. -¿Dónde lo has puesto esta vez?

 

Taemin señaló con un gesto simple la parte superior de una gaveta, esperando el siguiente regaño de Minho.

 

-¿Qué hace allá arriba? ¿Cuándo lo vas a alcanzar si algo te pasa?- Sermoneó rápidamente.

 

-No importa, siempre estás aquí asediándome, como para pedirte que lo bajes.- Habló sarcástico.  

 

Ahora fue Minho quien puso los ojos en blanco, Taemin no iba a ceder tan fácilmente. Pero era la víspera de navidad, todo podría pasar. Le vendó con cuidado, asegurándose de antes haber puesto un ungüento para adormecerle y que no sintiera tanto el ardor.

 

-¿Vas a salir?- Entonces pudo recalcar su ropa.

 

-Sí, Key hyung me ha invitado a ir a su cena de navidad.- Señaló las galletas. –Así fue como me quemé.

 

-No sabía que cocinaras.- Tomó una, probándola sin consentimiento. –Aunque, dos años suponen muchos cambios, ¿cierto?

 

-¡Hey! No las comas, no son para ti.- Regañó. -¿Te puedes ir ya? Debo irme, también.- Se exasperó.

 

-No creo que te guste ir con la ropa llena de harina, cariño.- Minho señaló, que aunque el menor hubiese usado delantal para protegerse de las manchas, había sido una pérdida de tiempo.

 

-¡Maldición!...- Taemin empezó a mascullar, mientras se deshacía del delantal corriendo a cambiarse de ropa.

 

Al salir, y notar que Minho seguía ahí lo único que pudo hacer fue suspirar, frustrado.

 

-No vayas.- Le detuvo. –Quiero que te quedes conmigo.- Minho insistió. –Eres lo que quiero para navidad.

 

-Me temo, que no has sido niño bueno.- Taemin se soltó del agarre súbito de Minho. –No mereces nada.

 

-Vamos, quédate a mi lado, quiero oír que me amas.- Le cogió por la cintura, acercándolo de nuevo a su cuerpo.

 

-Minho, sabes bien que no debo de amarte.- Señaló.

 

-¿Por qué no?- Bloqueó la puerta, para no dejarle ir.

 

-Porque tú no sabes amar.- Explicó.

 

-Enséñame a amar.- Le abrazó de nuevo, besándole rudamente, sintiendo como de manera rápida Taemin se deshacía en ese beso cálido. –Porque juro que nadie sabe hacer el amor  como tú.

 

Taemin rio, entre los brazos de Minho, recordaba esa vez. Minho siempre le halagó en la cama, y a decir verdad,  también le fascinaba como Minho le hacía el amor. Se dejó besar de nuevo, porque ya no quería poner más resistencia, se estaba cansando de eso, y sinceramente, admitía que quería demasiado a Minho como para seguir fingiendo una indiferencia que no sentía.

 

-¿Me amas?- Minho le preguntó, molestándole.

 

-Te amo.- Sonrió.

 

-Entonces, dime, ¿ahora qué?- Igualmente, como jugarreta, le pidió que dijera lo que seguiría después.

 

-Seremos felices.- Porque se conocían, podían saber cómo era el otro, y cuanto se necesitaban.

 

-Seremos felices.- Ambos predijeron. 

Notas finales:

Y bueno, después de algunos problemas, al fin lo pude subir. Espero les haya gustado ^-^ 


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