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Miracles in December. por Stephi

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Notas del fanfic:

Este One-Shot es una respuesta al concurso del grupo de Facebook Ben 10 Fanfic's (en español).

 

Notas del capitulo:

Les digo, de verdad, que nunca jamás en mi vida me había costado tanto hacer un One-Shot.

xD, no sé qué me pasó, pero en un momento sentí que no sería capaz de escribir esto. .'(

Esta historia... no me quedó cómo la planeé desde un principio. Es algo burda y no me gustó tanto, pero tiene su no sé qué que me motivó a subirla.


Me inspiré gracias a la letra de Miracles in December - EXO-M, les recomiendo que pasen a escuchar la canción. Ya si quieren leer mientras la escuchan, no hay problema. .'3

Desde ya me disculpo por mi disgrafía. D'.


Espero que disfruten de la lectura, no es la clásica historia de Navidad (o eso creo).

Sin más,

¡A leer!~

Miracles in December. [Brooken] [Navidad]

 

Estaba solo.

 

Rodeado de personas.

 

Pero estaba solo.

 

La Navidad estaba llegando, haciendo que todos en Bellwood tomaran aquel espíritu navideño lleno de felicidad y alegría desbordante. Las decoraciones en las casa alumbraban las noches más oscuras y ambientaban los días más blancos, gracias a la nieve.

 

Incluso la estación de los plomeros estaba llena de decoraciones navideñas, a pesar de que casi nadie sabía el porqué de dicha ambientación.

 

Ahora estaba caminando por las blancas y frías calles del Bellwood. Era de noche, bastante tarde como para que tan siquiera alguien estuviese despierto; pero el abuelo me había llamado, diciéndome que tenía algo importante que decirme, y que me esperaba lo más pronto posible en la base.

 

Quién sabe qué habrá pasado esta vez.

 

De cierta forma, no le di mayor importancia. Últimamente nada tenía importancia en mi vida; alguien podría venir y fácilmente destruir Bellwood y a mí me daría igual; incluso si alguna batalla se llegara a desatar, no haría ni el más mínimo esfuerzo por convertirme y combatir contra él, sólo dejaría que me lastimara y quién sabe, que me terminara matado.

 

Y eso me hacía sentir mucho más miserable de lo que ya me sentía

 

Porque sentía que estaba traicionando a todas aquellas personas que creen en mí, que depositan su confianza en todas las hazañas que hago para que de esa manera ellos puedan vivir plenamente. Es como si estuviese abandonando todos los principios que fui moldeando con el paso de los años. Y eso me desmotivaba horriblemente.

 

Por esa razón no dejaba que la partida de Rook me afectase. O al menos, no visiblemente.

 

Recordarlo me era doloroso, por eso cada vez que su imagen venía a mí cabeza, o cada vez que veía alguna foto suya en algún lugar, prefería cerrar los ojos con fuerza e irme de dónde estuviese rápidamente.  Su recuerdo me traía un profundo arrepentimiento y dolor, tal cual, que siempre terminaba llorando a escondidas en algún lugar. O buscando pelea en alguna parte del universo, sólo para desahogarme.

 

Aún recuerdo vívidamente lo que pasó.

 

Las cosas entre Rook y yo habían comenzado a ser un poco incómodas. Para todo el mundo era obvio que algo estaba pasando entre nosotros dos; pero yo no estaba dispuesto a aceptarlo. Me sentía perturbado y de cierta forma, asustado por la relación que él y yo manteníamos.

 

La verdad era que no podía estar junto a mi socio durante mucho tiempo porque el ambiente se volvía tan tenso que siempre terminábamos rompiéndolos con un fogoso beso, que al final, terminaba en algo mucho más allá que simples caricias.

 

Reí por lo bajo, reteniendo mis lágrimas.

 

En ese entonces, tenía muy presente lo que sentía por él, y sinceramente, lo negaba siempre que podía. Rook ya me había dicho que estaba dispuesto a estar conmigo como pareja, claro, si yo aceptaba que lo sentía por él era igual de verdadero que sus sentimientos hacia mí.

 

Pero no.

 

Me rehusaba.

 

Intentaba engañarme a mí mismo y a las personas a mí alrededor de que lo nuestro sólo era compañerismo, que él y yo lo único que teníamos era una muy buena amistad.

 

Y Rook, te lo quiero decir ahora: no sé en qué mierda estaba pensando en esos momentos; seguramente me sentía abrumado por todo lo que me hacías sentir. Nunca había experimentado aquello con otra persona, y lo más probable fuera que tuviese el miedo de que algún día tú te fueras y que con tu partida te llevaras todas estas sensaciones y experiencias tan gratificantes que me dabas.

 

¿Y sabes qué fue lo peor? Lo hiciste. Pero por mí culpa.

 

Miro al cielo, intentando desesperadamente que mis lágrimas no saliesen de mis ojos.

 

¿Será que ahora es demasiado tarde para disculparme por lo que hice? Porque me sentía tan impotente que a veces, en la oscuridad de mi habitación, suelo golpearme con fuerza, queriendo dejar salir el odio y repugnancia que tenía hacia mí mismo; queriendo que de alguna forma, aparecieses ante mí en aquellos momentos de debilidad.

 

Realmente quisiera que pudieses regresar a mí lado.

 

La soledad me invade como no tienes idea y siempre que pienso en ti, mi mundo parece recobrar el sentido por un momento. Recuerdo por todo lo que pasamos; había instantes de tristeza, de felicidad, de aburrimiento, de pasión, de amor. Las imágenes se agolpan en mi cabeza como los copos de nieve que ahora caen por todo Bellwood, haciéndolo parecer ante mis ojos más triste y melancólico.

 

Y no puedo evitarlo, las lágrimas comienzan a descender por mis mejillas, mojándolas y haciendo que el frío aire de invierno las seque, dejando el rastro de mi tristeza a la vista de cualquiera. Pero alegremente, a mí alrededor no hay nadie, como siempre, desde que te fuiste.

 

No sé si recuerdes aquella vez en la que me dijiste que no necesitaba del Omnitrix para ser un héroe, ¿o eso lo había dicho yo? Qué importa. Deduje que la palabra héroe no encajaba conmigo, a pesar de que siempre la repetía. ¿Cómo podría considerarme un héroe, si siempre que me convertía, terminaba causando más daño que bien? Y la peor parte de hacerlo, era que no estabas aquí conmigo para ayudarme con el heroísmo.

 

Bufé con cierto dolor en mi pecho, estos inútiles poderes son incapaces de hacer que vuelvas a mí. Así que realmente ahora no valen mucho la pena ¿o sí? Las personas suelen decirme que soy bastante afortunado, ya sabes, por tener el Omnitrix; pero yo no lo veo de esa manera. Estos poderes sólo me hacen más miserable de lo que soy, me condenan a ser solitario. Ahora lo entiendo.

 

Recuerdo que Julie me terminó por eso mismo, porque pasaba más tiempo salvando al universo que estando con ella. O bueno, en parte por eso. Ella nunca me gustó, o no del modo en el tú me gustas, Rook.

 

Pues al fin y al cabo estoy perdidamente enamorado de ti. Y así, mi amor continúa, como si no existiesen límites para él.

 

Patético, ¿verdad? Pues ahora que por fin lo he aceptado, no estás conmigo.

 

Y lo siento, de verdad lo siento.

 

El antiguo yo era demasiado egoísta, y sólo se preocupaba por sí mismo. Lo tengo bastante en cuenta, ¿pero sabes algo? Seguramente era de esa manera porque de cierta forma me sentía sólo, a pesar de que tú estuvieses en ese tiempo a mí lado.

 

Y sí, tenía al abuelo, a Gwen, a Kevin, a mis padres. Pero no, algo dentro de mí se sentía vacío.

 

Y yo me encontraba bastante perdido y confundido; obviamente, no más que ahora.

 

Retuve un sollozo, mordiéndome el labio inferior con fuerza y respiré con profundidad. El dolor que se había instalado en estos momentos en mi pecho me hacía temblar incontrolablemente. Me abracé a mí mismo, no porque el frío me estuviese calando hasta el alma, sino porque de esa forma, quizás podría pensar que eras tú quién me rodeaba con sus cálidos y fuertes brazos, como solías hacer en navidad, hace un año.

 

Porque hoy se cumple un año desde que te fuiste.

 

El antiguo yo era demasiado estúpido y no entendía tú corazón. Quizás estaba tan preocupado por el mío, que dejé que el tuyo se despedazara de a poco. No quiero ni imaginar por lo que tuviste que pasar en aquel entonces.

 

Debiste haberme golpeado con fuerza en la cara para hacerme entrar en razón.

 

Tú o cualquier otra persona.

 

El antiguo yo no entendía cómo apreciar el amor. Era inexperto, ¿qué esperabas de mí? Quería corresponderte de la mejor manera, pero no podía simplemente aceptarlo, porque de cierta forma, ni siquiera sabía que lo que sentía por ti fuese algo auténtico y real.

 

Bajé la cabeza y cerré mis ojos con fuerza.

 

Ahora estaba recordando todas las veces que me decías que me amabas. Recordé las veces que Gwen me decía que aceptara tú propuesta de ser oficialmente una pareja, que lo hiciera antes de que me arrepintiera, porque mi estúpido comportamiento insolente te estaba alejando de mí; estaba haciendo que todo lo que sentías por mí se desvaneciera, y que en cambio, aquel amor se convertiría en resentimiento por haberte dejado ir.

 

Y mierda, sí. Odio que ella tenga razón. Odio recortar lo imbécil que fui porque me duele como no tienes idea, me duele de tal manera que a veces quisiera pegarme un tiro en la cabeza para acabar con el dolor que me causas de una vez por todas; y quizás, para ver si de verdad tengo un cerebro, porque estaba dudándolo horriblemente.

 

Suspiro nostálgico.

 

El antiguo yo pensaba que iba a estar bien incluso si el amor terminaba. Y vaya que ese Ben era un idiota. De pronto nunca especificó a qué lado amoroso se refería, porque yo no estoy bien, y sé que por tu parte ya no sientes absolutamente nada por mí.

 

O eso quiero creer. Por eso te fuiste ¿no? ¿Por qué no me amabas? ¿O lo hiciste por qué yo te lo grité a los cuatro vientos aquel día en el que insististe incansablemente que tuviéramos una relación oficial? Porque de ser así, no sabes lo arrepentido que estoy, no sabes lo mal que lo he pasado en aquellas noches de insomnio dónde la lluvia es lo único que acompaña mis lágrimas y los truenos los únicos que ahogan mi sollozos en un sonido sordo que se deja penetrar en la ventana que ahora siempre mantengo cerrada.

 

Es curioso, ¿sabes? Después de que te fuiste, tú lo cambiaste todo: mi vida entera, mi mundo entero, todo. Y ahora estoy cambiando día a día; pero estoy cambiando por ti, el no tan fuerte yo de ahora está tratando de cambiar gracias al amor que me diste, gracias a todo lo que me enseñaste con tú partida. Aunque… tú ya no te encuentras a mí lado.

 

Es sorprendente como alguien puede cambiar por otra persona. Parece una especie de milagro; nunca nadie me imaginó con esta actitud. Tendrías que verme para creerlo, incluso yo estoy impresionado de mí mismo. Impresionado de cómo mi corazón ha estado soportando tanto, de cómo ahora soy mucho más perceptivo que antes. Ahora veo las escenas que antes no podía ver; aquellos sentimientos escondidos tras sonrisas falsas, actitudes desinteresadas, o miradas tristes y vacías como las mías.

 

Ahora escucho las voces que antes no podía escuchar; ya sabes, aquellas pequeñas voces que nunca salen de los labios de las personas al agradecer o disculparse, pero que con solo una mirada, puedes saber perfectamente qué te están queriendo decir.

 

Y yo sólo sonrío, porque ahora sé cómo tratar a las personas.

 

Pero es una lástima que no pueda hacerlo contigo. Porque sé que bajo todas esas miradas que me enviabas a escondidas, habían muchas más palabras y emociones que yo nunca logré ver; pero que ahora, sin duda, percibo.

 

Y de verdad, lo siento tanto.

 

Cuando llego a la estación de los plomeros, veo al abuelo sentado frente a Gwen y Kevin. Valla sorpresa. Ellos se encuentran abrazados y regalándose un poco de calor corporal. Me seco las últimas lágrimas que habían caído de mis ojos e intento mostrar mi más grande sonrisa, como lo he estado haciendo desde que Rook se fue.

 

Me acerco a ellos a silencio, todos están en su propia burbuja, y yo, sinceramente, no se las quiero arruinar.

 

Me siento al lado de Gwen, y en vez de decir algo, espero a que ella termine de besar a mi mejor amigo, y que se dé cuenta de que yo estoy a su lado, mirándola con profundidad. Ella me saluda con entusiasmo, me abraza y me pregunta qué tal estoy. Hacía mucho tiempo que no la veía, unos dos meses, quizás; y ya había comenzado a olvidar cómo era el timbre de su voz, o cómo olía la fragancia que desprendía su hermoso cabello naranja.

 

Kevin me saludó con un abrazo, fue un abrazo fuerte pero no duró mucho. Sus brazos son cálidos y fuertes, como los de Rook. Casi me pongo a llorar ahí mismo, y tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por tragarme las lágrimas y corresponderle al abrazo de manera que se viera automática y que transmitiera el mismo sentimiento de nostalgia y felicidad mezcladas.

 

Saludo al abuelo desde dónde me encuentro, él sólo me sonríe levemente y se digna a mirarme por lo menos unos diez segundos; luego, me devuelve el saludo.

 

Aquella mirada no me había gustado para nada. En sus ojos se podía ver la preocupación, y se le notaba ansioso. Movía el pie con inquietud e incluso podía jurar (a pesar de no verlo) que se estaba mordiendo la mejilla interna con fuerza, pues estaba frunciendo el entrecejo.

 

— Feliz navidad, Ben —dijeron mis familiares y amigos.

 

El magistrado Patelliday estaba allí también, junto con Blukic y Driva y algunos plomeros más. Todos con la misma expresión en sus miradas, las cuales, iban dirigidas hacia mí en todo momento.

 

Allí supe que algo no andaba bien.

 

— Sí, igualmente —respondo como puedo. Casi había olvidado que hoy era 25 de Diciembre.

 

El peor día del año, para mí.

 

Me quedé inmóvil cuándo vi cómo Rook llegaba al lugar en el que estábamos nosotros. Todos, al verlo, se regocijaron (algunos sólo lo hicieron por cortesía). Yo permanecí ahí, mirándolo detalladamente. ¿Era un sueño? No, no lo era. Definitivamente no lo era.

 

De repente, todos los sentimientos y emociones que quería ocultar salieron a flote de la peor manera posible. Comencé a llorar. Quizás sólo Gwen se hubiese dado cuenta; aunque realmente no me importaba. Quería correr y abrazarlo, decirle todo lo que hacía unos momentos, había pensado. Confesarle que lo amo, que siempre lo he amado y que nunca dejaré de hacerlo.

 

Pero no lo hice.

 

Ni siquiera había dirigido su mirada hacia mí, la había evitado casi intencionalmente, y yo me sentí excluido, apesadumbrado y dolorido. Aquello había sido un balde de agua helada. Un puñal en el estómago.

 

No lo entendía.

 

El abuelo nos explicó que Rook había vuelto sólo para Navidad y año nuevo, y que después de eso, todos estábamos invitados a su boda.

 

A su jodida, y nupcial, y boda, y matrimonio, que lo ataría a alguien por el resto de su vida.

 

Algo dentro de mí se quebró y solté una especie de gemido, un aullido sordo que quizás sólo Blukic y Driva habían escuchado por su oído perfectamente evolucionado. Me retorcí en mi asiento y mi cabeza comenzó a darme vueltas.

 

De la nada, Rayona sale detrás de Rook, y hasta ahí llego. Mi corazón explota y yo sólo me tapo la boca con mi mano derecha, mordiéndola, queriendo que nadie se diese cuenta que me estaba doliendo, y mucho. Mi pecho arde y mi respiración se vuelve completamente agitada.

 

¿Por qué?

 

¿Por qué?

 

¡¿Por qué?!

 

¡¿Por qué mierda te tienes que casar y reproducir, Rook?!

 

Así es: Rayona estaba embarazada. Era imposible no notarlo. Su vientre abultado y su mano reposando sobre él me decían a gritos que ella estaba esperando un hijo de Rook, su futuro esposo, su confidente, su compañero para toda la vida, mi único y verdadero amor.

 

Todos hablan, gritan y vociferan de la emoción ante la noticia. Lo noto porque sus labios se mueven y luego dejan ver grandes y relucientes sonrisas; pero no logro escucharlos. Es como si todos estuviesen alrededor de una bola de cristal, dónde yo estoy adentro, encerrado. Sin poder salir al mundo real y enfrentarlo como se debe.

 

Los veo sonreír con amplitud y no hay nada de tristeza bajo los ojos de él, nada que me diga que aún siente algo por mí. Sólo está allí, siendo feliz, con una familia, tal y como le dije que hiciera, hace un año.

 

Y sin quererlo, sonrío.

 

Al menos uno de los dos podrá ser feliz.

 

“Te observo con nostalgia, a ti, a quién no puedo ver.

 

Te escucho atentamente, a ti, a quién no puedo oír.”

 

No lo tolero. Me levanto con brusquedad y salgo de la estación lo más rápido que puedo. Dejo que el viento y la fría nieve de invierno me quemé el rostro y las manos, y como si estuviese pidiendo mi último regalo, susurro:

 

— Sé feliz, Rook. Por mí, por ti, por tu esposa e hijo —miro al cielo, y me obligo a volver a sonreír—. Te amo y… feliz navidad.

 

FIN.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aquí .'3

No hay mucho que quiera agregar.

 

¡Feliz navidad y próspero año nuevo!

Cuídense,

Bay bay.


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