Era increíble, como un típico cliché de novela. Vincent ¨El Arlequín del Diablo¨ era el compañero de habitación de Dante. El de ojos noche no tenía ni idea de lo que le esperaba.
-El mundo es un pañuelo ¿No lo crees Dani? - Vincent se levantó de la cama y se dirigió dónde estaban Dan y Stan.
-Así parece- Dijo Stan en un tono serio mientras se cruzaba de brazos. Vincent supo que le molestaba, así que decidió fastidiarle aún más.
-Pero eso es bueno, así podremos pasar mucho tiempo juntos tu y yo- Vincent le sonrió a Dan de una forma completamente sínica y sin vergüenza.
-Si, me parece bien - Contestó Dan con una sonrisa tímida, era más que obvio que el pobre no podía ver a través de Vincent y sus macabras intenciones. Stan por otra parte podía ver todo de forma clara.
-Bueno Dan te ayudare a desempacar, aunque veo que Vincent ya comenzó a hacerlo- Era cierto, Vincent había abierto las cajas de Dan y husmeado en casi todas ellas.
-Gracias Stan, eso es muy…
-Molesto de tu parte- Completo Vincent. -Dani ya es un niño grande, puede desempacar solo, además me tiene a mí, su compañero de habitación- Stan y Vincent compartieron una lucha de miradas. Stan miraba al arlequín con ira mientras este le miraba de forma retadora.
-Lo que quise decir es que gracias Stan, pero estaré bien, ya has hecho mucho por mi hoy- Stan miró a Dan, no podía contradecir a esos grandes y angelicales ojos negros. Curiosamente Dante acababa de ser arrastrado al infierno…otra vez.
-Está bien, pero si necesitas algo ya sabes dónde encontrarme.
Stan se despidió y salió de la habitación no sin antes mandarle una mirada de desprecio a Vincent. El rubio ni se molestó, al contrario, le satisfacía saber lo que causaba en el chico de gorro verde.
-Parece que nos quedamos solos Dani- El tono que utilizo Vincent para decir ¨Solos¨ hizo que a Dan le diese un fuerte escalofrió.
-Bueno si, voy a comenzar a acomodar mis cosas.
Miró que sus cosas estaban regadas por todos lados, no se enojó, eso no serviría de nada. Echó un vistazo al cuarto. Tenía un baño, dos camas, dos escritorios y un armario. Notó que Vincent dormía del lado izquierdo de la habitación, de ese lado la cama tenía una colcha de estrellas de colores, un collage en el muro lleno de calcomanías coloridas e imagines diversas (Coloridas obviamente) y el escritorio lleno hasta arriba de… bueno, de muchas cosas. Lugo vio el lado derecho, estaba lleno de ropa sucia y basura.
-Lo siento, no he tenido compañía por un largo tiempo, así que parece que me adueñe de tu espacio.
-No te preocupes, solo debemos limpiar un poco.
-Si bueno, tú has eso. Yo tengo cosas muy importantes que hacer afuera.
- ¿Qué? ¿No vas a ayudarme a limpiar? – No termino de decir esto cuando Vincent ya estaba en la puerta.
-No me esperes despierta~
Y se fue, lo dejó completamente solo con toda la limpieza. Sin embargo, no se molestó con Vincent, después de todo la actitud positiva era algo muy característico de Dan. Decidió limpiar todo de forma rápida y acomodar sus cosas en su nuevo espacio.
Mientras tanto Vincent caminaba por los pasillos de la escuela, afuera ya estaba atardeciendo, el cielo se vestía de colores mientras el sol lentamente desaparecía del paisaje. Su mirada se tornó melancólica, por alguna razón le fastidiaba sobre manera la aparición de Dante ¿Cómo un chico como él tenía que cruzársele en el camino? Era un tonto, un tonto intento fallido de Drácula o algo así… y sin embargo… ¿Por qué razón le daba tanta importancia?
Tal vez solo porque ambos eran completamente distintos, enemigos naturales, igual que los lobos y las ovejas, si, eso debía ser ¿Qué otra cosa podría ser? Obviamente nada, solo eso, puro instinto animal.
De nuevo con Dan. El azabache terminó de limpiar el desastre en menos de una hora, estaba listo para empezar a acomodar. La idea le emocionaba, comenzó poniendo sus sabanas y su colcha negra con estampados de telarañas. Luego pegó algunas fotografías en la pared, también agrego calcomanías muy a su estilo obscuro y una estrellita de las que brillan en la obscuridad. Acomodó sus cosas de la escuela en el escritorio y por último se hizo espacio en el armario para su ropa, lo cual le costó trabajo ya que las cosas de Vincent abarcaban más de 2/3 de este.
- ¡Por fin! Esta listo.
Dan miró su trabajo satisfecho, ahora podía descansar, eran tan solo las 8:00 PM, pero tuvo un día muy largo y estaba cansado. Fue al baño a lavarse los dientes y a ponerse el pijama con estampado de esqueletos (Obviamente). Al terminar apago la luz del cuarto y se tumbó a la cama para caer profundamente dormido, no sin antes echarle un último vistazo a la estrella fosforescente de su pared.
Pasaron las horas, era pasada de la media noche cuando Vincent llegó al cuarto. Entró tirando los zapatos a una esquina y se tumbó a la cama sin cambiarse de ropa. Dan escucho ruido y despertó notando la presencia del rubio.
- ¿Vincent? ¿Acabas de llegar? Pero si es casi la una de la madrugada- Vincent sin embargo no estaba de ánimos para responderle gentilmente (Bueno, nunca lo estaba).
- ¿A ti que te importa? Ahora cállate y déjame dormir.
Dante sabía que Vincent no le diría nada, menos aun con sueño. Lo dejó dormir en paz, pero le preocupaba el por qué estaba afuera tan tarde ¿Acaso siempre es así?
Ya era de día, más exactamente las 5:59 AM. Dante seguía dormido, su alarma sonaría justo a las seis, cosa que Vincent ya había predicho.
El arlequín estaba parado frente a Dante con una cubeta de agua llena de hielo. La idea de ver al azabache despertar de golpe, asustado y todo empapado hacía que se emocionara.
Se preparó para tirarle todo encima cuando algo le hizo detenerse. Dan dormido se miraba tan… lindo~ ¡Espera! ¿Lindo? No claro que no, no era lindo (De hecho, se miraba muy violable). Vincent dudó si terminar su travesura, tirarle agua helada a un ángel como Dante era demasiado.
¡Pero qué va! Si justo eso lo hace mil veces mejor. Sin dudarlo un segundo más lo hizo.
- ¡AHHH! ¿QUÉ ESTA PASANDO? – Luego de que el de ojos noche se despertara violentamente la alarma de su móvil comenzó a sonar.
-Buenos días Dani~ ¿Cómo amaneciste? – Vincent sonreía completamente satisfecho, pero le duro poco el gusto. Ver a Dante temblando de frío y con el cabello mojado y pegado a su cara solo hacían que se viera… ¡JODIDAMENTE TIERNO!
-Bu-bu- buenos días – Dan sin embargo no se enojó, se levantó de la cama y se dirigió al baño hasta que escuchó que tocaban a la puerta. -Y-ya voy- Fue a abrir la puerta encontrándose con sus tres amigos.
-Buenos días Dan – Saludó Cris. -Vinimos para ir juntos a…desayu… ¿Ya te bañaste?
-Eh, bueno, algo así – Contestó Dan nervioso.
- ¿Con la ropa puesta? No me sorprendería que eso fuera idea de tu compañero de habitación- Stan miraba molesto a Vincent quien sínicamente escondía la cubeta bacía detrás de él.
-También me alegra verte Stan, si me disculpan voy tarde para desayunar. Te veo más tarde amor – Le dijo a Dan mientras besaba su mejilla para despedirse. El azabache se sonrojó por completo, cosa que dio satisfacción a Vincent e irritó a Stan.
- ¿Estás bien Dan? – Cris, y todos los presentes, miraban a Dan temblar de frío.
-S-si, estoy bien, solo denme cinco minutos para arreglarme.
Fue al baño para quitarse la ropa mojada y secarse. Se vistió con un pantalón gris obscuro y una camisa de manga larga negra que tenía un diseño en la parte de abajo que simulaba estar rota y remendada con retazos de tela purpura. Se delineo los ojos y se peinó rápido.
-Listo, vámonos-Dijo el azabache al salir del baño. Stan le vio de pies a cabeza de forma discreta.
-Apurémonos, hoy servirán panqueques con moras azules, si Jeff no alcanza un plato se pondrá cómo loco- Decía Cris señalando al pelirrojo que parecía fantasear con los panqueques.
-Andando entonces- Dijo Stan.
Los chicos fueron a desayunar, Jeff se comió felizmente sus panqueques. Mala suerte para Cris, pues cuando el pelirrojo se terminó su porción, se quedó viendo a su amigo de gafas con una mirada… perdón, con una… ustedes entienden. El punto es que Cris termino dando su parte a su amigo.
-Se ve que quieres mucho a Jeff- Dijo Dan inocentemente.
-No sé si la palabra sea ¨quererlo¨ pero para mí mala suerte siempre termino complaciéndole en todo.
- ¿Bromeas? Tu eres como su madre, no ni siquiera eso, una madre lo regañaría y le impediría ser tan mimado. Más bien eres como su novio- Dijo Stan mientras se reía de su amigo.
-Jaja, muy gracioso Stan- Cómo era de esperarse el comentario de Stan no le agrado mucho al de gafas.
Desde otra mesa más alejada, Vincent los vigilaba. Miraba sobre todo a Dante, cada movimiento, la forma en que cortaba un trozo de comida y la introducía en su boca, la manera en que inconscientemente jugaba con un mechón de su cabello, su maldita ropa que lo hacía ver tan ******* * ********.
Algo estaba mal con él, es decir, estaba observando a Dan de una manera acosadora, comiéndoselo con la mirada. No tenía idea de que es lo que le miraba, solo era un chico cualquiera (Casi), uno muy ingenuo por cierto ¿Qué clase de encanto tenía? ¿En que se le fijaba tanto?
Era una locura, además, ¿Él que tenía para ofrecer?... es más… ¿POR QUÉ PENSABA EN ESO? A él no le gustaba Dan, claro que no, solo estaba confundido. Era justo como dijo antes, es porque ambos son enemigos naturales, el destino les había juntado para combatir entre ellos. No lo estaba acosando para nada, solo estaba investigándolo, buscando sus debilidades, sus puntos débiles, sus… ¡Dios, su sonrisa!
Justo parecía que Stan había dicho algo gracioso porque Dan había mostrado una sonrisa de esas que provocarían quitarle su ridícula ropa en ese mismo momento y hacerle un montón de… espera…
- ¡NOOO! ¡DEJA DE HACER ESO! -Si, Vincent se había levantado de su mesa y había dicho eso en vos alta (Muy alta). Los de alrededor no se rieron, más bien se asustaron y tomaron distancia.
En la otra mesa, Dan y sus amigos voltearon a ver de dónde provenía el escándalo. No les sorprendió ver que se trataba de Vincent.
-Ese chico tiene graves problemas- Dijo Cris, luego volteó a ver dónde estaba Jeff y… ¿Qué creen? No estaba. - ¡MALDITA SEA! ¿DÓNDE ESTA JEFF? - Se levantó rápidamente y corrió a buscarlo.
-Pues, Cris tampoco se salva- Stan creyó que Dan reiría, pero estaba completamente serio, perdido en el mundo dentro de su cabeza, como si un recuerdo lo raptase y lo alejara de la realidad.
El chico de ojos noche pensaba en aquel simple pero hechizante beso que le dio Vincent. Aunque para otros sería raro que pensara tanto en el beso de otro chico, para Dante esto era normal en él.
-Dan, ya es hora de ir a clase- Cuando Dan despertó de su trance vio a Stan sosteniéndole del antebrazo y levantándolo.
-Lo-lo siento, vamos.
Tuvieron un día de clases normal, aburrido y simple. Lo más interesante de este sucedió solo en clase de historia, cuando el profesor se quedó dormido a mitad de un video documental de la fascinante historia de quien sabe qué guerra.
Stan miró de reojo a Dan, este seguía perdido en sus pensamientos. El de gorro verde decidió acercarse a charlar un rato.
-Hey Dan- Dijo en un susurro, cuando tuvo la atención del azabache le entregó una hoja blanca con una nota en la parte superior. ¨ ¿En qué piensas tan insistentemente? ¨
Dan tomó su pluma purpura y contesto a la nota, luego se la pasó a Stan para que la leyera.
La nota de Dan decía así:
¨En el concepto erróneo del infinito. Porque piénsalo, ¿Qué conocemos que sea infinito? El universo no cuenta, ya que si este se sigue expandiendo es porque es finito. Sin embargo, al no conocer un número aproximado para ello tan solo lo simplificamos como ~El infinito~
En cierta forma es correcto, e incorrecto. Como la paradoja del gato en la caja, ese que está vivo y muerto a la vez, claro que eso es imposible, pero científicamente esa es la respuesta correcta¨
Después de leer su nota Stan respondió:
¨ Sé que estás pensando en Vincent ¨
Dante recibió y leyó la nota. No podía responder a eso… así que dibujo un monstruo rechoncho y esponjoso con cuernos de caramelo y dientes de tiburón.
Cuando lo vio Stan se río en voz baja, realmente Dan era un chico muy tierno. Eso no significa que le gustara, pero sentía pena de que se enamorase tan rápido de un idiota como Vincent, eran como ¨Celos de hermano mayor¨.
Al final Stan solo anotó la fecha al final de la hoja y se la pasó a Dan para que la guardara. Tal vez algún día releerían aquella hoja y reirían como con las cartas que uno da el día de las madres a los 5 años de edad y te preguntas por qué tu letra era tan fea (Como si tomásemos las crayolas con los pies).
Vincent se había percatado de aquello, le molestaba tanto que Dante sonriera como idiota ante las babosadas de Stan. Definitivamente debía hacer borrar esa sonrisa de la cara del azabache.
Tomó su regla de plástico y la goma de borrar, la colocó en la punta y ajusto para tirar, una vez teniendo el flanco en la mira…
- ¡Auch! - Dante recibió el proyectil de parte de Vincent justo en la cabeza.
- ¿Estas bien? - Stan supo de inmediato de dónde provenía el ataque. Suspiro y vio a Dan a los ojos. -Ese chico te está acosando, debemos decirle al…
- ¡No! – Dijo precipitadamente. -No hace falta, no me está agrediendo de verdad.
- ¿Bromeas verdad? Te embarro la cara con pastel y café frio, desempacó y desordenó tus cosas, te despertó con agua helada y te arrojó una goma de borrar con la técnica más vieja e infantil que existe ¿Y tú vas a dejarlo así?
-Quiero darle una oportunidad, estoy seguro que no es malo- La seguridad con que lo decía parecía ridícula. ¿Por qué no se daba cuenta? Era obvio que Vincent disfrutaba de hacerle pasar malos ratos.
Stan se preocupó realmente de su amigo, no sabía cómo ayudarlo. Lo único que quedaba era apoyarlo y esperar que no saliera lastimado, tal como haría un hermano mayor.