Para qué mentir, Jongin era apuesto. Su cabello despeinado y su tez morena lo hacían ver interesante y seductor. Siempre era rodeado por mujeres, siempre lo seguían a donde fuera que valla. Y no es que eso lo molestara, le gustaba tener atención, pero no tenía la intención de los que más deseaba: Huang ZiTao y Oh Sehun. Era injusto que sólo ellos tuvieran aquellos momentos salvajes en casa, pues ya estaba comprobado, ambos tenían sexo regularmente.
Cada vez que se iban o desaparecían de la compañía sabía a dónde iban y para qué se iban y él quería unirse a la fiesta. Pero, ¿cómo lo haría? No simplemente podía ir y decir “Sehun, Tao, tengamos un trío”, ¿o sí? Y de cualquier forma, si no se los proponía de seguro a ellos ni si quiera se les pasaría por la cabeza. Después de pensarlo un momento decidió intentarlo, ¿qué era lo peor que podría pasar? Que le dijeran que no y ya y eso era algo que estaba dispuesto a aceptar.
Comenzó a buscarlos. Fue a la compañía, no estaban ahí; buscó por la ciudad y tampoco, entonces, lo que hizo al final fue ir a la casa del el panda.
Llegó y se quedó frente a la puerta, si estaban ahí no quería interrumpir su “demostración de amor mutua”, pero si no lo hacía terminarían y él podría ir a hacerse bolita en una esquina por no haber participado.
Tocó la puerta y hubo silencio. La tocó de nuevo y nadie respondió. La tocó una vez más y nada. Era lógico que alguien no hiciera caso a la puerta si estaban en medio de eso, pero esta vez tendrían que hacerlo. Por eso recurrió al plan “b”: golpear la puerta como desquiciado. Al cabo de un rato un semidesnudo y molesto Tao abrió la puerta.
-Jongin, ¿qué rayos quieres? Estaba ocupado.
-¿Ocupado con Sehun?
-¿Qué? No.
-Oh, vamos. Sé que está aquí y al parecer se estaban divirtiendo, así que, ¿Por qué no me dejar unirme a esa diversión?
-¿Pero qué…?
-¿Me dejas?
-Espera un momento.
El panda entró a su casa cerrando la puerta y al cabo de un rato salió de nuevo.
-De acuerdo- dijo el chino-, entra.
En la cara de Jongin se formó una sonrisa. No podía creer lo que había pasado, no podía creer que le dijeran que sí. Si lo hubiera sabido se lo hubiera propuesto hace ratos.
Entró a la casa y siguió a Tao hasta un cuarto el cual parecía el del panda, solo que en la cama estaba Sehun tapándose con las mantas. Sus ojos estaban clavados en el recién llegado y su rostro estaba teñido de rojo. Era obvio que estaba nervioso.
-¿Qué pasa, Sehun?- preguntó el chino.
-Nada… Es que nunca he estado con dos a la vez…
-¿Estás asustado? Qué lindo- habló Kai.
-¡Cállate, Jongin! Si hubiera querido te hubiera dicho que no.
-Pero no lo hiciste, y ahora probarás las maravillas que pueden hacer estas manos.
-Fanfarrón- gruñó Tao. –Bueno, en lo que tú te quitas la ropa yo seguiré en donde lo dejé.
El panda se acercó Sehun, lo tomó del brazo jalándolo y lo besó intensamente, casi con desesperación. Sus manos fueron hacia sus pezones y su lengua atacó el cuello, lamiéndolo ferozmente. Una de las manos abandonó el pecho para frotar el miembro de Sehun, el cual tembló ante la inesperada caricia.
Frente a ellos estaba Jongin observando medio desnudo, se había detenido al ver tal cosa. Nunca se había imaginado a esos dos teniendo sexo. Él ya lo había hecho pero no podía creer lo erótico que era aquello. Terminó de desnudarse rápidamente, era hora de unirse a la fiesta.
Para cuando llegó a la cama, Tao ya estaba jugando con el trasero de Sehun mientras que lo besaba, y él también quería besar, así que fue y eso hizo. En ese momento comenzó una pelea por los labios de Sehun; Tao los quería y Jongin también los quería. Sehun se limitaba a mantener la boca abierta, cualquiera de las dos lenguas era bienvenida, y se sorprendió cuando sintió las dos a la vez dentro de su boca, una rozaba la mitad de su lengua y la otra la otra mitad, era súper excitante.
Cuando lo dejaron él se acostó en la cama, estaba cansado pero quería más. Sus piernas fueron separadas y a los pocos segundos tenía una boca chupando sus testículos y la otra haciendo lo mismo en su glande. Las lenguas se fueron moviendo a su gusto por toda su extensión chupando, lamiendo e incluso mordiendo levemente. Sehun lo único que hizo fue gemir y mirar aquella increíble escena hasta que no puedo más.
-M-me vengo- advirtió-. Deténganse…
Ninguno de los dos que se estaban encargando del oral hizo caso a sus palabras, el resultado: el ruidoso orgasmo de Sehun que se extendió por todo su cuerpo como corriente eléctrica.
-No me imagine que fueras tan rápido- dijo Jongin.
-Ustedes… Hicieron eso, no es extraño que haya sido rápido.
-¿Nunca te habían lamido dos personas a la vez?
-Por supuesto que no…
-Ya veo… Oye, Tao, ¿Lo hacemos al mismo tiempo?
-¿Estás demente?- contestó el chino- Se rompería, nunca lo ha hecho.
-Supongo que nos tendremos que turnar, ¿Quién primero?
-Obvio yo, yo llegué antes.
-De acuerdo, pero no te tardes demasiado.
Tomaron los brazos Sehun y lo acomodaron: su trasero daba a Tao y su cara estaba a la altura de la de Jongin, quedando de rodillas. En esa posición el panda comenzó a penetrar lentamente mientras que el otro se encargaba de los besos.
Para Sehun aquello era increíble, más allá de ser su primer trío, nunca se imaginó que se sintiera tan bien tener a alguien adelante y a otra persona atrás. Sus labios y su lengua eran atacados constantemente por la increíble habilidad de Jongin y su trasero recibía a Tao.
Al pasar el tiempo se fue cansando, al grado de que le era difícil mantener aquella posición, por lo cual quiso descansar apoyando las manos en el colchón de la cama, quedando de cuatro. Kai aprovechó aquello y colocó su pene frente a la boca de Sehun, dejándole muy claro qué era lo que quería, lo cual Sehun no tardó en hacer. Abrió la boca y le permitió el paso a aquel pedazo de carne el cual lamió y chupó cual paleta varias veces. Aquellos dos ya se lo había hecho y ahora Sehun quería demostrar que también tenía habilidades; tomó todo lo que pudo tomar manteniendo aquello dentro de su boca. Su lengua rozaba una y otra vez la cabeza de diferentes maneras y mezclando caricias suaves y delicadas con algunas más fuertes y firmes. Una de sus manos no tardó más en entrar en acción y masajeó los testículos con un tacto firme y algo rudo, sus uñas se deslizaban por el escroto y pellizcaban levemente, dándole una sensación extraña y placentera a Kai.
El panda seguía con lo suyo, sin embargo, uno de sus movimientos hizo a Sehun gritar de placer. Sin salir de él metió dos de sus dedos y comenzó a masajear su próstata. Sehun ya no podía ni encargarse de lo que tenía frente a él debido a aquella sensación. Los masajes y las penetraciones siguieron hasta que el chino llenó Sehun con su semen y salió de él.
Jongin se movió, empujó al panda y ocupó su lugar. Colocó las manos en el pecho de Sehun y lo jaló hacia él haciendo que se siente sobre él de espaldas, debido a eso el miembro del Kai entró en el húmedo y resbaladizo interior de Sehun.
El panda, por más que ya se hubiera corrido quería más, o al menos quería darle más al sonrojado Sehun. Quería hacerlo gritar y tenía un plan para lograrlo.
-Jongin, necesito que sostengas una de las piernas de Sehun- colocó una sobre la mano del contrario-. Y no lo sueltes.
-¿Qué tienes planeado hacer?
-Mira y aprende.
El chino sujetó y empujó la otra pierna de Sehun. Aquella posición hacía que Sehun quedara completamente abierto ante él, se agachó y metió el pene de Sehun en su boca y comenzó a chupar.
-Así que eso era lo que tenías planeado, que pervertido- dijo Jongin.
La cabeza de Sehun daba vueltas. Esa era la primera vez que tenía sexo anal y oral a la vez, y le estaba gustando. La lengua del chino se movía con destreza de aquella manera que tanto le gustaba mientras que la posición en la cual estaba hacía que Jongin diera con el punto dentro de él que lo hacía temblar. La combinación de ambos era demasiado para él, demasiado bueno, y Sehun sentía que por más que lo intentara su aguante no duraría mucho más en esa situación. Sentía su orgasmo a la vuelta de la esquina y si ellos no se detenían rápido lo tendría.
-Ya… Paren… Me vengo…
Fue lo único que logró decir pues cada vez que intentaba articular alguna palabra lo único que salía de su boca eran gemidos que no podían callar. Y, a pesar de haber avisado, aquel par encargado de su placer tenía otros planes. Ambos redujeron drásticamente la velocidad de sus movimientos, Jongin de sus embestidas y Tao de sus lamidas. Sin embargo el orgasmo llegaba y parecía que nada lo detendría. Sehun sintió aquella ya conocida sensación de punzadas que comenzaban en su entrepierna y que se iban extendiendo lentamente por todo su cuerpo, de esa manera el orgasmo se expandió suavemente y llegó a todos los rincones de su cuerpo haciéndolo temblar.
Kai salió de él y al momento en el cual lo soltó, Sehun cayó sobre la cama exhausto, no aguantó más y a los segundos se quedó dormido.
-Eso fue intenso- dijo Jongin.
-Lo fue- respondió Tao.
-¿Qué te pareció?
-Fue diferente.
-¿Te gustaría repetirlo alguna otra vez?
-Sí, sería interesante. Hay demasiadas cosas que no hemos probado hacerle.
-Claro, a eso es a lo que me refiero.
-De acuerdo. Para la siguiente vez te avisaré.
-Bien. ¿Quieres que te ayude con él?
-No, puedo arreglármelas solo, gracias.
-Si es así entonces me iré, ¿Te importa?
-No, adelante.
Jongin se vistió rápidamente y salió de la casa del chino sin antes despedirse.
El panda se quedó con Sehun. Lo cargó en brazos y lo llevó al baño, tenía que limpiarlo. Rápidamente de deshizo de todos los restos de semen que pudo pues se sentía responsable de aquello, además de que aprovechó para darle un baño rápido y luego se bañó él. Llevó a Sehun de nuevo a la cama, lo arropó y se acostó a su lado. Se veía realmente lindo cuando dormía. Besó su frente, lo abrazó y se durmió rápidamente junto a él. Tanta diversión en tan poco tiempo lo había dejado agotado.
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