La primer navidad que recuerdo…
Faltaba poco para navidad aunque, no es como que esta fecha sea de mi total agrado o algo sumamente esperado para mí, pero esta sería diferente o al menos eso creo, no, más bien tenía que serlo ya que será la primera que pasare junto a él.
-¡¡TAKA!!
-¿Qué pasa?
Le respondo a Hikari quien me ha sacado de mis pensamientos con semejante grito.
-Llevo rato hablándote y tu perdido en quién sabe dónde… no… más bien, con…
Se acerca a mí para susurrarme su nombre al oído provocando que un leve sonrojo me cubra el rostro inmediatamente…
-HIKARI!!
No puedo evitar gritarle aunque no ha sido intencional Hikari da un leve brinco que por poco la hace caer de la escalera a la cual ya había vuelto a subirse, por suerte reaccione a tiempo para sostener la escalera y a ella a la vez ya que de haberlo hecho un poco más tarde y no agarrarla yo habría sido quien hubiera pagado los platos rotos, más bien las esferas rotas, aunque no tanto temiendo por lo que me hicieran por el desastre que hubiéramos causado si no por la culpa de que ella se hubiese lastimado siendo yo el causante.
-Mejor dejemos de jugar y terminemos esto…
Dijo tan pronto como escuchamos la puerta de la entrada cerrarse a lo que no tuve mayor objeción.
-¿Qué necesitas que te pase?
-La estrella, es lo último y terminamos.
La verdad y como ya he mencionado esta fecha para mí no significa gran cosa por lo que la decoración no me importa mucho pero cuando entre esta mañana y vi a Hikari hecha nudo entre series y escarcha realmente desee ayudarla, después de todo era mi culpa que mamá no estuviera allí para ayudarle, por lo que me acerque y empezamos con ello…
Pasado un rato aquel sujeto llego y pensé que me regañaría severamente por no haber empezado con lo que me pidió pero me sorprendí cuando paso de largo aunque seguramente lo guardaría para después pero por ahora eso no me preocupaba ya que al estar Hikari no se atrevería a ponerme una mano encima ya que el que quedaría mal seria él.
-¿Hey Taka?
Su voz me trae de nuevo al presente…
-¿Cuál es la primer navidad que recuerdas?
-¿La primera?
-si
-mmm… déjame pensar…
Realmente la primer navidad que recuerdo fue la última que pase en aquel orfanato…
**Flash Back**
Era noche buena y los niños del orfanatorio no estaban tan felices como lo estaría cualquier otro niño que tuviera alguna de las edades de los que allí se encontraban, ya que muchos de ellos no recibirían juguetes caros ni cosas bonitas, lo que es más muchos no recibirían nada y no es que fueran materialistas, si no que, más bien ya que no tenían el privilegio de obtener un abrazo, un beso o una caricia de sus padres o familiares ya que esto les era (al menos a la mayoría) prácticamente imposible, les gustaría poder obtener aunque sea por una vez un buen juguete entre sus manos que pudieran llamar suyo.
Los pocos regalos que se les darían este año a los niños ya estaban en una mesa la mayoría de estos o más bien todos eran de segunda mano y serian rifados como cada año al no ser la cantidad necesaria para darles a cada uno de ellos por igual, así es, este lugar era muy pobre…
Los niños que previamente fueron llamados a cenar entraron al gran comedor que había en aquel lugar y frente a ellos en sus mesas encontraron sus pequeños platos, llenos a un poco menos de la mitad con estofado caliente y media telera a un lado para cada uno, claro que no podía faltar el típico medio vaso de leche que solían tomar para la cena, para ellos el ver esto era un manjar pues normalmente solían comer lo que la caridad les daba que en su mayoría de veces era arroz y frijoles.
En la mesa de las instructoras que cuidaban de ellos se podía apreciar un pollo entero, grande y regordete que ninguno de los niños se atrevería a tocar y por tanto mucho menos tomar para probar bocado alguno, bueno todos menos un pequeño de 5 años, cuya piel era pálida, sus ojos pardos y cabello castaño un tanto cobrizo el cual aprovechando la distracción causada por la rifa decidió que era buena idea acercarse a la mesa donde esta delicia aguardaba para comer un poco.
Para su sorpresa lo logro y comió tranquilo la primer pieza pero cuando estaba por engullir la segunda…
-Takanori hablo una de las encargadas teniendo en las manos el premio que para mí sorpresa había ganado que debo decir era el mejor de todos.
Inmediatamente todos me buscaron con la mirada y fue ahí cuando me vi descubierto, enseguida una de las encargadas fue hasta donde me encontraba y dándome un fuerte manotazo me hizo soltar lo que restaba de la pieza que comenzaba a comerme y no conforme con ello me tomo de mi (en ese entonces) pequeña orejita para hacerme parar y llevarme a la sala de castigos donde fui encerrado por algunas horas…
Nunca antes había estado en la sala de castigos, era una sala obscura y desconocida para mí, empecé a caminar por ella dándome cuenta casi de inmediato que no era muy grande por lo que opte por sentarme a esperar a que me sacaran de ahí…
El sonido que causaba uno que otro ratoncillo me mantenían alerta, me imagino que pasaron un par de horas o al menos ya habría acabado el festejo pues la puerta se abrió aunque solo fue para que me suministraran mi castigo el cual fue una cuantas palmadas que lograron que gritara y dejara libre salida a mi llanto para después encerrarme de nuevo en aquella habitación…
Al día siguiente el ruido de como todos iban al comedor a desayunar me despertó pero nadie llego para sacarme de allí hasta que no fue pasado el mediodía…
*End Flash Back*
Así es esa es la primera navidad que recuerdo pero no le contaría aquello a Hikari, pues hasta hoy en día ella sigue creyendo que soy su hermano de sangre por lo que tendría que recurrir a otro recuerdo…
-¿Entonces?
-Pues…