Sabía por tu mirada que algo no marchaba bien, en tus ojos ya no podía ver ese amor que por tanto tiempo me juraste pero preferí mantenerme callada. Cada vez eras menos cariñosa y siempre estabas ocupada, ya no tenías tiempo para que fuéramos juntas al cine o simplemente a caminar por ahí sin que el mundo nos importara.
-Necesito tiempo...-fue lo que dijiste tras preguntar cómo iba todo en la escuela-Sé que entiendes que mi empleo me mantiene muy ocupada y que con tus exámenes tan cerca no tenemos mucho tiempo para vernos...
Entendía a la perfección que no soy más que una chiquilla de preparatoria y que tú eras una mujer con un cargo importante en una famosa compañía pero no podía creer que a unos cuantos meses de haber comenzado a salir e incluso mudarnos juntas quisieras terminar conmigo. Sabía que ese día llegaría pero no quería que fuera tan pronto, aún había muchas cosas que quería que hiciéramos. Mis lágrimas comenzaron a caer sin que pudiera evitarlo, no quería escuchar más.
-Bonita...-acariciaste mi mejilla intentando tranquilizarme-No llores por favor-con tus pulgares limpiaste mis ojos-Si estoy pidiéndote esto es por el bien de nuestra relación, pasar tanto tiempo juntas con las cosas como están hará que terminemos lastimadas-te acercaste a mí y me abrazaste hasta que dejé de llorar-Pagaré la renta del departamento el tiempo que lo necesites y te llamaré cuando esté lista para regresar-besaste mi frente y saliste sin decir más.
Me quedé sentada abrazando mis rodillas pensando que pasaría si no vuelves, te habías vuelto alguien tan importante que sentía que sin ti todos los mares se secarían y que me convertiría en un simple recuerdo cubierto por muchos más y que pronto olvidarías. No soportaba la simple idea pero si estando juntas llegabas a olvidar cuanto significas para mí no dudaría que estando cada quien por su cuenta lo olvidaras completamente.
Si no vuelves mi voluntad se hará pequeña, no tendría una razón para despertar día tras día con una sonrisa y fingir que todo estaba bien y que no me lastimaba que cada vez fuéramos más distantes. Simplemente me quedaría ahí esperando que en algún momento tu imagen apareciera por el horizonte con los brazos abiertos y esperando que corriera a refugiarme en ellos como siempre mientras susurras a mi oído “¿Cómo has estado? ¿Todo bien? No te imaginas cuanto te extrañé…” abrazándome suavemente y besando mi cabello como lo hacías cuando volvías después de algún viaje de negocios.
No habría más que desiertos si no regresas, la tarde sería sofocante sin recibir mensajes tuyos preguntando si seguía en la escuela, si hacía tarea o si necesitaba algo que pudieras comprar antes de regresar o simplemente encontrar alguna nota en la que me avisaras que llegarías tarde y no era necesario que te esperara despierta o que me preparara porque pasarías por mí en la noche para llevarme a cenar; y la noche sería helada al no sentir tus cálidos besos besar mi frente cuando llegaras, despertar por la madrugada y no encontrar tu cuerpo junto al mío o simplemente saber que por más tarde que se hiciera no llegarías.
No tendría que hacer más que escuchar por si algún latido le queda a esta tierra en la que todo era serenidad cuando me querías porque tenía la seguridad de estar bien siempre y cuando te tuviera a mi lado, acompañada de ese perfume fresco que respiraba con tan solo acercarme a ti o a la cama que compartíamos. Todo era tan bonito y tan grande que no tenía fin y eso sólo puedo sentirlo cuando estás conmigo repitiendo cuánto me amas y lo mucho que me extrañas mientras estamos separadas.
Desde el día en que partiste esa estrella que vimos en nuestra primera cita aparecía justo frente a la ventana de la habitación para hacerme compañía en mis noches de insomnio pensando en ti, cada que la veía pensaba en las muchas veces que me repetiste que ella escucharía todo lo que necesitara decir y que después te lo diría así que eso hice, hablar y esperar que te cuente como estoy y sepas lo que hay.
-¿Sabes? Las cosas han sido un poco difíciles desde que no estás…-abracé mi cuerpo intentando contener mis lágrimas que amenazaban con salir-Sigues apoyándome desde lejos con los gastos y eso y no es por reclamarte pero eso no me basta…-mis ojos se humedecieron más de lo que estaban-No me importaría conseguir un trabajo de medio tiempo o aprender a cocinar aunque resulte un desastre e incluso mantener la casa limpia aún con lo caótica y desorganizada que soy si con eso lograra tenerte aquí-los sentimientos me traicionaron y me solté a llorar-Sólo quiero que regreses a mi lado, que me llenes de besos y abrazos cada que estamos juntas... Dime ¿Acaso no me ves? Si no vuelves la vida no tendrá sentido para mí, no sé lo que haré-cubrí mi rostro y seguí llorando sin saber que más hacer.
Si tú no vuelves no habrá esperanza ni habrá nada ¿Qué me puede quedar si no te tengo a ti? No tendría razones para soñar con un futuro brillante en el que tú y yo pudiéramos estar juntas sin preocuparnos por el que dirán. Quizá sólo sean sueños de chiquilla enamorada y tengas planes diferentes pero creer en esto me daba motivos para seguir.
Salí a caminar bajo la lluvia, quería creer que mientras lo hacía llegarías hasta mí con un paraguas y después de “regañarme” por salir así me besarías y sin soltarme caminaríamos hasta casa ¿Recuerdas esa vez? A pesar de lo molesta que me sentía antes fui tan feliz en ese momento que nada más me importó. Pero esta vez nada sucedió, por más que las gotas me cubrían llegando a tomar una que otra no apareciste.
Ese día a pesar de la tormenta todo parecía tan sereno sólo porque estaba segura de que me querías y el aroma de la lluvia mezclado con el tuyo era lo único que respiraba, todo era tan bonito teniéndote a mi lado así fuera lo más sencillo, desde un “Buenos días” hasta un “No importa que siempre voy a amarte”.
La siguiente noche la misma estrella volvió a aparecer y como antes me dediqué a contarle lo que sentía.
-Seguro ya estás cansada de escuchar mis protestas pero no puedo evitarlo-reí ligeramente tras pensar como me reprendías cada que armaba un drama porque llegabas tarde y después me tranquilizabas besando mi cabeza y abrazándome hasta que cedía-Si lo hago no es por molestarte ni porque quiera presionarte para que decidas volver, simplemente quiero que sepas como me siento.
Me senté sobre la cama a mirar la luna, quizá sea a causa de que generalmente sólo nos reunimos por la noche pero verla me recordaba muchos momentos a tu lado, algunos muy felices como el día en que dijiste que me amas o en el que me pediste mudarme contigo y uno que otro triste como esa vez que discutimos por la hora a la que llegaste e incluso el día que te fuiste.
-Sigo extrañándote… Que curioso ¿No? ¿Por qué debería hacerlo?-pregunté al aire con ironía-Que te ame y quiera pasar el resto de mi vida a tu lado no significa nada, después de todo… Soy muy egoísta y lo sé, ni siquiera he preguntado como te sientes pero ya que tomaste la decisión quiero pensar que no estás tan mal como yo.
-Dime amor, estoy aquí ¿No ves? Esperando a que decidas volver, no pienso reclamarte nada ¡Por el contrario! Te esperaré con los brazos abiertos dispuesta a volver a empezar si así lo quieres-nuevamente me quebré y las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder detenerlas-Sólo quiero que regreses y estés a mi lado ¿Es mucho pedir?-limpié mis ojos y seguí-De verdad, si no vuelves no sé qué haré… Mi vida habrá acabado si no vuelvo a tenerte ¿Es tan difícil de entender?
Y ahí estaba otra vez llorando como si eso fuera a solucionar algo, como si mis lágrimas pudieran traerte de vuelta o si mis súplicas fueran lo suficientemente convincentes para hacerte cambiar de opinión pero al final de cuentas la culpa es mía por depositar en ti todas mis ilusiones y esperanzas.