Deidara se encontraba suspirando, cansado, viendo el mismo como su aliento se hacía notorio en el aire congelado. Había sido un día bastante agotador en la gran tienda, era el día en que más regalos se vendían, pero por suerte ya había salido de su trabajo y ahora se encontraba volviendo a casa.
Eran las 20:00hs. La reunión con amigos y familia era a las 21:00hs, tenía bastante tiempo para tomarse un baño y poder descansar y de paso comer algo. Itachi, uno de sus amigos más cercanos, (su mejor amigo. Pues se conocían hace bastante) lo estaría esperando en su casa. Este último había salido de trabajar hace media hora así que irían juntos.
Llego a su casa y se sacó el abrigo. En ese momento pudo ver al Uchiha preparando café.
-Ya llegue, ¿acabas de venir?- Pregunto mientras se sacaba los zapatos.
-No, veinte minutos.- Contesto.
El rubio bostezo y se rasco con cansancio la cabeza.
-Voy a bañarme –Tomo una toalla de su habitación y se metió al baño.
-¿Cómo te ha ido en la tienda?- Pregunto tomando un sorbo de su café.
-¡Bien! ¿Sabes? ¡Los clientes e incluso mis compañeros han reconocido mi arte!- Se oyó el agua correr de la ducha.- A muchos le gustaron mis figuras. Compraron bastante esta navidad igual que los otros juguetes. Más que el año pasado.
-Me alegro, siempre te he dicho que eres muy talentoso.-Esbozo una sonrisa casi imperceptible.
Deidara tardo unos segundos en contestar. Era raro que el Uchiha halagara a alguien.
-G-gracias.- Su voz se escuchó casi en un murmullo.- Por cierto… traje regalos para tu hermano.
-¿En serio? No te hubieras molestado, Deidara.
-No es nada,- Se escuchó abrir la puerta del baño.
-¿De verdad te bañaste?- Enarco una ceja.
-Si, ¿Por qué?- El Uchiha lo miro.- Ah.., lo dices porque no he tardado nada. Bueno, pues debo apurarme.
-¿Sabes qué hora es?
-No- Lo miro confundido- Pero deben ser como las 20:40, ¿no?
Itachi sonrió.-Son las 20:07hs.
-¡¿Qué?!- Se detuvo en la puerta de su habitación y bufo.-¡Creí que era tan tarde..!- Salió de allí y se recostó en el sofá, echándo su cabeza hacia atrás. .Luego se levantó y prendió la estufa.-Hace.. mucho frio- Llevo sus manos a su boca, respirando en ellas, dándoles calor.
-¿Quieres café?- El otro negó y saco de su mochila una bolsa de regalo.
-Mira, te traje algo. Sé que no te lo mereces pero es navidad.
El Uchiha estaba a punto de tomarlo pero el rubio lo aparto repentinamente.
-¡Casi…!- Rio – Aun no son las doce. Se dirigió hacia el sofá y se recostó, con una frazada encima, y cerro sus ojos.
Itachi lo observo durante unos segundos contemplando el cansancio que llevaba su amigo, enfrente suyo.
-¿Tienes sueño?
-Aham..- Respondió con notable cansancio en su voz.
-Deberías ir a recostarte.
-Es mi cama.- Bostezo – Además, si me acuesto no podre levantarme.
-Es lo mismo si estás ahí, anda descansa un rato. Te congelaras.
-Ya te he dicho que no eres mi madre –Lo miro – Oye, ¿prendio la estufa? Hace mucho frio aun.- se acurruco.
-Es cierto.- volteo a ver el objeto- pero si, esta prendido.
-Que raro..- Cerro nuevamente sus ojos.
-¿Tienes mucho frio?
El rubio asintió.
Itachi se levantó de su lugar y se dirigió hacia Deidara. Este lo miro con una ceja levantada.
-¿Qué pasa?
El Uchiha aparto suavemente el cabello rubio del rostro del menor y, lentamente se acercó a su rostro. Provocando que las mejillas de Deidara comenzaran a teñirse de un color rojizo.
-¿Q-que.. haces..?- Titubeo. Observando esos ojos negros profundos tan cerca.
No hubo respuesta. Simplemente Itachi aparto la frazada que cubría el cuerpo de Deidara, y luego, se acercó lo suficiente como para quedar a centímetros de su boca, donde permaneció unos segundos. Su mano se deslizo hasta su cintura.
-¡O-oye idiota que estas- Pregunto apartándolo bruscamente, sin embargo el otro termino de subirse sobre Deidara.
-Hace frio…- susurro- acercándose aún más a los labios del menor
-¿Y-y.. eso que..?- Su voz tembló.
-Hay que pasarlo de alguna forma..-Comenzó a colar su mano debajo de la remera del rubio. Este cerró sus ojos fuertemente.
-¡Pues metete en la estufa..!- Lo empujo, pero nuevamente Itachi se acercó a él. Esta vez tomándolo del mentón. Los ojos del rubio se agrandaron, y brillaron, a pesar de su cansancio. Pudo sentir los golpeteos de su acelerado y enloquecido corazón al tener a su amigo, mejor amigo sobre él, tan cerca.
-Bésame..- Cerró sus ojos rozando sus labios contra los del otro.-
-¡Idiota! ¿Q-que pretendes..?- Pregunto avergonzado, pero con su entrecejo fruncido.-¿Quieres que lleguemos tarde, no? Deja de jugar..
Itachi sonrió, mostrando la fila de dientes blancos frente a su amigo.
-Te amo… susurro y le beso la punta de la nariz, estremeciéndolo. Luego bajo hasta su cuello donde se detuvo y lo abrazo fuertemente, tomándolo de la cintura.
Deidara cerró sus ojos, disfrutando aquella hermosa sensación de tener a Itachi de esa forma, algo que hasta el momento creyó imposible.
-Itachi…-susurro- aferrándose a su cuerpo, dejando todo aquel orgullo a un lado.
El moreno comenzó a besar el cuello del menor, dejando en algunas zonas, pequeñas marcas. Mientras que con sus manos lo tomaba de la cintura. El rubio hecho su cabeza hacia atrás dejándole el camino libre al bruno.
-Deidara, tócame..- Susurro.
-¡¿Qué?!- Abrió sus ojos.- ¡estás loco si crees q- Fue interrumpido por un beso. Pero fue lo suficiente como para dejarlo como loco, con una sensación embriagadora. Seguido de eso, el mayor comenzó a deslizar su mano sobre el pantalón del rubio, atendiendo toda esa zona, de arriba a abajo.- Itachi.. – Cerró sus ojos, soltando un leve gemido de su boca.
El nombrado estrello deseoso su boca contra la del ojiazul, metiendo de lleno su lengua dentro de su cavidad bucal. Con desesperación metió su mano debajo del pantalón de Deidara, tomando su miembro, a tan solo unos segundos comenzó a masturbarlo. El rubio, sin poder reprimirlo un segundo más, comenzó a gemir de la excitación que le provocaba aquel sujeto. Comenzando a tocarlo el también.
30 minutos habían pasado. Y Deidara se encontraba como loco gimiendo desnudo en la cama, a cada embestida que le daba el Uchiha, mayor era su excitación. Con fuerza apretujaba las sabanas. Al cabo de unos minutos, llegaron al climax. Y ambos cayeron rendidos sobre las sabanas mojadas en sudor.
Itachi abrazo a su amigo, aferrándose a su cuerpo.
-Feliz navidad, Deidara.- sonrió.
-Aun… no son las doce. - Rio, luego se levanto de golpe, - Itachi, ¡La reunion!