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El último tango bajo la luna de tus ojos por Uruhasa_13

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Notas del fanfic:

Buenas a todos queridos lectores, aquí les presento mi regalo de navidad y año nuevo para ustedes. Espero que les guste mucho porque la señorita Uruhasa y yo trabajamos duro en esto. Lean y disfruten, no olviden comentar. 

Notas del capitulo:

  

¡Disfruten!

El último tango bajo la luna de tus ojos.                

 

 

Will drive you, will drive you, will drive you...mad

 

 

La noche era fría, siempre era de esa manera. Aún había algunas luces en la ciudad a pesar de las altas horas de la noche, pronto llegaría la época en que su esposa volvería a insistir en tener hijos, ideales que Sasuke no podía concebir en su mente en esos momentos. Su apresurado matrimonio con la reconocida doctora Sakura Haruno le había costado años de su prematura adultez, sus padres habían presionado mucho con el asunto de formar una familia y no tomaron en cuenta siquiera las opiniones de su hijo.

Cada paso que daba en aquel húmedo suelo de las calles de la ciudad de Tokio le acercaba a su destino tan añorado. Su matrimonio solo lo hubo orillado a buscar desahogarse en bares de mala muerte y chicos con bajas tarifas dispuestos a hacer que olvidase su horrible y monótona vida.

 

Roxanne

 

Pero en sus tantas andadas, había conocido a un par de ojitos color azul que simplemente lo cautivaban. Un veinteañero de cabellos dorados y piel tostada, solo un muchacho que había tenido mala suerte en la vida, pero en cuanto Sasuke puso sus ojos sobre él, nada volvió a ser lo mismo.

Noche tras noche, a veces no regresaba a casa en días, excusándose con Sakura con ese pretexto gastado de un “viaje de negocios de improviso”  aunque ciertamente ni él mismo podía creerse su mentira, pero no le importaba si su esposa sospechaba o no, ella era lo menos que ocupaba espacio en su memoria.

Entonces, su corazón empezó a latir fuertemente al ver el sucio anuncio con luces de neón de muy mal gusto que escribía “Bar” con luces parpadeantes. La obscuridad y su grueso abrigo le daban la seguridad de no ser reconocido por nadie que no debía porque en ese bar, ya era un cliente frecuente, tanto, que el portero le saludó con un profundo “Buenas noches, Señor Uchiha” a lo que él solo atendió con un rápido movimiento de cabeza.

Hombres con trajes y bien vestidos estaban sentados por todas partes acariciando muchachas medio desnudas que reían en sus piernas. Sasuke conocía a varios pero sabía que nadie diría nada, por obviedad.

El azabache siguió su camino, su cita de todas las noches estaría pronto ahí, así que fue a la barra y pidió un trago que le sirvieron enseguida. Pensaba en muchas cosas, su cabeza explotaría de tantas trivialidades enfermizas y sin importancia. Sus labios mojados en el frío alcohol ayudaban a relajar su mente, un placebo que serviría para hacerlo sentir que se preparaba antes de la llegada de su tan esperada cita.

 

You don't have to put on that red light

 

Una mano gentil le tomó del hombro, fue como si electricidad pura se apoderara de su cuerpo entero, después el embriagador aroma a licor con perfume dulce entró por sus fosas nasales causando estragos en su ya de por si acabada mente.

Su nombre, Naruto Uzumaki, el chico que lo había cautivado desde el primer momento en que pudo ver dentro de sus orbes azules. No hubo tiempo para un saludo, sus labios fueron aprisionados enseguida por los del ojizarco, un dulce y deliberado tacto delicioso que podía volverlo loco.

-    Te estaba esperando, Sasuke - pronunció muy despacio

-     Naruto…

-     La habitación ya está lista para ti

 

El azabache se puso de pie para admirar esa hermosa y tentadora figura iluminada por las pobres luces del bar. Vestía una camisa que iba abierta dejando su pecho descubierto, unos pantalones de cuero que definían bien sus piernas y un collar que resaltaba sobre su piel.

Fueron directo a la habitación, el corredor lleno de puertas estaba pobremente iluminado, aunque claro, no se necesitaba luz para lo que sucedía detrás de esas puertas. El sonido de las parejas teniendo sexo solo lo alentaba más, quería llegar ya y tener esa exquisita boca para él solo. Fue el rechinido de la puerta y el eco del interruptor siendo encendido lo que puso a Sasuke bien en contexto, estaban ya en la habitación.

 

Walk the streets for money 
You don't care if it's wrong or if it is right

 

La rutina era la misma, Sasuke se sentó en la cama mientras veía a Naruto desnudarse para él. Jamás se cansaba de ese espectáculo, le gustaba pensar que ese muchacho era solo suyo, que su fantasía de amarlo era real y que su compañero también podía sentir ese calor latiente en su pecho.

Los pantalones de Naruto terminaron en el suelo, un segundo más tarde la camisa también le acompañaba dejando ese escultural cuerpo desnudo solo para sus ojos. Despacio se acercó a Sasuke, sus caderas se contoneaban provocativamente, el calor del momento los dejaba a ambos en una situación increíblemente erótica. Las manos del mayor empezaron en las caderas de Naruto acariciando gentilmente atrayéndolo a su cuerpo, lo suficiente como para pegar su mejilla al vientre del rubio, las manos de este último se hundían en los negros cabellos de su cliente número uno.

Un gentil beso se posó debajo del ombligo de Naruto, el contacto de Sasuke no era igual al de los demás hombres que pagaban por él, no, ese hombre era distinto. El azabache era el único que podía hacerlo desvariar y rogar por más, definitivamente era una persona especial aunque no debía olvidar cual era su lugar, él era un sucio prostituto.

 

Roxanne,
you don't have to wear that dress tonight

 

Los labios de Sasuke empezaron a besar un poco más abajo del vientre llevando al principio del pubis recién afeitado , el miembro de Naruto despertaba por milésima vez esa noche, solo que esa era la única ocasión en la que lo hacía genuinamente. Las manos del amante mayor recorrían el trasero del ojizarco, estrujando levemente hasta que este mismo sintió que su pene era reclamado por la boca de Sasuke. Solo dejó que el Uchiha disfrutara de su sabor un par de lamidas, después de todo su trabajo era hacerlo sentir bien y no viceversa.   

Se separó del cuerpo de su amante y se acuclilló entre las piernas del azabache para poner su mano sobre el bulto y acariciar por sobre la tela. La cremallera   hizo un sonido sordo al ser bajada, un par de movimientos fueron necesarios para que el pene de Sasuke también hiciera su aparición, Naruto sentía un apetito atroz, como si las últimas horas no las hubiera pasado en esa misma habitación trabajando.

La boca de Naruto acariciaba perfectamente el miembro de Sasuke, enrollaba la lengua de una forma que solo él podía provocando oleadas interminables de placer perpetuo recorriéndole el cuerpo. Poco a poco, entre los dos iban sacando los pantalones y la ropa interior del mayor, sus pieles rozaban y sacaban chispas al más mínimo contacto.

Sasuke siempre era su último cliente, desde que lo había conocido en ese mismo bar, supo que ese hombre era un maravilloso ser y él sería el encargado de hacerlo liberar tensión. No podía negar que lo que sentía cada vez que veía a Sasuke era increíblemente intenso, pero aún así no podía olvidar su lugar.

El semen caliente de Sasuke termino llenando la boca de Naruto que tragó todo sin pensarlo dos veces. El rubio se puso de pie y se sentó en las piernas del azabache para volver a buscar sus labios. Besos. Una de sus reglas más importantes era jamás besar en los labios a nadie, ese era un contacto demasiado íntimo y sentimental como para ofrecérseos a cualquier persona, pero definitivamente ese hombre con el que estaba, se merecía eso y mucho más.

Podía sentir claramente el miembro de Sasuke haciendo presión contra su intimidad, se levantó un poco y de un solo sentón hizo que su compañero estuviera ya dentro. Un gruñido gutural se escapó de los labios entre cerrados del Uchiha pero no se detuvo pues Naruto empezaba a moverse de arriba hacia abajo, era realmente un experto en su trabajo, detalle que Sasuke apreciaba bastante.

Iban despacio, el miembro de Naruto se restregaba contra el abdomen plano de Sasuke mientras volvían a buscar sus bocas en un frenesí de intensas sensaciones. El rubio pasó sus brazos por el cuello de Sasuke logrando aferrarse más a este último que simplemente le tomó por la espalda para que tuviera un mejor soporte. El Uchiha repasaba el cuello de su compañero con total naturalidad, se sabía casi de memoria todos esos bellos  senderos de piel canela, besó suavemente toda la línea de la mandíbula sin dejar de envestirlo lentamente, fue cuando Naruto empezó a gemir tenuemente, esa voz era simplemente música para el de los ojos obsidiana.

Sasuke se puso de pie sin salir de Naruto, lo sostenía firmemente del trasero y así parado empezó a moverse más rápido, la gravedad ayudaría en esa tarea de ir más profundo dentro de su cuerpo. El sudor de ambos se mezclaba en una especie de lubricante natural que los hacía sentir cada fibra de su cuerpo con más intensidad, aunque pronto, las piernas de Sasuke empezaban a fallarle así que acostó a Naruto en la cama y salió de él bruscamente solo para poder verlo desde un ángulo distinto.

Ahí estaba él, esa hermosa figura que se mostraba solo para Sasuke en su mayor esplendor. Piel canela y ojos azules como el mismo cielo, ese sutil movimiento de su tórax por la agitación del sexo y su par de carnosos y tentadores labios que pedían a gritos ser besados. Se puso sobre el cuerpo de Naruto poniendo sus brazos a cada lado de su cabeza y así mirarlo a los ojos todo el tiempo, una gota de sudor resbaló desde la punta de la nariz del mayor y se estrelló en la mejilla del muchacho que resintió casi como si hubiera sido un chorro de agua, su cuerpo ya estaba hipersensible para ese momento.

Los labios del azabache reclamaron los del rubio como propios, estos ya estaban enrojecidos por el salvaje contacto y su frenético apetito de ambos. Las manos de Sasuke recorrieron de nuevo lo más que podían tocando todo lo que era alcanzable por sus manos hasta que llegó de nueva cuenta a la zona íntima del muchacho en donde acarició un poco el ano de Naruto mientras se ponía en posición, sin dejar de deleitarse con esa exquisita imagen de esos ojos cristalinos llenos de deseo.

Tomó su pene con una de sus manos para frotarla contra la entrada de Naruto que se mordía los labios ya sin pudor, sabía que con Sasuke, era libre de gemir y disfrutar todo lo que quisiera. Entonces estuvo dentro, esa sensación de estar tan lleno lo envolvía de nueva cuenta, el cuerpo de su amante era realmente increíble y las cosas que le hacía sentir eran indescriptibles, solo quería más y se perdía en esa sensación meramente banal.

Cada envestida era más placentera, Naruto podía sentir el cielo con las manos cuando Sasuke rosaba su próstata. Se aferró con uñas a la espalda de Sasuke y enrollo sus piernas en las caderas de éste último para poder sentir con más profundidad a su pareja.

Su visión empezaba a nublarse, era demasiado bueno y definitivamente Naruto estaba aguantando bastante bien. Quería tener esa sensación lo más que se pudiera, pues estaba a punto de tener el primer orgasmo genuino de la noche, cosa que solo Sasuke Uchiha podía lograr con él. Gritos y gemidos descontrolados salían de los labios del rubio, no le importaba que le escucharan pues de todas maneras ese sitio estaba dedicado a esa clase de cosas.

-     Córrete si así lo quieres - indicó Sasuke pegado a la oreja de Naruto

La voz del azabache era lo último que necesitaba, esa melodía ronca y sensual contra su oído fue el colmo. Era vergonzoso que su cliente le dijera esas cosas, normalmente él siempre estaba en control, debía manejarlo todo, incluso sus orgasmos fingidos debían ser estratégicamente planeados para que el cliente no se diera cuenta de que no se había corrido. Pero definitivamente Sasuke no era como los demás clientes.

El calor tan familiar recorrió su estómago hasta más abajo, el tacto de Sasuke en sus adentros fue suficiente y se dejo ir manchando su estómago y el del cliente que de tan solo sentir el líquido en su cuerpo no aguantó más y se dejó ir dentro del cuerpo de Naruto.

 

Roxanne 
You don't have to sell your body to the night

 

Después de que terminaron, Sasuke salió suavemente provocando un pequeño escalofrío en Naruto. Lo siguiente ya era una rutina algo obligada, el rubio se puso de pie y caminó hasta el baño para limpiarse el semen de su compañero que empezaba a escurrirle por las piernas, una regla más que el Uchiha le había obligado a romper. La higiene era su prioridad y el uso de condones obligatorio si es que querían una sesión con él, pero Sasuke había dejado de usarlos hacía un buen rato y a él no le importaba, al contrario, amaba sentirlo así, al natural.

Por su parte, Sasuke se vistió rápidamente y puso un cigarrillo en sus labios para encenderlo. Exhaló algo de humo y dejó el cigarro en su boca para sacar su cartera y depositar un fajo de billetes en la mesa de noche junto a la cama. Todo podía llevarse a cabo en un silencio delicioso aunque el cuarto era ambientado con el chirriante sonido del ventilador viejo del techo, sin mencionar el ruido proveniente de otras habitaciones. Ese burdel de quinta necesitaba muchas reparaciones, era asqueroso y ciertamente a Sasuke le causaba repulsión, pero seguía ahí por Naruto.

Pasados unos minutos, Naruto salió del baño con una bata puesta, ante los ojos de Sasuke era una imagen aún más excitante y sensual. El rubio se acercó a la mesa y lentamente contó el dinero billete por billete hasta que notó algo extraño y miró a su cliente con los ojos entrecerrados.

-     ¿Ocurre algo? - preguntó Sasuke sin dejar de fumar

-    Claro que ocurre, Sasuke - se acercó y le extendió una parte del fajo - me has pagado demás

-    Tómalo como un regalo

-     No puedo aceptarlo, es casi el triple de mi tarifa

Sasuke se puso de pie y tomó a Naruto por la cintura y así atraerlo hasta poder besar sus labios, ese sabor tan dulce que solo él podía brindarle. Sin pensarlo mucho, el azabache se abrazó al cuerpo de su compañero y hundió su cara en el cuello de este como si tratase de aprovechar cada resquicio de su aroma, llenarse por completo con su esencia hasta la siguiente noche cuando regresaría.

-     Tú esposa no estará feliz de saber que gastaste una fortuna en un prostituto

Las cejas del moreno se juntaron en un gesto de desagrado, escuchar a Naruto hablar de su esposa era algo que le indignaba. Aún siendo Naruto un “acompañante” era más cómodo estar con él que con Sakura, una mujer insufrible pensando solo en lo que los vecinos dirán de ella. No quería regresar a casa y volver a escuchar a su esposa (que probablemente le esperara ebria) llorando sobre lo mal que está su matrimonio.

-     Naruto ¿alguna vez has pensado dejar este lugar? - preguntó sin soltarlo

-     ¿dejar el burdel?- sonrió divertido - claro que no. Este es el único lugar en el que puedo trabajar con una buena paga

-     Huye de aquí Naruto, sal de este sucio sitio

-     ¿estás escuchándote, torpe? Hay muchas razones por la que debo quedarme pues, so yo me voy ¿quién cuidará de las chicas?

Aunque la sonrisa de Naruto era amplia, no podía negarse de que había un atisbo de tristeza asomándose por las comisuras de su boca, hubiera dado lo que fuera para poder dejar ese bar de mala muerte y vivir un cuento de hadas al lado de Sasuke Uchiha, el hombre que lo había hecho sentir algo más que un simple juguete sexual.

-     Si pudieras ir a algún lugar, Naruto, al que fuera ¿a dónde te gustaría ir?

-   ¿a qué viene esa pregunta? - contestó risueño

-     Curiosidad - le sonrió pícaramente

-     No seas tonto, yo no tengo esa clase de fantasías - un rubor carmesí se apoderó de su rostro de tan solo imaginarse en algún lugar romántico al lado de Sasuke - bueno - retomó el habla - tal vez haya un sitio

-     Dime cuál es

Naruto se separó de Sasuke y fue hasta una cómoda que había en la habitación, aunque era su lugar principal de trabajo, ese lugar también era su dormitorio. Había llegado a ese bar hacía mucho tiempo, debía mantener ese cuarto neutro porque según su pimp, tenía que hacerle creer al cliente que era el único, esa fantasía de posesión que a él tanto le asqueaba pero a la que ya se había acostumbrado.

Del cajón de la cómoda sacó un portarretratos gastado, ahí había una foto vieja de una familia, se la dio a Sasuke que miró un poco desconcertado. Una mujer pelirroja junto a su marido y su pequeño hijo posaban al pie de un enorme árbol de tronco grueso, por un momento, el azabache quiso preguntar qué era esa foto hasta que se fijó que el niño en la fotografía no podía ser nadie más que Naruto.

-    Tenía diez años cuando tomaron esa fotografía… antes de que mi mamá muriera y mi papá se perdiera en el alcohol

-     ¿Dónde es este lugar? - se limitó a preguntar Sasuke

-     Es una reserva ecológica en Italia, esa vez estábamos de vacaciones - sonrió con nostalgia- daría lo que fuera para poder volver a ese lugar

Sasuke tomó la fotografía con más cuidado escudriñando cada centímetro de esta misma, Naruto ya le había contado en una ocasión pasada como había sido que su vida perfecta se desmoronó después de que su mamá falleciera por un infarto fulminante, consecuencia de esto, su padre se perdió en el alcohol volviéndose violento e insufrible. El muchacho escapó, pero para un chiquillo de no más de trece años su única opción era esa, venderse en las calles.

 

His eyes upon your face

 

La información de los demás clientes era prácticamente clasificada, Sasuke no sabía absolutamente nada sobre el tema. Aún así, deseaba con todas sus fuerzas poder sacar a Naruto de esa miseria en la que estaba obligado a vivir y a pesar de todo, estaba perfectamente consciente de que sus celos eran los culpables de todo pues cada vez que salía de esa habitación no dejaba de imaginar las cosas que su querido chico tenía que hacer.

 

His hand upon your hand 
His lips caress your skin

 

-     Por favor, Naruto, piensa en lo que te dije

-     Y tú también - dijo recuperando su retrato - no hay otro lugar para mí que este

-     Pero yo te amo ¿cómo pretendes que te deje aquí?

Una sonrisa comprensiva se dibujó en los labios de Naruto, hubiera dado todo lo que tenía para poder responder con un “yo también” pero no quería hacerse alusiones, Sasuke no era el primer cliente que se enamoraba de él y tampoco era el primero del que se había enamorado. Todos esos hombres siempre iguales, familias, hijos, bellas esposas que los esperaban sin saber que habían estado con él.

-     Creo que se está haciendo tarde, Sasuke, tu esposa va a empezar a sospechar

-    Me importa una mierda lo que ella sospeche o deje de sospechar, se casó conmigo bien enterada de que no sentía nada por ella

-     Aún así es tu esposa y le debes respeto - insistió un poco más cansado - ve, estaré aquí mañana por la noche de nuevo

Sasuke pasó una mano por sus atezados cabellos un poco cansado, volvió a besar a Naruto en los labios a modo de despedida y después de tomar sus cosas salió por la puerta haciendo un sonido chirriante al cerrar dejando solo al ojizarco solo de nueva cuenta. El muchacho se sentó en la cama y soltó un pesado suspiro, él también estaba muy cansado y solo quería dormir hasta que el sol se colara por las cortinas baratas de su cuarto.

-     ¿Naruto?- preguntó una de las chicas del burdel entrando por la puerta sin siquiera avisar

-     ¿qué pasa, Tenten? - preguntó un poco más animado

Una de las razones por las que Naruto seguía en ese sitio de mala muerte, eran las chicas con las que trabajaba, un grupo de muchachas con historias no muy distintas a la suya y una de sus favoritas, Tenten, estaba entrando con el cabello desalineado y un babydoll que a juzgar por lo maltrecho, acababa de ser colocado por milésima vez en la noche.

-     Vi a Sasuke salir de aquí muy rápido, pensé que se había enojado contigo - se acercó hasta sentarse a su lado - estaba preocupada pues a veces los clientes podían ponerse algo violentos

-     Para nada - inspiró -  me volvió a pedir fugarme con él

-     Estos tipos siempre tan imaginativos - lanzó una risa triste - si me dieran un dólar por cada vez que el señor Neji Hyuga me dice eso yo…

-     Te da más que un dólar por eso, tontita

Ambos rieron, fue una carcajada agridulce, ellos solían hacer bromas de ese tipo solo para aligerar la carga de su insufrible trabajo, solo una manera para sobrellevar su situación. Tenten se levantó y se estiró, ella también había terminado con los clientes de la noche, ya pasaban de las tres de la mañana y ambos estaban totalmente exhaustos. Después de una desganada despedida, la castaña salió por la puerta dejando al rubio solo con sus pensamientos, había sido demasiado esa noche, pero tenía dinero de sobra e iría de compras con las chicas al día siguiente, tener tanto dinero jamás fue de su agrado, a él le gustaba permanecer siempre con lo necesario.

Cuando se acostó en la cama y miró al techo manchado por la humedad, volvió a escuchar las palabras de Sasuke, “Te amo” era una frase que tanto deseaba y que le causaba tanto dolor al mismo tiempo, esas temidas palabras que solía atesorar, sin embargo ahora estaba atorado en un burdel donde tenía que cuidarse de su pimp que cada vez le exigía más dinero para poder “mantenerlo en condiciones decentes” como le decía. Por otro lado, estaba feliz de haber encontrado un sitio en donde no lo abusaran, Nagato, su padrote (o pimp, como a él le gustaba ser llamado) era un hijo de puta, pero al menos “cuidaba la mercancía” y trataba de no golpear a ninguna de las chicas, ni a él.

 

It's more than I can stand

 

-     Maldición- susurró para darse la vuelta en la cama e intentar dormir, aunque no le fue muy complicado tomando en cuenta el trabajo de todo el día

 

 

 

-_

 

 

 

El hospital principal de la ciudad de Tokio siempre estaba movilizado a todas horas, enfermeras y doctores iban de un lado a otro tratando de poder atender a todos los enfermos que pasaban por las puertas de cristal de la entrada. Incluso a esas horas de la mañana podía sentirse un ambiente de trabajo algo pesado y ajetreado, el olor a desinfectante y medicinas inundaba el aire, el ruido y el barullo eran ya cosa cotidiana en ese sitio.

En una de las oficinas del hospital se encontraba la directora del departamento de cardiología , Sakura Haruno, una joven y prometedora doctora con un futuro brillante. Había heredado una fortuna inmensa y estaba casada con un empresario famosísimo y esa era la razón por la que usaba su nombre de soltera, para no colgarse de la fama del apellido de su marido.

Aún así, había algo que le molestaba infinitamente y eso era que empezaba a sospechar de actividades ilícitas en las que su marido participaba así que después de un par de llamadas, ya tenía a un investigador privado para hacer las averiguaciones prudentes. Ella más que nadie estaba dispuesta a defender su lugar como esposa contra cualquier mujerzuela que se interpusiera en su camino, ella era mucho más fuerte y poderosa que una sucia prostituta.

Esa ajetreada mañana, la doctora Sakura se encontraba tras su escritorio revisando algunos expedientes en su computadora cuando unos golpecillos en la puerta de su oficina la hicieron despegar los ojos de la pantalla. Ahí parado había un hombre alto de cabello gris usando una bufanda que cubría la mitad de su cara, cosa muy extraña tomando en cuenta que hacía un calor del infierno pero para la pelirosa eso fue lo menos importante, solo pudo sonreír ampliamente al verlo entrar y sentarse frente a ella en su escritorio.

-     Kakashi, es bueno verte aquí

-     Señora Haruto

-     Uchiha… creo que deberé empezar a usar el nombre de mi marido

-     Yo no estaría tan segura… señora Uchiha

Las palabras del detective hicieron que la sonrisa de la doctora se esfumara de su rostro. Se acomodó en su silla y espero hasta que el hombre sacó un par de cosas de su maletín, eran fotos que esparció por todo el escritorio aunque Sakura solo pudo mirar con una ceja levantada pues no se trataba de nadie más que un muchacho rubio que se robaba el protagonismo de las fotografías, ella estuvo a punto de preguntarle a Kakashi quien era ese sujeto cuando sus ojos se detuvieron en una imagen donde su marido entraba a un bar a la mitad de la noche.

-     Su marido ha estado viendo a un prostituto, su nombre es Naruto Uzumaki

Sakura tomó entre sus manos una de las fotografías, sus labios se volvieron una fina línea y sus ojos se abrieron tanto que creyó que se le saldrían de las cuencas. Su marido la estaba engañando, no podía conciliar tal idea tan horrorosa, ella se había casado tan enamorada de Sasuke, tan feliz y emocionada que no dejaría que esos años de matrimonio se fueran por un desagüe así como así.

-     ¿dónde lo conoció? -logró articular Sakura

-     En un bar en el centro de la ciudad… un burdel clandestino

“Burdel” esa palabra taladraba en su cabeza como una maldición, pero lo peor era que la persona con la que Sasuke le era infiel era un hombre. ¿Acaso ella no era lo suficientemente mujer? Pero definitivamente las cosas no se quedarían así nada más, ella era la esposa de Sasuke Uchiha, nadie se quedaría con su lugar y de su cuenta corría que su esposo jamás volvería a ver a ese cualquiera.

-     La información adicional esta en este sobre ¾ le tendió un sobre amarillo oficio - nombres, direcciones y lo necesario está ahí adentro. Con esto, mi trabajo aquí concluye

Eso fue una indirecta sutil por parte del peliplata, cosa que la doctora comprendió perfectamente así que abrió el cajón de su escritorio para sacar la chequera y garabatear rápidamente un número con muchos ceros, cosa que solo hacía notar una sonrisa ensanchándose de a poco por sobre la bufanda del detective.

-     Señora Uchiha… no actúe imprudentemente - advirtió el detective

-     ¿qué dice?

-     Mi trabajo consiste en investigar, solo eso, pero no me gustaría que usted se metiera en algo que pueda superarla

Kakashi no era ningún tonto, había estado suficiente tiempo en el negocio como para darse una idea de lo que Sakura podía estar pensando. Un hombre como él  era el indicado para testificar sobre las escorias malnacidas que pululaban por la alta sociedad, esposos infieles amantes de las prostitutas, Sasuke Uchiha no era distinto a ninguno de ellos, sabía que los lugares que estos hombres visitaban no eran aptos para una mujer despechada y menos una furiosa.

-     Es por su propia seguridad - volvió a insistir Kakashi - además, no creo que le guste lo que se pueda encontrar en ese sitio

 

-     Ya le he dado su paga, Kakashi, puede retirarse

El mayor suspiró pesado, tratar con mujeres era muy complicado y prefirió dejar que la señora de Uchiha hiciera lo que quisiera, después de todo, él ya tenía el dinero así que si Sakura quería, podía meterse en el burdel más sucio de la ciudad. En silencio, el detective se puso de pie y recogió sus pertenencias para retirarse.

Cuando se encontró por fin sola, Sakura tomó el sobre que Kakashi le había dado y sacó de ahí algunos papeles, expedientes del sujeto que había estado viendo su marido. Eran redacciones hechas por el detective y algunos papeles con información general, el nombre del chico, algunos datos personales y su historia familiar. Una perfecta ceja se enarcó al leer un párrafo en específico de uno de los informes hechos por Kakashi.

 

Naruto Uzumaki vivió en la ciudad de Okinawa durante los primeros diez años de su vida, su familia estaba formada de Kushina Uzumaki, una maestra de escuela; y Minato Namikaze, un mecánico.

Al fallecer Kushina por enfermedad, Minato comenzó a beber volviéndose abusivo. La policía llegó justo antes de que Naruto fuese asesinado a manos de su padre y fue puesto en custodia del estado pero logró escaparse y llegó a Tokio por sus propios medios encontrando asilo en un burdel en donde ha trabajado desde entonces y hasta la actualidad.

 

Rápidamente, Sakura tomó en sus manos la foto del tal Naruto, apretó el puño arrugando el expediente sin poder admitir que ese chico era atractivo. Los ojos se le llenaron de lágrimas así que rápidamente interceptó estas mismas con un pañuelo antes de que hicieran que el maquillaje se le corriera.

No quería ni pensarlo siquiera, hizo un recuento de todo lo que había sucedido desde que su matrimonio había comenzado. Sabía que Sasuke se había casado con ella por la presión de sus padres pero estaba totalmente convencida de que podría ser ella quien se robara por completo el corazón del Uchiha. Se habían conocido en la universidad, ella era solo una fanática más de aquel chico bien parecido, había tenido un poco de suerte en ser la elegida por este mismo para ser su esposa así que defendería como leona lo que por derecho era suyo.

 

 

 

-_

 

 

 

Why does my heart cry?

 

El día iba terminando de apoco, no pasaban de las seis de la tarde cuando Naruto y Tenten estaban tomando un café en el centro comercial. A ambos les gustaba pretender ser una pareja de amigos paseando sin problemas, solo ellos fingiendo ser algo que les gustaría ser realmente. Podían estar en medio de tantas personas y solo olvidarse por un instante que en un par de horas debían estar en el bar recibiendo clientes.

Pero su calma no duró demasiado pues al estar ellos distraídos  en sus cosas, no advirtieron cuando una mujer usando un elegante vestido y tacones altos se acercó a la mesa en donde estaban para interrumpirles con una simple pero entendible mirada.

-     Discúlpenme- Se introdujo Sakura llamando la atención de ambos ¾ ¿Naruto Uzumaki?

Los dos amigos se miraron extrañados, ninguno de los dos había visto a esa mujer antes pero podían darse una idea de lo que sería. A menudo las esposas de los clientes se enteraban de los juegos sucios en los que sus maridos se metían y querían explicaciones, algunas mujeres eran más comprensivas que otras, entendían a la primera que ellos solo hacían su trabajo, en cambio otras podían ser arpías sin restricciones.

-     ¿Si? - respondió el susodicho

 

-     ¿Podemos hablar a solas?

Definitivamente era una de esas veces en las que la esposa celosa venía a ajustar cuentas, Naruto asintió y se levantó de la mesa para ir con ella no sin antes dedicarle una mirada  a su amiga para tranquilizarla. Acompañó a Sakura hasta unas mesas más al fondo en donde el chico pudo darse cuenta de que esa mujer estaba realmente molesta.

-      Mi nombre es Sakura Haruno

“Haruno” un apellido que intentó recordar de sus tantos clientes, no podía dar con el indicado para saber de quién era esposa esa mujer. Naruto permaneció en silencio, ya no valía la pena presentarse si Sakura ya sabía su nombre así que solo le miró cuidadoso.

-     ¿En qué puedo ayudarla?

 

-     Iré directo al grano - pronunció sin dejar esa sutil hostilidad - mi marido ha estado viéndote

 

-     Supuse que era sobre eso - suspiró - escuche, yo no pretendo meterme en el matrimonio de nadie, solo estoy haciendo mi trabajo y…

 

-     Mi esposo es Sasuke Uchiha

 

Feelings I can't fight!

 

Entonces la conversación había adquirido  un nuevo sentido, la garganta de Naruto se secó inmediatamente, tenía en frente a la razón por la que no podía ser sincero consigo mismo respecto a sus sentimientos. Sasuke no era solo un cliente, en el tiempo que lo conocía se había convertido en parte importante de su propio ser, no quería decirlo porque iba contra sus propios principios, no había cupo en su corazón para sentimientos tan destructivos como el amor.

Él mejor que nadie sabía que el enamorarse era el peor error que jamás se cometería en su oficio, miles de veces se había enamorado por ser joven y tonto, había creído en las palabras vacías de hombres que prometían darle una mejor vida pero solo tenía como resultado una paliza por parte de Nagato por haberse ido y regresar unos cuantos días después rogando por ser  aceptado de nueva cuenta.

-     Quiero que te alejes de mi marido

 

-     Con todo respeto, señora, yo no soy quien busca a Sasuke - dijo intentando sonar neutral

 

-     Es una insolencia que un prostituto como tú se atreva a llamarlo por su nombre -  arqueó una ceja - mi marido a veces suele ser caprichoso pero a final de cuentas siempre regresa al lado de su esposa, la mujer de quien está enamorado

 Las palabras de Sakura iban con toda la intención de herir, se suponía que no debían lograr su cometido pues él solo era un acompañante, al final del día, Sasuke regresaba con su esposa. Pero Naruto estaba consciente de los sentimientos del azabache, su esposa no representaba más que molestias pues en cada encuentro se encargaba de recordárselo, de decirle que lo amaba a él y que su esposa no era más que una molestia.

Cada noche que pasaba con Sasuke, él mismo se lo decía, le declaraba su loco e inconcebible amor alegando que su matrimonio era un fraude y que daría lo que fuese para terminar con esa locura. Y entonces aparecía la esposa alegando por los sentimientos de su marido.

-     Escúchame - replicó la mujer - descubrí que estoy esperando un hijo

 

You're free to leave me but 
Just don't deceive me!

 

Una punzada extraña se apoderó del estómago de Naruto, como si esa fuese la peor noticia que jamás pudo recibir. Sakura estaba diciéndole que Sasuke y ella tendrían un hijo, no entendía como era que eso pudiera afectarle tanto sabiendo que su relación con el azabache era meramente profesional y nada más.

-     No quiero que vuelvas a ver a mi esposo

 

-     Señora Uchiha - pronunció haciendo acopio de todo su valor - entiendo perfectamente su sentir pero al mismo tiempo es mi deber decirle que yo solo hago mi trabajo, es su esposo quien me paga

No podía negarlo, el argumento de Naruto era totalmente válido y Sakura lo sabía, pero aún así no se tragaría su orgullo por nadie y mucho menos por un prostituto como el que tenía enfrente.  Claro que la estrategia de decir que estaba embarazada era su último recurso, ya después vería el asunto de estarlo verdaderamente pues, para mantenerla callada Sasuke solía acostarse con ella de vez en cuando.

-     Como ya le dije, los asuntos familiares de mis clientes me son indistintos - quería sonar neutral y muy calmado pero solo lograba sentir a Sasuke cada vez más lejos  - pero si usted se siente más cómoda, pediré que no le permitan la entrada al bar

 

And please believe me when I say…

 

Esas palabras parecieron parecerle bien a Sakura pues su sonrisa se ensanchó para dar paso a una expresión de superioridad. Esos ojos desafiantes solo hacían enojar a Naruto, por un momento pudo entender por qué su cliente estrella siempre se quejaba de esa bella mujer sentada frente suyo.

-     Si eso era todo lo que se le ofrecía…. -  volvió a decir Naruto

 

-     Si - articulo la mujer poniéndose de pie - pero solo para estar segura - se detuvo unos segundos- si mi marido regresa por ti entonces yo me encargaré de que te encierren en prisión de por vida

El haber dicho todo eso con una enorme sonrisa sínica en su rostro, solo hizo que Naruto  quisiera pararse a golpearla pero se detuvo apretando los puños temblando de coraje. Bajó la cabeza para que las lágrimas no fueran visibles, era la pura impotencia lo que corría por sus venas pues aunque quisiera, ya no podía ver más a Sasuke.

Su vida no había sido sencilla, muchas personas lo habían herido y los hombres solo eran objetos para su supervivencia pero después de todo ese mar de desgracias creía haber conocido a una persona que de verdad valía la pena. Las primeras veces que Sasuke le decía que lo amaba, Naruto solo reía pensando en que ese hombre estaba totalmente loco, pero poco a poco se dio cuenta de que ese sentimiento tan descabellado ahora también le invadía. Una a una, el azabache fue rompiendo las barreras que Naruto había construido entre él y sus clientes para que poco a poco él también se fuera enamorando.

Pero ya nada importaba, Sasuke estaba a punto de convertirse en padre y además Sakura le había amenazado con la prisión pues no era ningún secreto que la prostitución era ilegal, realmente había sido afortunado de solo haber sido advertido tomando en cuenta el poderío que debía tener la mujer del Uchiha.

 

I love you!

 

 

 

 

-_

 

 

 

Nuevamente, la noche no se hizo esperar y el bar estaba repleto de hombres con mujeres en sus piernas, ellas bailaban para tener un par de billetes en su escasa ropa y ganar algo de popularidad, así serían merecedoras de tener una habitación para dedicarse a algo más que baile, pero definitivamente más lucrativo.

En el ambiente nocturno era el idóneo, el olor a cigarro y a alcohol inundaba el bar a más no poder, como si los ahí presentes amaran ese hedor (aunque en parte así era). Junto a la barra había un hombre pelirrojo vestido en unos jeans, camisas muy caras, zapatos de diseñador y un puro que sostenía entre sus dedos llenos de anillos. Su nombre era Nagato, o más bien así lo conocían, era el dueño de ese lugar y el manejar de las chicas aunque él prefería ser llamado “Pimp” pues era muy fanático de esos anglicismos tan pintorescos.

Ese sujeto, a pesar de ser un padrote más, era relativamente amable con las chicas pues él decía que la mercancía se respetaba, sus chicas eran lo que le permitía usar esa ropa tan cara además de mantener ese bar. El barman le sirvió una copa de su licor preferido, esa noche se había quedado ahí por un pedido especial de su único acompañante hombre, Naruto era parte importante en su negocio pues al haberlo contratado pudo ser testigo de cómo su burdel poco a poco se volvía más popular atrayendo a clientes en busca de muchachos.

Uno de estos sujetos era Sasuke Uchiha, un aclamado y conocido empresario dueño de una fortuna casi infinita. Ese sujeto había sido la excusa perfecta para aumentar las cuotas diarias de Naruto, funcionaba tan bien que estaba seguro de que el prostituto podría seguir pagando su cuota con tan solo Sasuke como cliente. Pero esa tarde antes de empezar su turno, su chico estrella le había pedido encarecidamente que no dejara entrar a Sasuke  y cuando intentó averiguar la razón por la que estaba diciendo eso, el rubio solo dio evasivas. Aunque no le quedó más que aceptar la petición del muchacho, Nagato prefería deshacerse de un cliente antes de perder a una de sus mejores inversiones.

 

Y yo que te quiero tanto que voy hacer

 

Entonces, como todas las noches, Sasuke entró al bar siendo terriblemente puntual y con paso firme fue hasta la barra para pedir el trago habitual mientras esperaba que Naruto fuera con él diciendo que la habitación estaba lista para él. Normalmente su acompañante llegaba antes de que terminara su copa pero ahí estaba él pidiendo un segundo trago, fue cuando se dio cuenta que un hombre extraño se había sentado a su lado, le tomó un rato reconocerlo como el dueño del burdel.

-     Señor Uchiha- saludó Nagato

 

-     Buenas noches…

 

-     Nagato, señor

 

-     Claro… lo lamento - se disculpó algo extrañado

 

-     ¿Está a gusto? ¿puedo ofrecerle a alguna de las chicas?

 

-     No hará falta, gracias, espero por Naruto

 

 

Me dejaste, me dejaste por un montón de monedas

 

El pimp suspiró pesado, realmente no quería tener que hacer el trabajo sucio de Naruto y definitivamente este último pagaría con un veinte por ciento más en su cuota por hacerlo pasar esas vergüenzas con un cliente muy importante y al que seguramente estaba a punto de perder. A todos en ese lugar les quedaba claro el hecho de que Sasuke Uchiha estaba enamorado del prostituto.

-     Perdóneme, señor Uchiha, pero Naruto ya no quiere darle sus servicios a usted

 

-     ¿qué?...

 

-     Si - pronunció muy suave Nagato esperando cualquier reacción del cliente - me dijo esta tarde que ya no quería recibirlo. Yo soy el encargado de mantenerlo seguro, como a las demás chicas y si él no quiere verlo será por algo

 

-     Es una equivocación ¾ bramó poniéndose de pie - ¡quiero verlo!

 

-     Cálmese - intentó apaciguarlo - no arme un escándalo aquí por favor

 

-     ¡lo estás escondiendo! ¡Naruto! ¡Naruto!

 

El alma se me fue 
Se me fue el corazón

 

El alboroto fue inminente, Sasuke hizo por subir las escaleras hacia la habitación en donde estaba Naruto llamando la atención de los demás clientes y bailarinas. Un par de enormes hombres vestidos de negro lo tomaron de cada brazo deteniéndolo sin mucho esfuerzo, la seguridad del burdel era algo de lo que Nagato se sentía completamente orgulloso.

-     No me obligue a tener que echarlo de aquí, señor Uchiha

 

-     ¡no me iré hasta que él…!

La oración no pudo ser terminada, de las escaleras estaba bajando la razón de aquella pelea. Naruto, visiblemente irritado llegó al vestíbulo en donde los guaruras seguían conteniendo a Sasuke que al verlo, se calmó totalmente siendo merecedor de quedar liberado de nueva cuenta.

-     ¡Naruto! ¾ se acercó - ellos quieren que no te vea

 

-     Yo les pedí que no te dejaran pasar, Sasuke

 

-     Naruto…

 

-     La otra noche dijiste cosas que me espantaron- dijo tratando de sonar lo más convincente posible, su pecho latía a mil por hora y solo quería lanzarse a los brazos de ese hombre - dijiste que me amabas, Sasuke, no puedo permitir que empieces a desarrollar sentimientos inadecuados por mi… un prostituto

 

Ya no tengo ganas de vivir

 

Naruto intentaba sonar serio, cortante y hasta cierto punto grosero, tenía en mente las amenazas de la esposa de Sasuke, no por él pues qué más daba si un chico callejero iba a la cárcel, podía soportarlo, pero el azabache era una persona respetada en su comunidad  y un escándalo de ese calibre solo lograría hundirlo hasta el fondo. Sus negocios, relaciones y familia estaban en riesgo si su relación tan problemática salía a flote.

-     Vete, Sasuke - dijo con todo el dolor de su corazón - estos hombres tienen órdenes de no dejarte pasar más allá de la puerta si es necesario… te recomiendo que no regreses a este sitio y te dediques a tu esposa y a tu futuro heredero

 

-     ¿heredero…?

Los labios de Sasuke se abrieron para poder preguntar de qué rayos estaba hablando, pero antes de que pudiera decir nada, los guaruras lograron sacarlo del bar. Se quedó parado en la puerta unos minutos, tratando de asimilar las palabras de su querido ojizarco, pero eso último, “heredero” no cuadraba en absoluto.

 

Porque no te puedo convencer 
Que no te vendas Roxanne

 

Regresó a su auto con paso moderado, su corazón se había roto en mil pedazos y supo que no había vuelta atrás cuando, mientras manejaba de regreso a casa, pudo notar como las lágrimas de impotencia le nublaban la visión. Se mordió el labio inferior lo más fuerte que pudo con la intención de hacerse reaccionar él mismo, debía llegar a casa sano y salvo, además de tener una excusa lista para Sakura.

Roxanne!

 

Su esposa estaría contenta, el hombre del que estaba realmente enamorado acababa de echarlo de su lado, sabía que esa relación era tóxica, pero aún así insistía porque estaba enamorado. Su corazón seguía enclaustrado en ese andrajoso cuarto de burdel, seguía al lado de esos ojos cristalinos y esa piel canela tan cálida y suave. Era Naruto su principio y también su final, no encontraba la manera de vivir sin él.

No sintió cuando, pero ya había recorrido el camino de regreso hasta su casa así que solo aparcó el auto y se bajó con la moral en el suelo. Se limpió la cara sin ánimos, no quería que su esposa le preguntara nada y menos siendo ella la culpable de todo, habían sido años de tortura casado con la mujer que sus padres habían escogido para él, Sakura representaba todo lo que él odiaba, pero al mismo tiempo era su flotador en ese mar de máscaras construidas con hipocresía y falsa felicidad.

En cuanto dio el primer paso dentro de la casa, las sirvientas lo recibieron con un “bienvenido, señor” mientras tomaban su maletín y chaqueta. Debía aumentarles el sueldo a ese grupo de mujeres que lo mantenían con vida, pero sus pensamientos tomaron un rumbo distinto cuando, al entrar a la sala, lo primero que vio fueron un par de ojos color jade que miraban desde el sofá.

 -    Que bueno que llegas, Sasuke, esta noche has venido temprano

 

-     No me molestes, quiero tomar una ducha e ir a dormir

 

-    Hay cosas que tengo que hablar contigo, querido

El entrecejo de Sasuke hizo un brusco ceño, las comisuras de su boca se alargaron en señal de fastidio, no estaba de humor para tratar con los problemas triviales de su esposa a la que apenas y podía ver.

-     ¡Sasuke! - insistió ella

 

-     Bien - bufó fastidiado sentándose en el sillón frente al sofá donde estaba su esposa - que sea rápido

 

-     Estoy embarazada - soltó

De alguna manera, fue como si la mente de Sasuke hubiese hecho un “click” entonces, su ceño fruncido se profundizó y se hizo una idea de lo que había sucedido con Naruto. De alguna manera, Sakura lo había descubierto.

-     Contraté a un detective privado - siguió hablando, como sabiendo que su esposo necesitaba respuestas -  descubría a tu “amante”

 

-    No puede ser…

 

-     Te seré sincera, Sasuke. He trabajado años para obtener el estatus del que hoy gozamos, ambos - hizo énfasis en esa palabra -  como tu esposa, no puedo permitir que el apellido de nuestra familia se corrompa por la culpa de un muchacho callejero

 

You don't have to put on that red light! 
You don't have to wear that dress tonight

 

Los puños de Sasuke se apretaron de ira, esa despreciable mujer que tenía enfrente había sido la culpable de todo. Eso sería lo último, Sakura ya no lo volvería a ver jamás y él regresaría definitivamente por Naruto, su única razón de seguir cuerdo y el dueño de su corazón.

 

Roxanne

 

-     No puedes…

 

-     Puedo y lo haré, Sasuke - juntó sus labios apretándolos con fuerza - si regresas a ese sitio, te juro, que de mi cuenta corre que ese maldito prostituto se pudre en la cárcel

Golpe inesperado, Sasuke no supo que responder a eso, sabía que su esposa era capaz de todo cuando estaba enfadada. Debía resignarse, si amaba a Naruto entonces no molestaría más con ese asunto sabiendo perfectamente que el destino de su amado estaba en sus manos. Se puso de pie y caminó hacia el baño dándole entender a Sakura que obedecería sin  poner peros.

 

You don't have to put on that red light

 

Quería pensar en él mientras pudiera, su recuerdo estaba siempre presente y no se desharía de él jamás. Ese dulce aroma, el tacto tan suave, pero sobre todo, sus ojos brillantes que le daban ese toque de luz a aquel cuarto tan lúgubre. Naruto era demasiado para ese sitio, se arrepintió en ese instante por no haberlo tomado y llevárselo lejos a un sitio en donde solo estuvieran los dos, solo ellos, nadie más.

 

You don't have to wear that dress tonight!

 

 

Quiso detenerlo tantas veces, convencerlo de dejar esa vida de prostitución, pero él mismo estaba consciente de que las circunstancias también eran complicadas en su lado del asunto, tantas nimiedades y extravagancias que representaban la vida del magnate Sasuke Uchiha, estupideces sin sentido y tonterías vacías. Sí, eso era, un contenedor vacío sin valor alguno ante los ojos propios, el verse al espejo era solo mirar al traidor por el que había dejado a Naruto. Él se merecía eso y mucho más.

 

 

Roxanne…

Roxanne…

 

 

 

 

 

-_

 

 

 

 

La prueba de embarazo fue casi innecesaria, después del parto y ver que el bebé de Sakura era pelirrojo y tenía los ojos aguamarina fue bastante obvio que no era el primogénito de Sasuke. La ahora ex esposa del Uchiha había cavado su propia tumba al pensar que la genética jugaría a su favor acostándose con uno de los enfermeros, Gaara no Sabaku, para quedar embarazada sin levantar sospechas. De nada sirvió la discreción al ver que el niño no era un Uchiha legítimo, tuvo que soportar un escandaloso divorcio y el hecho de que el padre biológico de su hijo se diera a la fuga solo empeoraba las cosas.

Tribunales y cortes, hasta un artículo en un periódico amarillista exhibió a la respetada doctora como una embustera caza fortunas, obviamente la familia de Sasuke apoyó irremediablemente la decisión del divorcio gastando gran parte de los recursos en los abogados que sin duda alguna, iban  a la cabeza sobre los abogados de Sakura.

Finalmente, el juez falló a favor de Sasuke liberándolo de las responsabilidades del matrimonio, su fortuna permanecería intacta además de una multa que Sakura debía pagar por cometer adulterio e intento de fraude, un par de miles de billetes la salvarían de unos meses encarcelada, para Sasuke fue la noticia más gratificante que jamás recibió pues ahora que estaba libre  de esa tediosa responsabilidad, podría ir directo a buscar a Naruto.

No cabía en sí mismo, la noche del veredicto fue directo a esa calle obscura en donde solía pasar la mayoría de las noches, era la hora en la que siempre solía ir, el trayecto se hacía largo por algún motivo pero en cuanto estuvo ahí, aparcó rápidamente y caminó (por no decir que corrió) hasta el establecimiento, pero su felicidad se terminó al ver que el bar estaba cerrado. Intentó abrir la puerta pero estaba cerrada, miró por las ventanas pero fue inútil, parecía como si estuviera abandonado.

-     Fue tan trágico lo que sucedió en este sitio - dijo la voz de un anciano haciendo que Sasuke saltara para volver y ver al señor, un vagabundo que iba pasando mientras recogía latas y las agregaba a la pila que tenía en el carrito de súper mercado que empujaba

 

-     ¿Disculpe?

 

-     ¿no te enteraste, hijo? - se sorprendió el hombre - supongo que solías ser cliente…

 

-     Sí… - respondió temeroso - ¿Acaso han mudado el local a otro sitio?

 

-     Bueno fuera - suspiró - hace unos meses un mafioso al que el dueño de este sitio le debía dinero vino para cobrar la deuda pero el dueño se negó

 

-     ¿Qué pasó?

 

-     Lo que debía pasar - respondió melancólico - asesinaron a todos, hijo, ese hombre venía armado y le propinó una bala a cada alma que se encontraba aquí esa noche

 

 

Why does my heart cry?

 

Sasuke tuvo que sostenerse de la pared del ahora abandonado establecimiento, el vagabundo siguió su camino al saber de inmediato que ese joven necesitaba un momento a solas. No podía contemplar la idea de haber perdido a su razón de vivir, Naruto vivía en ese sitio, sabía a la perfección que no importara las circunstancias, el Uzumaki debió estar ahí en todo momento.

Regresó a su auto pero no se movió, se quedó ahí, en la obscuridad mientras sus sentimientos terminaban de salir, las lágrimas corrían una tras otra. Apoyó la cabeza en el volante, tenía muchas cosas en las que pensar, tenía que mantener la calma y ser sensato, seguramente habría reportes policiacos al respecto  así que podría saber a ciencia cierta la verdad al respecto.

Condujo de nuevo a su casa y en cuanto estuvo ahí, fue directo a la computadora, no le importaba nada más que investigar que había sucedido en el burdel. Los sirvientes se encargaban de proporcionarle café cuando la taza era vaciada, aún no amanecía y el azabache aún continuaba su cruzada en el ciberespacio. Tipeó el nombre del bar obteniendo resultados al instante, solo la noticia de cuerpos encontrados después de un enfrentamiento con la mafia yakuza, muchos muertos y cuerpos que no fue posible reconocer.

Era inútil, no aparecía nada sobre los nombres de las personas asesinadas, solo un grupo de hombres de negocios e inversionistas exitosos con la suficiente popularidad para que sus rostros fuesen rápidamente identificados. Nada de las chicas, parecía como si las verdaderas víctimas fueran reducidas a un montón de mujerzuelas muertas, chicas a las que nadie extrañaría, pero Sasuke estaba desesperado por encontrar a una de ellas, o más bien a uno.

La búsqueda de Sasuke claramente no terminó ahí, pues los siguientes días volvió al bar para inspeccionarlo por su cuenta, fue a la estación de policía para obtener algo de información bajo la excusa de estar buscando a uno de sus socios que presuntamente había perdido la vida en ese lugar, claro que se le fueron proporcionados los nombres de los clientes encontrados sin vida en el lugar, pero cuando preguntó por la lista de las prostitutas, los oficiales le respondieron que no había registros de tal cosa.

“Nadie las conocía” le dijo uno de los oficiales “Intentamos buscar evidencias de sus identidades, pero estas mujeres no guardaban ningún documento con sus datos reales”. Entonces les hizo la pregunta del millón de dólares, les pidió información sobre un muchacho que también se encontraba en el local, pero al parecer había más de un hombre joven esa noche, incluido el dueño que además de recibir una bala, fue decapitado.

Nada de nada, era como si a Naruto se lo hubiera tragado la tierra e incluso los cuerpos habían sido enterrados en una fosa común, no había manera de rescatar nada. Tenía que afrontar la muerte de su amado novio de la mejor manera, lo amaba pero la vida debía de seguir, honraría la memoria de su amado chico lo mejor que pudiera.

 

Feelings I can't fight!

 

Por lo que no pudieron ser, por lo que jamás serían y lo que no vivieron. Fue tan poco el tiempo que lo tuvo entre sus brazos, el tiempo parecía insuficiente pues no habría oportunidad de tomarlo de la mano, llevarlo al centro comercial y besar sus labios mientras nadie miraba. Pero jamás se desharía de ese sentimiento. Lo amaba.

 

 

 

 

-_

 

 

 

 

La compañía de Sasuke era cada vez más grande y exitosa,  ya habían pasado alrededor de cuatro años desde el incidente en el burdel. Había muchas cosas por hacer y el Uchiha no se detenía por nada, había abierto una  organización para ayudar a chicas y chicos en situaciones de calle, todo lo haría con la intención de acabar con la prostitución infantil, mientras él estuviera, ningún joven se prostituiría  por dinero.

Pero aún así era complicado, bajó del avión algo aturdido pero visiblemente aliviado pues por fin había logrado llegar hasta Italia sin sentir que se derrumbaría. Ni siquiera quiso ir al hotel para dejar su equipaje sino que fue directo a ese sitio al que tenía pensado ir desde hacía cuatro años pero no había tenido el valor suficiente.

La noche era espesa y tenebrosa, había tenido que dar una cantidad desorbitarte a la reserva para que lo dejaran pasearse ahí de noche, el hecho era que no podía esperar ni un segundo más sin estar ahí. Le pidió a uno de los guardabosques que lo guiara hasta el árbol más grande y en cuanto lo vio, supo que era el indicado. El guardabosques dejó solo a Sasuke que se maldijo a sí mismo por no tener una sola fotografía de su amado Naruto para poder poner un pequeño altar ahí.

Sabía que el alma de Naruto pertenecía a ese árbol así que solo se hincó para sacar una vela de su bolsillo y encenderla. Rezó un par de oraciones, quería sentirse más cerca del Uzumaki, saber que desde donde fuera que estuviese, lo estaría mirando.

-     ¿Sasuke?

Los ojos del azabache se abrieron enseguida, se puso de pie incapaz de mover un solo músculo. Cerró los ojos muy fuerte haciendo que las lágrimas volvieran a aparecer en su rostro, el dolor y los recuerdos reprimidos lo hacían estar escuchando cosas que no eran realidad, se reprimió a sí mismo por creer que podría estar en ese sitio sin alucinar de nuevo con Naruto.

-     Sasuke ¿eres tú?

 

-     Ya basta - sollozó - tengo que dejarte ir… moriste hace cuatro años

 

-     ¿de qué hablas, Sasuke?

Un par de manos lo tomaron por los hombros haciendo de eso la experiencia más vívida, giró sobre sus talones solo para volver a encontrarse con ese par de ojos azules que tanto lo volvían loco. Las manos del azabache enseguida inspeccionaron el rostro de su chico y cada toque lo hacía más real.

-     ¿Na…Naruto?

 

-     ¿Quién más podría ser, tonto? -  replicó el rubio con una enorme sonrisa

 

-     Pe…pero el asesinato…

 

-     Me fui del burdel el día después de que te eche del lugar - sonrió triste - con el dinero que tenía ahorrado vine para acá, a Italia - se abrazó a él mismo -  quería regresar a este lugar, Sasuke… necesitaba estar seguro de algo

 

-     ¿qué cosa?

 

-     Que te amo

 

 

I love you 
I love you

 

Ya no pudo sostenerlo más, Sasuke se convirtió en un mar de lágrimas. Abrazó a Naruto que también había empezado a llorar, tantos años y después de todo había tenido su recompensa. Estaba de nuevo ahí, bajo la luna llena teniendo entre sus brazos al que por mucho tiempo fue su sueño fugaz. Amor, dolor  y todo lo demás estaba presente, por fin había terminado esa cruzada y todo era gracias a Naruto.

 

I love you
I love you

Notas finales:

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