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“ FUERA DE LA RUTINA “ por Shinigami Ely chan

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Notas del capitulo:

 

Hola a todo el mundo ¡

 

 

Aquí estoy de vuelta para traerles el ultimo proyecto de mi loca cabeza, se que aun no e terminado los otros fics, pero esta fue una loca idea que se me ocurrió mientras me desvelaba viendo tonterías en la tele, esperando por Trigun, así que espero les guste.

 

 

Ja ne

 

 " FUERA DE LA RUTINA "

GUNDAM WING

HEERO - DUO

By Shinigami Ely Chan

 

******************************

Las 6: 00 a.m., como todos los días desde que se fue acostumbro prepararme para trotar un poco, las cosas son tan idénticas cada día, que casi puedo asegurar que en este momento el encargado de las caballerizas saldrá con la guía de Epyon  en sus manos...

 

-         Buenos días Sr. Krushrenada – me saluda tan cortésmente como siempre


-         Buen Día Otto – sonrío mientras tomo las riendas del caballo y me decido a montarlo


-         Aun no hay noticias de su excelencia? – pregunta interesado el empleado


-         No, aun no – girando a Epyon para mirarle – Volveré en una hora – señale mientras encajaba mis talones en los costados de aquel potro que mi esposo me diera como regalo de bodas... Era lindo, un pura sangre árabe de color negro que extrañamente con el sol tomaba algunas tonalidades rojizas...


La propiedad de los Krushrenada se extendida por varios kilómetros, pues aun y cuando a Traize le desagrada el campo, la residencia dejada por sus padres le parecía la mas cómoda y adecuada, para mantenerme feliz, pues en ella podía dedicarme por completo a mis pasatiempos y a el...


El es algo dominante, posesivo, pero desde que tenia 16 años, fue lo único que conocí como amor, sin embargo desde hace 6 meses las cosas han cambiado, me e dado cuenta que el mundo se extiende mas allá de lo que mi esposo me había permitido visualizar.


Como es que lo e descubierto?, simple desde que el se fue para cerrar un negocio en Alemania, me quede libre, para conocer lo que había mas allá de los limites de nuestra propiedad, libre para disponer de mi tiempo y mi ser  como antes de conocerlo.


Y es ahí donde lo e visto...


Fuerte, atractivo y decidido, alguien como nunca antes conocí, tiene cabello castaño un poco mas obscuro que el mío y corto, lo lleva revuelto, probablemente por que no le alcanza el tiempo para peinarlo, tiene los ojos azul cobalto mas hermosos que jamas haya visualizado y aun cuando su ropa de entrenamiento no me permite ver completamente su torso y brazos estoy seguro que debe tener músculos bien definidos y que decir de sus piernas, son tan fuertes y marcadas, eso es lo único que agradezco al uniforme que lleva – sonrío al darme cuenta que nuevamente e llegado a su zona de entrenamiento, me gusta verlo ejercitarse, ver como disfruta lo que hace y sin embargo nunca me e decidido a hablarle, quizás por miedo...


Miedo a caer presa del hechizo de sus ojos – giro a mi caballo para regresar acompañándolo un tramo de su ruta, pues al parecer además de productivas, estas tierras funcionan muy bien como área de ejercicios.


Cuando regreso a la mansión las cosas no cambian en nada, sigo siendo el joven esposo del dueño y todo el mundo me trata con pleitesía sobrante, quisiera que por una vez en la vida dejaran de preguntarme e incluso de anticiparse a mis deseos


-         Se le ofrece algo mas señor – Veo como una de las lindas jóvenes recién contratada me pregunta con algo de temor


-         Nada por el momento, puedes retirarte – le ordeno mientras ella sale prácticamente corriendo, supongo que de nuevo Traize, se a encargado de decirles que deseaba que estuviera cómodo y lo mejor atendido posible, cuantas veces lo a hecho así, demasiadas desde que estoy a su lado.


-         Señor, disculpe que le moleste pero, es de parte de su excelencia – me dice el mayordomo al extenderme el teléfono con algo de preocupación al ver que a interrumpido mis cavilaciones


-         Gracias – le sonrío solo para que no note la turbación de mis propios pensamientos


-         Hola – respondo mientras le indico que puede retirarse – Zecht – digo sin muchos ánimos al socio de mi esposo, desde que le conocí siempre a estado a su lado, puedo decir incluso sin miedo a equivocarme que le conoce mas de lo que nadie podría, eso al principio me molestaba mucho, sobre todo por que la primera vez que le vi, note que ellos eran demasiado cercarnos, pero ahora...


-         Disculpa, me distraje – respondo ante su pregunta – Ya veo, no hay problema, iré por el la próxima semana al aeropuerto – cuelgo sin esperar respuesta, al parecer a decidido quedarse una semana mas para asegurarse de que su negocio quede completo


-         Que preparen a Epyon, voy a entrenar con el en el campo – ordeno al mayordomo que en ningún momento se retiro


Cada día, me acerco mas a su lugar de descanso, quiero verle y hablarle, pero – sacudo mi cabeza en negativa – Yo tengo lo que deseo al lado de mi esposo y aun y cuando el no es lo que siempre quise, me a dado protección y todas las comodidades que podría soñar – pienso mientras hago correr a Epyon por el campo de entrenamiento que construyo para mi distracción, en uno de sus tantos viajes, es amplio y lleno de obstáculos para entrenar a mi caballo de la mejor manera posible, rodeado de cercas no muy altas, pero lo suficiente para detener al resto de los animales de ingresar, generalmente el único que me observa entrenar es Otto, pero hoy e sentido como si alguien mas me observara – giro mi vista en busca de esa presencia y veo como el producto de mis desvelos esta aquí, sentado en una de las esquinas de la cerca con un ramo de flores en las manos


-         Que es lo que hace aquí?, habrá venido a verme?, no es imposible, nadie aparte de la servidumbre me conoce realmente – vuelvo a girar a Epyon para que corra y le demuestre lo bien entrenado que esta, no se por que realmente quiero que me vea montar, pues se que su presencia no me desagrada, pero si lo dejo mas tiempo, estoy seguro que Traize lo sabrá y ...


 

 

-         Otto – llamo de manera firme a quien se encarga de cuidar mi caballo y le entrego las riendas del mismo, mientras digo un par de cosas y me alejo sin voltear a verle

 

-         El señor, dice que agradece su visita, pero le manda decir que es casado y usted nunca debe venir a la propiedad de su esposo – dijo un joven castaño de mediana estatura.

 

-         Ya veo – respondió tranquilamente el de ojos azules – Gracias – bajándose de la cerca y alejándose del campo

 

Estoy seguro que esa será la ultima vez que le vea, pues e decidido no volver a acudir a zona en la que entrena, ya que de lo contrario se que cometería una locura – sonrío de manera melancólica,  mientras veo que después de recibir mi mensaje se aleja con tranquilidad, por lo que vuelvo a la casa, dispuesto a encerrarme en la fantasía de mundos diferentes que me muestran mis libros

 

A comenzado a llover, es triste saber que no tengo a nadie a mi lado para disfrutar de una tarde romántica, sentados junto a la chimenea, pero aun así la belleza de los campos húmedos me brinda un poco de consuelo, por lo que decido salir y tomar solo un poco de aquella libertad que brinda el agua...

 

-         Nunca mas – escucho a mi espalda al salir rumbo al jardín de la mansión

-         Esas fueron tus palabras, cierto?  - me pregunta el joven de ojos azules que al parecer a estado esperando por mi desde hace rato, pues sus ropas están mojadas y se pegan un poco a su piel

 

-         Que hace usted aquí? – pregunto tratando de sonar molesto

 

-         Vine a conocerte – sonríe discretamente – Aunque me e llevado una sorpresa al saber lo de su esposo  - acercándose a donde me encontraba – Pense que después de observarme cada vez mas cerca por todos estos meses, usted podría decirme el por que? – pregunto tranquilamente ante mi mirada de sorpresa, al parecer había notado mis visitas  matutinas a su área de entrenamiento

 

-         Están en las propiedades de mi esposo y soy libre de andar en ellas -  respondo cortantemente – En cambio usted nunca debió entrar aquí, las visitas durante la ausencia de mi esposo están fuera de lugar – respondo a la defensiva tratando de evitar su mirada

 

-         Nunca.... nunca.... – repite mientras vuelve a sentarse en la banca en la que estaba previamente – Sabes que si esa frase la aplicaran a  la humanidad jamas hubiera existido la energía eléctrica? – mirándome fijamente – O nunca el  desarrollo tecnológico de importancia mundial nos habría llevado a estas comodidades – señalandome los alrededores de la propiedad  – Incluso yo no estaría aquí – sonríe mientras mira mi desconcierto

 

-         Eso es algo diferente – trato de responder de manera tranquila

 

-         Yo creo que hay mas de lo que dices, pero esperare hasta mañana para que me lo cuentes – acercándose a mi para depositar un beso en mi mejilla y salir rumbo a su auto que había estacionado a pocos metros de la casa

 

**********************************

 

Su visita durante la tarde, no me permito conciliar el sueño, estoy seguro de que hay algo en mi que le obligo a acercarse mas de lo correcto, pero no estoy conforme con solo haber recibido un toque tan amistoso de su parte, se que lo que voy a hacer no es lo mejor, pero también se que si no lo hago es probable que me arrepienta lo que me quede de vida – sonrío mientras me visto y salgo rumbo a las caballerizas – De sobra se que todos estarán dormidos aun, pero el que Epyon este tan bien entrenado me ayudara a salir en medio de la niebla matutina.

 

Es probable que el no este tan poco, pues se que sus entrenamientos son agotadores y que le obligan a permanecer despierto desde muy temprano hasta muy tarde, pero aun así me dirijo hacia donde acostumbra correr por las mañanas.

 

Grande es mi sorpresa al verlo sentado bajo un árbol esperándome

 

-         Hola¡ – digo tratando de no mostrar la ansiedad que me inspira su sola presencia

 

-         Hola ¡ - responde mientras se levanta y me ayuda a atar el caballo en uno de los arboles – Pense que no vendrías – susurra en mi oído.

 

-         Yo... – alejándome – Yo ... en realidad no debería estar aquí – bajando mi mirada.

 

-         Pero estas, así que lo demás no debe importar – me dice mientras levanta mi barbilla y se acerca a mis labios, para besarlos de manera suave, lenta, sin exigencias.

 

-         Yo... – mis palabras mueren en sus labios, cuando vuelve a tomarlos pero esta vez pidiendo mi permiso para ir mas lejos, permiso que concedo sin objetar y pronto siento como su lengua recorre lentamente mi boca, logrando que con solo eso mi cuerpo me exija un mayor acercamiento

 

-         Quien eres? – me pregunta cuando por fin decide soltarme.

 

-         Soy el esposo de su excelencia Krushrenada – digo tan indiferentemente como siempre que lo menciono ante alguien.

 

-         No – haciendo que le mire – Tu nombre? – pregunta mientras sus labios se abren camino por mi cuello.

 

-         Dúo... Dúo – respondo en un suspiro por lo que sus labios están haciendo en mi.

 

-         Por que me observabas? – pregunta mientras sus manos empiezan a recorrer mi espalda por encima de la capa.

 

-         Yo... – retirándome – Esto no esta bien – dándole la espalda.

 

-         Por que? – siento como uno de  sus brazos se coloca sobre mi cintura y con la otra retira la trenza que cae por mi espalda, para comenzar a besar el espacio entre mi cuello y mis hombros – Por que estas atado a alguien que no amas? – me pregunta sin soltarme.

 

-         Yo .... – titubeando – El es ...

 

-         Silencio – me pide colocando dos dedos sobre mis labios – Por que no mejor me dices lo que en realidad quieres? – me pregunta mientras me observa fijamente, y siento que puedo estar toda la vida perdido en esas orbes azules.

 

-         A ti... – respondo en un susurro, mientras el vuelve a apoderarse de mis labios, con  calma sin prisas, tan lentamente que me desespera, de manera que comienzo a urgirle, convirtiendo su beso en  uno apasionado

 

-         Eres hermoso¡ - me dice mientras sus manos están en mi cuello para desprender la capa que aun cuelga del mismo, yo siempre e estado dependiendo de lo que Traize desea, así que no se si debo o no tocarlo, pero me sorprendo al ver como sus manos dirigen las mías hacia su pantalón indicándome lo que quiere.

 

Así que lentamente introduzco m i mano en su pantalón de entrenamiento y encuentro que el esta aun mas excitado de lo que yo podría pensar, así que comienzo a dar suaves masajes en su hombría, ocasionando con ello que pequeños suspiros escapen de sus labios.

 

-         No te detengas- Escucho de sus labios mientras el comienza a desabrochar mi camisa y sus labios descienden por mi pecho dejando un camino húmedo.

 

-         Solo esta vez – le digo entre suspiros, mientras sus labios vuelven a los míos de forma cada vez mas ansiosa.

 

Estaba tan concentrado en sus besos que no note cuando me despojo completamente de mi ropa, ahora solo puedo sentir el frío y humedad que brindan las gotas de rocío sobre el pasto en el que me encuentro recostado, mientras el se dedica a observarme y recorrer mi cuerpo con sus manos.

 

Se que debo detenerlo, pero algo mas fuerte en mi me pide que lo deje avanzar, que lo necesito..

 

Así que sin mas me acerco a el para quitarle su sudadera de entrenamiento y comienzo a dejar varios besos en su pecho, se que le agrada la sensación pues puedo ver el sonrojo en su cara y como sus labios se mantienen separados intentando disponer de mas aire del que en realidad necesita.

 

Poco a poco mis manos vuelven a descender por sus piernas, acariciándolas sobre la ropa, permitiéndome retirar lo único que me separa de su piel y es entonces cuando por fin logro visualizar su deseo y ansiedad por lo que estoy haciendo, ya que de su miembro caen pequeñas gotas blanquecinas.

 

Levanto la vista, para ver como en sus ojos hay una suplica silenciosa, se lo que desea, lo e visto tantas veces en los ojos de mi esposo, que no dudo un segundo en inclinarme sobre el y comenzar a recorrer con mi lengua, el interior de sus piernas, sin llegar a tocar ni un momento aquella zona que realmente lo requiere, quiero que termine, que lo haga y me deje saber que es por mi quien lo hará, así que coloco mi rostro cerca de su entrepierna y comienzo a besar la punta de su miembro de manera lenta, oscilante, tan desesperante que estoy seguro que en cualquier momento me pedirá aun mas, así que antes de que lo haga, deslizo mi lengua por el dorso y continuo así hasta llegar a su testículos, los cuales masajeo suavemente con mi boca y comienzo a depositar pequeños mordiscos en los mismos, para después volver por el mismo lugar hasta la punta y hundir solo la cabeza en mi boca, donde comienzo a jugar con mi lengua alrededor de la punta y haciéndola entrar un poco por la pequeña abertura que posee, pero mi trabajo se ve acelerado por sus manos, que por fin se han decidió a pedirme un poco mas, puesto que las a colocado en mi nuca intentado que termine de tomarlo, así que lo hago y de pronto me veo haciendo que mi cabeza y mi lengua tengan un vaivén rítmico, rápido, que pronto le hará culminar en mi boca, se que a el jamas se lo e permitido, pero esta vez es diferente, lo deseo, así que sin mas preámbulos comienzo a hacer mas rápidas las arremetidas contra mi boca y lo siento terminar, mientras repite mi nombre y libera de la presión mi cabeza

 

-         Dúo¡ - dice cansado mientras yo trato de terminar con su simiente, que a quedado en mis labios – Eres maravilloso – sonrío ante su aseveración, Traize siempre se a jactado decir que soy bueno en la cama, pero se que jamas disfrutara de la forma en que el lo a hecho

 

-         Deberé agradecerte el halago – sonrío pícaramente mientras me recuesto nuevamente en el césped y lo invito a acercarse a mi al extender mis brazos hacia el

 

-         Sabes que si lo hago, no te dejare ir, verdad? – me pregunta antes de recostarse sobre mi y probar de mis labios su propio sabor

 

-         Prefiero responder a su beso, antes que a la pregunta que me a hecho, ya que se que en cuanto esto termine deberé volver a mi vida, a mi rutina y  que probablemente no pueda verlo mas, pero por ahora prefiero no pensar en ello...

 

-         En que piensas? – me pregunta mientras sus brazos a mi costado impiden que su peso caiga sobre mi

 

-         En que no se tu nombre  - sonrío al pensar lo que e estado haciendo, sin saber nada mas que es un deportista de ojos azules, no es que necesite saber mas, pero ...

 

-         Yuy, Heero Yuy – me dice cortando mis pensamientos

 

-         Es un lindo nombre Heero – sonrío mientras el comienza a bajar con besos sobre mi pecho hasta detenerse en uno de los pezones y besarlo hasta dejarlo duro y hacer lo mismo con el otro

 

-         Es mas lindo si tu lo dices – levantando su rostro para verme

 

Sonrío ante sus palabras y recibo  un nuevo beso de sus labios que han vuelto a apoderarse de los míos, mientras una de sus manos desciende hasta mi entrepierna

 

-         Ah¡ - gimo al sentir como trabaja de manera experta sobre ella, masajeandola de manera alterna de forma rápida y lenta  - Por favor¡ - suplico al sentir que estoy casi al limite - Te necesito – le digo al ver como me sonríe ante mi petición

 

-         Sabes que dolerá - ]Me dice mientras desliza dos de sus dedos hasta mi boca para que los prepare para mi, a lo que yo solo respondo lamiéndolos de forma ávida

 

-         Me gustas – me dice al oído mientras siento como uno de los dedos que tenia en mi boca, ahora se abre camino en mi interior, sin molestia, como si supiera que esta ocasión no debe haberla, pronto siento como el segundo dedo acompaña al primero y como en lugar de sentir dolor, mis caderas comienzan a moverse de manera insistente, alentándolo a seguir

 

-         Ven – me dice mientras retira los dedos de mi interior y me da la mano para dejarme sentado sobre sus piernas, con las mías a cada lado – Quiero verte – escucho mientras siento como me eleva sin dificultad para acercarme  y de un solo movimiento ingresar en mi

 

-         Debes esperar – me dice mientras siente que comienzo a moverme lentamente para incitarlo a continuar

 

-         No puedo hacerlo – le digo entre suspiros mientras elevo mis manos a su cuello para que el determine el ritmo, cosa que al parecer comprende al instante, pues las suyas se han colocado en mi cadera y comienzan a elevarme hasta casi salir por completo  y volver a ingresar primero lentamente, pero poco a poco sus embestidas ganan impulso y pronto siento que esta empleado mas fuerza de la necesaria y que de seguro sus dedos quedaran marcados en mis caderas, pero no me importa, solo deseo sentir que lo que hago esta bien y que por esta vez e hecho algo fuera de mi rutina

 

-         Dúo ¡ - escucho que susurra en mi oído, mientras lo captura en un mordisco ligero, se que esta pronto a terminar así que bajo mis manos y las apoyo en el césped de manera que mi cuerpo aplique también fuerza para que ambos lleguemos al limite

 

-         Ah, Heero – me escucho a mi mismo decir de manera sensual su nombre, cuando coloca una de sus manos en mi miembro y comienza a masajearlo al ritmo de las embestidas, se que no podré resistir mucho, a si que le ofrezco mis labios para que con sus besos ahogue el grito que se que saldrá de los mismos si no lo detengo.

 

Pronto, siento como mi interior se llena de algo cálido, algo que me incita a terminar inmediatamente.

 

Mi cuerpo esta cansado, de no ser por que el me tomo en sus brazos y me coloco en su pecho, estoy seguro que abría caído en el pasto

 

-         Eso fue genial – le digo mientras intento recobrar mi respiración

 

-         Lo se – me dice mientras sale de mi interior y me recuesta sobre el césped y jala la capa que había quedado olvidada para cubrirnos, pues se recuesta a mi lado y continua prodigándome besos en mi cara y labios

 

-         Sabes, yo antes vivía en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad – comienzo a relatarle mi vida, mientras el hace que mi cabeza quede recargada en su pecho – era hijo de uno de los herreros de la misma, siempre soñé con conocer a alguien que me amara y me diera todo lo que quisiera, así que un día conocí a Traize, el había tenido que detenerse, pues su auto se había descompuesto, Yo jamas había conocido a nadie tan apuesto y educado, el saber que se interesaba en alguien tan insignificante como yo me hizo feliz – cerré los ojos al recordar – Así que cuando me propuso matrimonio, no pude negarme, sabia que a su lado lo tendría todo, dinero, propiedades, mi caballo – sonrío al recordar que su primer regalo a sido mudo testigo de mi engaño

 

-         Y desde entonces comenzaste a montar?  - me pregunta sin reclamos

 

-         Así es, yo jamas había conocido un caballo y el que me lo regalara y me enseñara a montar me hizo feliz, es el único escape que me queda de la realidad – volvi a  sonreír al sentir como elevaba mi barbilla y volvia a besarme con intensidad

 

-         Pero ahora estaré yo – me dice de manera segura mientras vuelve a permitir que me recargue en su pecho, aun sin recibir respuesta de mi parte.

 

Así estuvimos un tiempo que para mi fue demasiado corto, pues pronto noto como un sonido sale de sus pantalones y el se estira para tomar un celular de su interior

 

-         Que sucede? – responde de manera cortante – Lo se – Estaré ahí en 20 minutos – cuelga sin decir nada mas y voltea a verme con un brillo diferente en los ojos – Debo irme o mi entrenador vendrá por mi – me sonríe – No quiero que te vea así- indicando mi desnudez – Eres mío – depositando un largo beso en mis labios y levantándose para comenzar a vestirse ante mi mirada – Volverás verdad? – me pregunta con algo de inquietud en su voz

 

-         Yo... – intento decir que no, pero su mirada me hace desistir – Lo haré – le digo mientras sonrío y lo veo alejarse corriendo del lugar

 

Se que lo que hice esta mal  y que no debería volver a verle, pero si Traize no vuelve hasta el próximo fin de semana, por que no disfrutar un poco mas de su compañía – pienso para mi mismo mientras me visto y monto a Epyon para volver a la mansión

 

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Han pasado 4 días desde que Heero y yo nos vemos por las mañanas, se que el siente algo por mi y yo le correspondo aun cuando no debo hacerlo, es por eso que hoy terminare con sus esperanzas y me dedicare a cumplir como el esposo que debí ser, se que jamas volveré a permitir que Traize me toque, pero aun así deberé compensar eso con alguna otra actividad, aunque dudo que a el le agrade la idea.

 

Así que nuevamente me dirijo al lugar en el que solemos vernos y me entrego sin reservas, sin miedos y con la pasión que se solo el despierta en mi, pero no me atrevo a decirle que se aleje, sobre todo por que me a confesado que me ama y que desea que me vaya con el, que con sus influencias lograra una separación tranquila, pero no estoy del todo convencido, se que mi esposo es demasiado impulsivo y si se entera podría cometer una locura, así que solo le digo que lo pensare y que lo veré mañana

 

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Sin embargo, Dúo no contaba con que desde el camino a la mansión un automóvil negro se había detenido a observar su entrega y ahora unos ojos cafés les miraban con desprecio y se dirigía a la mansión de manera aparentemente tranquila.

 

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Heero había vuelto a su entrenamiento matutino después de ver a Dúo, esta vez le había dicho lo que sentía por el y solo esperaba que le aceptara irse con el y dejar a aquel que no le hacia feliz.

 

Solía correr solo desde que sus encuentros con el habían iniciado, pues creía que aun era pronto para que su entrenador lo conociera – sonrío al pensar en la cara de reproche que le daría, para el las relaciones personales solo debilitaban el espíritu.

 

Iba tan ensimismado en sus pensamientos, que no noto como dos sujetos le rodeaban, hasta que un tercero le corto el paso

 

-         Que es lo que desean – pregunto a la defensiva al verse rodeado

 

-         Solo es un pequeño mensaje de su excelencia – dijo el mas alto de ellos, un joven rubio de cabello largo – esto es para que aprendas que las cosas de su excelencia jamas son tocadas por otro – le dijo mientras le lanzaba un puñetazo en el estomago y los otros dos le detenían para que no pudiera herir a su jefe – Y esto es por mi – agregando un par de golpes a su rostro – por haberme obligado a dejarlo venir antes de tiempo – continuo con su abdomen – Sabes que el y yo estabamos disfrutándonos en Alemania – le dijo don sarcasmo, mientras hacia que uno de los hombres que le acompañaban extendiera su brazo derecho y el depositaba un golpe que había sonado como si algo se hubiese roto – Vamonos – señalo al ver que el joven frente a el no podría emplear su brazo para atacarles.

 

-         Que era lo que había dicho ese sujeto, ese maldito engañaba a Dúo y aun así se atrevía a reclamar por que le pagaban con la misma moneda – pensaba para si8 mismo, cuando sintió que su entrenador llegaba a auxiliarlo.

 

-         Heero, que paso? – pregunto al notar como su codo se encontraba completamente volteado – Debo llevarte con el medico – le dijo mientras lo ayudaba a levantarse y se alejaban del lugar.

 

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Dúo regresaba de su acostumbrado paseo matutino, cuando se encontró frente a los ojos de aquel que había creído amar por tanto tiempo esperándolo en las caballerizas

 

-         Traize – dijo con sorpresa, mientras recibía un beso en la mejilla – Pense que volverías hasta el sábado – señalo con algo de molestia en su voz.

 

-         Lo se, pero te extrañaba tanto que decidí venir por ti para volver juntos – señalo con falsa alegría.

 

-         Irnos? – pregunto sin querer creer lo que ocurría, el no podía irse, Heero... el ....

 

-         Acaso hay algo que te retenga aquí? – pregunto con doble intención el mayor.

 

-         Nada – respondió secamente mientras intentaba alejarse de ese hombre que ahora solo le inspiraba agradecimiento.

 

-         Partiremos en dos horas – le dijo mientras le veía alejarse sin darle una respuesta.

 

Y tal como su esposo lo había predicho, dos horas después estaba subiendo sus maletas al automóvil, dispuesto a seguir a aquel al que creía deberle todo, sin embargo durante el camino de salida, su mente solo le hacia recordar como Heero jamas le había ordenado nada, incluso siempre le pedía opinión sobre sus entrenamientos y sobre su futuro, pero eso debía quedar atrás, puesto que el se iría de ese país y tal vez nunca volviera a verle – suspiro con tristeza, cuando el auto en el que viajaba con su esposo se detuvo bruscamente al ver frente a ellos que otro obstruía su paso.

 

A Dúo pareció que la respiración se le iba al ver como Heero bajaba del auto con un brazo enyesado, que le había ocurrido, el le había dejado en perfecto estado, habría tenido un accidente.

 

Tan ensimismado estaba en sus pensamientos, que no noto como Traize, Zech y otros dos guardias descendían de los autos.

 

-         Que haces aquí? – pregunto molesto el castaño.

 

-         Vengo por Dúo – le dijo sin mirarle.

 

-         Tu no entiendes que este es un juego que perdiste, verdad? – el rubio respondió de manera burlona  al ver su brazo inutilizado.

 

-         Dúo¡, Dúo ¡ - comenzó a gritar sin importarle los hombres frente a el – Piensas irte con el?, mira lo que me hizo, tu crees que podrás defenderte cuando a mi me ha roto un brazo, imagina lo que pasara si te alejas de aquí? – le dijo para hacerlo salir del auto, cosa que funciono pues descendió del mismo y miro con molestia al hombre que había respetado por años.

 

-         Traize, tu le hiciste eso? – pregunto sin mirar al de ojos azules.

 

-         Y si lo hice que? – fue la respuesta que obtuvo.

 

-         Por que? – pregunto preocupado sin mirarle.

 

-         No vuelvas a hacerme esa pregunta cariño – respondió con furia al notar su preocupación por el deportista.

 

-         Ven conmigo Dúo – pidió Heero suavemente.

 

-         Debes olvidarte de mi  - señalo con frialdad el castaño , mientras le daba la espalda-  Yo no volveré a verte – señalo mientras avanzaba al auto y escuchaba como Heero se había subido molesto en el suyo y se había ido...

 

-         Eso fue lo mejor mi pequeño – escucho a su espalda la voz de su esposo.

 

-         Eso no quiere decir que me iré contigo – señalo con frialdad enfrentando su mirada.

 

-         Que estas diciendo? – pregunto molesto ante la respuesta del que en otro tiempo fuera el mas dócil de todos los hombres con los que había estado.

 

-         Acaso crees que no se nada acerca de las veces que te has encamado con el – señalando al rubio que le veía con burla.

 

-         Déjenos solos – grito a sus hombres para que se alejaran, mientras el tomaba a Dúo de uno de sus brazos y le obligaba a entrar a la parte trasera del auto – Creo que debo enseñarte quien es tu dueño querido mío  - le dijo mientras comenzaba a desabrochar sus pantalones y a jalar lo rapa que traía su esposo.

 

-         Detente Traize – intentaba contener la ira del hombre sobre el  - Eh dicho que basta – grito mientras depositaba un golpe en la entrepierna del mayor y salía del auto sin acomodarse la ropa.

 

-         Dúo¡ - grito el castaño mientras salía del auto – Vuelve aquí y compláceme como el lindo trofeo que eres – grito con ironía al ver que me detenía.

 

-         Eso se acabo – dije sin verle y continuaba con mi camino.

 

-         Sabes que de lo contrario el pagara las consecuencias  - escuche a mis espaldas.

 

-         Tu no le harás nada – respondí amenazantemente – Por que si lo hieres, seria como si me lo hicieras a mi y tu jamas me lastimarías – le dije mientras me alejaba del auto y de su vida, sin la mas mínima intención de regresar.

 

Se que el haber conocido a Heero y entregarme a el fue lo mejor que pude hacer, pues me dio la fortaleza para tomar mis propias decisiones y aunque ese día me separe de mi esposo no fui a buscarlo, ya que sabia que aunque Traize me amaba era un hombre demasiado posesivo y de poco fiar, pero aun así se que finalmente comprendió que jamas fue realmente mi dueño.

 

 

******************************

 

2 años después....

 

Ahora vivo en una ciudad lejos de mi antiguo palacio, se que mi vida a cambiado mucho, pues ahora trabajo como fotógrafo y carezco de muchas de las comodidades que antes conocí, sobre todo de mi lindo caballo, incluso me e mantenido solo desde entonces, por que aun  no pierdo las esperanzas de encontrarlo alguna vez – pienso mientras doblo en una de las esquinas de aquella ciudad que me abriera sus puertas después de haber comido una deliciosa pasta italiana, se que esa es su comida favorita y aunque nunca pude compartirla con el me agrada saber que en esos 4 días, le conocí mas que a mi esposo en 10 años – Continuo avanzando cuando un cartel llama mi atención y me hace volverme sobre mis propios pasos.

 

En el aparece Heero, están anunciando su pelea esta noche, al parecer su carrera como boxeador a ascendido lo suficiente como para que lo publiciten de esa manera – Sonrío mas ampliamente pues al parecer el destino aun esta de mi parte y tal vez...Solo tal vez el aun me ame – Continuo con mi camino dispuesto a ir a verle esa noche para reanudar lo que por miedo a que sufriera alguna represalia decidí teminar sin pensar en el, solo espero que realmente la suerte este de mi lado...

 

FIN

 

 

Si ya se que es corto y a lo mejor mal estructurado, pero que esperaban de un fic que escribí durante mi guardia ( je,je,je  solo no se lo digan a mi jefe ) en fin, espero sus abucheos y reclamos.

 

Ja ne


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