"Escuela nueva, vida nueva" eso es lo que había dicho su madre mientras viajaban en el auto camino a lo que sería su nuevo hogar. En realidad adaptarse a un nuevo entorno nunca había sido difícil para Jeon Jungkook ya que por el trabajo de su madre debían mudarse al menos una vez cada dos años. Con sus 17 años había pasado por mas casas de las que podía contar con los dedos de sus manos, por esto es que le costaba aferrarse a algún lugar y llamarlo "hogar" o incluso hacer amigos, para él no tenía sentido ya que probablemente se mudaría pronto.
— ¡Kookie, ven a desayunar! — aunque aún faltaba una semana y media para el inicio de clases (y su penúltimo año de secundaria) su madre lo obligaba a levantarse temprano. Con un suspiro Jungkook se tapo la cara con la almohada intentando ignorar a su madre, pero un segundo llamado seguido de un tercero hizo que con un gruñido se levante perezosamente de su cama.
Jeon Jungkook no era una persona madrugadora y su madre lo sabía.
— ¿Has dormido bien? — le preguntó mientras tomaba asiento. El chico se sentó frente a ella mientras tomaba los palillos y comía algo aún con los ojos cerrados. — En una semana empiezas de nuevo la escuela, deberías comenzar a preparar todo. Te he dejado dinero para que vayas a comprar el nuevo uniforme. — Jungkook sólo asintió todavía viajando en sus sueños. — A la tarde podrías salir a correr al parque o algo, hacer amigos, estoy segura de que encontrarás a alguien de la escuela que viva por aquí. — Su hijo asintió nuevamente. — Como este es tu penúltimo año deberías hacer algo más que sólo estudiar, Kookie... — su madre soltó un suspiro. Sabía bien que en parte era su culpa que su hijo no hiciera amigos, si tan sólo su trabajo no la hiciera tener que cambiar de ciudad todo el tiempo su hijo podría haber tenido una infancia mejor.
Jungkook sintió la pesadez en los pensamientos de su madre así que se obligó a abrir los ojos y despabilarse.
— Iré a la tienda esta tarde... quizás pueda pasar por el parque luego... — le dijo y su madre sonrió intentando disimular su pena. Jungkook no culpaba a su mamá por nada, sin embargo no podía evitar que ella se sintiera de esa forma, así que sólo terminó su comida y despidió a su mamá mientras ella salía.
Jungkook volvió a su cama intentando retomar el sueño que estaba teniendo pero le fue imposible.
— Supongo que puedo ir a la tienda ahora... — se dijo con un suspiro.
Se levantó por segunda vez en el día, tomó una ducha y se vistió antes de salir de su casa. Ya habían pasado dos meses desde su llegada pero salía tan poco de su casa (sólo para ir a comprar) que apenas conocía el barrio, por suerte los celulares de hoy día tenían GPS.
— Bien... veamos a dónde está la tienda de uniformes... — buscó en su celular la ubicación en tan sólo unos segundos— ¡genial! Parece que no es muy lejos. — eso lo consoló. Ni siquiera quiso pensar en cómo se veía siguiendo el mapa desde su teléfono como si fuera un anciano perdido.
Bien, las cosas estaban saliendo de maravilla, había encontrado la tienda en el mapa, no estaba lejos y sólo tardaría unos minutos para volver a la seguridad de su casa. Caminó siguiendo el recorrido que veía en su pantalla y al llegar al lugar se dio cuenta que si había habido una tienda de uniformes escolares ahí eso había sido hace mucho tiempo...
— ¿Es que no actualizan estas aplicaciones? — se preguntó mientras intentaba buscar el lugar correcto.
— ¿Se encuentra perdido, joven? — la señora de la tienda de comida en-donde-se-supone-que-debían-vender-uniformes, le preguntó — Lo vi desde adentro y no pude evitar notar que es nuevo por aquí, ¿cierto?
— Hola, buen día — saludó respetuoso con una reverencia— en realidad buscaba una tienda de uniformes escolares que se suponía que debía estar aquí...
— Oh sí, pero ha cambiado de lugar el año pasado...
— ¿Sabe dónde está ahora?
— Si mi nieto estuviera aquí seguro podría decirle... pero yo no lo sé, lo siento...
— No hay problema, la encontraré, señora, gracias.
— Tenga cuidado porque este lugar ya no es seguro como lo era antes. — le dijo la señora mientras lo despedía y volvía a entrar.
— Sí, lo tendré, adiós. — la saludó.
Bueno, el lugar no podía estar tan lejos, decidió que buscaría por sí mismo sin ayuda del GPS, encontrar una tienda no podía ser tan difícil y si quería volver a su casa simplemente tendría que deshacer el camino. Se animó a sí mismo y tomó una calle contigua.
Al cabo de veinte minutos enfrentó su realidad y se dio cuenta que estaba realmente perdido.
— ¿Cómo puede ser tan difícil? — no sabía cómo pero había llegado hasta una pequeña placita en la que jugaban algunos niños. Se sentó en un banco vacío e introdujo su dirección en el GPS para volver a su casa, podría comprar el uniforme mañana o pasado. Cuando vio lo lejos que había llegado de su casa se debatió si debía arriesgarse a subir a un colectivo sin saber el recorrido... de verdad debería estudiar el mapa de su nuevo barrio...
— ¿Estás perdido? — una voz a su lado habló. Jungkook levantó la mirada para encontrarse con un chico quien le sonreía amistosamente.
— Hum... yo... algo así... — quiso golpearse instantáneamente por tartamudear pero el chico era bastante lindo. El chico bonito volvió a sonreír y se sentó a su lado lo que hizo que Jungkook se pusiera un poco nervioso.
— ¿A dónde tienes que ir? — el chico tenía mejillas algo regordetas lo que lo hacía ver adorable, su cabello era castaño claro y sus ojos eran de un muy lindo marrón claro. Jungkook notó que había tomado bastante tiempo para responder. Aclaró su garganta y habló:
— Tengo que... ¿sabes dónde hay una tienda de uniformes escolares?
— ¿Eres nuevo aquí, cierto? No te he visto antes y he vivido aquí toda mi vida. — Jungkook sólo asintió algo incómodo y nervioso. — No hablas mucho al parecer... si quieres te muestro a dónde es la tienda. — le ofreció con otra sonrisa.
Su madre le había dicho desde que era un niño que no debía hablar o seguir a extraños... pero este extraño adorable definitivamente valía la pena.
— Claro. — dijo.
— ¡Genial! Por cierto — el chico se levantó de un salto y le extendió la mano a Jungkook — mi nombre es Seokjin, Kim Seokjin.
— Jeon Jungkook. — Jungkook aceptó el saludo y pudo notar que la mano de Seokjin era suave.
— Bien, Jungkook... ¿te puedo decir así?
— Claro.
— ¡Genial! Como decía, sígueme.
Jungkook se paró rápidamente y comenzó a caminar al lado se Seokjin.
— ¿Hace cuánto te mudaste? — le preguntó y Jungkook se debatió si debía confiar en él o no... como no parecía un presunto secuestrador decidió que podía hablar un poco sobre él... y claro porque también él tenía curiosidad sobre el otro chico.
— Hace dos meses.
— Vaya, eso es bastante, ¿cómo es que nunca te había visto sino hasta ahora?
— No salgo mucho de casa... — eso le recordó que se había alejado demasiado de su casa y que probablemente debería preguntarle a Seokjin sobre qué colectivo tomar para volver.
— ¿Por qué no? Te ves joven, deberías salir a jugar con los niños. — le sonrió y Jungkook jamás habría pensado que con "niños" no se refería a la clase de niños pequeños que vio en el parque. — ¿Cuántos años tienes?
— Diecisiete.
— ¿De verdad? No creí que eras tan joven, pensé que tendrías diecinueve o veinte.
— ¿Cuántos años tienes tú? — se atrevió a preguntar.
— Veintidós.
Jungkook se maldijo por haber dicho su verdadera edad, ahora el chico creería que él era un bebé.
— Eres incluso más joven que Jimin y Taehyung. — el mayor agregó aunque fue más para él ya que Jungkook no tenía ni idea sobre quienes hablaba. — Supongo que irás a la misma escuela que nosotros.
— Seokyung High School. — dijo el nombre que recordaba que salía en el folleto que le había dado su madre.
— ¡Sí! Bueno, no me extraña, todos los de por aquí hemos ido a esa... Incluso tiene universidad así que muchos chicos de otros lugares vienen aquí también... ¿es tu último año?
— Penúltimo.
— Ya te queda muy poco, deberías disfrutar estos últimos años, luego irás a la universidad y recordarás con añoranza esos días en los que eras libre. — suspiró como si estuviera recordando sobre lo que hablaba.
— ¿Tú vas a la universidad? - su curiosidad podía más que su timidez, solía ser un chico tímido pero extrañamente se sentía bien al hablar con Seokjin.
— Sí, estoy en segundo año, estudio artes.
Eso sumó un punto más para Seokjin ya que Jungkook pensaba estudiar lo mismo. Si lograba que su madre permaneciera cinco años en una misma ciudad.
— Hemos llegado. — dijo Seokjin de repente mientras paraba frente a una gran tienda.
— Es más grande de lo que esperaba... — dijo Jungkook con sinceridad.
— En realidad hace poco que está aquí, ha como que mejorado en sus ventas así que el dueño ha decidido mejorar un poco su "empresa". — Seokjin le contó.
— Gracias por la ayuda — dijo Jungkook y se inclinó para saludarlo, luego recordó que también tenía que preguntarle como rayos volver a su casa, pero antes de que pudiera decir algo más el mayor lo agarró de los hombros y lo hizo girarse de cara a la puerta.
— Vamos, te asesoraré y ayudaré a elegir el talle correcto, estoy realmente aburrido y mis amigos están demasiado ocupados en sus cosas.
Sin que Jungkook pudiera quejarse entraron a la tienda y se dirigieron a la sección de uniformes masculinos.
— ¿Cuál es tu talle? — le preguntó Seokjin mientras sacaba un conjunto colgado y lo medía sobre él.
— Mediano... — contestó Jungkook secretamente contento de que el chico lo hubiera acompañado.
— Entonces creo que este es el indicado. — devolvió el que había probado antes a su lugar y sacó otro mientras hacía lo mismo que antes.
— ¿Hyung? — una voz sonó detrás de ellos y Jungkook se giró para ver quien había sido aunque no hubiera podido identificarla. En cambio Seokjin exclamó alegre:
— ¡Jiminnie!
— ¿Qué estás haciendo aquí? — el otro chico (que era notablemente más bajito) le dio una mirada a Jungkook.
— Estoy ayudando a Jungkook a comprar su uniforme. — explicó el mayor de los tres sin percatarse de que la explicación no había sido muy explicativa.
— Hum... okay... — dijo Jimin no muy convencido. Jungkook sólo observó al bajito intentando descubrir cuál era su intención.
— Oh lo siento, he olvidado presentarlos — Seokjin señaló a Jungkook mientras decía — Jimin, él es Jungkook — luego señalo a Jimin — y él es Jimin.
Jungkook inclinó la cabeza a Jimin pero el otro chico sólo lo miró por un segundo para luego exigir con la mirada a su amigo una explicación más detallada.
— Jungkook se acaba de mudar aquí, debes ser bueno con él, Jiminnie. — dijo Seokjin, entonces volvió a mirar a Jungkook — ¡Vamos, Jungkook, apresúrate en probarte éste así luego vamos los tres a tomar un helado o algo!
Jungkook hizo una mueca al notar la hostilidad del otro chico, no quiso siquiera imaginarse la escena de ellos tres tomando un helado, probablemente el único que hablaría sería Seokjin mientras que Jungkook sólo recibiría miradas no muy amigables de Jimin.
— Lo siento, hyung, no puedo quedarme, debo ir a ayudar a mi abuela. — bien, quizás el chico ni siquiera quería mirarlo no-amigablemente.
— Oh... está bien. — Seokjin se veía claramente decepcionado pero entendía la situación. — Ten cuidado cuando vuelvas a casa.
— No te preocupes, hyung. — le sonrió, luego miró a Jungkook desapareciendo su sonrisa — Adiós, suerte en... ambientarte...
— Adiós, gracias. — respondió Jungkook por cortesía.
— ¡Adiós, Jiminnie! — lo saludó Seokjin a lo que Jimin respondió con su mano mientras salía de la tienda. Seokjin volvió a enfocar su atención en Jungkook — Sé que parece extraño, pero Jimin es bueno, sólo es muy tímido y reservado.
Jungkook asintió, en parte entendía al otro chico.
— Entonces… deberías probártelo antes de comprarlo. — dijo Seokjin mientras le tendía a Jungkook un conjunto.
Jungkook lo tomó y mientras se dirigía al cambiador pensó que había hecho dos amigos en un día... bien, quizás Jimin no contaba como uno, pero Seokjin podía serlo, al menos podía decirle a su madre que lo era.