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Un encuentro más por sukichoco

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fic son propiedad de Akira Amano, creadora de la serie Katekyo Hitman Reborn.

Sin fines de lucro o plagio los uso para un fic.

Notas del capitulo:

Hola!!!!

Muchas gracias por darle una oportunidad a este ONE-SHOT!

Sin decir más pasen y...

¡¡¡DISFRUTEN!!!

Un encuentro más

 

El abuelo de Tsuna los había invitado a su cabaña a pasar las vacaciones de invierno. Si familia por cuestiones de trabajo tuvo que quedarse en la ciudad hasta que la víspera de navidad.

El abuelo era una persona amable y particularmente tierna. La mayoría de las veces se la pasaba en el jardín cuidando sus plantas con impecable perfección. Si alguna tenía una rama de más la cortaba, al  parecer tenía una filiación hacia la perfección.

Recién en la mañana un joven castaño había llegado. Desempacó sus cosas y decidió dar un paseo por la zona boscosa que les rodeaba. La cabaña estaba sobre un monte, gracias a su inmensidad podía sobresalir de los prominentes árboles. Y es que era, al parecer, la única propiedad en varios kilómetros cuadrados.

Caminó senda abajo. Los arboles eran tan altos que el sol se filtraba tan solo un poco hasta la tierra y pasto por el que caminaba. La naturaleza a su alrededor tenía un olor fantástico y el sonido de una cascada sonaba a lo lejos. Siguió caminando hasta que vio una desviación en la senda; parecían marcas de llantas en la tierra y por alguna razón que desconocía, algo le llamo a ir por ahí.

Fascinado, continuó adelante impresionado de la magia que tenía el lugar. Pero de pronto pudo escuchar algo.

Volteó asustado, pues quizá se trataba de un animal salvaje. Pero al momento de hacerlo me encontró con dos pares de ojos que lo observaban con ligera extrañeza.

Vestían un traje negro, zapatos de ciudad e incluso tenían corbata. Los dos eran más altos que él, mucho más altos que él; tenían un porte elegante y sofisticado 

Algo en si comenzó a moverse. Al verlos un latido hizo eco en todo su cuerpo. Sintió como su ser se hizo de gelatina, sus piernas y cada uno de los miembros comenzaron a temblar y la respiración se le hizo dolorosa.

Sus miradas se hicieron intensas y luego desafiantes. Salió de su trance y los miró asustado. Rápidamente uno de ellos se acercó a Tsuna para tomarlo del brazo, mientras el otro sonreía de lado sin dejar de verlo a la cara con curiosidad.

Miró sorprendido al que lo llevaba, sus ojos grises lo observaban molesto, como si hubiera hecho algo prohibido. El otro se mantenía atrás de ellos como una garantía de que si Tsuna escapaba él le atraparía. No dijo nada, ni siquiera gritó porque el miedo y la sorpresa lo dejó en shock.

- ¿Que hace un herbívoro como tú en este lugar? – El castaño vio aterrorizado al azabache pues su cara era verdaderamente amenazante.

- ¡L-Lo siento mucho señor! – se disculpó sin siquiera saber el porqué.

- ¿Quién eres? – le preguntó uno de cabellos índigos mientras se emparejaba a su lado y le apretaba el otro brazo hasta provocarle dolor.

- ¡S-Soy Sa-Sawada Tsunayoshi!

- ¿De dónde vienes? – continuó interrogándolo con aparente amabilidad. 

- Mi abuelo vive en la cabaña de allá – señaló hacia cualquier lugar, pues de pronto se sintió perdido.

Vio sus rostros aliviarse un poco y entonces ambos le soltaron.

- ¿Eres nieto de Timoteo? – preguntó el de ojos bicolor y el castaño asintió animado, al parecer conocía a su abuelo. – Nunca mencionó que tenía un nieto.

- ¡Lo soy! ¡Lo juro!

El azabache se cruzó los brazos y no dejo de mirarlo con el gesto fruncido, mientras el de ojos bicolor arrugaba también el entrecejo.  Parecían analizar la situación, no lucían como si estuvieran confiando en su palabra.

- ¿Cuántos años tienes?  - preguntó el que parecía más amable

- Qui-Quince – tartamudeó nervioso

El movió la cabeza y luego sonrió de lado. Lo miró confundido hasta que el otro le tomó de la muñeca y volvió a caminar jalándolo con fuerza.

Si conocían a su abuelo significaba que no le haría daño, pero aun así ese pensamiento positivo era de dudar.

Se dirigieron a una cabaña que no el castaño sabía que existía en el rumbo. La propiedad era pequeña pero mucho más moderna que la de su abuelo.

Los sujetos que no habían revelado su nombre aun, lo encaminaron hacia la bóveda de su casa y ahí lo metieron a la fuerza.

Era una bóveda amplia con el techo en curva, el suelo era de cemento. Estaba lleno de leña, barriles con productos variados y otras cosas. Llevaron a Tsuna a un lugar más al fondo donde había  un pequeño montón de paja y ahí lo tiraron con un poco de violencia.

De inmediato los observó más atento y asustado. Pero su corazón era otro, era como si estuviera teniendo una extraña atracción hacia ellos que no podía controlar.

El de ojos bicolor bajo hacia él y entonces tocó su mejilla con suavidad. El cuerpo del ojimiel se  tensó después de sentir una fuerte descarga eléctrica a través de él.

Poco a poco se acercó a su cara y embriagado cerró los ojos con verdadera culpabilidad de acceder a los juegos de unos desconocidos. Entonces probó sus labios sobre los de él.

Los apretó con fuerza pues estaba asustado. Pero cuando sintió como una de sus manos le desabrochaban el pantalón la abrió para gritar. Entonces el peliazul aprovechó para meter su lengua.

No entendía lo que sucedía consigo, un extraño le besaba con pasión y en vez de sentir asco solo sentía deseo.

Su respiración se agitó. La lengua del otro se movía muy rápido dentro de la suya. No podía seguirle el ritmo. Se aferró a su saco mientras él lo besaba. Sentía sacudidas por todo su cuerpo y también su mente empezó a ponerse en blanco.

De nueva cuenta trató de quitarle la parte inferior de mis ropas y aunque Tsuna puso un poco de resistencia, quitó las prendas con facilidad.

Cubrió sus partes íntimas con las manos, pues la vergüenza le dolía; el de ojos bicolor dejo de besarlo e hipnotizándolo con los ojos las quitó lentamente.

Su mordió los labios sin dejar de ver sus movimientos y ambos se quedaron ahogados en los ojos del otro. No podía despegar los ojos de los de él y él tampoco lo hacía. De pronto sintió como su cara era volteada con fuerza y los labios del azabache con la mirada irritada le devoraban al igual que el otro lo había hecho.

Sintió el roce de su fría mano sobre su semi-despierto miembro y gimió levemente. Comenzó a hacerle una felación mientras su boca seguía siendo invadida. Vio de reojo como su agresor abría sus pantalones y sacaba su miembro. Abrió los ojos asustado y trató de empujar a los dos de sí, pero empujar a alguien mucho más grande y pesado que él era verdaderamente difícil. 

De repente pudo tener una nueva sensación, algo muy suave se rozaba junto a su miembro y no pasó mucho tiempo como para que me diera cuenta que el que parecía más amable y que ahora era un verdadero pervertido había juntado sus falos para llegar a una fase de placer mucho más alta.

Sin embargo el azabache no se quedó atrás y sacó su miembro para que Tsuna lo masturbara.

Con grandes espasmos  se aferró a lo que podía que era la paja, aunque eso no ayudaba mucho en realidad.

- ¡Ah! ¡N-No! ¡No hagas eso! ¡Ah! – Escapó de los labios del azabache y gritó con voz temblorosa. El vaivén aumentó de velocidad, ya era cuestión de tiempo para que el castaño se viniera. Cerró los ojos y se tapó la boca al sentirse cerca del climax.

Pero el ojigris rápidamente le arrebató las manos con las que callaba su boca y lo besó de nuevo.

- Mmh… - su lengua lo ahogaba – Nhh ¡Uhn!  - jaló de su ropa para que se detuviera, pero no lo hizo y sin soportarlo más dejó salir todo.

-  ¡Agh! – El de cabellos índigo gimió y velozmente puso su miembro en la cansada cara de Tsuna y se corrió sobre ella.

Y el azabache también lo hizo manchando la mano de Tsuna con la que se masturbaba.

Comenzó a respirar con más tranquilidad. Abría la boca para darse aire, pues había sido el primer orgasmo que había tenido al menos frente a alguien más.

Se levantaron y acomodaron las ropas. El ojimiel los miraba cansado desde abajo con la cara manchada por la esencia de uno de ellos. Lo miraron y sonrieron divertidos.

El peliazul bajo hasta la altura del castaño y lo cargó entre sus brazos para llevarlo al interior de la casa. El azabache únicamente lo cubrió con uno de los sacos y ambos lo dejaron en el baño de la casa remojándose en la tina con aguan caliente para que se diera un baño.

Tsuna miraba a la nada perdido. Había sido una experiencia inusual y difícil que resultaba imposible de creer para su mente. Entendia que debería estar irradiando rabia hacia los extraños que lo habían llevado ahí para borrar las evidencias de un intento de violación; pero en realidad estaba enojado consigo mismo puee, no podía hacerlo. Dolorosamente, estaba satisfecho con la situación.

No tenía miedo, era como si hubiera conocido a esos tipos desde hace mucho tiempo que estar en esa casa le inspiraba confianza. Lo único que lo atemorizaba era que probablemente se estuviera convirtiendo en un ramero.

Se año adolorido por la culpa. Al parecer no quería hacer algo al respecto. Y cuando pudo salió de ese lugar mientras ellos no estaban por ahí.

 

Regreso a la casa de su abuelo perdido en sus pensamientos.

- Tsunayoshi – se acercó el anciano hasta donde estaba con una expresión de preocupación.

Usaba zapatos de montaña como si estuviera listo para salir a algún lado.

- ¿Dónde estabas? Creí que te había pasado algo.

- Estoy bien abuelito – mintió con un nudo en la garganta.

Vio en sus ojos la preocupación y de inmediato cambio la expresión adolorida y triste en su cara.

- ¿Salías a buscarme?

- ¡Claro que si!

- Perdóname por preocuparte – lo tomó del hombro e ingresó con él a la cabaña de nuevo.

Miró hacia la dirección de aquel lugar y dio un fuerte suspiro.

 

Era la hora de la cena. Afortunadamente había regresado antes de la hora. Su abuelo se había lucido preparando espagueti. Miró extrañado  la mesa pues la había puesto para cuatro personas.

- Abuelo… - lo miró de reojo mientras dirigía su cara a los platos de más. 

- Dime…

- ¿No hay ninguna otra cabaña por estos lugares? – el me observó sorprendido y paró de acomodar las cosas.

- Hay una cabaña no muy lejos de aquí – el castaño abrió sus ojos con sorpresa. – Ahí viven…

- ¿Qui-Quien es? – lo interrumpió obsesionado por saber la identidad de sus agresores.

- Hibari Kyoya y  Rokudo Mukuro llegaron a penas ayer, sin embargo ahí se alojan más personas –El castaño quedo sorprendido de saber los nombres de sus agresores y tragó saliva.

La puerta fue llamada. El anciano corrió a atender la llamada y entonces Tsuna los pudo ver. Nuevamente eran ellos.

Todo su cuerpo se convirtió en gelatina y aún más cuando ambos lo miraron sonrientes.

- Que gusto tenerlos en esta casa – Tsuna miró a su abuelo con nerviosismo.

- Es para nosotros el honor de ser invitados a su casa.

Mi abuelo los invitó a entrar y al ver la cara expectante de Tsuna se los presentó formalmente.

Los tres quedaron hipnotizados, los mayores sonrieron con una sonrisa disimuladamente sádica, mientras Tsuna bajaba la mirada con un gran sonrojo pero a medida que su cabello ocultaba su cara sonrió levemente alegrándose de volverlos a ver.

 

FIN

 

Notas finales:

Gracias por leer!

Uff... Hay muchas cosas que tengo que decirles pero iniciare con... ¡GRACIAS!

Algunas ya lo saben pero el 27 de diciembre del 2013 publiqué por primera vez en esta pagina un One-shot de esta misma "pareja".

Fueron dos años de grandes logros y tambien dolores. Pero tambien he tenido experiencias invaluables y una de ellas es en esta pagina. 

En unos años seguramente dejaré de publicar para incursionarme por completo a mi papel como profesionista por lo que tendre que dejrlo. Y pensar eso hace que me den ganas de llorar. 

Esta idea es dolorosa pero realista y cuando pase, seguramente sonreire mucho al recordar todo lo que escribi alguna vez en esta pagina y o muy agradecida que estoy con ustedes por hacer mi vida mas divertida y genial!

Muchas gracias de nuevo y espero que este año nuevo les traiga mucho exito de todo tipo y les mando la mejor de la suerte para que este año lo aprovechen para ser felices!

Las quiero!

les mando un fuerte abrazo y nos leemos el proximo año!

Bye bye


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