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Más que los dulces. por MiyavissKriss

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Himuro Tatsuya es lo más importante en la vida de Atsushi, desde el primer día en que se conocieron en la preparatoria Yosen lo fue.

Ahora con más de 6 años de relación el pelimorado estaba completamente seguro de dar el siguiente paso con su novio, como decían Daiki y Shintaro. El problema era que Atsushi no sobresalía por ser una persona con los planes más románticos o los mejores organizados, tan solo recordar la vez en que Himuro había aceptado ser su novio lo hacía morir de la vergüenza…

¨#FLASH BACK#

Una fría noche de invierno cuando estaba en tercer año, habían salido en una doble cita con Midorima y Takao de Shutoku. Habían ido primero a comer, después al cine a ver una película de horror y finalmente habían terminado en un festival cultural en el templo cercano a la casa del pelinegro mayor. Todos llevaban puestas ropas tradicionales y aunque Midorima y su chico se habían perdido hacia un rato entre la multitud, a él no podía importarle menos, su Muro-chin se veía completamente delicioso con aquella vestimenta morada la cual se ceñía a su cuerpo perfectamente.

Había intentado, utilizando los consejos de ligue de Kise, unas tres o cuatro veces el avanzar a la segunda base con el mayor pero este parecía pensar que tenía problemas mentales y a cambio de olvidarlo le daba dulces. Cuando se dio cuenta que Ryo-chin era un idiota para conquistar a Muro-chin optó por seguir las reglas de Daiki, si con eso había ganado el corazón de Gami-chin entonces debía funcionar con su hermano también.

-Hey Tatsuya….- Hablo con desgano pero brusco, intentando sonar al moreno de Too y llamando al instante la atención del sorprendido chico.- Deberíamos salir de aquí y jugar un partido, ¿Qué dices?-

Se arrepintió, sí que lo hizo, Tatsuya lo había levado a rastras a una banca en el área de servicio médico, alegando que algo le había hecho un daño terrible y ahora decía incoherencias que nunca diría el Atsushi normal………. Aomine, descartado.

 

Cuando finalmente la noche terminó y ambos se estaban dirigiendo a los dormitorios, desviaron el camino y se despidieron de los jóvenes de Shutoku, recibiendo por parte del peliverde un pequeño paquete el cual llevó en su mano hasta llegar a su dormitorio. Entonces arrinconó al mayor contra la puerta del mismo y le ofreció el paquete.- Es tu lucky ítem de hoy… Tienes que darme algo a cambio, un beso estaría bien.- Fue un susurro pero el mayor lo había escuchado y seguro entendería…. Error, le entregó un beso-dulce de chocolate-, tomó su paquete y con una sonrisa cálida se adentró en su habitación…………….Midorima, infructífero

 

La última persona cuya ayudad había pedido era Akashi y él era absoluto, así que tal vez podría ser el único que funcionara. Entró a su habitación detrás del mayor y cerró la puerta, sujetando su mano para evitar que entrara al baño  a cambiarse.- Tatsuya, vas a ser mío porque te lo ordeno.- Dijo fuerte y claro, obteniendo una mirada de temor por parte del contrario……..No, Aka-chin tampoco funcionaba.

-A..Atsushi.. ¿Estás jugando a imitar a la generación?- Fue lo único que el pelinegro pudo entender después de pasar aquella extraña noche a su lado.

El gigante suspiró, inhaló tomo el aire que pudo y después exhaló. Bueno…si Kise, Aomine, Midorima y Akashi no funcionaban, ¿Murasakibara lo haría?

-Los dulces son lo más rico que hay en el mundo, aunque pienso que Muro-chin puede ser más delicioso que los dulces… -Tenía la mirada gacha por lo que no alcanzó a apreciar los ojos completamente abiertos del pelinegro, y el enorme sonrojo que coloreaba sus mejilla.-Nunca he querido ningún dulce de la misma forma en que yo te quiero ahora y te prometo que no querré nunca más a los dulces que a ti Muro-chin, te compartiré todos mis dulces también… solo quédate siempre conmigo, así como Kazu-chin se quedó con Mido-chin, y también como Gami-chin aceptó a Mine-chin y tuvieron a su bebé-chin… si te quedas siempre conmigo entonces yo te daré todos mis dulces..-

Unos segundos necesitó el pelimorado para darse ánimos y buscar finalmente el rostro del menor, en esos momentos deseó con todas sus fuerzas llevar una cámara consigo para poder retratar el perfecto rostro que se presentaba frente a sus ojos. El mayor mostraba un bellísimo sonrojo en su rostro, una sonrisa dulce de aquellas que solo él tenía el privilegio de ver y su flequillo corrido por lo que podía mirar directamente ambos ojos del mayor.-

-Si…- Se enderezó sin dejar de mirarlo, ¿funcionó?.- Atsushi yo me quedaré contigo aunque no me compartas ninguno de tus dulces…Te amo Atsushi…-

-¡Te amo Muro-Chin!.- Buscó sus labios en su primer beso…. El primero de muchos….

#END FLASHBACK#

 

Durante muchos días había sido la comidilla de la generación, pero ahora que había vivido tantas historias con su mayor, no se arrepentía de aquel día, y estaba seguro que nunca lo haría.

Solo había unas tres cosas que Atsushi podía hacer bien, una de ellas era cocinar postres,otra jugar basket y la que realizaba a la perfección era  el hacer feliz a su compañero, por ello había cerrado temprano la pastelería que tenían en el centro y le citó a las 4 pm a comer, solo había un pequeño pastel en la mesa y dos vasos de leche- nada de alcohol, no por un tiempo-. Cuando el moreno ingresó a la pastelería, ambos sonrieron cómplices, lo sabían, era su sexto aniversario y como todos los anteriores, tomarían una tarta, saldrían a pasear y después harían el amor toda la noche... ¿cierto?

Se colocó de pie para correr la silla y esperar a que se sentara, entonces haciendo una señal con la cabeza, de la cocina salieron sus sobrinos hijos de Taiga y Kazunari, cada pequeño con un sobre. El primero le entregó un sobre verde, el segundo uno gris, la pequeña uno rojo y el menor le había entregado un pequeño sobre azul y entonces habían regresado por donde llegaron. Cada sobre tenía un número en el frente por lo que comenzó a abrirlos conforme a dicho número.

Rojo: Te

Verde: Casarías

Gris: Conmigo?

 

Dejó caer el papel de sus manos, mirando con sorpresa y emoción al pelimorado mientras este tomaba entre sus manos el sobre azul y se hincaba a su lado.-

-Cuando te hiciste mi novio te prometí que te iba a dar todos mis dulces si te quedabas a mi lado por siempre…-Suspiró nervioso, rompiendo el sobre y sacando un anillo de oro blanco con una discreta piedra en tonos lilas.- Ahora te juro que si te quedas a mi lado te daré absolutamente todo lo que quieras Muro-chin, a ti y a nuestro bebé-chin nunca les faltará nada… Te amo.. ¿Te casarías conmigo?-

Pudo recordar cómo eran las expresiones del mayor cuando le pidió que fuera su novio, y ahora no era tan distinto, tal vez lo diferente eran las lágrimas que corrían por sus mejillas o la mano que cubría la gran sonrisa en su rostro, esa mano que ahora portaba orgullosa un anillo de compromiso, o tal vez lo distinto era el brillo en sus rostro que el embarazo provee, no sabía y no le importaba, su Muro-chin era solo suyo y siempre sería lo más importante de su vida, más que los dulces.

Notas finales:

Espero os haya gustado, fue pequeño pero hecho con amor al MuraHimu


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