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A horror story for my son. por ShiroBlasphemy

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Notas del capitulo:

Bueno, solo quise hacer algo al azar, esto es una adaptación de una historia que encontré en; Mundo sobrenatural.
Si os gusta, digan que les pareció, se aceptan todo tipo de Review.
Bueno, sin mas ¡A Leer! ^^



—Hijo, necesitamos tener una conversación muy seria sobre la seguridad en Internet —le dije mientras me sentaba a su lado. Su laptop estaba abierta, jugaba en un server público. Sus ojos estaban estancados en la pantalla. Había una ventana de chat abierta con diversos comentarios llegando uno tras otro.

 

—Hijo, ¿puedes dejar de jugar un minuto y prestarme atención? –Le reproché el no poder obtener su atención como era debido, suspiró resignado.


— ¿Será otra historia de mal gusto? —Preguntó el pequeño de rubios cabellos.


—¿Qué cosa? —Fingí por un segundo, y entonces le sonreí. — Pensé que te gustaban mis historias —Dramaticé, causando una corta y fugaz risa de este.


 Este niño había crecido escuchando mis historias sobre niños que se enfrentaban a brujas, fantasmas, hombres lobo y trolls, además de varias inspiradas en la realidad, en semejanza con casos vistos día a día acá en este país sobrepoblado. De la misma forma que muchas generaciones de padres, Al menos eso decía yo. Usaba estas historias de terror para reforzar su moral y enseñarle lecciones sobre seguridad, Los padres solteros como yo deben emplear todas las herramientas a su disposición, de alguna u otra forma.

 

Frunció el ceño luego– Eran divertidas cuando tenía seis años, pero ahora me estoy haciendo grande, ya no me asustan. Y son tontas. Si me vas a contar una historia sobre Internet, ¿podrías hacerla más aterrante e interesante? — Me quedé espantado con su incredulidad. Él cruzo los brazos en señal de rechazo — Papá, ya tengo diez años, ¡puedo lidiar con eso!

 

— Está bien, lo intentaré.

 

Érase una vez un niño llamado Uruha, Era un chico joven, de  apenas ocho años, su cabello era como el de su padre, castaño, pero lacio y largo como el de su madre, le llegaba por los hombros. De piel pálida y unos labios peculiares y abultados, era tímido, algo reservado tambien, pero tenía sus amigos—su expresión me indicó que no se había aterrado con el tema de introducción.  Suspiró y siguió escuchando una historia más de su padre. Yo continúe, esto no era nada aun, el comienzo estaba lejos — Uruha navegaba por varios sitios web para niños de su edad, entre ellos su mayoría eran juegos en ese entonces, Después de un tiempo pasó a conversar con otros compañeros que encontraba en sus juegos en línea, para ese entonces el tiempo había transcurrido para ese entonces. Fue ahí que hizo amistad con un niño de 10 años llamado Kai o eso afirmaba este. Tenían en común los mismos juegos y programas de televisión, se reían de las travesuras que hacían por medio de aquellas redes, exploraban nuevos juegos juntos, era una amistad irrompible, al menos eso le parecía a Uruha, quien era más que feliz compartiendo de su tiempo con aquel amigo de internet.—hice una pausa, su rostro demostraba poco interés, fruncí el ceño y continué, con algo de pesadez, la paciencia no era mi fuerte.

Después de varios meses de amistad, Uruha le obsequió a Kai 40 dólares en el juego que estaban jugando. Fue un regalo muy generoso, Pensaba Kai. El cumpleaños de Uruha, el pequeño Takashima se lo había comentado, estaba cerca a la vuelta de la esquina y Kai quería enviarle un regalo en la vida real, un paquete, El ingenuo de Uruha creyó que no tenía nada de malo si daba su dirección a Kai, era su amigo y ya que había prometido a sus padres no darle su dirección nunca a los extraños, pero esta vez no fue algo que pudo no hacer, le emocionaba tener un regalo que apreciar de su amigo. Kai le prometió que no se lo diría a nadie, que guardaría el secreto, y que así podría enviarle el paquete y recibirlo para su cumpleaños.

 

Pausé la historia y le pregunté a mi hijo en tono serio, pero calmado y curioso a su vez: — ¿crees que fue una buena idea que Uruha le diera la dirección a un extraño de internet?.

— ¡No! —respondió mientras agitaba la cabeza vigorosamente, sus ojos ya demostraban interés en la historia, sabía que de esa manera al desarrollar las historias llamaba fuertemente su curiosidad atención, aunque algo de mi carácter tenía y era no tener mucha paciencia.


Bueno, tampoco Uruha… Se sintió culpable por haber dado la dirección de su hogar, y su culpa comenzó a crecer, y crecer con el paso del tiempo , al punto de que su atención era casi nula en varios aspectos, en el colegio, en su hogar y hasta en los juegos, comenzaba a arrepentirse de haberlo echo... Para el momento en que se ponía el pijama una noche de la siguiente semana, su culpa y su miedo eran más que grande e insoportable que cualquier otra cosa en su corta vida. Decidió que les contaría la verdad a sus padres, ¡Merecían saberlo!. El castigo sería severo, lo sabía, pero tendría la conciencia tranquila, al menos eso creía. Se metió en su cama mientras esperaba que sus padres fueran a cubrirlo, como cada noche, pero pasaron varios minutos y ellos aun no llegaban.hice una nueva pausa, observando con atención las expresiones de mi pequeño.

 

Mi hijo sabía que la parte aterradora estaba por llegar. A pesar de su conversación donde aseguró que no tenía miedo de esas cosas, se inclinó hacia el frente con sus ojos bien abiertos y su boquita ligeramente abierta, demostrando ansiedad y algo de emoción por saber que mas pasaría, bajé la voz deliberadamente.

 

El pequeño Takashima pudo escuchar todos los ruidos en la casa que acostumbraba, Una lavadora balanceándose en el área de servicio. Las ramas golpeando contra las paredes y ventana en la parte exterior de su habitación. Su pequeño hermano bebé balbuceando en la cuna de la habitación de lado. Y al paso de varios minutos se había algunos otros sonidos que no lograba identificar y que antes no había escuchado… Hasta que, finalmente, los pasos de su padre hacían eco en las escaleras, se notaba al estos ser pesados y pausados.

“Oye, Papá”…  dijo con cierto nerviosismo el pequeño Uruha, en un tono en que su padre pudiera oirle “Tengo algo que decirte”.

 

Su padre asomó la cabeza por la puerta en un ángulo extraño, pero el niño debido a los nervios no le tomó mayor importancia. En la oscuridad y tenuidad de la luz de la luna que entraba por las cortinas, su boca parecía no moverse y sus ojos tenían un aspecto raro. “Sí, hijo” su voz también había cambiado, pero sus labios aun no se movían, al pequeño eso le asustó.

“¿Estás bien papá?” Preguntó el niño

“Uh-hum”, susurró el padre con la voz extrañamente cambiada. Uruha no tuvo mejor idea que cubrirse, quería desaparecer bajo su Frazada.

“Umm… ¿Mamá está en casa?”

 

“Aquí estoy” apareció diciendo la madre con la cabeza un poco más abajo que la de su padre. Su voz también era diferente, más gruesa y rasposa, como si fuese fingida. “¿Nos vas a contar que le diste la dirección a Kai, cierto? No deberías haber hecho eso. Te advertimos que nunca dieras nuestra información personal en Internet”.

 

Ella continuó, “Él no era un niño de verdad. Solamente fingía ser uno. ¿Sabes lo que hizo? Vino hasta nuestra casa, derribó la puerta y nos asesinó. Solo para poder pasar un tiempo contigo”. Un hombre delgado y alto con una chaqueta empapada de sangre apareció en la habitación sosteniendo dos cabezas cercenadas en sus manos, mientras que una sonrisa aparentemente dulce aparecía en sus labios. Uruha grito y se quedó sin aliento mientras el hombre arrojaba las dos cabezas en el suelo y sacaba un cuchillo del interior de su chaqueta, por igual ya algo manchado al igual que su chaqueta, Uruha gritó.


Hice una pausa en mi historia solo con la meta de crear más suspenso.

 

Mi hijo también gritó. Cruzo las manos a la defensiva sobre su rostro como si se protegiera de un enemigo invisible. Pero apenas estábamos comenzando con la historia, sonreí.


— “Tranquilo, solo quiero jugar” —Respondió el de enorme sonrisa mientras se acercaba, hizo un gesto con su índice al colocarlo frente a sus propios labios, en una manera de decir que guardase silencio.

— “¿Ju-Jugar?” — Cuestionó Uruha mientras descubría sus ojitos con terror, Grave error.

En cuanto Uruha había abierto sus ojitos, observo en cámara lenta como aquel hombre alzaba aquel cuchillo en su contra, lo siguiente fue un más que agudo dolor hacerse presente en su rostro, su visión desapareció por completo de su ojo derecho, un agudo grito escapó de entre sus labios mientras que sentía un liquido espeso caer por su rostro, el mismo dolor se intensifico al ver borrosamente como aquel cuchillo era sacado de la cuenca de su ojo y más tarde era clavado en su abdomen con fuerza, automáticamente escupió, sintiendo un sabor metálico inundar su cavidad bucal, llevo sus temblorosas manitas a donde el dolor se agudizaba pero fue tarde. Un empujón se hizo presente casi al momento, enviando su débil cuerpo hacia atrás sobre la mullida cama.


—Claro —Respondió con una sonrisa aquel intruso de imborrable sonrisa— Solo quiero jugar…

Mientras decía aquello, no tardó en bajar el pantalón de pijama de aquel cuerpo casi sin vida y pálido debido a la pérdida de sangre. Pasó sus dedos por donde la entrepierna del chico se encontraba, este tembló al instante, sabía que su sentencia estaba firmada, su vida había acabado aquel día que, por confiar.. dejó en manos de un extraño la dirección de su hogar.

El hombre, con aquel cuchillo, mutiló el pene de Uruha, lo había cortado desde la base, pese a las débiles suplicas que este daba, pero su tortura aun empezaba, Kai, era un sádico, uno que se satisfacía con ver el sufrimiento de los demás, aquel que tanto lo había torturado desde su infancia.


Después de varias horas, el niño agonizaba y sus gritos se habían convertido en gemidos de dolor casi inaudibles, sus suplicas habian sido en vano. El asesino pudo escuchar los balbuceos del bebé en el otro cuarto y retiró el cuchillo del cuerpo de Uruha el cual aún agonizaba y decía
—“N..No…l-le…hagas… Da-daño”…. El bebé tendría un trato especial, nunca antes había asesinado a un bebé y estaba emocionado con la oportunidad. Kai dejó a Uruha para que muriera y siguió los llantos por la casa hasta el cuarto del pequeño.

 

En la habitación caminó hasta la cuna, tomó al bebé y lo sostuvo por los brazos. Llevó al niño hasta una mesa para tener una mejor apreciación de lo que iba a hacer mejor dicho, lo que planeaba hacer. Pero mientras sostenía al bebé el llanto se detuvo. El niño lo miró y le sonrió mientras balbuceaba, calculaba tenía apenas 1 año. Kai nunca había tenido un bebé. Arrulló lentamente al niño como un profesional en su regazo. Se limpió la mano llena de sangre en el cobertor para poder apretar las mejillas del pequeño con un cariño inexplicable. “Hola pequeño individuo” La furia y el sadismo se habían convertido en algo más agradable y tranquilo, algo que Kai desconocía hasta ese momento, el cariño hacia otro ser.

 

Kai salió de aquella habitación luego de asegurarse de que Uruha estuviese muerto, llevó al bebé a su casa y estando allí, lo llevó directamente a su habitación, no había dejado de hacer caras extrañas e iguales sonidos con solo la meta de hacer reír a aquel crío, se sentó en un sitio al azar, mientras mecía al pequeño de rubios cabellos y ojos rasgados entre sus brazos Te llamaré… TakanoriPasó el tiempo, y Kai crió a Takanori como si fuera su hijo, su propio y único hijo.

 

Después de terminar la historia, mi hijo estaba visiblemente aterrado. Me dijo tartamudeando con sus ojos más que húmedos – Pero papá, ¡MI NOMBRE ES TAKANORI!

 Le guiñé un ojo y le pase una mano por el cabello, meciéndolo sin llegar a despeinarle. — Por supuesto, mi pequeño individuo. —respondí con una sonrisa, la de aquella noche hace ya 9 años.

Takanori corrió a su cuarto llorando de miedo. Pero en el fondo… creo que le gustó la historia...

Notas finales:

Bueno, no tengo mucho que decir, solo ¡Muchas gracias por leer! por favor, dejen sus opiniones, todas serán tomadas en cuenta para ayudarme a mejorar. ^^


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