— ¿Cuál crees que me quedaría mejor? — Le preguntó Shota, sentado de cabeza sobre el sofá, apoyando sus piernas sobre el respaldo, a Ryuhei quien estaba sentado correctamente a su lado. Le extendió una revista cuya nota de tapa eran los cosplay en el anime.
— Mhhh… A ver… Dame — Le pidió el morocho con una seña. Mientras buscaba entre las páginas un traje perfecto para su pareja, devoró sin reparos un dulce que estaba sobre un pequeño plato en una mesa al lado del sofá. Sin cambiar de posición, simplemente extendiendo su mano, Shota limpió una de las comisuras de Ryuhei, sorprendiéndolo y generando su sonrisa —. Gracias. ¿Qué tal este? — Le dijo, extendiéndole nuevamente la revista.
— ¿Burbuja? ¿En serio? — Preguntó el aludido, con una media sonrisa. Para responderle, Ryuhei terminó sentándose en el suelo, y apoyó una de sus mejillas contra el sofá.
— ¿Por qué no? Comparten el mismo color.
— ¿Sólo por eso?
— No sólo por eso — Dijo Ryuhei, girándose para mirarlo —. Internamente, te le pareces bastante.
— ¿En qué?
— En que eres dulce, bondadoso y… muy lindo también — Reconoció el morocho, acariciando sus cabellos, ocasionando que sonriera.
— Lo haré solo si tú me acompañas.
— ¿Adónde?
— A comprar los trajes.
— ¿No podemos simplemente probárnoslos?
— Mhhh… ¿Nos dejarán?
— Digamos que estamos averiguando para una fiesta de disfraces.
— Nos faltaría Bellota…
— ¿Eh?
— Yo me visto de Burbuja, pero tú de Bombón.
— ¿Por lo sabelotodo?
— Porque eres inteligente y tierno como Bombón — Le respondió, ocasionando que Ryuhei riera.
— De acuerdo, vámonos — Le pidió el morocho, incorporándose y palmeando suavemente una de las piernas de Shota.
La pareja decidió, entonces, dirigirse hacia Akihabara y, Shota siendo guiado por el mayor, llegó a un local de trajes de cosplay. La muchacha que los atendió, resultó ser de la región de Osaka y, por obvias razones, reconoció a aquel par de clientes que pidieron un par de trajes de Las chicas superpoderosas. Ambos entraron a vestuarios contiguos para probarse aquel traje y Shota, con el poco cabello que tenía a causa del corte que tenía, alcanzó a duras penas hacerse un peinado similar al personaje que se le había asignado.
— Maru, ¿ya estás listo?
— Sí, ¿y tú?
— Ya — Respondió —. ¿A la cuenta de tres?
— De acuerdo.
— A la una, a las dos, ¡y a las tres! — Al mismo tiempo, las cortinas de sus vestuarios fueron corridas y de un salto, ambos salieron. Mirándose de arriba abajo, cuando sus miradas se encontraron, fue imposible no estallar en risas. Uno vestido con un vestido celeste de una sola pieza con un detalle en forma de faja a la altura del estómago era lo que llevaba Shota, además de una calza que le llegaba a la altura de las rodillas y hasta con peinado cambiado. Ryuhei, por su parte, tenía un vestido como el de Shota, pero de color rosa, y un enorme moño sobre su cabeza, además de una cortina de extensiones color naranja, para parecerse al personaje del cual Shota quería que se vistiera.
— Te quedan excelentes esas extensiones de cabello — Reconoció Shota.
— Debería hacérmelas más seguido, ¿no? — Le preguntó Ryuhei, sosteniendo su cintura con una mano y jugando con su cabello artificial con la otra, sin dejar de pestañearle en forma exagerada.
— Por supuesto que sí. ¿Qué te parece si aprovechamos que salimos para hacer las compras?
— Mhh… ¿Tienes que ser ahora?
— ¿Tienes algún otro momento en tu apretada agenda?
— Buen punto. Sí, mejor vámonos. Realmente no quisiera saber cómo terminaría vestido si fuera por ti.
— Seguro que te quedaría de maravilla — Reconoció el pelirrojo, ya dentro del vestuario.