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An entire month with you (& ur luv) por BombayLove

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Notas del capitulo:

Aún sin haber dormido siquiera una hora, Ryuhei llega a casa de Shota para que lo acompañe a hacer las compras, pero el cansancio va a terminar haciéndolo.

Día 08: Haciendo las compras.


¿Es necesario leer el capítulo anterior?: No.

 

A cada timbre que oía, más odiaba a la persona que mantuvo el dedo pegado al aparato que iba a terminar destrozando cuando saliera. Al abrir la puerta del departamento, se encontró a un alegre Ryuhei.

— ¿Me acompañas a comprar ropa?

— ¿En serio te levantaste temprano para eso, Maru? — Le preguntó Shota, restregándose los ojos.

— En realidad… No dormí en toda la noche — Reconoció el morocho, generando una expresión de sorpresa en su oyente.

— ¿Qué estuviste haciendo?

— Una maratón. No debí hacerlo, ¿no? — Le preguntó, con una media sonrisa.

— ¿Y cuántos cafés bebiste?  — Repreguntó,  apoyando su cuerpo sobre el umbral de la puerta.

— Eh… Varios.

Shota sonrió y se hizo a un lado.

— Pasa.

— ¿Te desperté? — Le preguntó Ryuhei, sacándose los zapatos luego de haber entrado al departamento.

— Sí. Yo también estuve dando vueltas para dormir…

— Ah. Perdón — Se sonrió el aludido.

— No te preocupes. Está bien. Déjame ducharme y vamos — Ryuhei asintió con la cabeza, pero Shota detuvo los pasos que hizo camino al cuarto de baño, se dio media vuelta y se giró —. Y no te prepares café.

— Está bien, está bien — Dijo Ryuhei, sonriendo.

Apenas Shota lo dejó solo, se lanzó desde el apoyabrazos hasta el sillón y encendió el televisor, sólo para oír algo y no quedarse dormido, pero terminó haciendo el efecto contrario.

— ¿Maru? — A lo lejos, Ryuhei podía oír la voz de Shota. Aunque quisiera responderle, aunque su boca se abría, de esta no salía sonido alguno. Abrió los ojos con lentitud. Frente suyo, estaba Shota, efectivamente, y sí, lo había estado llamando —. Te dormiste — Le dijo, con una sonrisa.

— ¿Ah, sí…? Lo siento — Dijo el morocho, sentándose sobre el sillón.

— Si quieres… podemos dejarlo para otro día… Y quédate a dormir aquí.

— No, no — Se negó el aludido —. Mira, traje una lista y todo — Reconoció Ryuhei, sentándose con lentitud en el sofá, bajo la sonrisa de Shota. Pero por más que buscara una y mil veces entre todos los bolsillos que tenía, en ninguno había algo parecido a un trozo de papel escrito, y ni vestigios de lo que debía ser una billetera —. Um… Creo que me la olvidé en el comedor.

— ¿Estás seguro que estás en condiciones de ir? — A modo de respuesta, Ryuhei asintió con la cabeza —. De acuerdo, vamos. Cuando entremos, seguro recordarás algunas de las cosas que te hacen falta — Le dijo, extendiéndole su mano derecha —. ¿Vamos?

 

Lejos de ir a un supermercado, ambos terminaron yendo al centro comercial y recorrer absolutamente todos los locales, sin olvidarse siquiera de uno. No importaba lo insignificante que fuera aquellos que les había agradado, si les gustaba, lo compraban.

— El mes que viene te lo devuelvo — Le había dicho Ryuhei, bostezo por medio, cada vez que Shota sacaba su tarjeta de crédito. El aludido sólo atenía a sonreír. Se notaba el cansancio que tenía Ryuhei, y lo mucho que necesitaba, al menos durante una hora, mantener su cabeza pegada a la almohada.

 

Regresaron al departamento del menor haciendo equilibrio con la gran cantidad de bolsas que cargaba cada uno. En el preciso instante en que entraron, el teléfono empezó a sonar.

— Deja las bolsas aquí — Le pidió el dueño del lugar a su acompañante, mientras él entraba a toda carrera a responder la llamada que estaba recibiendo —. ¿Hola? ¿Sí? ¡Ah! ¿Cómo estás? ¿Yo? Es que justo estaba entrando cuando oí que el teléfono sonaba… Fui a acompañar a Maru a hacer unas compras…, pero creo que exageramos demasiado… Me parece que vas a tener que prestarme algo de dinero para cuando llegue la cuenta de la tarjeta… Está bien… Nos vemos. Cuídate — Shota cortó la llamada y al regresar al living, halló a Ryuhei acostado sobre el sillón, siendo arropado por las bolsas llenas que él había estado cargando y, por supuesto, profundamente dormido —.  Al final, no compramos nada de lo que necesitabas, ¿no? — Le preguntó, sabiendo de antemano que no iba a recibir respuesta alguna a sus palabras —. Que descanses, Maru — Agregó, dándole un suave beso sobre la frente.

Notas finales:

¡Gracias por leer! ♥ ^3^ *chu~*


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