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Ilusiones, confusiones y tú… por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Hola niños, aquí su loca fanficker está de vuelta con algo raro

 

Cualquier duda, pedido, sugerencia me buscan en facebook como KratSn o me dejan un review 

Notas del capitulo:

Hola pequeños y pequeñas, son las dos de la mañana en mi país y pues... ya que, necesitaba dejar esto por aquí jejejeje

 

Bueno esto es un pedido de Ayumi Kuran (sip porque acepto pedidos) porque es una personita loquilla y sus OTP son exclusivisimas jajajaj solo quise hacerla feliz, espero que te guste pequeña 

Y espero que ustedes también lo disfruten

 

Nos vemos en las notas finales, allí veremos que pasa, si llegan los amaré XD

Por si desean ver la portada

portada

 

 

Una hoja se estampó en el rostro de aquel guerrero mientras se abría paso en aquel laberinto, usaba una armadura que cubría sus órganos vitales a al perfección, era esencial para una pelea a muerte, lástima que era pesada para tratar con ella por mucho tiempo, por lo que se quitó el casco, la respiración era agitada por el esfuerzo, llevaba tiempo caminando sin parar, estaba mareándose dentro de esa prisión de metal, arrojó el dichoso objeto que lo protegía contra una herida mortal, escuchó el sonido metálico dado por la caída y sonrió aliviado, los cabellos rubios ondeaban, las facciones finas de aquel hombre con piel clara le daban un toque encantador, muchas mujeres suspiraban por esa mirada marrón aunque a veces parecía brillar volviéndose miel

 

-maldita sea… ¿cuándo voy a llegar? – se quejó mientras se quitaba las protecciones metálicas en sus piernas – esto pesa como… – se detuvo al escuchar un pequeño crujido, revisó por todos los lados pero no vio nada, relajándose poco a poco dejó su preocupación a un lado – hasta me estoy poniendo histérico – sonrió mientras seguía su camino, minutos después ya estaba quitándose los protectores de hombros y brazos, ¡es que esas cosas pesaban demasiado!

-Dino… - escuchó ese susurro lejano, se alertó blandiendo la espada con seguridad esperando el ataque del desconocido pero después de cinco minutos en alerta sin escuchar nada creyó que su mente lo estaba engañando, nada raro pues llevaba tres días en el lugar, sin comer ni dormir bien debido a la presión por encontrar ese maldito objeto familiar

-¡demonios!… eso me pasa por idiota – se quejó mientras se levantaba del suelo quitándose los últimos objetos metálicos de su cuerpo, gruñó con rabia desesperado, lo único que mantuvo a su lado era su espada – ¡¿cómo pude perder el mapa?! – gruñó mientras adelantaba su paso, se detuvo entonces escuchando el viento susurrante, le dio escalofríos así que se escondió en uno de los muchos pasajes, pero nada… sus jodidos malos presentimientos, se equivocaban – demonios estoy alucinando… – bebió el ultimo sorbo de agua que tenía en la cantinflora y decidió correr cuando tenía a la vista el centro de ese laberinto, el cual mostraba un objeto brillante colgando de una estatua en forma de mujer con las manos extendidas – bingo

-Dino… Dino… – se tensó pero recordando sus antiguas corazonadas decidió ignorar esa voz y corrió para tomar el collar de oro, lo sostuvo mientras reía triunfante, se lo colocó al cuello para girarse y volver pero – Dino…

-¿Qué?… - apenas pudo decir algo cuando vio a una sombra en frente suyo, fue empujado con fuerza hasta hacerlo caer de forma estrepitosa y dolorosa a unos metros de la estatua central del lugar – agh… mgh… – le dolía la espalda puesto que una piedra se incrustó en su piel – ¡demonios!

-Dino – de nuevo la voz y por primera vez en años sintió terror, porque su enemigo… ¿flotaba? – Dino… te estaba esperando – la voz trémula, profunda, masculina

-¿qué demonios? – buscó su espada con desesperación pero no la encontró, escuchó el tintinear de su collar y cuando iba a enfrentar verbalmente a su enemigo… este ya no estaba

-Dino – de pronto la voz se escuchaba por muchos lados y quiso pensar que estaba alucinando… pero no era así

-es una trampa – se quejó desesperándose, empezó a correr hasta intentar salir del centro y meterse a los pasillos pero el agarre en su muñeca y el fuerte jalón lo hicieron regresar, cayó, rodó unos metros, se levantó ayudado por sus manos, su frente se sintió caliente y pudo notar que algunas gotitas caían al suelo… eran de rojo carmín, estaba herido, ahora extrañaba su armadura – MALDITO, MUÉSTRATE DE UNA JODIDA VEZ – gritó al aire pero no respondieron, estaba ahí sentado en el suelo sin saber por dónde aparecería la  sombra, pendiente, con los nervios a flor de piel

-Dino – escuchó detrás de su espalda, lo abrazaron y sintió el frio aliento en su oído – te esperaba por años – luchó por liberarse pero pronto se vio con cara al suelo, se quejó pero sentía la presión en su espalda, no podía levantarse

-suéltame maldito, te mataré, lucha como hombre – se quejó intentando escapar pero pronto sintió como sus manos eran aprisionadas en su espalda y atadas con fuerza, entró en pánico pataleando sintiéndose indefenso, insultó, se removió pero no funcionaba

-tranquilo – el atacante tenía una voz profunda que susurraba las cosas en el oído derecho del rubio – dije que te esperaba por años – paseó su lengua por la mejilla de Dino quien se tensó lleno de miedo

-suéltame hijo de… - de pronto fue volteado con rudeza topándose con aquel hombre con capucha de donde sobresalían unos mechones de negra cabellera – ¿quién eres?

-soy yo… soy tu dueño – sonrió con malicia mientras se acercaba al rostro del menor – es hora de que pagues por huir hace cien años – la voz macabra que usó hizo que Dino temblara de terror, sintiendo el cálido aliento en su cuello, fue mordido con brusquedad

-tengo solo veinte años… ¡aléjate! es imposible que yo… aagh – gritó de dolor al sentir como su vientre era presionado con brusquedad y su cuello mordido con ansiedad, sentía su sangre brotar, su cuerpo temblar, por más que forzaba sus manos solo se lastimaba con la cuerda, y en esa posición sus brazos empezaban a entumecerse

-delicioso… incluso más de cómo lo recuerdo – susurró alejándose y mostrando como el rojo carmesí manchaba sus labios los cuales relamía, se inclinó para besar con salvajismo al rubio quien solo podía patalear y gemir de dolor al sentir su vientre siendo rasguñado – reencarnaste en un cuerpo joven y vienes a mi

-no entiendo nada idiota, ¡solo quítate!… engendro del infierno – sintió como su ropa era arrancada y se odio más porque se había quitado la armadura, estaba indefenso, la brisa golpeó su piel dándole a conocer que su pecho estaba descubierto y pronto aquel ser lamía sus pezones mordiéndolos con gula – mgh… ah… ah – quería que todo fuese una pesadilla pero claramente sentía el dolor, incluso un par de lágrimas se le escaparon cuando sintió el escozor en su vientre bajo, el maldito lo había mordido en aquella zona tan delicada, doloroso… asqueroso

-el infierno es un buen lugar – susurró mientras  daba la vuelta al rubio, levantando con brusquedad las caderas y arrancándole los pantalones mientras Dino luchaba con desesperación para que no pudiera tocarlo – nunca debí salir de ahí y llevarte conmigo… escapaste – gruñó en el oído del menor mientras procedía a morderle  la espalda, Dino gritó de dolor mientras sentía como su cuerpo era manoseado con violencia y sus piernas eran obligadas a separarse

-demonio – gruñó pero en seguida sintió que algo se restregaba contra su ano, se espantó mientras sentía como la lengua de aquel ser se deslizaba por su espalda, el collar tintineaba y él solo odió estar en ese lugar por órdenes del rey – AAAAAHHH – gritó de dolor una y otra vez cuando sintió como su entrada era destrozada con violencia pues aquel ser tenía la desfachatez de introducir su falo en sus entrañas

-tus gritos son hermosos – gruñó el demonio mientras penetraba con violencia desgarrando al joven que lloraba y gemía de dolor, mordiendo lo que encontrara a su paso, las plantas, las ramas, lo que encontrara para no darle la satisfacción al demonio de escucharlo – grita, gime, llega al maldito orgasmo mientras usurpo tu cuerpo – se movía de forma frenética, disfrutando de como aquella entrada lo apretaba, incrusto sus uñas en esas caderas, descendió su mano fría hasta el falo semierecto del rubio quien sollozaba desesperado – córrete como la puta de este ser infernal – le susurró mientras lo masturbaba y aumentaba sus embestidas, pronto tenía al chico al límite, el rubio gritó de dolor cuando aquel ser de cabellera oscura eyaculó

-AAAHH…AAHH… BASTA – suplicó al fin al sentir el dolor insoportable, el ardor en su entrada, lloró sin vergüenza debido al dolor en su orgullo como hombre y el de su cuerpo – por favor… basta –

-Dino… eres mío – le susurró mientras lamía el semen que el rubio obligatoriamente dejó escapar, el cuerpo reaccionaba a la fuerza y él estaba complacido – ese collar es la prueba de que me perteneces

-¿qué… cosa? – de pronto sintió un ardor en su pecho, bajó la mirada y se fijó que el oro se fundía con su piel, gritó de dolor mientras el azabache salía de su interior, su cuerpo cayó al suelo, sus lágrimas brotaban y ahí… él se destrozó

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-AAAHH… - ese gritó se escuchó por toda la mansión, el rubio abrió los ojos mirando a todos lados, tanteando su pecho sin percibir nada, esculcó su cuerpo en busca de heridas y nada – que fue… que –  estaba sudando y limpió su frente con su puño

-señor… ¿qué sucede? – de pronto uno de sus subordinados, azabache y de bigote ingresó con arma en mano seguido por otros dos buscando algo fuera de lugar pero solo estaba el jefe de la familia Cavallone asustado mirando sus manos y respirando con dificultad – ¿está bien?… ¿jefe, está bien? – zarandeó un par de veces al rubio mientras este solo estaba en shock

-Romario…  - de pronto tomó conciencia de su realidad – solo fue… – suspiró profundo mientras se agarraba su cabeza con fuerza – solo fue una pesadilla, tranquilo – de pronto sintió unas inmensas ganas de vomitar, su subordinado en seguida lo llevó al baño dejando que se recuperase, Dino eliminó todo de su sistema, porque sentía un asco indescriptible, las imágenes de la pesadilla se repetían y  solo se quedó allí sentado en las baldosas, se metió a la tina, abrió el agua caliente para quitarse ese sudor

-Señor, llamaré al médico, no es bueno que…

-no te preocupes – sonrió levemente mientras dejaba que el agua llenara la bañera – solo fue una pesadilla – dijo con desgano mientras suspiraba

-de todos modos lo llamaré – le dijo Romario antes de salir dejando solo al dueño de todo ese imperio, de esa mansión

-una pesadilla – repitió desanimado viendo sus pantalones mojarse pues poco le importó entrar así a la bañera – que me hizo… eyacular – tocó aquella zona que todavía no estaba mojada, al menos no por el agua, había llegado al orgasmo en medio de la pesadilla, se sintió un asco pero al menos solo fue un mal sueño… jamás dejaría que algo tan denigrante le pasara

 

 

 

 

Ese mismo día casi a mitad de la tarde estaba el rubio sentado en medio de su jardín, tratando de recordar todo sobre esa pesadilla pero con el pasar del día olvidaba ciertas partes, lo que no podía olvidar era el dolor de esa violación, aunque fue en sueños le había dolido tanto que a veces pensaba que no fue un simple juego de su mente, comía un poco del postre del día mientras revisaba unos documentos junto a su subordinado, aunque su mente estaba en otro lugar

-Jefe – el castaño a su lado hablaba con él en ese instante – ¿escuchó lo que dije?

-lo lamento pero estaba distraído – ser rió avergonzado pero el otro solo pareció divertirse

-he dicho que su hermano debe llegar en un par de horas

-No lo he visto en años – sonrió algo nervioso – tampoco me he dignado a hablar con él… hasta me siento despreciable

-no se preocupe jefe, su hermano dejó la sucesión para darle un buen futuro

-lo sé, pero… dejemos esas cosas de lado y prepara todo para recibirlo

-si de inmediato

 

 

La relación de ese par de hermanos no fue mala hasta los días que se les permitió estar juntos, se apoyaban y respetaban como familia que son pero cuando se estaba por decidir al sucesor surgió el problema, si el mayor asumía la responsabilidad el menor tendría que dejar la casa y comodidades para pasar a ser un subordinado más, la idea era un poco anticuada heredada por los anteriores jefes de mafia familiar, pero las normas dictaban respetar las tradiciones y Denet, el hijo mayor, no quiso que su pequeño hermano sufriera tal destino, así que abandonó su cargo, se fue de casa y solo se mantenía en contacto cuando era netamente necesario, ahora Dino estaba más preocupado por su cordura mental que por otra cosa, el dolor de sus muñecas lo evidenciaba, se las miraba una y otra vez sin saber cómo reaccionar ante eso, había escuchado sobre dolores fantasma, así que su mente le estaba jugando una mala pasada, una vez más suspiró ese día y es que todavía temblaba ligeramente, chasqueó su lengua, dejó de pensar en aquello, debía prepararse para la llegada de su hermano, debería estar feliz y emocionado, con una sonrisa renovada se levantó para ponerse el mejor traje… no podía evitarse sentir feliz por la idea de tener a su hermano, ya ni siquiera lo recordaba bien

 

 

 

 

 

 

En la entrada se posaba un auto  bastante elegante, del que salía cierto hombre que consumía un cigarrillo con calma, su acompañante y chofer se presentaba con los guardianes de la mansión y en seguida le daban paso, dejó que alguien se encargara del auto mientras él se disponía a caminar hacia la entrada, sus cabellos negros  estaba algo largos y cuando los acomodaba perfectamente podía apreciarse las facciones maduras y serias adquiridas con los años,  la mirada oscura también resaltaba, sus ojos casi negros tenían un brillo nostálgico. Al tocar la puerta de aquella mansión, sonrió al ver el interior, recordaba ciertos lugares a pesar de que nunca volvió desde corta edad cuando decidió dejar la sucesión a  su hermano menor… aun recordaba esa carita llorosa cuando se fue

 

-¿oni-chan… eres tú? – el rubio se había acercado con emoción al ver al recién llegado

-¿Dino?... que diferente – sonrió de medio lado al ver a su Fratello – has crecido mucho

-eso debería decir yo – se carcajearon juntos pues verse era extraño, ya que los años habían hecho que sus figuras cambiasen mucho, altos, radiantes y con sus cuerpos bien formados para la batalla

-pues creo que al menos te gano por unos cinco o seis centímetros – se burló el mayor notando esa diferencia – sigo teniendo orgullo de ser el mayor

-no lo creo – hizo un leve puchero, casi imperceptible – seguro y te supero en lo demás

-quieres desafiarme

-y probar fuerzas, seguro – sonrió con malicia mirando con interés la postura calmada pero firme de su hermano

 

 

A pesar del tiempo que llevaban sin verse… estaban conectados, al menos así se sentía Dino, los días de convivencia eran divertidos, paseos, peleas para medir fuerzas, intercambio de ideas, comidas fuera, juegos de cartas, era el tercer día y se encontraban relajados en el comedor, Dino observaba a su hermano mayor con atención, era parecido a él, aunque notó que no tenía ningún tatuaje, la piel tan limpia como cuando eran niños, de pronto algo pasó, su mente dio un clic… esa voz, esa cabellera… su sueño, ¡era el hombre mejor dicho demonio de su sueño!, soltó la taza que en ese momento contenía el té, sintió terror, ni siquiera pudo ocultarlo, cuando su hermano se acercó  a ayudarlo lo apartó con algo de rudeza, su mente comenzaba a recordar aquella pesadilla y no le gustaba sentirse indefenso

 

 

Dino se disculpó antes de encerrarse en su habitación, sintió un pequeño ardor en sus muñecas, sabía que solo era su miedo pero ¿por qué?... jamás le había pasado algo similar y ahora estaba temblando de miedo, era ridículo pero estaba pasándole en ese momento, quería olvidar todo pero… su hermano, era la viva imagen de ese demonio… no podía ser cierto, esa noche tuvo la misma pesadilla una vez más, con una pequeña diferencia, cuando abrió sus ojos su pesadilla estaba viva frente a él

 

 

-Dino cálmate, ¿qué  pasa? – Denet lo tomaba al rubio de brazos zarandeándolo un poco para que reaccionara – escucha…

-que… aléjate, ALEJATE – luchó para soltarse mientras dejaba que su miedo se apoderara de su mente y cuerpo – HE DICHO QUE ME DEJES DE TOCAR –  le gritó mientras se soltaba del agarre y golpeaba a su hermano en el rostro… tardó unos minutos en reaccionar, ver el labio sangrar de su hermano así como la confusión en sus subordinados le dejó en shock, admiró a todos y reaccionó… no era un sueño estaba en la realidad – yo… Denet… lo siento yo solo

-lo recordaste ¿verdad? –  Susurró el mayor de los Cavallone – eso lo explica…

-¿recordar?... ¿qué cosa? – se sintió mal al ver la mirada triste del pelinegro

-pues… – el dolor en esa mirada partió el corazón del caballo desbocado – no es nada… – suspiró el pelinegro levantándose dispuesto a salir – acompáñenlo un rato más, debe estar lleno de estrés para tener esos episodios – le ordenó a Romario que solo logró asentir mientras se acercaba a su jefe quien aún estaba confundido por lo acontecido, el rubio solo… se quedó sin hablar por un buen rato, incluso ordenó a todos que salieran de su habitación, miró su ropa, esta vez no había evidencia de que se había corrido en sueños, tampoco le ardían las muñecas pero… le dolía el pecho y su estómago

-¿tengo que recordar algo? – se preguntó mientras sentía una migraña llegarle – y Denet lo sabe…

 

No tuvo que pensarlo mucho como para irle a insistir a su hermano para que le dijera la verdad, o el secreto que su mente no quería recordar, claro que nada fue fácil pues al parecer su pelinegro hermano sabia esconderse, huir o simplemente se negaba a responder, eso estaba aumentando su frustración y lo peor de eso era que esa misma noche Denet se iba de nuevo y no sabía cuándo volvería a contactarlo, no quería quedarse con la duda, ésta era una oportunidad única. Denet estaba solo en medio del patio, fumando un cigarrillo y distante del mundo, Dino se acercó con cautela, sabía que lo que haría sería extremo pero era su única esperanza, tenía el látigo entre sus manos, dio un par de pasos en cuanto su hermano se dio cuenta, batalló un poco porque los dos tenían habilidades de combate, pero al final Dino hizo que Denet cayera y aprovechó para atar sus manos con su precioso látigo “lo siento oni-chan pero necesito que me digas todo” no quería quedarse con las dudas, lo ató y se lo llevó en coche, llegaron a una de sus cabañas alejadas de la mansión, ordenó a sus subordinados irse y… reunió el valor como para enfrentarlo, algo le decía que la verdad era importante, algo especial, así que

 

-me dirás o te obligaré – amenazó cuando tenía a Denet sentado en el piso de la sala, la casa era grande y bien equipada, apartada de todo así que si peleaban o huía, podía hacer una batalla sin molestar a nadie

-no quiero pelear Dino – se quejó mientras se levantaba usando como apoyo el sofá a su lado

-entonces dímelo – ordenó poniéndose en guardia, su hermano ya estaba de pie

-tampoco es una opción

-entonces pelearemos – desató a su hermano para ponerse en guardia, listo para la pelea

-no quiero hacerlo, no quiero dañarte – sonrió con tristeza en la mirada, se frotó las muñecas y evitó mirar a su hermano menor

-no soy tan débil

-¿seguro? – se acercó de pronto hasta estirar su mano e intentar tocar el rostro del menor y Dino por instinto retrocedió – lo ves… te asustas, será mejor que me vaya y no regresé

-¿por eso te fuiste tanto tiempo? – de pronto formó teorías en su mente, la lejanía familiar, el poco contacto, el secreto que su hermano sabía

-si – admitió con seriedad

-¿qué paso?... TENGO DERECHO A SABER – se desesperó al ver la amarga mirada de su hermano

-no quiero decirlo – continuó mientras miraba al menor – es algo que está archivado, no hay porqué recordar eso

-quiero saber… es algo que debo saber

-no

-tengo malditas pesadillas en donde soy… soy violado y no sabes cuánto terror tengo – admitió mientras reforzaba el agarre en su látigo, el cual jamás soltó desde que llegó a la cabaña que más parecía casa

-tsk… - se alejó mientras observaba la desesperación en su hermano

-dime

-bien… pero promete que no tomarás represalias contra nadie – el pelinegro suspiró mientras sacaba un cigarrillo y tomaba asiento seguido por Dino que se colocó en frente de él

-empieza entonces – masculló soltando el arma y cruzándose de brazos

-¿Hasta qué edad recuerdas? – miraba con un poco de duda al rubio quien solo pensaba

-hasta los seis cuando te fuiste

-error, me fui de casa cuando tu tenías los nueve -

-¿Qué? eso no es verdad – su memoria no le podía fallar, a los seis, lo vio salir de casa

-lo es… solo que no lo recuerdas, creo que reprimiste esa parte de tu vida

-¿y eso tiene que ver con algo de lo que me vas a contar?

-si – se repuso, cruzó sus brazos, observó el lugar, no sabía cómo empezar

-entonces dime

-nosotros éramos los herederos de la familia, padre intentó que ambos pudiésemos tener beneficios aunque las tradiciones desecharan a los demás hijos que no ocuparan el lugar de herencia – se puso más serio de lo normal, su ceño se fruncía en ocasiones

-¿Qué?... ¿en serio?

-no me interrumpas – se quejó mientras soltaba el humo al aire – pero hubo cierto problema, y era que los ancianos… esos no querían hacerlo, todo fue un caos y nuestro padre no pudo hacer nada, así que… intentaron matarte – vio el terror en Dino, solo suspiró apagando el cigarro – lástima que yo los descubrí, los enfrenté y hasta casi hago que padre los mate, pero no contaba que a pesar de que ellos se fueron de la mansión tenían un miembro que cumplía órdenes, entonces pasó… yo…

-¿qué tiene que ver esto con mis pesadillas? – vio como s hermano se mordía el labio con frustración

-me drogaron… me drogaron y se dieron cuenta de que yo te amaba por sobre todas las cosas – ni siquiera vio la cara de Dino y continuó – recuerdo que bebí un zumo y después simplemente empecé a alucinar… mi subordinado, me contó lo que pasó ya que fue el único testigo, conjunto con algo de mis recuerdos entendí que el plan era que yo intentara asesinarte en mi estado de éxtasis

-pero jamás me harías nada… ¿verdad? – sintió un pequeño escalofrío mientras escuchaba esas cosas

-Dino… yo, bueno… tenía quince y tu nueve, yo solo… según tengo entendido te até las manos a la espalda con una cuerda, te llevé al sótano, ahí te torture un poco, no recuerdo bien solo que tenían heridas en el estómago, el pecho y cuello… intenté violarte Dino – agachó su mirada avergonzado, sintiéndose escoria al recordar todo eso

-¿Eh? – solo vio la tristeza en el rostro de Denet quien solo gruía enfadado – tú… mi propio hermano – de pronto recordó algo, algo pequeño “oni-chan es demasiado genial, tal vez sea mejor líder que yo” podía recordar lo bien que se llevaban y… algo más, el respeto extremo, el cariño, las noches que pedía dormir con su hermano, la dulzura de la mirada… los besos de buenas noches que él le daba – pero… yo… nosotros

-¿lo recuerdas ya? – la mirada triste y melancólica podía evidenciar el arrepentimiento, el dolor

-recuerdo… recuerdo que yo te amaba – se sostuvo de la cabeza recordando cómo era feliz con su hermano mayor, solía besarlo en los labios y a pesar de que Denet le decía que era incorrecto le permitía hacerlo – y después yo… ese día – se quejó por el dolor, recordaba la desesperación, la mirada perdida de su hermano mayor, el dolor y las lágrimas, después solo oscuridad

-te desmayaste a la mitad de mi tortura, recuerdo que intentaba despertarte pero mi mente me jugaba bromas… no tienes idea de la culpa, del odio hacia mí mismo, me acusaron de monstruo y yo solo agache la cabeza pues hice algo horrible contigo – frustrado haló sus cabellos largos, se mordió el labio, gruñó, no sabía cómo quitarse ese remordimiento

-pero estabas drogado y…

-nadie me creyó, la droga… pensaron que era mía, que las usaba, ¡malditos hijos de puta!... ese día… bueno acabé con los involucrados y tomé responsabilidad de mis actos, lo recuerdo bien… la mejor solución era que yo fuera desterrado pero padre me tuvo compasión, me alejó de la línea sucesora y me mandó lejos para que me encargara de los negocios externos, al menos así yo no te iba a hacer más daño

-no recuerdo casi nada de eso, al menos no lo hacía, solo esos sueños… es como lo describiste,  parece que mi conciencia si lo sabe – sonrió con melancolía pues su hermano parecía querer llorar en cualquier momento

-lamento que te enteraras – suspiró levantándose – pero al menos así estarás en paz… nos vemos Dino, cuídate – se encaminó a la puerta, era hora de partir y jamás volver

-¡espera! – lo vio alejarse pero no quería dejarlo ir – recuerdo algo más… nuestra promesa… unidos por siempre – lo tomó del brazo para que no se fuera

-Fratelli uniti per sempre… con un bacio sigillato il nostro amore – sonrió mirando el rubor en Dino – no lo recuerdas… dijiste que me amabas y que con un beso sellábamos nuestro amor

-eso suena vergonzoso – bromeó Dino recordando aquel beso que le dio a su hermano mayor, uno inocente, muy pequeño, tomó valor entonces y se acercó, abrazó a su hermano – pero lo recuerdo – dijo mientras besaba las mejillas de Denet – también recuerdo ese sentimiento

-il mio amore per te – vio a los ojos a Dino sonriéndole con cariño – lo siento pero si no lo hago me arrepentiré – vio la confusión del menor  y le sonrió – antes de acercarse y depositar un beso en aquellos labios rosados, uno pequeño, casto, dulce, lleno de amor – il mio amore per te è diverso si sente su di me – besó de nuevo al menor con calma mientras acariciaba su espalda, ese amor era tan diferente al de Dino… lo sabía

-y si no es tan diferente – susurró cuando sintió que su hermano se separaba

-Non voglio confondere voi – no quería influir nada en su pequeño hermano, sonrió con melancolía abrazándolo – mis palabras te confunden, yo te amé y te seguiré amando como… cualquier persona ama al ser destinado, lamento tener estos sentimientos tan…

-tan sinceros – lo abrazó, recordaba que sentía cuando era niño, ese amor sincero, pero intenso, estaba enamorado de su hermano, a pesar de que todos decían que no puedes amar a tu propia sangre de ese modo, él lo hacía desde pequeño

-errados – acarició las hebras rubias con delicadeza – yo… en verdad no soportaría estar cerca de ti… sería demasiado

-¿me odias?

-te amo Dino… tanto como para quererte como mi amante – se separó del menor dándole un beso en la mejilla – por eso debo irme, jamás quise hacerte daño, es mejor que desaparezca, tus pesadillas se irán también – se encaminó a la puerta con calma – Addio, mio fratellino

-que… ¡no! espera – retuvo a su hermano mayor en la puerta – no me dejes de nuevo – dijo mientras lo abrazaba con fuerza – no te alejes, no ahora que recuerdo todo

-los recuerdos lastimeros

-no, eso no, tal vez tenga un poco de miedo pero… recuerdo que yo estaba enamorado de mi hermano mayor, lo quería solo para mí, no me gustaba cuando las empleadas decían que eras lindo o guapo, recuerdo que me aterraba pensar que algún día te casarías y compartirías tu vida con alguien que no sea yo, recuerdo que adoraba besarte en los labios cada noche, porque tus besos solo eran míos – confesó con algo de vergüenza pues esas cosas pensaba jamás decirlas en voz alta

-estás haciendo que te desee y eso no es bueno Dino

-no te vayas – suplicó un poco avergonzado

-si me quedo… no poder controlar mi deseo por ti

-no te dejare ir… yo tengo más miedo a que te vayas que a los recuerdos de ese día negro

-entonces – se dio vuelta observando al menor – mírame – sonrió cuando Dino lo miró, tenía las mejillas sonrosadas – dime que no te arrepentirás

-Io non ve ne pentirete – sonrió mientras veía el amor en los ojos ajenos, la dulzura que mostró en el beso que empezaba, suaves movimientos sobre sus labios, dulces caricias en su cintura, el rubio pasó sus brazos por el cuello del mayor temblando un poco cuando los dedos fríos se colaban en su ropa, gimiendo bajito cuando su labio fue mordido y sintió la intromisión en su boca, tembló cuando su espalda fue acariciada y se asustó cuando fue acorralado contra la pared – yo lo siento…

-¿las pesadillas fueron horribles? – Dino solo asintió – quitaré esos malos recuerdos – susurró en el oído del menor quien se estremeció al sentir la lengua repasando su oído entero y sintiendo como la mano de su hermano ascendía por sus piernas abriéndolas un poco

-Denet… yo no quiero… hacerlo aquí – susurró apenado al interrumpir aquel acto condenado por muchos

 

-no planeaba seguir aquí – sonrió mientras obligaba a su pequeño fratello a levantar sus piernas hasta que lo rodearan por la cintura – la habitación es más cómoda – sonrió mientras besaba las mejillas del menor que se sonrojaba, se encaminó a la mencionada habitación en  el segundo piso, quitándole las prendas que pudo en el camino, cuando llegó apenas lo tenía con los pantalones desabrochados, suspirando por las mordidas que le daba en el cuello, él mismo había sido despojado de su camisa y ahora podía rozarse con el cuerpo más joven, lo depositó en la cama con cuidado como si fuera de cristal, lo besó distrayéndolo mientras lo despojaba de las ultimas prendas y es que se moría por verlo desnudo – sei bello – susurró en el oído del menor que jadeo bajito

-no digas eso – susurró mientras sentía como el pantalón de su hermano era arrojado al suelo con lo demás – yo solo… yo te amo a ti – confeso con vergüenza cuando su hermano se irguió mirándolo con aquella mirada lasciva, intensa

-amo a mi pequeño fratello, lo amo como al hombre que es – sonrió mientras se quitaba la última prenda de su cuerpo, podía ver lo avergonzado que estaba su hermano – abre tus piernas – le ordenó viéndolo obedecer con un poco de vergüenza – buen niño – habló mientras deslizaba su nariz desde el vientre desnudo hasta el pecho, besó cada pezón con cariño mientras seguía ascendiendo hasta encontrarse con los labios separados debido a la respiración irregular – te daré placer… te haré olvidar el dolor – susurró mientras deslizaba sus dedos por las piernas blancas y hacía que el menor se estremeciera, deslizó sus dedos hasta alcanzar aquella zona, enredó sus dedos en el vello púbico mientras lo besaba con pasión robándole todo el oxígeno que mantenía su pequeño

-Denet… ah – sintió la caricia en su intimidad y saltó levemente tirando su cabeza hacia atrás dándole la oportunidad al mayor para que lo mordiera, gimió bajito recordando el dolor de su sueño pero… era completamente diferente ya que su cuerpo vibró calentándose más, sentía como lo tocaba en su intimidad, lo rodeó con sus piernas, solo quería tenerlo cerca – yo… yo solo quiero que tu

-atrevido – susurró en tono sensual mientras seguía en su tarea, rozó su erección con la del menor y dejó que sus manos delinearan el cuerpo desnudo del más joven, movía sus caderas friccionando sus erecciones, besaba su cuello, apretaba los botoncitos erectos, mordía aquellos labios de vez en cuando mientras sentía como Dino temblaba y aruñaba sus espalda – tan delicioso mencionó mientras deslizaba sus dedos por el rostro sonrojado, acarició los labios introduciendo sus dedos para acariciar aquella lengua suave – chúpalos, lubrícalos – ordenó mientras se daba tiempo para rozarse más insistentemente, era su sueño hecho realidad, lo recordaba perfectamente, desde la primera vez que escuchó a Dino decirle que lo amaba, se sentía horrible por pensar en su hermano menor de forma pecaminosa pero no podía evitarlo, cuando hizo esa horrible acción se deprimió, al menos estar lejos de casa lo mantuvo cuerdo, se había vengado tomando las vidas de aquellos que intentaron dañar a su pequeño, de aquellos seres asquerosos que lo drogaron obligándolo a cometer tremenda barbaridad, lejos, en soledad podía autocastigarse, autoreprenderse, sufrir pero al menos estar en paz ya que no haría nada malo… ahora eso había terminado, cuando quiso regresar a casa pensó que cometería un error y… nada se parecía a esos horribles pensamientos, podía decirlo solo con ver el rostro de placer de Dino quien disfrutaba de la intromisión en sus entrañas, sus dedos jugaban en el interior de su hermano, fingiendo que eran penetraciones y el  rubio lloraba de placer mientras gemía al sentir el tercer dedo tan profundo, se arqueaba con desesperación

-algo… algo esta… bien ahí – susurró desesperado rogado con su mirada que de nuevo repitiera el movimiento, sintió como su cuerpo se doblaba de placer mientras se introducían en él, solo los dedos… solo con eso sentía que se moriría – Denet… Denet… se siente bien

-falta algo – susurró mientras quitaba sus dedos y los lamía – pero no te asustes – se acercó hasta depositar un beso en los labios ajenos, ternura era lo que sentía al ver ese sonrojo acompañado por suspiros – seré cuidadoso pero… dolerá – sintió como Dino se tensó pero besó sus mejillas, su cuello, su pecho tratando de calmarlo – solo recuerda que soy yo… te amo y no quiero dañarte – sonrió besándolo mientras levantaba las piernas de Dino colocándolas en sus hombros – solo mira mis ojos y tranquilízate… – sonrió mientras el más joven se aferraba a sus hombros – tranquilo – le repitió mientras acariciaba la entrada virginal con su pene, cuando sintió como Dino se relajaba introdujo la punta, presionándolo con un poco de fuerza, las paredes envolvían su miembro, gruñó bajito debido al placer y vio como Dino se quejaba bajito – te amo… – lo masturbó entonces, relajándolo mientras se presionaba más hasta que de un empujón se introdujo entero, gruñendo por la presión placentera en su intimidad

-aaah… mgh… aah… duele – sollozó cuando lo sintió en lo más profundo de su ser, le dolía, mucho más de lo que imaginó, pero la mirada dulce y llena de deseo que le entregaba su hermano bastó como para calmarlo, sumándole al vaivén en su erección, suspiró tratando de relajarse y poco después ya estaba gimiendo bajito preso del placer – Denet… muévete – pidió y de inmediato sintió la fricción, se retorció de placer arrugando las sábanas, estrujando las almohadas, soltando gemidos, podía escuchar el sonido de chapoteo y eso le avergonzaba

-sei bello – le habló mientras aumentaba su ritmo, era tan cálido, tan apretado, le abrió las piernas un poco más para quedar entre ellas, las dejó libres para así tener libertad de acercase y besarlo con ternura – ti amo fratello – le dijo mientras delineaba sus labios con su lengua para después iniciar un beso francés, sintió como Dino lo rodeaba con sus piernas y aumento su movimiento, tratando de llegar lo más profundo, haciendo que en cierto momento alcanzara ese punto escondido, lo torturó entonces, el menor se arqueaba constantemente gritando su nombre, era tan esplendido hacerlo delirar de placer, sentir cómo esas paredes lo estrujaban, marcarlo como suyo, unirse en cuerpo y alma, lo abrazó para que el rubio rasguñara su espalda, ese ardor placentero seria su recuerdo, lamió su cuello disfrutando del sabor, lo masturbó lentamente haciendo que el otro se perdiera, soltando leves lagrimas – Dino… me saldré – advirtió cuando el clímax le daba las señales de llegar

-NO… NO LO… HAGAS – apenas lo dijo mientras lo atrapaba con sus piernas impidiendo que saliera, quería disfrutarlo plenamente, todo, completo, besó a su hermano para callarlo, lo apretó a su cuerpo sintiendo como pronto se correría, la electricidad que lo recorría ,era maravilloso, se estremeció cuando sintió que su hermano no se contenía y arremetía con fuerza, su mente se nublaba hasta que al fin alcanzó el cielo… el orgasmo, la calidez descendiendo entre sus nalgas, su vientre tenía rastros de esencia, respiraba con dificultad mientras zafaba su agarre hacia su hermano, el mismo que gruñía mientras jadeaba, lo besó en la mejilla y recibió una sonrisa como respuesta, así fue su primera vez, con el hombre que amaba, con el que sería su pareja a pesar de que la sociedad lo recriminara, a pesar de que era su hermano, a pesar de que…

-eres doncel, ¿sabías? – Denet habló con dificultad mientras salía de aquel cálido interior, derramando con él un poco de su esperma, se recostó junto al rubio abrazándolo con cariño – ahora…

-lo sé – suspiró mientras se pegaba al cuerpo del mayor – pero… yo no pensé… en eso

-llevarás a mi hijo… eso suena bello – sonrió besando la frente del más joven – ya veremos después

 

 

 

 

Sería normal preocuparse por eso… un incesto en la línea sucesoria, pero no tanto para ellos, pues, el uno siendo el jefe de la familia tenía plena libertad para desobedecer leyes, y así perdonar el “descaro” cometido por el hermano mayor, miles se sorprendieron por la noticia, pero después de entender los sucesos que desencadenaron a la mala fama de Denet y el amor que profesaban solo con las miradas, terminaron aceptando… aunque nada fue tan fácil puesto que la parte extremista de la familia intentó muchas veces jugarles malas pasadas, incluso la pérdida del heredero a la familia Cavallone estuvo planeada, gracias al cielo que Romario logró impedirlo justo antes de que Dino bebiera la droga que mataría al bebé

 

 

Eso desencadenaba en otra historia, puesto que en verdad, la misma noche en que ellos profesaron su amor, de forma física, se engendró al futuro líder de los Cavallone, meses después en la mansión se escuchaba el llanto del heredero que con el cabello negro y ojos miel, daba claras muestras de poderío incluso en los gritos de recién nacido

 

 

 

-papi – decía un niño pequeño mientras jugaba con las pelotas de colores – papi – canturreaba mientras gateaba llevando una pelota de color azul hacia un hombre que permanecía sentado en medio de la sala

-¿qué sucede? – sonrió el rubio quien estiraba sus brazos para recibir al pequeño – ¿qué tienes?

-ne… pa – ¿quién entendía ese idioma infantil?, pues era complicado y Dino se limitaba a adivinar

-¿quieres que la guarde? – sonrió y el pequeño estiró sus manitas – ¡oh! ya veo, quieres el collar – entonces se quitó aquel collar de oro y se la colocó al niño – debes guardarlo bien porque es un regalo de tu abuelo

-bu…lo…bubu – el pequeño se reía mientras enrollaba sus deditos en el objeto brillante, un hermosos collar de oro que Denet le dio a Dino el día en que tuvieron su primera vez, aquella joya que era regalo de su padre, la única cosa que Denet pudo llevarse de la casa

-pues es más que eso – sonrió cierto pelinegro que llegaba, abrazando a sus dos amores y besando sus mejillas – es un recordatorio

-eso no lo sabía – Dino sonrió mientras el pequeño estiraba sus manitas para que su papá lo tomara en brazos

-padre me dijo que jamás olvidara a mi familia, que te cuidara  y que el oro en ese collar era una muestra de la riqueza de nuestro lazo

-eso suena muy cursi

-nuestro padre era un romántico – sonrió besando al rubio en los labios – por eso se casó con dos mujeres… al menos no compartimos la sangre entera – se rio mientras observaba las risitas de su hijo

-espero que mi pequeño no saque ese romanticismo – se burló Dino – porque… tanto amor en casa empalagaría a cualquiera – sonrió devolviendo el beso a su hermano… mejor dicho su amante – basta con el amor que profesamos nosotros – sonrió juguetonamente

-escuchaste a tu padre – sonrió el pelinegro mirando al bebé – dice que tendrás un hermanito

-no he dicho eso – se rio bajito al ver la expresión confusa del bebé

-pues yo haré que lo digas – susurró en el oído del rubio – en nuestra cama, esta misma noche

-inténtalo – lo retó mientras se alejaba – te encargo a Dante, tengo una reunión, volveré tarde

-¡hey! no te despediste… ¿y nuestro beso? – dijo mientras mostraba un fingido sollozo y su bebé lo imitaba ajeno a la manera eficaz de manipulación del que era ayudante

-verdad – sonrió besando la frente de su bebé – mi pequeño, cuida bien de papá – sonrió burlonamente mientras besaba por pocos segundos al pelinegro para luego escaparse, caso contrario jamás cumpliría con sus deberes en la familia – Addio miei due amori

 

 

Dos amores, dos relatos entrelazados, dos vidas que se combinan hasta formar una, dos… ahora transformados en tres…

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Pues es un Primo Cavallone (Denet) x Dino como Yumi lo quería, pues quienes hayan llegado hasta aquí les diré "Yo también me quedé como O_o con ese pedido raro"

Ahora si digo que hay un pedido todavía más raro y lo verán otro día, porque es muy difícil hacerlo, como de costumbre les diré que si tienen un pedido de una pareja extraña me lo digan, seguramente acepto y los hago jejejej

 

Acepto que fue divertido hacerlo porque fue extraño con todas las advertencias que Yumi me dio, espero sinceramente que te guste querida, bueno yo me retiro lentamente porque... tengo pánico a las reacciones de mi madre al ver mis ojeras .... na mentira, es más me dormí hasta tarde

 

Sin más que decir, me retiraré a leer fics 

Besos sensualones!!!


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