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¿Es mi hija? por Graim1004

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Notas del fanfic:

He leído muchos mpreg de Aokise así que dije, Meh /(•&•)/ porque no lo intento sería bonito y...aquí está jaja.

Notas del capitulo:

Holi ^•^ regrese con un nuevo fic, espero que les guste lo hice de corazón jeje

Lamento las faltas de ortografía -.-U

     La escuela Touo ya había terminado sus horarios de clases, todos los alumnos ya se habían retirado para irse a sus casas, las aulas estaban vacías...o eso creían.

En el salón de música que se encuentra en el segundo piso al fondo del pasillo, se encontraba un chico de test morena, de cabellos cortos azules al igual que su orbes eléctricos, demasiado alto aproximadamente uno noventa y dos, acompañdo de un joven de piel nívea, de cabellos dorados como el sol, orbes semejantes al oro fundido, unos centimetros más bajo que él, con los nervios a flor de pie.

-Oi Kise, ¿Para qué me trajiste hasta aquí y después de las clases?- preguntó el moreno frunciendo el ceño.

-Tranquilo Kise, tu puedes-mentalmente se echaba animos- Bueno, y-yo...Aominecchi...tú...¡me gustas!- soltó adruptamente el rubio mientras sus mejillas se teñían en un sonrojo.

-¿Eh?- Aomine se quedo en shock por lo que le había dicho su ex compañero.

-Yo...eto, verás Aominecchi es...genial y-y siempre te he admirado...eres demasiado guapo también- el menor jugueteaba con sus dedos mientras tenía la mirada fija al suelo.

-Kise-susurró el peliazulado desconcertado.

-N-no tienes que decir nada, solo...quería decírtelo y que yo siempre te voy a apoyar, también estaré ahí para lo que quieras- sonrió con ternura.

En ese momento el más alto, en un movimiento brusco tomó al rubio del brazo, lo acercó hasta quedar su cuepo pegado al otro, con su mano libre le agarró el mentón, acercó sus labios a los contrarios hasta chocarlos para formar así un beso bruscó y posesivo.

-Cállate... y no digas... más idioteces- decía el moreno entre besos pero se separó del menor al sentirse un poco acalorado.

-Aominecchi- el ojiamabarino se llevó dos dedos hacía sus labios y los empezó a tocar.

-No te hagas ilusiones rubio, no te estoy correspondiendo-habló desinteresado- pero nos podemos divertir ¿no lo crees?- sonrió ladino, empezó a acercarse denuevo hasta tomarlo de la cadera y recargo su nariz en el pómulo derecho del otro.

-¿Qué?- pensó aterrorizado- Y-yo, eto...no- comenzó a balbucear al no saber que decir.

-Qué ocurre Kise, ¿Acasó no dijiste que estarías para mi para lo que quisiera?- susurró en el oido del más bajo con voz ligeramente ronca y sensual.

El rubio pudo sentir una punzada de dolor directo en su corazón.

-Si es la única manera de estar con él, entonces me arriesgaré aunque me duela-
 cerró sus ojos con fuerza al sentirlos que empezaban a humedecerse- Esta bien Aominecchi lo haré, puedes hacer conmigo lo que se te antoje.

-Buen chico- dio unos suaves besos desde la oreja hasta llegar a esos deseables labios.

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Despetó un joven rubio totalmente agitado al igual que deshorientado. Con el dorzó de su mano pasó su frente y se dio cuenta de que estaba sudando despúes sintió sus ojos acuosos, llevó sus manos hasta ellos y empezó a restregarselos hasta quitar la lagrimas.

-Ese idiota, apareciendose en mis sueños-susurró así mismo- ya ha pasado una semana y sigo teniendo esa pesadilla, tsk como te odio- se levantó de su cama para dirigirse al sanitario ha refrecarse.

-¿Papi?- preguntó una pequeña niñita de unos seis años, adentrándose a la habitación.

-¿Mmm?, amor, ¿Qué sucede?, ¿Ocurrio algo?- se acercó hasta la pequeña mientras se ponía en cuclillas para estar de la altura.

-Tuve una feo sueño mami-dijo la menor abrazando con fuerza su conejo de peluche.

-No fuiste la única- pensó- ¿Te gustaría dormir con tu papi hoy amor?- preguntó con dulzura el rubio.

-¡Sí!- afirmó la pequeña mientras se colgaba del cuello del mayor- Gacias papi, te amo- besó sonoramente su mejilla.

-Jaja mi princesa- cargó a la pequeña, la acomodó en su cama para luego acomodrase él, la acercó a su pecho y depositó un beso en su frente- Te amo amor, dulces sueños- empezó a acariar los suaves cabellos de la niña mientras tarareaba una canción, después cayó profundamente dormido junto con la menor.

Han pasado ya unos seis años, yo tenía diesiocho años cuando me enamoré de Aomine, por supuesto el no me amaba, eso era más que obvio.
Tuve que dejar la preparatoria, mi casa, y estuve apunto de irme de la cuidad pero por suerte mis amigos me lo impidieron y me ayudaron demasiado, sin ellos no se que me hubiese pasado y a mi bebé.

Tengo una hija de cabellos dorados como los míos pero ella los tiene largos y levemente ondulados, de piel blanca como la porcelana, de grandes ojos azules eléctricos iguales a los de su padre, él no sabe que tengo una hija, nunca se lo conté y por mi seguiría sin contarselo, pero mi princesa empieza a preguntarme de él, y que lo quiere conocer...Tengo miedo de hacerlo.

-¡Aoicchi!, amor ven aquí- llamó a la rubia con dulzura.

-¿Qué pasó papi?- preguntó mientras asomaba su pequeña cabecita por la puerta.

-Ven princesa, te voy arreglar para que te vayas a la escuela- decía el rubio mientras sacaba un vestido blanco con detalles dorados al que los zapatos del closet.

-Mi papi me ponda bonita- dijo emocionada la pequeña rubia.

-Jaja, ¿Qué prefieres mi cielo coletitas o tu cabello suelto con una diadema?- se acercó a la rubia con una sonrisa tierna.

-¡Suelto papi!- gritó con felicidad.

-Esta bien amor- volteó su mirada para ver el reloj de la pared- hay que apurarnos, si no nos regañara tu tío Kurokocchi- comenzó a colocarle el vestido junto con los zapatos.

-Moo~no quiero que mi tío nos degañe papicchi- hizo un lindo la pequeña mientras se sentaba en la silla de su tocador.

-Yo tampoco amor- sonrió al ver la carita de su bebé- ¿Te gustaría tomar una leche de fresa mi cielo?- preguntó mientras cepillaba el cabello dorado de su hija.

-Si papi- le sonrió la rubia atravez del espejo.

Desayunaron y dejó a la pequeña viendo la televisión mientras el se iba a su habitación para tomar una ducha rápida. Cuando salió se colocó un saco azul oscuró, una camisa blanca con los tres primeros botones desabotonados, pantalones negros ajustados, unos zapatos del mismo color ,por último se acomodó su cabello hacia atras dejando a relucir su hermoso rostro.  Salieron del departamento, se subierón a su porshe rojo y condujó hasta la escuela de la rubia.

-¿Me preguntó a que hora llegara Kise-kun?- pensó el peliceleste mientras miraba su reloj. Y como por arte de magia vio el coche del rubio estacionarse enfrente de él.

-Kurokocchi perdón el retrasó- dijo el más alto mientras salía del conche con su hija en brazos- Por cierto buenos días- sonrió colocandó a la rubia en el suelo.

-Buenos días tío Kudokocchi-sensei- se acercó al ojiceleste y le depositó un suave beso en la mejilla.

-Hola Aoi-kun- saludó Kuroko- Hikaru-kun está adentro esperandote- dijo con su característica voz monótona.

-Eto...si ahodita voy, gacias tío- sus mejillas tomarón un leve rubor- Nos vemos papi- se abalanzó hasta el rubio y le dio un beso sonoro en su mejilla.

-Hasta al rato amor, recuerda que hoy te vas a ir con tu tío Kagamicchi- besó su frente-  portate bien mi cielo- terminó con dos besos más pero ahora en las mejillas de la pequeña.

-Papi cosquillas jiji- río la pequeña mientras se separaba de su papá y se hecho a correr hasta el salón.

-Bueno Kurokocchi, nos vemos al rato, se me hace tardé para la sesión- iba a subirse a su auto pero dos brazos se aferraron a su cintura.

-Kise-kun, Aomine-kun volvió a la ciudad- sintió como el rubio se estremecía y lo abrazó con más fuerza.




Notas finales:

Jesus D: jajaja Kise es un papá muy atractivo *q* (derrame nasal) 

bueno a ponerse seria ejem...¿por qué Kise tiene miedo?, ¿Aomine volvió, que se supone que hará? ¿La pequeña Aoi se encontrara con el moreno? D:, si quieren saber no olviden dejar sus lindos comentarios


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