Ya todo acabó, ¿se supone que todo tenía que acabar así?...no, no hay una manera de acabar las cosas, todo el mundo esta en un constante cambio, y las personas no tienen porque ser la excepción. El te extraño no lo voy a negar, pase el último año de mi vida imaginando una vida juntos que este desenlace es más fatídico que lo que me podría imaginar.
Me gustaría que me recuerdes, que recuerdes los paseos y los colores, los sabores y los olores que juntos fuimos descubriendo, que le dieron un nuevo color a mi vida...y ahora he me aquí viendo al olvido y recordando cada situación del pasado como una ingenua colegiala o un ex-militar recordando sus tiempos de gloria.
-Ichigo, Ichigo ¡¡despierta!!
-¡¡¡Aaaahh!! ¿Qué paso?
-Eso te lo debería de preguntar yo. Cada día parces más ido, ¿en serio te encuentras bien?
-Si, solo creo que me quede dormido, jefa.
-Pues si tienes tiempo para tomarte una siesta entonces ¡ponte a trabajar!
-Hi hi.
La verdad, desde que perdí mis poderes ha sido lo mismo, todo pasa en automático; de momento estoy en clases y en otro tengo práctica, luego es hora de ir trabajar y ya es hora de la cena. ¿Cómo llenaste cada poro de mi cuerpo?
Bueno, esa es una repuesta bastante sencilla, todo ese tiempo que pasé en tú hogar y en el cuartel, no fueron solo de descanso. Supiste como llenar cada hueco de mi alma, supiste como hacerme llegar al infinito, me llenaste de adrenalina y sobre todo desbordaste mi existencia con tu esencia.
-Ichi-ni, la comida ya esta lista.
-Gracias, en un momento bajo.
Vaya, esto cada vez se torna más complicado, mi familia ha sido muy comprensiva respecto al tema de mis poderes, la que más me preocupa es Karin, es la que mayor poder espiritual tiene, pero hasta el momento se las ha sabido arreglar bien, supongo que ha de ser lo bueno de que el Seireite me deba la vida, por así decirlo.
Ah el Seireite, supongo que cuando muera ya no tendré un lugar ahí para mí. Aunque tal vez lo pueda visitar en algún momento; pero que digo, si en estos momentos ni te puedo ver, ¿acaso seguiré teniendo un lugar en tu corazón?
La cena transcurre los más tranquila que se puede, digo, es difícil con la familia que tengo, pero parece que Yazu ha madurado lo suficiente como para poder controlar a mi padre…mi padre, me pregunto ¿él lo podrá ver?
-Hay tantas cosas que me gustaría decirle de solo tenerlo aquí.
-A sí, ¿Cómo cuales?
Me exalto a sobremanera, quiero creer que es una ilusión y evitar voltear para no herir más a mi corazón, pero su voz sonó tan cercana, tan fuerte, tan seductora…
-¿Qué no vas a voltear a observarme?
En serio era él.
-¿Cómo llegaste aquí?
-Por la puerta. No es obvio.
Ese tono frío y hasta arrogante que tanto me encanta, como lo extrañaba.
-Si, pero a lo que me refiero es a ¿qué haces aquí? En mi habitación.
-¿Está es tu habitación?, debo de admitir que me gusta más la mía.
Veo sus gestos, su delicada figura mientras se sienta en mi cama, me quedo completamente absorto, la más grande maravilla tan cerca de mí. Soy como Ícaro, volando tan cerca del Sol que me estoy quemando.
-Te extraño.
Y ahí esta él diciendo esas palabras que me derriten y hace que pierda la cabeza sin siquiera darse cuenta de lo mucho que me pierdo en sus palabra, el sentimiento es tan grande que siento como unas finas gotas han resbalado sobre mis mejillas.
-Perdón, no es algo que deberías de ver.
Inmediatamente me veo envuelto en sus brazos, ¿cómo pueden ser tan fríos, cuándo yo los siento tan cálidos?
-No tienes que hacerte el fuerte, no ahora.
Vuelvo a sentir sus labios jugando con los mío. Un toque tan parecido a la porcelana, pero que hace hervir mi sangre tanto como el mismo fuego de la batalla.
-Basta, basta ya.
-¿Qué pasa? Acaso tú no me extrañaste.
Esa era una respuesta, de eso estoy seguro.
-O acaso, ¿ya te olvidaste de mí?
Sus palabras eran dolorosas, jamás podría olvidarlo, ni con todo y la vida eterna en la Sociedad de Almas.
-Deja de decir estupideces.
Veo que mis palabras le asombran, nunca le había hablado de esa manera, pero,¡¡¡como puede creer que lo pude haber olvidado!!!
-Yo siempre, siempre te he recordado, perder mis poderes fue difícil, ya que ya no podría proteger a las personas cercanas, pero si algo realmente me dolía era el no poder verte nunca más, es decir, podrías haber estado al lado mío y yo ni en cuenta.
-Ichigo.
Ahí va de nuevo, se nota que mi declaración le sorprendió, pero como desearía que me dejará de mirar y me tomará en sus brazos.
Se acerca lentamente, me acaricia una mejilla, y yo me derrito, en verdad como extrañaba el roce de sus manos, a pesar de que es solo su gigai, se siente bastante similar.
-Siempre he estado al lado tuyo.
Termina esas palabras juntando sus labios con los míos, dejando una temperatura cálida. Con un poco de vergüenza le permito la entrada a mi boca que me doy cuenta que estaba impaciente por explorar, y yo, yo solo me pierdo en la dulce y cálida sensación de su lengua explorando las profundidades de mi boca.
-Como extrañaba tu sabor a fresa.
Le encantaba decirme así, y se que lo que esta buscando es enfadarme, pero el tono lleno de lujuria hace que por esta vez lo pase por alto. Me vuelve a envolver en sus brazos, posicionándome debajo de él y levantándome la playera.
-Como extrañaba esta vista.
-Calla. ¡¡Ahhh!!
Ese gemido fue inesperado, al igual que sus manos retorciendo una de mis tetillas, mientras que lamia la otra hasta dejarla erecta. Mis gemidos empezaban a llenar el ambiente, controlarlos ya se me hacía imposible.
-¿Ya tan rápido te pusiste duro?
¡Como no esperaba que eso pasara! si llevo extrañando esto tanto tiempo.
-Porfavor, no te detengas.
Si con la mirada me desnudase, ya no traería nada puesto y probablemente estaría atado de manos; aunque de la ropa ya se esta encargando bastante bien, solo siento como sus manos se posicionan en el borde de mi pantalón para quitármelo todo, incluyendo también el bóxer. Siento como da un pequeño suspiro y pasa su húmeda lengua a lo largo de mi falo, deteniéndose en mi glande que lo envuelve entre sus mejillas y su lengua.
No puedo aguantar mas, siento como empiezo a excretar líquido pre-seminal, y el lo sabe bien. Lleva todo mi miembro a su boca y juega con el, primero lento; que lentitud tan exasperante, pero como llena mis sentidos. El ligero rose de sus dientes, la humedad y esos círculos que hace con su lengua mientras va aumentando mas y mas la velocidad.
-¡¡¡Ahh, creó que me voy a venir!!!
Apenas y alcanzo a decirlo cuanto lleno su boca con mi semen. Siento algo de vergüenza y mas al ver como descaradamente embarra dos de sus dedos con mi blancuzco líquido.
Se que viene, además veo como lo desea. No me hago del rogar y abro ampliamente mis piernas mostrándole el agujero que tanto desea y que solo él ha tenido el privilegio de profanar. Al notarlo no tarda en insertar esos dos dedos de golpe, duele un poco, pero también su ágil movimiento en forma de tijera me hace desear mas.
-Vaya, parece que nadie mas te ha tocado.
-A nadie mas se lo permitiría.
Le gusta, le gusta ese sentido de pertenencia que le he otorgado. Lentamente retira sus dedos y abre todavía mas mis piernas, se posiciona, siento como coloca la punta de su dotado miembro en mi aun estrecha entrada y me penetra de una estocada.
Grito a causa del dolor, lo tapo con mis manos, pero se da cuenta, e inmediatamente sus labios me llevan a calmarme. El dolor se vuelve manejable, así que le doy rienda suelta a sus acciones. Se que lo desea y yo de la misma forma.
Empiezo a sentir la entrada y salida, ¡oh, pero que dulce vaivén! De un momento a otro lleva mis piernas hasta sus hombros, y siento como llega mas al fondo dando justo en el punto que hace mucho no se sentía activo.
-¡Ahí, más, más ahí, porfavor!
-Tus deseos son ordenes.
Me penetra más rápido y más al fondo, empiezo a sentir un choque en la base de mi médula espinal. El orgasmo esta cerca. Con unas últimas estocadas gimo fuertemente y vuelvo a mancharlo de blanco.
Aprieto mi entrada y ahora es él, el que me llena con su cálida esencia. Me aferro fuertemente a sus hombros mientras sale arrastrando consigo su semen.
-No quiero que te vayas.
Me recargo sobre su pecho, no necesito una respuesta, porque se que no me la puede dar, solo me queda aferrarme a él tanto como sea posible.
Y así cae la noche, me envuelve en sus gélidos brazos y descanso deseando que no haya un nuevo amanecer.
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Despierto lentamente temiendo enfrentar la realidad. Sí, no está a mi lado, no me sorprende, pero eso no lo vuelve mas fácil. Me siento y llevo mi cabeza entre mis piernas, debo ser fuerte y no llorar. Extiendo mi brazo y encuentro una nota.
Te estaré esperando el tiempo que sea necesario para encontrarnos en el otro mundo, y estar por siempre juntos.
Te amo.
Kuchiki Byakuya