POV KANAME
Este chico es muy problemático, se ve que le gusto… pensé mientras le llevaba a la estación.
A la mañana siguiente le vi con Yuuki, estaban en una zona apartada… Otra vez la estará molestando, pensé con cansancio…
Movió su cabeza a todos lados, buscándome.
¿Cuándo empezó a buscarme?
¿Des de cuándo empezó a mirarme?
¿Cuándo empecé a buscarle?
¿Por qué cuando le miro y veo esa cara de adoración… siento que realmente quiero molestarle?
Cada vez que veo esos ojos, ese rostro…
No lo entiendo.
Entonces lo noté, no se estaba metiendo con Yuuki, de hecho hablaban como amigos… como si se conocieran des de hace mucho…
¿Por qué está más tranquilo cuando yo no estoy cerca?
Entonces él se giró y me vio, a su vez yo me aparté… ignorándole…
Mientras no molestase a Yuuki todo estaría bien.
Fui a la clase, más tarde vino Yuuki muy contenta y me dijo:
- Zero y yo nos hemos hecho amigos.
- Ah, ya veo…
- ¿eso es todo? ¿No vas a decir nada más?
- ¿Fuiste tú quién le dijo lo del bar?
- Ah…si… - la miré molesto mientras se encogía en su sitio, parecía una niña pequeña a la que estaban regañando. - ¿Estuvo mal?
- Por supuesto que si, estoy intentando ocultarlo en la escuela… además, de toda la gente que hay en la escuela… ¿por qué a ese tipo?
- Pienso que está bien si es Zero, ¿no crees que eres un poco duro con él?
- No...
- Yo creo que si.
- Por que te ha estado molestando tanto…
- ¡No a mí! Es obvio que tú eres su objetivo… Ya te tendrías que haber dado cuenta, tendrías que ser más bueno con él…
- ¿Cuándo os habéis hecho tan cercanos vosotros dos? – pregunté con curiosidad.
- Cuando le dije que le pasaría toda tu información personal? – dijo enseñándome el móvil, maldita cabeza hueca.
- Mientras no se vuelva a meter contigo…
- No… creo que deberías dejar de pensar que protegerme es tú responsabilidad, Kaname… piensa más en ti, en lo que tú quieres…
Le miré sorprendido y asustado.
- Des de ese momento tú… me has protegido y eso me dio ánimos para seguir adelante, me hiciste feliz. Ahora estoy bien. – Yuuki infló su pecho con orgullo – Ya no soy una niña, puedo encargarme de mis propios problemas.
- Pero eso no tiene nada que ver con Zero.
- ¡Eso es lo que te estoy diciendo! No tiene nada que ver conmigo, sino con ti y tus sentimientos, también los que tienes por Zero y eso… no me incluye a mí. ¿Entiendes?
[…]
Estaba llevando el material al aula y no podía dejar de pensar en que no lo entendía.
¿Mis sentimientos por Zero?
¿De qué se supone que va todo esto?
Él es molesto, ruidoso, atolondrado, infantil y realmente molesto. Me hace enfadar cada vez que le veo. Es egoísta, me pone malo. Cada vez que le veo me irrito. Sobretodo al ver esa cara… como si estuviera esperando algo… Siempre me mira como si quisiera decir algo…
Es un rostro feliz, lascivo, doloroso…
Un momento, eso es raro…
¿Lascivo?
Nunca he pensado en eso, aún si Yuuki me dice de pronto que lo piense, yo… no…
¿No es como si estuviera culpando a Zero?
“No crees que deberías dejar de pensar que protegerme es tú responsabilidad”
… Yo no…
“Ahora estoy bien”
No es como si me hubieran obligado a protegerle… por mi culpa su vida se rompió en pedazos, así que quise tomar la responsabilidad de mis actos…
- ¿Responsabilidad?
Probablemente así es como pensaba…
De vuelta a la sala de material a por más cajas, pasé por delante de las clases de primer año…
Ahí estaba Zero, unos compañeros le barraban el paso.
Claramente se estaban metiendo con él pero me sentía molesto, hasta que uno de ellos le empujó…
- ¡Zero! – le llamé, él me miró expectante - ¿No teníamos algo de lo que hablar?
Le arrastré hasta el baño de nuevo y no pude evitar observar ese rostro de nuevo, volví a empujarlo bruscamente contra la pared. Le acorralé para que no pudiera salir.
- ¿haces esto a posta? – a pesar que no levanté la voz, no pude evitar fijarme en lar marcas de moretones que asomaban por debajo de su camiseta… ¿Su pelo estaba más corto?
Di un puñetazo contra la pared y él se sobresaltó.
- Flirteando con tus compañeros de esa manera… esta escuela no es la de niños ricos de la que provienes… Si haces ese tipo de cosas, por lo menos se consciente de ello.
Él empezó a balbucear cosas sin sentido.
-¿Qué? – él apartó la mirada, de nuevo como si esperara algo… me estaba poniendo nervioso.
- Nada, de…
- ¿Eso también es a propósito? – él levantó la mirada, confuso, dolido y sorprendido pero no podía parar. – Te estoy preguntando si haces esto para captar mi atención, - me acerqué a su oído sin saber que había un baño ocupado. – Tú me quieres, ¿verdad?
Él no respondió tan solo se quedó en su sitio, expectante de nuevo a mis palabras.
- Yo te odio.
Abrí un baño y le empujé dentro, sentándolo sobre la taza del váter, ignorando sus quejas y pataleos que, claramente, gritaban que él no quería eso, le bajé la bragueta del pantalón.
- Así que aún aquí eres un niño, ¿huh?
Empecé a tocarle pero no se ponía dura.
- ¿Es que acaso no querías que te prestara atención, que me ocupara de ti?
Ignoré las lágrimas que empezaron a caer por su rostro, su hermoso rostro desfigurado por el dolor y la decepción… se me puso dura.
La saqué y me corrí encima suyo.
Me volví a poner bien la ropa y salí de ahí.
¿Qué había hecho? Pensé de camino al aula.
No había podido controlarme…
Mierda, ¿qué debería hacer?