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EL AMANTE DEL DRAGON ROJO. por Ares

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Kota Hirano yo solo los tomo prestados para hacerles pasar un rato ameno.

 

Notas del capitulo:

en mi fic hago referencia a Vlad el empalador que es el personaje en quien se basó stoker para escribir dracula. Por ello en los primeros capítulos me refiero a Alucard como Vlad. La historia es en un universo alterno.

La nieve caía afuera, cubriendo todo de blanco. El silencio era casi sepulcral; de no ser por el canto de las lechuzas, que estaban sobre los árboles. Pero dentro de aquella fortaleza grande e imponente, había un gran bullicio. Todos bailaban en el gran salón, ataviados con sus mejores galas, todos daban vueltas y vueltas en aquellos bailes sonoros. La gran mesa está llena de platillos exóticos y de la región la servidumbre iba y venía.

 

Des de un rincón del salón, le veía bailar con todas las doncellas. A cada vuelta cambiaba de pareja, parecía estar completamente emocionado. Pero él sabía que debajo de esa careta de felicidad, se ocultaba el más profundo desagrado hacia aquella gente. La gente que el aseguraba había traicionado a su padre.

 

Era menos popular que él, a diferencia suya. Él era aun mas atractivo; si él se divertía con aquel puñado de admiradoras, él tenía el doble; podía elegir una para cada día y cogérsela si así lo quería. Esa noche no era esa su preocupación, para él las mujeres estaban de más. El deseaba profundamente que su plan funcionara a la perfección. Uno de sus hombres de confianza camino hasta donde estaba haciendo una reverencia discreta para luego acercarse a él, con el pretexto de ofrecerle de beber.

 

--Todo está listo mi príncipe.

 

--Que el señor me perdone.

 

Su colaborador entro en el gran salón y fue directo a donde le esperaba, el joven de piel aceitunada, ojos verdes y cabellos azabaches. le llevo a una especie de terraza donde vieron caer la nieve. En completo silencio; el bullicio de la gente quedaba apagado por los muros.

 

--¿Estás seguro de lo que deseas?

 

El joven dudo un instante pero al final asentó. Ya había tomado esa decisión hacía tiempo atrás, a pesar de que su padre le había dicho que debía convencer a la criatura de quedarse con él.

 

--Si, hazlo.

 

--No lo volverás a ver.

 

--¡No me importa! ¡Llévatelo! es tuyo.

 

--¿Tengo que esperar a que termine el festejo? ¿o puedo hacerlo ahora?

 

--¡Hazlo ahora! ¡O perderé mi oportunidad!

 

El hombre de capucha roja como la sangre, se deslizo entre la muchedumbre; y sin que nadie lo notase quedo de inmediato frente a él. Haciéndole parar en seco y sacándole de concentración. Las doncellas que colgaban de su cuello se apartaron en el acto.

 

--Tú debes ser el príncipe Vlad verdad.

 

--Sí. ¿Y tú?

 

--Solo un viejo amigo.

 

Aquel hombre pálido le abrazo y le llevo hasta la entrada del salón, el joven intento soltarse pero le fue imposible. Una vez fuera le envolvió entre sus brazos y comenzó acariciarle, el cuerpo.

 

--¡DÉJAME! ¡MALDITO!

 

El forcejeo y los gritos fueron en vano. Aquel hombre alto y pálido seguía en su labor, sintió como era manoseado por aquellas gélidas manos. El hombre se detuvo solo para llevarle a rastras, hasta afuera. para después elevarse en el aire y llevarlo lejos del castillo hasta la montaña donde el vivía, donde aquel joven de tez aceitunada le había despertado.

 

--------

 

--¿Que eres?

 

--¡Tú amante! Pequeño príncipe Radu

 

--¡No! ¡Te equivocas!

 

--No, tu padre te ofreció en sacrificio. Por tu belleza.

 

El joven se puso a sollozar, aquel ser pálido se le acercaba. Pero recordó la historia aquella historia que solía contarle su nana. Si le ofrecía algo a cambio algo mejor el aceptaría. Entonces en desesperación grito aquella palabra.

 

--Yo… ¡Te ofrezco algo mejor que yo en belleza y fuerza!

 

El caballero pálido se quedó inmóvil. Sonrió levemente y entonces le dijo al joven.

 

--Te escucho...

 

--¡Vlad! ¡Él es mejor que yo! ahora es un bebe; pero te garantizo que el será aún mejor que yo.

 

--Me pides que espere demasiado. Para tan poca cosa.

 

--¡No! ¡De verdad será mejor que yo! ¡Es lo que tú has estado buscando durante años!

 

Radu trago saliva, pero confiando de sus palabras. Le volvió a decir que Vlad era lo que deseaba. La criatura sonrió, lo había visto en sus sueños. Sabía que Radu era un pueril cobarde, que él no le servía como alimento. Pero sabía que aquellas palabras que salían de su boca lo liberarían. Que más le daba esperar unos años más; si ya había esperado milenios.

 

--¡Acepto! ¡Radu el hermoso! ¡Acepto! ¡Ahora baja y dile a tu padre que no te deseo a ti! ¡Que no tiene mi ayuda!

 

Radu palideció, si su padre no era ayudado el...

 

--Pero si Vlad mure, ¿cómo piensas…

 

--¡Ese es tu problema mocoso! ¡Si no cuidas a mi consorte! ¡Te matare de la peor forma que puedas imaginar! ¡Ya cambiaste! ¡Ahora largo!

 

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Solto a Vlad le arrojó al suelo, el príncipe se arrastró por el piso. Y se incorporó busco algo con que defenderse, tomo un hueso. No le importo que fuese humano lo empuño y se puso en guardia.

 

-----------

 

Radu camino de un lado a otro en la terraza, todos sabían lo que había pasado, el reino se entristeció aquella noche; el consejo no había siquiera logrado que su señor tuviera descendencia, estaban arruinados Radu los entregaría al sultán

 

Le odiaban; años atrás le había dicho a su padre que aquel dios arrogante no le quería, que deseaba al pequeño Vlad. A su hermoso retoño. Y que hasta entonces no tendría su ayuda, Vlad Dracul sabía que no le quedaría otra; cuando su pequeño Vlad cumpliera diez años, debía enviarlo a él y a Radu con el sultán. Razón por la que varios señores acaudalados habían perdido a sus hijos junto con su rey. Rogaron por que la criatura, también desechara a su señor y los guiase a la guerra.

 

Radu se encerró en sus habitaciones; estaba contento, dolido, eufórico. Todo a la vez había salvado su pellejo, al sultan lo tenía ganado, había sido un excelente consorte. A diferencia de Vlad que le había rechazado mil veces y mil azotes había recibido por aquello. Al grado que el sultán lo había enviado a entrenar como soldado en vez de darle una educación de príncipe. Aun que en cierta forma había sido lo mejor puesto que aquella criatura no le había reclamado nada.

 

--Comenzaremos a negociar con el sultán

 

--Si, mi señor.

 

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La criatura le observo con detenimiento, sus ojos carmín recorrieron ese cuerpo de arriba abajo, no solo deseaba su sangre. Deseaba poseerle, deseaba hacerle suyo en todos los aspectos.Le había visto en la cuna, el parto había provocado que la madre casi muriera, era un bebe hermoso fuerte. Era el hijo, el esposo y el amante, que él deseaba. Era todo en uno.

 

Cuando Vlad le vio acercarse, le atacó. El hueso se rompió en pedazos, al chocar con la cabeza de aquella criatura. Que sólo atinó a reírse, Vlad no se amedrento ante aquello, si algo había aprendido de los turcos. Era no temerle a nada.

 

--¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me trajiste aquí?

 

La criatura paro de reír y en un movimiento rápido apreso al joven, lamió su dulce y tierno cuello; olio ese aroma dulce de la sangre que salía de la peña herida en su mano.

 

--Amo ese aroma tuyo, joven Draculesti. Esta noche calentaras mi cama y llenaras de gritos mi casa.

 

Vlad forcejeo con todas sus fuerzas, pero sus intentos eran inútiles. Aquel ser se deleitó al verle contonearse con todas sus fuerzas, le deposito en la cama de doseles viejos. Vlad quedo sorprendido de aquel dosel de épocas antiguas lleno de mantas de la más finas sedas. En tonos rojos, lo que le dio cierto asco pues parecía un gran charco de sangre y carne.

 

Aquel ser pálido le quitó las ropas de un tirón, le arranco las camisas y le amarró con los girones de estas. Le zafo las botas y entonces le tomo de las caderas. Vlad quedo suspendido con la cabeza hacia abajo, aquel ser le sujetaba como si fuera un bebé, entonces sintió como su legua se deslizaba como una serpiente en su intimidad.

 

--¡SUELTAME! ¡ASQUEROZO! ¡MAL NACIDO!

 

La lengua rodeo su dormido miembro, Vlad lucho contra la voluntad de su cuerpo al no ver respuesta, aquel ser se molestó. Le dejo caer en el docel que rechino al recibir al príncipe.

 

--¡No te lo repetire dos veces! ¡O accedes esta noche! ¡O todas las noches cogeré contigo sin descanso! ¡Hasta que tu pequeño trasero ya no pueda recibirme jamás! ¡Tú decides!

 

--¡No te temo! ¡Eres igual que los turcos!

 

Los ojos de la criatura brillaron como el fuego, Vlad por primera vez sintió miedo. Guardó silencio y desvío la mirada.

 

--así...que crees.. Que soy igual a ellos ¡A esos a los que tu padre odiaba! ¡Por eso estás aquí! ¡Por ellos! porque por ellos te ofrecieron a mí. ¡Así que no vuelvas hacer comparaciones estupidas! ¡Mocoso! ¡Insolente!

 

Aquel ser abofeteo a Vlad, después le jalo el pelo azabache y clavo su mirada carmesi en sus bellos ojos azules.

 

--Tienes unos ojos hermosos, si te portas bien. todo saldrá como debe de ser. Ahora que ya estas más tranquilo. Comencemos, pero si vuelves a tus injurias, te pesara el haberme comparado con aquellos turcos.

 

Vlad cerró los ojos ante aquella criatura, su mirada era pesada. Llena de fuego, un fuego que quemaba la suya. No se había percatado de la forma de aquel ser, en su cabeza había unos cuernos. Pensó que era un ser del inframundo, un demonio. Por lo que, sólo atinó a rezar. La criatura soltó una enorme carcajada ante aquel gesto. Después volvió a su labor Vlad se dé tuvo y de sus labios salieron un parde quejidos, parecidos a unos gemidos. La criatura sonrió levemente, volvió a cargar a Vlad dejándolo suspendido en el aire; con la cabeza colgando hacia abajo. mientras aquel ser succionaba y la mía con devoción su intimidad.

 

--¿Qué pasa? ¿Acaso eres infértil?

 

--No es culpa mía, si no tú ya. Esta posición, no ayuda mucho.

 

La criatura sonrió, soltó las caderas de Vlad y en un abrir y cerrar de ojos el joven estaba entre sus brazos.

 

--¿Lo has hecho antes?

 

--No...

 

Vlad se avergonzó, pero era cierto. Ni siquiera con una mujer había estado, a su escasa edad de diez y nueve años. No había experimentado más que caricias superficiales, debido a que había rechazado ser consorte del sultan.

 

Aquel ser se acomodó sobre la seda, se sentó en la cama y recargo su cuerpo contra la cabecera del dosel. Después sentó a Vlad en su regazo

 

--Bueno, ahora aprenderás a ser un buen amante.

 

La criatura le lamio el cuello lo más despacio que pudo, sus manos se deslizaron entre sus pectorales subiendo y bajando por su abdomen y deslizándose por sus caderas, Vlad se arqueo hacia adelante, por aquella sensación. Su trasero roso con aquel enorme miembro despierto, sintió los fluidos viscosos debajo suyo. Respingo ante aquello. Sintió algo de miedo, pues aquel pene era tal vez más grande que el suyo o eso pensaba.

 

La criatura le metió la mano; tomo el pene del joven y movió su mano de arriba abajo para estimularle, mientras seguía deslizando su lengua por las orejas y el cuello del joven, pellizco una de las tetillas de Vlad quien no aguanto mas y empezó a sonrojarse. Sus mejillas carmín hicieron juego con los primeros gemidos audibles que soltó.

 

--Eso es, déjate llevar; déjate envolver por mi fuego.

 

Vlad sintió un enorme calor, un calor que le corroía por dentro. Y de pronto el deseo se encendió en él, un deseo enorme de ser poseído por la criatura que le acariciaba, de forma cadenciosa. Entonces se dio vuelta para quedar frente a él. su trasero se deslizaba juguetona mente sobre aquel enorme pene. Aquella criatura sonrío, se lamió un dedo y entonces lo introdujo en Vlad. Quien se arqueo y respingo debido al dolor. La sangre de Vlad se deslizo por su recto, la criatura saco su dedo lleno del fluido y lo lamió. Entonces acomodo al joven y le hizo sentarse de un jalón sobre él; Vlad sintió como si lo estuvieran empalando, pero el dolor le duro poco. El fuego que sentía dentro de él, le hizo impulsarse de abajo hacia arriba. La criatura se deleitó al verle subir y bajar sobre de él, la mejillas rojas de Vlad le excitaron al grado de tumbarle sobre la cama para arremeter con as fuerza Vlad por su parte gemía de placer; un placer que nunca antes había sentido. Abrió las piernas de par en par, para recibir las arremetidas de aquella criatura; lo que hace unos momentos le había parecido una aberración. Se había convertido en el mayor de los placeres.

 

--¡Más! ¡Ahhrghh! ¡asi! ¡Más fuerte!

 

--La criatura salió de Vlad, le volteo y su cara quedo contra la seda, Vlad sudaba como nunca el sudor y el fluido escurrían por sus piernas, la criatura le penetro de vuelta y el placer volvió a quemarle deseaba que todo ese fuego. El joven no hizo otra cosa que gritar de placer y pedir que le envistiesen cada vez más rápido. El vaivén de caderas se había tornado sonoro se escucha el golpeteo de las nalgas de Vlad contra los testículos de la criatura. Sintió como le consumía por dentro un fuego que le quemaba y le satisfacía y de pronto un frio enorme; el frio se dejó caer como una gran tormenta de nieve. Sobre él.

 

La criatura se detuvo agitada, sonrió y se recargo sobre la cama, Vlad temblaba de frio sobre la cama, aquel fuego y aquel deseo se habían apagado.

 

--Ven acá, eres de lo más dulce mi pequeño ¡oh sí! ¡Has sido el mejor regalo! ¡Mejor que Radu! ¡Mejor que tu propio padre!

 

Vlad no entendió nada de lo que decía aquel ser aquel ser, al que le había entregado todo aquella noche. Solo sintió como de su interior escurría hacia sus piernas aquel fluido mezclado con su sangre y el suyo propio bajando por su abdomen salpicado. 

Notas finales:

bueno espero les haya hecho pasar un rato ameno espero sus comentarios nos estamos leyendo pronto. 


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