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Aprendiendo a sobrevivir por sakurada momo

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Notas del capitulo:

eh.... pues bueno este es el cap uno que yo sinceramente no me habia dado cuenta que no se podia leer y como no tenia ni idea de como arreglar eso porque ya intente resubirlo y no funcionaba pues aqui me tienen subiendolo como el cap 17, jeje pa quien ya leyo el cap uno ignore esto

Queria agradecer a mi querida Yumekoi por decirme lo del error ¡gracias! y ahora te lo dejo para quepuedes leerlo 

jeje disculpen las molestias

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La vida es un desastre…

El mundo es un desastre…

Todo es un desastre…

Y el hombre que amo es el desastre en si…

Como comenzó?

Fue en el mejor momento de mi vida cuando todo se cayó y vi como pedazo a pedazo mi vida daba todo un vuelco

Pero…

Volvamos al principio…

El comienzo del desastre… el día de mi cumpleaños 23

-abogado Andrew  Flores, por favor, pase por el detector de metales-me dice el policía que controla el paso a la cárcel, - son solo las reglas, por favor coopere - me dice al ver mi cara disconforme con el pedido <<acaso tengo cara de narcotraficante o algo por el estilo?>>

-gracias por cooperar - me dice en forma de despedida una vez que ya ha comprobado que no llevo nada sospechoso en mi  <<que porque estoy en una cárcel el día de mi cumpleaños? Simple, soy un abogado de prestigio, no puedo dejar el trabajo solo por cosas personales>>

-Hola, amigo al fin vienes a sacarme de este cuchitril?..-bueno, tal vez si sea algo personal, él es Azrael mi mejor amigo de toda la vida.

-ya pronto Az, ya pronto-le digo como lo he hecho otras veces en los pasados tres años.

Mi amigo está condenado a cadena perpetua, acusado de una serie de asesinatos, pero esa no es la verdad, yo lo se Azrael no es capaz de hacer tal cosa, mi amigo no es así, pero…. No puedo ayudarlo intente obtener una apelación sin embargo el juez está seguro de que fue Azrael quien lo hizo, y bueno al final no hay esperanza para que el vuelva a ser libre…. Y aun así no soy capaz de decírselo…

-mnh, está bien no pongas esa cara, yo sé que no volveré a ver la luz del día como un hombre libre

-….lo siento…-me siento tan impotente ayude a tantos que ni conocía, muchos inocentes de una mala jugada como Azrael, y otros más que aunque yo supiera eran culpables igual ayude. Tantos desconocidos, tantas personas que no lo merecían, Y aun así no soy capaz de ayudar a mí, mejor amigo, dejándolo que se pudra en la cárcel

-ya, ya no llores no es tu culpa.-me dice mientras limpia el líquido salino de mis mejillas, yo me abrazo a él. Jamás podría acostumbrarme a ya no tenerlo cerca de mí, salir a correr en las mañanas salir y embriagarnos los fines de semana, él era como mi hermano y más, no podría acostumbrarme a verlo detrás de unas rejas…

-Basta de pensar en cosas sin importancia y cuéntame cómo van las cosas ahí afuera…-una leve sonrisa se figura en mi rostro, Azrael siempre fue muy maduro

-nada nuevo, mi hermana ya entro a la universidad….- y así comienza una larga charla que es interrumpida por un fuerte ruido proveniente del patio de la cárcel, me inclino hacia la ventana curioso por ver qué sucede, no hay que ser adivino para saber que era una “pequeña” revuelta…

-esos son Blake y Leo, los dos cabecillas de la cárcel-me dice señalando a un chico pelinegro y otro rubio ambos altos y fornidos parados cada uno en una mitad de la cancha, mientras a su alrededor están los demás peleándose - el que está detrás de Blake es Rubén - me dice señalando a otro chico un poco más bajito que Blake pero más alto que yo que igual se mantiene parado, sin hacer ningún movimiento - gracias a esos dos la cárcel está dividida en dos y cada tanto tiempo están peleándose como ahora

-y  tú de qué lado estas?-le pregunto viendo cómo llegan algunos policías poniendo fin a la revuelta

-ninguno, soy como un elemento neutro.-concluimos nuestra conversación y escuchamos una voz femenina por el alta voz que dice

“el cierre de celdas es a las ocho, todos a sus celdas”

-el tiempo pasa volando ya es tan tarde, bueno hasta otra ocasión Andy-se despide con la mano

-espera, te acompaño-le digo mientras lo sigo hasta la salida, con dirección a lo más profundo de la cárcel, un lugar que nunca debí conocer…

Al seguir caminando la buena pintura de la cárcel desaparece y ahora solo veo paredes de cemento la mayoría con grafitis, el lugar es de tierra y tiene maleza por todas partes, sin mencionar el hecho que un horrible hedor perfuma todo el lugar. Llegamos a las celdas un lugar donde todo es cemento, concreto puro rodeando el lugar cada celda con su correspondiente reja de hierro puro

-aquí me despido yo, espero vuelvas a visitarme pronto-me dice Azrael entrando a su celda

-sí, nos vemos-le digo regresando por donde vine, sin embargo mis necesidades ganan y acabo por ir al baño que usan los presos, un lugar maloliente en el que si apenas se puede respirar. Mientras lavo mis manos con el agua del grifo, siento una gran presencia detrás de mí que me empuja y pone contra la pared con un cuchillo en mi cuello

-¿Qui-quién eres?-le pregunto en un hilillo de voz, al hombre con capucha del cual solo veo cabellos azabaches

-umnh, me tienes miedo?, ¿quieres correr y gritar, huyendo asustado?-su voz es gruesa, profunda y aterradora- ¿quieres?-al fin levanta la cabeza permitiéndome ver su rostro piel morena, cabello azabache y ojos rojos, es Blake el supuesto cabecilla de la cárcel

-¿Qué quieres de mí?-le pregunto un poco más convicto, al hombre que sigue manteniendo la filosa daga en mi cuello

-nada, solo un poco de diversión, señorita- ESTE BASTARDO CREE QUE SOY UNA CHICA?!

-suéltame, bastardo-le digo sacudiéndome un poco

-oh, no eres una chica? Disculpa, pero con ese trasero pareces una ramera, tal vez te use y después te mate-me dice el bastardo mientras con una mano aprieta más el cuchillo contra mi cuello y con la otra manosea mi trasero

-si me matas tu…-me suelta y comienza a reír como loco, intento aprovechar la oportunidad para escapar pero me sujeta del brazo

-yo que? He? Jajajaja mira niño, yo tengo siete cadenas perpetuas, moriré antes de salir de este lugar JAJAJAJA - vuelve a reír como loco, pero de un momento a otro para en seco su risa - una condena mas no me hará daño, hasta tal vez adelante mi muerte, pero me he divertido mucho contigo hace tiempo que no reía tanto por lo que solo por esta vez te dejare ir, ¿de acuerdo?-se acerca más a mí - la próxima que te vea destrozare ese culito tuyo - me suelta y sale del baño . yo hago lo mismo minutos después intentando recuperar la calma tras casi morir a manos de un maniático.

Ya son las nueve por lo que decido quedarme en la cárcel a dormir en una incómoda sala de espera sobre un sillón, si así se le puede llamar a un embrollo de madera y fibra. Si bien podría regresar a la ciudad me perdería puesto que esta cárcel se encuentra en medio del desierto de Arizona, sin luz y en medio de la nada.

***

Desperté con el sonido de unas sirenas de alerta, y una fuerte luz roja a mi alrededor  que parpadeaba una y otra vez, salí de prisa de la habitación en la que estaba intentando descubrir  porque tanto alboroto. Solo me encontré con todos los guardias dejando sus puestos dirigiéndose a lo que parecía un pequeño buque para resguardarse y huir  pero… ¿de qué?

Inmediatamente intentando buscar respuestas fui a ver al directivo de la cárcel, un hombre viejo consumido por los años y bastante avaro

-¡¿Qué sucede aquí?!-pregunte furioso en cuanto entre por  la puerta viendo fijamente al directivo

-buenos días señor flores, ¿usted no se había ido ya de la cárcel?

-conteste!, porque hay todo un desastre ahí afuera?

-¿nunca a escuchado una alerta roja? No soy conocedor de los detalles pero se nos ordenó evacuar enseguida el lugar con todos nuestros hombres, si gusta también podemos llevarlo a usted

-¡no lo entiendo! Porque debemos evacuar?!

-es peligroso, ellos se acercan

-¿Quiénes se acercan? - sonríe en respuesta, no creo que esta conversación llegue a ningún lado - y los presos? Que harán con ellos también los llevaran?

-porque los llevaríamos? La mayoría de los presos aquí tienen un cadena perpetua, o pena de muerte. Porque llevaría a personas que de todas formas van a morir, monstruos condenados a la miseria?, no, yo no los llevaría. Ahora por favor acompáñeme pronto llegara un helicóptero para llevarnos a un lugar seguro- Azrael, ¿Qué pasara con él?, el directivo me agarra del brazo para guiarme a lo que yo lo evito

-gracias, señor, pero yo me quedo-le digo de forma fría y  un tanto burlesca. Solo para hacer enojar al hombre que considera a Azrael un monstruo

-yo no le voy a rogar, si quiere quedarse a morir, hágalo-me dice de forma muy arisca, saliendo de la habitación

Salgo de la oficina del directivo solo para ver como el buque en el que estaban los guardias salía de la cárcel haciendo un gran alboroto. Junto con un helicóptero militar que llevaba solo al directivo y un piloto. Nuestras miradas se encontraron por unos segundos. Sus ojos me condenaban a la muerte…

Una vez todos vieron que ya no había nadie para restringirlos. Un completo desastre comenzó, algunos comenzaron a molerse a golpes mientras otros sacaban armas y disparaban a los que serían sus supuestos enemigos. Mientras una minoría veía la forma de salir de aquel lugar. De pronto vi una muralla de hombres rodearme.

-parece que uno de ellos se quedó ¿te abandonaron?-me decía con  sarcasmo un hombre que me agarraba de la cintura

-deja al pobre niño, todos queremos divertirnos con él. Pero primero… - el chico que hablaba - se acerca a un micrófono en la oficina del directivo solo para decir…

-chicos, es hora de divertirnos-dice mientras aprieta un pequeño y rojo botón que abría todas las puertas de la cárcel. Se escuchan gritos y vitoreos  de parte de los presos que antes de salir van y cogen un arma del arsenal que tenían los guardias. Mientras a mí me empujan, pasamos por la puerta principal que ahora se encuentra completamente abierta

-suéltame idiota!!!-le grito intentando que me suelte al hombre que me agarra fuertemente de la cintura.

-jajajajaja desde cuando una nena puede defenderse? - intenta besarme a lo que yo lo empujo con todas mis fuerzas y el acaba tirado en el suelo

-PEQUEÑO BASTARDO!!-me grita mientras se levanta y se acerca peligrosamente a mi. En un microsegundo veo como un hombre todo ensangrentado se abalanza sobre el comenzando a morder y destrozar su cráneo. Tragando cada pedazo como un animal hambriento. Mentiría si digo que no me asuste, que no quede en shock, y estático sin poder hacer nada, consumido en el miedo. Hasta que alguien me tomo del brazo y abrazo para que no viera la sangrienta escena

-porque estás aquí?-me pregunta la voz de Azrael. Escucho un disparo

-no podía dejarte solo-le digo aun escondido en su pecho

-vámonos-me dice jalándome y conduciéndome hacia adentro. Volteo para ver como un gran grupo de personas ensangrentadas, iguales al hombre que ahora yace en el piso pero que antes destrozaba el cráneo de otro, el grupo se acerca con una velocidad impresionante saltando encima del primero que se le atraviese para desgarrar su cuerpo mientras otros con sus armas disparaban a quien podía humano o monstruo, parecía que quien fuese les daba igual. Mientras Azrael y yo huíamos sin rumbo fijo, confiaba ciegamente en él. Mientras corría veía a mi alrededor como pasaba de un campo de batalla a otro, con la única protección de Azrael que tenía un arma con el que disparaba a todo monstruo que se atreviera a intentar atacarnos, Azrael tenía una puntería perfecta, una habilidad que desconocía de él. Las paredes estaban salpicadas con sangre eran monstruos contra monstruos claramente sería una carnicería, no me equivoque. Las personas eran degolladas tragadas y escupidas. Vi a un hombre mientras le explotaba el cráneo, y sinceramente me sentí un poco culpable al pasar de largo y ni siquiera darle un minuto de silencio mientras Azrael continuaba el camino pasando sobre el cadáver del hombre y por un momento pensé que ese no era mi amigo pero… en esa situación crítica no había momento para pensar en los demás, solo me quedaba ignorarlo. Finalmente llegamos a una celda, en la que entramos sin siquiera mirar alrededor, cerrados con una llave que tenía Azrael, la habría encontrado en medio del caos. Los monstruos no tardaban mucho en devorar a sus víctimas y su número iba en aumento. Parecían tener más compañerismo que los propios presos, porque mientras ellos atacaban solo a humanos pareciendo ignorar a los de su “especie” los presos se atacaban entre si y  a los monstruos.

-tranquilo - me decía Azrael dándome palmadas en el hombro yo, lo suficientemente consternado, me escondí en un rincón de la habitación esperando que el alboroto de afuera calmara. Nada cuesta soñar. Sabía que eso sería imposible sin esperar que todos los presos murieran para así acallar a las criaturas…

-Abre de una puta vez esa puerta, Azrael !!! - gritaba un hombre de cabellos azabache, piel morena y ojos rojos

El puto bastardo del baño…. Blake

Me asomo de mi escondite para ver mejor la escena, esta Blake apoyado en las barras de hierro viendo fijamente a Azrael quien le devuelve la mirada con una sonrisa prepotente. Mientras a la espalda de Blake se encontraba su amigo Rubén viendo que nadie los ataque con una ametralladora en mano

-Y porque nuestro gran líder no se larga para encontrar un escondite digno de usted? - dice sarcásticamente Azrael

-Azrael, no me vengas con mierdas, y abre de una vez la puta puerta!!!

-muérete, Blake, todos quieren verte muerto así que, muérete y púdrete como el animal que eres-no podía creer que Azrael dijera eso y otra vez me pregunte si ese era mi amigo o un simple impostor…

Rubén parecía tener problemas luchaba con un monstruo que al parecer se había abalanzado sobre el cuándo a este se le habían acabado las balas el rápidamente saco una pequeña arma de un bolsillo y lo coloco en la cabeza, pero rápidamente otro se abalanzo sobre él… estaba en problemas… No lo soporte y cansado de ver a Azrael y Blake pelear como dos niños. Fui y tome las llaves del bolsillo de Azrael sin siquiera preguntárselo a lo que el no hizo más que dar un pequeño bufido, abrí la puerta y como un rayo los dos entraron a lo que yo cerré la puerta con brusquedad, muy tarde pensé al ver un monstruo a milímetros de mí, sentía su félido aliento cerca de mi

-¡CUIDADO!-grito el mismo que me jalo del brazo y me atrajo hacia el… no podía creerlo… era Blake, me miro detenidamente intentando recordar quien era o si siquiera me conocía,

-eres la ramera del baño?-me pregunto, como si nada. Por un momento hubo un silencio abrumador, hasta parecía que las bestias se habían callado ante el fuerte golpe que le di en la mejilla al bastardo de Blake

-mi nombre es Andrew Flores, vuelves a llamarme ramera, y te lanzo a esas bestias para que te coman!!!

-mnhj –hacia un intento para no reír- de acuerdo…  florecita…-sentí ganas de tirarlo a las bestias para ver como lo despedazaban pero no podía primero porque sabía que no era los suficientemente fuerte y segundo… mientras más seamos, más posibilidades tendremos de  salir de aquí. Azrael y Rubén estaban expectantes a mi siguiente movimiento esperando que yo le contestara, yo solo me senté al lado de Azrael sin decir nada, y me quede viendo el suelo como la cosa más interesante del mundo

Pase un día completo encerrado en una celda. Qué ironía un abogado encerrado en la cárcel. No sabía porque seguía ahí pero estaba seguro que era lo más seguro, si hubiéramos intentado escapar en cuanto comenzó el caos de seguro habríamos muerto devorados por esas bestias, encerrados ninguno podría atraparnos pero tarde o temprano tendríamos que salir…

El gruñido de mi estómago pidiendo comida, fue lo que interrumpió el incómodo silencio que se había formado en todo el día

-¿tienes hambre?-me pregunta Azrael - es una lástima pero no pude traer comida, lo siento

-no te preocupes, está bien - de pronto el callado Rubén al que no había escuchado hablar hasta ese momento, en el que de su bolsillo saco un pequeño pedazo de chocolate y me lo tendió, diciendo:

-Gracias, por abrir la puerta-yo bastante ansioso respondí “de nada” comiendo la pequeña barra dulce, sin siquiera mirarla bien. Me sentí satisfecho con ese pequeño pedazo dulce, pero solo me sentí desdichado al darme cuenta que me había comido toda la barra egoístamente aun sabiendo que los demás estaban en mi misma situación…

-no te preocupes, he pasado más de tres días sin comer, por culpa de esos malditos oficiales.

-Sí, nos tratan peor que a un perro-me contestan Rubén y Blake, mientras Azrael me ve con una amplia sonrisa como si estuviera de acuerdo con los demás… ¿en serio intentan animarme?... bueno, aunque no les funcione

-gracias…-les susurro, siento como si ese ambiente incomodo se haya dispersado. De pronto escucho un fuerte golpe, era… Leo?

-pobre bastardo - decía Blake con una sonrisa en el rostro como si le divirtiera el ver a su “enemigo” detrás de las rejas siendo devorado por las bestias gritando por ayuda sin que nadie lo socorra, fue la primera vez que vi a un hombre siendo devorado tan de cerca a escasos milímetros de mi cara pude sentir la sangre salpicada sobre mi rostro el sabor metálico en mis labios que parecía encantarle a la bestia que saciaba su hambre con las carnes de Leo…. Me dio asco, no pena o tristeza simplemente asco. Me limpie la cara con la manga de mi traje y volví a sentarme en el suelo junto a los demás al parecer esa bestia nos había encontrado y nos veía como las próximas víctimas, ¿cómo? No tengo idea pero después de este aparecieron uno tras otro, al final quedamos completamente rodeados por esas bestias ¿Por qué no iban a cazar a otros presos? De seguro era porque ya habían matado a todos… aunque eso era solo una suposición.

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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