Los Dioses que una vez más habían reconsiderado sobre destruir o no a la humanidad, se encontraban confusos opiniones divididas se veían en olimpo. A tena trataba constantemente de persuadir a los Dioses que solo lanzaban acusaciones de lo maligna que era la presencia humana. Zeus, ordeno que cada Dios tuviera un acompañante humano y de esta forma que cada quien saque sus propias conclusiones, sí realmente son buenos o solamente una amenaza nociva.
Los elegidos fueron los caballeros condenados al monolito, cada Dios recibiría a uno de los santos dorados. Pero Apolo no estaba muy seguro de la compañía que recibiría, ser inmortal te permite ser espectador de muchísimas cosas y el como representante del astro rey, ya tenía suficiente de un sol resplandeciente. Con consentimiento de Zeus, intercambio a su compañero con el de su hermana. Un hombre diferente a todo lo que había conocido antes. Cabello plateado cual brillo de luna, piel pálida como la arena cristalina cuando las estrellas la besas, y ojos Sangría reflectores de la peor pesadilla nocturna. Frio eso se reflejaba en la apariencia de ese hombre, aunque estuviera lleno de la calidez que ofrece el estar vivo.
Como se encontraban en el momento en que fue condenado Apolo decidió llevar al caballero que sería su compañía. En un lecho que había sido destinado para un Dios reposaba el caballero de Cáncer, y Apolo se sentó en la esquina del lecho, observando como la fría luna reposaba en su cama.
Le parecía extraño, aquella figura albina tenia tanto calor en su interior, pero algo parecía bloquearla, que retenía a ese calor de salir de su interior.
Cuando el caballero de Cáncer despertó, vio con curiosidad todo lo que lo rodeaba, cuando se sentó recostando su espalda en la cabecera de la cama, el manto que lo cubría se deslizo por su pecho, cuando su mirada se encontró con la del Dios.
-Hola, sé que has de estar confuso pero no tienes nada que temer, me presento soy…
-Apolo-interrumpió Deathmask
-veo que es cierto lo que dicen de tu perspicacia Deathmask.
-No es cuestión de perspicacia, tu Cosmos evidentemente es de una deidad y el sol en tu ropa deja completamente en claro tu identidad.
-eres bastante observador, entonces he de asumir que no será difícil para ti sacar una conclusión de la razón que te trajo hasta aquí.
-Supongo que está relacionado con Atena y la humanidad, no es que tenga mucho de donde escoger, en el momento en que nos convertimos en caballeros, entregamos nuestra vida al bienestar de los demás.
-Creo que hice una buena elección, estoy enterado de tus acciones pasadas, aunque desconozco los motivos porque sé que van más allá de los que diste a los caballeros de bronce.
-eres un Dios si quisieras podrías saberlo-el tono retador que usaba Deathmask, solo parecía despertara el interés del Dios del sol.
-En efecto, pero no deseo obligarte, nada sería más satisfactorio que tú me lo contaras por voluntad propia.
-¿crees poder hacerlo?, ¿estás seguro que yo diré algo que pueda comprometerme de cualquier manera?
-Sí, como mencionaste hace poco yo soy un Dios, todo lo que haga será superior a cualquier humano, con eso haz de saber que mi poder de persuasión está por encima de todo.
-Ese es el problema, Los Dioses creen que su título le hace acreedores de todo lo que se alce ante sus ojos y cualquier cualidad con la que hayan dotado a los humanos, nos juzgan de crear masacres, cuando Ares destruye cuanto toca, nos acusan de no saber amar, cuando tu padre Zeus es la representación perfecta de la promiscuidad. Ustedes toman todo lo que quieren sin inmortales que daño puedan causar
-Entonces de eso se trata-Apolo creía haber descubierto algo importante, gracias a la acusación dada por el italiano.
-¿a qué te refieres?-Deathmask, cuestiono al Dios, quizás había soltado mucho de un solo golpe.
-Al motivo que te impulso a traicionar a Atena y por qué tu cosmos parece hostil ante mi presencia. Un Dios hizo algo que te lastimo-Apolo sintió una ligera perturbación en aquel joven y se corrigió de inmediato, poco a poco parecía que formaba las piezas de un rompecabezas-no no fue un Dios fueron dos.
Deathmask se negó a continuar con la conversación, esto le aseguro a Apolo que lo que había dicho era correcto.
-Puedes darme algo para vestirme-Cáncer se sentía bastante incomodo estando desnudo y no pretendía estar así todo el Día.
-Lo lamento, no lo hare.
- ¿Por qué?, ¿esto no representa ningún problema para tus sirvientes, ¿o ellos también se pasean así por tu recinto?
-En primera no tengo sirvientes, en segunda siempre he considerado interesante la anatomía de los humanos, pueden esconder muy bien bajo su físico quienes son en realidad, por eso me gusta verlos así, para saber cómo reacción a diferentes estímulos.
-¿Soy tu conejillo de indias acaso?
-No eres mi acompañante, así que estando nosotros solos no nos queda más que aprender uno del otro.
-¿Qué puedo enseñarte yo? ¡O mejor aún! ¿Qué crees que puedo aprender de ti?
-Yo te mostrare que existe la bondad entre los Dioses, y tú me enseñara porque una figura de fría contiene tanto calor.