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La Alianza de los Reyes por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Buenas nochecitas!! aqui publicando esta historia!! mil gracias a Un, Cris y CaocTaisho por comentar!! no saben lo dichosa que me hace que lo hayan hecho, ya que estaba bastante preocupada si gustaría o no!!

Espero que les guste como va la historia, se que a ratos se puede sentir confusa, pero se va integrando (creo yo jijiji) como un puzzle!! tengan paciencia!!

A leer se ha dicho~*

Capítulo 1: En Nacimiento del Mal

*-.-*14 años después*-.-*

Charlie Weasley caminaba a paso lento por el largo corredor. La salinidad del aire incorporado con las pacificas olas tan cerca chocando con el risco, le tranquilizaba. Con un asentimiento saludaba a los sirvientes que nerviosamente le contestaban con lisonjas y demás reverencias exageradas.

“Este no es lo que me corresponde” pensó con un melancólico suspiro al llegar a sus aposentos reales.

Mirando el cetro dorado en su mesa de noche, arrugó la nariz. En definitiva él no tenía madera para reinar; en sus clases jamás puso la debida atención porque consideraba al gobierno como algo superfluo y sinsentido, todas esas normas y reglas, todo ese inimaginable poder que nunca podría aspirar y de hecho no lo anheló ni en ese entonces. Sentándose pesadamente sobre la esponjosa cama, tomó la corona que lo nombraba legítimo rey de la Tierra del Oeste. Pero él no estaba a gusto con el título. No estaba listo hacia 5 años que se lo dieron y mucho menos lo estaba en ese momento.

Con pesar miró la brillante espada plateada  en su encierro de cristal y sintió un nudo en su garganta al recordar a quien debía de pertenecerle realmente… a Bill… el ecuánime, honesto y patrón de las causas justas Bill…

“Mi Bill… ¿Por qué te fuiste?” pensó apretando la corona entre sus manos mientras una traicionera lagrima rodaba por su nariz.

*-.-*FlashBack*-.-*

La gran fiesta que se llevó hacia casi 13 años atrás se hizo presente ante sus ojos. La exquisitez del ambiente, la sonrisa de Bill tendiéndole la mano para poder hablar a solas.

Cuanta calidez era pertinente para una sola persona, no tenía idea, pero sabía que el candor de Bill era único en cada aspecto.

-Fue una coronación maravillosa, ¿a que sí, Charlie?- preguntó su jovial voz mirando las extensas fuentes del jardín que borboteaban inquietas bajo el avasallante sol.

-Pues yo que se… me estaba durmiendo a media ceremonia- dijo el menor bostezando ganándose un codazo de su hermano que rió de lo lindo imaginándoselo y no dudando por un segundo que lo hubiera hecho.

-Pues de lo que te perdiste, hermanito, fue perfecta. El ahora rey Harry será increíblemente poderoso, debiste de haber visto la cantidad de magia que lleno la estancia… y cuando tomó en sus manos la Varita de Magia Elemental fue como armonía en su estado basal… creo que bien guiado, llegará a ser mucho mejor que sus padres… - dijo en ese tono soñador de castillos en el aire que siempre podía ver claramente frente a sus ojos,  esa imagen infantil que siempre le fascinó a Charlie –aunque creo que tú también podrías ser buen gobernante si quisieras… ya que no toda tu vida tienen que ser los dragones…- dijo como que no quiere la cosa apartando un mechón pelirrojo de su frente.

Las mejillas del ojicafe se tiñeron levemente de rojo, que fácilmente podría echarle la culpa al clima seco del lugar y le dio un golpe en el hombro.

-Sigue hablando así y tal vez te hecho un dragón cuando estés distraído- dijo haciendo un mohín como si estuviera realmente indignado por toda la faramalla que hacia sobre el futuro rey que estaba en el lugar más recóndito de la sala, conversando con el heredero de los bosques helados y las tonterías que decía sobre él.

-Hablo enserio Charlie…-

-Yo también- la decisión reflejada en sus ojos jamás mentía. Pero en ese tiempo pensaba que eran simples habladurías suyas pues, para Charlie no había nada mejor que ser libre como el viento allá en su país natal. Ese clima cálido costero, tan primordial para las criaturas de corazón de fuego, con todos los dragones que observar y cazar.

No por nada eral el mejor cazador de dragones de los cuatro reinos y sonrió por su título, que no estaba dispuesto a cambiarlo ni por todo el oro de LastWorld, ni por la tierna mirada que le dedicaba Bill mientras le aseguraba que sería buen rey.

Aunque tal vez si aquella propuesta se le hiciera en otro sentido, como reinar a su lado, podría considerarlo…

-Sin embargo… creo que no es correcto que este demasiado cerca de él…-

-¿De quién?- dijo viendo para donde se perdían sus ojos azules y bufó. Nuevamente los pensamientos del rey iban directamente al soberano del Pais del Desierto del Norte.

-De nadie- dijo deteniendo su rostro con la mano mientras le sonreía. Su palma se sentía tan bien contra su rostro  que al instante cerró los ojos –seguro solamente son idead mías…- dijo riendo colocando su frente contra la suya.

-Ahh…. Ya comenzaba a preocuparme por el bienestar de tu cabeza- contestó risueño Charlie mirándole con el infinito amor que siempre sintió por él.

*-.-*Fin del FlashBack*-.-*

-Majestad- llamó una voz sacándolo de su ensoñación. No entendía porque precisamente tuvo que recordar aquello en ese exacto momento y dio un asentimiento con su cabeza instándolo a que prosiguiera –un chico… un chico está exigiendo hablar con usted- dijo temeroso el guardia como si no pudiera dar crédito a lo que veía –no parece de por aquí, rey Charles. ¿Qué desea que se haga?-

Su palabra era ley y tenía noción de eso. Los ojos del guardia lo miraban como si el poseyera la verdad sobre todas las cosas, que si él así lo consideraba, podrían echar con los más salvajes trasgos a ese pobre chico.

Cerró los ojos e hizo un ademan con su mano.

-Déjalo pasar… si tanta urgencia tiene, debe ser algo importante ¿no crees, Amos?- el hombre asintió imperceptiblemente y con una reverencia marcial procedió a dar las ordenes pertinentes.

Pudo ver a lo lejos a sus hermanos tontear como siempre lo hacían, como él lo había hecho hacia cinco años cuando consideraba a LastWorld un pacífico mundo donde todo podría salir bien. “Que ingenuidad nos rodeaba” pensó con media sonrisa entrecruzando sus dedos para posar su barbilla.

Su dama de confianza se posicionó a su lado. Si había alguien en quien mas confiaba por su infinita sabiduría pese a su joven edad, esa era la esposa de su hermano menor, Hermione Weasley.

-¿De qué crees que se trate?- preguntó en voz baja a la mujer que extrechaba un viejo libro contra su pecho. Miraba fiamente la entrada como si tuviera un mal presentimiento.

-No lo sé Charlie… pero no puede ser algo bueno…-

Cuando el portón se abrió notó con curiosidad a un chiquillo entrando a trompicones con un paso acelerado como si estuviese huyendo de algo; se veía exhausto y en efecto, al instante sus piernas fallaron y lo hicieron caer al suelo arrodillado frente al trono. Su cabello rubio caía sobre su frente ocultando su rostro, estaba alborotado y sucio, probablemente por su larga travesía

Charlie se aproximó a él, seguido de Hermione y rodando los ojos escuchó los quedos jadeos de los individuos de la corte ante tal inexplicable comportamiento del soberano.

La posición encorvada y el temblor en sus manos le dio a entender que lo que tenía que decir era de suma importancia, e irguiendo su rostro lo examinó rodeándolo.

Decidió agacharse para estar a su nivel, notando con su gesto, la tensión del ambiente y el cuchicheo de los guardias sobre lo riesgoso que era que hiciera aquello. Pero Charlie no tenía miedo alguno. Si podía luchar con dragones, un niño delgaducho como aquel no presentaría mayor problema.

Era solo un chiquillo de probablemente no más de 15 años, según pudo censar Charlie pues, no era bueno para medir la edad humana como la de los dragones.

Unos ojos verde malaquita le regresaron la mirada. Se quedó helado por la intensidad y fiereza de ellos, pero más aún por algo extraño que tenían… algo que no sabría descifrar que era.

-Di tu nombre- exigió quebrando la quietud de la expectativa de todos.

-Sco..Scorpius…- dijo el chiquillo –y tengo algo vital que decirle…-

-¿Y qué es eso tan importante que te trae por aquí… Scorpius? ¿Qué es lo que deseas del reino de la Tierra del Oeste?-

-Rey Charlie… él la ha encontrado…- dijo con trémula voz aferrándose de su brazo –yo lo vi… él desea poseer la Espada del Cristal Oscuro… y la está buscando…- Contuvo el aliento al igual que todas las personas del recinto.

“No es posible…” se dijo alejándose del niño como si su presencia fuera abrasiva y negó con la cabeza.

-¡Insolente chiquillo, como te atreves!- vociferó el guardia principal dispuesto a darle una tunda por semejante blasfemia.

-¡Basta!- chilló Hermione poniéndose frente del muchacho en señal protectora.

-Suficiente Amos- dijo Charlie deteniéndolo al instante y con toda la tranquilidad que pudo juntar se dirigió nuevamente al extraño chico -¿Tu como sabes de la espada?- dijo sin una sola expresión mirándole atento. ¿Qué clase de artimaña era aquella?

-Solo las historias que la gente cuenta… la espada tan poderosa como el mismísimo Merlín que guarda parte de su alma…- dijo mirando al suelo como si le doliera algo y arrugado el ceño como si estuviera reviviendo una pesadilla en su mente –pero yo lo vi… a él… estaba demasiado cerca que lo escuché decir que buscaría la espada del cristal oscuro. Que yace en La Tierra de Nadie… y cuando la poseyera, dominaría hasta el último rincón de LastWorld y esparciría  como un camino carmesí, la sangre de los traidores…-

Charlie jadeó cubriendo su boca con el dorso de su mano. No era posible. Aquello no podría ser una broma; Lo sabía. Solamente los cuatro reyes tenían el conocimiento de donde se ocultaba la espada, nadie más… las personas de los pueblos solo se contaban historias fantásticas con respecto a ellas como mero entretenimiento, pero solamente.

“Bill tenía razón…” pensó mirando con congoja a Hermione quien tenía los ojos abiertos como platos. Ella también entendia lo delicado que era ese conocimiento pero tan veraz que parecía sacado de sus peores pesadillas.

Una guerra se desataría si la espada salía de su escondite, de eso estaba seguro. Aquella espada no era digna de ser portada por nadie  y por ello el juramento de los reyes permaneció vigente hasta la fecha.

“Romper el balance entre los reinos así como así…” se dijo dando vuelta de ida y venida. ¿Quién era tan despiadado y ruin para poner en jaque la armonía del mundo por un fin tan egoísta y cruel?

No quería ni siquiera especularlo. No podía ser posible…

-¿Quién haría algo tan atroz, muchacho? ¿A quién viste en dirección de La Tierra de Nadie?- exigió poniendo de pie al chiquillo que tembló por la zarandeada.

-El gran mago de la oscuridad… Harry…- dijo en un hilo de voz antes de caer desmayado.

 

Notas finales:

Cualquier duda, piropo, regaño o comentario es bien recibido!! espero que les guste la intriga, porque va a haber mucha de ahora en adelante!

seguro se preguntan ¿que fue lo que paso despues de la coronacion de Harry? ¿que le pasó a Bill? todo eso y mas se resolverá en los siguientes capis!!

Les mando muchos besitos y pliss! no dejen de comentar!!

El siguiente capi se llama "Los cuatro elementos magicos" y veremos por primera vez la aparicion formal de Sirius!~

Nos leemos prontito~


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