Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Anata... por AIKO_love

[Reviews - 92]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

@@ Algo que ya tiene rato.. Qué rato, ratísimo.. Y es bastante bizarro ;w; Kami, como pude escribir algo así? >> Ejem..

Notas del capitulo:

El primer capítulo de una nueva trama (No tengo ni la menor idea de que va a tratar u.u) Dejen reviews por favor!!! >.<

*Pensamientos en cursiva*

 

El sol se asomaba por la ventana de su habitación, tenía que levantarse ahora, su primer día de clases comenzaba. Después de desperezarse un poco se dirigió a la ducha, tomó su ropa, se dio un vistazo en el espejo, todo estaba perfecto. Su cabello húmedo peinado distraídamente, su uniforme negro ajustado a su figura y unos ojos vino adornando su rostro.

 

Sin siquiera despedirse salió de su casa, quería tomar uno de los asientos de atrás en el aula así que trató de llegar lo más rápido que pudo, evitando toda clase de miradas y comentarios por parte de sus compañeros, porque sí, pasar desapercibido era uno de sus pasatiempos, aunque era imposible para los demás no fijarse en él.

 

“Esto apesta... “. Una chica un poco más baja que él se acercaba con aire triunfante.

 

-Arata-kun!!! Arata-kun!! Espera por favor!!-.

 

-¿Qué quieres?-.

 

-Etto... Quería saber si... ¿Te gustaría sentarte conmigo en el autobús?-.

 

-Olvídalo... Iré caminando-.

 

-Entonces... ¿Puedo acompañarte?-.

 

-Da igual... mientras no te quedes muy cerca...-. Dijo susurrando.

 

-Es curioso ¿sabes?... -. Al ver que el otro chico no respondía continuó restándole importancia. –A veces siento como si te quisieras alejar de la gente...-.

 

-¿En serio?-. Preguntó sarcástico.

 

-Pero son sólo ideas mías...-. Le respondió con una sonrisa amable.

 

-De hecho... estás en lo cierto... prefiero estar solo así que si no te importa...-.

 

 

 

La chica estalló en llanto y enseguida salió corriendo.

 

 

 

-Hasta que se va... es una molestia-. Hablaba para sí mismo mientras apresuraba su paso, ese incidente no lo tenía planeado.

 

-Eso no ha sido muy gentil...-. Una voz a sus espaldas lo llamó.

 

-Ni que me importara...-.

 

-Pero vamos!, la chica no es tan mala...-.

 

-Eso no te incumbe... -.

 

-Parece que alguien se levantó de mal humor hoy...-.

 

-No estoy para aguantar idioteces así que déjame ¿Quieres?...-.

 

-Lo siento... -.

 

-Pues yo no...-. Se volvió para encarar al chico que rompía su paz momentánea pero su mirada lo inmovilizó.

 

-De acuerdo... -. Pasó delante del chico de ojos vino. –Será en otra ocasión cuando tu humor cambie-.

 

El chico de pelo ondulado y largo color verde le revolvió el cabello al tiempo que le guiñaba un ojo dejando relucir el azul intenso de su mirada.

 

-Ja-ne!!...-. Se siguió de largo dejando a un muy impresionado Arata.

 

 

 

“Él era tan... guapo... ¡¿Pero qué demonios estoy pensando?!... Mejor me dejo de estupideces...”. Miró a la ventana en busca de un poco de paz interna cuando aquel que daba vueltas en su mente apareció ante su vista.

 

-No puede ser!!...-. Se levantó de su asiento estrepitosamente llamando la atención de todos sus compañeros y cayendo al suelo en el acto.

 

-Kitagawa-kun... Le ruego que si no desea poner atención a mi clase tenga la decencia de salir y dejar de distraer a los demás...-. Un señor rechoncho y de bigote espeso le gritó desde su escritorio.

 

-Mil disculpas...-. Dijo con la cabeza baja mientras se levantaba y su sonrojo se hacía más evidente.

 

El timbre sonó anunciando el fin de su tormento. Odiaba la escuela, a sus compañeros, todo... Le encantaba estar solo, en paz, sin nadie que lo molestara con preguntas estúpidas como “¿Cuál es tu comida favorita?” o “¿Te gusta la música?”. Le molestaban todos menos una persona, la única en este planeta capaz de calmarlo y, además, de conocerlo a fondo, su hermano mayor.

 

Desde muy chicos habían sido apegados. Por eso le tenía especial cariño, además de completa admiración, y es que su hermano era la perfección en cuerpo. Mucho más alto que él, unos ojos profundos de tranquilizante color azul, piel levemente bronceada, cabello siempre sedoso y, ante ojos, incapaz de cometer error alguno. En cambio él, con unas apagadas orbes vino, cabello hasta los hombros color castaño y una piel realmente blanca, no se parecía en nada a aquel ser perfecto.

 

 

 

Esperó cerca de la entrada a que el grupito de chicas que lo asaltaban diariamente con preguntas se cansara de buscarle y se fueran. Estaba harto de la misma rutina. Sus orbes estaban fijas en el pavimento cuando una voz conocida llamó su atención.

 

 

 

-Arata-kun!!...-. Un chico más alto que él le gritaba a lo lejos.

 

-¿Qué?...-. Contestó sin dejar de caminar.

 

-El profesor te busca... pregunta que porqué has faltado a las prácticas...-.

 

-No pienso asistir de nuevo...-.

 

-Pero... sin ti... el equipo de atletismo se irá abajo...-.

 

-¿Y eso a mi qué?-.

 

-Por favor Arata... hasta los nacionales... puedes dejarlo después si gustas, pero por favor... no nos dejes ahora...-. Lo tomó del hombro para detener sus pasos.

 

-Y que diferencia hay... Soy uno más en el equipo, un integrante más-.

 

-Sabes bien que eres el mejor del club...-.

 

-...-.

 

-¿Irás?...-.

 

-Nos vemos mañana en práctica...-.

 

-Gracias...-.

 

 

 

Todo era aburrido, tan monótono... siempre lo mismo. Después de caminar por largo rato se dirigió al parque, cualquier lugar sería mejor que casa, ¿Qué caso tenía ir si nadie esperaba su llegada?... Desde que su hermano se había ido nadie lo esperaba. Su padre siempre ocupado en sus asuntos no se daba tiempo ni siquiera de dirigirle una mirada. El viento otoñal calaba sus huesos haciendo que un escalofrío recorriera todo su cuerpo junto con una lágrima que se deslizó por su rostro.

 

 

 

-Supongo que tienes frío... ten esto-. Sintió sobre sus hombros un abrigo. Giró para ver al dueño pero la misma mirada azul que se mantuvo en su mente toda la mañana se fijó en él.

 

-Tú... ¿Quién eres?... -. No tuvo tiempo suficiente para secar sus lágrimas.

 

-Tranquilo... no te haré nada, me llamo Haru...encantado-.

 

-En todo caso... no importa, ten, te lo devuelvo...-. Dijo quitándose el abrigo y extendiéndoselo al otro chico.-

 

-Puedes quedártelo...-. Se acercó a él en un rápido movimiento y secó sus lágrimas.

 

-No...-. Al sentir aquella mano sobre su mejilla un carmín brotó en su pálida piel.

 

-¿Puedo saber tu nombre?...-.

 

-Arata...-. Siguió sus pasos dejando al ojiazul atrás.

 

-Es lindo... como tú-. Susurró a su oído de forma suave.

 

-¿Quién te crees que eres?-. Aquel cálido aliento lo había hecho sobresaltarse un poco.

 

-Calma... sólo digo la verdad...-.

 

-¿Qué querías en la mañana?...-. Intentó cambiar de tema al sentir de nuevo calor en sus mejillas. “Pero... se parece a mi hermano... su presencia es casi igual”.

 

-Saludarte, sólo eso... pero veo que tu humor no es muy bueno en las mañanas, por eso decidí probar mas tarde...-.

 

-Hoy te vi... jugabas football-.

 

-Me alegra que me recordaras....-. Esbozó una hermosa sonrisa que logró sacar otra de Arata. –Te ves bello cuando sonríes... deberías hacerlo más seguido...-.

 

-¿De qué sirve una sonrisa si no es sincera?...-.

 

-¿Y esa lo fue?-.

 

-Si...-.

 

-Gracias...-.

 

-¿Por qué?...-.

 

-Por permitirme verla...-.

 

-Tú...¿Por qué me buscas?-.

 

-Ehh??-.

 

-No te pasará nada bueno si estas conmigo...-.

 

-No me importa...-.

 

-Es en serio... soy de lo peor...-.

 

-No te creo...-.

 

-Como quieras...-.

 

-¿Por qué llorabas?...-.

 

-Por nada...-. Paró sus pasos un momento para mirar aquellas orbes azules. –Quiero estar sólo... por favor...-.

 

-De acuerdo pero...¿Te puedo ver mañana?-.

 

-Como sea...-.

 

-Que indiferencia...nos vemos luego-.

 

 

 

Se sentó en el césped recargándose en el tronco de un viejo árbol. Pasó sus frías manos por la hierba de forma distraída mientras delicadas gotas de lluvia caían a su alrededor. “¿Quién eres?... ¿Qué es lo que buscas?... No te entiendo, no entiendo nada... Tu mirada es... tan cálida, como mi hermano... Ojalá estuvieras aquí, pero no, te alejé... como siempre... soy un cobarde, sólo eso...”. Se abrazó a sí mismo dejando caer libremente las lágrimas mientras se cubría con aquel abrigo, el abrigo de Haru, su abrigo.

 

 *o*o*o*o*o*

 

 Diganme que les parece, a mi no me dejó muy conforme, pero bueno...

ByE bYe!!!*** ^-^

 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).