En un punto del universo:
Había una vez una ciudad con familias que no eran exactamente bonitas. El machismo era el tema principal. Y una de las familias no bonitas eran padres de un hermoso joven de 18 años llamado Loki. Había terminado sus estudios en el colegio. Y quería también entrar a la universidad pero su padre, el gran Laufey no lo permitía. Puesto que sabía que su hijo era demasiado delicado y su deber era atenderlo como buen hijo. Además sabía que su hijo salía con un niño rico del cual Loki viviría cómodo. Así que tenía pensado entrenar a su hijo a ser un buen esposo.
Loki obedecía en todo a su padre. Le daba miedo ser golpeado o castigado por dicho ser. Siempre estaba como su madre Farbauti a las órdenes del gran Laufey que siempre estaba diciendo que él era el que traía el dinero a casa y que merecía una gran atención.
Solo fuera de casa podía ser libre con su novio Tony quien era muy amoroso y tierno. Lo respetaba en todo. Le daba hermosos obsequios como el simple momento de poder sonreír.
– Les tengo buenas noticias –dijo una noche Loki a su padre porque él era el que todo debía saber primero.
– Espero que no sea una mala noticia –dijo Laufey imaginando que su hijo estuviera embarazado o algo por el estilo.
– Es… solo que desde mañana empezaré a trabajar –dijo feliz Loki. Sus padres le felicitaron y Loki concluyó diciendo-: y así podré ayudar en la manutención de la casa y ahorrar algo para ir a la universidad.
– ¡Ni hablar! –vociferó Laufey –tu lugar es estar aquí para atenderme como tu madre.
Loki ya no dijo nada viendo desvanecer sus sueños en las palabras de su padre. Desde ese día no tocó nunca más el tema del estudio.
***
Al día siguiente fue a su nuevo trabajo con la señora Frigga.
– Buenos días Loki –le sonrió Frigga, una hermosa mujer –Tony me habló muy bien de ti. Me dijo buenas cosas y no dudé en darte el trabajo.
– En serio muchas gracias –agradeció Loki muy feliz –nunca había hecho arreglos florales pero aprendo rápido.
– Lo sé –dijo la agradable mujer –si Tony confía en ti, no hay por qué desconfíe yo. Conozco a Tony desde niño, sé que es un buen muchacho.
Loki se instaló perfectamente en su nuevo trabajo. Llevaba recados de flores, hasta había aprendido muy rápido a hacer hermosos adornos florales como un profesional.
Tony le recogía cada vez del trabajo a Loki. Lo amaba más que a su propia vida. Loki simplemente era perfecto para él. Pero su familia que tampoco era una bonita familia. El machismo también era tema principal o mejor: norma principal de una familia. Y lo peor, por ser una familia millonaria, pues su madre estaba más sumida en su papel de ser la esposa perfecta. Howard, su padre, siempre estaba preocupado por el bienestar de su hijo Tony, quería que su heredero fuera perfecto en todos los aspectos. Hasta aprobaba la relación que tenía con Loki.
– Me gusta que sean novios –le había dicho una vez a Tony –es lindo. Será un buen esposo cuando su padre, Laufey, es mi amigo. Sé que educó bien a su hijo.
– Lo amo mucho –dijo feliz Tony de ver dicha aceptación.
– Espero que aún no hayan tenido relaciones sexuales –dijo Howard con algo de desconfianza en su hijo.
– No –dijo Tony –Loki merece respeto, padre.
Howard simplemente era feliz. Todo marchaba bien. En cambio, no todo marchaba bien para su hijo de 18 años que se llamaba Jake. Su vida era un completo horror. Su padre le había dicho que tenía prohibido tener novia. Hasta le había dicho que debía cuidar a sus padres de ancianos porque era hijo menor y tenía esa obligación.