Disclaimer: Los personajes y lugares mencionados en esta historia no me pertenecen. Son de Rowling y de su mente maravillosa
Notas de la autora: He estado todo el mes buscando Sev/Lucius como loca… y no he encontrado casi ninguno T_T Encima por la tarde me entró la depre y me acordé de EL…. Esta es la mezcla que me salió a la una de la mañana con mi cajita de clínex como fiel compañera.
Aviso: : Muchas de las cosas que leas aquí no se ajustan a como están escritas en los libros.
Resumen: La noche del quince de julio. Dos suicidios. Dos corazones ensartados con un cuchillo. Uno en las mazmorras de Hogwarts. Otro en Malfoy’s Manor.
15 de Julio
Han pasado veinticinco años de su primer encuentro. Un quince de julio soleado, pacífico. El mismo día en que fueron señalados con la marca tenebrosa en su antebrazo.
Fue el principio de una guerra mágica como jamás hubo otra. Y fue el nacimiento de un amor plagado de angustia, de pasión, de muerte y de traición. Un amor que iba atado a esa guerra, dependiendo de las circunstancias de los líderes de la Luz y la Oscuridad y de la capacidad de los protagonistas para ocultar la razón por la que luchaban: el otro.
Hoy también es quince de julio, pero hoy la guerra ha terminado después de incesantes años de incertidumbre y muerte. La Luz venció y ahora los partidarios de la Oscuridad mueren desesperados antes de entrar en Azkaban. Pero hay alguien que no irá a Azkaban: Lucius Malfoy.
El arrogante y egoísta Lucius Malfoy ha conseguido salvarse gracias a que proporcionó información valiosa para el Ministerio de Magia, colaborando con ellos y relevando el nombre de otros mortífagos. Pero nunca dijo su nombre. No hacía falta. Dumbledore se encargó de ello personalmente.
Lucius Malfoy y Severus Snape, dos mortífagos sobrevivientes en esa guerra sin cuartel. El primero, heredero de la fortuna de la mayor estirpe de magos; belleza solamente equiparada a la de una veela, con ojos de frío plomo, perfecta melena platina y una sonrisa de pantera. En una palabra: perfecto. El segundo, profesor de Pociones en Hogwarts y protegido de Albus Dumbledore; mente brillante, nariz aguileña y pelo cetrino, pero con dos piedras azabache infinitas por ojos. En una palabra: austero.
Pero los dos tienen una debilidad. Un secreto que pugna por salir de sus gargantas y amenaza con delatarlos delante de todos: el secreto de un amor.
Cómo han sobrevivido tanto tiempo amándose en medio de la guerra es aún un misterio, pero lo cierto es que lo han hecho… y hoy se acabó. El amor que los consume nunca ha sido declarado y hoy será enterrado en sendos corazones.
-No pasará nada entre nosotros. No otra vez.-dice Severus, intentando reprimir las ganas de contradecirse.
-¿Es tu decisión?.-pregunta Lucius, volviéndose a mirarlo en medio del pasillo desierto.-¿Tu última palabra?
-Es lo mejor.
-Es mi muerte.
-Y la mía también.
-Entonces, ¿por qué?.-pregunta desesperado.-Hemos aguantado todos estos años, ¿por qué renunciar ahora?
-Lo que se avecina es peor que la guerra que hemos vivido. Te investigarán, aunque Fudge no quiera, lo harán y buscarán cualquier prueba para incriminarte.-dice el profesor, mientras en su mente se forman dolorosas imágenes de un Lucius enjuto encerrado en Azkaban. Su peor pesadilla
Entonces sus ojos ónix se encuentran con los plomizos que ahora no tienen esa determinación de la que un Malfoy se enorgullece.
-Ya la han encontrado, Sev.-le comunica.- Fudge no ha podido hacer nada para detener a la brigada de aurores. Me enviarán a Azkabán tan pronto como les sea posible.
El corazón de Severus se para y vuelve a latir segundos más tarde.
-¿Y Draco?.-alcanza a preguntar antes de que un sollozo escape de su garganta.
-He dejado todos los papeles arreglados. En el momento en que me convierta en presidiario, tú serás el tutor de Draco.
-No puedes… no puedes dejarme solo…-balbucea, intentando contener el llanto.
”¡Me moriré sin ti!”, quería gritar Severus.
-Es lo mejor, Sev.-dice, regalándole esa sonrisa que sólo tenía para él.
-Es mi muerte.
-Y la mía también.
Una mano pálida se alza y acaricia la mejilla cetrina del profesor, luego desciende sin fuerzas al vacío pero una ruda mano la atrapa y la enlaza. Ellos mirándose, memorizando esos rasgos del otro que conocen de siempre pero esta vez apreciándolos como si fuera la primera vez que los vieran.
Ahora no hay tiempo para promesas ni declaraciones de amor. Un suave, tierno beso expresa sus sentimientos mejor que las palabras… pero ese beso no se alarga. Es una despedida.
Los dos con la mirada fija en el suelo, perdida y llena de dolor.
Dolor de amor, de no saber si se es correspondido con igual entrega y pasión con la que ama.
Dolor de tener que decir adiós a una relación animal y mortal que casi decapita a su sentido de la razón.
Dolor puro, que quema almas y quiebra corazones…
“Me dejaría matar por ti, Sev. Una y mil veces con tal de morir entre tus brazos”
”¡Mátame! ¡Ódiame! Por favor, Lucius… acaba con este sufrimiento. Pero hazlo tú.”
Dolor porque esto es el final. El final más amargo que pudieron imaginar.
Dos figuras destrozadas se alejan, cada una en dirección opuesta a la otra. La lluvia cae, mojándolos a ellos y a sus recuerdos. El recuerdo de un amor en el aire…
La noche del quince de julio.
Dos suicidios.
Dos corazones ensartados con un cuchillo.
Uno en las mazmorras de Hogwarts.
Otro en Malfoy’s Manor.
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Nunca me sentí tan sólo como cuando ayer de pronto lo entendí. Mientras callaba, la vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí… (Que lloro – Sin Bandera)
No es mi mejor historia pero necesitaba escribir algo para no sentirme tan amargada. Lo siento, no he tenido un buen día… tanto como para ponerle de título a este relato la fecha de mi cumple. No las aburro más con mis cosas. Gracias por leer la historia…