-Hipotéticamente hablando.- susurró el hada mientras movía los mechones de Minho con los que solía cubrirse para dormir. –¿Cómo podrías hacerme el amor?-
Minho sólo sonrió frunciendo su entrecejo.
¿Cómo era posible que esa pequeña hada siguiera pensando en eso?
-No lo sé.- susurró medianamente incómodo. –¿Por qué preguntas?-
Al cerrar sus labios los presionó porque esa no era una buena pregunta o mejor dicho, no quería oír la respuesta.
-Puedo soportar su cuerpo, créeme.- contestó Taemin tomando un par de cabellos hacerle un nudito. –No me pasará nada.-
-Creí que ya habíamos hablando de eso.- susurró Mino tomando el borde de su cobija para volverá cubrirse el cuerpo, ahora tenía un poco de más sueño. –Deberías de dormir ahora.-
-¿No lo haces porque piensas que podrías lastimarme?- preguntó de nuevo tirando del cabello para despertarlo. –¿O por qué?-
-Porque tengo sueño.- contestó cerrando los ojos.
Taemin sólo frunció el entrecejo mientras sentía como la respiración de su humano se tranquilizaba hasta que quedó completamente dormido. El hada comenzó a mover su pierna con impaciencia, aferró sus manos en el cabello de Minho y terminó por levantarse de la almohada.
Agitó sus alas hasta salir de la cama de Minho.
Ahora no dormiría con él.
Prefirió entrar en la casa de muñecas que Jinki le había comprado, caminó hacia la habitación principal y se recostó sobre la pequeña cama que había construido. Pero antes de poder dormir miró a Minho que seguía dormido.
Si bien era cierto que ya no sentía ese calor insoportable, aún tenía un poco de él, y sólo se incrementaba cuando olía la desnudez de Minho o cuando lo descubría en el ordenador mirando cosas indecentes.
Frunció el entrecejo al recordar la última vez, en la caja de luz veía como dos personas estaban copulando, Minho no paraba de estimularse mirando el video pero cuando el hada agitó sus alitas hasta posarse sobre su mano, se detuvo.
Incluso se asustó tanto que cerró la computadora y no paró de reír.
Luego de eso había llevado a Taemin con Jinki “por uno días” y cuando regresó a casa ya había otro aroma en la cama de Minho. Eso le tenía inquieto porque ese mismo día en la tarde le había descubierto de nuevo.
Sólo que esta vez no lo había llevado con Jinki pero sentía que Minho tenía el aroma de otro humano. Seguramente a alguien de su tamaño no le negaría como a él.
Se levantó de la cama y lo miró.
Dejaba caer las yemas de sus deditos en la superficie de cama hasta que se le ocurrió algo.
Sonrió mientras agitaba de nuevo sus alitas para salir de su casa hasta el escritorio en donde Minho había dejando las barras de silicón, afiló la mirada mientras medía el tamaño adecuando después regresó a su casa para toma el material necesario.
Si Minho no quería usar su falo con él estaba bien pues Taemin le podría fabricar uno.
Nunca amo tanto su don como ahora.