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El Dios del viento por sunshinebunny

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a Oda

Notas del capitulo:

Esto es un twoshot por mera estética, por que debía haber sido un oneshot.

Gatito galleta ya me acabe mis galletas, quiero mas u.u te amo <3

El nombre del viento

En una ciudad portuaria un hombre preguntó a otro por el templo erigido en las afueras de la ciudad, el hermoso templo revestido en oro y diamantes era circundado por un bellísimo jardín de rosas rojas como la sangre y entre aquellos jardines la odalisca más hermosa que algún hombre hubiera tenido oportunidad de ver se paseaba tranquilamente sin miedo alguno de ricos o poderosos, sin preocupaciones u ocupaciones más que atender al templo y sus escasos seguidores.

-¿Cómo es que un templo tan pequeño eh insignificante puede estar revestido de manera tan rica y lujosa que rivaliza con los cultos más grandes que yo haya visto?- Cuestionó el hombre que resultaba ser un peregrino con un curioso color de cabello y tres espadas como única posesión valiosa de viaje.

-Ah, es porque usted no conoce al Dios del viento, y regocíjese viajero de que no sea así o su cabeza no estaría sobre sus hombros más a esta altura.- Contestó el hombre a quien se le había preguntado, un comerciante enjuto y de cabellos canos que fumaba tranquilamente fuera de su local.

-Tremendo Dios ah de ser si nunca eh escuchado hablar de él.- Se burlo el peregrino de cabellos verdes con sus tres espadas a la cintura mientras el viejo mercader con el que había entablado conversación le miro largamente antes de suspirar, aquel muchacho le recordaba de alguna manera a su querido hijo Kohza, tan insolente como suele serlo la juventud, pero Toto conocía aquellos ojos con los que el joven peliverde miraba a la odalisca, que en este caso en realidad resultaba ser un chico y se le hubiera llamado eunuco de no ser porque nadie se había atrevido a castrarle nunca.

-No le recomendaría incurrir en la ira de este dios en especifico, cuentan los rumores que aun ronda en este pueblo y visita a su odalisca por las noches para hacerle el amor hasta el amanecer, es así como apacigua su furia que hace algunos años había desatado contra el pueblo, verá usted, joven peregrino, aquel chico de cabellos como tinta solía ser un esclavo.- Zoro, el peliverde, alzo una ceja pues en el tiempo que llevaba en Arabasta no había visto a un solo esclavo, por la expresión del muchacho Toto supo que el chico estaba confundido y sonrió con comprensión.- Vera, hace unos años la esclavitud era completamente legal y valida en esta ciudad, pero una noche en que la luna brillaba alta en el cielo y proyectaba sombras de las que los ladrones cuidan no separarse algo que nadie podía haber previsto comenzó a suceder justo en esta calle, el viento, sin previo aviso, comenzó a cortar a la gente, ricos, pobres, mujeres, niños o mascotas, no importaba, el viento no escuchaba las suplicas o los llantos de nadie, los cadáveres se apilaban por la mañana y después de 7 días con sus noches las fosas comunes estaban tan llenas que los cuervos que llegaban en bandada no eran suficientes para devorar la carroña.

El pánico general era común, mi pequeño Kohza contaba apenas nueve años y aun era demasiado joven para comprender o importarle por que tras la caída del crepúsculo nadie salía mas de casa, y como sucede en los pueblos de largas tradiciones y corto contacto con el mundo exterior la gente comenzó a rezar a cualquier deidad posible sin ningún resultado obviamente, y como es común entre la gente desesperada aquellos ruegos se volvían cada vez más desesperados, la sangre clamaba sangre proclamo un alma cruel y pronto mas almas crueles le siguieron en esa declaración pero los sacrificios de animales poco habían servido para calmar a la horrible deidad y al cabo de tan solo 3 lunas se llego a la conclusión de que lo que hacía falta era un sacrificio humano.- El mercader pudo ver la reprobatoria mueca del espadachín con entendimiento pero continuo con su relato.- se selecciono al chico más hermoso sobre el que usted haya puesto ojos alguna vez.- con un movimiento de su pipa el mercader señalo al muchacho entre los jardines de rosas que no habría aparentado más de 18 primaveras.- Luffy era solo un esclavo y a pesar de su mal temperamento era una de las joyas más valiosas de la corona, su cuerpo moldeado a perfección desde la más tierna infancia no portaba ninguna imperfección en aquel entonces y su carácter aunque difícil era fuerte y agradable, digno de cualquier príncipe aunque había nacido bajo la mala estrella de la esclavitud, ¿Ve la cicatriz que porta en la mejilla izquierda justo bajo el ojo? Es un obsequio del Dios del viento para su sirviente más fiel, el único al que el dios escucha.

Tras ser engalanado con joyas y ungido con aceites perfumados el pequeño niño con ojos color avellana fue abandonado en ese mismo lugar donde ahora le ve, mirando hacia el sol poniente en espera del vengativo dios, seduciendo a este fue que logro sobrevivir, algunos dicen que aun espera a su regreso.- concluyo el mercader con su relato mientras ambos observaban al menudo chico cortar una de las rosas del jardín, olfatearla brevemente y después levantar la mirada sonriéndoles con la sonrisa más deslumbrante que el joven espadachín alguna vez había observado.

-Yo no le aconsejaría fijarse en las posesiones de un dios.- advirtió el mercader por ultima ocasión, reconociendo en el leve sonrojo del moreno algo que no le gustaba.

-Yo no creo en ningún dios.- Fue la respuesta del peliverde y con aquella engreída sonrisa parecía estar firmando su sentencia de muerte.

Era demasiado tarde, ya había quedado prendado.

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Continuara.

Notas finales:

Gracias por leer y nos vemos en la siguiente parte que probablemente sea en unos días.

Con mucho amor para el gato <3


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