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El primero en perder es el que se enamora, ¿No? por Matsumoto Yuki

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Notas del fanfic:

Bueno, he aquí un tercer nuevo proyecto y creo que último. Me encantaría que les guste, pero bueno, disfruten al menos, de las cosas que salen de mi imaginación loca.

 

Pequeño recuerdo: El público decide en ciertas ocasiones lo que ocurrirá. Dicho suceso será anunciado al final de cada capítulo.

Notas del capitulo:


Creo que llegados a este punto, y si han leído mis otros trabajos, se han dado cuenta de lo mucho que me gusta hacer AU's. 

 

Pero bueno, aquí va otro, espero les guste. 

«Pero, ¿Quién era ella? »

 

—Ya te lo dije, una amiga que había conocido en la Universidad.

 

«Ajá sí claro, ¿Cómo todas las otras? »

 

—Oye, qué insinúas.

 

«Nada que no sea verdad. »

 

—Ya me están cabreando tus celos irracionales.

 

« ¿Ah, sí? »

 

—Sí, bastante.

 

«Pues hazlo. »

 

— ¿Qué cosa?

 

«No te hagas. »

 

— ¿Qué, en serio quieres que lo haga?

 

«Si te dan las agallas. »

 

—. . . ¿Sabes qué? Ya no me importa.

 

«Ah, ¿Lo vas a hacer? »

 

—No, algo aún mejor.

 

« ¿Qué? »

 

—Terminamos.

 

«Oye, ¿Qué? Espera, Sin, no puede— »

 

La llamada se cortó y ni una palabra más fue dicha.

 

El joven, tirado ahora en su sofá lanzó lejos su celular y este se desarmó, saliéndose la batería y logrando que ni una sola llamada más entrase.

 

No podía creerlo. Cinco años habían llevado de relación y aún no confiaba en él. El último año había sido el decisivo, en el que se había dado cuenta que no soportaba más el carácter de su pareja. Tan cerrado, posesivo, hasta por un pelo le reclamaba. Estaba seguro de que había hecho la mejor decisión de su vida al terminar con él.

 

—Sí… En definitiva, las relaciones apestan. —Susurró para sí antes de dejar caer su antebrazo encima de sus ojos, y permitir calmarse.

 

Los minutos pasaron, se fue relajando más y más, exhalando e inhalando, poco a poco iba cayendo a los brazos de Morfeo. ¿Qué si se arrepentía? Claro que no, había tenido buenos recuerdos sí, pero podía crear más.

 

Total, él, con su físico. ¿Quién se le negaría?

 

Una sonrisa boba se le escapó y se acurrucó en el sofá de lado.

 

Suspiro, y se entregó por completo al sueño. Pero claro, por casi nada.

 

De inmediato el timbre de su departamento sonó y gruñó, frunciendo el entrecejo. — ¿Quién será ahora…? ¿Por qué no pueden molestar más tarde? —Un segundo timbre sonó, mientras intentaba desperezarse. Entonces fue cuando la oleada de timbres repetitivos atacó, y un frío le recorrió la columna.

 

No podía ser, ¿Verdad? Pero si era… No pero, si había pasado muy poco tiempo…

 

Mientras se debatía qué hacer, los timbres no cesaban, y terminaron por comenzar a patear la puerta. Y ahí sí que no, nadie dañaba la que era actualmente su propiedad.

 

— ¡Ya voy, animal! —Estaba dispuesto ahora a ir con todo contra algún ex.

 

Caminó a pasos agigantados y pesados hacia la puerta y allí la abrió, topándose de lleno con un menudo pelinegro. Toda la adrenalina se le fue y quedó en blanco. Incluso tuvo que apoyarse contra el umbral de la puerta.

 

— ¿Judar…?

 

—Hasta que te dignas a abrir, bastardo. —Bramó el menor, notoriamente molesto.

 

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Sinbad, recomponiéndose.

 

—No me digas que lo olvidaste… —Susurró Judar.

 

— ¿Qué cosa?

 

—Íbamos a juntarnos hoy. —Hizo una seña con el pulgar hacia la derecha. —En tu casa. —Sinbad en eso asomó levemente la cabeza, y ahí estaba, su círculo de amigos más cercanos. Y venían en patota.

 

—Pero… ¡Claro que no lo olvidé! Entren, siéntanse como en su casa. —Puso la mejor de sus sonrisas. Genial, ahora tendría que lidiar con ellos, justos después de cortar a alguien.

 

—Esta es nuestra casa. —Rió entre dientes Judar, entrando primero. Era natural en él esa clase de comentarios, siempre que se juntaban en una casa se tomaba todas las libertades posibles.

 

Luego Kouha se coló, seguido de Hakuryuu, Alibaba, Kassim y por último, Mu con Titus.

 

Sinbad vio con tristeza, como todo lo que había comprado el día anterior se iría. Se resignó, era su culpa, por haberlo olvidado. Terminó por cerrar la puerta e ir directamente a la cocina. Para su suerte, tenía una abertura a la sala, así que desde ahí podía preguntar todo.

 

— ¿Qué quieren de beber? ¿Cerveza, Ron, Tequila, Agua, Jugo, Leche? —Dijo aquel último comentario, mirando fijamente al rubio mayor, en forma de broma.

 

En poco tiempo todos se dieron cuenta de la indirecta, y lo miraron también, acusatoriamente. Alibaba enrojeció.

 

— ¡Ya no soy un bebé! ¡Tráete las cervezas! —Gruñó el rubio, cruzándose de brazos, a lo que los demás rieron, burlándose de él.

 

—También trae el ron. —Pidió Mu en eso.

 

—Oye Tonteza, ¿Tienes vino? —Preguntó por otro lado Judar.

 

—Ya van en camino ~ —Más se lamentaba Sinbad, su Ron, vino y pack de cervezas se irían. Era tan injusto… Las cosas para picar no le importaban mucho, pero su alcohol…

 

Terminó llegando a la mesa de centro con una botella de vino del 82 recién abierta, un Ron un tanto fuerte, y tres pack de 6 cervezas.  

 

Se dio cuenta, tendría que sentarse en el suelo. Los sofás habían sido agarrados por la mayoría, menos Mu y Judar que se habían quedado sentados en el suelo.

 

—Ya vuelvo. —Escuchó un par de cuchicheos cuando volvió a la cocina, juraba tener amigos hombres, pero qué más da.

 

Una copa, un par de vasos, papas fritas, maní, frutos secos y galletas saladas fue lo que llegó en la segunda pasada.

 

—Woo, por un momento pensé que realmente habías olvidado la junta. —Soltó Mu.

 

—No te dejes llevar, seguro son sus raciones del mes ~ —Canturreó Judar, divertido, y sonriendo ladino.

 

—Raciones del mes o no, pásenme una cerveza. —Soltó Kassim, estirándose y tomando un pack de seis. Seis cervezas que fueron repartidas entre los seis que estaban sentados en los sofás. O bueno, casi.

 

—No, yo quiero beber del vino de Judar. —Hizo un mohín Kouha, más a nadie le importó.

 

Se sirvieron los vasos de Ron, la copa de vino, y comenzó la junta.

 

—Y bueno chicos, ¿Qué han hecho? ¿Dónde está Sharrkan? —Preguntó Sinbad a sus amigos, tomando el primer sorbo de su Ron.

 

Al instante siguiente se escuchó el característico sonido de las latas abriéndose.

 

—Sharrkan dijo que no podría venir, que lo disculparan pero tenía un proyecto de no sé qué y no sé cuánto. Ya sabes, es difícil su carrera. —Explicó Mu, imitando al peli morado. —Con lo otro…

 

—Bueno, creo que la mayoría aquí ha estado estudiando, ¿No? —Respondió Hakuryuu, tomando de su cerveza. Hizo una mueca rara, no acostumbraba a beber.

 

—Eso, eso. —Le siguieron Alibaba y Titus, asintiendo sin más.

 

—Pero qué aburridos ustedes eh, ¿No pueden tener vida social y estudiar? —Preguntó Judar, mientras su copa era arrebatada por Kouha.

 

— ¿Qué, acaso tú has hecho algo diferente? —Preguntó Kassim enarcando una ceja.

 

—Pues claro que sí. —Se jactó de ello Judar. —Cenas, clubes, pubs, salidas. Todo eso, que existen los fines de semanas, ¿No?

 

—Oh bueno, pues sí. —Eso nadie podía negárselo, aunque era un tanto incómodo que justamente él fuera el que más saliera de todos ellos.

 

— ¿Alguno tiene algo importante que contar? —Preguntó nuevamente Sinbad, no podía creerse eso. ¿Realmente estaban tan mal?

 

—Oh, uhm ¡Yo, sí! —Elevó la mano Kouha, dejando la copa de vino a un lado. Judar no perdió tiempo y la rellenó otra vez, bebiendo él esta vez. —Otro tipo se me declaró.

 

— ¿Otro? —Preguntó un tanto sorprendido Titus.

 

—No sé qué le ven a la bola rosa. —Bramó Judar.

 

—No, no, esperen, esa no es la mejor parte. —Los paró Kouha.

 

— ¿Cuál es, entonces? —Enarcó una ceja Mu.

 

—El tipo creía que era mujer.

 

— ¡HAHAHAHAHAHA!

 

La risa en el grupo completo estalló. Era probablemente la décima vez que sucedía eso, y ya no se asombraban.

 

— ¡Ahí estaba la razón de todo! —Comentó Kassim.

 

— ¿Y qué hiciste, qué le dijiste? —Salía de chismoso Alibaba.

 

—Pff, ¿Qué más? Lo rechacé, no era de mi tipo. Más encima se veía que era bien hetero. —Se encogió de hombros el peli rosa, mientras acudía al lado de Judar para beber más vino.

 

—En todo caso, bastante te pareces a una mujer… —Soltó pensativo Sinbad, examinando la figura de Kouha. Tenía bien marcada la cintura, y era menudo. Un par de ropas y era una tierna nena.

 

— ¿Quieres pelear bastardo? —Preguntó como amenaza Kouha, agresivo, mientras apuntaba con la copa al mayor.

 

—Si es lo que la señorita desea… —Se relamió los labios Sinbad, saboreando su ron.

 

El típico “OHHH” de las amistades carboneras no se hizo esperar.

 

Kouha se levantó, arremangó sus mangas y apuntó hacia un lado. —Vamos, arreglaremos esto afuera, tú y yo. —Parecía molesto.

 

—Bola rosa deja de molestar, si igual tiene razón el bastardo. —Soltó irritado Judar. Si había bardo, sólo él podía comenzarlo.

 

—No vengas a hablar tú, que igual pasas por mujer. —Sacó en cara el menor.

 

— ¿¡Qué dijiste!? —Se alteró más Judar, tomándolo del brazo y tirándolo hacia abajo. En un dos por tres Judar ya le estaba desordenando el pelo a Kouha.

 

— ¡Ya suéltame, maldición!

 

Sí, en definitiva pasan por mujeres… —Pensaron los demás, con una gota sudorosa en la sien.

 

—Aunque —Soltó Mu. —No son los únicos que podrían pasar por mujeres… —Hizo la observación. —La mayoría tienen facciones delicadas…

 

Titus se tensó, varias veces también ya lo habían confundido con una mujer, en especial porque se negaba a cortarse el cabello.

 

Alibaba titubeó. —Yo no… ¿Verdad? —Miró a Hakuryuu, logrando que aquel se pusiera a la defensiva.

 

— ¡No me mires así! —Reclamó el azabache, mirando a otro lado y tomando cerveza, para disimular.

 

—En definitiva… —Soltó Kassim, quien se salvaba por los pelos.

 

—Y aún así ninguno tiene pareja. —Suspiró Sinbad, apoyando su codo en la mesa, y luego dejando caer su cabeza.

 

—Pero, Sinbad, ¿Tú no tenías una relación? —Preguntó Hakuryuu, un tanto extrañado. Los demás acentuaron su interés. Era el único integrante del grupo al que habían logrado atar, y por más de tres años.

 

—Bien dicho Hakuryuu, tenía. —Bebió más de su ron y se enderezó, frunciendo el ceño.

 

—HEEEEEEE. —Todos quedaron estupefactos.  

 

— ¿Cuándo pasó? —Saltó Alibaba.

 

—Y por qué. —Le siguió Judar.

 

Mu era el único que no se extrañaba ahí. Algo había sabido, por conversaciones telefónicas que había mantenido con Sinbad. Todos y cada uno de sus dramas se los sabía.

 

—Ósea, sabíamos que sus celos te molestaban pero… Una relación de años… —Susurró Kassim. No se imaginaba que se enterarían de algo así en una reunión de esas.

 

—Pues llegué a mi tope, hoy hace unas horas lo corté. —Divulgó simple Sinbad, evadiendo la mirada de cualquiera de sus curiosos amigos.

 

— ¿¡Encima hoy!? —Titus temía a presenciar una escena de celos en ese departamento.

 

Entonces Kouha sonrió malicioso, y se enderezó, liberándose de todo contacto con Judar.

 

—Así que… ¿El Rey está libre? —Preguntó el peli rosa.

 

—Eso mismo.

 

—Hehe… —Reía. Por alguna razón a todos les dio mala espina. —Y ninguno consiguió pareja, ¿No?

 

—Ya sabes lo que pensamos respecto a eso, bola rosa. —Suspiró Judar.

 

—Las relaciones son una molestia. —Le siguió Kassim.

 

—Aún no es tiempo para ese tipo de cosas. —Comentó Hakuryuu.

 

—Entonces como todos estamos solteros, y Ja’far ahora no molesta a Sinbad… ¿Les parecería satisfacer nuestro libido entre nosotros? —Preguntó, ganándose miradas sorprendidas.

 

— ¿Cómo…Cómo es eso? —Cuestionó Alibaba, pasando saliva.

 

—Ay, no te hagas el inocente, baboso. No es como que aquí tengan mente cerrada, ¿O sí? —Preguntó, mirando a todos y a cada uno.

 

—No realmente… —Susurró Hakuryuu, quien era uno de los más reservados. Los demás tan sólo asintieron, ninguno discriminaba a nadie, más que nada porque la mayoría bateaba para ese lado, a veces incluso ambos.

 

—Entonces, ¿Qué los detiene? Vamos, que somos solteros y bien parecidos. Más de una vez he querido encamarme con alguno. —Reconoció Kouha, encogiéndose de hombros.

 

—Agujero es agujero aunque sea de caballero, ¿Eh? —Preguntó Judar, apreciando el sabor de su vino.

 

—Exactamente. —Asintió el peli rosa.

 

Los demás quedaron un poco choqueados ante la brutal sinceridad de Kouha, y titubearon un poco.

 

—Sería desahogo sin ataduras, ¿No? —Preguntó Sinbad, sirviéndose un poco más de Ron.

 

— ¿Qué más, eh? ¿O es que quieren comenzar una relación acostándose con otros chicos? ¡Claro que no! Serán cosas de encamadas nada más. Entre nosotros. No hace falta que más personas sepan de esto. —Explicó Kouha. Había planeado todo minuciosamente desde hace algo de tiempo.

 

— ¿Y si uno encuentra pareja? —Preguntó Titus, poco convencido.

 

—Pues se sale, ¿Qué más? No es que queramos atarnos nada más. Sólo pienso que como amigos, podemos darnos ese lujo de compartir cama. —Simplificó las cosas el peli rosa, y bebió de la copa de Judar.

 

—Amigos… Con derecho. —Musitó, Alibaba.

 

—Pues yo me apunto. —Aceptó de buenas a primeras Sinbad. —Me hace falta hace rato mi hora feliz. —Reconoció, amenizando un poco el ambiente.

 

— ¿Qué más da? Quedará entre nosotros. —Se encogió de hombros Kassim, dejando su lata vacía de lado, y yendo a por otra, mientras abría las papas y sacaba un puñado.

 

— ¡Bien ~! Dos de siete ~ —Celebraba Kouha. Eso lo disfrutaría, estaba seguro.

 

—Que sean tres. —Agregó Mu de inmediato.

 

— ¡Cuatro! —Le siguió Judar, ganándose una mirada picarona por parte de Kouha. — ¿Qué? Siempre he pensado que algunos de acá podrían hacerlo bastante duro… Y me gusta ~ Soy versátil.

 

—Si llegáramos a aceptar todos… ¿Quién le diría a Sharrkan? —Preguntó en susurro Alibaba, quien aún no quería unirse a esa causa.

 

—Veamos qué dice él. —Propuso Sinbad, sacando su celular de su bolsillo y marcando el número. Lo puso en alta voz.

 

Dio tres tonos antes de contestar.

 

« ¿Aló, Sinbad? »

 

— ¡Sharrkan, que bueno que contestas! Mira, estamos todos reunidos acá y…

 

«Oh, sí, lo lamento, de verdad que no podía ir.»

 

—No te aflijas por eso, es que te llamo porque te tenemos una propuesta.

 

« ¿Cuál? »

 

Un silencio invadió la sala. Todos estaban expectantes.

 

« ¿Sinbad? »

 

—Ah, sí, ¿Qué te parecería ser amigos con derechos entre todos? Lo dijo, digo, propuso Kouha…

 

«…»

 

— ¿Sharrkan?

 

« ¿Recién se los comentó? »

 

— ¿Eh? —Todos miraron de inmediato al peli rosa, impactados. Él sonreía complacido con la copa de vino en la mano. — ¿Cómo es eso? —Preguntó el peli morado.

 

«Kouha ya me lo había dicho, que un día lo propondría. Yo le dije que lo acompañaba sólo hasta que tuviera pareja.»

 

Callaron un momento. Justo lo que había dicho.

 

« ¿Sólo era eso? »

 

—Síp. —Respondió esta vez Kouha. —Aunque la nenaza, babotas y Hakuryuu aún no se deciden.

 

«Era de esperarse.»

 

—¿¡Y eso!? —Reclamó molesto Alibaba.

 

«Pues… Su naturaleza tal vez.» Rió al otro lado del teléfono. «Bueno chicos, los dejo. Tienen mi apoyo y todo pero, este trabajo no se hará solo. »

 

—No te preocupes, de ahí hablamos todos calmados sobre esto. —Dijo Sinbad.

 

— ¡Yo convenzo al trío de indecisos! Hasta la otra ~ —Se despidió Kouha de Sharrkan, risueño.

 

« Lo que digas, ciao. »

 

Acto seguido la llamada se cortó, y volvió el extraño silencio a aquella habitación prácticamente llena. Las miradas poco a poco se desviaron al par de indecisos.

 

—Y bien, ¿Qué quieren para aceptar?  

Notas finales:

¿Y ~ ? ¿Qué tal? ¿Les gustó?

 

Ahora tengo un pequeño aviso que dar. Me quedaré sin inter, así que no podré actualizar nada, más cuando vuelva (A principios de Marzo) Actualizaré todo ~

 

Sí, todo. 

 

Eso ~ 

 

¿Qué les gustaría que pasara en el siguiente capítulo ~ ? La intriga.

 

Hasta la próxima.


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