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¿Quién es el padre de mi hijo? por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Sé que tengo tres fic más pendientes, pero bueno, no me pude contener.

El segundo capítulo, aun no tengo previsto su fecha de publicación. La idea es que nada más sean dos capítulos o máximo 3, pero aun no me decido.

Espero les guste :)

Los personajes no me pertenecen ;)

Notas del capitulo:

Sé que tengo tres fic más pendientes, pero bueno, no me pude contener.

El segundo capítulo, aun no tengo previsto su fecha de publicación. La idea es que nada más sean dos capítulos o máximo 3, pero aun no me decido.

Espero les guste :)

Los personajes no me pertenecen ;)

 

 

Las luces de la calle estaban encendidas, solo una, encendía y apagaba de vez en cuando. Frente a ella se encontraba un edificio antiguo, de dos pisos y  se podía leer un gran letrero: 読書コーナー (Dokusho kōnā).  Dentro de ella, en una habitación pequeña, se encontraban dos personas. La mayor cubría a la persona menor –Dulces sueños – decía, para después besarle la frente.

  -Papi…- dijo un pequeño.

-¿Sí, cariño?- pregunto sentándose en el bordo de la cama.

 -¿Soy un mal niño?- pregunto aferrándose a su manta.  

Abrió completamente los ojos, por la pregunta de su amado hijo. –Claro que no, cariño. ¿Por qué lo preguntas?- cuestiono preocupado.  

-… Li-kun dijo que yo era un niño malo, porque no tenía papá- dijo entre lágrimas.  

Le limpio l lágrimas a su hijo. –No amor, no eres un mal niño. El que no tengas otro papá significa que seas malo. Eres el niño más lindo y bondadoso, no le hagas caso a Li-kun- dijo sonriéndole. No debía llorar, no frente a su hijo.  

-¿Entonces porque no tengo papá?- pregunto viendo a su padre.  

-Un día te explicare todo- su hijo asintió – Ahora duerme- dijo y como por arte de magia el pequeño se encontraba perfectamente dormido. Cubrió a su hijo y salió de la habitación, encontrándose con dos personas.  

-No llores, hijo- dijo la mujer  pelinegra mientras lo abrazaba.  

-Oh mamá…. ¿Escucharon?- pregunto limpiándose las lágrimas.  

-Sí mi niño- dijo el hombre mayor acariciándole la cabeza.  

-¿Cómo se supone que le diga quién es su padre? Si yo tampoco lo sé- dijo llorando –No le puedo decir que fui un puto al no saber a quién le abrí las piernas-.  

-¡No digas eso! Eres mi nieto y no te permito que te expreses así de ti, Kōki- dijo enojado el hombre castaño.  

-¡Pero es la verdad! ¡No sé quién es el padre de mi hijo!-.    

------------  

No había tenido una vida fácil. A los 10 años su padre y su hermano mayor (un hermoso docel), habían fallecido en un accidente automovilístico: un camión de carga golpeo de lleno el auto donde su padre y hermano viajan, dejándolos prensados contra otro auto, llevándolos a una muerte instantánea.  

Fue un duro golpe para él y su madre, pero ella no se dejó vencer, sacó a su hijo adelante, trabajando en una librería del centro de Tokio. Los fines de semanas, para ayudarse, ambos hacían postres y los vendían a los vecinos. Tras un par de años, su madre logró abrir una pequeña pastelería, donde él trabajaba todos los días después de la escuela. Ese era un secreto que su amigo Fukuda (mejor amigo, vecino, compañeros de clases y básquet ball) mantenía, puesto que en Seirin no les permitían trabajar.  

Gracias al básquet ball, allí fue donde lo conoció. La persona, que sin proponérselo o pensarlo se había enamorado de él, de Akashi Seijūrō. En un principio le tenía miedo por ser el emperador de Rákuzan, pero cuando lo veía con Kuroko Tetsuya, su amigo docel (Lo envidiaba, ya que a un docel se le permitía estar con otro hombre, mientras, que a un varón no. Y, él, era un varón), logró apreciar que el emperador  y él, no eran la misma persona; y, eso, fue o que lo enamoro de él. Era amable, a pesar de ser rico, Akashi era un joven simpático y bondadoso. Por supuesto, su amor era unilateral. Él solo tenía ojos para Akashi Seijūrō, pero éste solo lo veía como un cocido de su amigo, Kuroko Tetsuya. Aun que, en ocasiones habían logrado platicar, en especial de libros, ya que tenían los mismos gusto literarios.  Eso era lo único que los “unía”, aunque trataba de no hacerse ideas locas sobre que Akashi lo amaba y que un día lo correspondía, así que trabaja en olvidar ese amor que sentía. 

Así estuvo por tres años, envuelto en un amor unilateral hasta que se graduó de Seirín y, ese día de celebración, fue el día que cambio su vida.  

Por insistencia de Kise Ryōta y Takao Kazunari, una fiesta donde todos los equipos donde había uno de la Kiseki no Sedai, se llevaría a cabo para celebrar su graduación. Así que, siendo convencido por Kuroko Tetsuya y su novio (novio de Tetsuya), Kagami Taiga; acepto ir. Sin saber que ese día marcaria su vida.

Había elegido un pantalón negro ajustado y una camisa blanca a manga corta, una vez que vio que no se veía tan mal, se despidió de su madre. Fue a la estación del metro y abordo la línea que lo dejaría donde Kuroko le había indicado, tras bajar y seguir las instrucciones, logró llegar a una gran casa. Desde la acera se escuchaba la música proveniente de ella y los gritos de festejos. Toco el timbre o esa era su intención hasta que se percató de que la puerta estaba abierta, así que entro.   Lo primero que logró distinguir fue a Murasakibara Atsuhi cargando a Himuro Tatsuya hacia la casa, y supo que estaba en el lugar correcto.

Busco a sus amigos y estuvieron platicando, pero no se había percatado de que lo que bebía era licor. Recordaba haber visto a Kise Ryōta besando a Yukio Kasamatsu; ver bailar a Kagami Taiga y Kuroko Tetsuya;  y platicar con alguien.    La siguiente vez que abrió los ojos, fue al despertar. Miraba  confundido el lugar donde estaba, era un amplia habitación de lujo, estaba complemente solo y su ropa estaba regada en el piso.  Al percatarse de ella, fue cuando levanto la sábana que lo cubría, solo para percatarse de que estaba completamente desnudo. En su dorso  y piernas había muchas marcas rojas; y lo peor, entre sus piernas y abdomen había rastros de semen y sangre. Se movió, un dolor en esa parte tan íntima  y un dolor de sus caderas, lo perturbaron. Él era un varón, no podía haberse acostado con otro varón.

  – No. No .No- gritaba desesperado mientras lloraba. Trataba de recordar con quien había dormido, pero no había nada, no había recuerdos y ni tan siquiera una nota en algún lugar de la habitación. Después de unos minutos, se levantó con mucho cuidado y se metió al baño, tenía que lavarse, se sentía sucio. Mientras se bañaba, lloraba.  Salió y tomo su ropa, se vistió y salió de esa habitación.  Abordo uno de los elevadores y al salir, huyo de ese lujoso hotel.    

Kōki desesperado y sin saber qué hacer, llego a su casa.  Solo para encontrar a su madre hecha un mar de lágrimas - ¿Qué pasa?- pregunto rápidamente.

  -Mamá falleció- dijo llorando.  

Kōki corrió y abrazo a su madre –la abuela. Lo siento, mamá- dijo llorando.  

Fue cuando Akemi Furihata se percató de las marcas en su hijo - ¡Kōki! ¿Qué hiciste?- grito. Kōki se avergonzó y no miró a su madre.  -¿Qué hiciste?- volvió a preguntar tomando a su hijo del brazo - ¡Respóndeme!-.  

-¡No lo sé!- grito a su madre –Me desperté desnudo en un hotel. Estaba solo y con san…. ¡NO SE QUIEN FUE! ¡NO RECUERDO NADA!-.  

Akemi miro aterrada a su hijo ¿Quién le pudo hacer eso aun varón? Su hijo le estaba diciendo la verdad, esa mirada de dolor y repulsión eran tan reales como la muerte de su madre. Su hijo había sido violado –Tenemos que reportarlo a las autoridades-.  

-¿Y, que les digo? Ayer fui a una fiesta y al siguiente día desperté desnudo, con sangre y semen en mi c… aghhh- se jalo el cabello- ¿Qué se supone que voy a decir? ¡Soy un varón!- dijo llorando.  

Akemi Furihata abrazo a su hijo y lo consoló. Varios minutos después  volvió hablar –Sube y empaca algo de ropa para 15 días. Tenemos que ir a Osaka-.  

-Sí mamá- dijo parando de llorar, había olvidado a su abuela – Tenemos que estar con el abuelo-. Por ahora tenía que olvidarse de él, así que subió a su habitación para hacer su equipaje.

30 minutos después, su madre y él, estaban abordando un tren bala con destino a Osaka.     Al llegar, encontraron a su abuelo, Akeno Asuma, deshecho por el fallecimiento de su abuela, Mio Asuma. Ella había fallecido a causa de un infarto fulminante, al parecer estaba bajo estrés al ver que su librería estaba por cerrar, y cuando se lo dijeron, le dio el infarto. – Estamos contigo, papá- dijo Akemi abrazándolo. El velorio se llevó a cabo ese día y, al siguiente día, sepultaron a su abuela. 


En esos días trataban de sacar adelante a su abuelo, estaba muy deprimido como ellos. Escuchaba llorar a su madre durante las noches; y él, no podía evitar llorar por la muerte de su abuelo y lo que le había pasado. Un día, entre sueños, recordó que alguien le preguntaba si se estaba divirtiendo, pero no lograba descifrar la voz.

Le había mandado un mail a Fukuda avisándole de lo sucedido con su abuelo y de paso, preguntar si alguien había preguntado por él, y la respuesta fue negativa.  Que imbécil era al creer que esa persona lo buscaría, él solo fue  unos más en la cama de aquella persona.  

-Hijo, no llores- dijo entrando Akemi a su habitación.  

-No puedo evitarlo mamá. Es horrible no saber lo que paso ese día, no sé quién fue capaz de hacerme eso- dijo llorando.  

-Tranquilo- dijo abrazándolo –Pregúntale a tus amigos con quien te vieron ese día-.  

-No mamá. Nunca lo hare. No quiero que lo sepan- dijo llorando.  

-¿Saber qué?- pregunto Akeno, Había escuchado lo último. Akemi y Kōki se miraron. Tras dudar varios minutos, Kōki relato a su abuelo lo sucedido -¡Qué demonios!- grito un alterado castaño.

  -Tranquilo abuelo, te puede hacer daño- dijo Kōki preocupado.  

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo?- grito caminando de un lado al otro.  

-¿Estar tranquilo? Joder abuelo. ¿Crees que estoy tranquilo? ¿Cómo demonios se te ocurre que estoy tranquilo?- gritaba un furioso castaño.  

-¡Basta!  No podemos estar así, mamá acaba de fallecer y no necesitamos otro familiar muerto- dijo Akemi entre ambos – Papá comprende que lo que sucedió fue horrible. Kōki, no le grites a tu abuelo-.  

-Está bien- dijeron al unísono.  

-Ahora… Lo primordial es no dejar que nos cierren la librería. Yo tengo unos ahorros, así que compraremos la librería. Kōki… ¿Te gustaría estudiar aquí en Osaka?- dijo Akemi tomando las riendas de la familia Asuma.

 Dudó. Lo pensó y supo que quedarse era lo correcto, su abuelo y la librería eran importantes y él no quería regresar Tokio –Sí-.  

-Bien, mañana mismo viajare de regreso a casa y traeré lo que nos haga falta- dijo decidida – Ahora vayan a dormir- sentencio la pelinegra.

Los castaños asintieron por inercia, pues sabían que nunca debería contradecir a Furihata Akemi.  

 

----- Dos meses después -----  

Gracias a los ahorros de su madre, habían logrado comprar el inmueble de la librería. El hogar de sus abuelos y de su madre cuando joven, ahora legalmente era de su familia. Por las tardes, trabajaba en la librería ayudando, y por las mañana asistía a clases.  Él estaba estudiando Literatura en la Universidad de Osaka, tenía un mes en clases y le iba muy bien.  Aun que no conocía a nadie, le fue fácil hacer amistades. Intentó ingresar al equipo de básquet pero el entrenamiento era por las tardes, así que mejor declino. 


-Kōki trae los libros de Usumi-sensei- grito su abuelo desde la puerta del almacén.  

-Ahora los llevo- grito. Busco entre las cajas y los encontró hasta arriba de la pila que había dejado los de la editorial Marukawa. Decidido a bajarlos, así que se acercó a la pila y subió dos pisos de las cajas tratando de alcanzar las cajas. Miró hacia abajo al sentirla moverse, error, se comenzó a marea.  Cerró sus ojos y respiro profundamente, abrió sus ojos  y el mareo se le había pasado,  por lo que reanudo su labor. Otro error, al tomar la caja de los libros, las cajas sobre las que estaba parado comenzaron a moverse, provocando que lo tiraran y las demás, cayeran sobre él.  

Los clientes, Akemi y Akeno escucharon el grito y las cajas  cayendo – Kōki-.
Al entrar al almacén, vieron una parte del brazo perteneciente al castaño debajo de las cajas. Entre ellos y los clientes ayudaron a levantar las cajas dejando al descubierto un inconsciente castaño. Rápido, Akeno, llamo a la ambulancia, pues de alguna parte había sangre en el piso.

10 minutos después Akemi y Akeno iban en la ambulancia con Kōki, quien aún no despertaba.  Lo ingresaron inmódicamente al llegar al hospital y ellos fueron a la sala de espera.   -Estará bien- dijo abrazándola. Akemi solo correspondió al abrazo.

    -Familiares de Furihata Kōki- dijo una doctora rubia.  

-Nosotros- dijeron. Había pasado cerca de dos horas, desde que llegaron - ¿Cómo está?- preguntaron al unísono.  

-Está estable. Solo unos hematomas y el brazo tiene una fractura. Ya le colocamos una férula. ¿Me puede decir que sucedido?- pregunto algo preocupada.

-Kōki acaba de llegar de la universidad y le pedí que me pasara una caja de libros. Él fue al almacén y luego se escuchó un grito y el ruido de las cajas cayendo. Cuando llegamos al almacén, estaba cubierto por las cajas- explico Akeno tomado la mano de su hijo.

  -El que no lo movieran y el que la ambulancia lo trajera rápido  pudimos detener el aborto, sino...-  

-¿Aborto?- preguntaron interrumpiendo a la doctora.  

-¿No lo sabían? Tiene unas 10 o 11 semanas de gestación- dijo incrédula.


Akemi lloró. Su bebé estaba esperando un hijo de un desconocido.

Akeno al ver el estado de su hija pregunto -¿Esta segura? Cuando nació nos dijeron que era varón-.

  -¿En qué hospital nació? Y si estoy segura, la ecografía lo confirmo- dijo entregándole la foto a Akeno.

-Aquí nació, en este hospital nació- dijo Akeno.  

-Investigare que sucedido. Por ahora, está dormido. Estará en observación 48 horas, ahora regreso- dijo se fue a los archivos.  

-Oh Kami-sama ¿Qué va a suceder?- pregunto viendo la ecografía.

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  -ughhh- gimió mientras abría los ojos, notó que estaba en el hospital y que en su brazo había una férula -¿Qué sucedió?- pesaba, hasta que las imágenes de las cajas cayendo inundaron sus recuerdos – oh si- se dejó caer en la cama, hasta que llego un enfermera y le dijo que iría por el médico.  

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-¿Entonces eso fue lo que sucedió?- preguntaba Akemi.  

-Sí. Ahora mismo, la administración del hospital está buscando al otro joven- dijo apenado el director del hospital.  

-No puedo creer que cometieran semejante error- dijo Akeno.  

-En verdad lo sentimos-  dijo con una reverencia.  

-No se puede hacer nada ahora. Lo importante es comunicarle al otro joven, pobre chico, siempre educado como docel y resulto ser varón. No se preocupe, no creo que mi hijo quiera demandarlos, deberán preocuparse por el otro joven- dijo Akemi.  Entendía la problemática en que el hospital se había metido, fue su época ni su admiración, pero habían perjudicado a dos familias. Pues resulto de que los resultados estaban en otro expediente. Es decir, el resultado de Kōki como docel estaba en el expediente de otro joven; y el resultado de varón de ese joven, estaba en el expediente de Kōki. La doctora se percató de ese hecho e inmediatamente notifico al director del hospital.  

-Furihata-san su hijo ha despertado. No le dije sobre su estado, es mejor que lo sepa por la familia- dijo más tranquila.  

-Gracias, ahora si nos permiten- dijo y ambos se dirigieron al cuarto de Kōki.  

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 -Mamá, abuelo- dijo al verlos entrar.  

-Cariño ¿Cómo te sientes?- preguntaron para luego besarlo y abrazarlo.

- Como si un camión me hubiese atropellado, pero la doctora dijo que no podía darme medicamentos para aliviar el dolor- dijo adolorido. Akemi y Akeno se miraron y asintieron -¿Qué sucede?- pregunto al ver la cara de su madre y abuelo.

-Quiero que me escuches atentamente y trates de estar tranquilo- Kōki asintió – Verás Kōki… eres… eres un docel y estas embarazado- soltó la noticia que le cambiaría la vida.  

-¿Qué?- pregunto en shock.

-Hijo- dijo Akeno  mientras lo tomaba del mentón –Después de decirle que tú eres varón, la doctora,  se dirigió al archivo por tu expediente y descubrió que alguien coloco el resultado de un varón en tú expediente y, el tuyo, estaba en el expediente de ese varón -.

-El golpe de la caída y las cajas encima, hicieron que estuvieras a punto de abortar, pero la doctora logro para el aborto- dijo Akemi llorando.  

-¿Docel? ¿Aborto? ¿Bebé?- dijo en shock. Akane y Akeno le hablaban y nada, mejor le llamaron a la enfermera y esta le dio un somnífero ligero.  

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 -¿Te gusta?- pregunto una voz profunda.  

-Sí aghhh más- respondió jadeando tratando de ver a la persona que yacía entre sus piernas, pero no lograba apreciar a rostro.  

-Siempre quise ver esa expresión en ti, Kōki-.

    Un asustado castaño despertó, trataba de calmar su corazón. Ese recuerdo era de ese día… él… Él había dejado que esa persona le hiciera eso. Él era un… Sus pensamientos fueron interrumpidos por un gruñido en su estómago. Llevó su mano a su vientre, un bebé. Esperaba un bebé. Comenzó a llorar mientras se sostenía el vientre.  

-Kōki ¡ Buee… Kōki no llores- dijo Akemi.  

-Mamá que voy hacer- dijo abrazando a su madre.  

-No se cariño, es tú decisión y te apoyaremos- dijo limpiándole la mejilla,  

-yo… No quiero abortarlo, el… No, mi bebé no tiene la culpa- dijo llorando. No podía acabar con la vida un pequeño ser.  

  Después de ese día, su vida cambio. Siempre había sido torpe, ahora tenía mucho más precaución. En la librería ahora cobraba y limpiaba los anaqueles, nada de cargar. En la universidad asistía a clases aun, pero sabía que tarde o temprano  se notaría su embarazo y comenzarían las preguntas incomodas. Ann era la única que sabía de su estado, pues se había desmayo en su casa, cuando hacían un trabajo y ahora lo sabía. Ann era una hermosa mujer castaña, quien era su vecina y compañera de universidad. Claro, también estaba Fukuda. Al cual casi le da un infarto al saber la noticia, pero prometió  no decirle a nadie, pues le confeso que tenía vergüenza de que supieran como había llegado su hijo a su vida.  

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Un  10 de diciembre se observaba a un castaño con un hermoso vientre acostado en su cama. Casi no se podía mantener de pie y el dolor de espalda era insoportable – ughhh estoy harto- dijo frotándose el vientre, de pronto sintió unas pataditas en el -¿También lo crees? No te preocupes en nos días estarás en mis brazos- le decía con una pequeña sonrisa. –auchh calma- decía a  su hijo. Cuando le informaron el sexo del bebé, lloro como loco.  

-¿Hablándole tan temprano?- dijo Akeno al entrar a la habitación.  

-Sí, está algo inquieto- dijo sonriéndole.

  -En unos días estará más inquieto- dijo sonriendo.  

-Eso cre…- un fuerte dolor se instaló en su vientre.  

-¿Qué pasa?- dijo al verlo aferrarse al vientre.  

-aghh… no se- susurro y otra vez volvió a sentir el dolor – aghhh mmmggg—  

-creo que a nacer- dijo Akeno.  

-En serio aghhh- gimió – creo que sí- dijo aterrado.  

-Calma, trata de  respirar- dijo mientras salía de la habitación.    

30 minutos después un castaño estaba ingresando al quirófano acompañado por su madre –Calma hijo- trataba de tranquilizar a su hijo.  

El anestesiólogo se aproximó al docel. -¿Siente esto?- pregunto la doctora.

  -No- dijo aterrado.  

-Vamos a comenzar- declaro la doctora. Mientras tanto, Akemi calmaba a su hijo.

  Kōki estaba desesperado y tenía miedo de que algo saliera mal. En ese momento, quería tener a su padre y hermano apoyándolo.   -Succión- escucho que grito la doctora y sintió un gran vacío e inmediatamente se escuchó el llanto de su bebé –Quiero verlo- rogó.

  -Espera, tienen que pesarlo- dijo emocionada –Es hermoso- comento viendo como pesaban y limpiaban a su nieto.  

Trataba de ver a su hijo, pero la cortina frente a él no dejaba verlo, solo escuchaba su llanto. No quería escucharlo llorar –mi bebé-.  

-Alguien quiere conocer a papá- dijo la enfermera mientras se aproximaba con el bebé.

  La enfermera le coloco a su hijo entre sus brazos, era tan pequeño –Mi bebé- susurro acercándose a su diminuto rostro, el cual, besó. –Eres perfecto- dijo mientras lloraba. Observó con detenimiento a su hijo, su escaso cabello  era castaño. Por lo que había  leído, en unos meses sabría el color de sus ojos, pues la pigmentación iba cambiando conforme creciera los primeros, solo deseaba que su hijo tuviera sus ojos.  

-Felicidades, cariño. Es hermoso- dijo Akemi viendo a su hijo y su nieto. Juraría que su nieto era idéntico a Kōki cuando bebé.

-Gracias, mamá- dijo sonriéndole.   Akemi lloro al verlo sonreír así. En un principio, a veces, Kōki reaccionaba mal por cómo había llegado a su vida; pero después cambio su mentalidad, sabía que su hijo iba a depender únicamente de su él y tenía que salir a delante.

  -¿El nombre del pequeño?- pregunto la enfermera.  

-Furihata Seiko - dijo jugando con los dedos de su hijo.  

-Un hermoso nombre, hijo- dijo Akemi. Fuerza significaba Seiko.

  -¿Verdad? Seiko será toda la fuerza que necesite en mi vida- dijo sonriéndole a su madre.    

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Conforme pasaba los meses, Kōki ya se había acoplado a criar a su hijo, estudiar por la mañanas, trabajar en las tardes. Como Ann estudiaba en las tarde, había entrado trabajar en la librería por las mañana y entre los tres cuidaban al pequeño Seiko. -En verdad siento la molestia- decía una y otra vez por todos los problemas que les ocasionaba. Había querido abandonar la universidad y conseguir un trabajo a tiempo completo, pero su madre y su abuelo se negaron, y era por ellos por quienes seguía en la universidad. Pues ellos tenían razón, si quería darle estudios a su hijo tenía que estudiar y graduarse correctamente para tener más posibilidades en el ámbito laboral.  

Así fue había sido su vida, su hijo Seiko ya tenía 4 años y él ya se había graduado de su carrera, y estaba a una semana de regresar a Tokio.  

Uno de sus maestros lo había recomendado como editor en una editorial de Tokio, había asistido a la entrevista y le dieron un libro que editar. Hace dos semana le habían  notificado que aparte de contratarlo, le informaron que ese libro que había editado y ya estaba a la venta  bajo su edición. Tenía una semana para regresar a Tokio, y respecto a Seiko, la editorial tenía una guardería para los hijos de los trabajadores, así que no tenía ningún pretexto para rechazarla. Acepto, no desaprovecharía la oportunidad que le estaban dando.  

Ahora había algo queno  quería ir a Tokio, las preguntas de Seiko sobre su otro padre.  Hasta ahora su hijo solo le pregunto si era docel y, que si era un niño malo por no tener papá. Aquella pregunta le rompió el corazón. Le daba vergüenza decirle a su bebé, como había llegado a él. No quería decir que no sabía quién era su otro padre, y que nunca lo conocería.

En esos casi 6 años, sus recuerdos de esa noche a veces regresaban. Una que otra frase o imagen nada nítida, por lo que no podía identificar al padre de su hijo. Y, es que se sentía tan mal consigo mismo, sucio… un puto, por abrirles las piernas a esa persona.

 

  -Papi, quiero helado- dijo un pequeño castaño.  

-Sí amor- dijo revolviéndole en cabello. Su  Seiko eran tan parecido a él: su cabello castaño, su complexión delgada y su tez era la unica diferencia, era blanca;, sus hermosos color chocolate,  pero  a su parecer, cuando Seiko se enojaba adquiría un color más oscuro. Juraría que parecía el color sangre oscuro, cuando la sangre se cuajaba y secaba,  obtenía esa aparecía oscura. Su madre le decía que estaba loco y ya no le había dado más vueltas al asunto.Seiko, también era muy inteligente para su edad, él mismo se sorprendía con la facilidad con la que se expresaba e interactuaba con los demás.

 -Helado- volvió a decir Seiko.  

-ya, ya- dijo riendo por lo fácil que se seguía distrayendo, al igual que lo torpe.  

-Kōki, Seiko. Ya está el almuerzo- les grito Akemi desde la cocina.

  -Ya vamos mamá/ abuelita- respondieron ambos.

–El helado tendrá que esperar- agrego Kōki, y Seiko hizo un mohín.    

Almorzaron tranquilamente, aunque se notaba la tristeza. Pues por la tarde se marchaban a Tokio, debido a que el lunes empezaba a trabajar en la editorial –Los voy a extrañar- dijo Akemi.  

-Yo también mamá- comento al borde del llanto. –Nada más pueda, los vendremos a visitar- agrego.

-No puedo creer que aceptaras- dijo en un mohín Akeno.  

Kōki y Akemi rieron –Es lo mejor- dijo Akemi.  

-Aquí tiene un hogar y un trabajo. Toda su familia está aquí- dijo Akeno.  

-Lo sé abuelo. Jamás se me olvidara, pero la paga es muy buena y el dinero me servirá para educación de Seiko- dijo serio.  

-pero- trato de  decir.  

-Papá sabias que tarde o temprano esto sucedería. Además… yo estoy aquí contigo- dijo sonriendo.  

-Los voy a extrañar- dijo llorando.

Kōki se levanto y abrazo a su abuelo –Nosotros también-. Seiko y Akane se unieron al abrazo.        

--------

 

-Adiós. Cuídense- decía Akane abrazando a su hijo y nieto.

  -Sí mamá/abuelita- respondieron.  

-Llamen en cuanto lleguen- pidió Akeno.  

-Si abuelo- dijo Kōki para después abrazarlo.  

-Recuerden llamarme también – dijo Ann sonriéndoles.  

-Claro que sí- dijo Kōki besándole la mejilla a su mejor amiga.   -Fukuda-san me dijo que mando a limpiar la casa y recontrato del servicio de luz y agua. Nada mas será que Seiko se adapte a la casa- dijo Akemi.  

-Sí. Hace rato me hablo y dijo que iría por nosotros a la estación- agrego Kōki.  

-Es un buen muchacho, es una lastimas que este casado- dijo Akemi.


Kōki solo miro a su madre –Que voy hacer contigo mamá- dijo exasperado.

  -Ojala encuentres un buen hombre, que los ame a ambos- dijo Akemi.  

-Mamá- dijo sonrojado. Vale, le tomo un tiempo aceptar su sexualidad. Cierto que en el pasado se había enamorado de Akashi Seijūrō, pero aquello solo fue unilateral y cuando  nació Seiko, todo el amor que tenía fue hacia él. No negaba que intento dos noviazgos con dos varones; el primero solo lo quería en su cama; y el segundo se veía serio y era muy amable, pero detrás de aquella amabilidad había un sádico que mantenía una relación con otro docel. Lo descubrió golpeándole mientras lo penetraba a la fuerza al pobre docel. Internamente agradecía el que nunca se acostó con él.

  -Mereces encontrar el amor- dijo Akeno.  

-Ya va a salir el tren bala. Será mejor que aborden, y recuerda que la mudanza llegara por la noche- dijo Akeno.  

-Gracias- dijo y se volvió a despedir. Seiko también se despidió de todos.  

Akeno, Akemi y Ann observaban a los castaños abordar el tren -¿Crees que se encuentre con el padre de Seiko?- pregunto Akeno.  

-Es posible. Solo quiero que ambos sean felices- dijo Akemi llorando.  

 

 

  ------ Un par de horas después ------  

 

Dos castaños robaban las miradas de los que estaban en el andén. -¿Dónde estará?- pregunto Kōki.

-¿Quién papi?- pregunto Seiko aferrándose a su papi. La gente los miraba y,peor, muchos veían de la misma forma que los clientes de la librería.

  -Tranquilo. Estaremos bien- dijo sonriéndole a su hijo.

  -Furi- dijo un castaño sonriéndole.  

-Fuku- dijo respondiendo al abrazo.  

-Siento llegar tarde ¿Cómo están?- pregunto sonriendo.  

-Bien- dijo sonriendo.

 -Me alegro- se arrodillo al nivel de Seiko

–Debes ser Seiko-kun. Soy Fukuda Hiroshi-.  

-Furihata Seiko. Pro favor cuide de mi. Fukuda-san- dijo con una reverencia.  

Hiroshi quedo en shock y Kōki se murió de la risa por la cara de su amigo - ¿Seguro que tiene cuatro años?- pregunto anonadado.  

-Sí. En Diciembre cumple los 5- dijo sonriendo.

-woo… eres muy inteligente, pequeño. Vamos, tienes que conocer a mi princesa- dijo levándose y cagando una de las maletas de Kōki.

  -Gracias. No puedo creer que te casaras con Kawahara-kun- dijo feliz.

-Sabes, siempre me gustó, pero no sabía que era docel y, en cuanto lo supe, no perdí oportunidad- dijo feliz –Aun que estaba triste porque no viniste a la boda-.

-Es que mamá enfermo y no podía dejar al abuelo con todo el trabajo- dijo siguiendo al castaño mayor –De verdad quería asistir-.

 -No te preocupes. Vamos, suban- dijo abriendo la puerta del coche, mientras acomodaba unas maletas.

 Kōki aseguro a su hijo al asiento trasero y él se acomodó en el asiento del copiloto. Platicaron todo el trayecto, hasta la casa. Agradecía que estuviera en el Tokio, muy cerca de la editorial y la guardería.  

-Ah cierto. La vecina me comento que una vez al año, más o menos por la fecha en que desapareciste, un auto negro viene y está por horas estacionando en la acera- comento.  

-¿Una camioneta? No me digas que…- susurró.  

-¿Crees que esa camioneta es de…?- pregunto Hiroshi, también había sospechado lo mismo.-Una vez intente ver quien era, pero no se veía nada-.  

-No lo sé... Además no recuerdo quien es el padre- dijo en  un susurro.  

-Solo es un aprovechado. ¡Qué maldito fue!- dijo enojado.

  -Es malo decir groserías- dijo Seiko desde el asiento trasero.  

-Lo siento- dijo avergonzado por alzar la voz.  

-Casi 6 años sin pisar mi casa- comento al verla.  

-¿Será nuestra casa?- pregunto Seiko al verla.  

-Sí- respondió. Era una casa de dos niveles, contaba con tres habitaciones en la planta alta y sala, cocina, comedor y una habitación de invitados –Papá la compro cuándo se casó con mamá-.  

-Entremos- dijo Hiroshi con el equipaje en mano. Kōki tomo una maleta y  se ha dentro en la  casa.   -Bienvenidos- grito un pelinegro, mientras cargaba una niña pelinegra.  

- Kawahara-kun- dijo Kōki y corrió a abrazar a su amigo.

-Mírate, que lindo estas- dijo viendo al docel.  

Kōki había crecido solo unos centímetros, su cadera estaba más estrechas  que su cadera haciendo sus curvas notorias. Su cabello lo había dejado crecer  y lo tenía recogido en una coleta muy corta, que apuradamente y se la pudo  recoger, y tenía un fleco que peinaba de lado, cubriendo parte de su ojos izquierdo. -¿Qué dices?- dijo avergonzado.  

Estuvieron platicando de todo lo que había pasado, y de lo que habían hecho. –Así que Kuroko y Kagami se casaron- comento.  

-Sí, también Riko-san y Hyuuga-san- comento Hiroshi cargando a su hija.  

-¿Alguien más?- pregunto.  

-Pues hasta ahora no. Quién se casa en dos meses, es Akashi- comento Kouchi.  

-¿Qué? ¿Con quién?- pregunto. Sintió una fuerte opresión en el pecho y su corazón partirse. La persona de la que estaba enamorado se iba a casar. No es que tuviera esperanza alguna, simplemente algo en su corazón le decía que tenía podía mantener una esperanza. Pero ahora ya no, en dos mes Akashi se casaría.  

Fukuda y Kawahara observaron el gesto de dolor de su amigo. Ellos siempre presintieron que Kōki estaba enamorado del emperador, cuando estaban en Seirin. – Momoi-san-. Vieron temblar al castaño –Lo sentimos- dijeron al unísono.  

-¿Soy tonto, no? A pesar de todo, seguía enamorado de una persona que solo me veía como un chihuahua y amigo de Kuroko-san. Alguien como él, jamás se  fijaría en mi- dijo con una sonrisa triste.  

-Furi- dijeron y lo abrazaron.   Una hora después llegaron los de la mudanza y los chicos lo ayudaron a desempacar, fue rápido ya que la mayoría era ropa, juguetes de Seiko y libros.  

 

  ------- Una semanas después --------  

 

Se habían adaptado a su nuevo hogar y guardería en caso de Seiko, y trabajo en el caso de Kōki. Todas las mañanas, dejaba a su hijo en la guardería y lo recogía a la salida del trabajo. Así que no tenía problemas para concentrarse en el trabajo. Su primera semana había pasado tranquila. Sus compañeros de trabajo y jefes eran muy amables.  

En esa semana, no se había encontrado con alguno de sus compañeros de Seirin o Kiseki no Sedai, lo que si había visto era revistas de Kise como modelo y, revistas sobre Akashi Seijūrō y su boda. Evitaba a toda costa pensar en el pelirrojo, le dolía que se casara, pero tenía que olvidarlo.  

-No corras, Sei- dijo a Seiko. Era sábado y se dirigían a las canchas cercanas, esas canchas eran  donde ellos se reunían a jugar de vez en cuando. Sonrió al recordar los partidos.   Faltaba cruzar un semáforo, justo cuando este le dio el paso; Seiko al ver la cancha, se soltó de la mano de su padre y salió corriendo. A Kōki le dio casi le dio un infarto y salió corriendo.

  -Sei- grito un castaño sujetando a un pequeño que  se había detenido al escuchar su nombre -¡No vulvas a cruzar la calle así! Te pudo haber pasado algo- dijo abrazando su hijo.    

En la cancha se encontraban varios adultos descansando por el medio tiempo del partido, cuando escucharon que alguien llamaba a ‘Sei’ y un niño castaño se había detenido frente a ellos. Solo vieron llegar un lindo castaño y abrazaba, al bordo del llanto, al menor.  

-Lo siento, papi- dijo viendo que su papa temblaba.  

-Solo no vuelvas hacerlo- dijo besándole la frente.

  -Sí, papi- dijo sonriendo.    

 

  -… ¿Furihata?- dijo al reconocerlo un peli celeste.  

Kōki giro hacia dónde provenía la voz y los vio. Toda la Kiseki no Sedai, junto con Kagami Taiga,  Takao Kazunari, Himuro Tatsuya. En cuanto vio al pelirrojo, sintió un fuerte latido en su corazón y recordó que éste se casaría – Si- dijo sonriéndole a Kuroko.

-Furihata-kun- dijo se lanzó abrazarlo.   Kōki, Seiko y Tetsuya terminaron en el suelo, pues también se le había unido, Kazunari y Kise Ryōta al abrazo.  Comenzaron hacerle miles de preguntas, hasta que una pequeña voz los hizo separarse –Aplastannnnn-.

-Lo sentimos- dijeron apenados.  

-¿Estas bien, Sei?- pregunto acomodándole la playera.  

-Sí, papi- respondió observando a los hombres de cabellos de colores.  

-¿Sei? ¿Papi? ¿Te casaste?- preguntaron todos al unísono.  

-etto…- miró que el pelirrojo lo miraba con ¿Decepción? – bueno… es una larga historia-.  

-Tenemos toda la tarde- dijo Tetsuya.  

-Sei ¿Por qué no vas y juegas con el niño?- dijo a su hijo.  

-Sí papi- dijo tomando el balón y corrió hacia  un niño peli morado, Kōki supuso que era hijo de Murasakibara y Tatsuya.  

Todos veían a Kōki Furihata - ¿Por qué desapareciste, Furi?- pregunto Taiga.

  -¿Recuerdan la fiesta de graduación en casa de Kise?- todos asintieron –Al siguiente día nos avisaron que mi abuela había fallecido, así que nos marchamos a Osaka para su sepelio y nos quedamos unos días allá. Mis abuelos rentaban un local para una librería, así que se la quisieron quitar y fue lo que  provoco que mi abuela falleciera. Mi mamá decidió que nos quedaríamos en Osaka, ella compro el local y reabrimos la librería. Allí estado todo este tiempo, no le pude avisar a nadie porqué había perdido mi celular-  explico.  

-Lo sentimos- dijeron al ver la mirada triste.  

-Pero eso no explica tú hijo- dijo Daiki viendo lo ágil que era el pequeño con sus tiros. Kōki comenzó a temblar.

– ¿Su madre falleció?- pregunto Kazunari.

  -No…- noto que todos lo miraban. No querían que supieran lo fácil que había sido, pero después de varios minutos decidió hablar – El día de la fiesta de la graduación, recuerdo haber estado allí..- los presentes fruncieron el ceño –El día después, desperté en la habitación de  un lujoso hotel completamente solo - comenzó a llorar- No había nadie y no recordaba nada. Solo supe que… yo…  ¡Siendo varón, me había acostado con otro varón!- Los chicos miraban sorprendidos – En cuanto note lo que había pasado, hui aterrado de ese hotel. Cuando llegue casa mamá me aviso de la muerte de mi abuela. Nos marchamos a Osaka y olvide el asunto- todo se mantenían callados, pero una persona estaba desecha -Hasta 10 semanas después, había regresado de la universidad y mi abuelo me pidió que llevara una caja de libros. Lamentablemente la caja estaba en la punta de unas pilas de cajas, así que subí y bueno, se tambaleo, caí y todas la casas cayeron sobre mí. Cuando desperté en el hospital, tenía una férula  en el brazo y entonces… Entonces, entro mamá y  me abuelo, me dijeron que era un  docel y tenía 10 semanas de gestación ¡Estuve a punto de abortar a mí hijo!- dijo llorando.  

-Furihata- dijo Tetsuya abrazándolo.  

Aquella persona lloraba desconsolado, por el relato del castaño.   -¿Entonces, no sabes quién es…- intento decir Atsushi.

-¡Soy un puto que le abrió la piernas a un bastardo, que ni tan siquiera recuerdo! ¡No sé quién es el padre de mi hijo!- dijo llorando en los brazos de Tetsuya. 

  -No digas eso. Furihat a-kun- dijo Tetsuya, pero en sí, nadie sabía que decir.  

Esa persona camino hacía el castaño y el peli celeste, se detuvo frente a ellos – Yo soy ese bastardo. Yo soy el padre de tú hijo- dijo Akashi Seijūrō con lágrimas surcando sus mejillas.   

Continuara...

Notas finales:

¡Gracias por leer!

¿Qué les pareció? Ojala haya sido de su agrado :)

Besos :*

Nos leemos luego,  espero sus reviews

 

Cierto, acabo de crear una Fanpage para comunicar sobre los fic y entretenemiento, espero leerlos tambien alli :) 

Ai AkaFuri


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