Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuéntame una historia por lizergchan

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Disclaimer: Los personajes de One Punch Man no me pertenecen, sino a su autor (a nomino), El manga es ilustrado por  Yusuke Murata y One (historia), el anime pertenece a los estudios Madhouse. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Saitama/Genos

Aclaraciones y advertencia: Contiene Multiuniverso, romance, lemon, tragedia, muerte de personaje, violación, mpreg y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese (dependiendo la historia en turno).

 

 

Resumen: Conjunto de drabbles, basados en imágenes Saigen, que he visto en los grupos de One Punch Man.

 

 

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Cuéntame una historia

 

 

 

Si te vuelvo a ver

 

 

Le aburrían todas esas reuniones; desfilar de la mano con una mujer, molesta y petulante, con la que su familia insistía en enlazarlo, sólo porque su padre era uno de los socios mayoritarios del suyo, pero él sólo podía pensar en aquel hombre, con quien compartió la mejor noche de su vida. Rememoraba aquellas suaves manos, recorriendo su cuerpo desnudo; su boca ardía con el recuerdo de esos besos con sabor a promesa.

 

De pronto, cuando Genos estaba tentado a salir a la terraza y lanzarse al vacío, una dulce tonada llegó a sus oídos, como el canto de los ángeles. Buscó con la mirada, hasta que, en el escenario, vislumbró a un apuesto hombre de abundante cabellera azabache.

El corazón de Genos se detuvo por un instante, ¡Era él! Saitama, el amigo Mumen, su asistente. Conoció al pelinegro durante una fiesta a la que el castaño lo arrastró; Saitama era un cantante con una carrera a penas floreciente. Tuvieron sexo una noche y fue suficiente para robarle algo más que la virginidad.

 

Saitama, un cantante de “cabaret”, sin grandes ofertas de trabajo, sin embargo, esa noche, había tenido suerte, tenía la oportunidad de cantar para la crema y nata de la sociedad. No le emocionaba la idea de presentarse ante esos ricachones, pero necesitaba pagar las cuentas.

 

—Saitama-san —una joven se acercó él, cuando se encontraba en su descanso. Una dama rica que ostentaba sus caras joyas y que venia del brazo de algún junior, petulante que de seguro veía a la gente por encima del hombro, sólo por tener un costoso automóvil y una abultada cartera.

—¿Sí? —dijo el cantante, no se había dignado a mirarla, al menos no lo suficiente para poner atención a la pareja.

—Ha cantado estupendamente —la chica hablaba con voz chillona, molesta. —Deseo que usted cante en mi boda. ¿No sería estupendo, Genos?

 

Al escuchas ese nombre; Saitama salió de su letargo. Sus ojos y los de Genos se conectaron, brillando en reconocimiento, ¡era él!, aquel chico con el que compartió su cama por una noche; el ángel de sus sueños y el demonio en sus pesadillas; se había llevado su tranquilidad y robado su corazón, como el ladrón que se esconde en las tinieblas. Ahora, Genos, estaba frente a él, ataviado en un costoso traje y tan hermoso como lo recordaba, ¡y estaba por casarse!

 

—Gracias, pero no creo que sea una buena elección para un evento tan importante —trató de sonar indiferente, enserio lo intentó, pero, ¿cómo decirle a tu corazón que deje de latir sin causarte la muerte?

 

La mujer hizo un puchero, parecía estar a punto de hacer una rabieta; adelantándose a una posible escena, Genos se acercó al pelinegro, ofreciéndole la mano.

 

—Lo felicito, Saitama-sensei, posee, usted una voz prodigiosa —La sonrisa de Genos era tan cálida, tan hermosa, que el cantante no estaba seguro de poder soportar sus impulsos; quería arrastrar al rubio a un lugar apartado y hacerlo suyo, una vez más.

—Gracias… yo… es mejor que me vaya. Mi descanso está por terminar —se excusó. No quería, no podía estar tan cerca de ese hombre sin enloquecer. Era seguro que para Genos, su noche juntos no había sido más que un simple calentón, un desahogo antes de contraer nupcias.

La mirada de Genos se entristeció, no quería dejarlo ir, ¿Cómo detenerlo?

 

—¡Saitama-san, por favor, cante en nuestra boda! —exigió la mujer, con voz chillona. Oh, definitivamente, Genos la odiaba, se separó de ella con brusquedad. Se acercó a Saitama y entrelazó sus manos a las suyas.

—Por favor… —dijo en un susurró, antes de alejarse; su prometida había iniciado un berrinche y llamaba la atención de los presentes.

 

Saitama miró sus manos; una tarjeta había sido depositada entre ellas; el número y nombre de Genos estaba impresa en el papel. Sonrió, guardando la tarjeta en el bolsillo de sus pantalones. Rememorando el rose de aquellas manos, subió nuevamente al escenario e hizo una de sus mejores interpretaciones, cantando solo para él.

 

 

 

 

Decidió regresar a casa caminando; pronto comenzaría a nevar, pero, quizás, el frío le ayudaría a dejar de pensar en él. Metió las manos a los bolsillos del pantalón, para tratar de conservar un poco de calor; sus dedos rozaron con la tarjetita que horas atrás, le había entregado Genos, tentándolo, seduciéndole. Saitama suspiró, por un momento pensó en arrugar la tarjeta y lanzarla a la basura, pero no lo hizo.

 

Llegó a su edificio; su pequeño apartamento se encontraba en los últimos pisos y no había elevador. Subió sin esfuerzo, con la práctica de la monotonía. Se quedó estático al contemplar la persona frente a su hogar. ¿Cómo supo donde vivía?

 

Genos lo observaba, enfundado en un sobretodo negro y una bufanda roja. Una sonrisa se formó en los labios de ambos; lentamente se acercaron. Sus dedos se rozaron. Brazos, cerrándose en un abrazo, que prometía no acabar después del contacto.

 

—Te quiero —susurró Genos antes de unir sus labios con los del mayor, en un beso hambriento. No quería escuchar su negativa; el desengaño de una noche mágica que, inevitablemente se convertiría en una vulgar noche de saciar instintos.

 

Genos necesitaba encontrar valor entre los brazos de ese hombre; para enterrar su vida pasada e iniciar una nueva, aun si fuese lejos de él.

 

«Te quiero», esas palabras calaron en lo más profundo de Saitama, quien, ni lento ni perezoso, tomó a Genos, introduciéndolo a su departamento, donde una noche de pasión los esperaba.

 

 

—Te amo —dijo Saitama mientras él y Genos se encontraban en la cama, desnudos, luego de su apasionado encuentro. —¿Te quedarás conmigo?

 

Los ojos del rubio brillaron, cargados de felicidad.

 

—¡Sí! —exclamó, entusiasmado. Atrapó a Saitama por el cuello. Se fundieron en un beso, que prometía un futuro juntos.

 

 

Fin.

 

 

 

 

Este capítulo no pasó por las manos de mi beta (¡lo siento Lily!), pues prometí subirlo hoy.

 

Si quieren que haga algún fic de una imagen, mándeme un inbox a mi face (/ saiyo.youko) o a mi correo youkosaiyo@gmail.com


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).