Cada mes de Febrero, los aires natales de Francia, se vuelven más intensos, más fríos, que contrastan con la calidez que emana mi corazón cada vez que te veo. A mi edad de dieciséis años había tenido novios y novias por igual, qué hasta había jurado haber amado, no hasta que me di cuenta de que te quiero, porque jamás pensé enamorarme así de Camus. No es mentira lo que digo, pues cada vez que se me acerca, la sangre que rodea mi corazón, empieza a recorrer más rápido mi corazón haciendo que éste palpite alocadamente. Te seré sincero, todo esto no me había dado, hasta que me di cuenta de algo, la belleza neutra que emanaba ese pelirrojo.
Fue un verano cálido cuando lo conocí, recién entrábamos a secundaria, yo contaba con doce años, apenas estaba entrando a la etapa más “calenturienta” de vida, la adolescencia. Ustedes ya saben cómo es eso “ver piernas por aquí, ver traseros por allá” claro, sí, junto con mi inseparable amigo Aioria.
Cuando tuve mi primera semana de secundaria, me enteré de la manera más horrorosa que me habían separado de mi amigo inseparable-vaya la redundancia-pues habíamos quedado en distinto salón, él en A y yo desafortunadamente en el E.
Observé con detenimiento a cada uno de mis nuevos compañeros, pues buscaba un nuevo amigo que me acompañara en mis travesuras, los inspeccioné a todos, en la forma en cómo iban vestidos, su peinado, buscaba uno que cumpliera con mis expectativas para ser mi amigo, no encontré ninguno. Desanimado, volví mi vista al frente, donde un maestro explicaba las formas de evaluaciones, no puse la mínima atención, estaba demasiado deprimido, como para “alegrarme” de la forma en como nos iban a torturar en el resto del año. No, hasta que te vi pasar por primera vez por la puerta, ibas vestido con el uniforme de la escuela, tu cabello rojo estaba sujeto en una cola baja dejando unos cuantos mechones sueltos en la cara, tu semblante estaba serio, dándote un aire de elegancia.
-“Disculpe, Maestro Dohko”-dijo el Director Shion-“¿Puede dejar pasar al joven, Camus? Acaba de cambiarse a nuestra escuela, espero que le de facilidades de reponerse en sus estudios”
El maestro Dohko asintió, dándole a entender que estaba bien, así que el director abandonó el aula, dejando en la puerta a Camus.
-“Pasa, joven Camus”-dijo mientras escribía en la pizarra.-“Jóvenes, como ya saben tenemos un compañero nuevo, por favor preséntese”
El chico, asintió levemente y caminó hasta instalarse a su lado.
-“Bueno, mi nombre es Camus Armegaud, vengo de Francia, espero llevarme bien con ustedes”-Fin, eso fue todo lo que dijo, lo dijo en un tono sereno, que para muchos pudo ser un tono frío. Todos mis compañeros quedaron en silencio, quizás no sabían qué decir, quizás no, eso no importa realmente.
Le sonreí y él trató de imitarme lo mejor posible…y en ese momento tuve la sensación de que Camus Armegaud tenía que ser mi amigo, sí ese amigo inseparable. Mentiría si dijera que él fuera el chico que estaba buscando para ocupar el lugar de Aioria, no, porque eras lo opuesto a mí, si yo decía vamos a tomar, tú preferías leer, algo que al principio me pareció absurdo, pero con el tiempo logré comprender que la lectura era tu espacio favorito, siempre fuiste mi consejero, sí un verdaderamente amigo inseparable, pero no como el inútil de Aioria, no, porque fuiste más especial para mí, aún recuerdo las cosas que hacíamos cuando aún éramos un par de críos.
Recuerdo que un sábado teníamos que juntarnos para terminar un proyecto, siempre fui un chico sin penas y sin miramientos, y a la hora de trabajar sí que era flojo, por lo que sólo hacía equipo contigo y con Shaka, un chico demasiado inteligente para mi gusto, por lo cual teníamos demasiados roces. Ese día teníamos que juntarnos en la casa del hindú, cuando estábamos a punto de acabar, me recosté sin más en su sillón para después fingir que dormía, me miraste de la manera más gélida posible y trataste de levantarme, me rehusé. Así que sin mi consentimiento tomaste mis manos y las jalaste con todas tus fuerzas haciendo que me azotara con el frío piso, sonreíste hasta morir y me sentí feliz de que mi amigo riera, porque sí, esa fue la primera vez que te vi sonreír tan abiertamente.
Después de ahí tuvimos demasiados recuerdos, hasta que pasamos a segundo grado de secundaria, en el cual nos separaron, haciendo que ya no pudiéramos vernos, pues las tareas te absorbían, sí, digo te absorbían, porque siempre has sabido que yo nunca hacía tareas, más que tú. Por lo que tuvimos que separarnos.
Pasaron dos años más para que de nuevo el destino tuviera la delicadeza de reunirnos, para ese entonces ya habías crecido al igual que yo. Aún recuerdo mi cara de sorpresa al volverte a ver, tú me sonreíste y de verdad fui feliz. Compartimos bastantes recuerdos y fue gracias a ti que conocí a Mu, un chico de ascendencia Tibetana que me atrajo a primera vista, su largo cabello lila aunado con sus finos rasgos y su amabilidad hicieron que me gustara, tú eras su mejor amigo, por lo que aún más me junté contigo, te pedía consejos, y tú me los dabas y es que, eres el único a quién le confiaba todo, sabías que a pesar de mi apariencia seductora, se encontraba un chico con sentimientos, quizás por eso me tenías paciencia, aún recuerdo la primera vez que te dije que él de verdad me gustaba.
-“¡Camus tengo que decirte algo!”-dije al borde de la desesperación cuando te vi.
-“¿Qué pasa?”-preguntaste aparentemente calmado, pues nunca me habías escuchado con ese tono.
-“Me gusta alguien”-respondí en un tono ansioso.
-“¿Quién?”
-“Mu”-guardaste silencio por unos segundos que me parecieron horas, me miraste y sonreíste.
-“¿Por qué no me lo habías dicho, Milo?-preguntaste a modo de reproche.
-“No lo sé”
-…
-“¡No me mires así!
-“Lo siento, ¿Por qué no me lo dijiste antes?”
-“¡Ya te dije que no lo sé!”
-“ajá…”
-“Sólo se dio así, me he enamorado”
-“Está bien, y ¿Qué quieres que haga?
-“Que me ayudes”
-“¿A?…”-dijo mirándome con los brazos cruzados y una media sonrisa.
-“Conquistar a Mu”
-“¿Qué dijiste?”
-“Que me ayudes a conquistar a Mu”
-“¿Y cuál es la manera de pedirlo?-sonreí al saber lo que quería que dijera.
-“Camus, amigo mío, te pido de la manera más atenta que me ayudes a conquistar a Mu, por favor Camus, tú que eres el mejor de todos los amigos, dígnate a escuchar esta plegaria de tu amigo”-dije poniendo la mejor cara de cachorrito que tenía, tú suspiraste para después sonreír.
-“No era necesaria tanta elegancia emanada por ti, aunque aprecio el esfuerzo”-dijiste con una leve sonrisa, bien, a Mu le gusta el helado de fresa, ama el color azul, ama los peces y odia la mayonesa, además tienes un punto a tu favor, a él le gustan los griegos, pues su anterior noviazgo fue con un griego, así que échale ganas, Milo”
Sonreí ante todas las cosas que me decía Camus, pues no sabía ningún gusto de Mu.
Pasaron días de eso y Camus seguía dándome consejos en el cómo comportarme con Mu, a las cuales yo obedecía como un niño, pero a pesar de todo ello, Mu parecía como si yo no existiera, como si fuera un simple amigo, varias veces llegué a deprimirme, llegando momentos en los que recurría con Camus en busca de ayuda y consuelo.
“Marqué el número de mi amigo, el único al que recorría cuando me salía un problema”
-“¿Milo?”-escuché que Camus formulaba mi nombre en una pregunta, sonreí amargamente, pues quizás él ya sabía que era lo que tenía.
-“Camus…yo…lamento…lamento llamarte a estas horas de la noche, pero me siento triste”-dije en apenas en un susurro, en estos momentos deseaba que estuvieras a mi lado para poder abrazarte como tantas veces cuando me surgía un problema.
-“¿Qué pasa?”...
-“Creo…creo que Mu no quiere nada conmigo”-dije con una voz impregnada de melancolía.
-“¿Por qué?
-“No me hace caso”
-“¿Sólo por eso?”
-“Sí…él…él… ¡él no me pone atención!”
-“¿Milo, eres un tonto o te haces? ¿No te has puesto a pensar que quizás no está de humor y por es no puede prestarte atención?
Guardé silencio unos cuantos minutos, pues quizás lo que decía Camus, era verdaderamente cierto, pues no me ponía a pensar en los sentimientos de Mu, sino nada más en lo míos.
-“Yo, Camus, yo-balbuceé-lo siento”
-“No lo sientas, mejor piensa mejor las cosas, ahora duérmete”-y sin más colgó, siempre teniendo la última palabra.
Pasaron los meses y cada vez él y yo nos hacíamos más unidos, hasta que llegó un momento en el que él me animó a declarármele a Mu, lo invité a salir, pero no pude declarármele, pues no tuve el suficiente valor para decirle.
Fue un sábado por la tarde cuando al fin Mu me aceptó una “cita”, una felicidad me invadió cuando al fin dijo que sí.
-“¿Y a dónde iremos?-decía mientras le tomaba una mano y adentraba al cine.
-“A ver una película, y después comer un helado”-contesté entusiasmado
Después de adentrarnos en el cine, vimos una película, de la cual no recuerdo bien el nombre, pero a los dos nos agradó bastante, y es que el personaje principal se parecía a…ti. Aunque, en aquel momento, traté de ignorar aquel pensamiento que me hacía difícil la concentración, inconscientemente me recordaba a ti, Camus. No entendía el porqué de que mi mente se empeñara en recordarte, no, porque de eso no lo entendería ahora sino hasta después.
Luego de terminar de ver la película, nos dirigimos a comer helado y recordé tus palabras “A Mu le gusta el helado de fresa” sonreí y de nuevo le tomé la mano a Mu, con total delicadeza, porque quería mostrar un poco de romanticismo. Él me miró con una leve sonrisa y quise darme ánimos a continuar, y claro que lo iba a ser, de no ser por una pequeña personita que estaba a unos cuantos metros de nosotros acompañado de Shura, un compañero nuestro. Apreté levemente los puños y un escalofrío me recorrió por completo, una sensación de miedo me embargó. “No, ese no podía ser Camus, no, no puede ser el mismo Camus que yo conozco” dije a mi mismo tratando en vano de calmarme, sin darme cuenta de que Mu estaba a mi lado, cuando me di cuenta, el miraba hacia donde se encontraba Camus y Shura.
-“Yo…Mu lo siento, por distraerme, yo…yo…-balbuceé, pues estaba contrariado por lo que acababa de ver-yo…lo lamento”-fue lo que atiné a decir. Me miró y sonrió ¿Tristemente? Nunca lo supe, pues no me detuve a estudiarlo, pues un torbellino de emociones me invadía, no sabía qué hacer, confusión, demasiada confusión, “Debe ser porque no sabía que Shura es…su…amigo…o su novio” Una punzada se instaló en mi corazón, y la tristeza pasó a embargarme por completo, una sensación de quebranto sentí al verlos tan juntos.
-“No te preocupes”-dijo Mu con su siempre sonrisa. No supe en qué momento “nuestra cita” pasó a segundo término, todo se volvió extraño, pues de estar bien, me sentí acongojado conmigo mismo. Traté de ignorar esos pensamientos que, entre más me detenía a pensar, más dolor causaban. Sin embargo vino mi salvador, Camus, el mismo que me causaba dolor, me daba alegría verlo y al mismo tiempo dolor al ver “Que me había desplazado por Shura” .
-“Hola Mu, Milo”-dijiste con una sonrisa, una que muy pocas veces te permitías hacer-“Les presento a Shura”
-“Hola Shura, Camus”-dijimos al unísono para saludar a los recién llegados.
Los mencionados sonrieron y se fueron con la excusa de que tenían cosas por hacer. Después de eso Mu también se retiró con la excusa de que tenía que visitar a alguien.
Es día me la pasé súper mal, pues me imaginaba “qué cosas estarían haciendo los nuevos amigos” le di tanta importancia a ese asunto que me olvidé por completo de Mu. Con el pasar de los días la única compañía que tenía era de la el mismo Mu, porque Camus estaba con Shura, nunca supe si de manera sentimental o de amigos y la verdad no me interesa saberlo.
Con el pasar de los días la confusión se hacía más grande a tal grado que me deprimía bastante.
Fue un Lunes 7 de Febrero cuando supe por fin a que se debía ese sentimiento que embargaba mi corazón y no me permitía estar bien conmigo mismo.
Maybe it's intuition
But some things you just don't question
-“Estás Enamorado”-Dijo Aioria, mientras tomaba una taza de café en una de las tantas cafeterías de París que conocíamos de memoria, pues a la edad de diez años Aioria y yo habíamos viajado a Francia por el trabajo de nuestros padres.
-“¿Dices que…estoy enamorado?”-dije sorprendido, pues eso ya me lo sabía, yo mismo lo había aceptado, pues le había contado a Aioria toda la historia de mi vida, debido a que teníamos tiempo sin vernos.
Like in your eyes
I see my future in an instant
-“No de tú quien crees, o te esmeras en creer”
-“¿Qué?... “¿estás diciendo que yo no estoy enamorado de Mu?”-exclamé sorprendido-Ahora resulta que me conoces mejor que yo.
-“Sí”… “Tú estás enamorado de tu mejor amigo, Camus”-Ahora mi sorpresa fue mayor, pues decía que estaba enamorado de ti, mi querido Camus. No me permitió replicar-“Sí, no hace falta ser un genio para saberlo, yo que tengo tanto tiempo sin verte y al escuchar todo lo que me has dicho, le das protagonismo al mismo Camus que al chico del que tú dices querer. Dime ¿Qué chico le da más protagonismo a su amigo que a la persona que dicen amar?”
And there it goes
I think I've found my best friend
“Enamorado de mi mejor amigo, Camus” esas seis palabras me tenían en shock, ahora entendía del porqué del odio a Shura, del porqué esa sensación de dolor al verte con alguien que no fuera yo, la respuesta siempre estuvo ahí y yo no la quise ver, estaba completamente enamorado de Camus y esa era la verdadera verdad.
-“Yo creo que deberías declarártele a Camus, porque es el chico hasta ahora que más te ha gustado, por no decir que te has enamorado”
I know that it might sound more than a little crazy
But I believe
Asentí y agarré mi chaqueta para buscarte, te llamé por teléfono, pidiendo verte, aceptaste sin negarme nada y quedamos de vernos en un jardín a altas horas de la noche.
-“Milo más te vale decirme qué es lo que quieres, no puedo creer que levantaras a estas horas de la noche para…”-calló al ver que lo miraba fijamente. “Es ahora o nunca me dije a mi mismo”
-“¡Camus te amo!”
I knew I loved you before I met you
I think I dreamed you into life
I knew I loved you before I met you
I have been waiting all my life
Quedaste estático al escuchar mi declaración poco convencional, bajaste tu cara, tu flequillo ocultaba tu cara.
-“¿Por qué?-dijiste con voz entrecortada.
There's just no rhyme or reason
Only this sense of completion
-“No lo sé”-respondí- sólo sé que a tu lado me siento completo, que tú eres la persona que me satisface y me hace sentir feliz, Camus, siempre fuiste tú. Lamento el decírtelo ahora, que es tu cumpleaños, pero no soportaba más esto-dije señalando mi corazón.
And in your eyes
I see the missing pieces
I'm searching for
I think I've found my way home
-Eres la persona que siempre he estado buscando Camus, yo te amo, es de único que estoy seguro.
I know that it might sound more than a little crazy
But I believe
I knew I loved you before I met you
I think I dreamed you into life
I knew I loved you before I met you
I have been waiting all my life
-“¿Crees que Mu y yo somos objetos que puedes manejar a tu antojo?”-dijiste mientras apretabas los puños y me mirabas con tus bellos rubíes llenos de lágrimas.
-“No, Camus, no son objetos, yo…”-dije mientras me acercaba a ti, pero tú te alejabas.
-“¡Déjame!”-dijiste cuando quise tocarte, más tú me rehuías-“¡No sabes lo que tuve que hacer para…!-callaste abruptamente, quizás pensando tus palabras.
-“¿Para…?”
-“No tiene importancia”… “No te quiero ver, al menos por hoy” –dijiste con una voz ahogada y corriste sin más, me quedé estático estudiando tu reacción, me dolía sentirme rechazado, pero me dolía aún más el saber que te perdería.
Abandoné mi lugar y regresé a mi casa, a día siguiente me enteré de que te habías ido a otro lugar sin decir nada, mi tristeza aumentó más pues quizás no te volvería a ver. Y así perdería a mi amigo y amor sin haber luchado.
Pasaron años y cada vez perdía la esperanza, pues mi amor no se esfumaba y cada 7 de febrero recordaba cada cosa que hacíamos juntos…