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Pink Cocktail por LovingTales

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Notas del capitulo:

!Hola mis amadas!

Han sido días largos en los cuales no había podido terminar el capi 9, pero ahora se los tengo. 

Pido perdón nuevamente por si hay letras cambiadas o alguna falta ortográfica escondida por ahí, lo he revisado pero quizas se me pasó algún detalles.

Espero que lo disfruten y dejen sus comentarios (saben que los amo) 

:D

Un beso y que estén muy bien!

 En el capítulo anterior...

Permaneció sentado en aquel mesón ubicado justo en medio de su cocina, miró a su alrededor viendo todos aquellos implementos que tanto adoraba utilizar cuando cocinaba. De pronto pareció iluminarse.  Él era de aquellas personas que tenía todo lo que quería y esta no sería la excepción. Volvería a escuchar a ese idiota halagándolo sin que supiera, y para ello se le había ocurrido una idea grandiosa. Invitaría al marimo al mejor restaurante de la ciudad como una supuesta forma de agradecerle por ayudarlo en Reverse Mountain y por la instalación de aquella maldita alarma.

Sí… era una idea fantástica, esa comida no se comparaba a la suya y el marimo lo notaría de inmediato. Sería música para sus oídos… nada podría resultar mal, después de todo él siempre tenía lo que quería. 

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Capítulo 9

Terminado aquel estúpido trabajo encargado por el rubio Zoro, despreocupadamente, se echó a dormir en un larguísimo y cómodo sofá de cuero negro rodeado por cojines de seda blancos y rojos. Tomó uno y lo puso bajo su cabeza cerrando los ojos en el acto. Sanji a su vez tomó su móvil y llamó al Baratie para hacer una reserva esa misma noche a las 22:00 horas. Una vez todo organizado sonrió complacido y se dirigió en búsqueda del marimo para invitarlo, y más le valía aceptar de lo contrario estallaría en ira.

Cuál fue su sorpresa al encontrarse con aquel asistente durmiendo en su sofá preferido, babeando sus preciados cojines de seda traídos de indonesia y para peor aún con los zapatos sobre el tapiz de cuero.

-¡Ahhh! Quita tus sucios zapatos de mi sofá!!! Estás estropeando el tapiz de cuero- reclamó moviendo con brusquedad el hombro de Zoro-

-Déjame dormir… ya terminé con tu alarma- murmuró el peliverde aun con los ojos cerrados-

-¿y?, no puedes llegar y dormir en mi sofá no olvides que soy tu jefe-

-y tú no olvides que soy tu asistente-

-¡BÁJATE AHORA!- refunfuñó zamarreándolo más fuerte, esta vez causando que Zoro abriera los ojos e hiciera un gesto de disgusto-

-¿Qué quieres ahora?, ¿qué repare tu ducha?-

-No… es más bien una buena noticia, quiero decir una forma de recompensarte…-

El peliverde arqueó una ceja intrigado. No confiaba para nada en aquel sujeto y más aún cuando intentaba ser amable… probablemente quisiera algo a cambio. Sea lo que le ofreciera se negaría rotundamente.

-Estuve pensando y en realidad siento que trabajaste muy bien ayer al ayudarme a salir de ese apuro…-

-¿Te refieres a tu fractura de pie?- rio Zoro-

-¡CÁLLATE!... me refiero a eso, aunque fue tu culpa en primer lugar que nos hayamos perdido-

-Fue tu culpa desviarte del sendero a tomar fotografías-

-Creo que fue tu culpa no memorizar el camino-

-Siendo sinceros fue tu culpa haber decidido salir a tomar fotografías-

-¡YA BASTA!- gruñó Sanji- dejemos el pasado atrás… como te decía anteriormente no quiero que pienses que soy tacaño y por eso he decidido invitarte a cenar al mejor restaurante de la ciudad-

El peliverde volvió a arquear una ceja.

-¿Hablas enserio?- pareció olvidar lo de negarse rotundamente, después de todo cuando se trataba de comida no se hacía de rogar-

-¡Por supuesto!... para que aprendas que puedo llegar a ser muy generoso…-

-Uhmmm está bien, aceptaré tu agradecimiento-

-He! Me alegro…-

De pronto el móvil del rubio comenzó a sonar. Se trataba de Ace quien le avisaba que estaba abajo esperándolo.

-¡ya son las 16:40!... vamos marimo apresúrate, debemos ir a la agencia-

-Bien vamos-

Ambos bajaron y salieron del edificio en dirección a la avenida donde el pecoso junto con Law, los aguardaban en un enorme jeep gris. Ace manejó hacia la agencia y en un rato ya todos se encontraban reunidos en la sala de los supermodelos.

-Chicos al fin ya estamos juntos- exclamó Robin al verlos llegar- les comento que esta tarde yo estaré con ustedes ya que Nami se ausentará para realizar unos trámites. Además aprovecho de decirles que estamos muy cortos de tiempo así que manos a la obra, ¡todos a maquillaje!-

Los ahora seis supermodelos se dirigieron a la sala donde Caesar los esperaba junto a su equipo listo para trabajar. Ese día habría tres sesiones seguidas por otras tres, debido a que el subterráneo estaba en su mayoría siendo utilizado por las modelos femeninas y esto disminuía casi por completo el espacio.

-Sanji serás el primero junto con Bassil, tienen que posar para Concasse… según tengo entendido es un catálogo, así que demoraran un buen rato- exclamó Robin mientras Sanji miraba fríamente al otro rubio quien le respondió con indiferencia- y Cavendish tendrás una sesión para SMILE, al parecer Caesar también hará un catálogo-

-¡genial!- respondió Cavendish mientras le arreglaban el cabello-

-El resto de ustedes deberá esperar hasta las 20:00, y recuerden… Law tú vas con Ace a Sexy Foxy underwear (N/A: no pude evitar poner esto xD) mientras Zoro va por Santoryu- añadió la pelinegra mientras verificaba una lista- Ahh, antes de que lo olvide Law, Doffy te llama a su oficina-

El moreno dio un respingo y no pudo evitar ver a Ace quien le trató de tranquilizar con la mirada. Sin embargo justo en ese instante un hombre entró y susurró algo a Nico Robin.

-Espera Law… me acaban de informar que Doffy ha tenido que salir urgente a una reunión-

-Entendido- respondió el moreno tratando de sonar indiferente-

Nuevamente alguien irrumpió en la habitación, se trataba esta vez de Luffy quien comía un enorme cono de helado.

-¡Que tal chicos!- exclamó saludando a todos- ¿Cómo están después de perderse?-

-¡Luffy! ¿Dónde demonios has estado toda la mañana?-

-¡Zoro!, he estado trabajando con la gente de vestuario preparando tu ropa, ah y más tarde ayudé en la cocina… me han regalado este helado- contestó sonriente- ¿quieres?-

-No gracias…-

-Esta noche también me quedaré a ayudar, ¿verdad Robin?-

-Así es Luffy- sonrió Robin- Zoro me informan que Perona te necesita en la oficina de Doffy-

-Entiendo… iré para allá- el peliverde se puso de pie y caminó en dirección a la recepción donde se encontraba aquella chica lolita como había escuchado que todos la llamaban-

-¡Zoro!- exclamó ésta al verlo- me alegra que estés acá, tengo algo que entregarte- Tomó un sobre blanco pequeño y se lo extendió-

-¿Qué es esto?-

-Ábrelo y lo averiguarás-

-Veamos…. ¿una tarjeta?- preguntó algo extrañado y sin quitar su ya característico ceño fruncido-

-¡Es una tarjeta de crédito de cortesía! La empresa siempre entrega una a sus invitados distinguidos, pero Nami quiso hacer una excepción contigo-

-¿Ah si y para qué necesito yo esto?-

-¿Estás loco?... ¡son 600.000 berries!-

-¿QUÉ?- inquirió asustado mientras casi deja caer la tarjeta por la sorpresa- pero eso significa que me lo van a descontar…-

-Ya te dije que es una tarjeta de cortesía… tómalo como un regalo de Nami-

-Está bien… dile que muchas gracias-

-Agradécele tú mismo cuando la veas-

-Tienes razón… la guardaré entonces… a todo esto ¿Cuál es la clave?-

-Está en ese papel que acabas de botar-

-Rayos- dijo el peliverde mientras recogía el sobre- bien guardaré esto también, gracias nos vemos-

-Adiós Zoro-

En ese mismo momento Nami se encontraba en la recepción del hotel Mariejoa donde los rockeros de Repel habían llegado en la mañana.

-Buenos días necesito comunicarme con la habitación reservada por la agencia Donquixote ayer por la noche-

-En un momento- exclamó una mujer mientras tomaba un teléfono y marcaba al número de la habitación- Es la habitación 2326, uno de nuestros recepcionistas la guiará-

-Muchas gracias- sonrió Nami mientras seguía al hombre, quien al cabo de unos minutos la dejó justo en frente de la puerta 2326-

Con algo de nerviosismo tocó y aguardó respuesta.

-Hola… ¿es la habitación de Repel?- preguntó al ver a un extraño y muy alto sujeto abrir la puerta-

-Hola… sí. ¿Qué quieres?... no firmamos autógrafos-

Nami molesta exclamó:

-No quiero un autógrafo, soy Nami y vengo desde la agencia Donquixote-

-Ahhh ya veo, en ese caso pasa- señaló aquel tipo quien llevaba un maquillaje, que de no ser por su estilo de música, cualquiera pensaría que había confundido la fecha de noche de brujas-

-Hola chicos- saludo al resto de chicos que estaban en la habitación. Todos la miraban indiferentes y esto pareció molestar a la pelinaranja- Mi nombre es Nami, soy la manager de la agencia Donquixote-

-Hola- respondieron a secas-

-Ehhh esto… vengo a buscarlos- indicó sin embargo todos la miraban en silencio-

-Heat dice que tienes buenas tetas- dijo de pronto uno de aquellos hombres quien vestía completamente de negro dejando lucir su torso-

-¡¿QUÉ HAS DICHO?!- Nami se acercó al sujeto y sin pensarlo dos veces lo tomó del cuello en un gesto amenazante-

-¡JAJAJAJAJAJA!- rompieron todos a reír-

-¿Cuál es su problema?... no puedes ir por ahí diciendo lo primero que se te ocurra- replicó Nami molesta al sujeto que ahora no hacía más que reír a carcajadas-

-Discúlpalos porfavor, son unos idiotas- exclamó de pronto un chico de gran estatura y cabello rojo- Mucho gusto damisela… mi nombre es Eustass Kid soy el líder de la banda- indicó haciendo una reverencia mientras sonreía-

-Hola…. Ya he tenido suficiente de ustedes… Bueno Eustass Kid como les venía diciendo deben acompañarme a la agencia-

-Te seguiremos gustosos- el chico se dirigió a una enorme maleta y sacando una cerveza comenzó a beber mientras parte de la bebida se derramaba sobre su ropa-

-Bien…-

Para suerte de Nami una van, que había llamado antes de entrar al hotel, los estaba esperando así que no tendría que subir a aquellos tipos tan maleducados en su auto.

-Estrellas de Rock… creen que pueden hacer lo que les plazca- pensaba mientras bajaba en el ascensor con el grupo de músicos-

Repel era una famosísima banda de rock compuesta por cuatro integrantes, quienes lograron el éxito debido a la gestión que Redhawk hizo con ellos. Su estilo de vestimenta y música era bastante oscuro y pesado y por esta razón Shanks los había enviado junto con la marca Injection Shot calificada entre las mejores de estilo alternativo y underground, para ser incluida en la campaña de verano que Donquixote estaba realizando. La verdad sea dicha, aquellos sujetos vestían realmente extraño, no obstante eso los hacía transformarse en íconos de aquel estilo y verdaderos ídolos entre los jóvenes. Gracias a la buena voluntad del pelirrojo la agencia podría disfrutar de las cuantiosas ganancias por las fotografías de la banda. Además saldría un artículo publicado en la revista de Donquixote, la cual de por sí siempre batía records de venta.

No obstante lo anterior Nami se sentía bastante nerviosa en presencia de aquellos sujetos. Era bien sabido que el líder de Repel, Eustass Kid, solía protagonizar escándalos de todo tipo, además de su conocida adicción por las drogas.

Llegados a la agencia fueron recibidos por un grupo de empleados, del área de la revista, que les enseñarían la agencia y harían las primeras pruebas de la ropa que Injection Shot había enviado. La pelinaranja se encargó de acompañarlos de esta forma los podría vigilar y conocer más, y así evitarse problemas.

Mientras la banda recorría la agencia Sanji estaba de vuelta de su primera sesión junto a Hawkins. Vio al peliverde recostado sobre un sofá dormitando y rápidamente se acercó a él y exclamó casi en un susurro:

-Marimo recuerda nuestro compromiso….-

-Lo sé, lo sé… a las 22:00 en el Baratie-

-SHHH no lo grites a los cuatro vientos-gruñó despacio- Ahhh  y no olvides vestirte formal-

-¿Qué quieres decir con formal?-

-Quiero decir elegante, es un restaurant elegante, así que más vale que te quites esos harapos… no puedes dejarme en ridículo-

Zoro lo miró indiferente y volvió a dormitar

-Sí como tú digas cejillas… nos vemos a las 22:00-

-Sí… nos vemos-

El rubio salió de la habitación y se dirigió a su camarín privado. Llamó a uno de los ayudantes de Caesar para que le quitara el maquillaje utilizado en la sesión de Concasse y le aplicará una crema altamente humectante que tenía la particularidad de contener, supuestamente, polvo de oro.

Luego de esto se cambió ropa y solicitó que un chofer de la agencia lo llevara a casa. Al cabo de unos minutos se encontraba de vuelta en su departamento y cuando estuvo dentro la alarma comenzó a sonar estrepitosamente.

-AHHH ¿QÚE MIERDA PASA?- exclamó asustado al escuchar el ruido-

De pronto recordó que no había grabado su huella en el panel ya que salió muy apurado cuando el pecoso lo llamó. Culpó a Zoro de no recordarle y furioso marcó el móvil de la pelinaranja.

-¿Le compraste el móvil al marimo?-

-Sanji… estoy ocupada en estos momentos-

-¡Pues no me importa!, realmente no me importa porque ese idiota que me diste por asistente lo único que sabe hacer es arruinarlo todo-

-¿Qué pasó ahora?-

-Le pedí que instalara la alarma nueva en mi casa y el muy imbécil no me recordó guardar mi huella en el panel y ahora suena como mil demonios-

-Pero eso es tu culpa por no llamar a un técnico…-

-¡NO! Deja de culparme y consíguele rápido al marimo un móvil y de paso avísale que se dirija acá inmediatamente-

-Está bien Sanji… como usted ordene. Le enviaré a su asistente ahora mismo- Exclamó y molesta colgó la llamada-

-Ese Sanji realmente me saca de quicio….- se dijo a sí misma mientras se excusaba y salía del recorrido en busca de Zoro-

Bajó por el ascensor en dirección a la sala de supermodelos donde supuso que se encontraba el peliverde.

-¡Zoro! Gracias a dios te encuentro….- exclamó agitada producto de su rápida caminata- Sanji me ha llamado… dice que tiene un problema con la alarma, no deja de sonar. Te culpa por que no le recordaste grabar su huella en el maldito panel-

-Ese idiota… le dije que llamara a un técnico. ¿Y qué quiere que haga?-

-Que vayas para allá ahora mismo-

-¿Qué?-

-Lo que acabas de oír….-

-Pero tengo sesión de fotos en 45 minutos más-

-¡ay dios mío dame paciencia!... siempre llama en el peor momento- dijo Nami llevándose las manos a la frente- Está bien, tranquilo te llevaré rápido y volvemos en un santiamén-

-Gracias-

Ambos corrieron hasta el estacionamiento donde subieron al auto de Nami y aceleraron en dirección al edificio del rubio. Llegaron en apenas 10 minutos y Zoro corrió al ascensor  para llegar al quinto piso. Apenas se abrieron las puertas escuchó el sonido de la alarma y presuroso se dirigió a la entrada del departamento.

-¡MARIMO MENOS MAL HAS LLEGADO! ¿Por qué demonios no puedes hacer bien tu trabajo?-

Zoro cabreado le cuestionó:

-Pues porque te dije que no sé instalar esa mierda que compraste… además no fue problema mío que tú no registraras tu huella en el panel-

-¡YA CÁLLATE Y APAGALA! ESTA COSA ME ESTÁ VOLVIENDO LOCO- gritó mientras se tapaba ambos oídos-

El peliverde puso su huella en el panel y la alarma de inmediato se detuvo.

-Ahhh menos mal- dijo el rubio un tanto más aliviado-

-Adiós-

-¡¿Dónde mierda crees que vas?!-

-Nami me está esperando abajo, estamos apurados-

-No me importa no puedes irte hasta que grabes mi huella en esa maldita cosa-

-¿No puedes hacer nada solo?-

-Claro que puedo, pero no quiero. Además para eso estas tú-

Zoro irritado volvió a la puerta y buscando un menú en aquella pantalla encontró la opción de agregar propietario.

-Debes escoger esa opción y poner tu dedo en aquella cosa de ahí-

-¿Qué? No entiendo nada de lo que dices-

-Debes poner tu dedo en esa pantalla y cuando diga registrar propietario marcas aceptar…- Zoro le indicaba con su índice los pasos a seguir en la pantalla-

-Sigo sin entender-

-¿Me estás jodiendo o qué?... te digo que debes presionar ahí.. AHÍ- indicó casi rozando la pantalla-

-¡¿DÓNDE?!!!-

El peliverde ya más que cabreado tomó la mano de Sanji y guio su dedo hasta la pantalla apretándolo suavemente a pesar de su molestia. Por su parte el rubio sintió cómo la mano de Zoro lo llevaba con delicadeza hasta la dichosa alarma y configuraba el menú para registrarlo. Su piel tersa sintió el contacto con una mucho más áspera y cálida, no pudo evitar sentir un pequeño calor invadiendo sus mejillas.

-Listo, ya estás registrado cejillas.- se apresuró a decir soltando la mano de su jefe-

-Bien…. Ahora si es un trabajo completo-

-Bueno nos vemos - exclamó Zoro saliendo rápidamente en dirección al ascensor-

-Nos vemos a la noche… ¡NO OLVIDES QUE ES FORMAL!- le gritó teniendo como respuesta sólo un gesto con la mano-

Se quedó observando durante unos segundos por la puerta para luego notar que su mano ahora estaba cálida mientras la otra permanecía fría.

-Zoro has tardado mucho!- dijo Nami al verlo llegar y subirse al auto-

-Lo siento, ese idiota que me diste por jefe no me dejaba marchar-

-Bien, aún estamos a favor con el tiempo… antes debo pasar por algo-

La manager aceleró en dirección a un centro comercial cercano e indicó al modelo que la esperara en el vehículo. Minutos después estaba de vuelta cargando una pequeña bolsa. Al sentarse la abrió con poca delicadeza y sacó de una caja un móvil.

-Ten Zoro… esto es para ti-

-¿Para mí? ¿Un móvil?-

-Sí, Sanji me encargó que te diera uno-

-Pero no lo necesito…-

-Si me preguntas mi opinión creo que es absolutamente necesario, sin embargo como asistente de Sanji se transformará en tu pesadilla- rio con malicia mientras sacaba el suyo, color rosa, y buscaba el número de Sanji para grabarlo-

-Bien ahora tienes algunos contactos guardados-

-Muchas gracias Nami… ah y por cierto gracias por la tarjeta-

-De nada! Tómalo como un regalo de mi parte por ayudar a nuestro amigo en la montaña… jajaja. Aunque hay un detalle en esa tarjeta-

-¿Cuál?-

-Tienes que comprarte ropa-

-Pero si es un regalo yo decido que hacer con el dinero…-

-Sí pero recuerda que ahora trabajas en este medio y tu apariencia es muy importante-

-Hablando de eso… ¿cómo puedo vestirme formal?-

-Uhmmm…. ¿Por qué lo preguntas? ¿Tienes una cita?- inquirió Nami mientras salía de aquel lugar en dirección a una larguísima avenida-

-No… es sólo que Sanji me invitó a cenar y  me dijo que debía ir con ropa formal-

Nami miró sorprendida al peliverde. Le costaba creer que el rubio invitara a alguien como Zoro a cenar y temió que se tratara de algo extraño. Sin embargo trató de alejar esos pensamientos creyendo que era una forma de agradecerle por la instalación de la alarma.

-Ya veo… le diré a Robin que te dé un traje- sonrió la pelinaranja-

-Gracias Nami-

-Por nada me alegro que puedan llevarse bien-

Ya eran casi las 20:00 cuando Zoro llegó al subterráneo y rápidamente se vistió con el primer atuendo de Santoryu y comenzó a posar. Vestía un smoking de lino color beige, una camisa blanca y en su cabeza un sombrero al estilo gánster.

-¡Genial Zoro! Ya vas tomando el ritmo- le decía Bartolomeo quien lo fotografiaba animadamente-

Al finalizar la sesión Robin lo estaba esperando junto con un armario de Diable Jamble Jeans.

-He traído algunas piezas formales para que escojas… aunque me he adelantado y he escogido una opción- sonrió la mujer-

-Sí, está bien con eso-

Sin muchos ánimos de probarse nada el peliverde tomó la opción que Robin le sugirió y cambiándose en los vestidores caminó en dirección a la salida del edificio. Lucía una americana en color borgoña muy ajustada y bajo esta una camiseta de seda en cuello redondo blanca, mientras que en su parte inferior llevaba puesto un pantalón de tela negro tipo pitillo y zapatos negros en punta.

-¡vaya vaya! Que estupendo luces querido, realmente muy bien-

-Gracias Robin- exclamó el peliverde un tanto incómodo con aquella ropa tan lujosa-

De pronto escuchó a Luffy que le gritaba:

-¡oi ZORO!... espérame!-

-Luffy…- respondió al verle llegar corriendo-

-Vaya que bien te ves… ¿vas a casa?-

-No, debo ir a una cena con el idiota del cejillas, ¿de verdad crees que no luzco como un idiota?-preguntó Zoro con inseguridad-

-Para nada, ¡luces como una estrella de cine!- sonrió el moreno- entonces te llevo al restaurante, dejé nuestro triciclo estacionado-

-Gracias Luffy! Así no tendré que pagar un taxi… a todo esto ¿volvemos juntos?-

-Sí claro, pienso que me tardaré un buen rato en la agencia así que cuando termines de cenar vuelve acá y me esperas para irnos juntos-

-Genial-

Caminaron en dirección hasta donde se encontraba aquel excéntrico vehículo y subiendo Luffy como conductor y Zoro en la parte delantera avanzaron en dirección al Baratie.

Mientras tanto Sanji continuaba indeciso en que debía vestir. Estaba inseguro y no quería que aquel marimo luciera mejor que él, así que decidiéndose por lo más vistoso escogió de su enorme armario una americana en textura metalizada color dorada, una camisa de seda blanca al igual que los pantalones y para combinar unos zapatos en punta vaquera dorados en menor medida que la chaqueta. Y sin olvidar sus accesorios preferidos… un reloj Concasse de la extravagante suma de 3.000.000 de berries y sus gafas ovaladas preferidas. Tomó un bolso pequeño donde metió su billetera y las llaves del auto y bajó al estacionamiento.

-Estoy cansado de tener que conducir siempre- se decía a sí mismo-

Sin importarle mucho las señaléticas para peatones aceleró al Baratie y dejó su coche en el estacionamiento privado del restaurante. Caminó a la entrada del local y buscó a su asistente a lo lejos, no parecía verlo por ninguna parte… a poco más y el tarado llegaba tarde, pensaba, era lo que le faltaba. No obstante de pronto sintió una mano en su hombro.

-Estoy atrás tuyo cejillas -

Sanji se volteó y que sorpresa se llevó al ver a Zoro, quien lucía estupendo y muy atractivo. No obstante no expresó gesto alguno y con voz indiferente exclamó:

-Bien, entremos.-

Ambos se dirigieron a la entrada del Baratie. Aquel era un edificio de piedra roja rodeado por muchísimas ventanas bajo las cuales colgaban maceteros con plantas y flores. Dentro había un hall de bienvenida donde los guardias verificaban reservas y custodiaban las pertenencias de los clientes. En la parte posterior se encontraban las mesas y al final lo que parecía ser la cocina. Todos los garzones lucían impecables trajes negros al igual que el resto de empleados. Zoro miraba con curiosidad todo a su alrededor, aunque sin ser tan evidente ya que nunca había estado en un lugar tan elegante como ese. Mientras él se quedaba de pie observando de reojo la decoración del hall, el rubio hacía válida su reserva, había escogido una mesa junto a la ventana con vista a la terraza.

El peliverde se sintió realmente incomodo cuando atravesaron el comedor repleto de gente quien los miraba de pies a cabezas y les sonreía donde quiera que pasaran. Por su parte Sanji ya estaba acostumbrado y actuaba totalmente indiferente para con todos. Se sentaron y acto seguido ambos recibieron la carta.

-Buenas noches señores, mi nombre es Louie y seré su anfitrión esta noche-

-Buenas noches- dijo Zoro-

-Buenas noches… en primer lugar Louie te pido la carta de vinos- señaló el rubio-

-No hay problema mi señor Vinsmoke- a los pocos minutos el garzón ya estaba de vuelta con la carta de vinos-

-Escucha quiero una botella de Pingus-

-Bien… ¿qué puedo ofrecerles para cenar?-

-Merluza al Beurre Blanc-

-y ¿usted señor?- preguntó el hombre a Zoro-

-Uhmmm creo que pediré…- Zoro miraba la carta inseguro, nada de lo que ahí había parecía apetecible según su gusto, sin embargo finalmente se decidió por un plato de pollo- tráeme Coq aun vin-

-Excelente elección, con su permiso- dijo el sujeto a la vez que se retiraba en dirección a la cocina-

-¿Habías venido antes aquí marimo?-

-No, ni siquiera sabía que existía un lugar como este-

-Ahh entiendo- dijo el rubio mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía aspirándolo en el acto y expirando lentamente el humo-

-¿Cuánto demorará la comida?-

-Apenas hemos ordenado y ya la quieres comer… no tienes modales, esto no es un McDonald… es un restaurante gourmet y el mejor de la ciudad-

-¿Aquí compraste esos espagueti que comí?- preguntó emocionado Zoro-

Sanji no pudo evitar sonrojarse.

-Ehh no no, esos los compré en Mamma Mía… un restaurante Italiano-

-Ohh ya veo… me estaba ilusionando-

-Pero verás que estos platillos son mil veces más deliciosos que aquellos espaguetis- Sanji dijo esto con el dolor de su alma, no obstante no podía arriesgarse a ser descubierto-

-Si tú lo dices…-

-¿Qué te parece mi look?- preguntó el rubio de manera altiva- a que nunca habías visto esta americana-

-¿americana?-

-Sí… la americana que tengo puesta. Fue un diseño de Concasse exclusivo hecho para mí…-

-Ahh si ahora que lo mencionas me doy cuenta-

-¿Verdad que me sienta bien?-

-Recuerdo que un sujeto en la esquina de St. Merry´s solía llevar la misma cuando cantaba al karaoke en la calle-

-¡¿QUÉ DICES?! ¿KARAOKE EN LA CALLE?-

-Sí-

-Estás demente o qué… acabo de decirte que fue un diseño exclusivo… esto significa que es única ¡fue hecha especialmente para mí!- reclamó el rubio irritado-

-Y al parecer también para aquel sujeto- sonrió burlón el peliverde-

-¡Es que tú no sabes nada!... no puedes andar por ahí comparando a alguien de mi nivel con un viejo de mierda que canta karaoke en la calle… es algo inimaginable-

-Solo te digo que tiene tu misma americana y ahora que lo pienso también usaba pantalones blancos…-

-¡YA BASTA! Estas tan cegado por tu envidia hacia mi carrera que eres incapaz de admitir que luzco bien-

-Yo no he dicho que luces mal-

-¡Tampoco has dicho que luzco bien!

-Luces bien…- dijo Zoro resignado-

-¿De verdad lo crees?-

-¿Seguirás con eso cejillas?- Zoro frunció el ceño y miró en otra dirección-

-SÍ, hasta cuando me plazca porque recuerda que eres mi asistente y haces lo que yo te diga-

-Lo sé, soy tu asistente pero no soy un lameculos despiadado-

Sanji dio un respingo y miró a su alrededor para asegurarse que nadie haya escuchado.

-No puedes hablar así en un lugar como este…-

-Yo hablaré como quiera y déjame decirte que me importa una mierda que sea el mejor restaurante de la ciudad-

-Un comentario como ese no me extraña viniendo de alguien como tú… ¿acaso no te enseñaron modales?-

Zoro se limitó a mirarlo con indiferencia mientras volvía a observar la decoración de aquel lugar.

-¿Qué opinas de mis zapatos?- insistió el rubio mientras los miraba sonriente-

-¿Hasta dónde pretendes llegar con esto?... ¿tan desesperado estas por recibir halagos?-

-Jajaja no me hagas reír marimo, alguien como yo no necesita de los halagos de su asistente, pero eso no significa que no los debas hacer… es parte de tu trabajo-

Nuevamente Zoro lo miró indiferente causando la molestia del rubio.

Transcurrió un buen rato y los platos aun no llegaban, ni tampoco el vino. Para colmo Sanji no se había percatado del tiempo  ya que estaba pegado a su móvil respondiendo mensajes mientras reía solo. Zoro cabreado miraba a su alrededor reparando en la clase de público que había en aquel sitio.

-Son sólo ricos y más ricos… ni siquiera me detuve a mirar el precio de un plato- se dijo a sí mismo-

Cansado ya y hambriento exclamó:

-¿Es normal que demoren tanto?-

-Ya te dije que es un restaurante gourmet…-

-Es que ya casi llevamos 1 hora aquí-

-Siempre hay que esperar, cuando lo pruebes créeme que estarás feliz- dijo Sanji sin despegar la mirada del móvil-

-Si tú lo dices…-

-Oye marimo mañana debes ir al departamento de licencias, ya estoy cansado de manejar… y si mal te recuerdo mi pie está delicado-

-Sí… tú fractura de pie-

-¡YA CÁLLATE!... recuerda que todo esto es tu culpa-

-¿Mi culpa?, pensé que habías dicho que dejarías eso en el pasado-

-Sí, eso dije, pero no significa que quite tu responsabilidad en lo ocurrido-

-¿Mi responsabilidad? ¿y qué hay de la tuya?-

-Yo sólo fui una víctima de tu pésimo sentido de la orientación que por poco nos cuesta la vida-

-No fui yo quien cayó a una zanja…- rio burlonamente-

-Si mal te recuerdo caí por tu culpa… además aquel accidente fue la encarnación de tu ineptitud como asistente-

-Sí claro… lo que tú digas jefe- contestó Zoro cabreado-

Al fin después de tanto tiempo de espera llegaron los platos junto con el vino y las disculpas del anfitrión por la demora, supuestamente había habido un accidente en la cocina y un chef resultó quemado.

-¡Ya estaba pensando en ir a hablar con el administrador!- musitó Sanji mientras le servían aquel costoso vino-

-Mil disculpas señor… le dessert será un cadeau de la maison- sonrió animado-

-Sería un gesto mínimo- reclamó Sanji-

-Con permiso- dijo retirándose-

Zoro esperó que el hombre se alejara y preguntó:

-¿Qué diablos dijo?-

-Dijo que nos regalarán el postre-

-Ahhh después de tanta espera…- Zoro tomó uno de los muchos tenedores que había montado en su lado de la mesa y cuando se disponía a comer sintió la mano del rubio deteniéndole con fuerza-

-¿Qué crees qué haces?- susurró-

-Empezar a comer… ¿quieres dar las gracias?- preguntó sarcástico-

-Baja la voz… ¿acaso no sabes qué ese es un tenedor para pescado… y tú has pedido pollo…-

-¿Qué?- preguntó Zoro notando que todos tenían un tamaño diferente- me importa una mierda-

-NO! Aguarda ahí… no dejaré que me dejes en vergüenza en este lugar-

-¿Entonces cual debo usar?-

-Ese… y pon la servilleta en tu regazo, de esta manera- indicó el rubio- ¿ves?-

-Ahh comprendo… ¿pero sabes qué? me importa una mierda, tengo hambre y que te jodan la maldita servilleta-

-¡Ay por qué demonios tienes que ser tan terco!.. Sólo hazlo-

-No lo haré y déjame comer…- de pronto Zoro notó que aquella porción que venía en su plato era diminuta- Y además creo que lo comeré de dos bocados-

-¿Qué dices? Detente marimo idiota, te dije que no quiero que me dejes en vergüenza. Tienes que hacer que ese plato dure al menos media hora en la mesa… si lo acabas en cinco minutos será de mala educación-

-¿Has dicho media hora? Es que acaso estás demente, es solo cuestión de dos bocados y ya está…-

-Silencio… no quiero hacer una escena- Sanji miró a su alrededor y se aseguró que nadie los estuviera viendo- vamos a comer…-

Zoro tomó los cubiertos y comenzó a cortar el trozo de pollo en su plato para luego empezar a comer. Por su parte Sanji no hacía más que agitar suavemente la copa de vino esperando la reacción del peliverde al probar aquella comida, que a su gusto era espantosa.

A decir verdad odiaba el Baratie porque le recordaba sus días de adolescente como bartender. Sabía que lo más probable era que aquella cocina estuviera insalubre y llena de faltas a la reglamentación, no obstante era el lugar más elegante y costoso de la ciudad y para quienes no sabían de cocina solían calificarlo como el mejor del país.

-Nada se compara a la comida casera- pensaba el rubio mientras veía comer ávidamente a su asistente-

Por su parte Zoro apenas lograba saborear aquel platillo. La verdad sea dicha moría de hambre y solo pensaba en tragar de una buena vez aquel diminuto trozo de carne. Sin embargo trataba de hacerlo durar, no porque le importara la regla estúpida que le dijo el rubio, sino más bien porque quedaría igual de hambriento que cuando llegó. Por esta razón de vez en cuando se detenía y bebía de aquella copa de vino mientras observaba a su jefe agitar y agitar la suya y de vez en cuando acercarla a su nariz para olerla.

-¿Qué demonios estará pensando?- se decía a sí mismo cuando veía al rubio con la mirada perdida en el vino-

-¿Qué demonios estará esperando este marimo?, ¿por qué no compara su platillo con el mío?- pensaba impaciente tratando de disimular su ansiedad-

Se animó a beber un sorbo de aquel costoso vino disfrutándolo en su paladar. No era el mejor que había tomado en su vida, pero no gastaría una fortuna en una cena como esa y más aun con aquel asistente de pacotilla. Nuevamente dio un sorbo y esta vez dirigió su mirada al peliverde quien, al parecer, intentaba comer lento fracasando patéticamente.

-¡Ja!-pensó el rubio- apenas y puede contener llevarse el trozo de pollo completo a la boca… pero qué pasa marimo ¿POR QUÉ MIERDA NO DICES NADA?... ¿ACASO ESTA BASURA ES MEJOR QUE MI COMIDA?-

Otra vez comenzó a agitar suavemente la copa y esta vez durante mucho más tiempo, bebiendo pequeños sorbos de vez en cuando. De pronto vio como Zoro tomaba la servilleta y se limpiaba, al parecer diría algo.

-Oye cejillas estaba recordando….-

-¿Qué cosa?- interrumpió expectante-

-¿Pusiste tu huella en la alarma cuando saliste?-

-….- un sentimiento de decepción se posó en los hombros del rubio- sí claro… no soy un idiota como tú-

-Te equivocas, aquí el único idiota eres tú-

-¡¿Qué dices marimo insolente?!... si mal te recuerdo fue tu culpa que aquella alarma de mierda sonara hoy-

-Tú fuiste quien no la programó-

-Pero tú fuiste quien la instaló-

-Tú fuiste quien no quiso pagar un técnico- replicó Zoro mientras masticaba lentamente-

-No hables con la boca llena… espero no hayan cámaras cerca nuestro y que vean mi calvario contigo…-

Zoro ignorando esto último bebió de la copa mientras el rubio no hacía más que agitar la suya.

-VAMOS MARIMO… ¿POR QUÉ NO DICES NADA?- pensaba ya comenzando a cabrearse- quizás si introduzco el tema….-

Tomando el tenedor para pescado lo acercó finalmente a su plato para probar el primer bocado. Estaba realmente malo… esa merluza sabía a congelado y las especias con las cuales lo habían condimentado eran de mala calidad, y qué decir del Beurre Blanc que llevaba… ¡asqueroso!. No obstante teniendo que aparentar a toda costa masticó evitando mucho el saborear y al fin tragó.

-Uhmmm esto está muy bueno- mintió mientras bebía esta vez un sorbo mucho más largo-

-¿sí? ¿Qué es?-

-Es merluza con salsa Beurre Blanc a base de vino blanco-

-No suena muy convincente- exclamó Zoro ya casi terminando la porción de su plato-

-¡Y NO LO ES MARIMO ESTÚPIDO!- pensó el rubio ya más que cabreado-

-Luces mal… ¿acaso te duele el estómago?- preguntó el peliverde al ver que Sanji estaba pálido-

-Qué cosas más tontas dices Marimo, estoy bien- respondió y nuevamente comenzó a agitar la copa dirigiendo su mirada esta vez a la terraza de enfrente-

Estaba comenzando a cabrearse enserio. Había organizado toda aquella cena para escuchar al marimo decirle que su comida era mucho mejor que la de aquel lugar y el idiota aun no era capaz de decir nada… ¿tanto le costaba admitirlo? Y eso que ni siquiera sabía que el mismo Sanji había preparado los espaguetis, ¿o acaso se había dado cuenta de la mentira?, sonaba como una broma. Era imposible que aquel idiota que tenía enfrente suyo se percatara de eso… además muy difícilmente creería que alguien como Sanji fuera capaz de cocinar aunque esto último no lo consolaba para nada. Ya casi estaba por resignarse y preguntarle directamente qué comida encontraba mejor.

Por su parte Zoro había terminado su plato y bebía de la copa constantemente y de a pequeños sorbos. Al parecer al rubio le inspiraba beber vino ya que tenía la mirada perdida y de vez cuando solo llevaba la copa a sus labios. El peliverde permaneció inmóvil durante unos segundos y sin poder aguantar la curiosidad por el plato del otro extendió su brazo y sacó un trozo de merluza. El rubio no pareció ni darse cuenta pues seguía con aquella mirada en el horizonte, por lo que ni tonto ni perezoso se animó a conseguir unos cuantos bocados más de aquel pescado. Ya iba casi en la mitad del trozo cuando sintió al rubio exclamar:

-¡AH! ¡¿Qué crees que haces comiendo de mi plato?!-

Dando un respingo y sin poder evitar largarse a reír respondió:

-Lo siento, pensé que habías abandonado tu cuerpo… no podía dejar que ese pescado se enfriara más de lo que estaba-

-¡Eres de lo peor!- contestó el rubio y acercó el plato aún más al frente suyo-

-¿Lo comerás o no? –

-Eso es problema mío… recuerda que yo estoy pagando y si quiero no lo comeré-

-¿Estas demente? ¿Acaso vas a dejar eso a medio comer?-

-Te dije que es problema mío-

-Entonces dámelo, sigo con hambre-

-Pide otra cosa-

-¿y tener que esperar una hora más? ¡Ni loco!- exclamó el peliverde extendiendo su brazo nuevamente para clavar su tenedor en medio del filete de pescado y arrastrarlo hasta su plato-

-¿Qué crees que haces marimo? Ya te dije que lo dejes ahí- respondió el rubio clavando su tenedor también y haciendo fuerza para que aquel asistente del demonio no se robara ese asqueroso trozo de pescado-

-Vamos cejillas… no seas egoísta y dámelo-Zoro había comenzado a ejercer fuerza en su mano con tal de apoderarse de el-

-Ya te dije que no… es mío… pide lo que quieras… después te lo descontaré- respondió burlón Sanji haciendo fuerza también sobre su plato-

-Eres un desgraciado, sólo dámelo… sé que no te lo vas a comer-

-Ahhh ¿y cómo sabes eso?- gruñía-

-Porque no te ha gustado… tienes un rostro espantoso como si estuvieras a punto de vomitar-

-¿QUÉ HAS DICHO?, te dije que está delicioso… eres un idiota-

-Mentiroso… lo veo en tus ojos… solo le has dado un bocado y casi te desmayas…-

-No mientas asistente de mierda… está delicioso-

Aquel trozo de merluza iba y venía de un extremo a otro en aquel desdichado plato, navegando en la Beurre Blanc.

-Entonces ¿por qué no terminas de comer?-

-Porque lo haré cuando quiera… no cuando tú lo digas-

-Eso no hace más que decir que no lo comerás- esta vez Zoro estaba dispuesto a llevarse el filete a su plato a como diera lugar mientras Sanji perdía terreno y veía como se alejaba cada vez más el maldito pescado.

-Yo lo haré por ti cejillas… sé que no te ha gustado-

-Me ha encantado…- mentía el rubio cada vez más irritado- pero está mal cocido-

-¿Qué dices?- preguntó Zoro dando un respingo mientras sacaba su tenedor del filete y veía como éste salía disparado y caía en la camisa del rubio, salpicando salsa en su rostro-

Todo ocurrió en cámara lenta. Por alguna razón al escuchar que el pescado estaba mal cocido Zoro se sorprendió y sacó el tenedor del trozo. Producto de la fuerza ejercida al quitarlo aquel desdichado pescado no hizo más que volar en dirección al rubio, pues este continuaba tironeándolo.

Zoro miró nuevamente a Sanji, quien aún inmóvil por lo ocurrido no hacía más que mirar su ropa.

-Mi… mi… mi camisa de seda…- exclamó al ver su prenda impregnada con Beurre Blanc y el filete de pescado en sus pantalones blancos, causando que el aceite traspasara la ropa y dejara su piel húmeda- ¡ES ASQUEROSO!- gritó causando que todos los asistentes se voltearan a ver-

Al notar esto llevó la servilleta rápidamente a sus piernas para que nadie lo viera.

-¡ES ASQUEROSO PENSAR ASÍ!- volvió a gritar- Tú sabes que la política hoy en día está mejor que nunca- dicho esto toda la gente volvió a sus conversaciones de mesa ignorando lo ocurrido-

Zoro arqueó una ceja al escuchar esto.

-Escucha marimo idiota… no tienes idea de lo que acabas de hacer.  Esta camisa seguro cuesta todo el dinero que ganarías en un año como asistente y tú acabas de arruinarla con salsa Beurre Blanc-

-No exageres cejillas, seguro que con un poco de detergente se quita-

-¡Estás loco! Es de seda, no hay detergente que quite esta mancha en una prenda así de fina y TÚ LA HAS ARRUINADO- gruñó despacio para evitar ser escuchado otra vez-

-Lo siento, no fue mi intención- se disculpó Zoro mientras se ponía de pie y con la servilleta intentaba quitar la mancha de aquella delicada camisa-

Esto hizo que el rubio casi diera otro grito al sentir como el peliverde raspaba con fuerza la mancha y con la servilleta envolvía el trozo de pescado y lo dejaba en el plato.

-¡Algún día harás que estalle! Eres un idiota y me las pagarás- exclamó furioso Sanji quien ya no podía contener más  su ira- iré al tocador-

-Está bien- se limitó a responderle Zoro quien a pesar de lo gracioso de la situación se sentía un tanto apenado aunque no dio luces de ello-

Sanji caminó rápidamente al baño de caballeros donde, sin importarle nadie, cerró con pestillo.

-Dios mío esto es peor de lo que pensé… estoy completamente manchado con aceite… mi camisa- lloriqueó- y mis pantalones… fui un idiota al traer a ese asistente de mierda a un lugar como este, poco más y el pescado vuela a otra mesa… al menos me salvé de esa humillación. ¡COMO LO ODIO!!!... todo mi plan ha fracasado y el imbécil ni siquiera me ha dicho qué comida le gusta más-

El rubio se dirigió a un lavabo y con un trozo de papel higiénico untado en jabón se limpió los restos de salsa de su pecho y rostro.

-Apesto a vino blanco barato- se decía furioso mientras limpiaba- me las pagará…. Me las pagará ¡ME LAS PAGARÁ!-

Sanji estaba fuera de sí. Por más que trataba de calmarse le era imposible y aún más cuando recordaba que el idiota de Zoro ni siquiera había hecho un comentario sobre la comida. Rápidamente pensó en cómo salir de ahí y entonces fue cuando su mente perversa se iluminó.

¿Para qué extender una venganza si tenía el poder de realizarla en ese mismo momento?... sí, era lo mejor que se le había ocurrido hasta ahora y lo haría a como diera lugar.

-Jajaja- rio para sí mismo- ya veremos si con esto te dan ganas de volver a desafiarme marimo inepto-

Mientras tanto en el famosísimo bar Dressrosa, Ace en compañía de Law disfrutaban de una cerveza. Ambos habían terminado sus sesiones y poniéndose de acuerdo se juntaron para ir a beber algo. Era el último día que el pecoso estaría solo, puesto que su prometido llegaba por la mañana, y quería aprovechar de pasarlo con Trafalgar.

-Creo que casi me desmayo cuando Robin dijo que Doffy me llamaba- exclamó Law-

-Así es… lo pude notar. De todas formas creo que debes estar tranquilo, recuerda lo que hablamos de disimular-

-Lo sé, aun así no puedo evitar ponerme nervioso-

-Calma Law, ya te irás acostumbrando. De todas formas estoy feliz de poder pasar esta última noche ayudándote-

-Suena como si te fueras a ir a alguna parte-

-Jajaja no, para nada, seguiré donde siempre. Es solo que Marco llegará y de seguro no saldré en varias noches pues está de vacaciones… te invitaría a pasar el rato con nosotros pero creo que sería incomodo-

-¿Mucha tensión sexual entre nosotros?- bromeó el moreno

-Creo que de todas maneras y él lo notaría- sonrió-

-Está bien así Ace, ya me has ayudado bastante con este tema y creo que podré sobrellevarlo solo de ahora en adelante-

-¿Lo dices enserio?-

-Sí, a menos que tenga la mala suerte de toparme cara a cara con él y solos-

-Por eso no te preocupes, por lo menos dentro de la agencia podré acompañarte y así él no se acercará-

-Eso espero-

En ese momento las personas sentadas cerca de ellos se pusieron de pie y comenzaron a bajar hacia el primer piso.

-¿Qué hay abajo que todos van hacia el escenario?- preguntó Law con curiosidad-

-Al parecer habrá música en vivo… me pareció ver un cartel afuera que lo anunciaba-

-Ya veo-

Una guitarra acústica comenzó a escucharse al igual que los gritos histéricos del público que a esa hora se encontraba en Dressrosa, seguida por una melodía conocida por muchos y una voz grave pero agradable que cantaba.

-Ven vamos… no tengo ganas de oír música en vivo esta noche- pidió el moreno a Ace quien rápidamente bajó a pagar la cuenta-

Pasaron por frente de aquel pequeño escenario donde Law no pudo evitar mirar al músico que se encontraba tocando en ese momento. Un hombre de buen porte y cabello rojo cantaba con los ojos cerrados una canción muy nostálgica acompañado por los arpegios de aquella guitarra.

Salieron del bar y Ace se ofreció llevar al moreno hasta su departamento. Cruzaron el paso peatonal esperando que el auto que venía se detuviera y fue entonces cuando Ace notó con el rabillo del ojo que se trataba de Doffy. Justo en ese instante Law miraba para el lado contrario por lo que rápidamente puso su brazo sobre el hombro del moreno para distraerlo y evitar que viera el auto del rubio.

-Al parecer se trataba de alguien muy famoso- añadió con algo de nerviosismo y acercando su rostro al de Law-

-¿De qué hablas?- preguntó confundido-

-Del sujeto del bar… creo que era Eustass Kid el vocalista de Repel-

-¿Repel?... no los escucho mucho a decir verdad-

-Yo tampoco pero me pareció que era él-

Una vez del otro lado Ace sintió que el auto avanzó lentamente y temiendo que el rubio se estacionara rápidamente tomó a Law del brazo y lo arrastró hasta el estacionamiento.

-¿Qué te pasa?-

-¿A mí? Nada ¿por qué lo dices?-

-Estas actuando extraño… ¿seguro que está todo bien?-

-Pero claro ¿Por qué habría de estar mal?- sonrió el pecoso subiéndose a su enorme vehículo-

-Está bien, gracias por llevarme-

-No hay de que Trafalgar, gustoso te acompañaría a dormir- rio  mientras encendía el motor-

-No jodas que empezaré a creérmelo-

Acelerando en dirección al edificio de Law llegaron en apenas cinco minutos. Ambos se quedaron mirando fijamente a los ojos antes de que el moreno bajara.

-Gracias Ace, por todo…-

-No tienes que agradecerme Law, una vez te dije que siempre estaría ahí cuando me necesitaras-

-Pero no lo merezco-

-Claro que sí… independiente de lo que haya pasado que hizo que me engañaras sé que no eres un mal tipo y aprendí a entenderte. Además yo era menor y mucho más inmaduro que tú, quizás eso mismo te impulso a hacerlo. De todas maneras dejemos eso en el pasado y por ahora encontremos la forma de que olvides a ese viejo-

-Siempre logras sacarme sonrisas-

-Al menos lo intento-

-Bien, gracias nuevamente y  nos vemos mañana- dicho esto el moreno abrió la puerta y se dispuso a bajar-

-Law…-

-¿Qué ocurre?-

-Prométeme que serás feliz-

-Te lo prometo- exclamó sonriendo y cerró la puerta tras de sí-

Al mismo tiempo en el Baratie Zoro se encontraba incómodo. Habían pasado ya casi 15 minutos desde que el rubio estaba en el tocador y no se había asomado más. Miraba a su alrededor un tanto preocupado ya que quizás ese cejillas idiota se había metido en problemas. Hizo una seña al anfitrión que los había atendido para que se acercara.

-¿Has visto salir del baño al sujeto que me acompañaba?-

-¿El señor Vinsmoke?-

-Sí…-

-No lo he visto pero iré al tocador-

-Gracias-

Tomó la copa con el poco vino que aún le quedaba y dio un sorbo lento mientras esperaba al garzón, quien pasados unos minutos estuvo de regreso.

-El señor Vinsmoke no se encontraba en ninguno de los tocadores-

-¿Cómo dices? ¿Acaso está en la cocina?-

-No mi señor… pregunté a los guardias y según me dicen lo vieron salir y les dijo que usted pagará la cena-

-¿Cómo dices?- preguntó Zoro casi escupiendo el último sorbo de vino-

-El señor Vinsmoke ha dicho que usted pagará la cuenta… ¿hay algún problema caballero?-

Zoro nervioso por lo ocurrido trató de tranquilizarse y respondió:

-No, no. Todo bien…-

-Bien, cualquier cosa que necesite me llama-

-Muchas gracias-

Debía de ser una broma… sí, lo más probable era que el cejillas hubiera salido a fumarse un cigarrillo y luego volvería y le echaría la bronca por lo de su camisa… No sería capaz de hacerle algo así… ¿o sí lo era? Zoro comenzó a dudar, mientras más minutos transcurrían, más convencido estaba que efectivamente no se trataba de una broma, o más bien una de pésimo gusto.

De pronto recordó la tarjeta que Nami le había regalado  y la buscó en sus bolsillos sin encontrarla.

-Maldita sea, la dejé en el otro pantalón- se dijo a sí mismo más que cabreado- bueno supongo que no tengo de otra que lavar los platos-

Pensó en llamar a Nami pero lo más probable era que lo enviara a la mierda, ya lo había ayudado en el día y de seguro estaba durmiendo. Resignado se echó en la silla esperando que el lugar se vaciara. Hizo un gesto al anfitrión para contarle lo ocurrido, sin embargo éste no lo vio y siguió atendiendo otras mesas.

Entendía que el rubio se hubiera enojado pero ¿tanto como para humillarlo de esa forma?... estaba furioso, si veía asomarse al cejillas por ahí no dudaría en golpearlo. Apretó el puño con fuerza, ensimismado, hasta que de pronto una voz conocida lo sacó de sus agresivos pensamientos.

-¡OI ZORO!-

Se volteó a ver, se trataba de Luffy quien se encontraba en el hall gritándole a toda voz. La gente del restaurante se volvió a ver quién era aquel desubicado que se le ocurría vociferar en medio de un lugar tan elegante como ese. Mirándolo de pies a cabezas algunos se largaron a reír por la facha que traía el muchacho, vestido como siempre con sus características bermudas de mezclilla y aquella camisa roja que al parecer nunca lavaba.

Por su parte los guardias le dieron la bienvenida cálidamente y lo escoltaron hasta la mesa en donde se encontraba el peliverde. Se abrió paso por entre la gente ganando miradas de rechazo y otras de curiosidad de saber quién era aquel muchacho y por qué los guardias lo estaban guiando, como si se tratara de una celebridad.  

-¡Zoro! No sabía que estabas aquí-

-¿Luffy? ¿Qué estás haciendo a..?-

-Pues he venido a cenar!, hoy terminé antes el trabajo con Robin así que decidí venir aquí- interrumpió el pelinegro sentándose en el puesto que antes había ocupado el rubio-

-Ya veo…-

-¿Qué ocurre? Estás pálido… y ¿dónde está el cejillas?- preguntó el chico mirando a su alrededor-

-¡Ese idiota! Ni te imaginas lo que acaba de hacerme…- Zoro contó lo sucedido con el plato de pescado y cómo el rubio había desaparecido y antes de irse, avisado a los guardias que Zoro pagaría- Lo peor de todo es que pidió una botella de vino de 100.000 berries y he olvidado la tarjeta de cortesía en mi otro pantalón-

-JAJAJAJAJAJA- rio Luffy estrepitosamente- ¿De veras hizo eso? ¿y te dejo aquí solo?-

-Sí… es un imbécil…-

-JAJAJAJJA ese Sanji es muy divertido-

-No será divertido lavar todos los platos cuando cierren- respondió Zoro irritado-

-¡Tranquilízate! Yo pagaré la cuenta y de paso ordenaré algo para mí… EH POR ACÁ TRAIGANME LA CARTA!!- gritó estrepitosamente el moreno mientras agitaba su mano para ser visto-

El anfitrión corrió hasta la mesa llevando la carta y atendiendo amablemente a Luffy, quien iba por lo menos una vez al día a comer ahí, gastando un verdadero dineral en tan solo una comida.

-Buenas noches señor Luffy ¿qué ordenará esta noche?-

-Uhmmm tráeme uno de esto… uno de esos y esto- indicó Luffy al hombre devolviéndole la carta- Ahhh y un zumo de naranja… ¿Zoro quieres algo más de comer?-

-Porfavor… muero de hambre-

Habiendo ordenado ambos chicos se quedaron esperando pocos minutos ya que al haber menos gente las cosas en la cocina funcionaban más rápido. El anfitrión, ayudado por dos garzones más, dejó alrededor de seis platos en la mesa y deseándoles buen provecho se retiraron. Resultaba ser que unos días atrás Luffy llegó al Baratie con la intención de comer algo a la hora de almuerzo. Las mesas estaban repletas y como siempre las comandas se retrasaban, con Luffy no fue la excepción. Esperó alrededor de 45 minutos y aburrido decidió ir a averiguar qué diablos pasaba en la cocina, irrumpiendo en ella y causando un susto a los chef, quienes con tal de deshacerse de aquel muchacho glotón, le prepararon tres platillos en un santiamén.

-Uhmmm está delicioso- decía Luffy mientras masticaba y llevaba un trozo de pan a su boca- creo que sacaré un poco de tu plato-

-Adelante-

Pasado un buen rato ambos chicos habían arrasado con la comida y el postre. Reposaban sobre aquellas sillas mientras los empleados comenzaban a retirar las mesas y hacer el aseo del local. Eran los últimos comensales, por lo que una vez Luffy estuvo satisfecho llamó al anfitrión para pedir la cuenta. Zoro casi cae de espaldas al escuchar la cantidad de Berries que habían gastado en apenas una cena y pensó en que cuando le pagaran no se daría tales lujos o el dinero se le acabaría prácticamente en un día.

-¡Estoy feliz!... esta comida me hace realmente feliz- exclamó el moreno mientras un guardia los despachaba hacia la salida- Buenas noches… muchas gracias por la comida-

-¡Buenas noches señores! Gracias a ustedes por venir al Baratie- exclamaron con una sonrisa enorme en su rostro, especialmente el anfitrión, puesto que Luffy dejaba cuantiosas propinas-

-Vaya sí que está haciendo frío…- dijo Luffy mientras se rodeaba a sí mismo con sus brazos-

-Yo no tengo frío, ten ponte esto- señaló Zoro mientras le extendía la americana al pelinegro-

-¡Gracias!- al ponerla se dio cuenta que le quedaba bastante grande, aun así era suficiente para el-

-Muchas gracias por la comida Luffy… y por sacarme de esta estúpida situación-

-No tienes por qué agradecerme… recuerda que los amigos siempre se ayudan-

Caminaron hacia donde estaba el triciclo estacionado. El moreno lo había dejado escondido en un costado del edificio, detrás de los contenedores de basura. Al llegar a la entrada de aquel angosto callejón ambos chicos casi caen de la sorpresa al ver al rubio encaramado sobre una pila de diarios, espiando hacia dentro de una ventana, que al parecer daba a la cocina del restaurante.

-¿Cejillas? ¿Qué diablos haces aquí?- Afirmándose con fuerza a unos fierros que protegían las ventanas a modo de reja, se volteó y vio a Zoro junto con Luffy mirándolo sorprendidos.

-¿Qué crees que haces cejillas?- volvió a preguntar Zoro-

-Ehhh pues estoy… digo estaba… estaba….-

-¿ESTABAS ESPERANDO VERME EN LA COCINA LAVANDO PLATOS?.... después de lo que me hiciste… eres de lo peor-

-¿PERDÓN? ¿QUÉ YO SOY DE LO PEOR?.... estás equivocado. El único que es de lo peor aquí eres tú….tú  y tus modales de mierda que terminaron por arruinar mi camisa-

-Ya te dije que no fue mi intención-

-¡NO ME IMPORTA!... no me importa, el punto es que ya está hecho… ¿Por qué no estás lavando platos en este momento?-

-Lamento informarte que tuve la buena suerte de que Luffy entrara al restaurante y pagara por mi… lo que acabas de hacer no tiene perdón- replicó el peliverde apuntándole con su dedo-

-¿Qué dices marimo?... ¿qué no tengo perdón?, debes estar enfermo. TÚ ERES QUIEN NO TIENE PERDÓN POR ARRUINAR MI ROPA! Y lo peor de todo es que fue totalmente adrede-

-¿De qué mierda hablas? ¿Dices que fue adrede lo del pescado?-

En ese momento Luffy comenzó a reír.

-Jajajjajajaja se ven tan divertidos discutiendo-

-¡CÁLLATE TÚ!- exclamaron los dos al mismo tiempo-

El pelinegro continuó riendo a la vez que apretaba su estómago para no caer al piso por sus estrepitosas carcajadas.

-Eres un asistente idiota e inútil… iré a hablar con el administrador del restaurante para que te ponga a lavar platos-

-¿Qué mierda dices?, acabo de decirte que Luffy ha pagado todo… ya no tengo nada que hacer aquí… oi Luffy vámonos-

-Ay sí… que divertido… lavando platos- reía ya en menos intensidad- creo que seguiré riéndome con esto por mucho tiempo-

Ambos amigos caminaron juntos dando la espalda a Sanji quien permanecía encaramado afirmándose de las rejas de la ventana. Al verlos dejarlo hablando solo trató de bajar con cuidado, no obstante terminó por resbalarse y caer de lleno al suelo, entre las bolsas de basura.

-¡WAAAAA QUE ASCO!- gritó sacando una cascara de banana de su pelo- ES LO MÁS HORRIBLE QUE ME HA PASADO… Y TODO ESTO ES TÚ CULPA… ¡ES TÚ CULPAAAA!- gritaba desesperado, tal como un niño cuando le da una rabieta-

Por su parte los chicos lo ignoraron completamente.

-¿Dónde crees que vas marimo?... esto aún no termina, debes llevarme a casa- Dijo poniéndose de pie y caminando hacia ellos-

-¿Qué dices?, ¿después de lo que me has hecho?-

-Cumple bien con tus obligaciones-

-Tsk!- gruñó el peliverde mientras dirigía una mirada de molestia a Luffy-

-Vamos Zoro, no te amargues… yo manejo- exclamó Luffy con una sonrisa-

-Está bien-

-Eso es lo que te falta a ti marimo… disposición y buena voluntad- agregó el rubio sacando un cigarrillo y llevándoselo a la boca-

-Espera aquí Sanji… iré por el vehículo-

Luffy se alejó corriendo con rapidez volviendo a los pocos minutos montado en el triciclo.

-Listo ¡En marcha!-

La expresión del rubio fue épica. Los ojos como platos y el cigarrillo cayéndose de sus finos labios al tiempo que trataba de verificar si lo que estaba viendo era real o una ilusión producto del vino… no, no estaba ebrio. ¿Eso era real?

-….. ¿ Pero qué diablos es  eso?- preguntó en voz baja, casi susurrando-

-Es nuestro vehículo… ¿subirás o no?- el peliverde ya se encontraba arriba-

-¡DEBES ESTAR BROMEANDO! NO ME SUBIRÉ A ESA COSA- ahora el rubio se encontraba furioso- ¿Qué diablos te crees manejando eso?... ¿acaso piensas que me voy a subir?-

-¿Entonces caminarás a casa?... buena suerte, vamos Luffy-

-Sí!- respondió el moreno y pedaleando lentamente comenzó a alejarse-

-¡¿Dónde crees que vas marimo?! ¡Te dije que me lleves a casa ahora mismo!-

-Entonces sube-

-No me subiré a eso, ni loco me subo a esa cosa-

-Adiós…- exclamó Zoro burlón mientras el rubio corría hasta alcanzarlos y trataba de detener el triciclo tirando con fuerza-

-Deténgase… estoy harto de que hagas lo que te plazca… tú eres mi asistente… debes hacer lo que yo te diga- decía el rubio haciendo un esfuerzo por tirar de aquel carro-

-Ahhh ¡Sanji! Venga súbete… es muy divertido- reía Luffy-

La antes blanca camisa de seda del rubio estaba ya hecha un desastre. La mancha del Beurre Blanc no era nada comparado con el tizne negro que ahora le cubría las mangas y sus delicadas manos.

-¡Estás loco!... vamos a mi coche, Luffy conduce tú-

-¿Y si viniste en tu coche por qué mierda quieres que te vayamos a dejar?- preguntó Zoro esta vez más que cabreado, aquel cejillas le estaba colmando la paciencia-

-Pues porque no quiero conducir… ya te dije que mi pie está delicado-

-Ahh cierto, tu fractura de pie…-

-¡DETENTE CON ESO!-

-Jajajajja- Luffy no hacía más que reír- Está bien Zoro, para que no sigan peleándose yo conduzco el coche del cejillas y luego nos vamos a casa ¿te parece bien?-

-¡NO ME LLAMES CEJILLAS!-

-Si tú lo dices Luffy…- Zoro terminó por resignarse, realmente era imposible dialogar con aquel cabeza hueca-

-Entonces Sanji ¿dónde podemos subir nuestro triciclo?... ¿tendrás espacio en tu maletero?-

-¿Pero qué dices? ¿Acaso estás demente?... obviamente no tengo espacio, dejen esa cosa aquí y luego vienen por ella-

-No… ¿y cómo volvemos hasta acá?... ¡Ya sé! Zoro ayúdame a subirla ¿tienes parrilla arriba?- inquirió el muchachito iluminado-

-¡Basta con esa estúpida idea!, no dejaré que suban esa cosa a mi coche… podrían dañar la pintura… ya vamos estoy perdiendo la paciencia con ustedes-

El rubio caminó de regreso al estacionamiento seguido por ambos chicos, Luffy sonreía mientras que Zoro no hacía más que fruncir su ceño y apretar los puños. Realmente su jefe era alguien insoportable. Habiendo dejado el triciclo junto a un árbol, el morenito subió al auto y aceleró en dirección al edificio de Sanji.

-Rayos qué comida más deliciosa hacen en este Baratie… de veras volvería y ordenaría otro plato- exclamó Luffy-

-Sí, es cierto… estaba realmente delicioso- se limitó a responder el peliverde, quien iba echado en los asientos de atrás-

-¿De veras no dijo nada?- pensó Sanji recordando por qué había organizado aquella cena- pensé que ahora sería el momento…-

-Creo que volveré mañana por el almuerzo-

-¿Estás loco Luffy?... ¿acaso no viste cuanto salió la cuenta?-

-La verdad es que ni me fijé… supongo que no tanto-

-¡Por cierto no les devolveré ni un berrie por la cena!- interrumpió Sanji- después de lo que hiciste a mi camisa… y mi cabello, realmente estoy apestando-

-¡Ni que lo digas Sanji!... apestas a basura-

El rubio se llevó una mano a la frente.

-Ay dios dame paciencia…-

Entraron al edificio y habiendo estacionado aquel lujoso coche en el lugar del rubio, bajaron.

 -Bueno, nos vemos mañana. Marimo recuerda que a las 09:00 debes estar en la agencia-

-Lo sé… lo sé- gruñó-

-¡No me gruñas! Sólo te estoy recordando, no quiero que llegues tardes… nos vemos-

-¡Adiós Sanji!- gritó Luffy agitando su mano en señal de despedida-

-¡Cejillas!- el rubio se volteó-

-¿Qué quieres?-

-Eres un mentiroso…-

-¿QUÉ DIJISTE?-

-Me mentiste… dijiste que la comida del Baratie sería mejor que la del… ¿cómo era?… ¿Mamma mía? - criticó el peliverde-

-Sí lo dije ¿y eso qué?-

-Pues que no lo estaba, esos espaguetis siguen siendo lo más delicioso que he comido en mi vida… bien nos vemos-

Sanji dio un respingo y casi cae de espaldas. No obstante se contuvo y fingiendo molestia se volteó y caminó en dirección al ascensor. Sentía una sensación extraña en su estómago… ¿acaso el marimo lo dijo?, ¿dijo lo que había estado esperando oír toda la noche?, ¿o quizás escucho mal?... no, definitivamente lo había dicho, ¡su comida era más deliciosa que la del Baratie!, estaba feliz. Un ligero sonrojo invadió sus mejillas y con una sonrisa, que no podía disimular, entró al ascensor.

 

Notas finales:

Creo que se me pasó la mano con la extensión del capi xD

¿me perdonan? :(

!Gracias por leer!


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