La noche estaba realmente fría para ser verano y ambos amigos caminaban ya de regreso desde aquel acaudalado distrito, hasta el Baratie donde habían dejado el triciclo de Zoro.
-oi Zoro… le has dicho a Sanji algo de una comida deliciosa de un restaurante… ¿qué fue lo que comiste?- preguntó Luffy intrigado-
-Eran unos espaguetis… estaban realmente deliciosos-
-¿Más que la comida del Baratie?-
-Mucho más…-
-Ehhh que hambre me ha dado… mañana buscaré ese sitio… quiero espaguetis deliciosos también-
Llevaban más de media hora caminando cuando al fin vieron el edificio a lo lejos.
-No me molesta haber caminado… creo que ha sido divertido- exclamó el más joven mientras subía a aquel extravagante vehículo-
-Sí… me agrada caminar, aunque no desde aquel edificio-
-¡En marcha!-
Avanzaron por entre los callejones hasta adentrarse al comienzo de los suburbios. Al moreno se le ocurrió la brillante idea de pasar por unas hamburguesas a aquel insalubre local que solían frecuentar por las noches.
-¡Ehhh estas hamburguesas están deliciosas!-
-Oi Luffy como puedes comer tanto… apenas ha pasado una hora desde la cena y ya estás comiendo otra vez-
-Sí… es que me gusta mucho comer- respondió con la boca llena ofreciéndole al peliverde quien optó por pasar-
Llegaron a la casa y habiendo entrado Zoro se recostó en el sofá, el cual ya había asumido sería su cama por las siguientes semanas, cerró los ojos mientras Luffy caía rendido en aquel viejo colchón.
-Buenas noches Zoro…-
-Buenas noches Luffy, gracias por todo-
-No hay de que- sonrió ya entre sueños-
En ese mismo momento, al otro lado de la ciudad, Sanji se encontraba en su jacuzzi dándose un hidromasaje. Sentía que después de haberse duchado y empapado en jabones, gel y cremas de baño, el olor a vino blanco y basura seguía impregnado en su cuerpo. Así que optando por el jacuzzi con burbujas ya comenzaba a sentirse mejor. Bebió del cocktail que tenía junto a él y se dispuso a ir a dormir.
Aún sentía esa sensación extraña en su cuerpo. Aunque era halagado y admirado todo el día aquella situación era distinta, puesto que se trataba de algo sumamente personal. Nadie en el mundo sabía de su hobbie y temía que si se enteraran sería el hazmerreír en el mundo de la moda.
Caminando hacia su enorme cama se acostó dejando el vaso en la mesita de noche. Estaba agotado, había sido un día bastante largo y agitado… especialmente por lo ocurrido en el restaurante, maldito marimo le había arruinado aquella camisa que tanto adoraba. Por la mañana encargaría una y quizás otra en un color distinto, después de todo para eso ganaba dinero, para gastarlo en lo que quisiera.
Esperaba que el peliverde consiguiera rápidamente la licencia de conducir. De pronto recordó que Nami le había entregado un celular así que rápidamente escribió un mensaje al marimo:
Marimo:
Recuerda que mañana debes estar a las 09:00 en la agencia… veremos el tema de tu licencia.
Atentamente tu jefe
Ya estaba, ahora sí que tendría evidencias en caso de que aquel asistente incompetente llegara atrasado. Rio para sí mismo y apagó la lámpara quedando a oscuras. Las luces de la calle y edificios cercanos se filtraban por aquella pesada cortina blanca, haciendo que pudiera distinguir con facilidad todo lo que había en su pieza. Para esas alturas se dio cuenta que no podía dormir y para colmo tenía frío.
-Rayos… como puede hacer tanto frío en pleno verano- pensó enrollándose en las mantas de su cama-
Lo que más odiaba el rubio era no poder dormir puesto que comenzaba a ser acechado por sus pensamientos y peor aún, sus recuerdos… recuerdos que a pesar del tiempo, no había podido olvidar. Permaneció mirando el techo de la habitación cuando una imagen fugaz vino a su mente, se trataba de un pequeño niño llorando despacio en un cuarto oscuro, al parecer tenía mucho frío puesto que tiritaba y vestía apenas una remera blanca con calzas azules y unos zapatos rotos. En la habitación contigua se escuchaban gritos y golpes, al parecer de una pareja. El niñito trataba de cubrirse los oídos pero era inútil, por más que lo intentara seguía escuchando los gritos de la mujer.
Para cuando se dio cuenta que estaba soñando despertó sobresaltado y un sudor frío recorría su cuerpo. Encendió la lámpara y se dirigió al baño para refrescar su rostro, estaba pálido y tenía ojeras, realmente lucía mal.
-Me pregunto si papá estará bien… hace tiempo no lo llamo- se dijo a sí mismo mientras caminaba de vuelta a su cama-
Nuevamente se arropó y esta vez cerró sus ojos quedándose dormido a los pocos minutos.
Era cerca de las 07:00 cuando Zoro abrió los ojos. Los rayos del sol ya inundaban aquel cuarto, iluminándolo en una luz tan cálida que daba gusto levantarse. Luffy continuaba durmiendo profundamente, abrazado fuertemente a su almohada.
-Oi Luffy venga, despierta…-dijo Zoro con suavidad mientras movía el hombro del menor-
-Ahhh Zoro aún tengo sueño… déjame dormir…-
El peliverde se dirigió a su ducha y echando a correr el agua se lavó el cabello. Posteriormente se dirigió a su cocina donde tomando una antigua tetera la llenó de agua y puso sobre la estufa para calentarla. Siempre bebía café por las mañanas mientras miraba por la ventana hacia su patio, ya que pensaba que era el lugar más bonito de aquel sector, en éste había mucha clase de plantas y árboles que daban sombra por las tardes cuando el calor se volvía insoportable.
Sirvió dos tazones, uno con más azúcar que el otro y lo dejó sobre la mesa a la vez que se sentaba y miraba hacia aquel patio. La luz del sol se filtraba por entre las hojas causando que algunos rayos cayeran sobre la hierba.
-¡Qué bien huele Zoro!- exclamó Luffy caminando hacia la mesa-
-Luffy te has levantado… ten una taza de café-
-¡Gracias!... Está realmente delicioso- dijo mientras bebía-
-Ya debemos ir saliendo, son cerca de las 08:00-
-Sí, dame diez minutos- el pelinegro corrió a la ducha y a los pocos minutos ya estaba listo para salir-
Ambos chicos salieron rumbo a la estación de metro, la cual a esas horas se encontraba abarrotada. Les tomaba alrededor de 15 minutos llegar hasta la agencia y debían estar a las 08:30 por lo que iban bien en el tiempo.
Llegaron a la agencia donde fueron recibidos por Nami.
-¡Chicos! Buenos días… me alegra saber que aún hay gente puntual- sonrió-
-¡Hola Nami!-
-Buenos días Nami…-
-Zoro! No sabes cuánto me acordé de ti por la noche… Sanji estuvo enviándome mensajes pidiendo que veamos el tema de tu licencia de conducir… así que me tomé la molestia de inscribirte en una academia… tendrás tu primera clase hoy a las 10:00!-
-¿Y qué hay de la sesión?-
-La haremos ahora, además no ha llegado ninguno de los otros chicos por lo que no habrá problema-
-Bien-
Los tres se dirigieron a la sala de maquillaje donde a esas horas Caesar se encontraba desayunando junto con su equipo de trabajo. Apenas entraron Luffy corrió a la mesa sentándose mientras los demás le acercaban una taza y un plato para que comiera junto a ellos.
-¡Muchas gracias chicos!- exclamó este al ver cómo le atendían amablemente-
Mientras tanto en la mansión de Doffy la alarma sonaba estrepitosamente despertando al rubio, quien molesto lanzó el aparato lejos.
-¿Qué ocurre amor?- preguntó Crocodile entre sueños-
-Nada, sigue durmiendo…-
-No te enojes… no vayas a la agencia y te quedas acostado conmigo- dijo al tiempo que se acercaba al rubio y lo abrazaba-
-Sabes que no puedo faltar… menos ahora que es temporada de campaña-
-Lo sé… era solo un deseo-
Doffy se encontraba molesto. Había pasado pésima noche después de haber visto a Law junto con aquel pecoso de mierda, ¿acaso el moreno ya lo había olvidado y había corrido a los brazos de otro?... si se detenía a pensarlo no hablaba con él desde aquella noche que le pidió recogerlo en el bar, ni siquiera le había avisado de la llegada de Crocodile así que era normal que el chico estuviera molesto, y sin olvidar mencionar que envió todas sus cosas de regreso al departamento. Aun así no podía evitar sentirse molesto y celoso a causa de Law.
Deseaba ir a trabajar ese día ya que Crocodile tenía una reunión importante y no podía faltar, por lo que era su oportunidad de encontrarse a solas con el moreno y preguntarle en qué rayos pensaba. Besó a Crocodile en los labios y caminó en dirección a la ducha.
-Sé que no puedes vivir sin mi Trafalgar… ya verás lo que te espera si continúas saliendo con Ace- se dijo a sí mismo lleno de ira-
Por su parte Law se encontraba despierto sin embargo no tenía ganas de levantarse y permanecía acostado pensando. Le hubiera gustado pasar la noche junto a Doffy, realmente lo extrañaba y no podía negarlo. Recordaba cuando por las mañanas el rubio lo abrazaba con fuerza y besaba lentamente su cuello… era tan delicioso sentirlo cerca, maldito Doflamingo. Lo maldijo unas cuantas veces sin poder controlar el efecto que estos recuerdos tenían en su cuerpo, ahora se encontraba molesto y con una erección… lo que le faltaba, realmente no tenía ganas de auto complacerse por lo que desviando sus pensamientos hizo un esfuerzo por levantarse. Eran cerca de las 09:00 se suponía que debía estar en la agencia a las 08:00 pero la puntualidad no estaba en su lista de virtudes, así que importándole una mierda llegar atrasado se duchó y encendió la televisión.
-Creo que necesito vacaciones….- pensó a la vez que se vestía con apenas unos sencillos jeans y una remera gris-
De pronto escuchó el sonido de su móvil, mirando la pantalla se percató que se trataba de Ace.
-Aló-
-Trafalgar buenos días, ¿cómo has amanecido?-
-Uhmmm un poco depresivo pero ya me he levantado-
-Me apena oír eso, ¿vendrás a la agencia?-
-Sí… de hecho voy saliendo hacia allá-
-Genial porque estoy afuera de tu edificio…-
-¿Lo dices enserio?, ¿acaso montaste guardia toda la noche?-
-Jajajaja por poco y lo hago, pero no, solo estaba preocupado-
-¿Qué hay de marco?-
-Ya está trabajando, venga apresúrate que vamos tarde-
Pasados unos minutos ambos chicos ya se encontraban estacionados en la agencia, no obstante ninguno de los dos se animaba a bajar.
-Vaya realmente estoy sin ganas de hacer nada hoy….- exclamó Law recostándose en el asiento-
-¿Te espera mucho trabajo?-
-Creo que apenas dos sesiones y pruebas para mañana-
-Comprendo… Law no quiero preocuparte ni nada, pero Doffy está mirando hacia acá en estos momentos-
-¿Qué dices?- preguntó sobresaltado el moreno- ¿Cómo sabes?-
-Lo estoy viendo por el espejo retrovisor… está en el pasillo del tercer piso-
-Que buena vista tienes… yo no veo nada. ¿Qué hago?, ¿bajo o no?-
-Quisiera esperar que se fuera, sin embargo lo más probable es que esté haciendo tiempo para vernos bajar juntos-
-¿No crees que estás exagerando?, yo pienso que Doffy ya se olvidó de mí-
-Quisiera creer eso también…- el móvil de Ace comenzó a sonar- espera me está llamando Nami, de seguro se viene la reprimenda- sonrió-
-¿Dónde rayos estás Ace? Acaso no dije que debían llegar a las 08:00…- se escuchó la voz de la pelinaranja furiosa-
-¡Nami! Lo siento, me he quedado dormido… la buena noticia es que acabo de llegar a la agencia y estoy junto a Trafalgar-
-¿Qué dices? ¿Trafalgar está contigo?-
-Sí, ya vamos para allá- dicho esto colgó la llamada- Tendremos que fingir que no vemos a Doffy, Nami está furiosa así que más vale apresurarnos-
-Trataré de ignorarlo-
Bajaron del auto y caminaron en dirección a la entrada posterior del edificio. El pecoso miró de reojo y notó que el rubio aún se encontraba ahí, no obstante hablaba por celular. Se dieron prisa y entraron al edificio caminando hacia la sala de los supermodelos.
-Buenos días- exclamaron al entrar no obstante solo se encontraron con Cavendish sentado en uno de los sofás mientras comía donas de una caja y bebía un chocolate caliente-
-¡Hola chicos!- respondió animadamente-
-¿Qué clase de desayuno es ese?- preguntó Ace sorprendido al ver al rubio comer algo tan calórico en plena campaña de verano-
-No me envidien chicos, pero me han encontrado algunos kilos menos… bastante menos de los pocos que debemos tener, así que me dijeron que subiera unas cuantas libras… ¿Qué suerte no?-
-¿Y qué hay si engordas?- inquirió Law indiferente-
-Pues dejo de comer, además es la primera cosa grasosa que como desde que informaron mi bajo peso…-
-Lamento informarte Cavendish que yo siempre como lo que quiero- rio el pecoso sacando una dona de la caja-
-No me extraña eso de ti- sonrió el rubio- a todo esto ¿por qué nos citaron tan temprano?-
-Bueno siempre hemos entrado a las 08:00 durante las campañas, y son más de las 09:00 así que no quiero preguntar nada- contestó Ace quitándole el vaso con la bebida caliente al rubio y dándole un buen sorbo- delicioso…-
-Bueno me da igual llegar tarde, después de todo ellos siempre son quienes se atrasan… no está de más hacerlos esperar de vez en cuando. ¿Qué te ocurre Law? Luces horrible-
El moreno lo miró indiferente y se puso de pie.
-Iré por un café, ¿alguien necesita que le traiga algo?-
-¿Quieres que te acompañe?- preguntó Ace con preocupación-
-No, está bien. Iré solo… vengo luego por si Nami pregunta-
Dicho esto Law salió de la sala y caminó hacia el ascensor esperando que se abrieran las puertas. Casi da un salto al ver quien venía dentro. Intentó escapar no obstante una mano lo arrastró y presionó el botón del último piso.
-¡Déjame! ¡Aléjate de mí!- exclamaba mientras se intentaba zafar-
-Law… ¿Por qué estás huyendo de mí?-
-No quiero hablar contigo, no quiero verte… ¿acaso es tan difícil de entender?-
-No es difícil de entender, pero me niego a aceptarlo-
El ascensor se detuvo y para mala suerte del moreno aquel piso se encontraba desierto, ya que aún estaba en construcción y los albañiles trabajaban por las noches para así no interrumpir las labores diarias en la agencia con aquellos molestos ruidos de maquinarias pesadas.
Law fue arrastrado hasta una pequeña y estrecha sala iluminada por apenas una ampolleta.
-¿Qué quieres?, ¿Por qué me has traído hasta acá? ¡ya te dije que no quiero saber nada de ti Doffy!- El rubio lo miró sorprendido-
-Lamento tener que traerte a la fuerza, me he comportado como un psicópata… pero era la única forma de poder vernos sin que nadie nos moleste- Doffy se encontraba acorralando a Law contra la pared. Había extrañado sentir aquel cuerpo esbelto y delgado bajo el suyo-
-No me interesa hablar nada contigo…- exclamó el moreno volteando su rostro hacia el lado-
-¿Quién dijo que íbamos a hablar?- dicho esto el rubio se abalanzó sobre Trafalgar y comenzó a besarlo desesperadamente en los labios-
-¡Detente!- trataba de decir el menor, empujando al rubio con fuerza no obstante era inútil-
El mayor lo retenía con tanta fuerza que le era imposible zafarse. Una parte de él quería salir huyendo de aquel maldito piso, sin embargo la otra lo único que deseaba era seguir ahí, después de todo lo había estado extrañando tanto y aquella situación era tan excitante. El moreno terminó por ceder a los besos del rubio, correspondiéndole con más intensidad de lo que hubiera preferido, provocando que Doffy comenzara a perder la razón.
-Law… Law… Law- gemía a la vez que mordía el fino cuello moreno que tenía frente suyo-
-Do…Do...Doffy… ¿por qué me hiciste esto?- susurró el moreno dejándose acariciar-
El rubio se detuvo y miró aquellos hermosos ojos plateados.
-Lo siento Law… soy un idiota… tú sabes lo que significa mi matrimonio-
-Entonces si es tan importante ¿por qué te acostabas conmigo?... ¿sólo querías alguien con quien dormir?- preguntó Law causando que el mayor se sobresaltara-
-No… no es eso-
-Entonces dime qué es para no odiarte… porque no puedo evitar decirte que una parte mía te odia-
-¿Es esa parte que me odia la que está interesada en el pecoso?-
-¿Qué dices?-
-Lo que acabas de escuchar… sé que has estado saliendo con Ace… ¿te acostaste con él?-
-No puedes decirme eso… ¡eres un descarado!- Esta vez Law empujó al rubio para alejarlo de él con intención de salir de ese cuarto. Ya había comenzado a cabrearse-
-Espera… no te vayas Law… este es el único momento que tenemos para vernos-
-Y eso ya no es mi problema Doffy, tú quisiste que las cosas fueran así… no mendigaré tu amor ni atención-
-¿Entonces en qué pensabas cuando te perdiste en la montaña?... sé que lo hiciste para cabrearme-
-¡Doffy! ¿Qué mierda estas diciendo?... ya no quiero hablar contigo-
-¿Ya no me quieres Law?- preguntó con seriedad-
El moreno estaba a punto de abrir la puerta pero se detuvo al escuchar esto.
-Doffy yo nunca te quise… yo estaba enamorado de ti, pero si me preguntas que es lo que siento ahora, realmente no lo sé-
El rubio abrió los ojos sorprendido. ¿Acaso Law había dicho que lo amaba?...
-Veo que tampoco te atreves a expresar lo que sientes Doffy… pero descuida te entiendo… entiendo tus sentimientos hacia mí. Si quieres a alguien con quien follar búscame, después de todo para hacer el amor está tu esposo-
-Law… espera… yo no-
-No es necesario que sigas mintiéndote a ti mismo, ¿intentas quedar bien conmigo? Porfavor no lo hagas…- al parecer el moreno se había quitado un peso de encima y ahora era él quien estaba manejando aquella intima situación- nos vemos-
El rubio se abalanzó y cerró la puerta impidiendo que Trafalgar saliera.
-¿Crees que puedes manipularme eh Law?... pero lamento decirte que eres tú quien se está engañando a sí mismo tratando de huir de mi- dicho esto llevó su mano a la entrepierna del menor quien intentó alejarse inútilmente-Tu cuerpo dice otra cosa…-
-Suéltame… maldito… ¿no tienes suficiente en casa?-
-Sabes que nunca es suficiente para mí- deslizó su lengua por el cuello del moreno quien se estremeció- Sé que aún me amas Law… sé que tu cuerpo aún es mío-
-No… no es así… detente-
-Mírame a los ojos y dímelo (N/A: Doffy a veces estaba sin lentes en esta historia así que imagínenlo y exploten xD)-
-No… no quiero… déjame…-
De pronto el sonido del móvil de Doffy interrumpió la situación. Su expresión se volvió seria y su rostro pálido al ver la llamada entrante.
-Aló… amor mío… en la agencia… sí… ¿Yo?... estaba chequeando algunas cosas en un cuarto de ropa… voy para allá-
Law lo fulminó con la mirada. Aunque le costara admitirlo se había puesto celoso al darse cuenta que Doffy hablaba con su esposo. Apretó los puños con fuerza y se precipitó a la puerta siendo detenido nuevamente por el rubio.
-Espera Law… debo irme… veámonos mañana en este mismo lugar a las 09:00… te amo- exclamó robándole un beso fugaz y posteriormente abriendo la puerta para salir directo al ascensor-
El moreno quedó inmóvil. ¿Acaso le había dicho que lo amaba?... era la primera vez que lo hacía. No quiso salir enseguida y volvió a encerrarse en aquel cuarto. Sintió como unas lágrimas bajaban por sus mejillas y presuroso se limpió con el antebrazo. ¿Hasta dónde pretendía Doffy jugar con sus sentimientos?, realmente al rubio le importaba una mierda cómo se sintiera él… al final todo el mundo lo adoraba… pero ya era hora de que aprendiera una lección y sería él quien se la enseñara.
¿Verse a escondidas en aquel sucucho?, sonaba tentador y probablemente si no estuviera molesto habría corrido a los pies del rubio, pero ya estaba cansado y no le seguiría el juego. Sus días como amante de Donquixote Doflamingo ya habían terminado y esperaba de todo corazón que nunca volvieran.
-¡Ahhhh al final que buen sueño he tenido!- pensaba Sanji mientras se estiraba en su cama-
Tomó su móvil para ver la hora y casi sufre un ataque al percatarse que se había quedado dormido. Eran ya casi las 10:00 y él tenía sesión a las 11:00 ¡no alcanzaría a hacer nada de su rutina diaria!. En ese momento su móvil comenzó a vibrar, presuroso contestó:
-Buenos días…-
-¡¿SANJI DONDE DEMONIOS ESTÁS?!- se trataba de Nami-
-Pues en mi piso …-
-Te dije que a las 08:00 debías estar en la agencia-
-Ahh cierto, ahora lo recuerdo… me quedé dormido y acabo de despertar-
-ENTONCES MUEVE TU TRASERO HASTA ACÁ AHORA-
-Primero que nada no me grites… no es agradable… y en segundo lugar estaré por allá a eso del mediodía así que dile a la gente de Diable Jamble que me espere-
-¿Qué? ¿Cómo que a mediodía?-
-Ahh y dile al marimo que me venga a recoger…-
-Zoro está en la academia de conducción-
-Ahh me alegro… entonces que ponga en práctica sus conocimientos y aproveche de recogerme… nos vemos!- colgó el rubio mientras encendía la cafetera-
Qué demonios se creía esa pelinaranja reprendiéndole a esas horas, ¿acaso se había olvidado que hablaba con él?... al parecer los modales en aquella agencia iban de mal en peor. Esperó que el café estuviera listo y lo sirvió en una hermosa taza de porcelana azul, estaba realmente delicioso. Se asomó por el balcón y sentándose en un sillón se quedó observando la vista de aquella enorme ciudad.
Tomó su móvil y marcó el número de Zoro, quien tardó algunos segundos en contestar:
-Aló- se escuchó la voz del otro lado-
-Marimo… tienes que venir a recogerme, por tu culpa me he quedado dormido-
-¿Qué dices?... ¿Qué por mi culpa te quedaste dormido?-
-Sí… no llamaste para que despertara-
-¿Ah? ¿Acaso es una broma?... no me puedes culpar por eso, además ahora estoy aprendiendo- dicho esto el peliverde colgó la llamada-
Sanji molesto volvió a marcar al peliverde.
-¡¿QUÉ TE CREES COLGANDO LA LLAMADA?! –
-¿Qué quieres ahora?-
-Pues que vengas a recogerme-
-Ya te dije que estoy en la escuela!-
-No me interesa, eso es asunto tuyo… envía a alguien que venga por mí-
Hubo un silencio en la línea.
-¿SIGUES AHÍ MARIMO?- inquirió el rubio no obstante no obtenía respuesta- ¡ALÓ!-
-Buena suerte cejillas- nuevamente Zoro colgó la llamada causando la furia de Sanji-
-¡AHHHH ESE IDIOTA! Qué diablos se cree llevándome la contra… supongo que no puedo esperar nada mejor de un tipo así-
El rubio caminó molesto al baño donde se dio una ducha y posteriormente se vistió. Odiaba a su asistente, en primer lugar por no saber conducir y en segundo lugar porque, a su juicio, era un idiota cabeza hueca, más bien dicho cabeza de alga. Rio con esto último y teniendo que aceptar el hecho de conducir hasta la agencia, de muy malas ganas se subió al vehículo y arrancó en dirección a Donquixote.
-Law tardaste mucho…- exclamó Ace al verlo llegar- ¿todo bien?-
-Sí, todo bien…-
-¿Ya bebiste el café?-
-Sí, lo tomé de camino hasta acá-
-¡Chicos! Al fin están casi todos reunidos- exclamó Nami entrando a la sala de los supermodelos- Me temo que tendremos que empezar sin Sanji ni Zoro-
-¿Empezar qué mandarina?- preguntó Bassil-
-Pues se trata más que nada de una presentación… chicos pasen, no sean tímidos- exclamó Nami haciéndose a un lado-
En ese momento los integrantes de Repel ingresaron a la sala.
-Hola…- exclamaron-
Los supermodelos se les quedaron mirando durante unos segundos, algunos sorprendidos y otros indiferentes.
-Hola- se limitaron a responder-
-Bueno chicos se los presento… ellos son Repel, la famosísima banda de Rock que ha venido a participar con nosotros en la campaña de verano junto con la franquicia Injection Shot- sonrió la pelinaranja-
-¡Genial! Chicos yo soy fan suyo- exclamó Cavendish poniéndose de pie y acercándose a uno de aquellos hombres-
-¿No son geniales?....- interrumpió Nami tomando del brazo al rubio para que mantuviera la compostura- bien… entonces estarán trabajando con algunos de ustedes durante esta semana… ahora que recuerdo Law ¿tú trabajaras con esta marca no es así?-
-Sí- respondió el moreno a secas-
-Chicos él es Trafalgar Law uno de nuestros mejores supermodelos… me imagino que lo deben haber visto en más de alguna revista- la pelinaranja se acercó a Law, posando su mano en el hombro de este y sonriendo-
-Sí… sí yo le conozco- exclamó Heat, el bajista de Repel- lo he visto en algunas pasarelas underground-
-Así es… generalmente para Negative Hollow (N/A: xD)- agregó el moreno-
-El próximo mes Kid será rostro de Negative- dijo señalando al intimidante hombre de cabello rojo-
-Eso es genial…. Bueno entonces pongamos manos a la obra y vayamos a hacer las pruebas- señaló Nami, Law tu vienes conmigo-
Toda la banda junto con Nami y Trafalgar caminaron hacia las salas donde el armario de Injection Shot ya se encontraba preparado.
-Así que Ace tenía razón… aquel sujeto de anoche era el vocalista de Repel- pensó el moreno mirando de reojo a Kid-
Llegaron a la sala donde les esperaba Robin junto con Bartolomeo quien tenía los bocetos requeridos para las fotografías.
-Hola chicos- saludaron ambos alegremente- vamos a hacer esto rápido para no quitarles tiempo-
Procedieron a entregarles la ropa que le correspondía a cada uno para que se la probaran. A petición de la marca tendrían que hacer cinco poses de la banda junto con Law, una de cada modelo y tres del moreno junto con el pelirrojo.
La tarde transcurrió sin mayor novedad, los chicos finalizaron su jornada de trabajo a eso de las 20:30. Como solía ser costumbre todos los días alguien organizaba una salida a algún bar o a su departamento para beber algo y divertirse un rato. Esta vez era Cavendish quien insistía en ir a Dressrosa por unos tragos.
-Venga ¿Quién se une? ¿Bassil?- preguntaba entusiasmado-
-No lo sé, mañana tengo que estar temprano… creo que pasaré por esta vez- respondió el rubio tomando su bolso-
-¿EHH? Que aburrido eres… ¿qué hay de ti Ace?-
-No, lo siento, estoy comprometido-
-¿Law?- Cavendish ya comenzaba a desesperarse-
-No, la verdad no tengo ganas y estoy cansado. Creo que otro día podría ser…-
-¡Vamos chicos! ¿Acaso nadie me acompañará?-
-¿Tienen Sake en ese bar?- inquirió el peliverde-
-Pero claro que sí amigo Zoro ¿te unes?-
-Sí, yo voy… ¿Luffy?-
-Sí!-
-Genial! Creo que invitaré a los chicos de Repel…-
Dicho esto el rubio salió en dirección al camarín que la agencia había facilitado para la banda. Tocó la puerta y al abrir Kid, le propuso aquella invitación.
-Uhmmmm ¿ese es el bar donde toqué anoche chicos?- preguntó el pelirrojo a los demás-
-Sí Kid…-
-Está bien, nos unimos… claro que nos tienen que transportar-
-No se preocupen por eso… los esperamos abajo-
Cavendish estaba más que emocionado. Llamó a su chofer para que fuera en una van a recogerlos a todos y así poder emborracharse sin problemas del tipo: ¿quién conducirá después?
Law por su parte había tomado el metro para llegar a su hogar. No quiso molestar a Ace ya que lo más probable era que estuviera apurado en llegar junto a su prometido, Marco. Como siempre solía pasar las chicas le pedían autógrafos y algunas veces fotografías y aunque realmente odiara dárselas, debía hacerse el ánimo y sonreírle a todos, así se evitaría los malos ratos con la prensa que solía difamar a los groseros. No obstante, y para su suerte, ese viaje transcurrió tranquilo y sin mayor molestia que una que otra chica pidiéndole su firma en bolsos o playeras, todo de ese estilo.
Caminó hacia su edificio siendo recibido por el guardia, quien amablemente le abrió la puerta. Subió al ascensor y al llegar a su piso notó que una línea de luz se filtraba desde la puerta de entrada.
-Me pregunto quién rayos habrá forzado la puerta esta vez-pensó mientras abría-
-¡Law! He llegado más rápido que tú-
-¿Ace? ¿Qué estás haciendo acá? ¿Cómo entraste?- preguntó sorprendido al ver al pecoso-
-Jajaja- rio- sólo le dije al conserje que me dejara entrar y la puerta estaba abierta… de veras tienes la cabeza en las nubes-
-Vaya seguridad en este edificio, no puedo creer que la haya dejado a medio cerrar-
-Tranquilo, aquel viejo me ha visto varias veces contigo… debe pensar que soy tu novio o algo así-
-Probablemente… ¿puedo preguntar, sin que suene grosero, qué haces aquí?-
-Bueno la verdad apenas Marco me llamó para avisarme que saldría tarde del trabajo, no dudé en venir a invitarte para que vayamos a beber algo-
-Vaya así que me estoy transformando en tu amante-
-No lo digas de esa forma, yo sólo estoy preocupado por ti. Además desde que fuiste por ese café te comportaste de una forma extraña toda la tarde-
-¿Tú crees?... probablemente haya sido la resaca de anoche-
-Y probablemente mañana también la tengas- sonrió- ¿qué dices?-
-No lo sé…-
-¡Vamos! Te hará bien distraerte Law-
-Supongo que tienes razón… creo que realmente necesito algo más en qué pensar-
-Eso me gustó-
Ambos amigos se dirigieron a Dressrosa, lugar donde ya se encontraba el grupo de Cavendish.
-Ehh allá están esos idiotas… vamos a otro lado- exclamó Law, tratando de pasar desapercibido para que nadie de la agencia lo viera-
-Como quieras-
Avanzaron entre la masa de gente que se abarrotaba a esas horas y habiendo encontrado una mesa se sentaron, recibiendo la carta a los pocos minutos.
-Buenas noches mis señores, ¿qué van a ordenar?- preguntó la camarera-
-Buenas noches… a mi tráeme una cerveza porfavor-
-Yo quiero un vodka-
-Enseguida- la joven se retiró con presteza-
Ambos jóvenes esperaron que llegara su pedido y prendiendo un cigarrillo Law comenzó a fumar.
-Mañana será un largo día…-
-Ni que lo menciones, debo hacer esas fotos de Injection Shot… y pensar que aún nos queda más de una semana de campaña…-
-Y no olvides que siempre la extienden más… pero bueno no podemos quejarnos, después de todo es la campaña que mejor pagan-
-Así es…- Law parecía concentrado únicamente en su cigarrillo ya que tenía la mirada perdida-
-¿Qué ocurre Trafalgar? De verdad te notó distinto, harás que no pueda dormir tranquilo-
-Dirás que no puedas follar tranquilo- bromeó el moreno tratando de disimular su angustia-
-Quizás… bueno pero no te voy a joder con mis preguntas...-
-Mejor adóptame como tu hijo, de seguro a Marco le encantará la idea-
-Quien sabe- rio el pecoso-
Mientras muchos de los supermodelos compartían un buen rato en Dressrosa, en ese mismo instante, Sanji por su parte se encontraba junto con un grupo de amigos en el casino de la ciudad, famoso por ser el más elegante de aquel distrito. Desde que había entrado al modelaje y comenzado a recibir cuantiosos cheques el rubio frecuentaba con regularidad el Baroque, convirtiéndose en parte del club con nada más y nada menos que membresía de tipo platinum, aquella entregada a los clientes que más años y cantidad de dinero habían apostado. Esta membresía le permitía acceder a los sectores VIP de aquel lujoso edificio, así como también recibir invitaciones a torneos de póker y black Jack, juegos gratis, cenas, eventos, conciertos, etc.
Sanji siempre solía jactarse de los beneficios que su tarjeta platinum le permitía acceder, no obstante nunca contaba cuanto era el dinero que había tenido que gastar para obtenerla, y esta cantidad no era menor. Aunque no era asunto de la agencia lo que sus modelos hacían con el dinero que ganaban, Nami había puesto ojo al comportamiento ludópata de Sanji, ya que en cierta ocasión tras haber tenido una mala racha el rubio terminó apostando un porcentaje de su próximo salario, llegando un recibo a Donquixote con un documento de Baroque firmado por Sanji.
La pelinaranja impresionada al percatarse que el rubio hubiera llegado a tal extremo intentó frenar su afición sin resultados. Así que siguiendo los consejos de Doffy dejó que el rubio aprendiera tarde o temprano por sí mismo.
-¡El ganador es el señor Vinsmoke!- exclamó el croupier en la ruleta-
-¡Sí!- gritó el rubio tomando las fichas y bebiendo una copa de champagne-
-Veamos si hoy estoy de racha- dijo uno de los amigos de Sanji, mientras compraba 1 millón de berries en fichas-
-Creo que me siento con suerte, dame 5 millones en fichas- añadió el rubio dirigiéndose al croupier- apostaré a mis números favoritos-
Aunque apenas había pasado la medianoche Sanji se encontraba bastante pasado de copas al igual que sus amigos. Apenas el joven en la ruleta hubo lanzado la bolita todos miraban expectantes. Por alguna razón mucha gente se había congregado en aquella mesa a la espera de los resultados de aquel juego.
-¡El ganador es el señor Vinsmoke!-
-¡Ya ven!- Sanji levantó su copa recibiendo aplausos de la gente que lo rodeaba, bebiendo de un trago aquella champagne- ¡es mi día de suerte!... creo que voy a…-
-Ya detente Sanji- le interrumpió una voz familiar- has ganado bastante, no vayas a arruinarlo-
-¿Y tú qué haces aquí?... ¡en MI mesa!… lárgate!-
Se trataba de Caesar Clown, quien al igual que el rubio frecuentaba el casino aunque solía controlar mejor su adicción por el juego.
-No, no, no… ¡El señor Vinsmoke se retira! No está en condiciones de continuar apostando- explicó Caesar mientras tomaba las fichas del rubio y a este mismo y lo cargaba hasta la caja para canjear el dinero-
-¿Qué crees que haces payaso?... me estás arruinando la noche…- definitivamente se encontraba en un estado de ebriedad mayor-
-¿Qué qué hago? Te estoy salvando de una quiebra maldito malagradecido, mañana me lo agradecerás- el maquillador se dirigió a la caja y cobrando las fichas se aseguró que nadie estuviera viéndolos y guardó el dinero en su chaqueta. Con mucho nerviosismo salió del edificio rumbo al estacionamiento y buscando el coche del rubio se apresuró hasta él.
-Dame las llaves Sanji-
-¿Quién eres tú?... por qué me estás robando… ¿me estás robando?-
-¡Dame las llaves! Apenas te puedes mantener en pie-
El rubio se largó a reír y sacando un cigarro de su bolsillo lo encendió.
-Ten aquí están mis llaves… pero déjame decirte que hace mucho tiempo que no hago el amor con nadie-
-Ya deja eso Vinsmoke, lo menos que quiero es enterarme de tu vida privada… venga súbete te llevaré a casa-
-¿y tú como vas a volver? ¿Aún no has ganado? ¿Me quieres robar?... déjame decirte que ahora tengo una alarma a prueba de ladrones-
Caesar encendió el coche y saliendo del estacionamiento se puso en camino hasta el edificio del rubio.
-Le pediré a Monet que me venga a recoger… y no quiero robarte, ya te dije que mañana me lo agradecerás-
-¿Sabes qué?... lo único que agradezco es que Zoro esté aprendiendo a conducir, es un idiota pero es mi asistente… ¿conoces a Zoro?-
-Sí, aquel modelo nuevo… no sabía que era tu asistente-
-Así es… es mi asistente, es un idiota ¿lo conoces?-
-Ya te dije que sí lo conozco, me acabas de decir que es tu asistente- exclamó Caesar mientras miraba en ambas direcciones antes de cruzar por una avenida-
-Cierto- reía el rubio- es mi asistente… estoy feliz que sepa conducir… ¿conoces a Zoro?-
-Basta ya Sanji, te he dicho que sí- aquel hombre se estaba comenzando a cabrear del comportamiento que tenía el rubio, aunque a decir verdad no era la primera vez que lo veía en ese estado-
-Estoy feliz… estoy feliz- sonreía mientras estiraba sus brazos-
Al llegar Caesar estacionó el vehículo del rubio y habiendo explicado al conserje el estado en el que se encontraba el rubio, para justificar su presencia ante las cámaras del edificio, tomó el elevador al piso 5.
A pesar de su estado de ebriedad abrió la puerta y desactivó la alarma mientras Caesar dejaba aquel enorme sobre lleno de billetes en el velador del rubio y llamaba a su esposa para que lo recogiera.
-Bien Sanji, dejé todo el dinero que ganaste en aquella mesita de noche para que no creas que te robé… aquí está el recibo. Que tengas buenas noches-
-¡Buenas noches! Dile a Zoro que no olvidé recogerme-
-Sí… sí lo que tú digas, adiós- dijo mientras cerraba la puerta de entrada dejando al rubio sentado en su cama con la mirada perdida-
Dejó caer su cuerpo sobre aquella cómoda y pomposa cama y comenzó a sonreír.
-Estoy feliz… estoy feliz… ¡estoy feliz porque gané!- daba vueltas mientras hablaba en voz alta- estoy feliz… y a Zoro le gustó mi comida-
Dicho esto el rubio cerró sus ojos y se durmió con una hermosa sonrisa en su rostro.
De regreso a Dressrosa…
-Bien Trafalgar creo que es hora de irse-exclamó el pecoso mirando la hora en su móvil-
-¿Marco te espera?-
-Sí, aunque de todas formas le dije que estaba contigo, mi querido colega-
-Ya veo… creo que me quedaré otro rato, la verdad no tengo ganas de regresar al departamento aún-
-¿estás seguro?, ¿tomarás un taxi después?- preguntó preocupado-
-Sí, tranquilo, no te preocupes por mí- trató de sonreír Law-
-Tu sonrisa forzada no me convence pero bueno, es tu decisión. Nos vemos mañana en la agencia, ah y por cierto yo invito esta ronda-
-Está bien, gracias, buenas noches y saluda al viejo de mi parte-
-Le diré, nos vemos- se despidió Ace sonriendo-
-Maldito Ace… siempre luce tan radiante- pensó Law mientras veía como se alejaba y perdía finalmente entre la multitud-
Para evitar ser rodeado de gente en la mesa que ahora ocupaba él solo, se dirigió a la barra y se sentó dando la espalda a la pista de baile y escenario, después de todo lo único que quería en ese momento era seguir bebiendo y luego fumar unos cuantos porros que guardaba con recelo. Pidió otro vaso de vodka y esta vez sí comenzó a sentir los efectos del alcohol en su cuerpo. Su vaso iba ya por la mitad cuando sintió que alguien se sentaba al lado suyo.
-Así que Trafalgar Law es un chico que gusta beber en solitario- exclamó aquel sujeto sentado a su lado-
Sin darle mucha importancia volvió su rostro para ver de quien se trataba y qué sorpresa se llevó al distinguir, a pesar de las luces de aquel lugar, una cabellera roja y unos intensos ojos ambarinos.
-Hola- se limitó a decir- Así que Eustass Kid recuerda mi nombre… que honor- exclamó con frialdad-
-¿Eh? No suenas como un verdadero fan- rio el pelirrojo- eh ¡aquí un vodka!-
-A decir verdad no lo soy-
-Ya veo… es un alivio porque entonces podremos emborracharnos-
-Eso suena interesante- sonrió Law mientras bebía y examinaba de vez en cuando a aquel sujeto-