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Pink Cocktail por LovingTales

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Notas del capitulo:

Hola hermosas!

Lamento la demora en actualizar T-T!!

He estado pasando por algunos momentos dificilirijillos y no había encontrado la inspiración  (ni el tiempo) para poder escribir y eso ya me estaba partiendo el corazón, porque ¿saben qué? esto me sube el ánimo. 

Muchas gracias a las lindas personitas que siempre comentan :D, en verdad les agradezco. Espero que la demora no signifique desmotivación de su parte en leer esta historia! (si es así me muero x.x)

Un besote y que estén muy bien :)

Que tengan un lindo finde y la pasen genial, prometo actualizar lo más pronto posible!

En el capítulo anterior....

-¿Puedo preguntarte algo?-

-Lo que usted diga señor…- respondió aquel hombre mientras conducía-

-¿Crees que las personas puedan cambiar?-

-No lo sé con exactitud, supongo que algunas sí y otras no… además también depende de la causa que impulse al cambio-

-¿A qué te refieres?-

-Me refiero señor a que si existe un error que ha impulsado al cambio, no obstante este error se repite muchas veces… creo que la persona no cambiará nunca-

-Ya veo…- exclamó Crocodile encendiendo su habano, el camino del casino a la mansión era bastante largo-

 

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Capítulo 16

 

Resulta ser que apenas puso un pie fuera del edificio se largó a llover. Ese maldito cejillas ni siquiera se dignó a prestarle un paraguas. Gracias al cielo había previsto esto, y buscando en un mueble del pasillo encontró uno. Según calculaba el centro comercial no debía estar a más de diez cuadras, el problema era que no tenía idea por dónde empezar a caminar por lo que antes de salir optó por preguntar al conserje, quien muy amablemente le señaló la ruta.

De no ser por su pésimo sentido de la orientación habría llegado en tan sólo diez minutos, pero bueno se trataba de él y en vez de seguir la dirección dada, entró a muchos callejones los cuales le retrasaron significativamente. Media hora después se encontraba frente al centro comercial, al cual por cierto alcanzó a ingresar antes de que lo cerraran. Miró a su alrededor buscando la dichosa farmacia pero se detuvo a pensar en un detalle… el rubio ni siquiera le dijo el nombre del medicamento que debía comprar.

-No puedo esperar más de ese idiota- pensó a la vez que sacaba un número y esperaba a ser atendido-

Para su mala suerte aquel local estaba atestado y su número aún se veía bastante alejado del que figuraba en el panel. Se armó de paciencia hasta que al fin llegó su  turno y pidió a la vendedora algún medicamento para el resfrío.

                                                                                                   

-¿Busca alguno en particular?-

-Esto... no, sólo deme todo lo que tenga-

-Hay demasiadas cosas señor- lo miró desconcertada-

-Pues deme lo que usted compraría en caso de estar resfriada-

-Vaya… está bien- la mujer sonrió divertida y sacó algunas cajitas de un estante- Con esto estará bien. Dos cada 8 horas y se sentirá mucho mejor-

-Muchas gracias-

Luego de pagar salió rápidamente del centro comercial el cual ya habían cerrado. Gracias al cielo la lluvia había cesado por lo que animado tomó casi el mismo camino para regresar, solo que esta vez demoró cerca de 45 minutos. Para cuando llegó al edificio y tomó el ascensor ya eran pasadas las 22:00. Se sorprendió al entrar al piso, un olor exquisito venía desde la cocina. Su estómago rugió por lo que sin esperar más caminó hasta ésta. ¡Que sorpresa se llevó al ver al rubio de pie y revolviendo animadamente una olla mientras agregaba lo que parecían ser vegetales picados!.

-¿cejillas?- preguntó extrañado-

Casi sufre un ataque al escuchar la voz de Zoro tras de sí. No lo había sentido llegar, por lo que confiado en que tardaría se dispuso a preparar una sopa.

-Marimo… esto yo…!¿Por qué no has tocado el timbre?!- nervioso y sin saber muy bien qué decir trató de enojarse, después de todo era la primera vez que alguien lo sorprendía cocinando-

-Porque llevé llaves, además se supone que estabas acostado… ¿estás cocinando?- preguntó confundido, aun dudando si no se trataba de una ilusión. No parecía serlo, el olor era delicioso y el rubio hasta llevaba puesto un delantal-

-¿yo? ¿Qué? Jajaja- rio nervioso- Por supuesto que no, esto yo.. ehmm compré hace unos días estos vegetales en el supermercado… y una de esas sopas instantáneas- mintió-

Zoro lo miró con desconfianza y se acercó a su lado.

-No parece una sopa instantánea-

-¡Te digo que sí lo es!- irritado el rubio comenzó a revolver con fuerza-

-De todas maneras huele deliciosa-

-¿Tú crees?- su rostro se iluminó provocando nuevamente en el peliverde una mirada de desconfianza-

-Sí, eso creo… bien apresúrate, tengo hambre-

-¡¿QUÉ DICES?!, no puedes llegar a mi cocina y darme ordenes-

-Está bien, tan solo sírveme un tazón de esa deliciosa sopa-

-¡Enseguida!-

-¡¿QUÉ?!- se volteó sorprendido-

-¡¿Ah?! ¿Qué me ves?… solo te serviré un poco por haber ido a comprar mis medicamentos-

Zoro arqueó una ceja.

-Sólo sírveme de una buena vez, tengo hambre-

El rubio tomó dos enormes tazones y vertió el delicioso líquido aun hirviendo. Zoro por su parte se dedicó a pellizcar un molde de pan que estaba a su lado, dejando el mesón lleno de migajas.

-¡gracias! Esto realmente luce bien- dio el primer sorbo y saboreó con dificultad debido a la alta temperatura-

-Vaya que tarado eres… debes esperar que se enfríe un poco-

Con la lengua aun resentida el peliverde bebió agua para aliviar la quemazón.

-¡Uhmmm! está deliciosa-

Sanji lo miraba atentamente mientras saboreaba tomándose su tiempo.

-Sí, realmente deliciosa…-

-¿De verdad lo crees?- no pudo evitar sonrojarse-

-Sí… tiene un sabor diferente a las demás sopas instantáneas que he probado antes- dijo esto mientras soplaba animadamente-

-No puedes comparar esto con esas mierdas de sopas instantáneas- respondió de forma altanera, dando el primer sorbo a su plato-

-¿Acaso no dijiste que era una sopa instantánea?-

El rubio casi escupe por la impresión.

-¿Yo dije eso? Jajaja no, no, yo creo que escuchaste mal… es una sopa del Baratie que tenía congelada-

-Cuando entré me dijiste que era una sopa instantánea…-

-No, ya te dije que escuchaste mal… es del Baratie-

-Ya deja de mentir estúpido cejillas-

-¡¿a quién llamas estúpido?!-

-Pues a ti…-

-¿Qué demonios te crees maldito asistente?-

-Ya detente de una vez… ¿por qué te avergüenza saber cocinar?-

Sanji casi cae de espaldas. Sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras su garganta se secaba. Zoro lo miró expectante.

-Eh… qué cosas dices marimo, yo no tengo idea de lo que hablas- desvió su mirada en dirección a la nevera-

-Deja de fingir, te estás contradiciendo-

-¡Tú deja de inventar idioteces!- gruñó-

El peliverde se puso de pie y caminó en dirección a la olla. Fuera la sopa instantánea o no, lo cierto era que estaba deliciosa y deseaba repetirse otra ración.

-¿Qué crees que haces?-

-Me serviré otro poco… de esta sopa instantánea-

-Te he dicho que es del Baratie…-

-Sí, eso mismo… de todas maneras creo que los espaguetis que cocinaste esa vez estaban mejor-

-¿Tú crees?- preguntó emocionado olvidando completamente la discusión-

-Sí, esos platos del Baratie no se comparan-

-¡Vaya muchas gracias!- de pronto palideció ante la mirada victoriosa de su asistente. Que idiota… ¡se estaba delatando solo!-

-¿Qué dices cejillas?-

-ehh yo… creo que eso dirían  los cocineros del Mamma Mía, seguro se pondrían muy felices de saberlo-

-Ya deja de fingir… te has delatado completamente-

-¡YA CALLATE DE UNA VEZ! Deja de darle tantas vueltas al asunto- cabreado se puso de pie y caminó hasta el lavavajillas-

-Creo que tú eres quien le da vueltas al asunto… ¿por qué no lo admites y ya?-

-No sé de qué hablas, no tengo nada que admitir-

-claro que sí-

-Claro que no-

-Que sí-

-¡Qué no maldita sea!-

-¿Por qué te avergüenza que lo sepa?-

-¡No me avergüenzo de nada! Deja de inventar estupideces-

-Creo que eres tú quien debe dejar de inventar excusas-

-¿Dónde están mis medicamentos?-

-¿Por qué cambias de tema?-

-¿Dónde están? Me estás cabreando marimo- el rubio encendió su ya característico cigarrillo-

-No te daré nada hasta que lo admitas-

-¡Que ridículo eres! Deja de comportarte como un idiota-

-No eres quien para decirme eso-

-¡Déjalo de una puta vez quieres!-

-No, solo admítelo-

-Marimo me estás sacando de quicio… dame esas mierdas y nadie saldrá lastimado ¿de acuerdo?-

-¿AH? ¿Me estás amenazando? Sólo mírate, apenas y puedes estar de pie-

-¡Basta! Deja de comportarte como un idiota-

-Tú deja de ser tan mentiroso- dio el ultimo sorbo al tazón-

-¡Está bien marimo inepto! Tú ganas esta vez…- suspiró- pero no le digas a  nadie… porfavor… -

-Al fin lo reconoces, tranquilo no se lo diré a nadie… a menos que no me digas por qué te avergüenzas-

Cabreado respondió:

-Es mi secreto… y tú lo has arruinado todo-

-Sólo habla de una buena vez-

-Nadie puede saberlo, o probablemente me tomarían el pelo y se burlarían de mí-

El peliverde arqueó una ceja, se encontraba un tanto confundido.

-¿Por qué? Digo, no veo nada de malo en saber cocinar, además de que lo haces muy bien-

Un ligero sonrojo invadió aquella pálida piel.

-¿Estás loco?... claro que se burlarían de mí, sería el hazmerreír del medio- apretó la colilla del cigarrillo contra un cenicero de cristal- no puedo dejar que eso ocurra-

- A todo esto… ¿Por qué mierda estás fumando?... ¿olvidas que estás enfermo?-

-Olvídalo…-

La mirada seria que le dirigió lo impresionó notablemente. Al parecer era algo bastante delicado, y el rubio le daba mucha importancia.

-Comprendo, puedes confiar en mí, no se lo contaré a nadie-

-¿De verdad puedo confiar en ti?-

-A cambio…-

-¡SABÍA QUE PEDIRÍAS ALGO A CAMBIO!... no me chantajees marimo-

-A cambio tendrás que seguir preparando esos deliciosos platillos para mí-

-¿Bromeas? ¿YO cocinar para ti? Jajajaja debes estar loco marimo, aprende tu lugar- dicho esto salió de la cocina en dirección a su habitación-

Lo que le faltaba, otra preocupación más. Ahora que el maldito marimo se había enterado de su secreto de seguro todo el mundo lo sabría. Estaba realmente furioso. Sintió su cuerpo aún más débil que en la mañana, a duras penas se metió en su cama y tomando un antigripal permaneció acostado. No pasó mucho tiempo hasta que su asistente apareció en la puerta.

-¿Cómo te sientes?-

-¿Uhmmm? No mucho mejor… creo que empeoré- respondió con dificultad, realmente no se sentía nada de bien-

-Eso te pasa por alterarte y ponerte a fumar… eres un histérico ¿sabías?-

-No me jodas-

Al parecer toda aquella pataleta anterior lo había puesto bastante mal. Su rostro estaba muy rojo. Avanzó hasta la cabecera de la cama y con cuidado puso su mano sobre la frente del rubio, apartando con delicadeza sus cabellos dorados. Zoro confirmó sus sospechas, estaba ardiendo en fiebre. Preocupado se sentó a su lado y tocó sus mejillas, causando que el otro se sobresaltara.

-Estás ardiendo en fiebre…-

-Maldita sea…- a duras penas intentó acomodarse en la cama-

-Llamaré a Law-

Cerró sus ojos, realmente había comenzado a sentirse pésimo. Tenía muchísimo calor y escalofríos recorrían su espalda, además de  esa maldita sensación de cansancio. Al parecer el médico no se encontraba en un área con cobertura pues la llamada se desviaba. Optó por dejarle un mensaje el cual respondió a los pocos minutos dando instrucciones.

“No lo dejes solo, deberás vigilarlo. Si empeora llévalo al hospital. Mientras tanto si ha tomado el medicamento no debiera haber problemas. Asegúrate que beba mucho líquido”.

Suerte, Law.

Resignado a pasar otra noche en ese lugar, envió un mensaje a Luffy. Después de todo quizás estuviera preocupado por él.

-Bueno cejillas Law dice que debes beber mucha agua-

No obtuvo respuesta, sus ojos se encontraban cerrados y aquella fiebre parecía empeorar. Regresó a la cocina y abrió la nevera, dentro pudo encontrar, para su suerte, una jarra llena de agua fría con algunas rodajas de limón. Se apresuró en volver a la habitación y un tanto inseguro, llevó el vaso a los labios del rubio quien inmediatamente reaccionó al frío del vidrio.

Bebió ávidamente sin abrir los ojos. El peliverde se sentía un tanto extraño por estar haciendo aquello, pero no tenía más opción, dejar al cejillas en ese estado sería una locura y por más desagradable que fuera, no podía simplemente abandonarlo. Suspiró, al parecer esa noche no podría dormir, pero si pensaba positivo ¿se estaba ganando el cielo no?

-Vaya que situación- escuchó decir a Sanji- dame mis cigarrillos…-

-¿Estás loco?, no puedes fumar en esas condiciones-

-solo dámelos, quiero sentir su aroma-

-Es un aroma que apesta, mejor dedícate a dormir… de hecho pensé que ya dormías-

-No estaba durmiendo, solo tenía los ojos cerrados porque me molesta la luz-

Zoro se volteó y vio el interruptor junto a la puerta. Se levantó con la intención se apagarla pero al sentir la perilla pudo percatarse que ésta controlaba la intensidad de la luz, así que solo se limitó a bajarla hasta casi quedar a oscuras.

-¿mejor así?-

-Mucho mejor-

-¿Te sientes bien ya?-

-¿Acaso crees que es tomar una pastilla y que baje la fiebre?- sonrió sarcástico-

-Ni afiebrado se te quita lo fastidioso…-

-Sólo limítate a hidratarme-

Cabreado el peliverde se dispuso a ponerse nuevamente de pie, no obstante sintió la mano de su jefe tironeándole. Se volteó y pudo ver esos hermosos ojos celestes observándole fijamente.

-No te vayas… no me dejes solo porfavor-

No supo que fue lo que más le sorprendió, que se lo pidiera porfavor o el dejo de desesperación que había en su voz.

-No me iré, solo buscaré algo… ya vengo-

Aun confundido por las extrañas, y desconocidas hasta ahora, actitudes del rubio buscó una toalla de  manos y la mojó en el lavabo. Recordó que en las películas a los enfermos siempre les cubrían la frente con un paño húmedo. Era la forma para regular un poco la temperatura, así que no se le ocurrió nada mejor que eso para ayudar a disminuir el calor. Regresó a la habitación encontrándose con la mirada perdida de su jefe. Quizás ya estaba delirando.

Con cuidado puso la toalla en su frente, al parecer fue un alivio pues cerró sus ojos tranquilamente.

-Ya está… al parecer te sientes mejor- añadió conforme con su trabajo-

-Sí… ¿sigues ahí?-

-Eh sí, estoy aquí-

-Bien… no te muevas-

-En algún momento tendré que moverme…-

-Quiero decir que no te vayas-

-Ya te dije que no me iré, no tengo de otra que quedarme aquí contigo- suspiró-

-Si quieres puedes venir a este otro lado de la cama- señaló con dificultad el enorme espacio de colchón a su derecha-

Sin pensársela dos veces y producto del dolor de espalda, dio la vuelta y se recostó en ese lado. La cama era muy cómoda y sin ninguna intención sus parpados comenzaron a cerrarse.

Sanji permanecía con los ojos cerrados, no obstante cada cierto rato los abría para cerciorarse que no estaba solo.

-Deberías dormirte de una vez cejillas…. Ya te dije que no iré a ninguna parte- exclamó a duras penas, combatiendo contra el sueño que cada vez se apoderada más y más de el-

-No puedo…-

-¿Por qué no? De veras que no me iré a ninguna parte-

-¿Hablas enserio?... –

-Sí, ya te lo dije… ¿por qué no quieres quedarte solo?, ¿te da miedo la oscuridad?- preguntó en tono burlón-

El silencio que obtuvo como respuesta le hizo dirigir su vista al rubio, quien tenía una expresión de tristeza en su rostro.

-¿Dije algo malo?- se sentó en la cama, al parecer la había jodido-

-No, no me gusta estar solo cuando estoy enfermo-

-¿Por qué?  Quiero decir, a veces está bien estar solo para descansar -

-No… realmente a veces no es tan así. Tienes razón, me da un poco de miedo estar solo-

Que alguien como Sanji Vinsmoke admitiera eso… ¿qué rayos estaba pasando?. Sin saber muy bien qué decir y comprendiendo un poco la situación se limitó a exclamar:

-¿Qué te ocurrió?-

Dudando aún si hablar o no el rubio  lo miró desconfiado. No obstante sintió el interés de su asistente por escucharlo y con mucha dificultad exclamó:

-Tengo un problema… cuando era niño en cierta ocasión me enfermé. Ardía en fiebre pero no tenía a nadie que me cuidara aquella noche. Tuve que arrastrarme para conseguir agua y saciar mi sed, estuve a punto de morir… solo recuerdo que estaba oscuro y no había nadie que me ayudara. Es por esa razón que no me gusta estar solo- suspiró, como si al haberlo dicho se hubiera sacado un gran peso de encima-

 

Aquello era toda una revelación. Así que aquel sujeto tenía sentimientos y al parecer no lo había pasado muy bien en su infancia… eso explicaba en cierta forma su carácter, pero ¿por qué le habría contado?... es decir, algo tan personal. Un tanto nervioso y preocupado, y peor aún sin saber cómo reaccionar se limitó a darle unas palmaditas en su hombro.

-Está bien cejillas… esta noche no estarás solo, me quedaré contigo-

Al parecer estas palabras fueron el mejor medicamento que pudo conseguir. Esbozó una pequeña, casi imperceptible sonrisa y cerró los ojos

Aguantó el peso de sus parpados hasta cerciorarse que estaba durmiendo. La fiebre parecía haber bajado considerablemente, pues éste dormía tranquilamente. Dejando que el sueño finalmente se apoderara de él, cerró sus ojos. Había sido un día cansador pero lleno de sorpresas… quien lo diría, aquel sujeto era mucho más complejo y difícil de conocer de lo que hubiera pensado. Dirigió una última mirada al rubio y se durmió a su lado.

 

Algo que caracterizaba a nuestro querido peliverde, era que una vez cerraba sus ojos no había nada en el mundo que pudiera despertarlo, a menos que su cuerpo hubiera descansado lo suficiente. Al parecer este había sido el caso pues debían de ser  cerca de las 08:00 cuando sus ojos se abrieron. Miró a su alrededor con dificultad, el día seguía nublado. Sintió su cuerpo un tanto entumecido por la incómoda posición en la cual se había dormido, fue entonces cuando cayó en la cuenta de que el rubio se encontraba dormido muy, demasiado quizás, próximo a él. Lo más incómodo de todo… ¡¿Por qué mierda estaban tomados de la mano?!

Se sobresaltó. Un tanto nervioso dirigió su mirada al rostro del otro. Estaba durmiendo, al parecer había amanecido mucho mejor pues respiraba tranquilo. Sin haber previsto lo que ocurrió en ese instante, casi sufre un colapso nervioso.

Sanji entre sueños se acercó aún más a él y se acurrucó en su pecho. Por poco y sufre un ataque. Sin saber muy bien qué hacer y con los nervios carcomiéndole a cada segundo, intentó zafarse con cuidado. La piel de su jefe era la más suave y tersa que había visto y sentido en su vida, hasta su mano se sentía frágil  entre la suya. Un tanto sorprendido por este descubrimiento se aventuró a analizar el hermoso rostro que ahora yacía descansando sobre su pecho. Nunca lo había notado, pero el cejillas tenía unas facciones muy agradables, sus labios eran realmente perfectos, ni gruesos ni delgados, solo el tamaño adecuado… su nariz era bastante elegante y agraciada, caía recta y con un ligero respingo en la punta, y sin olvidar las tupidas pestañas que adornaban esos hermosos ojos celestes… ¿HERMOSOS OJOS CELESTES? Se detuvo al escucharse a sí mismo. Debía estar alucinando, sí quizás hasta el mismo había cogido una gripe y la fiebre lo hacía delirar. ¡El cejillas no tenía nada de hermoso! Era un tipo arrogante y desagradable… nada más.

Para su pésima fortuna, abrió los ojos en el momento menos indicado, pues lo primero que hizo el rubio al despertar, fue elevar la vista hasta donde se encontraba él, totalmente desconcertado y peleando consigo mismo por aquel pensamiento fugaz. A penas sintió esa mirada celeste sobre la suya, fue una verdadera tortura.

-¿Marimo?... preguntó aun confuso por el sueño-

En ese momento Zoro aprovechó de zafarse.

-Ehh hola… ¿cómo has amanecido?- preguntó totalmente nervioso-

-Mucho mejor… me siento bien- aun adormilado se refregó un ojo-

-Que bueno…-

-¿Qué ocurre?... luces nervioso-

¿Qué mierda? ¿Acaso ese idiota no se había dado cuenta que ÉL mismo lo tenía abrazado?, pensó.

-Nada… nada- prefirió omitir lo sucedido-

-¡Vaya que sueño reparador he tenido!... hacía tiempo no descansaba tan bien- exclamó poniéndose pie-

¿Cómo no? Después de dormir prácticamente abrazado a su asistente, ¿Quién podría dormir mal?

-E… eso está bien cejillas, digo que bueno que te hayas recuperado-

-Estás actuando de forma extraña marimo, ¿me estás ocultando algo?-

Zoro dio un respingo.

-No. No me cabrees…-

-Entonces apresúrate y tráeme un café-

-¡¿Ah?! Apenas te despiertas y ya me estás dando órdenes-

-Por supuesto! Te he dicho que amanecí mucho mejor- sonrió burlesco-

-Tsk!- bufó molesto y caminó hasta la cocina. Ese maldito cejillas sí que sabía cómo comenzar a arruinarle el día-

 

Aquella mañana Crocodile decidió no acompañar a su esposo a la agencia. Es más, el día anterior luego de haber asistido a la tediosa reunión de socios tuvo que solucionar más de un problema por lo que llegó bastante tarde a la mansión, y para su sorpresa Doffy no se encontraba. Fue inútil tratar de averiguar donde había ido, pues nadie abría la boca. El rubio tenía comprada la fidelidad de cada uno de sus trabajadores, y por ende su silencio. No era como si pensara que anduviera en malos pasos, es solo que desde que llegó a la mansión, no podía dejar de sentir algo diferente. Era como si bajo aquella calma y tranquilidad que todos aparentaban, hubiera un secreto, algo que él no debía saber. Vale, quizás estaba siendo un poco exagerado, pero no podía dejar de sentir aquello, especialmente en su habitación. ¿Sería que acaso pocos días antes de que él llegara Doffy se hubiera acostado con alguien?... era posible… bastante probable en realidad. Estaba seguro que en esa habitación estaba la energía de otra persona, la podía sentir y casi oler su aroma… o ¿acaso se estaba volviendo loco?

Cuando Doffy regresó, no tanto rato después, venía cargado un enorme ramo de flores y muchas bolsas de papel. Era el cumpleaños de Baby5 y como ya era costumbre el rubio no escatimaba en gastos. Sintió un poco de celos, era atento y amable con todo el mundo por esa razón todos lo adoraban… podría ser que ¿estuviera cogiéndose a aquella chica en su ausencia?, luego de pensarlo por un rato llegó a la conclusión de que era poco probable. Quizás podría haber pasado un par de veces, pero no, ella solo era alguien muy querida por su esposo, hasta el mismo le tenía bastante aprecio. Definitivamente Doffy no lo había engañado con nadie de la mansión.

¿Engañado? ¿Acaso ya estaba seguro?... a decir verdad no, pero su intuición le decía a gritos que algo no andaba bien ¡y mierda!, se le estaba volviendo muy complicado esclarecer la situación. Cerró sus ojos. Quizás lo mejor era dejar de darle vueltas al asunto. Si Doffy lo había engañado ya no importaba, lo importante era que estaban juntos ahora y nadie podría entrometerse y arruinar su matrimonio.

Convencido se acercó a su esposo quien le sonrió de forma radiante. Para su sorpresa le extendió una cajita rodeada con un hermoso listón rojo.

-Te amo Crocodile… perdóname por haberte hecho sentir mal- le susurró a la vez que rodeaba con sus fuertes brazos-

No pudo dejar de sorprenderse. Lo abrazó de vuelta y presuroso se dispuso a revisar el contenido de su regalo. Las lágrimas no tardaron en invadir sus bellos ojos ámbar.

-Doffy… no lo puedo creer… es.. es más de lo que podría haber pedido-

Emocionado la observó nuevamente. Se trataba de una fotografía enmarcada, de cuando ambos eran adolescentes. Ese día habían salido a un día de campo, y como siempre sucedía el hermano de Doffy les acompañaba en sus viajes para no despertar sospechas de nadie, por lo que era el encargado de fotografiarlos. Ambos salían hombro con hombro sonriendo felices, realmente aún eran unos niños. El hermoso fondo era un bosque de pino y a un costado el lago. Era un regalo maravilloso.

-¿Dónde la conseguiste?- preguntó mientras secaba sus lágrimas-

-Corazón me la ha enviado, le pedí que la buscara-

 -Me has sorprendido amor mío… ¿cómo lo haces?-

-¿A qué te refieres?- le acarició la mejilla-

-A cómo lo haces para que me enamoré más y más de ti… sabes que los años han pasado y ningún día ha disminuido mi amor-

Doffy se enterneció y abrazó a su esposo.

-Pues no lo sé, quizás es porque nacimos para estar juntos… calma amor mío, yo tampoco he dejado de amarte-

Ambos se miraron fijamente a los ojos y sonrieron felices, al menos para Crocodile aquella sensación extraña había comenzado a disminuir.

 

 

El sonido del móvil de Sanji lo sacó de sus pensamientos. Se encontraba recostado en el lujoso sofá del rubio, descansando luego de haber hecho el aseo de todo el piso. Al parecer su jefe odiaba el polvo, pues le ordenó aspirar cada recoveco del condenado departamento. Cuando al fin se había recostado a descansar aquel maldito ruido lo distrajo y poniéndose de pie  se apresuró a llevar el móvil a la habitación del rubio.

-Te llaman cejillas-

-¿Uhmmm? Me preguntó quién será- dijo Sanji quien se encontraba acostado leyendo un libro. Se acomodó los anteojos y contestó- Diga… sí con él… sí, sí lo sé pero no me han dicho cuando… comprendo ¿un abogado dice?... está bien, ahí estaré- cortó la llamada y lanzó el móvil con brusquedad al colchón-

-¿Qué ocurrió cejillas?- preguntó Zoro intrigado-

-¿Sigues aquí? De cuando mi asistente se entromete en mis conversaciones- reclamó volviendo a la lectura-

-Pues desde que prácticamente me tienes secuestrado desde hace dos malditos días- añadió mientras se acomodaba a los pies de la cama-

-Es tu deber, además he podido recuperarme… ya casi me siento totalmente mejorado-

-Gracias al cielo… espero no me hayas contagiado- gruñó Zoro-

Hubo un largo momento de silencio.

-Me llamaron del tribunal-

Zoro dio un respingo.

-¿Qué han dicho?-

-Pues que debo presentarme mañana y conseguir un abogado que me represente en el juicio-

-¿Juicio?-

-Sí… al parecer ese maldito viejo me quiere sacar dinero… no lo lograra ¡NO ME SACARÁ NI UN BERRIE!- apretó los puños y golpeó el colchón causando que el peliverde se largara a reír-

-Jajajajaja ya veo cejillas… entiendo, ¿entonces tienes un abogado?-

-No… tendrás que buscar uno para mí-

-¡¿ah?! ¿Qué dices estúpido cejillas? Esa no es mi responsabilidad…-

-Claro que sí marimo, no olvides que por tú culpa ocurrió todo esto… ¿A QUIEN LLAMAS ESTÚPIDO?-

-A ti… ¿cómo mierda puedes ser tan mentiroso? Es tú culpa por no haber escuchado la advertencia que nos dio Luffy-

-¡Ya estoy harto de ese niño! Es tú culpa y punto… además yo no soy mentiroso, lo que ocurre es que tú siempre quieres desligarte de las responsabilidades y problemas en los que te metes-

-Cómo tú digas cejillas…- suspiró resignándose, después de todo era inútil discutir con ese idiota-

-Bien entonces toma mi laptop y busca un abogado bueno para mí-

-¿Cómo sabré si es bueno?-

-Pues si la página está bien diseñada estará bien-

 

Zoro abrió la computadora y buscó abogados en el navegador. Rápidamente encontró una enorme cantidad de estudios jurídicos y privados especialistas en todo tipo de casos. Investigando abrió una lista enorme con nombres y comentarios de clientes, etc. Estaba concentrando leyendo cada uno de ellos hasta que la voz de Sanji lo interrumpió

-¿Has encontrado algo marimo?-

-Pues sí… hay muchos, pero mira… aquí hay uno, Lionel Hutz… al parecer es muy famoso, tiene muchos comentarios-

-No lo conozco, ¿qué dice?-

-Dice que si no gana el caso regala una pizza… se ve muy serio-

-¿Estás demente? ¿Una pizza? De seguro es un charlatán desesperado por un caso-

-Me parece buena idea…-

-¡No puedo arriesgar mi licencia por una pizza!... debe haber otro más-

-Uhmm hay muchísimos…-

-Rayos porque mierda estas cosas me tienen que pasar a mi… llamaré a Nami, de seguro ella puede recomendarme alguno- exclamó a la vez que tomaba su móvil y marcaba el número de la manager. En esos instantes se escuchó el timbre-

Ambos se miraron extrañados y Sanji un tanto nervioso le indicó que fuera a abrir la puerta. No abrió  sin antes asegurarse de ver quien era por medio de la cámara de seguridad de la puerta de entrada.

-Aló, Nami ¿cómo estás?-

-Hola Sanji… ¿te has recuperado?, ¡no puedes seguir faltando al trabajo! Estamos hasta el cuello-

-No me interesa los problemas que puedan tener, te llamaba por un problema QUE YO tengo-

-Siempre tan atento… ¿qué te ocurrió ahora?- preguntó cabreada-

-Por la culpa del marimo me han quitado la licencia y el coche ¡mi coche! Es de este año… ¡estoy  furioso!. Ahora debo comparecer ante un tribunal y necesito un abogado-

-¿Pero por qué diablos necesitas un abogado para eso? Pensé que bastaba con pagar la infracción-

-Bueno hay otro detalle… un viejo policía de mierda me sacó de quicio y lo amenacé-

-¡¿Golpeaste a un oficial de policía?!- preguntó preocupada-

-Casi… pero créeme que este viejo se está aprovechando, solo quiere sacarme dinero. Debe saber que soy rico-

-Uhmmm vaya problema, cielos Sanji, porque no puedes ser como los demás… creo que el novio de Ace es abogado, le preguntaré y te envío su número ¿está bien?-

-Sí, gracias Nami-

-Por nada… espero que salga todo bien.. ¡y no olvides venir a trabajar mañana! Es la última semana y tienes esperando al menos cinco sesiones más-

 

Cortó la llamada y en ese momento lo escuchó. Aquella voz chillona que tanto odiaba… no, no era posible que…

-¡Sanji! ¿Cómo estás? ¿Ya te has mejorado?- se lanzó a la cama cayendo al lado del rubio quien lo miraba airado-

-Luffy…. ¿cómo has llegado hasta aquí?-

-Pues le dije al viejo de abajo que estabas enfermo y venía a verte- sonrió  dejando a la vista todos sus dientes-

-Ya veo…-

-Luffy quiso venir a visitarte… te ha traído pollo frito- rio Zoro al ver la expresión del rubio-

-Vaya Sanji… tu casa es enorme… casi me pierdo en el pasillo- bromeó sentándose a su lado dejando apoyada su cabeza en el hombro del rubio-

-¡¿qué crees que haces niño?! Aléjate de mí!- exclamó haciéndose a un lado-

-Jajajaja solo quería ver que leías... Zoro! Tengo hambre! ¿Qué tal si comemos ese pollo?-

-Me parece buena idea, iré a por el- dijo el peliverde dando media vuelta en dirección a la puerta-

-¡NO! ¡POR NINGÚN MOTIVO DEJARÉ QUE COMAN EN MI HABITACIÓN!- bufó irritado-

-Que aburrido eres cejillas…- exclamó el pelinegro quien dio un salto y bajó de la cama-

-¡TÚ NO ME LLAMES ASÍ!-

-Jajajaja muy bien cejillas, iremos a comer a tu cocina ¡nos vemos!-

-¿QUÉ? Estos idiotas- gruñó y apretó el libro- ¡MARIMO TÚ NO VAS A NINGUNA PARTE!-

-¿ehh? ¿Qué dices?- ofuscado se acercó y frunció el ceño- Yo me largo de aquí, ya estás recuperado e hice todo lo que me pediste… ¿acaso quieres que te cante una canción de cuna?- dijo sarcásticamente-

-Si lo quisiera tendrías que hacerlo-

Fastidiado el peliverde caminó hasta la puerta.

-Bien, nos vemos… -

-¿Dónde crees que vas? No te he dicho que puedas marcharte-

-Estoy cansado… no he dormido bien en dos días y creo que ya te sientes mucho mejor…- dirigió una mirada al rubio quien lo observaba atentamente- ¿Puedo largarme de una puta vez… jefe?- preguntó cabreado-

El rubio suspiró.

-Está bien, puedes irte… ¡pero no olvides que debes pasar a recogerme mañana!-

-¿cómo mierda? No tienes coche-

-Eso es problema tuyo, consíguete o compra un coche… y que sea nuevo-

-Sí… seguro… nos vemos mañana-

-Adiós... dejen todo limpio antes de marcharse- se acomodó en la almohada con la intención de dormir-

-Está bien-

El sonido de la puerta de entrada lo alertó de que ambos chicos se habían ido. Al parecer no quisieron comer ahí y se largaron rápidamente.

-Mejor… así no ensucian mis cosas- pensó al tiempo que se acurrucaba entre las mantas-

 

Al fin las nubes oscuras y cargadas de lluvia se habían alejado, dando paso a un nuevo y radiante día. La noche anterior Nami le envió un mensaje con el número de Marco Phoenix, el prestigioso y millonario abogado-empresario y novio del pecoso. No quiso llamarlo pues se le había hecho tarde así que optó por hacerlo durante el día.

Para su sorpresa el mismo Ace, junto a Zoro y Luffy pasaron a recogerlo por la mañana.  Al menos el pecoso estaba siempre muy dispuesto a ayudar a todo el mundo, por lo que para suerte de Zoro no tuvo problema en pasar a buscar a ese desesperante y arrogante sujeto. Por alguna extraña razón, Sanji caminaba acompañado de un bastón. Apenas subió lo quedaron mirando extrañados.

-Buenos días Sanji- le sonrió Ace- veo que vienes… complicado ¿te has lastimado el pie?-

-Buenos días… No, pero no puedo dejar que los demás sepan que me he quedado sin licencia… sería un escándalo-

-Jajajajajajaja- rio Luffy- ¿así que es para que piensen que has tenido un accidente?- preguntó burlón-

Sanji le dirigió una mirada de pies a cabezas. ¿Acaso ese molesto chiquillo nunca se cambiaba ropa?

-Sí, nadie puede saber lo de mi licencia ¿está claro?-

-Tranquilo Sanji… nadie lo sabrá. Nami me ha llamado ayer para preguntarme por Marco, así que le comenté tu caso y me ha dicho que no tiene problema en ayudarte-

-Gracias al cielo… espero que tu novio pueda hacer que disminuyan mi penalización-

-Bueno eso debe verse… -  exclamó Ace  a la vez que aceleraba hasta la agencia-

 

Una vez hubieron llegado y luego de que todos se dispersaran para realizar sus respectivas sesiones, Sanji se dirigió a su camarín donde tomó el móvil y se contactó con Marco para organizar la hora y el lugar donde podrían encontrarse antes de la cita al tribunal. Para su suerte el abogado tenía un día bastante ligero así que podrían reunirse para conversar ahí mismo en la agencia. Así escaparían de los curiosos e inoportunos ojos ajenos.

 

Un elegantísimo coche se estacionó a los pocos minutos en la entrada de Donquixote. De él bajó un estupendo sujeto, vestía un lujoso traje de smoking negro y cargaba un maletín color verde oscuro. El cuero de sus zapatos relucía en la punta cuadrada y unas gafas de sol ocultaban sus ojos. Apenas entró todo el mundo le dirigió miradas amables y sonrisas.

 

-Nami ¿Quién es ese tipo?- preguntó Perona a su amiga. Ambas se encontraban sentadas en la recepción de la agencia-

-Creo que es Marco Phoenix… el prometido de Ace… es abogado…- dijo casi en un susurro-

-¿Prometido de Ace? ¡Qué envidia! ¿De dónde salen estos tipos tan atractivos? ¡Es guapísimo!-

-Ni que lo digas… y sabes que… ¡es muy rico!- sonrió la pelinaranja a la vez que bebía un largo trago de café-

 

-Buenos días, quisiera saber dónde puedo encontrar al señor Vinsmoke- preguntó aquel hombre a uno de los guardias-

-¿Tiene cita con él?-

-Sí, me ha dicho que le avise que debo subir a…- leyó un papel- ¿su camarín privado?-

-Lo guiaré, sígame-

El hombre se detuvo frente a la puerta dorada del camarín y dejó entonces al abogado quien le agradeció por la ayuda. Sin más preámbulos llamó a la puerta la cual para su sorpresa se abrió inmediatamente.

-Buenos días señor Vinsmoke-

-¡Oh buenos días!, gracias al cielo has llegado rápidamente- el rubio le dirigió una mirada de pies a cabeza. Se sorprendió por la elegante facha de su nuevo abogado por lo que amablemente le hizo pasar-

-Pues sí, le dije que vendría de inmediato-

-Me alegro. Vayamos al grano ¿puedes ayudarme o no?-

El hombre se sobresaltó. Que tipo tan arrogante tenía en frente suyo, ni siquiera se había molestado en preguntar su nombre. Resignado suspiró.

-Sí, creo que puedo ayudarlo… pero primero debe relatarme todo lo sucedido. Es importante tener en claro los antecedentes-

Sanji procedió a narrarle todo lo ocurrido. Desde que salieron del hotel Red Line hasta que el viejo policía se llevó su coche y dejó tres enormes infracciones y la revocación de su licencia.

-Ya veo… bueno es bastante simple esta situación. Lo primero que debe hacer es pagar las infracciones, apenas salgamos del tribunal le recomiendo que lo haga, créame que se ahorrara muchos malos ratos. Respecto a su licencia y el “ataque al policía” que me ha comentado, podemos negociar. Lo más probable es que el tribunal determine suspensión de licencia por negligencia y abuso de alcohol, eso significa que estará sin permiso de conducir por al menos 1 año-

-¡¿1 año?!! ¡Debe ser una broma!- interrumpió irritado-

-No, no lo es y créame que es el tiempo mínimo. Sin embargo si negociamos y usted accede a firmar una fianza de unos cuantos berries podemos  disminuir la revocación a tres meses-

-3 meses sigue siendo mucho…- encendió un cigarrillo, ofreciéndole uno a su invitado, quien se negó amablemente-

-Créame que es lo menos que podremos conseguir-

-¿y cómo estás tan seguro?-preguntó fastidiado. Realmente no podía pensar en estar 3 meses sin conducir-

-Soy abogado hace 15 años señor Vinsmoke, si le digo esto es porque estoy seguro. No podría mentirle-

-Vaya… me asombra tu honestidad…  está bien, si tú lo dices no tengo más opción que creerte. Entonces hagámoslo… mientras podré contratar un chofer. Ahhh olvidaba preguntarte algo-

-Dígame-

-¿Qué ocurrirá con mi coche?-

-Su coche lo puede recuperar apenas pague la infracción, ahora bien no podrá conducirlo a casa-

-Vaya que idiotez en la que me he metido… bueno al menos la solución es rápida-

Hubo un minuto de silencio.

- Hay un detalle que me he olvidado decirle…-

Sanji dio un respingo.

-¿Qué cosa?- preguntó con un dejo de temor en su voz-

-Para disminuir la revocación de su licencia debe pagar y además hay otro detalle muy importante-

-¡Solo dime qué! Pagaré lo que sea…!estoy desesperado!-

-No, este detalle es que, además del dinero, usted señor Vinsmoke deberá comprometerse a realizar servicio comunitario- explicó el abogado con seriedad-

Sanji, incapaz de procesar la información que acababa de escuchar, le quedó mirando atentamente, hasta que al fin reaccionó.

-¡¿Yo?! ¿Servicio comunitario?... ¡DEBE SER UNA BROMA!.. ¿Yo recogiendo basura en la calles?... ¿Qué clase de abogado eres tú?-

Marco lo miró sorprendido. ¡En su vida había tenido que lidiar con un sujeto tan arrogante!

-Porfavor no me malinterprete señor Vinsmoke… el servicio comunitario va mucho más allá de eso… y como le digo es la única opción. A menos que prefiera esperar 1 año a que le devuelvan su licencia, y si es que no es más tiempo-

El rubio se llevó las manos a la sien. Estaba cabreado, fastidiado, irritado… lo que le faltaba ¡servicio comunitario! de seguro sería el hazmerreír del mundo de la moda. No podía, no, no y no, definitivamente no.

-Pero ¿cómo?... ¿qué hay si pago el triple de la fianza?, ¿o el cuádruple?-

-Bueno eso dependerá del juez… le recomiendo sea cuidadoso con ese tema. No podemos dar a entender que quiere sobornar. Estaremos ahí para negociar. Si confía en mí y deja todo en mis manos le aseguro le podría conseguir hasta incluso menos de 3 meses… a decir verdad el juez es un buen amigo mío- le guiñó un ojo-

-Si ese es el caso ¡entonces haz que me devuelva la licencia hoy mismo!-

-Eso sería mucho pedir… además él es un tipo muy correcto. Lo siento señor Vinsmoke… esas son las condiciones. Si no le agrada mi propuesta puede conseguir a otro abogado- añadió Marco-

-Uhmmm está bien, confiaré en ti y en tu “experiencia”-

-Muchas gracias por la confianza señor- se limitó a contestar un tanto cabreado con la actitud de aquel sujeto-

-Ahhh y a todo esto… Ace me ha comentado de tu casa en East Blue… me gustaría ir a conocerla. ¡Ya vi fotos y he quedado encantado!-

-Pues lo lamento… ya ha aparecido un comprador- señaló sonriendo nervioso-

-¿Ahh? ¿Pero cómo mierda tan rápido? ¿No que aun tienes que refaccionarla?-

-Sí, lo iba a hacer pero en último momento y apenas estuvo listo todo el tema legal de la propiedad, un sujeto me ofreció mucho dinero por la casa en las condiciones en las que estaba, así que sin dejar pasar la oportunidad se la he vendido-

-Es una lástima…- Sanji realmente se había entusiasmado al ver las fotografías. Aquella casa tenía una vista espectacular-

-Pero no se desanime señor Vinsmoke… al parecer este sujeto quiere refaccionarla a su gusto y luego venderla… seguro que mucho más costosa de lo que yo pensaba pedir-

-No me importa  ¡ya deseé tener esa casa y la tendré a como dé lugar!-

-Bien, ya estamos en la hora. ¿Le parece si nos encaminamos hasta el tribunal?-

 

Ambos caminaron hasta la entrada de la agencia, donde Marco había dejado estacionado su coche. Sanji se sorprendió al ver lo elegante y lujoso de éste, y entonces supuso que este tal Marco debía tener muchísimo dinero. 

-Bien entonces recuerde, no hable nada y espere que el juez diga todo lo que tiene que decir- señaló antes de acelerar-

-Bien, solo haz bien tu trabajo-

Marco no pudo evitar sonreír al escuchar esto. Ese sujeto realmente le estaba cabreando. ¡Vaya colega de su prometido! Esperó no verlo en la boda. (N/A: XDD!)

 

El tribunal de aquella ciudad era un enorme edificio  el cual se caracterizaba por el hermoso jardín que precedía su elegante entrada. Era la primera vez que Sanji visitaba ese lugar y apenas puso un  pie dentro las miradas indiscretas no se hicieron esperar. Por suerte iba acompañado de Marco Phoenix, uno de los abogados más prestigiosos y respetados de todo el país, por lo que nadie se atrevió a interrumpir su camino.

 

-Señor Vinsmoke, en el informe entregado por el departamento de policía se plantea que usted había ingerido drogas y atentado contra la vida del señor Ford- exclamó el juez una vez hubo iniciado la sesión-

-Objeción señoría- interrumpió Marco poniéndose de pie. Con su elegante personalidad lograba captar la atención de toda la sala´-

-Objeción ha lugar- (N/A: el juez aprueba la intervención del abogado)

-Las pruebas médicas realizadas a mi cliente el día del suceso revelaron que no había consumido ninguna droga, no obstante sí alcohol. Cabe mencionar su señoría, que el señor Vinsmoke no conducía su coche por lo que se plantea en el informe no es verídico en su totalidad-

-¿Acaso usted señala que la policía ha entregado un reporte falso para perjudicar a su cliente?-

-Para nada señoría, solo señalo que hay inconsistencias en el informe policial, las cuales deben ser revisadas… nada más que agregar- dijo al tiempo que se  sentaba-

-¿Por qué atacó al señor Ford?- preguntó el juez-

-Pues en primer lugar me ignoró cuando le hablé... en segundo lugar me dijo que no me conocía y eso es imperdonable-

Hubo un momento de silencio hasta que el juez respondió:

-Me parece una insensatez de su parte señor Vinsmoke… no obstante una falta es una falta… y según se presenta en este informe su licencia será revocada por un periodo de 24 meses a partir de la próxima semana-

-24 meses…. ¡¿24 meses?! Esos son 2 malditos años!- Marco hizo una señal al rubio para que se calmara-

-Señoría… tengo esta carta a modo de petición de parte de mi cliente… como sabrá tiene derecho a apelar por una fianza-

El juez tomó el sobre y lo abrió para proceder a leer en absoluta concentración. Una vez hubo terminado miró atentamente al rubio.

-Señor Vinsmoke en esta carta usted solicita al tribunal una fianza de 3.000.000 de berries y una firma mensual-

Marco le guiñó un ojo.

-Eh sí… sí señoría- asintió-

-Me parece una muy buena oferta, no obstante como usted bien sabrá, además de la fianza y la firma deberá realizar un servicio comunitario-

Sanji tragó saliva y esperó lo que el honorable juez dictara

-Muy bien señor Sanji, acepto su fianza y lo condeno a un mes de trabajo comunitario en el orfanato Sabaody- sonrió el juez gustoso-

El rubio cerró sus ojos y luego de tener que firmar y pagar su fianza, además de las infracciones, salieron de aquel enorme edificio y Marco al fin suspiró aliviado.

 

-Me alegra que todo saliera bien señor Vinsmoke-

-¿Salir bien? ¿Bromeas? ¡DEBERÉ TRABAJAR 1 MES EN UN ORFANATO!-

-¡Pero tendrá su licencia vigente a partir de la próxima semana!-

-Ay cielos, no hay justicia en este mundo…- lloriqueó a la vez que encendía su cigarrillo-

Marco lo miró sorprendido. Realmente Sanji Vinsmoke era un sujeto complicado.

 

 

Notas finales:

¿No creen que Sanji es tierno en el fondo? :D

Si hay algun error perdonenme XD

solo quería actualizar rápido!

Besos, las amo :)

 


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