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Pink Cocktail por LovingTales

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Notas del capitulo:

!Holi mis amadas!

He regresado... tarde pero he vuelto :)

Tengo muchas cosas que decirles

En primer lugar quiero agradecer a todas las lindas personitas que siempre me dejan sus reviews y a las que se toman el tiempito de leer esta historia. Son todas unos amores 

En segundo lugar sé que muchas me han pedido MarcoxAce y, bueno aunque no estaba contemplado del todo en la historia, creo que haré un esfuerzo y les daré un gustito muy pronto :)

En tercer lugar soy una cabeza hueca, olvidé poner el título del capi anterior y no sé como editarlo xD (no se si se puede en todo caso) pero de todas maneras llevaba por nombre: "¿Trabajo comunitario? !Debe ser una broma!" ... una frase obviamente de Sanji jajajaja

Un abrazo y nos leemos muy pronto

Ahh y olvidé mencionarles que si alguien tiene una duda con la historia sólo pregunten ;) estaré atenta a cualquier consultilla en caso de haber. 

Besoooooos y que estén muy bien! 

 

En el capítulo anterior...

Sanji tragó saliva y esperó lo que el honorable juez dictara

-Muy bien señor Sanji, acepto su fianza y lo condeno a un mes de trabajo comunitario en el orfanato Sabaody- sonrió el juez gustoso-

El rubio cerró sus ojos y luego de tener que firmar y pagar su fianza, además de las infracciones, salieron de aquel enorme edificio y Marco al fin suspiró aliviado.

 

-Me alegra que todo saliera bien señor Vinsmoke-

-¿Salir bien? ¿Bromeas? ¡DEBERÉ TRABAJAR 1 MES EN UN ORFANATO!-

-¡Pero tendrá su licencia vigente a partir de la próxima semana!-

-Ay cielos, no hay justicia en este mundo…- lloriqueó a la vez que encendía su cigarrillo-

Marco lo miró sorprendido. Realmente Sanji Vinsmoke era un sujeto complicado. 

 

 

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Capítulo 17

 

 

Apenas supo que no tenía sesión durante dos días Trafalgar Law se dedicó a descansar. La última vez que había  visto a Kid fue después de la reunión a la cual Nami había citado, y para su mala suerte el pelirrojo debió volver rápidamente al hotel, dejándolo solo. Regresó un tanto cabizbajo a su piso, no obstante al llegar se encontró con Ace esperándole fuera de su puerta.

-¡Vaya hombre! Ya te estaba dando por muerto, ¿qué demonios has estado haciendo?, apenas te  he visto en la agencia y ni te apareciste en la reunión-

Como siempre el pecoso tan maternal…

-Ace… me alegra verte… estaba… estaba… podríamos decir que estaba olvidando mi depresión- sonrió coqueto-

-¿Ahhh?... ¿no me digas qué?... ¿estás saliendo con baby5?-  preguntó, más alejado de la realidad no podía estar-

-¿Pero qué  mierda dices Ace? Sabes que no soy de esos gustos… no, he estado saliendo con alguien-

-¿Eustass Kid?-

-¡¿Cómo lo sabes?!- preguntó sorprendido, invitando a pasar a su amigo-

-Pues… ese día cuando Nami los presentó a todos en el camarín, no te despegaba los ojos de encima… hasta ya me estaba dando celos… ¡qué tipo tan descarado!-

Law sonrió. De solo recordar al pelirrojo comenzaba a sentir algo en su estómago.

-Sí, es un poco impulsivo… pero no es un mal sujeto, créeme-

-¿Y qué hay de los rumores Law?-

-Rumores son rumores… hasta el momento pienso que es un buen tipo-

-¿Ya lo besaste?- inquirió emocionado-

-¿Cómo mierda me preguntas eso?-

-Pues no lo sé, te noto más feliz… no eres el mismo de hace unos días-

-Claro que no, pude salir de ese patético estado… en gran parte gracias a tu ayuda-

-Y no olvides mi paciencia…-

-Sí, tu paciencia también-

-¿y pues bien?- el pecoso lo miró expectante-

Hubo un minuto de silencio, hasta que la sonrisa de Law terminó por delatarlo.

-Sí, nos besamos…-

-¡LO SABÍA! ¿y qué tal es?-

-¿Quieres detalles?... eres un bastardo morboso-

-Jajaja no puedo evitarlo Law… me pone realmente feliz verte bien-

-Sí, lo estoy…. Y bueno qué puedo decirte… me dejó bastante emocionado-

-Ya veo… bueno entonces ya que ahora tienes compañía, tendré que retirar la oferta que venía a proponerte-

-¿De qué hablas?-

-Pues… resulta ser que Marco ha recibido una herencia… se trata de una casa en la playa, en East Blue. El único problema es que debe ir a recibir las llaves y como éste idiota vive de reunión en reunión, no tiene tiempo…-

-Vaya destino que te espera…-

-No me jodas!- rio Ace- el punto es que debo ir yo, y bueno necesitaba un compañero de viaje… solo será por el día, aunque saldré temprano y regresaré tarde… debo hacer mi visita de caridad-

-¿caridad?-

-Sí, a un orfanato. Voy dos veces al mes a llevar juguetes y ropa a los niños. Además me quedo con ellos jugando y entrenando futbol-

-Vaya Ace… realmente no era digno de ti-

-No digas eso Law… cada quien siente el llamado de ayudar alguna vez en la vida-

-Está bien pecoso… te acompañaré. Y para estar a tu altura, aprovecharé de hacer una revisión médica a los niños… solo espero que Marco no se moleste-

-¡¿Lo dices enserio Law?! ¡Genial! Los chicos estarán muy felices… respecto a Marco, tranquilo. Le dije que invitaría a un amigo-

-Perfecto… ¿Cuándo partimos?-

-Pues dentro de unas dos horas-

-¡¿Qué?!-

 

Cuando Law recibió la llamada de Zoro, estaba en plena revisión de un pequeño paciente, por lo que no pudo contestar el móvil. Prácticamente no pudo hacerlo hasta que tuvo un  descanso. Realmente Ace no se andaba con cosas, apenas llegaron al orfanato lo encerró en un box y comenzaron a llegar los pacientes.

Para su sorpresa Kid no lo había llamado, ni siquiera escrito un mensaje. Probablemente el pelirrojo estuviera durmiendo, y no se sentía con el derecho de despertarle. Por lo que aguantando sus deseos de hablar esperó hasta la noche.  

-Aló… ¿te molesto?- preguntó cuando el pelirrojo contestó la llamada-

-¡Law!... por supuesto que no- su voz sonaba llena de somnolencia- Estaba durmiendo…-

-Vaya, lamento haberte despertado. Si quieres hablamos mañana-

-No, no porfavor… quería escucharte. ¿En qué estás?-

-Bueno pues ahora me encuentro fuera de la ciudad-

-¿QUÉ?- imaginó la cara de sorpresa del pelirrojo- ¿Dónde estás? ¿Con quién?-

-Jajajaja tranquilo, estoy en East Blue junto a Ace, ni te imaginas lo que he hecho hoy-

-Espero que nada que involucre una cama y a aquel sujeto…- bromeó-

-Jajajaja que mierda dices Eustass…-

Law narró lo sucedido desde que se vieron el día anterior, la invitación del pecoso y su caridad en aquel orfanato.

-Vaya… me sorprendes Law. Además de hermoso por fuera, también lo eres por dentro… ¿sería muy atrevido de mi parte decirte que me encantas?-

Law tragó saliva. El sonrojo en sus mejillas no se hizo esperar.

-Kid… te extraño- dijo casi en un susurro- ¿Cuándo podremos vernos?-

-Cuando tú quieras… yo también te extraño, y solo he estado pensando en una cosa-

-¿En qué?-

-En esos preciosos y deliciosos labios que tienes y que me han vuelto loco-

Esta vez Trafalgar se estremeció tan solo de escuchar la voz del pelirrojo un poco más agitada. Inevitablemente un delicioso calor se apoderó de su cuerpo.

-Eustass… quiero verte, necesito verte. ¿Me esperas hasta mañana?-

-Tenlo  por seguro Law, nos vemos mañana… sólo avísame cuando llegues ¿sí?-

-Por supuesto…-

 

Esa conversación del día anterior, había dejado al moreno bastante animado. Ayudó al pecoso en todo lo que pudo y luego se dirigieron a la casa. Era una antigua y enorme casona en la cima de un acantilado. Como buen inversionista que era, Marco el prometido de Ace, la refaccionaría y pondría a la venta por el triple del valor original.

-Ya sé quién comprará esta casa- dijo el pecoso a Law mientras la recorrían-

-Jajaja creo que yo también lo sé-

-¡Sanji!- bromearon al mismo tiempo- La obsesión del rubio por adquirir bienes raíces era ya bastante conocida por todos, al igual que su ludopatía-

Terminaron todos sus quehaceres y ya casi a medianoche estaban de regreso en la ciudad. Ace agradeció al moreno por acompañarlo y quedaron para juntarse otro día. No quiso llamar a Kid, estaba cansado y sin ánimos para salir a beber.

 

Apenas abrió los ojos esa mañana decidió que ya era momento de tomar una decisión. Esos días se los había pasado muy bien en compañía de Kid, no obstante no era su intención jugar con sus sentimientos así que debía aclararse el mismo antes de dar cualquier paso.

En primer lugar debía tener clara su postura respecto a Doffy… ¿aún le amaba?, le costó responderse esa pregunta, pero lamentablemente debía ser sincero consigo mismo y efectivamente no podía negar que aun sentía amor por el rubio, sin embargo este iba menguando cada día más y más y parecía haber palidecido ante la presencia de aquel hombre llamado Eustass Kid. Ahora bien, eso no significaba que no le doliera lo ocurrido, tan solo ya había comenzado a olvidarlo. El segundo punto que debía analizar… sus intenciones con el pelirrojo. Apenas pensaba en él esas malditas cosquillas se apoderaban de su cuerpo. Físicamente le atraía demasiado, era inteligente y divertido, se lo pasaba muy bien junto a él. Sin embargo lo que más le cautivaba del pelirrojo era su ternura, oculta por completo bajo la apariencia ruda que inspiraba a los demás.

¿Podría haber algo serio entre los dos?, es decir Kid más pronto que tarde debería regresar a Redhawk y  ya no podrían verse más. Cerró los ojos y suspiró. Una relación a distancia era lo que menos necesitaba en esos momentos. Prefirió dejar de lado estos sentimientos y dedicarse a conocer al hombre detrás de esos hermosos ojos de fuego. Ya podría ir viendo cómo se daban las cosas, y quien sabe, quizás hasta terminara enamorándose de Eustass Kid.

El sonido de su móvil lo sacó de sus pensamientos.

 

-Kid… buenos días, perdón por no llamar anoche, llegué muy cansado-

-Buenos días Law, está bien, yo también he despertado hace poco-

-Dormilón…me recuerdas a un oso-

-¿Yo un oso?, creo que soy más como una pantera-

-¿pantera? ¿Por qué lo dices?-

-Tendrás que esperar para averiguarlo- bromeó-

-Ya veo…. ¿Por qué no vienes a verme?-

-¿Por qué no vienes tú a verme?-

-No puedo… estoy muy enfermo- bromeó-

-¿Qué? ¿Qué te ocurre?- preguntó preocupado, totalmente crédulo ante la broma del moreno-

-Jajajaja es una broma, una pequeña trampa para que vengas a visitarme en este mismo instante-

-Entonces diré que no he escuchado nada… ¡Vaya interferencia que tienen estos móviles hoy en día!-

-¡Jajajajaja estás loco!

-Entonces debo ir a visitarte… ¡los enfermos no deben estar solos!-

-Te espero Kid…-

 

Se sorprendió al escuchar el timbre unos minutos después. Vaya que rapidez, pensó sonriendo mientras se dirigía a la puerta. Al abrir vio el rostro serio del pelirrojo, quien cargaba numerosas bolsas de papel.

-Buenos días Law- saludó mientras entraba-

-Buenos días Eustass, qué rápido has llegado…-

-Lo sé, estaba un poco ansioso por venir- sonrió-

-¿Por qué?-

-Pues porque quería verte… espero no ser inoportuno- dijo apoyando las manos en sus hombros-

-¿Pero qué dices? Si yo te he invitado-

-Lo sé… sólo quería que lo dijeras…-

-¿Quieres un café?- No pudo evitar sonreír-

-No, muchas gracias… ten, he traído algunas cosas- señaló extendiéndole la bolsa-

Law asomó su nariz.

-Vaya… cuanto vodka ¿me quieres emborrachar?- bromeó a la vez que dejaba las cosas en la mesa-

-¡Mierda! Me has descubierto- rio-

El sonido del móvil de Kid los interrumpió.

-Aló… ¡¿Por qué mierda me molestan?! Les he dicho que no me llamen- gruñó al tiempo que gesticulaba violentamente- No me interesa que cojones le pasó a tu guitarra… no, no bastardo… no me molestes- cortó la llamada y por poco lanza el móvil al piso. Su semblante lucía fruncido y un gesto airado se apoderó de él. Law se sobresaltó con la agresividad del pelirrojo-

Permaneció en silencio mientras lavaba unos platos, esperando que el otro hablara. No obstante, y repentinamente, sintió los brazos de aquel fornido hombre rodearle la cintura. Se estremeció y sin saber muy bien qué hacer optó por quedarse quieto.

-Perdón que me acerque tanto… te extrañé Law- susurró, hundiendo la nariz en su cuello-

Se sentía tan cálido el cuerpo del pelirrojo contra su espalda. No pudo evitar cerrar los ojos, dejándose llevar ante la agitada respiración que golpeaba su piel. Era increíblemente delicioso y excitante. Trató de olvidar esto último y se volteó encontrándose frente a frente con aquel intimidante sujeto.

-Yo quería verte también… ¿quieres algo de comer?- interrumpió causando en el otro un gesto de sorpresa-

Deshizo rápidamente el abrazo y se sentó en la mesa de la cocina.

-Está bien, puedes atenderme-

Por alguna extraña razón, Law se sintió incómodo y algo temeroso al escuchar la conversación de Kid. Ya era segunda vez que notaba que aquel chico prácticamente gritaba e insultaba a sus amigos.

-¿Te gustan las tostadas?-

 

Luego de desayunar Law pidió al pelirrojo que le acompañara a realizar unos trámites y posteriormente ir de compras al centro comercial. Para pasar desapercibidos ambos salieron vestidos apenas con remeras, jeans y enormes gafas de sol que cubrían sus rostros. Para su suerte nadie pareció reconocerlos por lo que la mañana transcurrió tranquilamente. Kid invitó al moreno para un almuerzo en una hermosa terraza con vista a las montañas próximas a la ciudad. Posteriormente regresaron al edificio.

El pelirrojo se desplomó en el sofá de la sala mientras Law desaparecía en su habitación durante un buen rato. Cuando regresó lo encontró durmiendo tranquilamente, así que optando por no despertarlo se sentó en frente y tomando una de las muchas botellas de vodka, se sirvió un buen trago. Para cuando el pelirrojo despertó se encontró con el moreno mirándole fijamente mientras bebía.

-¡Bastardo egoísta! No me has despertado- exclamó mientras se abalanzaba sobre él y le quitaba el vaso-

-Tranquilo… hay mucho más- sonrió mientras le servía a su invitado- ¿Lo ves? Sí que me había acordado de ti-

Ambos sonrieron y comenzaron a beber animadamente y la tarde transcurrió entre risas, bromas, mareos y luego conversaciones muy profundas. Ya iban terminando la primera botella cuando el pelirrojo exclamó:

-Law, quiero decirte algo y espero no te incomode-

A pesar del mareo producto del alcohol el moreno hizo un esfuerzo por escuchar a su amigo.

--Sí, tú puedes decirme lo que quieras…-

-No sé cómo comenzar…-rio- Es... algo complicado-

-Solo dilo de una buena vez- llenó nuevamente ambos vasos-

-Siento que en tan poco tiempo de conocernos, me la he pasado muy bien contigo… realmente me encantas Trafalgar. Me gusta cuando sonríes…- dijo esto a la vez que acariciaba la mejilla del moreno con su dedo índice-

Cerró sus ojos, el roce de aquel dedo en su rostro era tranquilizante pero a la vez le carcomía el estómago. Esos malditos nervios no lo abandonaban, súbitamente su corazón comenzó a latir más rápido y sin poderlo evitar abrió los ojos para encontrarse con esa mirada ambarina clavada sobre él.

-Kid… yo también me  he divertido mucho contigo, no quisiera que te marcharas-

El pelirrojo se sobresaltó al escuchar esto y ya incapaz de controlarse a sí mismo se abalanzó sobre Law, aprisionándolo con sus brazos contra el sofá. A pesar de su ebriedad el moreno pudo notar la entrepierna de su invitado pegada junto a la suya, fue imposible no sentir ese delicioso calor invadiendo lentamente todo su cuerpo. Los labios de Kid no tardaron en recorrer su cuello, insistiendo constantemente en su garganta y los lóbulos de sus orejas, tironeando de vez en cuando sus pendientes.

Por su parte Law no podía reaccionar, el placer se estaba apoderando cada vez más de él, quedando completamente a merced de sus sentidos. Con desesperación buscó los labios de aquel chico que le estaba excitando a un ritmo increíble, no obstante el alcohol en su cuerpo le tenía un tanto desorientado por lo que con mucho esfuerzo tironeo de los cabellos de fuego y juntó ambos labios en un beso demasiado apasionado quizá para el estado en el cual ambos se encontraban.

-Tu boca Trafalgar… tu boca es lo más delicioso que he probado en mi vida- le susurró al oído agitadamente provocando estragos en el cuerpo del otro-

La reacción no se hizo esperar, la boca del moreno succionó su lengua por completo y a los pocos segundos la devolvía a su dueño, no sin antes llenarla de suaves mordiscos. Ambos se extendieron completamente sobre el sofá, quedando Kid encima de Law.

La antes inestable lucidez de Trafalgar terminó por desaparecer al beber vodka de la misma boca del pelirrojo, quien insistía en tomar un trago para luego depositarlo en la del moreno. Por esta razón a los minutos Law no supo ni quien era, ni donde estaba.

 

Para cuando reaccionó, sin saber si habían sido minutos u horas, ambos se encontraban en la misma posición. Aún confuso se llevó la mano a la frente, su cabeza daba vueltas y el peso del cuerpo pelirrojo sobre él le impedía ponerse de pie. Se percató de esto último ¿Qué diablos había pasado? ¿Por qué Kid estaba encima suyo?...

Trató de recordar y en un esfuerzo una imagen vino a él.

-Vaya al parecer nuevamente nos besamos…- pensó al acordarse del juego del vodka- Eso es lo último que recuerdo…-

Observó atentamente… ambos estaban vestidos así que la situación no había pasado a mayores, probablemente porque se durmieron antes. De pronto sintió los brazos del pelirrojo rodearle y apretarlo contra sí.

-Buenos días Law…- exclamó sonriente-

-Kid… ¿qué hora es?- preguntó confuso-

-No tengo idea… ¿Qué importa de todas maneras?-

-Pues debo ir a trabajar….-

-A la mierda el trabajo, quédate conmigo aquí… estoy cómodo- Sin saber cómo rápidamente el pelirrojo se cambió de posición, quedando Law ahora sobre él- Así está mejor… lamento haberte aplastado-

No pudo evitar sonreír. A pesar de estar pálido y completamente despeinado el pelirrojo lucía precioso  al despertar. Acomodó su cabeza entre el sofá y el cuello de Kid, sintiendo su aroma envolverle completamente.

-Tienes razón, creo que no me importaría faltar un día-

 

Mientras tanto en la agencia…

-¡¿PERO QUÉ MIERDA PASA EN ESTA AGENCIA?!- reclamaba Nami- Primero llegan tarde cuando quieren, segundo faltan cuando se les da la gana… y para peor están llenando sus antecedentes policiales… Cavendish robando en el centro comercial… ¿ACASO CREES QUE ESO NOS BENEFICIA MALDITO RUBIO?- gritoneó Nami al supermodelo-

-Nami juro que ese no era yo….- se defendió gesticulando exageradamente-

-¡¿CÓMO QUE NO?!... Te vi en el video de la policía-

-Estaba ebrio… juro que no fue con intención, además ¿por qué tanto escándalo?, sólo fue una botella de whiskey del supermercado-

-Lo que haya sido no importa… lo que importa es el hecho de que hayas robado… ¿qué dirá tu madre cuando se entere que su adorado príncipe es un delincuente?-

-¡No!! Nami porfavor te lo ruego… Mamá no puede enterarse o me mandará a una correccional…-

-¡¿De qué demonios hablas Cavendish?! Ya eres bastante mayor para esas cosas… si tu madre se entera te enviará a estudiar a la universidad y tendrás que despedirte de tu carrera como supermodelo-

-¡Nooooo! Porfavor todo menos eso- lloriqueó- Haré lo que sea para remediar esta situación!-

-Entonces debes pedir disculpas públicas- sentenció a la vez que le dirigía una mirada de reprobación al pobre rubio-

-Está bien, lo haré-

Justo en ese momento la puerta de la sala de los supermodelos se abrió, entrando Sanji completamente furioso.

-¡TÚ! Me recomendaste ese maldito abogado- exclamó apuntando a Nami-

-¡Sanji! Al fin te apareces... ¿Cómo te fue en el juicio?-

-¡Ha sido una verdadera mierda! ¿Sabes que ha ocurrido? ¡¿LO SABES?!-

-¡Por supuesto que no lo sé!, mi mundo no gira alrededor tuyo-

-Ese abogado… ese maldito abogado… ¡Marco! Sí, ese es su nombre… el prometido del pecoso… Por su culpa deberé ir a trabajar 1 mes al orfanato de la ciudad ¡1 MES!-

-¿Trabajo comunitario?... así que no era el único con problemas judiciales- pensó Cavendish quien observaba en silencio la conversación-

-¿Orfanato? ¿1 mes? ¿Y qué hay de tu coche y la licencia?- inquirió Nami sorprendida-

-Pues la licencia me la habilitarán la próxima semana ¿puedes creerlo?... y el coche ya está liberado… me han estrujado mi billetera esos desgraciados-

-¡Pues es lo mínimo! ¿O acaso preferías esperar un año?-

-¡Claro que no!... alguien como yo no tendría por qué esperar… ¿Dónde está ese marimo que tengo por asistente?- preguntó mirando a su alrededor-

-¿Zoro?, estaba en sesión… ya debe estar por terminar-

-Perfecto, le diré a él que vaya al orfanato- sonrió maliciosamente-

Sanji dio media vuelta y caminó hacia la puerta. La voz de Nami lo interrumpió.

-Lamento informarte que cada visita al orfanato debe llevar tu firma… no podrás salirte con la tuya esta vez-

-¿Qué dices?...-

 

Para mala suerte de Sanji la pelinaranja tenía razón. Para que el juez se asegurara que estaba cumpliendo con la condena, cada vez que visitara el orfanato debía firmar su entrada y salida, la cual sería controlada por los encargados del lugar. No obstante no dejaría que el marimo se escapara de aquella situación, pues en su mente, era el gran culpable de todo aquel embrollo. Así que apenas tuvo el horario de su trabajo comunitario, el cual le enviaron ese mismo día por correo, lo entregó a Nami para que le reestructurara las sesiones de él y de su asistente.

-¿Qué tiene que ver Zoro en todo esto?-preguntó intrigada-

-Tiene que ver, tiene mucho que ver… no dejaré que ese marimo se las saque así nada más… después de todo esto ha sido su culpa-

Nami ladeó los ojos un tanto cabreada.

-Sí… como digas, entonces está bien. Te enviaré a tu email el horario con tus sesiones restantes-

-¡Perfecto!-

 

Por desgracia para Doffy la mayor parte de sus encargados, incluyendo a Nami, se encontraban trabajando  al 100% en la ya casi finalizada campaña de verano, por lo que la organización del cocktail y cena de cierre estaba toda en sus manos. Apenas terminaran las sesiones de la sección masculina de modelaje, la manager se había comprometido a ayudarle en todo lo que pudiera hacer. Al menos las invitaciones ya habían sido enviadas, eso era un peso menos.

-Veamos… necesitaremos un servicio de banquetería que incluya los tragos…- pensaba Doffy mientras revisaba facturas de años anteriores, en busca de un proveedor- Según recuerdo son alrededor de 400 invitados-

Aunque era bastante trabajo, el rubio se encontraba de muy buen humor. Al fin había comenzado a aclarar sus sentimientos, aunque ya era tarde para arrepentirse se estaba esforzando mucho en demostrarle a Crocodile que aún le amaba. Era cierto que un año alejados era mucho tiempo, no obstante no era una justificación válida para comenzar una nueva vida con otra persona, aun estando casado. Lo lamentó por Law, lamentó haberle hecho ilusiones. Aquel era un chico adorable y no merecía lo que él le hizo pasar, pero ya lo compensaría de alguna forma, mientras tanto sólo estaba enfocado en que su matrimonio volviera a ser como antes. Se llevó el lápiz a los labios y se concentró nuevamente en su cometido.

 

 

Mientras tanto en la mansión Donquixote Crocodile se encontraba en el despacho. Aunque extrañaba a su rubio realmente sentía que lo mejor era permanecer separados al menos mientras él estuviera trabajando. Odiaba ser un estorbo o molestia así que tragándose sus ganas de acompañarlo optó por permanecer en casa.

Aunque realmente no confiaba en nadie de aquellos trabajadores, lo cierto era que todos se portaban bastante amables con él. Para que no se aburriera Baby5 lo llevó a observar un partido de golf que se realizaba todos los veranos a unas cuantas calles de la mansión. Para llegar debían cruzar un hermoso prado rodeado de pinos y flores, tomar aire fresco en la campiña no venía mal de vez en cuando, por lo que al regresar el magnate se sentía mucho mejor.

Recostado sobre un sofá con vista a un enorme ventanal que daba a la calle vio como un camión de despachos se detenía en la lejana puerta. Sin nada más que hacer observó como éste entraba y se acercaba hasta llegar al pórtico. Un tanto curioso se puso de pie y caminó en dirección a la recepción principal, quizás era alguna entrega para él, probablemente así lo fuera pues estaba esperando hacía días una caja llena de facturas y papeles del Baroque.

-Giolla… buenas tardes ¿han venido a dejar algo?-

El ama de llaves se sobresaltó al escucharlo tras de sí.

-Amo Crocodile… no lo escuché venir- respondió con algo de nerviosismo- Ehhh esto sí, sí una caja ha llegado-

-¿Es para mí?-

La mujer se volteó y observó la rotulación.

-No mi señor, no es para usted-

-Qué extraño… hace días espero una caja-

La mujer lo miró desconcertada.

-Está bien amo, apenas llegue se la dejaré en el despacho-

-Gracias… a todo esto creo que llevaré esa caja, debe ser para Doffy ¿no es así?-

Giolla palideció y sin saber muy bien qué decir respondió:

-Esto no lo sé… no viene el nombre del joven amo rotulado… quizás se han equivocado de dirección. Pero apenas me he dado cuenta, cuando usted me preguntó-

Crocodile intrigado avanzó hasta donde se encontraba la dichosa caja,  que a decir verdad era bastante grande. La rodeó hasta encontrar el nombre rotulado en ella y extrañado leyó:

-Trafalgar D. Water Law… St. Avenida Mariejoa 1115… que extraño, es nuestra dirección ¿cierto Giolla?- dirigió una mirada escrutadora que la mujer supo responder muy bien-

-Sí, tiene razón… preguntaré a los demás, quizás sea un encargo para uno de ellos- sonrió y se acercó para cargar por sí misma la caja- ¿me permite?-

-No, no es necesario… la llevaré yo mismo al despacho, creo saber a quién va dirigida- exclamó y se alejó por el pasillo-

Cerró la puerta tras de sí y dejó la caja sobre el escritorio de su esposo y presuroso regresó al sofá.  Estaba seguro de haber escuchado ese nombre antes por lo que  sin dudarlo un segundo más sacó su móvil y buscó en el navegador el nombre rotulado. Rápidamente aparecieron imágenes del supermodelo en distintas campañas de la agencia.

-Lo sabía… así que Trafalgar Law es este chico. Recuerdo haberlo visto un par de veces… ¿por qué llega una caja con su nombre a esta dirección?- pensó mientras aspiraba lentamente su habano de marca preferida- Es extraño…-

Sin querer pensar más en el asunto sacó un grueso libro y comenzó a leer, permaneció absorto en sus páginas durante toda la tarde.

 

-Doffy estoy segura que las facturas están en tu despacho, además ¿realmente quieres contratar a esa empresa otra vez?- preguntaba Nami al rubio quien conducía tranquilamente hasta su mansión-

-Sí, es lo más rápido. Ya tenemos registradas muchas facturas a su nombre, además han hecho un buen trabajo… no te olvides que muchos chef del Baratie trabajan ahí-

-Lo sé, aun así me parece muy costoso-

Doffy rio

-Creo que de no ser por ti dulce mandarina, la agencia ya hubiera quebrado por mis gastos-

-Jajajaja puede ser- sonrió animadamente-

Una vez el coche quedó estacionado fueron recibidos por Baby5, quien apenas pusieron un pie dentro de la casa se acercó con una bandeja con café y galletas.

-¡Muchas gracias!- exclamó Nami-

-Gracias querida… estaré en mi despacho por si alguien me necesita, aunque espero que no sea el caso-

-Entendido joven amo, me aseguraré que nadie lo moleste-

-Gracias… vamos Nami, nos queda mucho trabajo por hacer-

 

Ambos caminaron en dirección al despacho. Doffy se sorprendió al encontrar las luces encendidas y a Crocodile recostado sobre el sofá fumando despreocupadamente. Apenas les dirigió la mirada cuando entraron.

-Buenas noches amor-

-Buenas noches señor Crocodile…-

-Buenas noches…-

La pelinaranja no pudo evitar dirigir una mirada de desconcierto al rubio, quien le sonrió para disimular la tensión.

-Si no te molesta querido, tenemos que buscar unos archivos-

-Está bien…- se limitó a responder, sin quitar la vista de aquel libro-

El tono en el cual Crocodile le habló no dejó de preocuparle, no obstante al estar presente Nami, evitó cualquier pregunta. Así que solo se dirigió al mueble y comenzó a sacar archivadores

 Hubo un instante de silencio hasta que Crocodile añadió:

-Antes de que lo olvide ha llegado una caja…-  su vista entonces se dirigió al escritorio donde estaba apoyada ésta, justo al lado de la pelinaranja-

-Ah vaya- respondió Doffy despreocupadamente a la vez que se acercaba al mueble para ver de qué se trataba. No obstante la mirada nerviosa que le dirigió la chica lo alertó que algo no andaba bien-

Avanzó un poco más rápido y dando la espalda al lugar donde se encontraba su esposo se acercó y leyó el nombre rotulado sobre esta. Casi cae de espaldas.

-Mierda, mierda, mierda, mierda- pensó mientras miraba a Nami-

-¿Crees que se hayan equivocado de dirección?, ese nombre… ¿no es aquel modelo de tu agencia?- preguntó mientras le miraba atentamente-

Sin saber muy bien qué contestar y teniendo apenas una fracción de segundo se apresuró en decir:

-Sí, qué extraño… me preguntó por qué habrá llegado hasta acá- no tardó en sentir la mirada de Crocodile quemándole por detrás… esa mirada… esa maldita mirada que siempre le escudriñaba hasta los huesos-

Los nervios y la rabia comenzaron a apoderarse de él. ¡Cómo había podido ser tan imbécil! ¡¿Cómo mierda se había olvidado de ese maldito paquete?!. Resultaba ser que apenas unas cuantas semanas atrás, él, totalmente entregado a su moreno, decidió sorprenderlo con un regalo fantástico. Sabía que su amante adoraba los libros de medicina, por lo que no dudó en encargar unos costosísimos tomos de anatomía y apenas llegaban ahora ¡debía ser una broma! Se cercioró que no estuviera abierta, y para su suerte no había vestigios. Al menos Crocodile respetaba la privacidad. Debía pensar rápidamente en algo o su silencio terminaría delatándolo.

-¡Vaya qué vergüenza!- interrumpió de pronto la pelinaranja mientras se rascaba la cabeza- había encargado esto hace meses para Law y apenas ha llegado ahora- sonrió y se abalanzó sobre la caja- Perdón las molestias Doffy, olvidé decirte que este paquete iba a llegar-

En apenas unos segundos la pelinaranja se apoderó de la situación.

-¿Cómo dices Nami? ¿Ese paquete es tuyo?- preguntó Crocodile, totalmente crédulo ante la astucia de la chica-

-Sí, lo lamento mucho. Hace un tiempo comencé a salir con Law y quería darle un regalo pero no sabía su dirección… fue en el tiempo cuando vivía con ustedes, así que lo encargué a su nombre y luego lo reenviaría- sonrió y hasta un pequeño rubor invadió sus mejillas-

La mirada de alivio que le dirigió el rubio fue más que suficiente para decirle gracias.

-Entonces puedes llevárselo Nami…- añadió Doffy ya mucho más tranquilo-

-No lo sé… ya no estamos saliendo- hizo un gesto de molestia- ¡aun así tienes razón, pague por esto así que está bien!-

-Entonces no hay problema Nami- sonrió Crocodile desde el sofá- espero que a tú chico le guste- dijo esto a la vez que miraba los sorprendidos ojos celestes de su marido-

 

 

-¡¿QUÉ DICES? ¿YO TENGO QUE IR TAMBIÉN?!- cuestionaba Zoro a su jefe-

-Sí, es lo justo… no olvides que por tu culpa ha ocurrido todo este lío… no tienes idea de cuánto dinero tuve que pagar por las infracciones y mi fianza- reclamó a la vez que encendía un cigarrillo-

-No me fastidies cejillas, no iré a ninguna parte contigo. Es tu condena no la mía- sonrió burlón-

-¿Dónde irán chicos?

Ambos se voltearon, se trataba de Luffy quien comía un enorme cono de helado.

-¡Aléjate de mí sofá!- dijo Sanji apenas vio al chico-

-¿Uhmmm? Zoro… ya vamos a casa, estoy aburrido-

-Enseguida Luffy, espera un poco…-

-¡No irás a ninguna parte hasta que me cerciore que harás esto conmigo!-

-¿Qué harán?- preguntó nuevamente el pelinegro-

-Eso no es de tu incumb…-

-El cejillas debe ir al orfanato por su condena de servicio comunitario-

-¿Orfanato? ¡Suena divertido!-

-NO, no es divertido y TÚ no puedes ir- el rubio se acercó y le apuntó con el dedo casi rozando su nariz-

-Jajajajaja que divertido eres cejillas… bueno Zoro vámonos, mañana podemos ir al trabajo comunitario-

-Bien, adiós cejillas-

-¡QUE NO ME LLAMEN ASÍ!...- gritó mientras los veía alejarse-

Ese crío de Redhawk, realmente le ponía los nervios de punta. Por suerte no había provocado ningún desastre en su camarín. Avanzó hasta la puerta y de pronto resbaló, cayendo de trasero al piso. Se puso de pie y observó una poza de helado de chocolate derretida.

-¡CÓMO LO ODIOOOOOO!- gruñó totalmente enfurecido-

 

A la mañana siguiente Sanji se despertó de pésimo humor. Era el primer día de su servicio comunitario, ese maldito juez no se había hecho esperar, así que a las 09:00 en punto debía estar firmando su horario de entrada. Llamó un taxi y para su sorpresa Zoro junto con Luffy se encontraban sentados en la puerta del antiguo y horrible edificio.

Se armó de valor y caminó hasta ellos. Aquel lugar apestaba a basura por lo que cubriéndose la nariz y con un gesto de asco avanzó hasta la puerta.

-Buenos días Sanji! Pensamos que no vendrías- dijo Luffy sonriente-

-Hola…. No es como si tuviera opción- contestó casi con un gruñido-

-Bien cejillas hagamos esto de una buena vez quieres… tengo sesión a las 11:00-

 

Los tres jóvenes ingresaron al orfanato. Realmente era deprimente ver las condiciones en las cuales vivían aquellos  niños, a medida que avanzaban la pintura de las paredes desaparecía hasta llegar a ser nada más que un vestigio en el frío cemento oscuro. Fueron recibidos por una vieja regordeta que los miró de pies a cabeza antes de exclamar:

-Así que ustedes son los delincuentes… ¿Quién es Sanji Vinsmoke?-

-Buenos días encantadora señora… yo soy Sanji- intentó ser amable para conseguir disminuir su condena-

-Entonces que estás esperando flacucho… pasa rápido y firma este libro, no tengo todo el día para esperarlos, el trabajo debe ser raudo y tienen que apresurarse-

-¿Cuál es su nombre?- insistió el rubio con aquella actitud caballeresca-

-Aquí todos me llaman Dadan  pero para ustedes será señora Dadan- gruñó al tiempo que les pasaba a los tres chicos un delantal, gorro y guantes de cocina- Un momento… aquí en la carta que recibí dice que serían 2 y ustedes son 3…. ¿Quién sobra? NO NECESITO INÚTILES EN LA COCINA-

Zoro y Luffy se miraron al mismo y cuando Zoro estuvo a punto de levantar la mano el rubio lo interrumpió.

-Él sobra… el crío de pelo negro-

-¡Entonces devuélveme eso y te largas de aquí!-

-Pero… pero yo soy muy bueno en la cocina… y muy rápido también- intervino Luffy, realmente pensaba que toda aquella situación era divertida-

-Bueno en ese caso….puedes quedarte, PERO SI LLEGAS A ARRUINARLO TE JURO QUE TE PONDRÉ DE CABEZA EN LA OLLA-

-¡entendido!- dijo Luffy sonriente-

-Síganme, vamos ahora mismo a la cocina-

Tal y como indicó aquella agresiva mujer, la siguieron a lo que pretendía ser una cocina. Era un espacio realmente apestoso, la estufa se encontraba atestada de grasa y comida salpicada en los antes blanquecinos cerámicos. El piso estaba pegoteado y cubierto por sustancias nunca antes vistas. Apenas puso un pie dentro Sanji tuvo deseos de vomitar.

-¡Este lugar es un ascooo!- gimoteó a la vez que se cubría la boca y la nariz-

-Es mejor que te vayas acostumbrando cejillas- le respondió Zoro sonriente, de alguna manera se sentía bien que aquel arrogante sujeto se encontrara cara a cara con la realidad- Supongo que nos pedirá que limpiemos- le susurró a su jefe-

-Ni de broma limpiaré este lugar….- pensó mientras trataba de relajar su delicado estómago-

-BUENO INÚTILES ¿QUÉ HACEN AHÍ DE PIE CONVERSANDO? ¡A TRABAJAR!- gritoneó Dadan desde un extremo de la cocina-

-¿Qué debemos hacer?- preguntó Zoro confundido… realmente habían muchas cosas que se podían hacer en aquel repugnante sitio-

-UHMMM tú a la estufa, revuelve la avena- indicó al peliverde- tú a fregar los trastes- dijo a Luffy- y tú delincuente a servir mesas- finalmente señaló a Sanji-

-¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ?! ¿CÓMO HAS DICHO?- vociferó Sanji-

-QUE TE VAS A SERVIR MESAS  ¡AHORA! Los niños están esperando, ten aquí hay una bandeja, a los  más pequeños se les sirve antes que a los grandes, si te piden doble ración los mandas a la mierda… ¡QUÉ ESTÁS ESPERANDO!-

Puso la bandeja en las manos del rubio y a los segundos le daba un empujón para que saliera de la cocina rumbo al comedor. Apenas se asomó todos los niños se voltearon a mirarle. Aún un tanto inquieto por los gritos de la mujer avanzó lentamente entre el angosto pasillo que dividía las larguísimas mesas. Un sentimiento extraño comenzó a invadirlo, el cual no supo muy bien como describir. Caminó hasta la última fila donde se encontraban los niños menores, de entre 3 y 7 años. Sintió que todo aquel salón tenía clavados los ojos en él, y aunque estaba acostumbrado a las miradas de cientos, en aquella ocasión se sintió nervioso. Apoyando la bandeja en la mesa comenzó a repartir raciones a los pequeños quienes tímidamente recibían el plato y se sentaban a comer en silencio. Se percató que muchos de ellos no llevaban zapatos y aunque era verano, las mañanas estaban bastante frías. Luego de haber terminado aquella ronda regresó a la cocina. Para su sorpresa aquella vieja no se veía por ningún lugar.

-¿Dónde ha ido la vieja?- preguntó al peliverde-

-Creo que fue a tender ropa… ¿has terminado ya?... debes servir las siguientes raciones-

-¿Yo servirlas? ¿Estás loco?... Luffy ven acá- llamó al menor quien inmediatamente se apresuró en ir- Sirve las raciones de esa cosa y llévalas al comedor- ordenó-

-Oi cejillas… no seas aprovechado, ese es TÚ trabajo,  no el de Luffy- le interrumpió Zoro al ver  la intención del rubio-

-Por mi está bien Zoro, no te preocupes- respondió a la vez que comenzaba a rellenar los platos con la burbujeante avena-¡UHMMM ESTO LUCE DELICIOSO!-

Acercando su rostro a la gigantesca olla se deleitó en el aroma que ésta expelía.

-¿Tú acaso estás loco? Esa olla no se ve ni huele mejor que una mezcla de engrudo… apresúrate y sirve-

-Espera cejillas… solo daré una probadita- dicho esto tomó una cuchara y sacando un poco de esa pastosa avena se la llevó a la boca, aún caliente- ¡ES DELICIOSO!-

Ambos se miraron extrañados al ver la reacción de aquel chico. Zoro se atrevió a tomar la cuchara y repetir el proceso, no obstante ésta vez la reacción del peliverde casi hace vomitar a Sanji

-¡PUAJ! ESTO ESTÁ ASQUEROSO!- lloriqueó mientras escupía la avena- No sé cómo puedes encontrarlo bueno Luffy-

-No soy exigente- sonrió mostrando todos sus dientes-

-Vaya… siento lástima por esos pobres niños… como pueden comer esta mierda-

El rubio lo observó atentamente.

-Bueno, eso no es nuestro problema, además ya se habrán acostumbrado estos huérfanos…. Marimo ve a buscar aquella vajilla… yo revolveré esto – señaló un mueble sobre el cual reposaba una enorme cantidad de ollas, sartenes y platos-

-Está bien, de todas formas ya me estaba aburriendo-

 

Mientras Zoro se dirigía al mueble, Sanji miraba a su alrededor en busca de azúcar. Logró atisbar a lo lejos, en una lacena, lo que parecían ser condimentos. Rápidamente y sin que nadie lo notara cogió un montón de frascos con especias utilizadas en repostería. Permaneció revolviendo a la vez que agregaba canela en polvo, azúcar y uno que otro confite más. Para cuando su asistente regresó con los platos, el trabajo ya había sido hecho.

-Bien… ahora llévalos al comedor- indicó-

-¿Ah?... si mal te recuerdo ese es tu trabajo… sujeto de las mesas- sonrió burlón haciéndole a un lado mientras le arrebataba el enorme cucharón de madera- ¿Qué le has hecho a esto?-

-¿A qué te refieres marimo?-

-Huele delicioso…- le dirigió una mirada de sorpresa-

-Ehh esto, está bien… yo llevaré los platos- nervioso, se precipitó sobre la bandeja servida y se deslizó hasta la puerta regresando con más raciones al comedor-

Apenas salió de la cocina y viéndose solo tomó nuevamente una cuchara y probó la avena. Estaba vez sabía increíblemente diferente, de hecho podría decirse que deliciosa. Se animó y volvió a probar una y otra cucharada hasta que un  golpe en su cabeza y posterior grito casi le hace desmayar ahí mismo.

-¡¿QUÉ DIABLOS CREES QUE HACES COMIENDOTE LA COMIDA DE LOS NIÑOS?! APRESURATE Y REVUELVE, ESAS RACIONES NO SE SIRVEN SOLAS- la vieja Dadan había regresado a la cocina cargando un canasto lleno de patatas-

-Sí, sí- respondió el peliverde un tanto airado por aquel fuertísimo golpe-

Por su parte Sanji ya había acabado de repartir las raciones para todos los niños. Apenas se volteó para regresar vio como Luffy se encontraba sentado junto a los pequeños haciéndoles caras y gestos divertidos para que éstos rieran. Al parecer se había convertido en el bufón de los huérfanos quienes se amontonaban para verlo más de cerca.

-Tsk… ese idiota- pensó a la vez que recogía los platos vacíos y volvía a la cocina-

-¡Bueno niño bonito! Termina de recoger las mierdas del comedor y luego a pelar patatas para el almuerzo. A las 13:00 todos los niños deben haber almorzado, así que más te vale que te des prisa- ordenó la vieja Dadan a Sanji-

-¿Ah? ¿Yo pelar patatas? ¿Está demente acaso?... – exclamó irritado. Realmente odiaba que le dieran órdenes, y más aún una vieja como aquella-

-¡CLARO QUE TÚ! APRESURATE Y TERMINA EL TRABAJO…. Creo que al juez no le gustaría leer un informe negativo de tu desempeño-

El rubio dejó la bandeja y llevó los trastes sucios al lavaplatos, estaba furioso, aquella vieja tenía poder sobre él y eso lo estaba cabreando. Trató de respirar profundo y calmarse, no obstante la sonrisa burlona que le dirigía Zoro no ayudaba en nada. Optó por darle la espalda y comenzar su trabajo de pelar aquellas malditas patatas.

-Y tú cabeza de alga, ¡A LAVAR AHORA LOS TRASTES!, luego limpias la estufa-

-¿Ahhh?-

Mientras Sanji pelaba las patatas, su asistente lavaba rumas y rumas de trastes. Parecía como si los hubieran juntado de toda la semana para que especialmente ellos los lavaran. Suspiró y resignado continúo lavando hasta que hubo al fin terminado. Ahora solo le faltaba limpiar aquella grasosa estufa, por lo que armado de guantes y esponjas de limpieza comenzó a fregar con fuerza hasta que las manchas de sarro cedían a la presión del detergente con aroma a limón. En ese momento Luffy entró a la cocina, sonreía de lado a lado y tomando una escoba se dispuso a barrer.

-Oi Luffy ¿dónde estabas?- preguntó Zoro intrigado, después de todo ya había pasado bastante rato desde que salió a dejar las raciones-

-Ahhh estaba jugando con los niños, me llevaron a recorrer el orfanato, jugamos fútbol y les ayudé a recolectar madera para una casa en el árbol- respondió satisfecho-

Zoro lo miró sorprendido.

-¿Todo eso en tan poco tiempo?-

-Pues sí… tranquilo ya he regresado y les ayudaré-  

-Sería bueno, recuerda que a las 11:00 debo estar en la agencia-

-¡Entendido!-

Dicho esto Luffy se apresuró en barrer animadamente el piso. Para sorpresa de Zoro, el menor era bastante diestro con la escoba y sin ningún incidente juntó la mugre en una pala y la vació en el basurero, luego caminó hasta una esquina de la habitación donde tomó un trapero, bastante viejo y sucio, y procedió a verter un líquido limpiador con aroma a fresas. Se esmeraba en sacar cada mancha que veía, y si no lo lograba entonces tomaba un cuchillo y raspaba. En cosa de unos minutos el piso relucía.

-¡Listo! He terminado- exclamó orgulloso al ver su trabajo-

-Vaya Luffy que rápido, yo aún estoy ocupado con esto- sonrió el peliverde-

-Te ayudaré-

De pronto una puerta se abrió y entró la vieja Dadan cargando nuevamente un canasto. Apenas puso un pie en la cocina vociferó:

-¿QUÉ HA PASADO AQUÍ?- mientras olfateaba exageradamente a su alrededor-

-¡He limpiado el piso señora Dadan!-

-¿UHMMM?- se detuvo a examinar la botella que se encontraba junto a la escoba- ¡ERES UN IDIOTA! ¡HAS USADO EL CONCENTRADO DE JUGO DE LOS NIÑOS!!!- furiosa se abalanzó sobre el pelinegro quien no pudo más que echarse a reír-

-¡Jajajajaja lo siento!, no fue mi intención, creo que lo confundí-

-Y HAS USADO TODA LA BOTELLA… realmente eres un inútil, LÁRGATE AHORA MISMO… no necesito retrasados como tú en mi cocina-

-Pero… pero…-

-¿PERO QUÉ?-

-¿Qué van a beber los niños?- inquirió con preocupación, realmente no había sido su intención dejar a los pequeñines sin jugo-

-¡NADA! Y bien merecido que se lo tenían-

-Déjeme compensar esto ¿quiere?-

-No y lárgate de una buena vez-

-¡No! Volveré- dijo a la vez que hacía una señal de despedida- Zoro nos vemos más tarde en la agencia-

-Oi Luffy… ¿dónde vas?- preguntó, no obstante el menor ya había salido-

-¡Ja! Jugo en vez de limpia piso… ese chico realmente no piensa, vive en las nubes- rio Sanji para sí. Al fin había terminado de pelar la última y condenada patata-

-Vaya… veo que eres rápido delincuente… que suerte. ¡Aquí hay otro canasto con 50 más para pelar! JAJAJAJA- rio la vieja causando un escalofrío en el rubio-

 

Así transcurrió la mañana. Para desgracia del supermodelo aquel orfanato era bastante ajetreado por lo que no paraba de hacer cosas. Que bajar cajas, que subir cajas, que lavar los trastes y secarlos para luego volverlos a lavar… a su juicio aquel lugar era un caos. Por su parte Zoro se retiró un rato después de Luffy, la vieja Dadan tenía escritos los horarios de sus condenados así que dejó que el peliverde se marchara sin problemas. Sanji en cambio debía permanecer hasta las 15:00 y luego ir a la agencia. Aunque era el primer día no sabía si podría soportarlo toda la semana. Ya era pasado el mediodía y estaba agotado, sus manos echas un desastre y su pelo completamente despeinado.

-Ve a retirar las patatas del fuego- indicó la vieja-

A regañadientes el rubio se acercó a la estufa y con mucho cuidado quitó la enorme cacerola, bajándola al piso.

-Bueno y ahora sírvelas y llévalas al comedor. No olvides que los más pequeños comen antes-

-¿Y qué hay del acompañamiento?-

-¿Ah?- preguntó la vieja cabreada-

-El acompañamiento de las patatas…-

-¿Acompañamiento? JAJAJAJAJA no me hagas reír delincuente, ¿acaso crees que esto es un restaurante?, con el dinero que nos da el estado apenas y nos da para alimentar a estas bestias y ¿sabes que es lo peor?... lo peor es que nadie los quiere, a nadie le interesa adoptar huérfanos, estos niños están perdidos…-

Una sensación extraña lo invadió,  por alguna razón que no entendía le molestaba que la vieja hablara así. No obstante y para evitar más conflictos prefirió ahorrarse sus palabras y servir al menos dos patatas por niño.

El resto de la jornada transcurrió rápido, apenas el reloj marcó las 15:00 se quitó el delantal y presuroso caminó a la salida para firmar el libro de registros. Mientras se encontraba rellenando el tedioso documento no pudo evitar sentir unas miradas posarse sobre él, se volteó y alcanzó a ver a dos pequeñas niñas que lo observaban detrás de un viejo mueble quienes se escondieron apenas él las vio.

 

-¿Cómo estuvo el trabajo?- preguntó Nami con un tono de burla al verlo entrar tan fastidiado al pasillo-

-No me preguntes nada-

-Bueno- sonrió- Entonces te informaré enseguida… el Cocktail y la fiesta de cierre de la temporada de verano es dentro de una semana, espero sea tiempo suficiente para que alistes tu ropa-

-¿una semana? ¿y apenas me dices ahora? ¡CÓMO ESPERAS QUE CONSIGA UN TRAJE NUEVO EN TAN POCO TIEMPO!-

-¡NO ME GRITES!, las invitaciones fueron enviadas hace casi dos semanas… no es mi problema-

-Vaya Nami… que día de mierda- encendió un cigarrillo y se alejó en dirección a su camarín-

 

Mientras que para la mayoría de los trabajadores de la agencia la tarde transcurría rápida, para Doffy aquel día había sido un verdadero infierno. Al parecer Crocodile se había empecinado en joderle, después del asunto del maldito paquete sólo abría la boca para criticarle o fastidiarle. ¿Por qué? ¿Acaso sospechaba que Nami se había inventado todo aquello?, no, realmente no tenía como saberlo, era imposible que lo supiera y aunque sospechara la única y posible prueba había sido rebatida por la pelinaranja. A pesar de esto no parecía cambiar su actitud y lo peor era que todo sonaba totalmente intencionado. Todas sus ganas de arreglar aquel matrimonio parecían esfumarse cada vez que abría la boca.

-A que estás deseando que me largue en estos momentos- exclamó mientras exhalaba el humo de su habano-

-¿Por qué dices eso querido?- aunque estaba agotado y estresado, se armó de paciencia-

-Pues todo el trabajo que tienes que hacer y yo aquí sentado-

-Si quisieras podrías ayudarme- le respondió al tiempo que ordenaba una ruma de formularios y sacaba su pluma para proceder a firmarlos-

-No me lo has pedido-

-Podrías ofrecerme-

-No, creo que no… aunque siempre has sido un inútil en lo que a organización se refiere-

Respiró profundamente. Realmente estaba cabreado, cabreadísimo, a toda aquella situación se le sumaba el estrés de los preparativos del cocktail y la fiesta. Quería sorprender a sus trabajadores y darles una buena comida y un buen baile y para eso necesitaba tranquilidad. Lo que menos tenía en esos momentos era tranquilidad.

-Sí, es cierto… sabes que me cuesta a veces organizar y administrar y por eso tengo a mis trabajadores-

-Y para que trabajen bien te los follas a todos… al administrador, al contador, a los diseñadores, a los modelos… ah y olvidé mencionar actores. Me pregunto si Nami ha pasado por nuestra cama también…-

-¡BASTA!- gritó el rubio mientras golpeaba el escritorio- ¿Se puede saber que mierda te pasa?, ¿Qué te hice para que te pusieras así?-

-¿Qué me hiciste? ¿Lo olvidas acaso?... ¿olvidas que fui el centro del chismerío de los medios durante casi un año completo? ¿OLVIDAS QUE ME ENGAÑASTE CON ESE… ese maldito actor?-

Doffy no pudo evitar llevarse las manos a la frente. Realmente odiaba discutir y más aún con su propio esposo, pero Crocodile al parecer disfrutaba sacarle en cara absolutamente todo.

-No, no lo he olvidado y sabes que siempre te he pedido disculpas y tú me perdonaste… aun así no entiendo tu comportamiento-

-Sí, te perdoné, pero no lo he olvidado… nunca lo olvidaré… a veces me das mucho asco, no sé cómo mierda me casé contigo. Eres igual a tu padre- exclamó y salió de la habitación dando un portazo-

Vaya, aquello había sido un golpe bajo. Todo el ánimo y motivación que tenía se habían ido a la mierda. Crocodile si sabía cómo herir y vaya que le funcionaba. Sentía un nudo en su garganta. ¿Realmente era como su padre?... quizás después de todo tenía razón, ser infiel no era peor que ser un ludópata alcohólico que abandonó a su familia, pero es que le costaba tanto estar solo y para ser sincero su esposo nunca había hecho un verdadero esfuerzo por establecerse en un solo casino, y aunque el negara y dijera que estaba aburrido de viajar, en el fondo Doffy sabía que lo disfrutaba.

Trató de hacer un esfuerzo y no justificar sus infidelidades. Siempre había estado la opción del divorcio, aun así nunca la había tomado. Todos decían que era por miedo a perder las acciones del magnate en la agencia, pero eso era solo un rumor de los mal hablados. A decir verdad las acciones que Crocodile tenía en Donquixote eran mínimas, el mismo Doffy se había encargado de devolverle cada berrie prestado para evitar una posible quiebra producto de una separación. Para ambos negocios eran negocios. Sentía deseos de largarse pero aquella maldita organización le tenía completamente amarrado.

Se resignó y suspiró, pasaría toda la noche si era necesario pero aquellos malditos papeles estarían listos para el otro día. Miró su reloj, era casi cerca de las 23:00 y no había probado bocado. Lo más probable era que no quedara nadie en la cocina así que se animó a ir a comprar algo a un mini market cercano. Tomó las llaves de su auto y salió de la enorme y lujosa oficina en dirección al estacionamiento. Como supuso no andaba nadie por los pasillos así que rápidamente llegó hasta el hall de salida, fue en ese lugar donde se detuvo en seco al ver a Law completamente solo y concentrado en su móvil. Se apresuró a encontrarlo, era su oportunidad para al fin poder hablar tranquilos, explicarle lo ocurrido y pedirle disculpas. 

-Law….- exclamó despacio, para no sobresaltar al moreno, quien al parecer no lo escuchó venir pues se sorprendió y palideció al verle-

Sus ojos se cruzaron por unos segundos hasta que el moreno desvió la vista hacia su móvil.

-¿Qué quieres Doflamingo?- preguntó cortante-

El rubio se sobresaltó. Hacía tiempo que no escuchaba a alguien llamarlo por su nombre.

-Necesito que hablemos-

-Yo no tengo nada que hablar contigo-

-Es importante, lo prometo… esta vez no intento nada- señaló acercándose un poco más. Law al ver esto retrocedió nervioso-

-No, realmente no tenemos nada de qué hablar…todo lo que ocurrió quedó en el pasado y por lo menos a mí no me importa-

-Escucha Law porfavor, sé que hice las cosas mal, todo mal… desde el principio, nunca quise herirte-

Esto pareció cabrear al moreno puesto que guardó su móvil y le dio la espalda con la intención de marcharse.

-No me interesa escuchar tus excusas, para mí solo eres mi jefe, nada más-  dijo al tiempo que comenzaba a caminar hacia la salida-

-Espera, no te vayas- exclamó mientras lo sujetaba del brazo-

-¡Suéltame! No empieces con esto quieres- respondió tratando de forcejear-

-Solo necesito que me des unos minutos Law… porfavor-

-Tú no me diste ni un minuto de tu tiempo antes para explicarme que mierda estaba pasando, ¡no me pidas más!- elevó la voz y trató de zafarse, no obstante la fuerza del rubio no parecía ceder-

-Por esa misma razón necesito que hablemos-

-¡Ya te dije que no!-

-Vamos Law, es la única oportunidad que tenemos para hablar – el rubio comenzó a tironear despacio el brazo del moreno-

-¿Acaso estás sordo?... TE DIJE QUE NO QUIERO HABLAR CONTIGO-

 

El hall previo a la salida hacia el estacionamiento estaba rodeado por enormes ventanales detrás de los cuales se atisbaban, no tan lejos, los pocos autos que quedaban aparcados a esas horas. En ese momento la puerta se abrió bruscamente y el pelirrojo vestido completamente de negro entró con paso seguro, abalanzándose sobre Doffy.

-¡¿QUÉ MIERDA CREES QUE HACES?!- gritó a la vez que lo empujaba con tal fuerza que deshizo el amarre que éste hacía al moreno y lo enviaba  unos cuantos metros más atrás-

Rápidamente y sin esperar ni un segundo más volvió a precipitarse sobre el rubio tomándolo con fuerza del cuello.

-¡KID!-

Completamente acorralado contra la pared, Doffy miraba al recién llegado. Sin lugar a dudas se trataba de Eustass Kid, el mismo tipo con el que Law llegó a la reunión unos días atrás. ¿Qué mierda estaba haciendo ahí? Por su parte el moreno se encontraba sumamente nervioso.

-Vamos Kid… suéltalo,  vámonos de una vez-

-Espera… ¿Qué crees que haces tironeándolo? ¿Ah?- se dirigió al rubio, apretando con más fuerza su cuello. Los ojos del pelirrojo ardían-

-¡Vamos Kid detente!, Vámonos de una vez-

Al fin Kid pareció ceder a la petición del otro y soltó de malas ganas al rubio, quien se llevó una mano al cuello y pudo respirar normalmente. Aquel sujeto realmente estaba loco, sin embargo sabía que era la única y última oportunidad que tendría para hablar a solas con el moreno, y no la dejaría pasar aunque aquel demente estuviera junto a él.

-Law… ya te dije que solo tomará cinco minutos-

-Ya… ya te dije que no…- articuló con dificultad. Aquella situación realmente le estaba poniendo los pelos de punta. A la insistencia de su jefe se le sumaba la agresividad que expelía por cada poro de su cuerpo el pelirrojo. Parecía como si en cualquier momento se lanzaría nuevamente sobre el rubio-

-Vamos… vamos, porfavor- insistió, esta vez ignorando completamente a Kid se abalanzó sobre el moreno, reteniéndolo de su brazo y tratando de tirarlo contra sí -

Esto provocó la furia del pelirrojo.

-¿Acaso no escuchaste bastardo que te dijo que no?- gruñó furioso a la vez que sin dudarlo le asestaba un puñetazo en la boca.  Producto de la fuerza de aquel golpe cayó mientras el otro se precipitaba sobre él y lo tomaba del cuello de la camisa, golpeándolo nuevamente esta vez en una de sus mejillas-

Law sin pensarlo más trató de intervenir y comenzó a tironear a Kid del brazo, insistiéndole en que se detuviera.

-Vamos detente, porfavor detente… no sigas con esto-

-¡¿Acaso olvidaste lo que te hizo este sujeto Trafalgar?!-

-¡Por supuesto que no, pero no lo golpees más! ¡Detente ahora!-

Al parecer las súplicas del moreno llegaban a oídos sordos. Eustass Kid estaba tan extremadamente furioso que solo pensaba en golpear y golpear a aquel maldito sujeto que tenía frente suyo. Estaba a punto de darle de lleno en la nariz cuando sintió su puño ser detenido en un esfuerzo del moreno.

-¡¿QUÉ CREES QUE HACES LAW?!- gruñó airado-

-¡TE DIJE QUE TE DETENGAS KID!- gritoneó ya cada vez más fastidiado-

-¿ENTONCES VAS A DEFENDERLO? ¿A este sujeto?-

-¡NO! Pero eso no te da el derecho de golpearlo, ¡mira lo que has hecho!- Trafalgar estaba cabreadísimo, lo que menos quería era armar un escándalo y vaya que espectáculo había montado el pelirrojo. Por suerte ningún guardia se encontraba en aquel lugar-

Totalmente fuera de sí, el pelirrojo soltó el cuello del rubio y se acercó más a Trafalgar, quien aún sujetaba con fuerza su puño.

-Como quieras bastardo- exclamó  a la vez que tironeaba su brazo, haciendo perder el equilibrio al moreno, quien casi cae al suelo-

Salió por la puerta hacia el estacionamiento y desapareció entre los autos.

Notas finales:

Baia baia... no se esperaban eso o si????

XD un besote y estamos en contacto :D 

Las amo!


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