Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pink Cocktail por LovingTales

[Reviews - 234]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis amadas! 

Espero se encuentren todas bien. 

Nuevamente he regresado con un capi bien larguito en el cual espero no terminen odiandome XD (de veras espero que no lo hagan)

Aprovecho de dar las gracias a mis niñas hermosas que siempre comentan y a quienes leen esto :), enserio me hacen feliz! así que les mando un beso

Les comento que dada la extensión de este capítulo el siguiente tardará un poco más, quiero que queden cada vez mejores porque ahora si que ya estamos acercandonos al the real ZoSan que sé muchas de ustedes esperan impacientemente XD. Pido disculpas si hay algún error por ahí escondidillo xD

Saludos y pronto nos leemos! 

 

En el capítulo anterior...

 

-¿EN QUE IDIOMA TENGO QUE HABLARTE PARA QUE ENTIENDAS?-

-EL QUE NO ENTIENDE ERES TÚ-

-¿QUÉ DIABLOS TENGO QUE ENTENDER? ¿AH?-

-Que no estas cumpliendo con tu trabajo…-

-No me jodas….-

-¿Acaso no te das cuenta?-

-¿De qué? ¿Del ridículo escándalo que estás montando?-

- ¡DE QUE NO QUIERO QUE TE MARCHES JODER!…- lo encaró con la mirada-

Zoro retrocedió en el acto, dejando al rubio apoyado en la puerta y con los ojos fijos en él. La mirada que le dirigía su jefe tenía un dejo de tristeza.

 

 -----------------------------------------------------------------

Capítulo 19

 

 

-¡¿Ahh? ¿Qué dices cejillas?!- completamente sorprendido no pudo evitar confirmar lo que acababa de escuchar-

-Ya te he dicho… no quiero que te…- de pronto esas malditas nauseas regresaron y esta vez con más fuerza que antes producto de la ridícula cantidad de vino que había bebido-

Se cubrió la boca, su delicado estómago ya no aguantaba más y una arcada subió por su garganta. Zoro pareció notar aquello y sin pensárselo dos veces lo tomó del brazo y arrastró al baño justo a tiempo.

-Rayos… realmente eres un idiota- exclamó apoyado en el marco de la puerta mientras el rubio no hacía más que vomitar y vomitar en el impecable excusado de porcelana blanca-

Casi abrazándose  a la fría  loza del baño las lágrimas caían por sus mejillas. Por suerte y había alcanzado a llegar, de lo contrario su piso habría quedado hecho un desastre. Sintió asco y nuevamente las náuseas se apoderaron de él.

-No puedo creer que bebieras tanto… iré a buscar algo para que tomes-

Caminó hasta la cocina donde completamente desorientado producto de la ridícula cantidad de cajones y compartimientos comenzó a hurguetear en busca de bicarbonato o alguna de esas mierdas para quitarle el mal sabor de la boca al idiota ese. Abrió uno de los tantos gabinetes y al fin pudo encontrar  un frasco de vidrio etiquetado con el nombre de la sustancia. Lo tomó con cuidado y en ese momento le pareció ver una antigua fotografía escondida debajo de un montón de cajitas. La curiosidad terminó ganándole pues sin dudarlo la tomó con cuidado y observó que se trataba de una mujer de cabello rubio junto a un pequeño niño sonriente. Se quedó viéndola por unos instantes hasta que recordó su cometido. Preparó una, no muy sabrosa, solución y la llevó al baño para que el rubio hiciera gárgaras.

-¿Terminaste de vomitar?- preguntó socarronamente-

-¡Ya cállate!- se encontraba sentado en el retrete con la cabeza gacha-

-Ten, enjuaga tu boca con esto-

Lo miró sorprendido.

-…- extendió la mano e hizo tal y como le indicó el peliverde-

-¿Ya estás bien?- 

-¡NO ME JODAS!... me siento pésimo… esto es asqueroso-

-No tanto como tu vómito-

-Cállate- respondió a duras penas- Aunque ya no siento tantas nauseas…-

-Pero claro, ya habrás botado todo… entonces ven, te llevaré a tu cuarto, creo que lo mejor será que descanses-

Le observó en el reflejo del espejo y lentamente lo tomó del brazo para llevarlo a la habitación. Al parecer ahora sí que era verdad que el rubio estaba mal, realmente lucía ojeroso y muy pálido. Lo recostó con cuidado y tras ponerle una manta encima sus miradas se encontraron por unos instantes hasta que el rubio exclamó:

-No te vayas… no me dejes solo-

Ya completamente resignado asintió y se sentó a los pies de la cama.

-No me iré cejillas… pero esta sí que me la pagarás-

Se sorprendió al no obtener respuesta, curioso volteó a verlo y se percató que ya estaba dormido. Pensó en largarse pero sintió un poco de lástima por lo que a regañadientes optó por quedarse. Tomó su móvil y escribió rápidamente un mensaje a Luffy para comentarle lo ocurrido. El pelinegro no tardó en contestar:

Está bien Zoro, yo sigo aquí con los chicos, regresaré en un taxi.

Nos vemos y cuida al cejillas.

Luffy

Un tanto aliviado se recostó por un momento sobre la cama, estaba cansado y para variar por culpa de ese idiota apenas había bebido una cerveza. Un tanto fastidiado le dirigió una última mirada al rubio y al cerciorarse que ya estaba completamente dormido tuvo la intención de irse al sofá. Cerró sus ojos por unos momentos y sin poder hacer ya esfuerzo alguno por levantarse se durmió ahí mismo.

 

Comenzó a sentirse incómodo, al parecer aquella posición le había hecho añicos la espalda. Con dificultad trató de acomodarse aun entre sueños. Le extrañó la calidez que llegaba a su cuerpo y ya bastante inquieto terminó por abrir los ojos. Nuevamente y como si de una maldición se tratara ahí estaba ese idiota del cejillas, pegado a su cuerpo. Sobresaltado se percató que el mismo lo rodeaba con sus brazos y en un arrebato de sorpresa saltó asustado de la cama ¿Qué demonios le pasaba a ese tipo? ¿Por qué mierda estaba abrazado a él?

Pensó que había sido su culpa, que entre sueños había llegado a su lado, pero no. Él estaba en la misma posición en la cual se había quedado dormido, era él… el maldito cejillas quien bajó desde su lado hasta los pies de la cama. No podía creer que alguien pudiera moverse tanto mientras dormía, era la segunda vez que eso ocurría y después de una noche tan estresante era lo que menos le faltaba.

-Maldito idiota… debí dormir en el sofá- se dijo un tanto nervioso-

Ya con temor de regresar a la cama optó por levantarse. Caminó hasta la cocina por un vaso de agua. Comenzó a observar a su alrededor buscando algo de comer, sin embargo al fijarse en el reloj de pared casi termina por escupir todo el líquido.

-¡LAS 15:00! ¡PERO QUÉ MIERDA!- pensó - ¿Cuánto tiempo dormí?-

Un tanto preocupado por el trabajo tomó su móvil y buscó el horario de la agencia y del trabajo comunitario.

-Rayos… debía ir al orfanato a las 10:00… creo que esa vieja tiene que haber perdido los estribos- suspiró resignado y marcó el número de la recepción-

Marcaba y marcaba pero nadie atinaba a contestar, a esa gente a veces hasta le daba pereza estirar el brazo para coger el maldito teléfono. Estaba por colgar cuando una voz al fin respondió:

-Orfanato Sabaody buenas tardes-

-Buenas tardes ehh esto… necesito hablar con Dadan-

-¿La señora Dadan? Lo siento pero no se encuentra en estos momentos-

-Ehhh… comprendo, gracias, hasta luego-

-Hasta luego-

Ahora sí que quizás la habían liado. Ya podía imaginarse a aquella vieja en la agencia acusándolos o peor aún, en la mismísima corte reclamándole un mes más de trabajo por su ausencia de un día. Trató de calmarse, probablemente estaba siendo paranoico y la vieja solo había salido a comprar o algo por el estilo. Suspiró y abrió la nevera, esbozó una sonrisa al ver un enorme sándwich que lo llamaba a gritos.

-¡Bingo!- lo sacó con cuidado y sin siquiera sentarse comenzó a darle grandes mordiscos-

-¿Marimo?...- la voz del rubio lo hizo estremecerse-

-Cejillas- le respondió con la boca llena-

-¿Qué ha pasado?... ¿Qué hora es?-

-Las 15:00… -

-¿15:00?...- preguntó confuso- ¡MIERDA! El trabajo en el orfanato…-

-Sí, producto de tu escándalo de anoche nos quedamos dormidos-

-¿Escándalo? ¿Qué quieres decir?-

Para variar el rubio parecía no acordarse de nada.

-¿Cómo puedo comenzar?.... Uhmmm te emborrachaste, llegaste a Dressrosa y ahí montaste un griterío con Cavendish, luego me jodiste la noche-

El rubio arqueó una ceja.

-No recuerdo nada de eso, de seguro te lo estás inventado todo…- se sentó en la silla y apoyó sus codos en el mesón-

-¿Ahh? ¿Inventar? No me jodas más… lo peor de todo creo que será esa vieja bruja de Dadan, por lo menos yo hoy debía estar a las 10:00-

-Me importa una mierda, sólo tengo una cosa en mente... y es que ese maldito cocktail es dentro de unos días-

-Recuerdo que Cavendish lo mencionó-

-¡Deja de hablar de ese sujeto!- gruñó molesto-

-Está bien, está bien… bueno de todas formas ese asunto me va y me viene-

-¿Bromeas? Es el evento más importante de todo el año-

-¿y?-

-¡y eso! Debes lucir elegante… aunque dudo que alguien como tú pueda verse así- sonrió burlón-

Ladeó los ojos cabreado.

-Sí, sí lo que tú digas… tú no lucías tan elegante anoche cuando vomitabas abrazado al excusado…-

El sonrojo en sus mejillas no se hizo esperar.

-¿QUÉ DICES? ¿YO VOMITAR?-

-Sí… vomitaste todo el vino que bebiste-

El rubio comenzó a hacer memoria hasta que un recuerdo de aquella asquerosa sensación vino a él.

-No puedo creerlo… no puedo creer que este idiota me haya visto vomitar… que vergüenza- se dio una bofetada mental- Uhmmm si claro… puedes inventar lo que quieras- terminó por responder un tanto nervioso-

No pudo evitar reír.

-Bueno de todas formas creo que iré al orfanato por la noche… realmente no quiero tener problemas con ese maldito horario. Tú deberías hacer lo mismo-

-No lo sé, primero debo resolver otros asuntos más importantes-

-¿Me dejas marcharme ahora?- preguntó el peliverde con la intención de fastidiarlo. Necesitaba vengarse de alguna manera por lo ocurrido en la noche-

-¿Ah? Qué dices marimo ¿Cuándo te he retenido aquí?-

-¿Es necesario que te lo recuerde?- le sonrió irónico-

-¿A qué te refieres?- preguntó algo nervioso-

-Debí fotografiarte… ¿sabes lo que hiciste anoche?- se acercó hasta quedar a pocos centímetros de él-

-No-

-Te pusiste en medio de la puerta y me gritaste que no me marchara… pagaría por ver otra vez la expresión que tenías- terminó por susurrarle en el oído-

El rubio se sonrojó. De lo poco que recordaba sabía que había intentado retener al marimo.

-Ehhh… eso… eso es porque… porque…  porque era mi cumpleaños, y tú ni siquiera te tomaste el tiempo de felicitarme- mintió a la vez que miraba hacia el lado, evitando a toda costa los ojos de Zoro-

-¿De verdad?- al parecer el pobre creyó la infantil mentira-

-S.. sí-

-Con que de eso se trataba todo ahhh… bueno, lo siento, no lo sabía- sintió un poco de lástima por no haberlo saludado. Era un idiota, es cierto, pero de todas formas a nadie le gustaba pasar su cumpleaños en solitario-

-Ya… ya no importa-

Se quedaron mirando por unos segundos hasta que Zoro exclamó:

-Bueno ahora si me largo, por si decides ir al orfanato estaré en el horario de la cena, nos vemos-

-Como quieras, nos vemos- respondió-

El peliverde salió de la cocina, no pudo evitar voltearse a verlo. ¿Realmente le había dicho que no se marchara? ¡En que mierda estaría pensando! Hecho un manojo de nervios decidió darse una ducha. Ya comenzaba a hacer calor y la cabeza le dolía muchísimo. Empezaba a ser un mal día hasta que de pronto el sonido de su móvil lo distrajo. Cortó el agua estirando su brazo hasta alcanzarlo.

-Aló-

-Sanji hola… te tengo muy buenas noticias-

-¡Robin! ¿Qué ocurrió?-

-En primer lugar hablé con mi amiga, al comienzo me costó convencerla pero logré llegar a un acuerdo que espero te sirva pues sería la única opción-

-¿De qué se trata?- preguntó expectante-

-Verás, he conseguido un descuento especial por el traje y sólo porque se trata de ti, lo puedes tener a 10 millones, pagar 5 y los otros 5 completarlos modelando para el catálogo exclusivo que lanzará Concasse este invierno, son sólo 7 trajes así que no te significará mucho trabajo-

-¡¿Enserio?! ¡Genial!-

-El único detalle es que debes hablar con Doffy respecto a esa sesión… ya sabes, es algo externo a la agencia y para evitar problemas lo mejor es anticiparse. De todas formas dudo mucho que le moleste, es un catálogo pequeño y no le significará mucha pérdida-

-Sí, sí, luego hablo con él… ¿Cuándo puedo tenerlo?-

-Ya lo tengo en mis manos Sanji… realmente es un hermoso traje y te sentará de maravilla-

-¡Que emoción! ¡No sabes lo feliz que estoy!-

-Me alegro… cuando quieras puedes pasar a recogerlo a mi oficina, ahí estará el contrato que debes firmar para Concasse… en caso de que yo no esté habla con Caesar-

-¡Muchas gracias querida! Me has salvado- no pudo evitar sonreír emocionado-

-Por nada- sonrió, era extraño escuchar a Sanji Vinsmoke agradecer por algo-  Sólo no olvides hablar con Doffy… en caso de que le parezca mal puedes negociar. Nos vemos-

-Gracias nuevamente ¡Nos vemos!-

Ya estaba, un asunto menos de que preocuparse. Terminó de ducharse y salió rápidamente, quería tocar ese traje, probárselo, mirarse en el espejo y que todo el mundo le dijera lo bien que lucía. Caminó hasta su habitación y abrió su enorme armario. Sacó una camisa  sin mangas de mezclilla oscura y un pantalón de lino, muy holgado, se vistió a toda prisa y bajó al estacionamiento.

 

 

En ese mismo instante Trafalgar Law se encontraba afuera del frontis del hotel Mariejoa. Se sentía como un pobre imbécil acosador. Hacía dos días que no sabía nada del pelirrojo y la verdad estaba preocupado y lo extrañaba. Suspiró, era momento de tratar de arreglar las cosas pero tenía la ligera sospecha de que lo mandaría a la mierda. Aun así no perdía nada con intentarlo, trataría de por lo menos explicarle lo ocurrido y ver si podían hacer las paces.

-Buenas tardes… necesito comunicarme con la habitación a nombre de la agencia Donquixote-

-Buenas tardes, deme un segundo porfavor- le indicó la mujer en la recepción mientras buscaba en su computadora el registro de pasajeros y reservas- ¿Me dice que está a nombre de la agencia Donquixote?-

-Sí-

-Aquí está, llamaré a la habitación… ¿De parte de quién?- le miró de pies a cabeza-

-Ehhh…dígale que lo busca Cavendish, él sabrá- sonrió lo mejor que pudo-

Se atrevió a mentir pues quizás si Kid escuchaba su nombre no lo dejaría subir, después de todo no le había contestado  las llamadas ni tampoco los mensajes.

-Adelante, es la 2624-

-Gracias-

Suspiró aliviado y se dirigió al ascensor. Una vez arriba examinó el pasillo y buscó la numeración, avanzando con algo de temor hasta que se detuvo en la puerta. Tragó saliva, estaba nervioso, el corazón le latía a mil y en realidad ni siquiera sabía muy bien lo que iba a decir. Esperó unos segundos hasta que tocó el timbre. Por suerte no había ninguna mirilla, de lo contrario podría haber estado parado por horas esperando que le abriera la puerta.

Lo primero que vio fue la expresión de extrañeza del pelirrojo y luego un semblante de pocos amigos.

-¿Qué quieres?- preguntó molesto-

-Quiero que hablemos- le costó articular las palabras-

-Yo no tengo nada que hablar contigo… lárgate-

Tuvo la intención de cerrar la puerta, no obstante Law se adelantó y alcanzó a detenerla con el pie, colándose dentro rápidamente.

-Claro que sí-

-No, no quiero verte-

Law cerró la puerta tras de sí al tiempo que el pelirrojo le daba la espalda y caminaba hasta la enorme ventana con vista a las montañas de la ciudad.

-Kid yo… yo estaba realmente preocupado. ¿Por qué no me contestabas las llamadas?-

-Ya te dije que no quiero hablar contigo… ¿es muy difícil entenderlo?-

-No, no es difícil pero me niego a aceptarlo. Lo siento pero no me marcharé hasta que arreglemos esta situación- sentenció de forma segura, aunque su interior era un manojo de nervios-

-¿Qué dices? ¿Acaso no me escuchaste?- se volteó para encarar al moreno. Su expresión era severa-

-Cálmate… escúchame porfavor… realmente lo siento. Siento mucho lo ocurrido, no quería que te enfadaras y te marcharas así-

-Pero lo hiciste… hiciste que me enfadara y ¿sabes qué? No he podido dormir nada en estos putos días- al parecer estaba bastante irritado con todo aquello-

-Lamento eso… a decir verdad yo tampoco he podido dormir bien-

-¿Sabes que pienso de todo esto?-

El moreno lo miró expectante.

-Pienso que te olvidaste de todo lo que pasó entre nosotros y te abalanzaste a los brazos de ese tipo… y eso… eso me hace enfurecer. Quiero golpearte Trafalgar, quiero golpearte pero no puedo hacerlo y eso me está cabreando enserio-

No sabía cómo tomarse aquello. ¿Quería golpearlo pero no podía? ¿A qué se refería con eso? El pelirrojo era bastante complicado. Se limitó a observarlo y ya un poco más calmado avanzó unos cuantos pasos hasta quedar a  tan solo unos centímetros de él.

-Si eso hará que me perdones entonces puedes golpearme- respondió sin quitarle la mirada de encima-

Kid se sorprendió. Apretó los puños con fuerza y sin ser capaz de sostener por más tiempo esa mirada, nuevamente le dio la espalda.

-No me jodas Trafalgar… realmente no quiero hablar de esto -

-¿Por qué?... ya te dije que si me perdonas soy capaz de soportarlo-

Hubo un minuto de silencio.

-Lárgate… no me fastidies-

-Vamos Kid… tan sólo déjame intentarlo- insistió-

-¿Intentar qué joder? ¡¿Por qué mierda eres tan insistente?!- terminó por gritarle-

 

El moreno se sobresaltó. Realmente no había ido hasta ese lugar para que el pelirrojo le gruñera en la cara. Un tanto cabreado se apresuró en responderle:

-¡¿Por qué tienes que hacer las cosas tan difíciles?  ¿Por qué no puedes escucharme por un momento?!-

Kid se sorprendió al notar como subía la voz.

-¡Porque no me importa lo que me tengas que decir!-

-Deja de ser tan testarudo de una puta vez-

-¡No! Me importa una mierda lo que pienses… no quiero hablar del tema-

 

¿Qué demonios le ocurría? ¿Por qué ni siquiera hacía el esfuerzo de escucharlo?... al parecer Eustass Kid era un sujeto extremadamente testarudo y orgulloso. Law apretó los puños con fuerza.

-Si te importa una mierda entonces ¿Por qué intercediste ese día? ¿Por qué lo golpeaste?-

-¡Eso que importa! Ya lárgate, si no quieres que te saque a patadas de aquí-

-¿Ah? ¿Hablas enserio? ¿Realmente me sacarías a patadas?-

-Sí, lo haría-

-No te creo… no seas infantil- le reprochó-

-¡¿Acaso crees que lo que siento por ti es un juego de niños?!- se abalanzó sobre el moreno y lo empujó contra la pared de forma brusca y a los pocos segundos se encontraba rodeando aquel fino cuello con sus pálidas y toscas manos-

Un tanto nervioso ante  la violenta reacción del pelirrojo comenzó a pensar que había sido una pésima idea haber ido hasta allá.

-Vamos golpéame… si eso te hace sentir mejor…-

-Deja eso… ya te dije que no quiero seguir hablando del tema-

-No tienes que hablar, solo golpéame así como lo hiciste con Doffy-

-¡NO MENCIONES A ESE SUJETO!- la presión sobre su cuello se hizo más fuerte-

-Eustass… ¿Por qué no me golpeas de una buena vez?... yo sólo quiero que… que vuelvas a ser como antes- exclamó con dificultad-

Se sobresaltó y rápidamente lo soltó, alejándose unos cuantos centímetros del moreno quien lo miró fijamente a los ojos.

-¡HAZLO DE UNA VEZ!-

Frunció el ceño y en un gesto airado golpeó la pared delante de él con los nudillos de sus manos, quedando Trafalgar  atrapado entre sus brazos.

-¡PORQUE NO PUEDO! ¡CÓMO NO ENTIENDES QUE NO PUEDO HACERTE DAÑO JODER!... Nunca podría hacerte daño a ti… - terminó por admitir-

 

Trago saliva. Nunca había visto esa expresión en su rostro. Lucía ¿Desesperado?, de alguna forma se sintió mucho más tranquilo.

-¿Entonces cómo puedo hacer para que olvides lo sucedido?-

-No lo sé… no lo sé- comenzó a pasearse nervioso por la habitación- Sólo dime la verdad Law… ¿Tú y él…. Pasó algo más entre ustedes?- inquirió sin despegarle los ojos de encima-

Law suspiró. Por suerte y no lo había hecho, de lo contrario todo lo que había vivido con Kid se habría ido al carajo.

-No, no pasó nada… lo juro- le respondió. Se sentía un alivio poder decir la verdad-

Caminó hasta él y la diferencia entre sus alturas se hizo notoria. Miraba al moreno hacia abajo y sentía cómo comenzaba a derretirse ante  esos ojos plateados. Si bien se encontraba cabreado con toda aquella situación a decir verdad mientras más tiempo pasaba cerca de Law su molestia comenzaba a desaparecer.

-Si tú lo dices…. Aun así no me arrepiento de haberlo golpeado- exclamó un tanto más tranquilo-

-Pero Kid ¿Por qué lo hiciste? Pudiste haber tenido problemas-

-No me importa, no me importan los problemas-

-Vamos, no puedes andar golpeando a todo el que se te cruce por delante-

-Lo sé, pero si alguien te hace daño yo… yo no podré controlarme-

No pudo evitar sonreír.

-¿Por eso lo golpeaste?- preguntó mientras le acariciaba una de sus mejillas-

- Sí, por eso no pude evitarlo… ese sujeto te hizo daño y nunca se lo perdonaré. Además te estaba molestando- ladeó los ojos. Toda la rabia que el pelirrojo pudo haber tenido en esos instantes desapareció-

-Así que de eso se trataba todo… lo siento, no quise que te enfadaras conmigo-

-Tsk…- gruñó- Está bien… ya ha pasado-

Nuevamente una sonrisa escapó de sus carnosos labios.

-¿Por qué sonríes? ¿Te estás burlando de mí?- preguntó con el ceño fruncido-

-No, no, es solo que… no puedo evitar sentirme feliz-

Un ligero sonrojo invadió sus mejillas.

-Yo… yo… lamento haberte gritado-

Permanecieron observándose fijamente por unos instantes.

-Kid…- dijo casi en un susurro-

-¿Qué ocurre?-

-Me gustas mucho-

Esta vez fue el turno de Kid para abrir los ojos impresionado. Su corazón comenzó a latir rápidamente, las palabras parecían no querer salir de su boca y sentía como su garganta se secaba poco a poco.

-Law…- logró responder con dificultad-

No era capaz de quitarle los ojos de encima, aquella mirada plateada le tenía completamente embelesado. Bajó la vista tan solo por unos segundos hasta los preciosos labios del moreno. De pronto sintió como se acercaba más a él, tanto más que sus bocas solo se encontraban separadas por apenas unos pocos centímetros. En ese instante un delicioso roce lo hizo perder la razón, cerrando los ojos y dejándose llevar. Eran esos labios… esos apetitosos labios… lo más delicioso que había probado en su vida… esos labios estaban jugueteando con los suyos, le provocaban de manera escandalosa. Quiso apoderarse de ellos, no obstante el moreno se lo negó y subió hasta su mejilla donde besaba, tan despacio que Kid ya comenzaba a desesperarse. Corrió su rostro para hacerse con esa boca y nuevamente cuando intentó apoderársela bajó esta vez  hasta su cuello para hacer de las suyas.

-Aghhh…- un gemido se escapó de su garganta, al tiempo que aquella deliciosa sensación subía hasta su oreja y regresaba a sus labios-

Abrió los ojos y se encontró otra vez atrapado en aquellos hermosos ojos. La mirada de Law le estaba volviendo loco, así como su rebeldía. Agitado y un tanto cabreado lo empujó de regreso a la pared y acto seguido se abalanzó sobre él, sujetando con fuerza su mentón, obligándole a abrir la boca. Cuando al fin logró apoderársela  el pelirrojo sentía que las piernas comenzaban a  flaquearle. Completamente desesperado recorrió su paladar, causando espasmos de placer en el moreno quien apretaba sus caderas contra las de aquel intimidante sujeto que le tenía sometido. Sus lenguas se encontraban y una vez entrelazadas intentaban dominar la del otro para tirarla y morderla y babearla.

Law por su parte sentía su cuerpo cada vez más y más caliente producto de los besos y caricias del pelirrojo. Se separaron por apenas unos segundos para tomar algo de aire y sintió esa mirada de fuego quemarle hasta las entrañas. Su única reacción en esos instantes fue regresar a aquellos labios, morderlos y tirarlos con suavidad provocando escalofríos de placer en el cuerpo de su amante. Sintió como le rodeaba la cadera con ambas manos y en un santiamén ambos se encontraban recostados en la cama.

No sabía si era su cuerpo o no, pero parecía como si la habitación cada vez estaba más y más calurosa. Kid se encontraba encima suyo, devorándole con avidez mientras sus manos se encargaban de comenzar a desvestirlo. Aquello pareció excitarle pues sin querer esperar un segundo más lo empujó con brusquedad y terminó por desvestirse por sí mismo.

 Quedó completamente fascinado ante el cuerpo del moreno. Sonrió e imitándolo no tardó en quitarse la ropa, dejando al descubierto su pálida piel.

Apoyado en sus rodillas, y quedando a la altura de su pecho, Law comenzó a lamer y salivar su torso primero lentamente para continuar haciéndolo más rápido y cada vez bajando más y más.

-Aghh Law… Law… Law… joder… me estás volviendo loco- articulaba a duras penas. Las palabras salían entrecortadas de su garganta, y de vez en cuando solo terminaban en gemidos-

Continuó bajando hasta detenerse en sus caderas. Con su lengua comenzó a delinear su contorno hasta regresar a su pecho. Repitió lo mismo esta vez descendiendo  hasta que se detuvo en su entrepierna. Sentía que su miembro estaba a punto de estallar, le apretaba y se estaba volviendo doloroso, necesitaba sacarlo de ahí, necesitaba meterlo en la boca del moreno.

-Estás completamente empapado Eustass Kid- exclamó acercando cada vez más su rostro a la exorbitante erección al tiempo que tocaba con su índice la ropa interior mojada. Lentamente abrió su boca y dando un pequeño mordisco comenzó a apretarlo despacio.

-Aghhhhh Law… me… me…aghh- apenas y podía hablar. Sus palabras se ahogaban en sus ya inevitables quejidos de placer-

 Estaba delirando, en su vida se había encontrado tan excitado como en esos momentos… pero es que ese chico… ese chico era increíble, de tan solo pensar en lo que su lengua podía hacer ahí abajo… sintió su cuerpo arder y estremecerse a cada pequeña y suave mordida que recibía. Se rindió, realmente ya no era capaz de controlarse. Tomó al moreno de sus oscuros y suaves cabellos al tiempo que se bajaba la ropa interior y, casi obligándole a abrir la boca, le introdujo su enorme miembro por completo.

-Uhhhh… joder Trafalgar tu boca es deliciosa- cerró los ojos y arqueó levemente su espalda. Al tiempo que se abría paso sentía como se derretía ahí dentro, estaba tan húmedo y cálido que no pudo hacer más que aumentar y aumentar cada vez más el ritmo-

Law elevó la vista para observar su rostro. El pelirrojo estaba trastornado y un hermoso rubor cubría sus blancas mejillas. Estaba tan caliente que solo pensaba en mamársela más rápido para ver su expresión de placer. No obstante de pronto se detuvo y sintió cómo lo empujaba a la cama. Observó su semblante, sus ojos estaban fijos en él, en los tatuajes de su cuerpo, lo recorría lentamente como si estuviera tratando de memorizar cada detalle en él. En unos segundos se deshizo de su ropa interior y sin haberlo podido prever le abrió de piernas para terminar tragándose su húmeda verga por completo.

-¡Ahhhh! Kid….- dejó escapar un gemido que no hizo más que encenderlo-

Hábilmente bajaba y subía deteniéndose constantemente y presionando en su glande, y de vez en cuando mordisqueándolo. Law sentía como los fluidos comenzaban a escurrir de esa boca que hacía de las suyas. Su entrepierna se encontraba mojada en una obscena mezcla de saliva y su propia  lubricidad que no hacía más que aflorar al más mínimo roce que el pelirrojo hacía. Ya no daba más, en cualquier momento acabaría y en un esfuerzo supremo tiró de los cabellos de fuego y detuvo el  avance.

-Detente… detente o acabaré en este mismo instante- exclamó agitado. La sonrisa perversa que le dirigió lo hizo estremecerse por completo-

-En ese caso…- respondió y levantando sus piernas un poco más se apoderó entonces de su entrada, besándola lentamente para posteriormente introducir su lengua en ella-

-¡Ohhh Kid! ¡Kid! ¡Kid!- gemía con desesperación, apretando las sabanas con fuerza, tratando de aferrarse a algo que no le hiciera desfallecer a causa del éxtasis que su cuerpo experimentaba. Su corazón latía a mil- Métela… porfavor métela ya no aguanto más-

Le fue imposible no relamerse los labios al escuchar aquello. Trafalgar Law en esos momentos le estaba transformando en una bestia eufórica, llena de deseo y con la verga ardiendo a tal punto que ni siquiera se hizo de rogar. Detuvo su juego y se incorporó, quedando justo a la altura necesaria para comenzar con su labor. De forma lenta comenzó a abrirse paso dentro, sabía que no era la primera vez del chico pero cierta parte suya se imaginaba que sí, no quería ni pensar en que Law ya había cogido con otros hombres… de solo suponerlo ardía en furia. Él era suyo, desde la primera vez que lo vio en la sala de los supermodelos, sentado un tanto alejado de los demás y con esa expresión seria que lo caracterizaba. A decir verdad no era la primera vez que lo veía, constantemente aparecía en las portadas de las revistas y campañas de sus  marcas favoritas, pero tenerlo frente a frente simplemente le cortó la respiración. El moreno lo había cautivado por completo y ahora que yacían juntos completamente desnudos podía decir que la sensualidad expelía por cada poro de su exquisito cuerpo.

-¡AGHHHH!- gimió alto, sentía como comenzaba a derretirse dentro de ese apretado culo-

-Kid… kid hazlo más rápido porfavor… necesito que lo hagas más fuerte- pidió, completamente sonrojado-

Si bien en un principio temía embestirlo de una vez, ante la aparente necesidad comenzó a hacerlo más rápido. El sudor cubría su cuerpo, el roce con la piel ajena le producía espasmos electrizantes que bajaban por toda su espalda y le hacían arquearla de vez en cuando. Aumentó la velocidad de su penetración y entonces sintió que podía morir ahí mismo.

-Law… Law…  estas tan… tan delicioso, tu culo  es lo más exquisito del mundo joder- gruñó de una forma tan sensual que el moreno perdió los estribos-

Apoyado en sus codos lo rodeó con sus piernas, atrayéndole hacia sí a la vez que sonreía de manera lujuriosa. El pelirrojo se detuvo por unos instantes y se dejó guiar. Entonces se acercó a su rostro y lo besó de forma lasciva. Nuevamente el encuentro de sus lenguas provocaron estragos en ambos. Law se separó unos instantes para dirigirse hasta su oído donde le susurró:

-Haré que pierdas la razón…Kid. Te haré el amor tan deliciosamente que olvidarás hasta tu nombre-  ahogó sus últimas palabras en un gemido-

Sintió su miembro arder y el fuego se apoderó de su cuerpo. ¿Por qué mierda estaba tan jodidamente caliente? ¿Por qué mierda sentía como si fuera la primera vez que cogía? A decir verdad todo de Trafalgar le estaba haciendo enloquecer. Sus labios, sus ojos con esa mirada obscena que le pedía a gritos que lo follara más fuerte… ese culo exquisito que solo pensaba en devorar de todas las formas posibles y su voz… sí, aquello le ponía el corazón a mil… no lograba explicárselo, nunca antes había sentido eso con nadie y no era porque hubiera tenido malos amantes, al contrario, solía tener encuentros con toda clase de sujetos atractivos y que lo hacían de maravilla, pero esto… esto era diferente. Por alguna razón que no lograba descifrar del todo solo pensaba darle placer al moreno, quería volverle loco, quería que continuara gritando su nombre y pidiéndole más y más, aunque en esos momentos era él quien se encontraba al borde de la locura. Quería que nunca más volvieran a separarse.

Apoyó su espalda en el respaldo de la enorme cama mientras Law se ubicaba entre sus piernas. Dejó que guiara una de sus manos hasta la  cadera, seguía sus movimientos con atención y sin despegarle los ojos de encima ni por un segundo. Entonces el moreno se acercó y lo tomó de la nuca, obligándole a tragar su lengua. Lo apretó con fuerza y el mayor comenzó a bajar lentamente hasta que su culo se tragó completamente el enorme miembro que tanto anhelaba poseer.

-¡Aghhh Law!- apretó los dientes. Respiraba cada vez más agitado rindiéndose ante el placer que sentía cuando entraba y salía-

 

 

Sanji estaba feliz. Apenas había puesto las manos sobre aquel divino traje se sintió aliviado y una sensación de dicha lo embargó por completo. Comenzó por sacarlo de aquella bolsa y con sumo cuidado colgarlo para observarlo completamente. Lo examinó con detenimiento y suspiró aliviado, estaba impecable y sin ninguna costura suelta. Al fin podría dormir tranquilo, ya solo debía conseguir unos zapatos y accesorios, pero creía recordar tener algo en su inagotable armario que le hiciera juego.

-… es simplemente hermoso-

-Vaya que sí… la tela es una de las mejores en el mundo y es una muestra… fue diseñada exclusivamente para Concasse por lo que no encontraras otra prenda que la tenga- añadió Robin mientras le cedía los papeles que debía firmar-

-Es lo mejor ¡no puedo esperar para usarlo!- sacó una pluma de su chequera y se detuvo a leer aquel contrato- Me parece bien Robin, realmente estaba preocupado-

-Lo sé, pero para tú fortuna todo ha resultado de la mejor forma- sonrió alegre- ¿Cómo va tu trabajo comunitario?-

-Ya veo que te enteraste…- le miró un tanto molesto-

-Ya sabes que Cavendish no es un sujeto muy discreto que digamos-

-Ese idiota… ha estado bien, al menos el tiempo pasa rápido-

-Me alegra oír eso-

-Ten, aquí está todo firmado… iré a hablar con Doffy sobre este asunto-

-Bien, una última cosa antes de que te marches…- señaló mientras se perdía tras un armario- La gente de Concasse me ha pedido que te entregue este perfume de cortesía-

-¿Un perfume?-

-Sí, es la nueva fragancia que lanzarán al mercado este invierno… están felices que seas tú quien lleve ese traje-

Acercó el frasco a su nariz.

-Es agradable… entonces lo usaré el día del cocktail. Bueno Robin, muchas gracias… me llevo esto… nos vemos-

-Nos vemos-

La adrenalina que corría por su cuerpo en esos momentos le impedía disimular su entusiasmo. Estaba impaciente por llegar a casa y probarse aquel elegante, majestuoso y hasta se atrevía a decir divino traje. Ahora ya no cabían dudas en su mente, estaba convencido que sería el mejor vestido de toda la noche y probablemente del año. Sonrió y se dirigió presuroso a su camarín. Antes que nada debía hablar con Doffy sobre aquel asunto del catálogo. Si no lo hacía en ese momento terminaría por olvidarlo y quizás el rubio se molestase al enterarse después. Suspiró y dejando aquella maravillosa pieza optó por bajar a resolver ese asunto de una vez.

 

-Hola Sanji- le saludó Perona al verlo llegar-

-Hola… Necesito hablar con Doffy urgentemente-

La chica no desviaba la vista de la computadora.

-Dame un segundo…- tomó un teléfono y marcó el número de la oficina del jefe- Aló, disculpe la interrupción señor pero Sanji está aquí y me dice que necesita verlo con urgencia… Uhmm... entendido-

-¿y bien?-

-Dice que está ocupado pero que si no es nada muy grave puede atenderte-

-No es nada muy grave…- respondió abriéndose paso y sin siquiera tocar entró a la enorme oficina-

 

Se sorprendió de ver al rubio tan ajetreado. Si bien solía estar trabajando durante todo el día se veía terrible. Un tanto extrañado se percató de los moretones en su piel,  su semblante lucía agotado, profundas ojeras surcaban su rostro y tenía la barba  crecida. Parecía como si no hubiera salido de aquel lugar en días. A un extremo de la sala y recostado en un enorme sofá se encontraba Crocodile escribiendo en su laptop. Ni se molestó en saludarlo, a decir verdad no le agradaba en lo absoluto aquel aburrido sujeto.

-Doffy… luces horrible-

-Hola Sanji… jajajaja ¿tan mal me veo?- respondió tratando de bajarle el perfil a su cansancio-

-Terrible, pareces un náufrago-

-No exageres- hizo a un lado una carpeta la cual reemplazo por otra llena de papeles-

-¿Qué te ocurrió en el rostro?- inquirió bajando la voz-

-Nada grave… dime ¿en qué puedo ayudarte?- desvió su atención hacia lo que se supone era tan urgente de hablar. A decir verdad no tenía tiempo para charlar con  nadie-

-Verás he tenido la fortuna de hacerme con un hermoso diseño de Concasse totalmente exclusivo y bueno como sabrás nunca logro llegar a la siguiente paga con el dinero que quisiera…- el rubio le dirigió una mirada seria-  Así que Robin me ayudó a conseguir un descuento por el traje y a cambio debo posar para ellos en un pequeño catálogo de invierno-

-¿De qué diseño estamos hablando?- le miró atentamente, no le estaba gustando para nada la idea de que su modelo posara para Concasse sin el respaldo de su agencia-

El rubio dudó si decirle el valor real, pero al final terminó admitiéndolo.

-Wine  Concasse Tuxedo de 20 millones-

-¿Has dicho 20 millones?- preguntó sorprendido-

-Sí… pero lo he conseguido por 10-

-Vaya… esos sujetos no tienen un pelo de tontos… bien, supongo que no hay de otra… ¿Cuándo debes hacer ese catálogo?-

-En invierno-

-Comprendo. Me parece bien que lo hagas, tienes mi autorización, solo debes avisarle a mandarina en qué fecha harás esas sesiones-

-Le diré… a todo esto Doffy ¿ya has conseguido tu traje para el evento?-

El rubio sonrió. Sabía que de todos sus trabajadores Sanji era quien más se emocionaba por el cocktail.

-Sí, ya tengo todo y no te preocupes… no voy a lucir mejor que tú-

-¡Nadie!... bueno nos vemos-

-¿Olvidas algo?- le dirigió una mirada de reprobación-

El rubio ladeó los ojos.

-Gracias-

-Muy bien-

Salió de la sala y cerró suavemente tras él. Doffy se quedó contemplando la puerta por unos segundos para luego regresar su vista a la ruma de papeles que debía firmar. Escuchó como Crocodile se acercaba hasta su escritorio y cerró los ojos preparándose para escuchar lo que venía.

-¿Por qué le has permitido a Vinsmoke que pose para el catálogo fuera de la agencia?- preguntó en un tono de reproche-

-¿Estabas escuchando?- no pudo evitar responderle cabreado-

-Sí ¿y eso qué? ¿Me dirás que me meta en mis asuntos?-

-No, me alegra que te intereses en mi trato con los trabajadores- dijo  sarcásticamente-

-¿Entonces?-

No quería elevar la vista. No quería verle a los ojos, estaba evitando a toda costa hablar con él y todo había andado bien durante el día. Aun así no entendía por qué mierda insistía en ir a la agencia a “acompañarle” tan solo para joderle el trabajo. Lo peor era que su humor había ido de mal en peor. Cuando regresó a casa después del incidente con Eustass Kid apenas le prestó atención.

-¿Qué mierda te pasó en el rostro?- le había preguntado cuando lo vio entrar en la habitación haciendo a un lado un pesado libro-

-Un incidente en el minimarket- mintió-

-Ya veo…- indiferente regresó a su lectura-

Esa había sido su reacción. Al menos no insistió con preguntas desagradables no obstante le dolió el hecho de que ni siquiera hubiera mostrado un signo de preocupación. Fue Baby5 quien se ocupó de consolarlo de alguna manera, llorando al enterarse que supuestamente había sido víctima de un asalto lo obligó a sentarse en un sofá mientras ponía sobre su rostro unas máscaras de gel congeladas para bajar la hinchazón. Al menos gracias a eso los moretones lucían mejor.

Rindiéndose ante la presencia de su esposo contestó:

-Entonces le dije que estaba bien porque no me significa una pérdida… no perderé ni un solo berrie si es eso lo que te preocupa-

Crocodile arqueó una ceja.

-Eres un idiota… dejas que todos se aprovechen de tu debilidad y te vacían los bolsillos… si sigues así terminarás en la ruina-

-Prefiero terminar en la ruina que quedarme viejo y solo pudriéndome en dinero- a veces la avaricia del pelinegro le cansaba-

-Tsk!- gruñó y molesto regresó al sofá-

 

Hacía mucho tiempo que no conducía con la radio encendida, pero aquel día ameritaba al menos una canción alegre que entonara con su humor. No todos los días Sanji Vinsmoke tarareaba una melodía y sonreía de lado a lado. Luego de haber hablado con Doffy pensó en largarse a casa, sin embargo la culpa y preocupación por no llegar al orfanato aquella mañana comenzó a invadirlo. Al principio se dijo a sí mismo “me importa una mierda” y sin embargo ahora se hallaba estacionado frente al deplorable edificio.

-Con suerte alcanzaré a ayudar en la cena- pensó mientras escondía su valiosísimo tesoro entre los asientos-

Con algo de temor bajó del coche y caminó a la entrada. No quería ser paranoico pero vamos, tampoco podía arriesgarse a perder los 20 millones del traje y de paso el auto por lo que trató de aparcar en un lugar que pudiera estar vigilando cada cierto rato.

-Buenas noches… disculpe pero tuve un problema en la mañana y no pude venir… recuperaré ahora mis horas- exclamó un tanto resignado-

-Buenas noches señor Vinsmoke. No se preocupe, no hay problema, el señor Zoro ha justificado por usted y la señora Dadan no ha puesto reproche alguno… puede pasar-

Se sorprendió. ¿Cómo era eso de que el marimo había justificado su inasistencia? Un tanto desconfiado firmó su ingreso

-A todo esto… las niñitas lo han extrañado esta mañana… querían darle las gracias-

-No es necesario… está todo bien- sonrió un tanto nervioso-

 En ese momento las pequeñas aparecieron y se abalanzaron sobre él.

-¡Mira el príncipe ha regresado!- dijo una de ellas-

-¡Yo te dije que lo haría!- contestó otra quien se abrazaba con fuerza a la pierna del rubio-

-¡Niñas! ¡Por el amor de dios! ¿Cuántas veces les he dicho que eso no se debe hacer?- las reprochó la recepcionista- Mil disculpas señor Vinsmoke- se acercó con la intención de tomarlas de las manos-

-No se preocupe…. Está todo bien- se agachó para quedar a la altura de las pequeñas-

-Muchas gracias señor príncipe por los regalos que nos dejó-

El rubio se ruborizó.

-Ehhh esto por nada… ¿les han gustado?-

-¡Mucho mucho!-

-Me alegro-

-¡Veeeen juega con nosotras a las muñecas!- le tomaron de la mano y comenzaron a jalarlo-

-¿A las muñecas?- preguntó mientras se dejaba llevar-

-¡Pórtense bien con el señor Vinsmoke!- gritó la mujer a la vez que regresaba a su trabajo-

-Espere yo…- trató de que le quitara a la niñas. Debía ir a la cocina a trabajar, no obstante terminó por seguirlas para no ser descortés con ellas-

 

En esos instantes Zoro se encontraba picando zanahorias. Era realmente rápido trozándolas y dejándolas en un recipiente, sin embargo el canasto parecía no acabar nunca y ya estaba cansado. Mientras él trabajaba en eso Luffy junto con Cavendish revolvían y vigilaban las enormes cacerolas con sopa. El rubio no hacía más que reprocharlo cuando se acercaba con la intención de sacar una cucharada.

-¡Detente! No puedes comerte la cena de los niños… nos hemos tardado una eternidad en prepararla-

-Lo siento ¡se ve tan apetitosa!-

-Y espero lo esté… a todo esto ¿le  agregaron sal?- interrumpió Zoro ya cansado de picar y picar-

Ambos se miraron.

-¡Son unos idiotas!- exclamó y buscó la sal para vaciar unas cuantas cucharadas en el burbujeante liquido- Iré a darme una vuelta… hace dos horas que estoy con ese maldito trabajo, mientras pueden preparar las que ya están listas-

Estaba cabreadísimo con aquella misión que la vieja Dadan le encomendó. Pensó en salir a la calle pero luego recordó que la mujer de la recepción tardaba una eternidad en abrir la puerta por lo que prefirió darse una vuelta por las habitaciones de los niños. Apenas lo veían los pequeños corrían a saludarlo o algunos simplemente le sonreían. Subió la larguísima escalera, toda la madera crujía bajo sus pies y las viejas tablas parecían hundirse a causa de su peso. El segundo piso estaba en mejores condiciones que la planta baja, al menos las paredes lucían bien y no tan húmedas. Un larguísimo pasillo se extendía delante de él y a sus lados numerosas puertas, algunas abiertas de par en par y otras cerradas. Era normal que la mayoría de los chicos a esas horas aún se encontraran en el patio jugando futbol o escalando los árboles, después de todo era verano y las noches estaban especialmente cálidas. Se detuvo en uno de los ventanales que cada cierto tiempo interrumpía la simetría del edificio y observó a los niños corretear por ahí. Sonrió, aquel lugar le traía recuerdos agradables. Cuando estaba por regresar le pareció escuchar unas risitas provenientes del final del pasillo. Un tanto extrañado avanzó hasta allá para ver de quien se trataba. Nunca era bueno que los chicos quedaran solos en las habitaciones, lo ideal era que siempre hubiera algún adulto o niño mayor vigilando y él lo sabía muy bien.  A medida que se acercaba las risas se hacían más fuertes hasta que pudo distinguir que se trataba de unas niñas.

 

-Entonces tú serás el príncipe y te casarás con Mansherry… ella es Mansherry es muy bonita-

-¡No! Yo quiero que el príncipe se case con Chimney ¡con Chimney! ¡con Chimney!-

-¡No! Ya dije que se va a casar con Mansherry… príncipe, príncipe yo también quiero que me peines así-

-¡no me copies!-

 

Se asomó rápidamente por la puerta. No quería asustar a la pequeñitas, después de todo algunas niñas huían al verlo. La habitación era bastante acogedora, dentro habían dos pequeñas camas rodeadas por peluches de distintos animalitos. Sin embargo en su rápida observación le pareció ver algo extraño. Dudó si volver a mirar o no, sin embargo casi cae de espaldas cuando escuchó una voz muy familiar:

-Está bien, pero ustedes dos serán mis princesas… Mansherry y Chimney pueden ser sus sirvientas-

-¡Siiii!- ambas niñitas reían-

Volvió a espiar, esta vez un poco más lento, y cuál fue su sorpresa al ver a su jefe sentado en el piso mientras peinaba a una de las niñas y se dejaba peinar por otra más pequeña. Por alguna razón no pudo evitar sonreír, no obstante prefirió retirarse o las pequeñas se podrían asustar al ver la reacción del cejillas cuando se diera cuenta que lo estaban espiando. Regresó rápidamente a la escalera en dirección a la cocina

-¿Qué te ocurrió? ¿Por qué estás sonriendo así?- preguntó  un sonriente Cavendish al verlo llegar-

-¿a mí? Pues nada…-

-¿Uhmmm? ¿Te han dicho que luces muy guapo cuando sonríes?- se acercó a su oído-

Zoro se movió incómodo en su asiento.

-Ehhh no…-

El rubio le tomó del mentón y se quedó observándole por unos segundos, luego lo soltó y regresó al lado de la estufa sin dejar de sonreírle.

-Qué rayos le sucede a este tipo- se dijo a sí mismo-

 

Transcurrieron unos pocos minutos hasta que Sanji irrumpió en la cocina.

-Vaya puntualidad Vinsmoke- le gritó Cavendish-

-Como suelen decir… lo mejor para el final- respondió altanero- Marimo….-

-Ahh eres tú, con que has terminado de jugar…-

El rubio abrió los ojos como platos.

-¿Qué… qué quieres decir?- nervioso comenzó a ponerse el delantal-

Zoro le dirigió una mirada burlona.

-Que si acaso terminaste de jugar a las muñecas en la agencia…-

Suspiró aliviado.

-No sé de qué mierda hablas… ¿Ya tienen la cena lista?-preguntó tratando de desviar el tema-

-¡Sanji! ¡Ya casi está! Ven a verlaaa esta sopa luce fantástica- vociferó el pelinegro desde el otro lado de la enorme cocina-

¿Qué acaso aquel crío estaba cocinando? No quería ni pensar en lo que había en esa cacerola. Caminó y destapó la olla, acercó su rostro tratando de distinguir los ingredientes que había, no lucía tan mal como había pensado, pero seguramente estaba desabrida.

-¿Le agregaron sal?- inquirió mientras le arrebataba el cucharon de madera al menor-

-¡Sí! Zoro le agregó unas cuantas  cucharadas-

Tomó una cuchara y se atrevió a probar el líquido. Casi escupe todo en el rostro del pelinegro.

-¡WAAAA! QUE ASCOOO POR DIOS… ESTO ESTÁ SALADÍSIMO-

-Jajajajaja ¡rayos! Nuestra receta falló por completo-

-¡Son unos idiotas!-

-¿Cuánto FALTA PARA LA CENA? LOS NIÑOS YA HAN COMENZADO A ENTRAR- irrumpió la vieja Dadan-

-¡Ya está lista!- gritó Luffy sonriente-

-¡RÁPIDO SIRVAN LAS MESAS! IRÉ POR LAS MANZANAS PARA EL POSTRE-

-¿Qué acabas de hacer? Esto está incomible… no puedes darle esto a los niños- le replicó Zoro quien había probado también de aquella fallida sopa-

-Yo pienso que está sabrosa-

-¡Tú no tienes paladar!-

-¿Qué tal si cocinamos de nuevo?- sugirió Cavendish mientras señalaba con una enorme sonrisa una bolsa de harina-

-¡Piérdete! No hay tiempo… tendrán que comer esto- un tanto molesto con la situación tomó una tetera con agua hirviendo y la agregó a la cacerola- Marimo ve a terminar de picar esas zanahorias y Luffy dame esas espinacas-

-¡A la orden!-

Realmente aquel trío de idiotas le sacaba de sus casillas. Por suerte la sopa tenía arreglo y no tardaría más de cinco minutos en estar lista. Envió al rubio a buscar la vajilla mientras él salteaba la espinaca junto con la zanahoria en una enorme sartén y posteriormente la mezclaba con el líquido. Se cercioró de probarla y al menos esta vez sabía decente.

-¿EHH? ¡Chicos se ha puesto a llover!- exclamó Cavendish asomándose a la ventana-

-¿Qué?- Zoro corrió para observar el cielo- Vaya… y yo que vine solo en remera…-

-¡Venga Zoro! Vamos a Dressrosa después de terminar aquí, yo invito… hoy me pueden preparar mis cocteles favoritos- le guiñó un ojo-

-Lo siento Cavendish… mañana debo estar temprano en la agencia-

-Pero… pero puedes quedarte conmigo-

-Prefiero que no, lo más probable es que no me levante y Nami me ha citado con urgencia-

-Entiendo… ¿Luffy que hay de ti?... podemos invitar a los chicos de Repel-

-¡Yo me anoto!-

El peliverde lo miró sorprendido.

-¿Tú irás Luffy?-

-¡Sí! ese lugar tiene comida muy deliciosa-

-Así que de eso se trata….-

-¡¿QUÉ ESTÁN ESPERANDO?! LOS NIÑOS YA ESTÁN EN LAS MESAS… APURENSE HOLGAZANES- gruñó Dadan asomada por la puerta-

 

 

 

Mientras Cavendish y Luffy salían a servir las mesas, Zoro y Sanji terminaban el aseo de la cocina y dejaban los ingredientes que usarían para el desayuno del día siguiente. Aun así no podían marcharse hasta que toda la loza estuviera lavada, eso significaba esperar que los niños terminaran la cena, retirar las cosas y lavar nuevamente. Así eran todos los  días de aquel agotador trabajo.

Cuando al fin llegó la loza sucia, Cavendish y Luffy se retiraron. Ellos habían llegado incluso antes que Zoro, correspondiéndoles el enorme montón de platos de la hora de almuerzo por lo que en esos momentos podían marcharse sin problemas.

-¡Bueno chicos nos vemos mañana! Adiós Zoro- exclamó Cavendish guiñándole un ojo-

-¡Adiós cejillas!-

-¡NO ME LLAMES ASÍ!-

-Zoro no te preocupes en esperarme, yo llevo unas llaves-

-Bien, nos vemos- dijo aliviado, después de todo había sido un día muy cansador y solo pensaba en dormir-

 

Transcurrió un buen rato hasta que al fin ambos terminaron sus tareas. Sanji por su parte salió a fumarse un cigarrillo afuera de la puerta que dirigía al patio. Era el único lugar donde los niños no podían verlo y no resultaría empapado por la lluvia. Al fin podría regresar a casa y dormir, realmente aunque estuviera unas cuantas horas aquel lugar le consumía muchísima energía. Dio la última calada a su cigarrillo para luego aplastarlo con su zapato, sintiendo el sonido de las brasas apagarse producto de la presión. Cuando regresó a la cocina no vio al marimo por ninguna parte, se quitó el delantal y recogió su cazadora. Como todos los días debía ir y firmar su salida para ahorrarse problemas más adelante con el juez y su estúpida condena. Salió y presuroso corrió hasta su coche para no mojarse más de lo necesario.

-Quien diría que se pondría a llover… espero que para el día del cocktail haya un cielo despejado- se dijo así mismo mientras subía y cerraba la puerta-

Se quedó observando el frontis del edificio por unos segundos hasta que encendió el motor y lentamente bajó por la calle. No tardó mucho en distinguir a su asistente caminando bajo la lluvia y apenas vistiendo una remera.

-Ese idiota…- pensó acelerando hasta detenerse un poco más adelante que él-  Sube, te llevaré a casa-

Zoro lo observó estoico. Pensó que si se subía, lo más probable fuera que el estúpido cejillas le obligara a conducir para llevarlo hasta su piso y luego tendría que coger un taxi… eso le tomaría una hora más y realmente estaba cabreado.

-No, caminaré- respondió a secas y continuó avanzando-

-No seas idiota, terminarás tomando un resfriado… tan solo sube-

-Ya te dije que prefiero caminar-

-Si estás pensando que te obligaré a llevarme a casa prometo que esta vez no lo haré-

-¿Entonces por qué esta repentina amabilidad?- inquirió arqueando una ceja-

Sanji se sonrojó.

-¡ERES UN IDIOTA! Solo trato de compensarte por llevarme a mi piso anoche…-

-Uhmmm está bien, de todas formas no vivo tan lejos de aquí-

 

De no ser porque la lluvia comenzó a caer de forma más estrepitosa que antes, no se habría subido, pero bueno lo que más deseaba era llegar a casa de una buena vez. Se subió al asiento del copiloto y cerró la puerta despacio.

-Bien ¿Por dónde vamos?- preguntó Sanji observándole detenidamente-

-Uhmmm espera déjame pensar-

-¿Pensar en qué? Tan solo debes decirme el nombre de la calle-

-No quiero que terminen robándote el coche por entrar en la calle equivocada-

-¿CÓMO DICES?- abrió los ojos como platos- ¿En qué parte de la ciudad vives?-

-En los suburbios… cerca de la terminal Gray-

-¿suburbios? ¿La terminal gray?... un momento… ¿ese no es el peor sector de la ciudad?-

-Sí-

Nervioso miró a su alrededor.

-Si te da miedo conducir hasta allá puedo caminar-

-No, no… espera marimo… solo vamos, te dejo en tu casa y nada malo debiera suceder-

-Puedes doblar por aquella intersección- indicó unas calles a lo lejos-

 

Hizo tal y como le dijo su asistente. Tomó la intersección y comenzó a bajar por una larguísima calle, la cual comenzaba a cambiar a medida que se acercaban a la famosa terminal. El lugar se tornó lleno de basura y gente durmiendo en las calles, Sanji miraba un tanto nervioso el panorama, realmente nunca había visto un sitio tan inmundo como ese. Sintió nauseas de solo pensar en la clase de comida que debían vender los restaurantes por los cuales pasaron a rápida velocidad.

-En la siguiente esquina debes doblar a tu derecha-

-¿Realmente pensabas caminar hasta acá?... era bastante distancia después de todo-

-Unos 40 minutos caminando-

Frunció el ceño. Sin entender muy bien porqué le molestaba que su asistente tuviera que caminar por aquel repugnante sitio.

-¿y ahora hacia dónde?-

-Ahora debes tomar esa y luego aquella-

-¡Que enredo! Este lugar es como un horrible laberinto-

Avanzó a toda velocidad hasta que se encontró en la entrada de los suburbios. Mientras aguardaba el cambio del semáforo observó grupos de pandillas dispuestos en distintos puntos de la acera, intercambiando droga o más bien consumiéndola. Un tanto asustado preguntó al peliverde:

-¿No te causa temor vivir en este lugar?-

-No, ya conozco a todos los chicos… así que puedes estar tranquilo, no te harán nada a menos que yo les pida-

-¿AHH?-

-Jajajaja tranquilo, solo bromeo… ahora debes tener cuidado, a veces los delincuentes lanzan clavos o piedras a las calles para pinchar los neumáticos de los autos y robarlos… así que si quieres puedo bajarme aquí-

Lo pensó durante unos instantes, sin embargo la lluvia no hacía más que caer  y caer torrencialmente.

-No, vamos te llevaré…-  exclamó un tanto nervioso causando un sobresalto en el peliverde-

-En ese caso puedes entrar por aquel callejón- señaló en dirección a unos edificios-

 

Apenas entró en el oscuro pasaje escuchó el característico sonido de un neumático pinchado. Sobresaltado intentó mantener el control del vehículo y vaya suerte que tuvo pues iba a baja velocidad. Se detuvo unos cuantos metros más adelante.

-¡MIERDA! ¿QUÉ DEMONIOS HA PASADO?- exclamó agitado al darse cuenta que la situación-

-Mierda… al parecer se ha pinchado el neumático-

-¡AY POR TODOS LOS CIELOS! ¡¿Por qué tienen que pasarme estas cosas a mí?!...- se volteó para ver a Zoro-

-Sí… sí… ya sé que dirás que es mi culpa por haber entrado en este callejón… ahórrate tu saliva-

-Tsk!... ¡CLARO QUE ES TU CULPA! Ve y cambia el neumático-

-¿Tienes uno de repuesto?-

Se detuvo en este detalle.

-No…-

-Entonces vete a la mierda-

-¡POR SUPUESTO QUE NO!... joder… yo aquí varado, en plena terminal gray y con mi traje Concasse…-

-¿De qué hablas?-

-Espero que nadie venga a robarme… sería lo peor que podría suceder. ¡Apenas hoy he conseguido mi traje para el cocktail!-

-Vamos no exageres… tan solo debes llamar a una grúa para que te venga a recoger-

-Llamaré a Nami-

-Dije una grúa cejillas ¿Eres idiota o qué?-

Se encontraban aparcados en medio de un oscuro y sucio callejón rodeado de altísimos y viejos edificios, a través del cual Zoro solía transitar todos los días. Apenas unas cuantas calles más abajo estaba su casa, por lo que era cuestión de que llegara el remolque y podría caminar el resto del trayecto sin problema. La luz de la calle posterior por la cual habían venido, iluminaba a duras penas aquel miserable recoveco, filtrándose a través de la luneta cubierta con gotas de lluvia, dejando un pequeño haz sobre los asientos de cuero de aquel lujoso coche.

Sanji tomó su móvil y marcó el número de la manager.

-Aló… Nami necesito que envíes una grúa a recogerme… he tenido un imprevisto por culpa del marimo-

-Aló… Sanji… ¡Es medianoche! ¿Cómo puedes ser tan desconsiderado?- preguntó somnolienta y con su voz llena de odio-

-Lo sé pero no tengo a quien más recurrir…- trató de sonar lastimero-

Hubo un silencio en la línea.

-Está bien… llamaré una grúa para que te remolque… ¿Dónde estás exactamente?-

El rubio dio las indicaciones exactas esperando ilusionado en que el remolque no tardaría tanto más en llegar. Nada más alejado de la realidad. Ya habían transcurrido más de treinta minutos y no había señales de absolutamente nada. Insistió a la pelinaranja no obstante ésta le señaló que al parecer tardarían más de la cuenta en llegar por lo que no le quedaba de otra que esperar.

 

-Creo que ya es momento de que me largue… ha pasado mucho tiempo y quiero llegar a casa-

-¡¿QUÉ DICES?! NO! POR NINGUN MOTIVO TE BAJAS DE ESTE COCHE!- gritó-

-No me grites, no tengo por qué quedarme a esperar esa maldita grúa contigo-

-¡CLARO QUE SÍ! esto ha pasado por tu culpa…-

-Ya te dije que dejes eso-

-¡NO! TE QUEDAS Y PUNTO- se cruzó de brazos. Realmente se negaba a quedar solo en ese repugnante sitio y peor aún, con su coche defectuoso-

-Si hubiera caminado ya estaría en casa…- gruñó Zoro fastidiado-

-Pero no lo hiciste… te subiste, así que ahora debes asumir la responsabilidad por esa decisión-

-Estúpido cejillas…-

-¡¿A QUIEN LLAMAS ESTUPIDO?!-

-Tsk! Ya duérmete mientras esperamos… por lo menos a mí me ha bajado el sueño- dio un largo bostezo a la vez que estiraba sus brazos- Buenas noches…-

-Oye espera no te duermas… despierta… maldición… solo espero que esos idiotas se apresuren… qué demonios…- exclamó asustado cuando de pronto, por el espejo retrovisor, vio un grupo de sujetos acercándose lentamente- Mierda… mierda… oye marimo…-

-¿Qué ocurre  ahora estúpido cejillas?- fastidiado y con dificultad abrió los ojos-

-Hay unos sujetos que vienen hacia acá…. Observa con cuidado…- le dijo casi en un susurro-

Zoro se volteó y entonces se percató que alrededor de cinco sujetos les vigilaban.

-¿Qué importa? No están haciendo nada-

-Pero están ahí de pie mirando hacia acá y se acercan lentamente…-

-Vete a la mierda, déjame dormir… además no tienen nada que robarte… no van a robarte el coche-

-¡¿QUÉ DICES?! No… no puedo  permitir que me roben… mi traje cuesta casi lo mismo que este coche, no puedo permitir que se acerquen. Bajaré yo  mismo y les diré que se larguen- se quitó el cinturón totalmente dispuesto a decirle a los delincuentes que se  fueran a la mierda-

El peliverde se sobresaltó al oír aquello y rápidamente lo detuvo en un fuerte amarre.

-Ni se te ocurra hacer eso…- le apretó con fuerza la muñeca-

-¿Qué crees que haces?-

-Si vas a allá y los encaras puede que te vuelen los sesos… tan solo tranquilízate-

La mirada de espanto que puso el rubio le preocupó.

-Demonios… espera creo que sé quiénes son, me bajaré y hablaré con ellos- exclamó con la intención de abrir la puerta, sin embargo la mano de su jefe lo retuvo-

-Espera… ¿Dónde mierda vas? –

-Tranquilo, déjame esto a mí…- el peliverde se soltó y abrió la puerta del coche disponiéndose a salir-

-Marimo… ¡ese idiota!- atinó a cerrar la puerta suavemente, y lleno de nerviosismo a la vez que ponía atención a la escena que transcurría detrás-

 

-¿Qué hay chicos? Tanto tiempo que nos los veía…- saludó al grupo de pandilleros-

-ZZZZZoro Bro! Tanto tiempo si… ¿En qué andas con ese? Si busca del buen polvo le podemos ofrecer si-  le respondió quien parecía ser el líder de la banda-

  Todos vestían pantalones holgados, chaquetas largas y grandes, unas anchísimas zapatillas, y los gorros de lana más largos que Zoro había visto.

-Es mi nuevo jefe Johny, quizás después lo pueda convencer para que pruebe de lo tuyo-

-Sssssería genial Bro!- sonrió y su mirada se perdió en el cabello verde de Zoro- ¡Como brilla ese color! Ja-ja-ja-

-¿No tienez nada pa´q nos vayamos a comprar un traguito?- preguntó uno de los tipos-

Zoro sacó unos cuantos berries de su bolsillo, y se los entregó.

-No andamos con nada más… venimos del trabajo, pero con esto te alcanzarán unos cuantos tragos-

Los chicos sonrieron felices entre sí y comenzaron a alejarse.

-Graaaaaaziiiass Bro!-

-De nada- suspiró aliviado. Por suerte conocía al jefe de la pandilla. Se trataba de Johny su vecino durante años-

Regresó al auto y se encontró con Sanji completamente sorprendido y con un gesto de alivio en su rostro.

-¿Qué les dijiste para que se fueran?-

-Sólo les pasé unos cuantos berries para que compraran cerveza-

-¡Qué horror! Por poco y nos roban todo- lloriqueó-

-No exageres cejillas, además para tu fortuna el líder de esa pandilla es mi vecino-

-¿CÓMO DICES? ¿TU VECINO ES UN PANDILLERO?-

-Sí, es Johny, lo conozco de toda la vida así que puedes calmarte que no nos hará nada-

-¡Dónde demonios vine a parar!! Y para empeorarlo está en peligro mi traje!-

-Deja esa mierda de traje en paz quieres, nadie te va a robar… además ya me obligaste a quedarme-

-Es tú deber… no podías abandonarme en un lugar tan horrendo como este, además después de que ofreciera llevarte a casa-

Zoro ladeó su sonrisa.

-Como digas… ahora déjame dormir ¿sí? Cuando llegue la grúa despiértame-

-¿Ya tienes tu traje para el cocktail?-

¿Qué diablos? ¿Acaso ese idiota estaba sordo? Se dijo a sí mismo un tanto irritado.

-No y ya te dije que quiero dormir, buenas noches-

-¡¿Y cuándo vas a buscarlo?! ¡Solo quedan dos días para el cocktail!-

-No me importa esa mierda… lo único que me importa en estos momentos es que cierres tu bocota y me dejes dormir-

-¡TÚ NO ME DAS ORDENES MARIMO INSOLENTE! , además no puedes dormirte ahora y mucho menos en este sitio…- miró a su alrededor con desconfianza-

-No me importa, solo uno debe estar vigilando-

-Y ese no tengo porque ser yo… no olvides que eres mi asistente-

-¿Hasta cuándo pretendes seguir fastidiándome con eso del asistente?-

-Hasta cuando dejes de serlo idiota…- sonrió irónicamente a la vez que sacaba un cigarrillo y lo encendía- Tan solo te ordeno que no te duermas y esperes conmigo-

-TSKKKKKK- gruñó resignándose pues de todas formas apenas cerrara los ojos la molesta voz del rubio lo despertaría-

Hubo un minuto de silencio.

-¿Qué harás con tu traje?-

-¿Seguirás preguntando esa mierda?- irritado se volteó para no verle el rostro-

-Puedo preguntarte lo que quiera y me debes responder-

-Eres molesto…- contempló las pequeñas gotas de agua resbalar despacio por la ventana- No lo sé, mañana le diré a Robin que me ayude con ese tema… a todo esto ¿Por qué te emociona tanto ese cocktail del que todos hablan?-

-¿Bromeas? Es el evento social más importante del año… por lo menos del mundo de la moda, habrá muchos invitados de distintas agencias, comida por montones, baile y la alfombra roja donde toda la prensa se aglomera para fotografiarte-

-Que divertido…- respondió con sarcasmo-

-¡Es lo mejor!- dijo emocionado causando una expresión de extrañeza en el otro-

-ya veo… ¿por eso te preocupa tanto lucir bien?-

-¡Por supuesto! Lucir bien es una ley absoluta en este mundo, por eso he comprado esta maravilla- extendió su brazo al asiento trasero donde tenía el traje y dio unas suaves palmaditas a la gruesa  bolsa de lona negra que lo protegía- Con esto causaré sensación y nuevamente saldré escogido el mejor vestido de todo el evento-

No pudo evitar dejar escapar una risita burlona.

-Jajajaja ¿De veras tanto te preocupa eso?-

-¡Tú no sabes nada! Eres un aparecido en esto así que no puedes burlarte de mí- le reprochó mientras lanzaba el ya acabado cigarrillo por la ventana-

-Como tú digas…-

-¡Deja de ser tan fastidioso asistente cabeza de alga!-

Zoro no hacía más que reír y reír.

-Está bien, está bien… olvídalo quieres-

-Tsk… idiota- murmuró- Sólo eres un envidioso-

-Sí… realmente te envidio… yo también quisiera que las pequeñitas me invitaran a jugar a las muñecas con ellas-

El rubio enrojeció por completo.

-¡¿QUÉ…. QUÉ HAS DICHO?- nervioso y con el calor apoderándose cada vez más de su rostro se atrevió a encarar a aquel insoportable individuo-

-Te he visto con las pequeñas… ¿Quién lo diría cejillas?- una sonrisa burlona volvió a cruzar su rostro-

-¡CÁLLATE! No te atrevas a decirle a nadie o yo… o yo… yo… voy a-

-Detente, deja de inventar estupideces… no veo nada de malo en lo que haces… es solo que me sorprendió-

Ese maldito calor no desaparecía de su rostro, para peor había aumentado al escuchar al idiota ese hablar. Su corazón latió un poco más rápido y sin saber muy qué contestar se atrevió a decir:

-Ya… ya… solo cállate- desvió la mirada-

-Cejillas…-

-¿Qué ocurre?-

-Anoche mientras tú estabas en el baño vomitando…-

-¡No menciones eso!- interrumpió-

-Mientras tú estabas en el baño… -

-Deja de decirlo por todos los cielos ¿Acaso me quieres humillar? ¿Tú a mí?-

-Cuando fui a buscar el bicarbonato que bebiste-frunció el entrecejo- Encontré la vieja fotografía de una hermosa mujer… ¿es tu madre?- se atrevió a preguntar. Por alguna razón aquella imagen le había quedado dando vueltas durante todo el día-

Sanji palideció al escuchar aquello. Sintió como su garganta se secaba poco a poco, dificultándole hasta tragar saliva. Nervioso posó sus manos en el volante mientras jugueteaba con sus dedos lentamente. Estaba tardando demasiado tiempo en responder y Zoro pareció notarlo, pues exclamó:

-No tienes que decirlo si no quieres… Lo lamento si soné entrometido…-

-Sí…- terminó por admitir- Ella era mi madre- de cierta forma sintió su pecho un tanto aliviado-

-Lo siento…-

-Tranquilo… está bien-

¿Tranquilo? ¿Está bien? Eso no sonaba para nada como algo que el cejillas diría… ¿qué demonios estaba pasando? ¿La había jodido? Aquel desagradable sujeto nunca antes le había hablado de esa forma… tan… ¿suave?. Tragó saliva y se arrepintió por haberle preguntado aquello. El silencio que reinaba en esos momentos se estaba haciendo insoportable de no ser por la tensión probablemente se hubiera dormido, pero estaba jodidamente nervioso y deseaba a gritos que la puta grúa llegara de una puta vez.

-¿Qué hay de ti marimo?-

-¿Respecto a qué?- aunque estaba bastante nervioso al menos su voz no lo delataba-

-Tus padres…- por alguna razón aquella duda se había implantado en su mente y sintió que al menos era la ocasión para conocer un poco más a su asistente-

-Mis padres murieron cuando tenía tres años… me crie en un orfanato-

Una fibra sensible del rubio hizo cortocircuito al escucharlo. De pronto una inmensa tristeza se apoderó de él y sin poder comprender el porqué, sintió deseos de abrazarlo.

 

 

Notas finales:

Sanji... ¿eres tú? *O*!

Besos!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).