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Pink Cocktail por LovingTales

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Notas del capitulo:

Hola mis queridísim@s lector@s !


Sí que ha pasado tiempo ¿no? 


creo que casi 2 meses y vaya que han transcurrido rápido. 


En primer lugar quiero disculparme (como siempre) por la larguísima espera que les he hecho pasar y de verdad por motivos de fuerza mayor me fue prácticamente imposible actualizar en este tiempo. Sin embargo no había día en que no recordara mi deber! y  sobre esto agradezco la infinita paciencia que me han tenido hasta ahora. 


Además quiero agradecer los muchos comentarios que me han dejado y es que en muchos días que me encontraba deprimida, tan sólo saber que hay lindas personitas esperandome me subía el ánimo. !Mil gracias!


Debo comentarles además que este capi estará dividido en dos partes, por el momento les dejo la primera y espero actualizar la segunda mañana, pues tan sólo falta terminar una parte. He decidido hacer esto por la extensión del capítulo 26 que hasta donde voy ya llevaba más de 30 páginas. ¿Estoy loca? xD


 


Bueno sin más demora les dejo el cap. !ESPERO LO DISFRUTEN! pues si bien no pude actualizar, si que me las ingenié para escribir muajajajaja! 


 


Cariños y muchos besos para ustedes, que tengan una hermosa semana :D 

En el capítulo anterior...

 

El rubio se puso de pie y comenzó a avanzar lentamente de regreso a casa.

-Si tú lo dices cejillas… aunque debo confesar que ya probé un bocado-

-¿Hablas enserio? ¿Y cómo estaba? -

-No creo que quieras saberlo-

-¡Por supuesto que quiero!-

-Creí que no te interesaba-

-Es decir no me interesa, pero de todas formas quiero saber- insistió, haciendo más que obvia su intención-

-La verdad estaba delicioso-

Una sonrisa se escapó de sus labios.

-¿De verdad lo estaba?-

 

Sin poder evitar observar su rostro por unos instantes se limitó a responder:

-Sí, lo está-

Sanji intentó ocultar una nueva sonrisa.

 

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Capítulo 26

 

A pesar de todo el ajetreo de la semana, y qué decir de la demandante presencia del rubio en su casa, no se encontraba agotado en lo absoluto, sin embargo como todo sábado agradecía enormemente el poder levantarse tarde y esa vez no fue la excepción.

A eso del mediodía y producto del ir y venir del estúpido cejillas despertó a regañadientes. Revolviéndose aún somnoliento en el sillón, hundió el rostro en la almohada y permaneció en esa posición por un instante antes de sentir un peso caer sobre su cuerpo.

 

-¿Qué crees que haces? ¡Levántate ya de una vez!- exclamó Sanji quien había lanzado un montón de mantas sobre el sofá-

-¿Ahhh? No me vengas con eso…. Déjame dormir-

-Es una orden, levántate-

-¿y para qué quieres que me levante?-

-Para que limpies este desastre que tienes por casa… y de paso laves mi ropa-

 

El peliverde frunció el ceño

 

-¿No te basta con todo lo que hago en la semana?-

-Claro que no- replicó el rubio al tiempo que se dirigía a la cocina-

-Tsk… supongo que podré dormir una siesta más tarde- pensó y poniéndose de pie permaneció contemplando a su alrededor hasta que un agradable y familiar aroma llegó a su olfato-

 

Sin pensárselo dos veces caminó hasta la mesa y qué sorpresa se llevó al encontrarse al rubio trozando fruta concentradamente. No pudo evitar arquear una ceja ante la escena, no obstante para evitar cualquier discusión prefirió ahorrarse los comentarios.

 

-Es momento de que limpies esta casa… el polvo ya está causándome alergia- reclamó al tiempo que disponía algunas cosas sobre la mesa-

-Bueno… supongo que es verdad-

-Además no puedo seguir durmiendo en ese inmundo colchón hasta que laves las sábanas y limpies debajo-

-Sí…-

-Y no te olvides de mi ropa, ya no tengo qué ponerme-

-Muy bien…-

-Ahh y antes de que lo olvide ¡Eres pésimo en lo que respecta al cuidado del jardín! De no ser por mí las flores se habrían marchitado producto del calor-

Esta vez no pudo ocultar su extrañeza, causando un leve sonrojo en su jefe.

-Como digas… dame un respiro- suspiró un tanto divertido al observarlo ladear la vista nervioso-

Y es que en esos momentos pudo darse cuenta de lo bien que conocía la reacciones del rubio, y sin olvidar las expresiones que ponía al mentir. Realmente era pésimo en eso de inventar excusas. Sonrió para sí mismo y sin intentar dar a conocer su sorpresa al estar siendo atendido por el cejillas, sin que este se diera por enterado, se limitó a dar un primer sorbo al café.

 

Al cabo de un rato se dispuso a trabajar y para comenzar optó por acarrear la mayor cantidad de muebles a un extremo de la casa mientras barría y sacudía el espacio desocupado.

-Tsk… ese idiota es un aprovechado, me da órdenes en mi propia casa y él se dedica a descansar bajo el árbol- mascullaba el peliverde al distinguir a Sanji dormitando en el jardín- Ni se por qué le hago caso, de todas formas me las pagará-

Permaneció de pie, inmóvil observando al rubio desde la ventana. A decir verdad no podía evitar sentir que algo en él había cambiado, y bueno después de todo el tiempo que venía conociéndole se dio cuenta que en el fondo no era tan mal tipo.

Sacudió la cabeza ante este pensamiento y rápidamente regresó a lo suyo: barrer y remover el polvo para que el estúpido cejillas no reclamara.

 

Transcurridas unas cuantas horas y tras haber encerado los gruesos tablones de madera que había por piso, decidió que era momento de tomar un descanso antes de llevar a la lavandería la ropa del idiota ese, sin embargo justo en ese instante el sonido de un móvil le interrumpió.

 

-Qué extraño… no es el mío- pensó al ver su teléfono sin ninguna llamada entrante-

Rápidamente caminó hasta el lugar de donde provenía el estrepitoso sonido y al llegar, dudando en si contestar o no, optó por salir al jardín a entregarle el condenado aparato al rubio, después de todo no quería oír una reprimenda por ser entrometido.

-Oi cejillas… despierta, tu teléfono está sonando-

-¿Qué?- exclamó y un tanto desorientado lo tomó torpemente, el cual producto de su somnolencia resbaló y cayó sobre su boca para después rebotar al suelo -¡MIERDA!- se quejó producto del golpe-

-Jajajajajajajaaja- rió Zoro animadamente y apretando su estómago producto del esfuerzo-

-¡CÁLLATE! POR TU CULPA CASI PIERDO UN DIENTE- se defendió y olvidándose del móvil se puso de pie y dio un leve empujón a su asistente, aumentando aún más su risa-

-Está bien, está bien…. Dame un respiro. Hubieras visto tu expresión-

-¡Ni lo menciones!... y además perdí la llamada- exclamó y revisó el directorio para ver de quien se trataba- Uhmmm número desconocido, me importa una mierda. Ahora dime ¿Terminaste de trabajar? Espero que no estés aquí perdiendo el tiempo-

-Ya he terminado… solo falta llevar tu ropa a la lavandería-

-¿Y qué esperas para hacerlo?-

-Pues que me pases lo que tienes puesto. Mañana estará cerrado-

-¿Eh? ¿Qué dices? ¿Cerrado?... ¡pero cómo puede ser eso posible!

-Mañana es domingo… las personas tienen derecho a descansar también-

 

El rubio le miro indiferente.

-Lo sé, pero entonces ¿quién lavará mi ropa mañana?-

-Nadie, debes lavarla hoy-

-¡¿Y cómo mierda quieres que haga eso si no tengo nada más que ponerme?!-

-Pues no lo sé, eso no es mi problema-

-Por supuesto que lo es, ¡es tu problema! No el mío- argumentó al tiempo que encendía un cigarrillo- Ve y cómprame algo de ropa en el centro comercial-

-¿Estás demente? No tenemos dinero para eso-

-Entonces resuélvelo de alguna manera-

-Tsk… puedo traerte algo de ropa del supermercado-

 

Sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-¿QUÉ? ¿Ropa de supermercado?- protestó- ¿Quién crees que soy? Puede que haya perdido mi casa, mi coche y mis cosas pero sigo siendo un supermodelo ¡y no me vestiré con cualquier cosa!-

Sin prestarle mayor atención a las palabras de su jefe se dirigió hasta su armario y tomando lo primero que encontró regresó a los pocos minutos con una muda de ropa, la cual dejó caer en su cabeza.

-¡¿Qué crees que haces?!-

-Ahí tienes ropa, entrégame esa para lavarla-

-¿Ah? ¿Es una broma? ¿De dónde sacaste estos harapos?-

-De mi armario- sonrió victorioso- apresúrate antes de que me marche-

 

Sanji pareció dubitativo por unos segundos.

-Espera ¿dónde te marchas?-

-A la lavandería pues, ¿dónde esperas que vaya con tu ropa?-

-¿Acaso no la lavarás tú mismo?-

-Por supuesto que no -

 

Completamente resignado el rubio optó por tomar las prendas, y adelantándose entró en la casa mientras Zoro cogía unos cuantos duraznos y los devoraba con avidez.

 

-No puedo creer que vaya a usar esto- se lamentó Sanji al tiempo que cogía los holgados pantalones que el marimo le había cedido- Debe ser una broma… es un pantalón de chándal. Cómo se supone que combina con esta remera desteñida… no sé si es gris desgastado o blanco manchado… esto es una pesadilla-

 

Sin siquiera mirarse en el espejo se apresuró en salir del baño. Sabía que lucía en un estado deplorable, pero en cierta forma ese aspecto desaliñado le haría irreconocible.

-Muy bien marimo, vamos de una buena vez-

Zoro le observó perplejo

-¿Acaso vas a salir?- inquirió un tanto incrédulo ante la repentina y extraña disposición del rubio-

-Sí… ¿Tienes algún problema con ello?-

-No realmente, es solo que pensé que no querías ser visto por nadie-

-Tsk- ladeó la vista- Llevo encerrado días en este lugar y me estoy comenzando a cabrear enserio-

 

Se sorprendió al oír aquello.

 

-¿Puedo ir no es así? ¿o tienes algún problema? -

 

La mirada del rubio dejó entrever un brillo de expectación el cual no pasó desapercibido. Tratando de disimular una sonrisa respondió:

 

-Está bien, pero te advierto que el camino no es como ir a un paseo por un jardín de rosas, más te vale no reclamar después cejillas-

-¡No me llames así! Y además ¡¿Quién mierda crees que eres para amenazarme?! A decir verdad, a estas alturas ya no me importa demasiado-

-Eso espero… bueno vámonos de una vez-

 

Ambos salieron de casa en dirección al pequeño y deplorable centro comercial que aquel distrito de la terminal Gray poseía. A pesar de que caminaban a una velocidad relativamente rápida, Sanji no hacía más que voltear cada cierto tiempo para cerciorarse que nadie los estuviera siguiendo.

-¡QUE ASCO! ¡Este lugar es peor de lo que pensé! - exclamó tras tener que saltar una ruma de basura en medio de la acera- Es un verdadero basural-

-¿No decías hace unos minutos que te daba igual?-

-Yo nunca dije eso, solo dije que no me importaba demasiado ¡Pero este sitio es repugnante! Y apesta a orina-

-Jajajajajaja bueno, aún estás cerca de casa para devolverte-

-¿Acaso bromeas? ¿devolverme solo?-

-Sí-

-Ni de joda-

-Así que después de todo si eres una sabandija cobarde-

-¡REPITE ESO Y HARÉ QUE TE ARREPIENTAS!-

-Jajajajajaja es una broma, cualquier ser humano con sentido común no regresaría solo. Muchos asaltos y secuestros ocurren a plena luz del día por esta zona-

-¿Secuestros?- inquirió con la voz entrecortada-

-Así es, pero tranquilo no pasará nada. Aunque no lo creas el sector donde vivo es el más seguro de todo el distrito y eso es porque a unas pocas manzanas está la estación de policías-

-Eso no me tranquiliza…-

 

Justo en ese instante un hombre un tanto mayor y con la apariencia de mendigo cruzó la calle en dirección hacia ellos. Apenas se acercó el hedor a alcohol y mugre invadió la atmósfera.

-Peee… ro que be… bella muchachita, mucha… chita…. ¿dónde vas?- dijo el viejo tras plantarse justo frente a Sanji, a quien había confundido con una mujer-

-¡¿EH?! ¿PERO QUÉ COSAS DICES VIEJO DE MIERDA? ¿ACASO NO VES QUE SOY HOMBRE?- le respondió completamente ofuscado-

-Ignoralo, ya vamos de una vez-

-Y tú marimo inepto no me dejes solo- gritó al ver como Zoro se alejaba-

 

Tras caminar durante un lapso de veinte minutos arribaron a lo que era conocido por todos como la zona comercial. Sanji casi cae de espaldas al entrar en el supermercado. Nunca en su vida había visto un sitio tan inmundo y donde vendieran comestibles. Tragó saliva e intentando no respirar demasiado hondo siguió a Zoro hasta el final de un largo corredor, el cual se encontraba tras las cajas.

 

-Así que la lavandería se encuentra dentro del edificio…-

-Así es-

-No puedo evitar mencionar que este lugar es una verdadera mierda-

-Te dije que no era un jardín de flores-

-Aún así nunca pensé que fuera a este extremo- señaló mientras miraba con desaprobación todo lo que le rodeaba-

-Ahora cállate, entraremos a dejar la ropa-

-¡Tú no me das órdenes!-

 

Empujó una pesada puerta de cristal, el cual por cierto parecía nunca haber sido limpiado pues las manos y dedos de los clientes se encontraban impresos, tornando opaca y grasienta la vidriosa superficie. Apenas entraron Zoro se apresuró a una máquina y sacando la bolsa de ropa sucia de su mochila procedió a meterla dentro de la lavadora para posteriormente agregar detergente, cerrarla y luego echar unas cuantas monedas en la ranura.

-Bien mientras esto se lava vamos por algo de comer- indicó a su jefe-

-Supongo que no te referirás a un plato preparado-

-No me parece una mala idea pero a juzgar por tu expresión puedo decir que realmente es una pésima idea-

-Me alegra que la comunicación sea efectiva entre nosotros… ¿Entonces qué vamos a cenar?-

-Uhmmmm realmente no lo sé. Veamos qué se nos ocurre ahí dentro-

 

Los larguísimos y desordenados pasillos se encontraban abarrotados de toda clase de productos, algunos sin ninguna relación entre sí. Esto llamó profundamente la atención de Sanji, quien al percatarse que al lado del cajón de las cebollas se encontraba el estante del papel higiénico no pudo evitar protestar.

-Pero qué demonios… además de sucio este sitio es desordenado… ¿por qué mierda junto a la sección de verduras se encuentra el papel higiénico?-

-¿Y eso qué importa?- preguntó Zoro sin poder entender cuál era el problema en aquella distribución-

-¡Claro que importa!... ¡importa mucho! Los artículos de baño no debieran estar en este mismo pasillo-

-¿Entonces qué debería haber aquí?-

-Pues algo coherente- reclamó sin dejar de observar a su alrededor- No lo sé, las frutas, huevos, productos naturistas o inclusive y en última instancia los lácteos-

-No te exijas tanto cejillas- dijo al tiempo que se  alejaba pasillo abajo con el carro-

-Espera marimo, aún no decido que vamos a cenar-

 

Asomándose por los corredores el rubio buscó la sección de pastas la cual por cierto se hallaba junto a los artículos de oficina.

-¿Eh? ¿La misma mierda?- reclamó al ver las agenditas brillantes junto a los pesados tarros de salsa de tomate de marcas hasta ese entonces desconocidas para él- Me pregunto quien es el gerente de marketing de este basurero… si es que existe ese cargo- pensó mientras recorría los estantes explorando sus diversos productos-

Zoro por su parte se limitaba a observar divertido la dedicación que el rubio prestaba a cada envase que tomaba. Tal parecía ser que leía todos los ingredientes y los comparaba unos con otros sin dejar de repasar con la mirada el estante una vez más.

-Bien… no tienen la marca de salsa de tomate que a veces suelo ocupar, pero esta es la más parecida- señaló. En ese momento se dio cuenta que su asistente no le quitaba la vista de encima- ¿Qué ocurre marimo? -

-¿Eh? Pues nada, solo esperaba a que te decidieras- respondió sobresaltado-

-Si ya estoy listo con esto, buscaré los espaguetis. Generalmente nunca compro pasta lista, pero supongo que será una excepción-

 

Esta vez el rubio tardó aún más tiempo en escoger qué llevar al carro pues leía atentamente cada envoltorio.

-Me pregunto por qué demonios este idiota demora tanto en escoger qué comprar- pensaba Zoro mientras le observaba curioso. Instantes después cayó en la cuenta de lo más delgado que lucía el modelo y sin poderlo evitar la preocupación le invadió por completo-

-He terminado con esto, ahora vamos por la carne-

-No nos alcanza para carne-

-¿Cómo que no nos alcanza?-

-Por si antes no te habías dado cuenta la carne es muy cara-

-¡¿Y pretendes que haga una salsa boloñesa a base de pescado?!-

-Uhmm la verdad tampoco nos alcanza para pescado-

 

Un tanto sorprendido permaneció en silencio por espacio de unos segundos, intentando procesar las negativas que acababa de recibir, después de todo el tener que limitarse al momento de hacer las compras no era algo que él hiciera, por lo que realmente nunca se había detenido a pensar en el precio de las cosas. Suspiró de forma pesada y entonces, resignado, exclamó:

 

-Está bien, supongo que no hay remedio. Podemos hacer una versión con vegetales. ¿Nos alcanza para eso verdad?-

La sonrisa que escapó de los labios de Zoro le hizo estremecer por un momento.

-Sí, para eso tenemos de sobra-

Para su fortuna las frutas y verduras eran lo más económico en aquel supermercado. Aunque en los demás distritos de la ciudad éstas solían ser lo más costoso, en la terminal gray al ser una estación de descarga de alimentos entre otros productos, los precios solían estar bastante más bajos en comparación a otros lugares.

 

Tras haber sacado unas cuantas zanahorias, tomates, cebollines y algunas manzanas, ambos jóvenes caminaron en dirección a la caja. Mientras hacían la fila el peliverde se hizo con una bolsita de frituras.

 

-¿Qué es esa mierda?-

-Ahhh solo unas patatas fritas-

-Tú no puedes comer esas cosas, no olvides que eres modelo-

-¿Y eso qué?-

-Los modelos no andan comiendo frituras por ahí… devuelvelas- susurró-

-No lo haré, tengo hambre-

-Vamos a llegar a cenar-

-Eso será en horas, yo tengo hambre ahora… no te entrometas cejillas-

-¿Acaso quieres engordar? Créeme que pasar horas frente al lavabo intentando vomitar no es agradable-

-Jajajajaja descuida , solo son unas cuantas friturillas, no te preocupes por mí-

 

Sonrojado el rubio desvió la vista.

 

-No me preocupo por ti…. Idiota-  susurró-

 

Luego de haber pagado y de paso recoger la ropa de la lavandería, regresaron a casa. Ya que los berries escaseaban Zoro optó por tender la ropa en su patio en vez de pagar por la secadora y de esa forma ahorrarse unas cuantas monedas.

 

Mientras el rubio se disponía a cocinar el peliverde le observaba imperturbable desde el sofá a la vez que jugueteaba barajando un mazo de naipes.

 

En ese mismo instante y al otro lado de la ciudad, un desaliñado e irritado Law fumaba un cigarrillo en el balcón de su piso. Su mirada fría y calculadora yacía perdida entre las luces de la bulliciosa ciudad y su deslumbrante y cálido titilar.

Honestamente los últimos días habían sido una mismísima mierda, y hasta aquella descripción quedaba corta.

En primer lugar, estuvo aquel encuentro con Crocodile. Odiaba admitirlo, pero aquel sujeto era capaz de quitarle el aliento a cualquiera y siendo sincero hasta él mismo podría haberse interesado de no ser porque se trataba del esposo de Doffy. Ladeó la vista cabreado ante esta repentina idea y entonces recordó la expresión del rubio. Realmente nunca le había visto tan molesto y eso en cierta forma le impresionó, sin embargo no podía evitar sentirse fastidiado ante las palabras que el maldito magnate le había dirigido.

No obstante lo que más le hacía sentir furioso en esos momentos tenía dos palabras: Eustass Kid.

Resultaba ser que luego del enfrentamiento con Crocodile, su sesión se fue a la mierda por razones obvias y para evitar que el chisme se propagara por la agencia, Nami le autorizó para que se marchase a descansar y de paso pusiera una compresa bien fría en su rostro. La expresión que puso el pelirrojo al verle terminó por hacerle colapsar los nervios.

 

-¿Qué mierda te ha ocurrido en el rostro Law?- inquirió con la mirada fija en él, presionando para que hablara de una buena vez-

-Nada grave, solo un malentendido- respondió intentando bajarle el perfil a aquella situación tan molesta-

-No me mientas. No te moverás ni un centímetro más hasta que me digas quien mierda se atrevió a hacerte esto- ordenó el imponente hombre frente suyo-

-Tsk… Kid realmente no es como para alarmarse de esa manera-

-¿Por qué insistes en mentirme? ¿Acaso fue el vejete rubio ese? ¿tu antiguo amante?-

El moreno frunció el ceño.

-No-

-¿Entonces?- le miró cabreado-

-Está bien, te contaré pero primero cálmate- indicó al pelirrojo mientras se deslizaba hasta el comedor y tomaba asiento, cargando sus codos en el frío y grueso cristal de la mesa-

Kid le siguió e hizo exactamente igual, a diferencia que no le despegaba los ojos de encima.

-Hace un rato mientras esperaba a ser maquillado, el esposo de Doffy- el pelirrojo ladeó la vista cabreado al oír aquel nombre- Me acorraló contra un solitario pasillo y tras discutir y amenazarnos me golpeó-

-¿QUÉ? ¿Pero cómo mierda se atreve ese bastardo siquiera a tocarte?- gruñó cada vez perdiendo más el autocontrol al tiempo que su antes pálido rostro comenzaba a tornarse rojo por la rabia que en esos momentos le invadía-

-Eso es lo que ocurrió-

-¡¿Y entonces cómo puedes estar tan tranquilo después de eso?!-

-No lo estoy, pero tampoco es una buena idea alterarse y hacer de esto un escándalo porque…-

-Claro- interrumpió- ¿Para qué ocasionarle un mal rato a ese bastardo? prefieres quedarte callado y defenderlo-

-No se trata de defender a nadie, se trata de mi reputación Eustass-

 

El semblante del pelirrojo se suavizó por un momento.

 

-Supongo que eso es lo único que realmente importa… pero siendo franco siento que en esa agencia jamás van a respetarte-

 

El moreno le miró extrañado. ¿A qué se refería?

 

-¿Qué quieres decir con eso?-

-Quiero decir que luego de haber estado con el jefe, es difícil evitar rumores Trafalgar- exclamó-Por esa razón creo que te vendría bien irte de este lugar de una buena vez-

 

Un tanto cabreado el moreno intentó contener el estrés que en ese momento le invadía.

 

-Entiendo lo que dices Kid, y de todas maneras está en mis planes marcharme, sin embargo no puedo hasta terminar los trabajos que me quedan pendientes-

-No es necesario que termines nada más, si vienes conmigo podrás hacer lo que quieras sin necesidad de trabajar nunca más en tu vida- los ojos del pelirrojo brillaban expectantes- Law… ven conmigo, yo te quiero -

 

Su garganta se secó producto de lo que acababa de escuchar. Se limitó a permanecer en silencio por unos instantes. ¿Cómo era eso de que le quería? además ¿Ir dónde? ¿A Redhawk?

 

-Vamos, no es tan complicado. No tienes nada que perder…-

-Supongo que podría ser… ahora bien es necesario que hable con Shanks, no puedo irme sin tener trabajo-

-Eso estaría de más. Si vienes conmigo no tendrás necesidad de trabajar -  lentamente acercó sus dedos al rostro del moreno, deslizándolos con suavidad- Yo te daré todo lo que quieras-

-¿A qué te refieres? yo no quiero dejar de ser modelo-

-Si vienes conmigo ya no tendrás por qué serlo-

-¿Qué te hace pensar que yo quiero eso?-

 

Un tanto perplejo el altísimo hombre se puso de pie.

 

-Pues no lo sé, pensé que no querías seguir en este lugar, no después de lo ocurrido con Doflamingo-

-Pues sí, no quiero seguir en la agencia pero tampoco quiero vivir siendo mantenido por ti- (N/A: Eres un tonto law!! muchxs de aquí diríamos que sí -.-!)

-¿Entonces estás despreciando mi oferta?- inquirió un tanto fastidiado-

-No,no estoy despreciando nada. Solo pienso que estás siendo egoísta-

-¿Por… Por qué?-

 

Un tanto cabreado ante la obviedad de la respuesta ladeó la vista.

-Porque solo estás pensando en ti. Yo no abandonaré mi carrera como modelo solo porque tú lo dices Eustass-

 

Este último comentario fue como una bofetada en el rostro del pelirrojo. Completamente ofuscado, apretó los puños tratando de contener su cada vez más creciente rabia.

 

-Entonces prefieres quedarte aquí… de eso va todo esto. Cómo pude ser tan imbécil-

-¿De qué estás hablando?-

-Tsk… ya déjalo Trafalgar. Entiendo perfectamente tus razones. Debe ser difícil marcharte lejos de él de un día para otro-

-¿AH? ¿Qué mierda dices?-

-¿Qué mierda digo? pues lo evidente. No quieres marcharte porque aún sientes cosas por ese...ese bastardo-

-No, no se trata de eso.  Tan solo quiero continuar mi carrera de modelaje ya sea en Redhawk o en cualquier otra agencia-

-No puedes engañarme, crees que soy un idiota. Sé que la única razón por la cual prefieres seguir aquí es para esperar a que él se divorcie y luego correr a sus brazos-

 

Tras escuchar esto Law no pudo evitar sorprenderse. ¿Divorciarse? ¿Doffy?

 

-De… ¿De qué mierda hablas?-

-No intentes hacerte el desentendido, por supuesto que lo sabes, !debes saberlo! por esa razón no quieres mover tu trasero de esta ciudad-

-Te equivocas, realmente no sé de qué hablas- exclamó, teniendo por seguro que todo aquello se lo estaba inventando  para molestarle-

 

Kid estaba cada vez más furioso. Nunca se imaginó que iban a rechazar su oferta, realmente pensaba que podía lograr algo serio con Law pues verdaderamente y por primera vez en su vida  se había enamorado. Pero como siempre las cosas insistían en jugarle malas pasadas y aunque muchos pensaran lo genial que era ser Eustass Kid, nunca había dejado de sentirse solo y patético. Al menos era bueno fingiendo y a pesar de que en esos momentos se sentía herido, lo único que pudo hacer fue intentar devolverle  a Law algo de su propio juego, porque en su mente eso era lo que había ocurrido entre ellos: tan solo un juego.

 

-!Seguramente no sabrás!- le gritó abalanzándose sobre él al tiempo que lo encaraba- Eres un mentiroso, como todos los bastardos de esa agencia de putas-

-Lárgate de aquí, no quiero seguir con esto- contestó cada vez más molesto-

-¿Ahora quieres que me largue? ¿Quieres correr a los brazos de ese imbécil? pues te diré una sola cosa Trafalgar Law, por más que vayas y lo busques nunca nadie te tomará en serio- gruñó y luego de empujarlo bruscamente se precipitó a la salida, dando un portazo que sobresaltó al moreno-

 

Abrió los ojos sorprendido al tiempo que sentía como todo su cuerpo comenzaba a colapsar por el estrés acumulado. Permaneció en silencio y para cuando regresó en sí se encontraba completamente solo en su piso.

 

De aquel suceso ya había pasado un día y como era de suponerse Kid no había vuelto a contactarle, dejándole bastante aliviado pero con una extraña desazón y muchas interrogantes.

Una fresca brisa le hizo estremecer, sacándolo de sus pensamientos.

 

-Creo que lo mejor será descansar- se dijo a sí mismo mientras caminaba hasta su habitación-

Apagó las luces, quedando el cuarto apenas iluminado por las del edificio de enfrente. En ese momento el parpadeo de su móvil llamó su atención.

-Un mensaje  de Doffy- murmuró para sí mismo, dudando si leerlo o no-

Finalmente deslizó su dedo por la pantalla sorprendiéndose al ver un breve texto.

 

“Hola Law, no quisiera importunar pero estoy muy preocupado. ¿Cómo te encuentras? Agradecería mucho tener noticias tuyas.

saludos.”

 

Al menos alguien  se preocupaba por él. Suspiró y sin saber muy bien qué responder se limitó  a escribir:

 

“Hola, ya me encuentro mejor, pero no creo poder asistir a la agencia en unos días.

Mi rostro sigue un tanto inflamado”

Una respuesta precisa y concisa, después de todo no tenía ánimos de explayarse más e importándole una mierda si el rubio respondía alejó el móvil y se metió a la cama, sintiendo como el cansancio invadía su cuerpo.



Luego de cenar ambos jóvenes permanecían en la mesa, aunque en completo silencio, cada uno inmerso en sus asuntos. Mientras Sanji hojeaba una revista Zoro se dedicaba a jugar con su móvil concentradamente.

 

-Estoy aburrido-

-!Nooo! he perdido… gracias cejillas, ahora tendré que comenzar todo el nivel de nuevo-

-No es mi asunto-

-Tsk… ¿qué decías? ¿qué estás aburrido?-

-Sí-

-No es mi asunto- sonrió burlón al tiempo que se ponía de pie e iba al sofá en busca de algo-

-!Desgraciado!  como te atreves…-

-Es una broma… Nami dejó estos naipes, supongo que sabes jugar…-

 

El rubio dirigió una mirada de fastidio.

 

-!Pero claro que sé jugar!-

-Que bien porque yo no-

-¿Qué? jajajajaj y así querías burlarte de mí… eres un desvergonzado marimo- rió al tiempo que tomaba las cartas y comenzaba a barajarlas- Siéntate, no queda más remedio que enseñarte-

 

Zoro tomó asiento.

 

-Bien jugaremos algo simple. Debes poner atención porque no volveré a explicarte- replicó el rubio-

-Muy bien-

-Luego de barajarlas  te repartiré 12 cartas que solo tu puedes ver. El ganador del juego será quien resulte con menos puntaje-

-¿Cómo se sabe cuánto puntaje tengo?-

-Aún no acabo de explicarte- reprochó- el puntaje lo determina cada carta. Como verás tienen números. La carta del dos vale 2 puntos, la tres vale 3 y así hasta la número diez- explicó al tiempo que mostraba al peliverde cada carta- Ahora bien la J,Q,K,A y el joker valen todas 10 puntos. ¿entiendes o no?-

-Sí… pero entonces ¿cómo me deshago de las cartas?-

-Ahhh no eres tan idiota después de todo marimo, me agrada que estés atento-

 

Este último comentario lo tomó desprevenido, causando una pequeña sensación de nerviosismo en su interior.

 

-Retomando la explicación para quitarte puntos de encima hay diferentes juegos. Comenzaremos con dos tríos y una escala. Los tríos se forman con tres cartas del mismo número y las escalas son una sucesión de números pero deben tener la misma pinta-

-¿Cómo es eso de la misma pinta?-

-Si te fijas hay cuatro tipos de cartas: las de corazones y diamantes que son rojas; y las de tréboles y picas que son negras. A este dibujo se le llama pinta y para la escala debes formar una sucesión de números de la misma pinta. ¿me explico?-

-Sí, ya entendí-

-Eso espero…. bien !A jugar!-

 

Un tanto extrañado ante el entusiasmo del rubio, se limitó a seguirle la corriente.

 

Hubo un minuto de silencio en el cual Sanji se limitó a repartir las cartas para posteriormente concentrarse en su mazo.

 

-Ah por cierto olvidé decirte que en cada ronda debes tomar una carta de esta ruma. Cuando tomas una puedes botar otra de tu mano y dejarla en este sitio pero de manera visible.  Si a mi me sirviera esa carta que has botado puedo tomarla  y deshacerme de otra de mi mano en mi turno-

-Espera, espera… me perdí-

-Entonces espera que llegue mi turno  y te explico-

 

Transcurrido un rato en el que ambos jugaron y rieron intentando que Zoro entendiera el juego finalmente el rubio exclamó:

-Por el amor de dios marimo… ! me dijiste que habías entendido todo!-

-Bueno eres un pésimo profesor…-

-Yo creo que tú eres un pésimo aprendiz… ni modelar has podido aprender en todo este tiempo-

-¿Se puede saber cuando te has tomado el tiempo de enseñarme? si fuera por el trato que ambos tuvimos que firmar hace mucho que hubiera dejado de ser tu asistente-

-¿Qué dices? !no me hagas reír! no es necesario que te diga “ahora te enseñaré”, parte de tu trabajo es estar observando constantemente como lo hago-

 

Zoro le miró divertido.

 

-¡¿POR QUÉ TE BURLAS DE MÍ?!-

-No me estoy burlando, solo me parece divertido-

-¿Se puede saber qué te produce tanta gracia?-

-Creo que todo de ti- sonrió y se puso de pie- Muy bien ya me cansé de esto...voy a dormir-

Sanji permaneció en silencio.

-¿Qué ocurre cejillas?-

-Nada, nada… vamos a descansar, ha sido un día agotador… iré… iré a fumar-

-Muy bien-

 

Un tanto sonrojado Sanji salió a toda prisa hacia el jardín, sacando la cajetilla de cigarrillos de su bolsillo y percatandose que había olvidado las cerillas sobre la mesa.

 

-Mierda... -pensó y en el momento en que volteó con la intención de regresar el peliverde se encontraba apoyado en el marco de la ventana, causándole un sobresalto-

-¿Qué crees que haces?-

-Sólo te venía a entregar esto- respondió divertido al tiempo que le extendía las cerillas-

-Gracias-

-De nada. Bien me iré a la cama, buenas noches-

-Buenas noches-

 

Zoro caminó hasta el sofá y luego de programar la alarma en su móvil tuvo la intención de dormirse. Sin embargo por más que intentaba conciliar el sueño no estaba siendo capaz de lograrlo. Su mente le estaba jugando una pésima pasada al recordar a cada instante la sonrisa del estúpido cejillas.

-!Que molesto!- pensó- Ni en mi mente puedo descansar de ese idiota-

Transcurrido un rato finalmente pudo conciliar el sueño y para cuando Sanji regresó estaba durmiendo profundamente.

 

Notas finales:

Admito que no sé jugar cartas y tuve que investigarlo todo xD!!

espero no se hayan confundido jajajaja

Besos  y nos estamos leyendo pronto :) 


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